sábado, 30 de marzo de 2013

EN EL REFLEJO DE SUS OJOS PARDOS,SAN ANDRÈS.

en el reflejo de sus ojos pardos, San Andrés.

En el reflejo de sus ojos pardos.

CAPITULO I

ANDERSON.
Contemplaba tranquilamente el lago, me gusta venir aquí alejado del pueblo; todos los días a la misma hora a las seis de la tarde para ver el crepúsculo vespertino bañar de dorado los tejados de las casas de mi pueblo San Andrés así se llama y como su nombre sus habitantes son muy beatos y costumbristas aun tenemos costumbres heredadas desde la conquista. Miraba de lado a lado esperando la caída del sol se podía apreciar las personas caminar de aquí para halla tranquilos o al menos eso aparentan cada casa en mi pueblo esconde un problema una vergüenza.
La luz descendía y la sombra abarcaba mayor tamaño,  en el parque central esta la parroquia; la parroquia de Lourdes la obra arquitectónica mas apreciada pues tengo entendido fue creada con rasgos barrocos. Seguí contemplando con tranquilidad respiraba el aire puro de los arboles apreciaba el sonido del agua golpear con las piedras nadie tiene tiempo de apreciar esto, nadie viene aquí solo venia el.
El me prometió venir en mi cumpleaños numero dieciocho que fue ayer pero por mas que le espere no llego, quizás la halla olvidado han pasado siete años desde que por alguna razón dejo mi pueblo; su nombre no se me olvida y no hago el intento de hacerlo por que se vendrá. El es Felipe mi tío la ultima vez que lo vi hace siete años el tenia veintitrés un hombre galante, bueno, hermoso como el mismo Narciso de piel blanca como la porcelana, su cabello rubio que al sol parecían destellos de luz, aun recuerdo la mirada comprensiva de sus ojos pardos unos ojos semejantes a las piedras de ámbar, lo fino de sus labios, la fuerzas de sus brazos de sus piernas de su cuerpo.
El crepúsculo desaparecía, las sombras abarcaban mi ciudad las estrellas comenzaba a posarse en lo alto, luego de un tiempo la luna se mostraba radiante con su despampanante color plata bañando las calles ya desérticas, contemplaba las casa todas de tamaños similares todas con la luz encendida me los imaginaba conviviendo en familia. Apreté el pasto con algo de fuerza mientras me alistaba para levantarme.
Me acerque al lago deje mis pies reposar tambaleantes en la orilla, la luz de la luna asemejaba el lago una bandeja de plata podía apreciarme perfectamente mis oscuros ojos verdes, mi cabello ondulado color negro como el de esta noche, mi piel morena, apretando la camisa unos fuertes pectorales resultado de las largas jornadas de entrenamiento, una tableta enmarcada en una sutil silueta de cintura, termine de escanearme pasando por mi paquete que se mostraba abultado y termine en mis piernas.
Me sonreí a mi mismo por que este pueblo y la persona que hay refleja son casi lo mismo lo que me causa melancolía, camine con la mirada perdida esquivando las piedras en el descenso recorriendo un camino aprendido… me adentre a San Andrés sus solitarias calles, sus hogares de estilo contemporáneo, la iglesia esto era San Andrés nada fuera de la fachada al interior de cada casa hay un problema, hay un miedo, hay una sumisión…
al interior de cada casa alguien señala a alguien esperando no ser señalado, al interior de cada casa la mujer obedece al marido, al interior de cada casa los hijos callan lo que piensan por que no les he permitido hablar incluso entre hermanos prime la desconfianza, al interior de cada casa una joven llora su destino le prime la ignorancia no sabe lo que le pasa ve esperanza en cualquier parte, al interior de cada casa una de ellas ha dejado que la ilusión la convierta en juguete del placer.
Me detuve en una esquina, deje que la luz de la farola me bañara, que la sombra que me sigue adquiriera mas fuerza mientras contemplaba mi casa; una casa pequeña vestida de colores pasteles, con un tejado de relieve moderado, observe que de uno de los costados de la chimenea salía humo…suspiro… y al interior de mi casa prima el dolor y la soledad.
Cruce la calle sin dejar de observar la ventaba intentando visualizar la sombra de mis padres pero no daba con ellas, pose mi frente sobre la madera saque las llaves levante la cabeza e ingrese.
Empuje la puerta con el pie espere que el sonido me avisara que se había cerrado, mi madre estaba sentada a un costado de la chimenea con el espejo en una de sus manos y el maquillaje en la otra, siempre tan femenina tan delicada… su cuerpo esbelto un cabello negro oscuro ondulado como el mío, ojos verdes, piel morena, carnosos labios rojos, la mujer mas bella doña catalina tiene treinta y siete años; comprometida desde su infancia con mi padre.
Me acerque a ella me incline a su costado apoyándome en el reposabrazos le mire con alegría, ella acaricio mi rostro mientras me sonreía, sus pulgares recorrían mis pómulos, apreté mi mano en una de las suyas y le bese.
-te amo madre.
-yo a ti Anderson, no lo olvides siempre contaras conmigo.
Mire la muñeca de su mano adornada con una pulsera de plata que decía mi nombre de ella colgaba una estrella, la estrella de Alpheratz una estrella ubicada en la constelación de Andrómeda la mas brillante de esta es fácilmente visible durante las noches en un cielo totalmente oscuro cuando subo a la colina siempre tengo la esperanza de verla pero hace tiempo me ha abandonado… mi madre me contaba que mientras estaba embarazada subía halla a contemplarla pero después de mi nacimiento se ha encerrado en este pueblo de prisión al aire libre.
Tengo la misma pulsera, la mía es de oro pero sin la estrella solo la cadena que dice su nombre. Me ofreció la copa de vino rojo que reposaba en el marco de la chimenea me la acerco a los labios y me dejo beber varios sorbos de esta. Me levante ella jalo de mi camisa y me acerco sentí sus labios posarse sobre mi frente.
-¿ya comiste?
Mi madre negó con la cabeza mientras se serbia otra copa de vino, ingrese a la cocina y me dispuse a prepararle algo.
…portazo… -buenas noches. Grito mi padre mientras ingresaba al interior
Mi madre se quedo en silencio unos segundos para corresponderle en un hilo de voz casi inaudible, Salí de la cocina y aprecia a mi padre tomar con fuerza el rostro de mi madre y acercarlo rústicamente a sus labios, mi padre gimió de gusto mientras le soltaba; mi madre no dejaba de apreciar el vino.
-tengo hambre. Replico autoritario
-Andrés esta cocinando.
Mi padre me miro enojado, -¡bastante vaga me saliste eh, solo haces beber y malgastar mi dinero por que para eso sirves!
Mi madre guardo silencio ante los constantes movimientos de sus manos que amenazaban con golpearle, mi padre se sentó en el comedor y nos ordeno que hiciéramos lo mismo después de servir. Tomo el tenedor con desgana y se llevo el primer bocado.
-¡que mierda es esto, esta asqueroso! Dijo mientras escupía sobre la mesa.
Antes de que pudiera mirar a mi madre este empujo el plato con el brazo y lo dejo quebrarse en el suelo.
-¡recógelo! Le ordeno.
Mi madre esquivo mi mirada, alejo la silla y se levanto; la impotencia de verla así y que no era la primera vez me mataba por dentro quería coger a mi padre golpearlo contra la pared, tumbarle cada diente pero no podía por que tal como mi mama teníamos miedo. Mi padre al ver que mi madre no se inclinaba a recoger se levanto y el la tomo del cabello mi madre le tomo del brazo evitando que le lastimara.
-déjala, le grite mientras me levantaba apretando los puños contra la mesa
Mi padre lanzo a mi madre con un movimiento de manos, camino despacio rodeando la mesa para dar conmigo le mire a sus ojos negros, apretó sus labios con los dientes, su semblante no cambiaba un tipo rudo que a lo largo de sus cuarenta y cinco años solo acumulo arrugas y alimento una enorme barriga.
-que vas a ser ¡he! Amenazo mirándome con superioridad
Apreté el puño sobre la mesa sin apartarle la mirada, sin mencionar nada.
-no eres capaz… acerco su labios a mi oído seguro de sus movimientos como era común en el sentí su aliento respirarme la nuca –no tienes agallas marica. Gire los ojos para mirarle pero antes de que resonara algún rastro de voz en l recinto sentí su manaza golpear fuertemente mi rostro, sus dedos se apretaron en mi cabellera en un movimiento ágil la golpeo contra la pared.
Sentí un dolor increíble en la cien, los cuadros cercanos al golpe cayeron al suelo para terminar quebrados en el suelo. Mis piernas perdieron fuerza estaba cayendo mi brazo se apretó contra el suelo para recibir todo mi cuerpo después; mire a mi padre desde este lugar con su aire superior, seguí sus pasos hacia la puerta…portazo…
-hijo estas bien. Corrió preocupada mi madre
Le tome de la mano para levantarme, me dolía verle así con la fina capa de agua contenida en sus ojos, observar el temblar de sus labios, su rostro marquillado tapando los moretones de su piel… y yo aquí pensé apretando el puño con fuerza, yo aquí sin poder hacer nada solo llorar en sus brazos lamentado las escenas pasadas.
Ayude a mi madre a recoger los vidrios quebrados, a levantar los cuadros, a organizar la mesa, a recoger la comida a colocar todo a la normalidad… subí a mi habitación al ingresar a este apoye mi espalda en la puerta y me deje caer mientras esta se cerraba, intentaba no llorar calmarme, mi respiración se agitaba con el recuerdo, tenia un nudo en la garganta quería gritar pero no podía… no lo hacia, golpee con fuerza el suelo mientras abría la boca para recobrar un poco el aire miraba con desespero buscando una salida las lagrimas se acumulaban no necesitaba parpadear para que estas rodaran por mi mejilla.
Me levante tambaleante y me deje caer en la cama apretando la almohada a mi rostro esperando que secara mis lagrimas, el  corazón se apretaba con cada puntazo estaba lastimado estaba sangrando estaba muriendo y yo con el, apreté un poco mas le almohada que la ausencia de aire dopara mi cabeza y le tranquilizara… y entre lagrimas me dormí.
Luego de un tiempo un nuevo portazo me despertó de mis sueños.
-¡estas bebiendo! ¡¿Acaso es lo único que sabes hacer puta?!
-no grites Anderson esta durmiendo
-yo grito en mi casa
Así comenzó nuevamente la discusión apreté mi cuerpo a la cama, me cubrí con las almohadas mientras les seguía escuchando pero faltaba poco…un golpe… y tras ese sonido todo quedaba de nuevo en silencio.
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Mi celular sonó nuevamente, me levante tras su cuarto sonido; sentía los ojos cansados bastante pesados me senté de golpe sentí como todo me daba vueltas, deje descansar mis manos en mis piernas un momento las apretaba a medida que los recuerdos venían a mi cabeza.
Suspire fuertemente mientras me levantaba ingrese a la ducha y me bañe, al salir acompañe a mi madre a desayunar. Pase con ella toda la tarde, como siempre no tocábamos el tema preferíamos hablar de nosotros.
-no tienes que pasar todo el día conmigo Anderson. Dijo tomándome de la mano mientras nos mirábamos el uno al otro sentados en el sofá.
-pero que dices mama si yo la paso bien contigo. Dije sonriéndole mientras le besaba en la frente para luego volver a ver la televisión.
-pero eres joven deberías salir jugar futbol, tener novias que se yo lo que hagan ustedes hoy.
-mama este pueblo no es para mi. Dije algo burlón sin mirarle.
Mi madre sonrió por lo bajo, dejando caer su mano al sofá –eso decía Felipe.
Sonreí al escuchar el nombre de mi tío pensar que le volvería a ver algún día o que en algo me estaba pareciendo a el; siete años atrás todo lo que hacia lo hacia con mi tío pero un día solo se despidió y se fue nos hemos comunicado poco el pueblo sigue sin buena comunicación pero cada día le extraño mas, la familia de mi padre no habla de el… no se los motivos y prefiero no pensar en ello.
Me levante del sofá y le tendí la mano vamos ya casi son las seis.
-¿A dónde? Dijo en un semblante desconcertado mientras me tomaba de la mano.
Agarre su bolso y se lo pase, la guie unos pasos a la puerta sin soltarla de la mano –al lago. Le respondí ella se detuvo en una mirada de queja, le jale suavemente del brazo mientras le sonreía finalmente logramos salir de la casa.
Caminábamos por San Andrés las personas nos miraban con una sonrisa falsa en el rostro nosotros les correspondíamos de la misma manera, algunas mujeres del pueblo se me acercaban con esa mirada carroñera a la pelea de quien podría o no acercarse a mi; pero si algo tengo de mi madre es que es celosa y mientras valla con ella difícilmente alguna de ellas podría caminar mas de una cuadra con nosotros y al final del día en estos siete años también había aprendido bien por que yo hacia lo mismo con las mujeres de pueblo que se acercaban solo para obtener un chisme semanal.
Pasamos la plaza principal saludamos al padre de la parroquia y luego de unas cuantas bendiciones seguimos nuestro camino poco a poco dejábamos a San Andrés a nuestras espaldas; la tarde comenzaba a descender y no habíamos llegado. La mire alegre estaba bastante cansada se veía radiante con ese vestido azul, sus tacones de baja punta, su cabello ondulado atenazado por una moña  descansando en el hombro de ella…estaba hermosa…
-mama camina mas rápido.
-no puedo ya me duelen los pies esto no es como lo recuerdo.
-jajaja te cargo si quieres
-no me voy a poner en esas Anderson. Dijo divertida mientras me alcanzaba su mano para que le ayudara a subir las piedras.
-te lo pierdes. Deje jocoso mientras me adelantaba.
Al llegar al lugar mi madre bastante agitada pero sonriente me gustaba verla así, -no recordaba lo bello que era estar aquí. Soltó de golpe
Nos sentamos un momento a contemplar el anaranjado del cielo, no sabíamos cuanto tiempo pasaba no decíamos una palabra solo apreciábamos el sonido del viento, las hojas de los arboles caer a nuestros pies.
-de razón no abrían la puerta, tienen suerte que conozco este lugar. Dijo una voz masculina bastante profunda.
Gire con el corazón en la mano parpadee dos veces intentando aclarar la vista, trague un poco de saliva, estaba sin palabras; frete a nosotros había un hombre de treinta años vestido con una camisa blanca con cuello V ancho que dejaba apreciar sus pectorales por encima, se les observaba bastante abultados, un abdomen duro como una piedra como se podía apreciar, sus piernas fuertes… no pude evitar detenerme en un paquete que se mostraba abultado palpitante debido al calor que produce subir hasta aquí.
-¿Felipe? Pregunto mi madre incrédula de la imagen que yo también veía. –pero mírate como has cambiado en estos años eres un hombre.
Ella se levanto mientras yo me quede ahí sentado, sin palabras que decir tantos años esperando este momento y ahora no sabia que decir.
-pero tienes la misma cara de niño. Continuo mi madre mientras le tocaba el rostro
-y tu, no me vas a saludar. Dijo acercándose a mí mientras me tendía la mano.
La levante intimidado sin apartar la mirada de sus ojos pardos. –tío, que sorpresa. Fue lo único que torpemente pude articular.
-los veo en casa que se me hace tarde. Dijo mi madre mientras me levantaba.
Vi su silueta desaparecer en el descenso, mi tío se paro frente a mi con su aposento de cuerpo mil veces mas fuerte que el mío y me abrazo apreté su espalda ancha como pude. Su mano me acaricio el cabello con cariño, le apreté mas fuerte a mi la espalda de el vibro con su risa –pensé que no me habías extrañado.
Nos sentamos a la orilla del lago, le escuchaba contar anécdotas de la gran ciudad lo difícil que es adaptarse me conto que encontró alguien quien le ayudara, me dijo que consiguió trabajo, que termino de estudiar, que ahora esta muy bien… me pregunto por mi le conté mas de lo mismo en este pueblo no pasa nada lo mas trascendental fue terminar mis estudios hace dos años, me sentía apenado al no tener nada que contar… o si tenia pero no eran cosas que el quisiera oír.
Nos levantamos para apreciar el sol ocultarse faltaba minutos para dejarlo de ver, el aspiro fuertemente, me escaneo con la mirada me sentí intimidado –los dieciocho por fin eh.
Agache la mirada apenado, mientras asentía lentamente; que bien dijo empujándome con el codo un golpe que me desestabilizo por que no lo tenia planeado retrocedí un poco y me detuve en la orilla  al intentar mantener el equilibrio uno de mis pies hundió la arena y caí al agua.
Chapotee mientras tomaba agua como un loco, le vi preocuparse se quito la camisa rápidamente y se acerco a la orilla le tome del brazo y le jale a mi un sonido fuerte del agua advirtió que había caído en esta.
-coño lo hiciste de aposta ¿verdad?
Sonreí animado, el agua estaba muy fría, Felipe comenzó a golpear el agua mandando cantidades de esta a mi cuerpo, se acerco para hundirme le agarre de los brazos intentando hacer que me soltara pero era imposible perdía mas aire del que tomaba.
-ya tío, ya no mas… dije suplicante entre momento en que me sacaba a la superficie.
Me deje hundir y le tome de la cintura, su cuerpo se contrajo tenia razón no había dejado de ser cosquilloso. Me tomo de las manos y me apretó a la orilla el gua me tenia helado el cuerpo el agua estaba bañada de un intenso naranja que hondaba interactivo ante nuestros movimientos.
Con una mano me agarro ambas manos con la que tenia libre, se acomodo el cabello que parecía totalmente rubio el agua le había dado un gran aspecto, las gotas reposaban en su rostro; descendían por su mejilla, algunas quedaban en forma de gotas en sus finos labios. Me miro profundamente como contemplando el color de mis ojos yo hice los mismo con los de el la agitación comenzó.
Mi tío apretó su cuerpo al mío dejándome sin salidas, el aroma de su aliento acariciaba mi rostro, sus manos perdieron fuerza y me soltaron sentí como el agua se abría paso en mi piel la sensación era grandiosa. Mi mente vago en su cuerpo solo visualizaba una imagen una que me daba miedo pero no quise pensar en ella ni en San Andrés en la falda de esta colina solo le veía a el.
Deje mi mano descansar en su nuca le apreté un poco la tensión le produjo una fuerte salida de aire, estaba nervioso; le acerque a mi deje que sus labios acariciaran los míos mientras no dejaba de acariciar su cabellera; le  mordí el labio sus manos me tomaron de la cintura el contraste de temperaturas entre el agua y su piel era indescriptible.
De un momento a otro sus labios se detuvieron el miedo se apodero de mi cuerpo, me aleje de ellos deje caer mi mirada al agua mientras Felipe no dejaba de apreciarme.
-discúlpame, no debí…
Su mano me acaricio el hombro le seguí su movimientos, ascendió por mi cuello, me tomo de la barbilla y me obligo a mirarle, los últimos rayos de luz cubrieron sus ojos por un momento se acerco rápidamente a mi para volverme a besar, pero esta vez con mas intensidad su lengua invadió mi interior me calmaba el frio con su saliva, su cuerpo me dejo sin salida me apretó al punto de hacerme gemir pero el no paraba de besarme yo tampoco dejaba de acariciar su espalda. Hundió sus brazos al agua y levanto mis piernas las enrolle en su tableta.
Despego sus labios de los míos por un momento para despojarme de la camisa la coloco al pastizal cerca a nosotros, su lengua lamio mis pómulos resiguió por mi oído apretó sus dientes mi lóbulo me encargue de comerle el cuello de beber las gotas de agua de su cuerpo.
Abarcaba mis labios en su piel, mordía sus músculos le escuchaba gemir ¿esto no estaba bien, esto es pecado? Dijo una voz en mi interior, detuve mis besos pero mi tío me apretó a el con sus brazos contemple la figura difuminada de las estrellas en el lago, Felipe se aparto un momento y antes de que pudiera hablarle me comió la boca. Sus manos dejaron de acariciar mi cuerpo y comenzaron a desabrochar mi cinturón, lo saco del agua mientras su otra mano me desabotonaba.
El hundió su cuerpo luego de una profunda inhalación, su cabellera se perdió en la oscuridad del lago. Gemí en el aire mientras sentía sus manos despojarme el pantalón me deje bañar por el color plata de la luna era mágico, no era planeado, solo era…
Salió rápidamente con el pantalón en su mano no dejo de mirarme, sus dedos apretaron mi abultado paquete por encima del bóxer, me sonrió como un niño jamás se me olvidara esa sonrisa fue como un flash en mi vida, bajo de nuevo en el agua resonó el estallido de las burbujas de aire sus dedos me bajaron el elástico dudo que admirara mi pene en la oscuridad del lago pero de lo que estoy seguro es que sus labios sintieron el calor del mismo.
Un corrido eléctrico me recorrió mi columna y altero mis pensamientos, su mano me apretó con fuerza el palo se ingreso mi mástil de carne a la boca apretó mi glande a su paladar, el calor de su boca era algo que jamás había sentido. El paro para tomar aire.
Felipe salió del agua me miro sonriente, sus ojos pardos, su piel blanca bañado por el color plata de la luna, las ondas del agua alrededor de su cuerpo… un dios.
-es tu primera vez. Dijo sin dejar de sonreír. Yo simplemente le mire sin decir palabra el sonrió un poco mas y se acerco a besarme.
Debajo del agua su mano no dejaba de pajearme con lentitud, apretado de forma pausada su pulgar me acariciaba el glande una y otra vez… sentía una leve presión en el abdomen. Deje que mis manos encontraran su correa y le despoje de la misma.
Felipe volvió a sumergirse pero antes de hacerlo inhalo un poco mas aire que la ultima vez, su boca se apodero de mi miembro sus labios apretaron mi glande mientras su lengua se encargaba de acariciarle. Apoye mis manos a la orilla con algo de fuerza me levante un poco, sentí el frio del ambiente rosar mi piel.
Luego de pocos minutos, yo me sentía en el cielo con sus besos, con sus caricias, con su boca cuando se apoderaba de mi; Felipe logro despojarse el pantalón me giro mire la hojarasca del lugar el pastizal ladeando de un lado a otro totalmente iluminado.
Deje mi culo a su merced, sus manos me acariciaron el pecho mientras me apretaba las tetillas le sentí apretar su miembro a mi culo. –tío… dije indeciso
Su boca se apodero de mi oído le lamio unos segundos para luego escucharle decir –no te are daño, eres mi pequeño.
Cerré los ojos con fuerza, su miembro se sentía bastante cálido un poco mas grande que el mío unos diecinueve centímetros quizás, bastante grueso que se apoderaba de la raya de mis nalgas se acomodo un poco luego su glande acaricio mi ano.
Apreté mis dientes con fuerza, sentía mi ano dilatarse intentaba ordenarle a mi cadera que se tranquilizara, mi tío alejo su miembro unos instantes me beso la nuca sentía como sudaba el calor de mi cuerpo me sofocaba el correr de el agua no podía calmarme; seguí la esencia de sus labios y le bese, su mano descendió a mi culo sus dedos acariciaron mi ano una y otra vez mientras intentaban ingresar despacio. Centímetro a centímetro me dolía un poco pero el me apretaba a su boca. Una lagrima rodo por mi mejilla pero no lloraba dolor…no…no era eso.
Felipe retomo su posición, sentí el calor de su glande entre mis nalgas, al encontrar mi ano.
-aaah, gemí mientras este se abría paso centímetro a centímetro.
Las paredes de mi esfínter le apretaban, mi tío me penetraba sin sacar su pene en su totalidad, el movimiento se hizo mas veloz y el dolor era calmado por el deseo de tenerle, luego el agua nos abría el paso molesta con el juego lento de caderas que sus manos guiaban. El placer que sentía era indescriptible.
Me pajeo con una mano, no había perdido el calor de sus labios durante sus envestidas, mi ano fue cediendo y sus penetradas eran mas fuertes apretaba con fuerza el pastizal. No podía abrir los ojos solo me dedicaba a inhalar su aroma. A sentir la potencia de su cuerpo apoderarse del mío.
La presión en mi abdomen se hizo mas fuerte podía sentir como la lefa se movía para querer salir y en su movimiento el aprisionaba las paredes de mi esfínter, gemí varias veces el acelero la paja sentí mi mástil de carne engordar un poco mientras mis venas no paraban de bombear sangre debido a semejante presión.
Me corrí en un ultimo gemido la lefa se perdió en el lago, solo sentía como con cada envestida los trallazos eran abundantes, su mano me apretó un poco mas y me pajeo de esta manera sentí como me vaciaba totalmente.
-me corro. Me aviso mientras apartaba sus labios de los míos sin dejar de inhalar fuertemente el aire del ambiente.
Mi interior fue invadido por el, y me sentía bien, el calor de su lefa en mi interior era agradable, sus ultimas envestidas fueron mas agiles para por ultimo detenerse.
Salimos del agua me desplome sobre el pastizal totalmente agitado, el se monto sobre mi y reposo en mi pecho. El agua descendía por nuestra piel, mire la luna mientras le sonreía como un idiota.
-no quiero irme, le dije suplicante a mi tío.
El me dijo que esperara camino unos paso y saco una maleta detrás de las rocas que daban pie al descenso, no había visto la maleta pero agradezco que la trajera en su viaje, contemple su cuerpo desnudo sus potentes nalgas, sus piernas, su pene que ya se encontraba flácido pero aun así muy apetecible. Es pecado, despierta estas en San Andrés la misma voz me volvió a repetir  No, no es necesario que lo entienda, por que nunca le ha servido la razón al corazón, el corazón no piensa… No mi vida, ¿para qué te esfuerzas? no me tienes que explicar, siempre tu libertad, por mucho que eso duela lo que en el interior ya conocía. Pero que me importaba si esa bola de plástico me señalaba, que me importaba que fuera siete años mayor que yo, que me importaba que fuera mi tío… si a el no le importaba por que debía tener miedo. Por que no tenerlo.
Saco una tienda de campaña le ayude armarla en unos instantes me presto algo de ropa mientras tendimos la nuestra en los arboles, el también se cambio me pidió que ingresara y en sus brazos me dormí.
-buenos días. Dije moviéndome de un lado a otro al notar la luz de la mañana filtrar la tienda de campaña, parpadee varias veces intentando aclarar mi vista me senté de golpe me sentí mareado pero esta vez los recuerdos del despertar eran bonitos.
Busque a Felipe con la mirada pero no lo encontré, asome la cabeza al exterior pero solo estaba mi ropa tendida en el árbol; fue real, yo lo sentí real me repetí mientras mi mente comenzaba a alterarse. Removí las cobijas buscando algo que me dijera que me diera respuesta.
Encontré una carta entre las cobijas finamente doblada, tenia algunos parches manchados como cuando cae una gota sobre el papel y altera su color.Y si, entiendo que quieres hablar, que a veces necesitas saber de mi pero no sé si quiera saber de ti, y vivir así, seguir así… pensando en ti

Mi pequeño, Anderson
Soy un cobarde en estos momentos por que no soy capaz de darte la cara, pero no podía ver tu rostro mientras destruía tus ilusiones eso me aria cambiar de parecer y no quiero que eso pase, lo que vivimos anoche jamás lo olvidare no solo era tu primera vez para mi era la primera vez que sentía que hacia el amor. No puedo regresar a San Andrés pero tampoco te puedo llevar conmigo… no puedo por favor entiende.
Eres valiente, esta es una despedida por que dudo nos volvamos a ver; esta vez no te prometeré nada eso no valdrá la pena TE AMO no quiero lastimarte, no podría hacerlo. Tu aroma me acompañara donde camine… y eso Anderson será suficiente para los dos.
Mírame como quieras, ódiame pero jamás digas que no te ame…
Con un dolor en el alma. Felipe.

FELIPE.
Me pare en la estación del tren mientras lloraba, maldecía lo que había echo… las personas miraban incrédulas de lo que pasaba. Mire hacia atrás a la espera de que llegara en el fondo conocía que no pasaría; aun faltaba una hora para que llegara el tren que me llevara a la ciudad.
El celular sonó y mientras suspiraba intentando calmar mi voz conteste. -¿Cómo estas amor?
Deje que una lágrima rodara por mi mejilla mientras intentaba reponerme –estoy bien Javier.
-¿estas bien amor?
-si, si solo es la nostalgia de tener que partir de mi tierra natal, el tren no se demora te parece si hablamos en casa.
-amor, te extrañe… te amo.
-yo a ti. Dije apretándome el pecho ante la ausencia de aire.
Colgué en unos minutos llego el tren, deje que las personas subieran primero me deje de ultimas respire hondamente sin dejar de llorar; limpiaba mis mejillas una y otra vez pero no era suficiente.
-¡Felipe!No digas nada ya por favor, te entiendo, pero entiéndeme a mi. Cada palabra aumenta el dolor y una lágrima quiere salir
Grito una voz que me dejo helado a centímetros de mi estaba Anderson inmóvil con el corazón en la mano sin dejar de llorar con una carta en la otra; se detuvo dejando caer sus fuerzas nos miramos un lo que para mi fue un largo rato sin decirnos nada.
El se acerco y yo retrocedí mi corazón palpitaba con fuerza podía oír el suyo retumbar en mi cabeza, -lo lamento. Dije sin energía con un fuerte nudo en la garganta.
Me subía al tren cuando el me tomo de la camisa le mire el tenia la mano agachada en el pavimento quebraban sus lagrimas –lo lamento, le repetí. Me tomo de la mano el tren comenzó a sonar no quería soltarlo pero debía hacerlo.
Y por favor no me detengas, siempre encuentro la manera de seguir y de vivir aunque ahora no lo tengaEl tren comenzó a andar y el camino con el la velocidad aumento y el comenzó a correr sin dejar de llorar sus ojos verdes brillaban inigualables, cuando la velocidad se hacia imposible para su cuerpo le solté de golpe. Anderson callo al suelo producto del desequilibrio y hay permaneció hasta que deje de verle…

CAPITULO II

FELIPE.
Empuñaba mis manos con fuerza sobre el reposa manos mientras recordaba cada maldito instante en que toque el cuerpo de Anderson, como podía meterme de esta manera con mi sobrino en estos momentos de mi vida donde finalmente podía creer que había alcanzado la estabilidad, desde que me había alejado de San Andrés.
Miraba la ventana a mi costado, miraba la vía que quedaba atrás del carril le intentaba decir a mi cabeza que razonara que el ya no estaba, que el había caído a comienzos del movimiento del tren, lamento haberlo lastimado de esa manera… deje caer mi frente sobre la ventana intentando que mi compañero de asiento no notara que lloraba por que existen lagrimas que no se pueden contener, lagrimas que simplemente salen y se dejan caer sin ni siquiera dar orden de parpadear. Como las lágrimas de Anderson todo fueron tan bello hasta hace unas horas entregándonos el uno al otro a la pasión del lago.
Entonces por que tomaste esa decisión me reprocho la conciencia que aun no comprendía el por que, por que al amanecer lo vi dormir recostado en mi pecho aferrando su vida a mi, no me importaba si el era menor que yo por que la verdad es que desde que el era un niño me ha cautivado, y yo… y yo le daría todo si el me lo pidiera pero resulta que yo no tengo lo que el se merece; San Andrés es un lugar frio donde las personas se esfuerzan por aparentar y su única función es señalar… y no soportaría que lo señalaran, que le humillaran, que le juzgaran, que le dejaran solo… no, Anderson merecía una vida mejor. Dije apretando mi mano en puño.
Por otro lado esta Javier mi novio hace siete años he logrado amarlo, corresponderle a su cariño, a todo lo que el ha hecho por mi desde que llegue a la ciudad, el no merece que le abandone después de todo lo que hemos pasado juntos; el dejo a su familia por mi, el nos creo un hogar, el me hizo sentir cosas que no había sentido, el me dio cariño; yo le debo mucho a Javier a demás que me he acostumbrado a el le amo podría decirse.
Anderson no tiene nada a mi lado ¿acaso en San Andrés si? Me reto la conciencia; en San Andrés tiene a su madre la bella Catalina, también por ella tome la decisión no puedo alejarla de lo único bello que tiene de sus ganas de vivir; no pretendo buscar excusas a mi cobardía pero digo la verdad tampoco podía perder lo que he construido en siete años por experimentar como niño pequeño junto a Anderson… ¡nadie! Absolutamente ¡nadie vive de amor!
Faltaban unas cuantas estaciones para llegar a la ciudad, guiaba torpemente mis manos para que secaran mis lagrimas pero están seguían saliendo, me lo imaginaba junto a las vías del tren sin levantarse de donde callo esperando mi llegada, leyendo la carta una y otra vez intentando comprender mis palabras, preguntándose el por que… pero el no lo entenderá, la vida es dura y el debe aceptarlo y quizás… yo… yo deba también.
El tren resoplo su ultimo vendaval de carbono, nos invitaba a salir, las personas salieron cada quien a su velocidad yo me quede sentado un momento para luego levantarme tomar mi maleta y salir del vagón me pare en la acera, Javi no  vendrá a recogerme pues se encuentra trabajando a estas horas de la mañana mire de un lugar a otro ilógicamente creyendo que aparecería corriendo. Me pasaba de idiota esos momentos pero la conciencia no me quitaba el peso de encima y desde que lo vi caer al pavimento temo por el.
Salí de estación para tomar un taxi, le indique la dirección y salimos del lugar… las horas pasaron durante el viaje ya el sol resplandecía en los edificios, y el aire resoplaba mas, cálido mas tranquilo.
-señor le suena el celular ¿no piensa contestar?
No había notado que sonaba mi celular, al sacarlo me di cuenta que era Anderson, colgué de solo ver su nombre que me diría o peor que le diría yo a el; el celular continuo sonando insistente, de la misma forma continuaba colgando, luego de unos minutos finalmente dejo de sonar, lance el celular a mis piernas mientras resoplaba un poco de aire me lleve las manos a la cabeza atenazando mi cabello con las manos y llevando mi cabeza hacia a atrás.
Fueron cortos los instantes en que inhale aire antes de que el celular volviera a sonar me alertaba que era un mensaje. –tío ya no soy un niño recuerdas; no te preocupes no creo que algún día pueda odiarte, no pronunciare tu nombre seguida de una frase de odio por que no puedo hacerlo… yo te amo y por un instante pensé que tu también sentías lo mismo por mi; me niego a creer que lo que paso fue producto del desfogue, pero tío no sientas lastima por mi, no vale la pena… solo lamento que lo que siento no se fuera como te fuiste tu, pero el amor es así una batalla donde juegas a perder.
Gracias por todo tío.
Cerré los ojos con fuerza, prefería mil veces que me fuera escrito que me odiaba pero Anderson no podría sentir eso por nadie.
 Howl Aullido” Si tan sólo pudieses ver la bestia en que me has convertido. La contuve pero ahora parece que la has dejado libre Gritando en la oscuridad, aúllo cuando estamos separados Arrastro los dientes sobre tu pecho para saborear tu corazón palpitante Finalmente llegue a la casa, le pague al taxista observe mi casa, un lugar grande acogedor, pintado de colores pasteles, con un tejado empinado y un patio en frente; saque las lleves sentía el nudo apretarme la garganta cortándome el aire. Al ingresar Javi me esperaba en la mesa sonreí al verle tenia esa costumbre de esperarme de preocuparse por mi. No podía lastimarle.
-amor te espere. Dijo acercándose para besarme los labios
-te pasa algo pipe. Dijo al ver que no obtenía repuesta, sus manos se apretaron a mi cintura, levanto la cabeza y me miro a los ojos.
-no me pasa nada solo es la melancolía que causa el viaje ya te lo dije. Acto seguido le bese deje que su lengua invadiera mi boca que sus manos se apretaran a mi cuerpo. 
-yo estaré para ti siempre pipe, me tomo de la barbilla y me volvió a reiterar sus palabras.
El dolor no desaparece solo se disfraza, se debe intentar olvidar aquello que te atormenta para poder seguir, acostumbrarse a que no siempre se gana que en este mundo se juega a perder y que Anderson quedaría en el olvido; mi prioridad es Javier por que se lo debo, por que se lo merece.
Lance con delicadeza a Javi contra el sofá me mordí el labio al ver su cuerpo acomodarse luego de su caída, Javier es ese tipo guapo con el que todos sueñan un joven de de veintiocho dos años menor que yo, ojos pardos, cabellera negra, piel dorada, un cuerpo de atleta, una espalda ancha con una cintura un poco mas delgada, sus abultados pectorales muy bien entrenados, su dura tableta oculta entre esa camisa gris, sus pernas, su culo, su abultado paquete custodio de tan delicioso néctar.
No le debes nada resonó nuevamente la voz de la conciencia, llevo siete años desde que Salí de San Andrés y lo único que me ha dado fuerzas a sido el hombre que esta frente a mi y lo que siento por el no es agradecimiento es amor, es confianza, es lealtad, es respeto… Javi me ama y yo… solo he cometido un error.
Me abalance a su cuerpo y le tome del cuello, Javier gimió sorpresivamente mientras se dejaba llevar, invadí su boca con mi lengua, recorría sus labios, sus mejillas, rosaba su lengua, su paladar  le apreté un poco mas del cabello me monte sobre su cuerpo. La mano que tenia libre recorrió su cintura recogí su camisa a la altura de sus pectorales.
Busque su tetilla entre caricias, al sentirla comencé a darles suaves pellizcos al poco tiempo estaban duras. Deje su boca bese su cuello le proporcionaba cálidos chupetones a su piel Javi dejaba en el aire sus gemidos; sus manos tomaron mi camisa me senté sobre su paquete y deje que me la quitara. Le agarre del cabello y le guie a mis tetillas me encantaba su forma de chupármelas me las cubría en saliva para luego sorberlas  con fuerza.
Me apretaba con la punta de su lengua, agarre más fuerte su cabello me deje caer un poco le observe morder mi tableta su cabello caía sobre su frente sus manos se dirigieron a mi pantalón me desabrocharon el cinturón y junto a el su botón; gemí mientras me bajaba el cierre su mano se dedico a tocar mi pene sobre el bóxer lo miro un par de segundos y comenzó a besarle. El morbo de Javier era de aquellas cosas que me cautivo al conocerle.
Siguió el camino de mi palo humedecía mis bóxer con su saliva, me apretó un poco la punta con sus dientes y me miro.
-aaah. Resople mientras llevaba mi cabeza hacia atrás
Mientras me apretaba el pene en un camino de besos y mordiscos, sus manos bajaron un poco mas mi pantalón dejando mi culo expuesto a sus manos fue con Javier que yo descubrí los placeres de ser lo que aquí etiquetan como pasivo; sus manos apretaron mis nalgas su tacto era bastante frio;  me bajo de golpe el bóxer dejando que mi pene golpeara su boca.
Me lo tomo de la base y con una mano agarrada a mis nalgas le apretó a su boca, comenzó con un movimiento despacio en lo que me descapullaba y probaba las primeras gotas de pre seminal que salían de mi miembro;  su lengua me recorrió el glande circularmente poco a poco me lubricaba mas y lograba descapullarme con mas facilidad. Apreté fuertemente su cabello y le metí mi pene a la boca Javi simplemente me miro gustoso sabia lo mucho que le gustaba tragársela de golpe.
Le oí una leve arcada pero luego su boca fue cediendo y fue adquiriendo más velocidad, mi pene se sofocaba en el calor apretado en aquel poco espacio. –te amo, me dijo sonriente mientras me pajeaba.
Le tome de los hombros y le deje descansar en el sofá; pose mi frente sobre la suya le observe cerrar los ojos e inhalar con fuerza, volví a besarle, su mano aun no abandonaba mi pene le pajeaba con mas dificultad debido al corto espacio entre nuestras tabletas. Su pulgar se encargaba de sobarme el glande… Javier… Javier repetí su nombre mientras ahogaba mis gemidos en su boca.
Me levante del sofá su boca me siguió y al no sentirme abrió los ojos, me baje por completo el pantalón y el bóxer me deje contemplar desnudo por sus ojos; le tome de las piernas y hice lo mismo, al tenerlo desnudo me arrodille a un costado del sofá Javi se acomodo dejando su miembro de diecinueve centímetros de largo apuntando a mi boca; me lo metí de golpe y comencé a mamarle con ganas le tome de la cintura para empujarme con mayor facilidad. 
Su mano acaricio mi espalda, le escuchaba decirme que me amaba preferí guardar silencio, dedicarme a hacerle feliz y por que no, a serlo yo también… me agarro de la mano para que me volviera a montar sobre él nos dedicamos a besarnos un buen rato,  me indico que me levantara y que posara mis manos en el reposabrazos quede en cuatro dejando mi culo a su merced; me beso las espalda y comenzó a descender al llegar mi culo le contemplo un instante para luego besar mi ano poco a poco su lengua reseguía mis pliegues mientras yo no dejaba de sudar.
Fingía una penetración con la misma, me lamia una y otra vez para luego levantarse e insertármela despacio. Gemía mientras la sentía centímetro a centímetro ingresar cuando la tuvo a dentro la saco despacio dejando su glande aun en mi interior.
-Javi joder aaah.
-te gusta he. Dijo mientras volvía a meterla lentamente
Su movimiento de cintura fue aumentando sus bolas chocaban mi culo, me dedicaba a pajearme al ritmo de sus envestidas, me tomo de la nuca y me obligo a buscar sus labios. Me saque su miembro mientras me giraba para quedar frente a él; los dos de rodillas mirándonos el uno al otro con la respiración agitada, los cuerpos bañados en sudor que luego seria lamido.
-te amo, dijo posando su frente sobre la mía dedicándome toda la atención de sus ojos pardos como el ambar.
Le acaricie el brazo, baje por este toque su cintura y le agarre el miembro le sonreí cómplice; dedicamos a pajearnos respirando cerca a la boca del otro, le tome del cabello cuando sentí la presión en mi abdomen permanecí cerca a su rostro con mi nariz tocando la suya, con mi frente sobre la suya. Parpadee un poco.
-te amo, te amo con toda mi alma; jamás te aria daño. Abrí los ojos y vi a Anderson… volví a parpadear con fuerza y vi a Javier frente a mi. Amo a Javier me repetí mentalmente, Anderson ha sido un error  pensé mientras apretaba mis dientes de ira, de confusión, de impotencia…
Sentí la lefa de Javier bañar mi miembro y parte de mi abdomen, varios cálidos reposando en mi cuerpo entre sus gemidos; me corrí al tacto de su semen en mi miembro, mis trallazos cayeron sobre su tableta, sus bolas, su pene.
Le mire mientras el me devolvía una sonrisa, me caí junto con el al sofá me acomode en su pecho y deje que jugara con mi cabello mientras caía dormido en sus brazos. Me repetía una y otra vez a quien debía amar y que todo acto pasado debe permanecer ahí como un bonito recuerdo, como nada mas… perdóname Anderson. Fue la última frase con la que mi mente callo cansada.
ANDERSON.
Me senté en la colina, miraba mi patético reflejo en el lago sin dejar de llorar, lamentando todo aquello tan bonito pero que se fue con las vías del tren. Recuerdo que me quede ahí tirado en el pavimento luego de mi caída aun me duelen las rodillas pero me lo merezco. Por que yo fui quien se hizo ilusiones yo busque a Felipe anoche yo deje que las cosas llegaran a donde llegaron.
Me quede ahí en el suelo mirando el tren alejarse esperando que en algún momento se detuviera y el bajara y me dijera que todo había sido real que el también lo había sentido, pero por mas que espere no paso nada… el no volvió. ¡Y es que valgo tan poco! Grite mientras golpeaba el agua del lago
-…no soy mas que escoria… resople mientras dejaba que mis lagrimas cayeran al lago y lo aturdieran al punto de causar pequeñas ondulaciones.
De camino a la colina me detuve a llamarlo pero el no me contesto, le deje un mensaje pensando que este le aria llamarme, que al leerlo en lo primero que pensara fuera en aquella noche tan maravillosa pero no fue de esta manera… el no vendrá el me lo dijo por que no creerle cuando sus ojos me suplicaban que le entendiera.
Me levante airado me agarre del cabello y me lo peine hacia atrás esperando tomar algo de aire que se fuera el sofoque, caí de rodillas frente al lago contemple mi reflejo nuevamente pero el agua se movía furiosa impidiéndome siquiera ver quien soy ahora; me lave la cara.
Camine colina abajo, me adentre a San Andrés  con la mirada caída el pavimento.
-¿Anderson? ¡Hey Anderson!
Gire en tono a aquella insistencia, la observe acercarse como siempre con paso seguro totalmente erguido para la cantidad de años que lleva encima, el contorno de sus ojos es teñida por una sombra negra, sus labios casi secos ni la esencia de lo que una vez fueron… pero sus fríos ojos verdes no habían cambiado y la frialdad que refleja tampoco.
-que quieres abuela. Dije cansado.
Ni la abuela ni yo nos acercamos, jamás le gustaron las demostraciones de afecto y respeto su decisión, al fin de al cabo ni que muriera por consentirla.
-Me dicen que Felipe estuvo en el pueblo. Resalto sus palabras con su mirada, pero no entendía siete años en donde jamás pregunto por el, donde según ella ya no tenia mas hijos que mi padre, siete años donde no contesto sus llamadas, siete años donde no contesto sus cartas, siete años donde mi tío se sintió solo cuando mas lo necesitaba… y luego de lo que sucedió anoche me queda muy claro por que la abuela le obligo a irse del pueblo; evito la vergüenza, los señalamientos de San Andrés por tener un hijo gay.
-si, pero ya se ha ido. Dije en un tono bajo mientras agachaba nuevamente la cabeza.
-mejor. Sentencio la abuela con frialdad, ocultando el matiz de dolor que permaneció en sus ojos por un instante. Pero… pero… para ella ya era tarde el amor no es una cosa que das en las buenas, por que en las malas es donde mas lo necesitas y si este no esta ahí… si este te abandona el amor de esa persona jamás valió la pena.
-te equivocas abuela, si piensas que se fue por ti o por este pueblo de mierda, te equivocas… el se fue por mi, por que no fui suficiente. Dije dándole la espalda siguiendo mi camino dejando a la abuela y su pena disfrazada atrás; por que no puedes mostrar afecto cuando ya es muy tarde; cuando sabes que tu destino esta a punto de culminar, no puedes remediar los errores en un instante… ya para ella es muy tarde.
Llegue a mi casa cargando con el peso de las distintas miradas que murmuraban mi estado, saque las llaves resople nuevamente e ingrese en su interior.
-hijo, ¿¡Anderson por que apareces ahora!? Dijo mi madre levantándose del asiento junto a la chimenea, con su largo vestido azul. Su rostro se mostraba preocupado con leves ojeras debajo de sus ojos.
-madre, estoy bien… dije mientras agachaba la mirada…estoy bien
-¿pero donde has estado?
-esta bien mama, dije esta vez tomándola del brazo… estaba con el tío Felipe pero el ya se ha ido, y no creo que regrese solté de golpe.
Me tomo de la barbilla y me beso la frente en señal de que siempre me protegería.
Me apreté a ella en un abrazo ella removió un poco en un quejido, mire su espalda corrí un poco el vestido y ahí estaba otro morado en la piel que se esmeraba por ser tapado. Me aleje de ella y le mire impotente.
 -madre me quiero ir a dormir. Solté en un hilo de voz y sin esperar que me intentara detener.
Al llegar a mi cuarto, hice lo único que puedo hacer en estos momentos llorar, ahogar mi voz en la almohada, golpearla con fuerza, sollozar, jalar mi cabello, remover mi habitación entre golpes cansados llenos de ira, de decepción, de dolor. Tomar su carta leerla una y otra vez sonreír con su recuerdo para luego despertar a la realidad. No supe en que momento pero perdí la noción quede totalmente dormido.
Tiempo después desperté con la boca seca, los ojos totalmente pesados, con el cuerpo cansado me levante de la cama removí mi cabello unos instantes; dirigí mis pasos al baño ingrese a la ducha y deje que el agua comenzara a recorrer mi cuerpo; tenia su sudor impregnado en mi piel, sus caricias marcadas en cada rincón, las gotas de agua golpeaban mi cuerpo se sentían tan bien como sus besos… esto no estaba bien yo me dije que era pecado y no quise atender a mi voz ahora… estoy solo.
-maldita zorra marica. Dije entre lágrimas que nuevamente salían sin permiso sin esperar un parpadeo.
-asqueroso puto de mierda. Repetí golpeando mi puño contra la pared. Me deje caer mientras el agua me mojaba me senté en el suelo sin parar de sollozar, sin que mis dientes dejaran de castañear…por que la vida es tan dura contra quienes intentamos cambiar nuestro destino. Contra quienes han aceptado su realidad y desean ser felices conforme a ella ¿Por qué?
Me levante cuando me sentí ahogado, cuando la garganta se seco ante tanta agua, cuando mis ojos se cerraron al ver mi realidad; tome una toalla e ingrese a mi habitación me vestí casual unos vaqueros blancos, acompañados de una camisa verde en V ancha, me medio peine, me coloque los tenis, resople un poco mientras me aplicaba loción y Salí.
Al bajar escuchaba voces en la sala.
-¿por favor no? Suplicaba mi madre a mi padre.
-por favor no que, madre. Dije al terminar de bajar los escalones y posarme frente a frente con mi padre que se encontraba de pie con mi madre a su lado tomándolo del brazo
-marica hijo de puta me quieres explicar que mierda es esto. Dijo levantando mi carta empuñada a su mano totalmente arrugada.
Kiss With a Fist, Beso con un puño” Me pegaste una vez Yo te devolví el golpe, Diste una patada

Yo di una bofetada Quede pálido, mi corazón comenzó a latir con fuerza, el calor de mi piel se perdía y a cambio me invadía un perturbador escalofrió,  intente abrir la boca pero al no tener algo que decir calle mirándolo directamente a los ojos. –marica, me volvió a repetir mientras empuñaba sus manos. Mire a mi madre cubierta en llanto lamentándose por lo que había echo le sonreí con una capa de lagrimas en los ojos, ella soltó a mi padre y este la empujo ella callo junto con su hermoso vestido azul al suelo y tapo su rostro con las manos mientras sollozaba.
Mire a mi padre acercarse para golpearme mientras maldecía mi existencia. –yo te arreglare ahora mismo. Grito empuñando su primer golpe.
Levante mi mano para recibirlo, le mire a los ojos y le cabecee con fuerza, mi padre retrocedió sorprendido empuñe mi mano frente a el y di el primer golpe, mi padre empuño su mano a mi pero mientras retrocedía aturdido me tomo de la camisa y me lanzo contra la mesa observe las cosas caer. Mi cuerpo golpeo el suelo y mi padre callo sobre mi para comenzar a golpearme con fuerza me cubría vanamente con los brazos le empuje fuertemente mientras se desestabilizaba le volví a golpear le patié el abdomen. Lo agarre del cabello y le golpee contra la pared. No paraba de llorar mientras mi cuerpo se calcinaba de ira acumulada.
Mi ojo morado no proyecta sombra, Tu ojo enrojecido no ve dolor Tus bofetadas no aguantan Tus patadas no hacen daño Así que seguimos igual Palos ensangrentados y gotas de sudor Mi padre me cruzo el pie para que nuevamente callera al suelo, mi madre gritara no más pero eso no serviría de nada en estos momentos; mi padre me observo unos instantes con el rostro totalmente lastimado, observe sus fieros ojos negros odiándome totalmente. Empuño su mano y golpeo el suelo, le seguí observando su mano comenzó a temblar y miro a un costado agarro un objeto que no alcance a distinguir pues mi madre grito y por acto reflejo le mire. Gire nuevamente la mirada y hay estaba mi padre apuntándome con un cuchillo. Me lo merecía.
No te lo mereces reacciona grito mi conciencia invadida por el miedo de lo que pudo ser y ahora es; mi madre apareció a espaldas de mi padre y le golpeo fuertemente con unos de los jarrones mi padre callo a un costado de mi cuerpo mientras se cogía de la cabeza.Te rompí la mandíbula una vez derramé tu sangre en el suelo, Me la devolviste rompiéndome la pierna Siéntate y mira cómo arde la cama (una gran alegoría) ♫
-hijo vete ahora, vete lejos. Me dijo suplicante mientras me tomaba de la mano para guiarme a la salida.
-pero mama no puedo dejarte. Dije tomándola de las manos, dirigiendo una mirada a mi padre totalmente aturdido.
Mi madre soltó mis manos y las dejo caer junto con su mirada –no puedo irme hijo debes entenderlo. Antes de que reprochara su decisión mi madre desato la pulsera de plata de su muñeca y me la coloco en la mano la apreté con fuerza mientras derramaba lagrimas observando a mi madre quebrarse por mi culpa.
-Anderson siempre estaré contigo.
Un beso con un puño es mejor que ninguno, Un beso con un puño es mejor que ninguno Me aferre al cuerpo de mi madre mientras ella me tomaba de los brazos para separarme sacándome de la casa, al salir el sol decaía sobre las calles de San Andrés, corrí como pude corrí sin nada, corrí con la pulsera de mi madre en mi muñeca corrí en silencio por sus calles, corrí sin mirar atrás, corrí imaginando sus gritos, corrí recordando su maquillaje tapando sus heridas, corrí por impotencia, corrí sin rumbo, corrí hasta encontrarme con la gran puerta del palacio de San Andrés, corrí a Lourdes. Totalmente agitado, asustado, con miedo yo soy el que se ha equivocado en todo este tiempo. Yo un idiota de mierda.
Toque el portón insistente; los pasos resonaron en su interior, al salir se sorprendió al verme jamás había pisado este lugar por que jamás pertenecí aquí pero ahora el miedo me ha invadido y me a puesto frente a el. El me miro asombrado me invito a pasar camino unos pasos y me miro intrigante.
-padre tengo miedo. Le dije al sacerdote mientras resoplaba aire en la magna arqueología del lugar.
El cura me pidió que me sentara, me noto bastante alterado me ofreció algo de beber pero le rechace mientras intentaba reponer mi cuerpo; el lugar cubierto por grandes vitrales bíblicos totalmente oscurecidos por la caída de la noche, aprecie las piezas dibujadas en su paredes, aprecie la capilla, el confesatorio, todo relucía en oro y plata. Mire al padre vestido con una túnica totalmente blanca con las manos apretadas a su pecho mirándome insistente, intrigante a la espera de alguna respuesta.
-padre déjeme quedar no tengo a donde ir. Dije tomándole de las manos, suplicándole con la mirada humedecida de tanto lloras, con la piel pálida del miedo, con el cabello removido por la desesperación. 
-padre por favor.
-Anderson, te conozco desde pequeño; si no me cuentas que sucede no podrás permanecer en el recinto.
Abrí la boca para comenzarle a contar cuando me dijo –hoy estas muy cansado será mañana, solo hay una habitación y no puedes ingresar ahí. Deberás dormir aquí en los asientos de los feligreses.
-no importa padre. Le corte
”Shake It Out, sacúdelo” Los lamentos se juntan como viejos amigos Aquí para revivir tus momentos más oscuros No veo el camino, no veo el camino Y todos los demonios salen a jugar  El padre me trajo unas mantas y me deseo una buena noche; su figura desapareció entre la oscuridad del recinto. Me acomode en la silla acomode mi brazo para que me sirviera como almohada mientras dejaba que la manta cubriera parte de mi cuerpo… el lugar era bastante frio y netamente oscuro por un momento este lugar me recordó las calles de San Andrés por que al final del día este lugar y mi pueblo siempre estarán unidos, pero ni Felipe ni yo pertenecemos aquí. Lourdes para bien o para mal a creado miedo las personas viven en torno a el es este miedo que les obliga a señalar y a esconderse. La fe ciega es tan peligrosa como no tener fe.
No pude dormir en toda la noche pensando en mi madre, observaba su pulsera plateada adornada por una replica de la estrella la estrella de Alpheratz una estrella ubicada en la constelación de Andrómeda la mas brillante… según mi madre mi estrella, pero yo solo radio sombra y dolor. …suspiraba pensando a donde iría luego del amanecer búscalo me grito la conciencia… y en el fondo eso quería pero… tengo miedo.
Y cada uno de ellos quiere su libra de carne Pero a mí me gusta guardarme cosas únicamente para mí Me gusta conservar mis problemas fuertes Siempre es más oscuro después del albaEl amanecer llego bañando cada rincón de Lourdes al no dormir bien anoche note que siempre es mas oscuro antes del amanecer; los pájaros comenzaron a cantar y junto a su melodía el padre apareció. Me senté doble la sabana y se la entregue en sus manos.
-padre debo pedirle un ultimo favor. Le dije agarrándole de la túnica mirando sus potentes ojos azules, pero para mi era como el océano un color bello por fuera pero oscuro en su profundidad.
Antes de que reprochara le conté lo que necesitaba que el hiciese por mi, -padre reúnase con mi madre por favor mire si esta bien.
El padre me miro luego de resoplar, me dijo que lo aria y así fue se vistió, y en su salida me advirtió que no mirara mas de la cuenta y que no le abriera a nadie; al pasar por mi lado le agarre de la túnica y le mire a los ojos padre.-dígale que siempre estaré con ella y que necesito la carta ella le entenderá.
El padre se fue sin decirme palabra, ingrese a la pequeña cocina probé algo de bocado y bebí un poco del mismo; mire la habitación del padre y contra mis impulsos ingrese. El cuarto era pequeño una cama, cuadros por donde se viese, un armario pequeño, una pequeña repisa de cartas, me acerque a la mesa de noche abrí el cajón y mis ojos se abrieron de golpe, mi garganta se seco, retrocedí un poco –hay cosas que no deben verse. Acto seguido cerré el cajón y Salí del lugar.
Me senté en la capilla que daba vista a la puerta, mordía mi mano empuñada, mi mente divagaba, la conciencia permanecía callada, mis ojos no parpadeaban… la puerta se abrió y con ella una gran cantidad de luz ingreso al recinto parpadee un poco para confirmar lo que veía el padre se acerco a mi y me dijo –no te daré nada hasta que hablemos hoy luego de la ultima misa.
Mire en reproche, me levante y le pedí la carta pero al parecer esta influía en la condición; le mire aun mas enojado el pareció neutro empuñe mi mano mientras el relajo la suya removiendo sus labios me dijo que me quedara en la cocina o en el patio trasero. Me quede en el patio toda la tarde era tranquilo hay nada parecido al interior de la iglesia, los pájaros andaban de aquí para halla cantando, me pregunte el por que teniendo el poder de abandonar este pueblo siempre venían. Pero al final la respuesta no llego a mi mente. Llegó las seis de la tarde trepe el árbol y me dispuse admirar el crepúsculo vespertino y en una hora la llegada de la noche. Hoy la noche pintaba pocas estrellas la mía no estaba pero aun así era bello respirar el aire de la noche mientras la luna te baña de plata.
-es bello este lugar. Dijo el padre mientras ingresaba. 
-quiero mi carta ¡ahora! Le dije en mismo tono tranquilo.
El sonrió y me invito a pasar se acomodo su túnica y se sentó en el confesatorio al ver que no salía ingrese por el otro lado del cubículo él permanecía sentado y en mi lugar no había nada, Salí un momento ingrese a la cocina y traje un silla la ingrese al cubículo y me senté. Le escuche reír un poco.
-Anderson que ha pasado.
-mi madre padre, mi madre ¿¡esta bien!?
-si hijo ella esta bien, entre lagrimas me pidió que te dijera que te ama y que donde vallas ella estará contigo. Mire un momento mi pulsera y sonreí en silencio mientras me imaginaba como la había pasado.
-quiero que me cuentes todo.
Y he sido una tonto y he estado ciega Nunca podré dejar el pasado atrás No puedo ver el camino, no puedo ver el caminoYo asentí a su voz y comencé a contar todo lo que pasaba con mi familia, cuando llegue al fatídico día pensé en Felipe y no sabia que contarle por temor a lo que hiciese a mi carta pero el en la conversación se mostro preocupado puedo asegurar que un nudo se apretó a su garganta. Resople un poco de aire, removí mi cabeza y le conté.
El guardo silencio me paso la carta sobre la rejilla y me pregunto – ¿piensas recibir la penitencia?
-padre ya he pagado suficiente. Dicho esto Salí del cubículo con mi carta. 
-no puedes quedarte, me dijo mientras se sacaba la túnica.
-sabe padre hoy removí sus cajones, al verlo sorprenderse continúe evitando que hablara. Ahora yo le pregunto padre ¿sabe por que Felipe ni yo tememos? Por que a diferencia suya no sentimos que lo que hacemos esta mal… y sabe que mas padre nosotros no buscamos dopar el dolor con el dolor físico. Me dirigí a la puerta me gire para verle una ultima vez –gracias padre, si no es mucho pedir cuide a mi madre.
Dudo que entendiera por que le agradecí, simplemente partí del lugar y al cruzar las grandes puertas supe que quizás jamás  volvería a entrar; nuevamente no tenia nada solo mi ropa y una carta, un celular sin saldo, sin dinero pero con un solo rumbo la gran ciudad.
Camine por las calles de San Andrés, observe la luna bañar de plata el lugar, por primera vez no lloraba a pesar de tener un gran peso en mi espalda, un ahogo en la garganta y una espina en el corazón pero… no lloraba. Ingrese a la estación del tren las personas me golpeaban a su paso miraba el pavimento me detuve en el vagón donde lo vi partir; resople algo de aire no mire a San Andrés solo ingrese al tren… me senté en la que supe fue su silla, observe por la ventana las vías que dejaba el tren a su andar; apreté mi mano en puño mientras la otra acariciaba la carta, solté una lagrima fría bañada por el color plata de la noche, la sentí rodar por mi mejilla mientras su frio me calcinaba a cada paso. Mi labio tembló mis dientes se apretaron. Y en un vilo de esperanza nacida de un lobo corazón aullador a una luna de cemento pensé en su rostro… en el reflejo de sus ojos pardos. He terminado con el corazón desgraciado Así que esta noche voy a cortarlo y a reiniciarlo Porque me gusta conservar mis problemas fuertes Siempre es más oscuro después del alba
Me dormí unos instantes con la frente apoyada en la ventana, desperté a las tres de la mañana la ciudad se encontraba bastante iluminada, el tren se detuvo y deje que los demás bajaran me quede sentado unos instantes y me levante al salir. Me pregunte que rumbo tomar entonces apreté la carta con inseguridad, mire de lado a lado Salí por donde las personas salían era nuevo aquí este lugar a pesar de su ambiente espeso y frio era bastante bello.
Camine al norte, apreté mis manos a mi cuerpo totalmente descubierto tenia mucho frio, las farolas me proporcionaban un calor relativo al andar.
-¿estoy libre? Grito un taxista al posarse a un costado de la acera, retrocedí unos pasos desconcertado este al verlo volvió a repetir.
-disculpe no tengo con que pagarle. Dije con la mirada en el suelo mientras volví a caminar el taxi me siguió unos pasos y me dijo de golpe el conductor –la pulsera y lo llevo a donde quiera.
-lo lamento no la cambiaria por nada; el taxista miro intrigado con una cara desconcertada… por que me la dio mi madre.
Lo vi sonreír mientras bajaba el retrovisor, -¡anda sube! Te adelanto unas cuadras de ahí en adelante te defiendes solo.
Le di las gracias desconfiado, me termine montando el hombre era muy simpático algo fibrado de espalda bastante ancha, sin nada de cintura, piernas algo gorditas pero entrenadas,  le mire por el retrovisor y el hizo lo mismo sus ojos eran verdes mas claros que los míos pero mucho mas cansados.
En comenzó a andar, me pregunto de donde era y le respondí, le pregunte como podría yo encontrar a alguien en la ciudad pero simplemente rio animado, me deseo suerte esa fue su valiente respuesta; llegamos una zona poco habitada bañada por la luz de unos cuantos postes.
-te bajas, te deseo suerte chico.
Le di las gracias y me baje sin saber donde estaba, me quede en el centro de ninguna puta parte solo veía establecimientos cerrados, sus letreros indicaban que estaba en una zona de libertinaje o eso parecía; las pocas personas que aparecían en el lugar no se percataban de mi presencia, un viento helado me extreme cio hasta la medula, luego un trueno sonó y comenzó a llover. Las personas corrían pero yo no tenía a donde hacerlo.
-que pasa chico ve a tu casa, te estas mojando. ¿Podrías enfermarte? Se acerco hombre algo mayor pero bastante bien conservado de grandes pectorales acompañados una dura tableta que se veía a través de la te la mojada. Se acerco a mí colocándome el brazo en el hombro.
-no te are nada, tranquilo. Me dijo al ver que empuñaba la mano
Me convenció de ir con el, al final del día el era lo único que tenia; la noche resplandeció mas oscura ya pronto amanecería me pregunto de mi solo le dije que no pertenecía aquí, le vi sonreír pero no era una mirada limpia como la del taxista era una mirada cruda como si le agradara lo que me pasaba.
-siga don Pablo. Resonó un hombre que custodiaba una pequeña puerta.
 El lugar pintaba de luces de todo tipo, en alguna de las habitaciones resonaba música, en otras sonaba el rechinar de los muebles, me apretó acercándome a el palmeo mi pecho en señal de tranquilidad, las distintas personas que estaban hay me miraban algunos con rabia, otros con tristeza, algunos con deseo y unos cuantos preferían no mirarme. A medida que ingresábamos el pasillo se hacia mas angosto y las puertas permanecían cerradas; por lo que deducía el lugar era únicamente habitado por hombres, escuche gemir detrás de una de las puertas un puto escalofrió me recorrió el cuerpo le mire a sus profundos ojos negros. Me dijo tranquilo que no me pasara nada.
Me llevo al final del pasillo en una puerta un poco mas presentable que las otras, no pidió permiso simplemente entro había un joven de unos dieciocho años, de piel morena, de espalda ancha terminada en una fina cintura. Su cabello negro liso que a espaldas le daba un toque de misterio, sin querer le mire la cola un rabo totalmente parado, duro apretado en esos vaqueros.
-veo que Camilo te caerá bien. Dijo el viejo percatando al joven de nuestra presencia.
Me alegro saber su nombre, sonreí espontaneo alejándome de Don Pablo, Camilo giro tenia los ojos mas bellos que había visto parecidos a los míos unos ojos verde oscuro llenos de una misteriosa luz, de una profundidad cubierta por algo de dolor… su boca delgada, sus rostro de fracciones perfectas. El me miro enojado, con un odio arrasador ante mi presencia removió la boca con desagrado.
-el será tu compañero cuídalo, dale el mejor trato. Le ordeno pablo.
-¿Por qué debo cuidar al nuevo acaso no es grandecito? Reprocho intimidante con las manos empuñadas.
-que puta mierda hablo chino o que, que lo cuides el se ira mañana ¿verdad? Asentí con la cabeza mientras Camilo resoplo cansado algo sarcástico.
-no me mal entiendas no te estoy echando, si no tienes a donde ir podemos llegar a un acuerdo. Dijo totalmente malicioso en un acto que me causo repugnancia.
El tipo salió, me acerque a Camilo y le tendí la mano –me llamo Andrés pero me dicen Anderson usualmente.
El se acerco a mi y agarrándome de la camisa húmeda en puño, me apretó contra la pared de forma violenta –mira marica yo no vine a hacer amigos, mientras mas te mantengas alejado mejor y en cualquier intento que me incomode te parto la cara. ¡Me entiendes! Pedazo de mierda.
Mierda advirtió mi conciencia mientras intentaba calmarme ante Camilo.
El silencio se hizo incomodo me acerque a la cama y me senté en una esquina de ella, apreté la carta en mis manos, el me saco algo de ropa prestada y me pidió que me cambiara al no haber donde removí incomodo  –Cámbiate de una puñetera vez que necesito dormir. Me ordeno. Me desnude en su presencia algo intimidado el me miro unos instante directo para luego seguir con lo suyo me despoje de mi pantalón y le mire el solo tomo saliva y giro a su armario. Al vestirme le pregunte donde dormiría.
-estas parado hay.
-dormirás en el suelo, no te molestes yo puedo acostarme en el suelo al fin de cuentas la cama es tuya.
-esa cama no es mía esa cama es el trabajo. Dijo sacando unas cuantas sabanas acomodándolas en el suelo.
-¿Cómo alguien como tu termina acá? Le pregunte de golpe mientras contemplaba el desorden del lugar inhalando el penetrante olor a sexo.
-de la misma marica forma que tu, no preguntes estupideces ¡idiota!
Me quede callado, con la mirada en el suelo apretando la carta con fuerza. –bonitas pulseras. Soltó de golpe.
-me las dio mi madre, le dije mientras le sonreía.
El resoplo algo de aire, -¿Por qué la dejaste?
-no quiero hablar de ello. Dije acostándome en la cama mientras respiraba de forma cansada, cerrando los ojos.
-yo no tengo a la mía. Así que en cuanto puedas regresa a ella.
Me senté intrigado mientras el continuo con un tono mas bajo hablando como para si mismo auto convencerse. –hace unos años cuando tenia trece mi madre falleció, no tenia familia así que me quede con mi padrastro… pero el se canso de mi era un gasto al final de cuentas una noche ingreso a mi habitación me dijo que los favores se pagan… Camilo apretó el puño sus ojos se cerraron de golpe; y sin querer comenzó a llorar. Giro su cuerpo para que no le viera.
Me levante y me pose a su espalda levante la mano para tocarlo pero me retuve a centímetros de su piel –esa noche me hiso suyo, pero el dolor no fue suficiente por que después de esa noche llegaron una tras otra cada vez peor, cada vez me sentía mas asco mas vulnerable a el… Camilo limpio su rostro con el brazo.
Mi corazón palpito con fuerza Camilo, camino unos pasos y apago las luces es hora que te duermas; y sin esperar alguna respuesta se recostó en el suelo… me acosté en la Cama le mire varias veces con la cabeza apoyada en una mano le veía llorar en silencio, entre sollozos ahogados el y yo no éramos distintos.
El crepúsculo del amanecer ingreso por una ventana pequeña lo suficiente para admirar parte de su cuerpo. Cuando los sollozos pararon le vi dormir se apretó mas a el, me levante algo cansado con el sueño en mi cuerpo cogí unas cuantas sabanas y me acosté a su lado. Me arrope junto a su cuerpo. Y soy maldecido si lo hago y maldecido si no, Y estoy listo para sufrir y listo para soñar
Sentí su calor, me apreté a su inconsciente cuerpo y le robe algo de calor, inhale su aroma, aprecie su cuerpo. Me apreté aun mas con una mano le apreté su cintura con la otra oprimí mi carta y me dormí.
Pronuncie su nombre y me dormí… sin ni siquiera predecir lo que el destino nos predecía en un camino lleno de grietas. Luego mi boca clamo su nombre el de él… Felipe.

CAPITULO III

ANDERSON.
Abrí los ojos permitiendo que poco a poco la luz aclarara mi vista, me sentía muy cansado me acomode un poco apreté la mano en un recuerdo rápido del destino la hoja se arrugo ante mi movimiento sentí tranquilidad por que ahí seguía yo tenia su carta, aun podía estar junto a el… esta carta es lo que no me permite retroceder por que yo se que mi tío me ama y le buscare entre la neblina; le buscare con mi ultimo aliento hasta volver a ver el reflejo de sus ojos pardos, hasta conseguir apreciar nuevamente su sonrisa, hasta que su cuerpo vuelva a tocar el mío, hasta que… hasta que su boca me vuelva a decir que me ama.
-Felipe. Pronuncie su nombre mientras me acomodaba un poco.
♫”All This and Heaven Too, Todo esto y el Cielo” Me dolía la espalda gemí de incomodidad; parpadee un poco y vi la figura de aquel chico recostada junto a mi con mi brazo rodeando su cintura; me ruborice unos instantes sentí como una gran ola de calor invadía mi cuerpo pero el pareció no notar que me acababa de despertar dormía como un niño en este suelo tan duro y tan frio. Intente zafar mi mano pero el la tenia apretada y la verdad su calor me agradaba el corazón me comenzó a latir con mas fuerza. Me comencé a preguntar ¿¡Qué mierda hago si despierta!? Recordé sus palabras de advertencia lo que causo que mi cuerpo comenzara a tensarse –mira marica yo no vine a hacer amigos, mientras mas te mantengas alejado mejor y en cualquier intento que me incomode te parto la cara. ¡Me entiendes! Pedazo de mierda-
¿¡Que hacer!? Si me ofreció su cama por que me baje a al suelo a dormir junto a el; resople un poco de aire, dibuje una sonrisa irónica de alguna manera esto me estaba gustando su aroma impregnado a mi cuerpo, tener su ropa puesta; poder apreciar su espalda descubierta trague saliva su piel blanca cubierta por algunas cuantas pecas, baje un tanto la mirada para apreciar entre sabanas su cintura, su culo apretado entre el bóxer. Mi polla dio un brinco no me había percatado pero se encontraba dura, palpitante en su máximo tamaño; le mire podría alejarme si tan solo me muevo ágilmente- pensé.
Levante un poco la mano pero la de Camilo me aprisionaba, tras mi insistencia el regruño entre dormido se giro para encontrar mayor comodidad; sentí mi mano liberarse de su cuerpo su rostro quedo frente a frente con el mío, podía inhalar su aroma, sentir el calor de su respiración acariciar mi rostro; tome mas saliva con mas dificultad la poca luz que ingresaba a la habitación iluminaba las fracciones perfectas de su rostro; mis labios se movieron indecisos no podía apartar los ojos de sus delgados labios rojizos.
Y el corazón es difícil de traducir Tiene su propio lenguaje Habla y se convierte en un tranquilo suspiro En oraciones y proclamaciones Mis ojos bajaron por su barbilla se posaron en sus pectorales entre descubiertos por la sabana que nos cubría se les notaba bastante duros y abultados, con las tetillas teñidas de un tenue color rosado. Levante la mano indeciso no sabia que hacia la abrí en palma y le deje posarse en su pecho. La respiración de Camilo era bastante pausada como el palpitar de su corazón. Volví a levantar la mirada me preguntaba como un rostro que se apreciaba tan angelical podría mirar con tanta rabia al mundo.
El resoplo algo de aire le di ordenes a mi cuerpo de alejarse pero no me respondió, apretó sus parpados con fuerza sus labios se removieron secos, Camilo abría poco a poco los ojos aquel verde oscuro iluminado por los rayos de la mañana capitalina le hacían ver tan bellos tan tranquilos por primera vez desde los ojos de mi tío me sentía tan seguro. Abrió los ojos al encontrarse con los míos los volvió a cerrar como si no se fuese percatado, pero su pecho inhalo aire con mas fuerza nuevamente abrió los ojos al encontrarme me miro desconcertado bajo la mirada aprecio mi mano en su pecho su mirada cambio; el matiz de su rostro se mostro molesto.
-¡que putas crees que haces! Resoplo de golpe, sus manos se apretaron a mi cuerpo y le empujaron con fuerza alejándome de el. Y el más pequeño de los gestos se resumía en jadeos superficiales
Le vi sentarse de golpe sin cambiar su expresión observo la cama y me volvió a mirar; no sabia que decir solo le vi levantarse dejando caer las cobijas dio unos pasos en lo que yo me sentaba; resople un poco de aire apenado sin atreverme a mirarle a los ojos. –lo lamento. Pronuncie mientras me levantaba.
Al ponerme de pie le vi acercarse nuevamente me tomaba del cuello de la pijama y me apretó contra la pared, gemí de sorpresa mi carta callo al suelo y al no sentirla mire desconcertado le agarre de las manos. Se apreciaba bastante molesto su respiración totalmente agitada en una actitud amenazante –no me jodas, no confundas Anderson al decir esto me vivió a apretar contra la pared. –no me jodas. Volvió a repetir mientras me soltaba. Caí asfixiado al suelo mientras por todos los medios tomaba aire. Le vi meterse en el baño luego de un portazo.
-pero que mierda le pasa a este tipo. Pensé desconcertado retomando mi carta con una mano sobándome el cuello con la otra.
Me di unos instantes de reposo respire hondamente me dispuse a tender la cama, recoger algunas cosas no era difícil se veía que Camilo era un tipo organizado y muy alejado, en lo que estamos en este cuarto solo he visto a don pablo; Salí de la habitación el pasillo era amplio ya no radiaban las mismas luces que hace unas horas muchos estaban descansando o simplemente permanecían encerrados en su cuarto. Cruce pasillos sin atreverme a abrir alguna puerta las paredes estaban pintadas de colores fríos, habían cuadros contemporáneos por donde se mirara.
-veo que estas despierto. Resonó una voz a mi costado recién saliendo de su habitación. –vamos no tengas miedo somos amigos.
Gire a mi costado para verle a la cara, se encontraba tapado por un bóxer negro que resaltaba su piel blanca como la porcelana se podía apreciar una polla bastante despierta que palpitaba por salir, vestía un gabán rojo de seda fina; le mire desconcertado mientras trasmitía una forzada sonrisa. Ladeo su copa de vino rojo que traslucía como el cristal y me sonrió.
-don pablo… eh si desperté hace poco.
-Yo tampoco he podido dormir creo que estamos igual muchacho. Me respondió ameno -anda ven a desayunemos juntos.
Dude por unos instantes a su ofrecimiento el se acerco a su puerta y la abrió despacio siguió al interior de su habitación dejándome en el pasillo -no pensaras entrar- me replico la conciencia; pero hace tiempo deje de oírle este hombre me ayudo anoche de la lluvia lo que menos podía hacer como agradecimiento es aceptar su invitación. Seguí en paso pausado a su cuarto todo parecía pintar de un extraño color rojo debía ser su favorito quizás… lo vi en la mesa bar saco unos cuantos pasa bocas junto con dos botellas de vino.
 Me pidió que me sentara en un gesto de sus manos, se acerco con esa misma sonrisa que no me terminaba de tragar; me sirvió la primera copa.
-así que como un joven guapo como tu de San Andrés termina en una zona de la ciudad como esta. Tomo un sorbo sin dejar de mirarme.
-yo vengo a… un portazo suena antes de terminar mi frase, observe la puerta me sorprendí al ver un agitado Camilo.
-señor el nuevo se… quedo callado al verme sin poder terminar su frase totalmente sorprendido de encontrarme en este lugar, agache la mirada y apreté mi mas manos.
-el nuevo nada jajaja ven siéntate come algo con nosotros; toma una copa y siéntate a mi lado.
Y me habla en puntas de pie Y me canta en el interior, Se pide a gritos en la noche más oscura Y se rompe la luz de la mañana Camilo obedeció levante la mirada aprecie su rostro ruborizado pero su mirada no cambiaba me seguía mirando en una mezcla de ira y lastima. El se sentó junto a Don pablo este le sirvió un poco de vino le acerco la bandeja de pasa bocas la cual rechazo en seguida. Me miro sin más a los ojos no sabia como sostenérsela; aquellos me trasmitían algo que no podía entender.
-Anderson nos contaba como termino aquí. Dijo don pablo.
-yo vengo en busca de alguien especial. Respondí tajante retomando mi carta entre las manos.
-ya veo ¿alguien a quien amas? Pregunto sirviéndome un poco más en la copa.
Me invito a tomar guiando la inclinación de mi copa –si.
-y como sabes que el te ama. Dijo sarcástico entre risas.
-lo se. Senté de golpe dejando que la copa golpeara la mesa.
Camilo permanecía al margen de la conversación se dedicaba a escucharme sin mostrar algún matiz de interés, don pablo sonrió ante mi reacción se levanto rasco vulgarmente su miembro frente a mis ojos; -vamos quiero mostrarte algo. El simplemente salió dejándonos a nosotros en la habitación mire a Camilo pero este me desvió la mirada resoplo un poco y le siguió. Me levante de igual forma con la copa en la mano Salí de su habitación camine por el pasillo subí las escaleras totalmente entapetadas podía apreciarse la salida al exterior.
En el balcón estaban Camilo y don pablo apoyados del barandal mirando la ciudad bañarse del los colores cálidos que nos proporciona el atardecer de medio día; el viento resoplaba fuerte me acerque al lado derecho de don pablo deje que mi copa descansara en el barandal mientras apoyaba libremente mis manos en el mismo. Miramos el horizonte todo era nuevo para mi el cielo mas azul, un sol mas tenue, un viento mas frio pero relajante, los edificios totalmente vitalizados, los autos de aquí para halla, las personas todo me parecía tan diferente.
-¿es hermoso verdad? Me dijo don pablo. Yo le afirme con mi cabeza sin apartar la mirada de la ciudad –no te confíes Anderson aprecia la belleza hasta que te duelan los ojos… y ahí este viejo zorro y tu hablaremos el mismo idioma.
-aquí Camilo sabe lo que hablo ¿verdad? Tomo a Camilo del hombro y le apretó a el mientras le implantaba un beso en la cien. Le mire confuso Camilo solo sonrió por lo bajo y volvió a mirar la ciudad.
-quiere hasta que duela, ama hasta que sientas morir. Dijo luego de suspirar apartándose de los brazos de don pablo para tomar un sorbo de vino.
-Anderson seré sincero dudo que encuentres lo que buscas, mira la ciudad es un laberinto enorme… abrió los brazos para abarcar la mayor capacidad que podía.
Agache la mirada sentí como mi corazón se apretaba tenia razón yo soy un idiota como encontrarlo me dirigí al balcón y mire el horizonte preguntándome donde lo podía encontrar pero por mas que me cuestionaba no encontraba la respuesta, mis manos se apretaron fuerte en el balcón sentía como mi garganta volvía a secarse tome la copa y bebí un sorbo mas. Parpadee cansado. –pero yo puedo ayudarte. Dijo tomando mi mano apretándome a la suya para girarme y así obligarme a mirarle. Se me dibujo una tota sonrisa en el rostro lo único que pude articular fue un -¡verdaderamente puede hacer eso!
-claro y mucho mas puedo ofrecerte esta casa, puedo ofrecerte seguridad y puedo garantizarte que si te quedas lo encontraras a esa persona… pero debes darme algo a cambio.
Me tomo del rostro su pulgar acaricio mi mejilla dio unos pasos apretándome al balcón. –que quieres. Dije de golpe mientras retiraba su mano de mi cara, le alejaba intimidante.
-sencillo quiero que seas mi nuevo chico es sencillo unos cuantos tipos que conocerás cada noche, un favor por otro no crees que es lo justo. Su vos tanto su presencia me rodeaban sonaba tan tranquilo, tan seguro.
-no, no pienso hacer lo que me pide. Dije decidido apretando mi carta con fuerza.
-entonces cuando caiga la noche debes irte. Vamos Camilo, dijo palmeándole el hombro le observe mirarme mientras cerraba sus parpados de golpe y salía. Don pablo me sonrió -mi propuesta sigue en pie ¿acaso crees que la persona que buscas te esta esperando? Guarde silencio ante su pregunta el me apretó del rostro fuertemente ¡que idiota! Sentencio para luego empujarme di unos cuantos pasos y repose en el barandal.
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Faltaba poco para las seis una hora creo no cargaba ni con un puto reloj pero no me quedaría ahí no estaba dispuesto a venderme por un favor, aun que ese favor fuese el que me devolviera la vida, no tenia nada que empacar solo tenia una carta una camisa y un pantalón… y un puto celular sin saldo. Me senté en la cama suspiraba hondamente abrí la carta que tenia bastante arrugada pero su esencia estaba intacta… se que le encontrare leía cada verso mientras apretaba mis dientes con fuerza recordando sus caricias, sus besos, sus ojos, sus palabras… Todo este el cielo Nunca podría describir tal sensación como en la que estoy… Las palabras nunca fueron tan útiles Así que estoy gritando un lenguaje Que no sabía que existía antes el calor y la seguridad que me proporcionaban sin querer un escalofrió se apodero de mi cuerpo de aquellos que produce la soledad una capa de agua se apodero de mis ojos mientras me preguntaba que estaba haciendo yo debía estar con mi madre pero no… estoy aquí ahora.
La puerta se abrió gire mi cabeza a un costado mientras secaba mis ojos con el brazo, los pasos resonaron en la habitación; le mire el me ignoraba me levante suspire hondamente –gracias le dije antes de salir por la puerta.
Nuevamente las luces rojas, azules, verdes, moradas y demás se apoderaron del amplio pasillo los demás hombres se alistaban para la noche; subí la escalera me dirigí al balcón intentando ignorar las diferentes miradas; mire el crepúsculo vespertino bañar la cuidad cuando el sol callera me iría de aquí… los minutos pasaron sentía mi cuerpo tensarse sudaba frio, el viento me golpeaba con fuerza sentía cada bello erizado apreté mis brazos con mis manos intentando sentir calor mis dientes temblaron aquí es mas frio que en San Andrés.
El cielo se tiño de negro las estrellas decidieron ceder esta noche, Mire mi muñeca observe la pulsera de plata de mi madre mire la estrella que tenia como adorno decía mi nombre, busque en el cielo la estrella de Alpheratz una estrella ubicada en la constelación de Andrómeda la mas brillante de esta es fácilmente visible durante las noches en un cielo totalmente oscuro como este pero aquí en la ciudad también me ha abandonado.
El viento nuevamente me golpeo pero antes de que mi cuerpo reaccionara sentí unas manos cubrirme con una improvisada prenda era cálida de color negro, mire las manos que la sostenían y la acomodaban a mi cuerpo; estas me acariciaron un tiempo me gire a el y observe sus bellos ojos verdes clavarse en el mío quería pronunciar su nombre pero no salía nada… -Ca, Cami tome un poco de saliva.
-debes irte ya es tarde. Dijo mirándome compresivo por primera vez no me miraba airado; sobo mi cuerpo nuevamente y bajo por las escaleras sin que lograra detenerle.
Apreté mis manos contra el balcón una ultima vez mire mis pulseras –ayúdame madre, ayúdame- Salí del lugar deje que la puerta se cerrara a mi espalda, camine calle tras calle sin saber a donde iría así durante horas sentía mis pies cansados, me apoderaba el hambre, las personas de la ciudad parecían mas ciegas que las de San Andrés evidentemente no me veían. Cruce calle tras calle caminando mas rápido desesperado sin saber a donde iba… esquivando charcos de lluvia anterior no estaba perdido sabia como regresar pero a ni en san Andrés ni en donde Don pablo quería regresar a pesar que en cada uno de estos lugares sentía que alguien me esperaba.
El aire se torno denso, tan opaco que me costaba visualizar algo las farolas alumbraban pequeños pedazos de calle, una cabina se encontraba abierta mire en mis bolcillos como acto de esperanza tenia algo de dinero ¿Quién lo puso ahí? bueno eso no importa; me invito a seguir el dueño del local le dije a donde llamaría… el me marco y espero a que contestaran.
-halo, mama halo.
-Anderson que felicidad oírte te amo. Me hacia tanto bien oírla
-¿mama estoy bien tu como estas? Un portazo del otro lado del celular ¿con quien hablas puta? –Halo, una voz mas ronca resonó por el otro lado del teléfono.
-pásame a mi madre. Sentencie cansado.
-no vuelvas a llamar marica y tu –aaah suéltame. La llamada se corto mientras apretaba mi mano al teléfono –halo mama –halo madre…
Me apreté el cabello desesperado, me dirigí al señor me pidió que le cancelara me quedaron unas cuantas monedas le pedí que marcara otro numero el me paso el celular –halo. Sonó del otro lado era la voz de el… era la voz de mi tío era la voz de Felipe.
-halo tío soy yo Anderson. Felipe aguardo silencio -A, a, Anderson… -si tío soy yo dije sonriente. El volvió a guardar silencio una voz se escucho en el fondo alcance a oír un -¿con quien hablas? luego la llamada se cancelo.
Deje que el celular callera, el señor del negocio me dijo cuanto le debía solo me quede con una moneda le rogué por otra ultima llamada pero este negó lamentándose… le susurre un gracias Salí del local totalmente destruido que hacer me aferraba a la única esperanza que tenia Felipe… apreté mi carta debo encontrarlo. Camine un poco mas comenzó a lloviznar me detuve en seco grite airado al cielo los perros comenzaron a ladrar estaba airado, me deje caer al suelo lo golpee fuertemente en puño -quiere hasta que duela, ama hasta que sientas morir- sus palabras retumbaron en mi cabeza.
CAMILO.
♫”No Light, No Light, Sin Luz, Sin LuzEl reloj no paraba en su tic tac totalmente aturdidor pensaba en Anderson por primera vez en mucho tiempo me preocupaba alguien que no fuera yo mismo y se sentía… bien pero no dejaba de presionarme un sentimiento de melancolía intentaba convencerme que no quería verlo; no debía verlo. Cuando lo vi por primera vez me pregunte como alguien como el podía terminar en los brazos de una persona como el chulo de don pablo.
Don pablo siempre se ha aprovechado de los demás crea una ilusión para rompérselas con la realidad el juega con las mentes, el aprisiona, el encarcela en una jaula y solo se asoma para cortarnos las alas. Yo… yo sigo aquí por que no tengo a donde ir que diferencia hay después de la muerte de mi madre mi padrastro se dedico a cobrarme por mantenerme con vida… aquí… aquí hago lo mismo. Pago para mantenerme con vida.
Anderson tenia los ojos mas bellos que yo había visto le podía decir que el cielo era rojo y el me lo creería, sabia que lo aria… intente por todos los medios alejarlo de aquí por eso mi actitud arrogante… por primera vez alguien me interesaba… por primera vez sentía las ganas de volver a proteger con mi vida si es necesario, por primera vez volví a mostrar matices que me tocaba ocultar. Eres el agujero en mi cabeza. Eres el espacio en mi cama. Eres el silencio entre medio Lo que yo pensaba y lo que he dicho. Me alegro que se fuera así no le vuelva a ver don pablo no gano esta vez… y donde Anderson este espero que este bien; le intente guardar algo de dinero en los bolcillos pero me fue casi imposible lo poco que le di no le alcanzara para nada.
…trueno… la lluvia se ha tornado fuerte las gotas se desarman con furia en el techo; ni la chaqueta evitara que se moje solo espero no regrese… Eres el miedo en la noche. Eres la mañana cuando está claro. Cuando se termina, eres es el comienzo. Tú eres mi cabeza, eres mi corazón.
Don pablo me indico que ya era hora de comenzar Salí por el pasillo vestido únicamente por mis jeans, me detuve a un costado de la escalera con las manos en los bolcillos; uno a uno mis compañeros se encerraban en sus cuartos; un hombre maduro de unos treinta y cinco años ingreso al lugar, el vestía de paño con su corbata algo suelta algunos botones desabotonados, un compañero le sostuvo la chaqueta don pablo se acerco a este. El tipo tenia el cabello rubio cortado al estilo soldado, sus fracciones anchas fuertes varoniles como los gestos que le identificaban mientras hablaba, su pecho inflado totalmente ejercitado, sus piernas daban fe de sus largas jornadas de labor. Me miro con sus oscuros ojos azules me sonrió lo vi venir.
Don pablo me dio la señal de que ya habían pagado por mi, trescientos cincuenta dólares eso costaba mi cuerpo, lo dirigí a mi habitación el se acostó en la cama.
 -¿eres activo o pasivo? Me pregunto altivo
-lo que se te de la gana.
El sonrió malicioso se levanto, se acerco a mi me tomo de la quijada me implanto un beso mientras me giraba para botarme a la cama ya encima mío me comió la boca, la mejilla, la oreja se sentó en mi miembro se meneo un poco mientras unió sus manos aflojo su anillo y lo dejo en la mesa de noche junto a la lámpara; se desabrocho el traje lo lanzo al suelo me senté de golpe resignado ayudándole a quitar la corbata desabotonando su camisa. Sus potentes pectorales dignos de lo que supongo es un militar se mostraban algo mojados con sus tetillas totalmente erectas me lance a lamerlas mientras le oía gemir.
 Meneo su culo en mi polla me acaricio las espalda hasta despojarme de la camisa; me volvió a lanzar a la cama se resiguió los labios con la lengua, me desabrocho el cinturón se bajo de la cama me quito los bóxer y junto con el pantalón me asombraba su brusquedad; ¡que coños pretendía demostrarme! Me pajeo un buen rato apretando mi glande con sus dedos, su otra mano acariciaba mis huevos al tiempo  que les lamia. Gemía de placer mi cuerpo sucumbía a un acto repetitivo hace años.
Se levanto se quito el pantalón y los bóxer me levante de golpe me arrodille apreté sus piernas con mis manos el se coloco el condón, luego me agarro del cabello y me guio a su miembro me la trague entera deje que me guiara la velocidad aumento sus bolas golpeaban mi barbilla sentía pasar su glande por mi paladar. El tipo no paraba de gemir.
Me tomo del cabello me obligo a ponerme de pie me besaba al tiempo que yo le pajeaba rápidamente –no te será tan fácil. Me gimió al oído me giro me coloco el borde de la cama abrió mis piernas acaricio mi ano con el dedo se lo lamio varias veces y lo volvía a introducir cada vez con mas fuerza… se agacho me sonrió nuevamente su lengua lamio mis pliegues poco a poco mi esfínter cedía sus lamidas y a sus caricias con el dedo.
-será que lo puedes meter de una puta vez. Al tipo pareció excitarle mi reclamo se volvió a relamer los labios, tomo mi polla con fuerza arrancándome un leve gemido. Me inserto su polla a medida que la pajeaba. El cuarto se inundo a un aroma a sexo su pecho se mostro reluciente con los bellos totalmente húmedos. Las gotas de su cabello se desarmaban en mi cuerpo.
El tipo gemía al tiempo que me envestía con fuerza, me acomodo en la cama coloco mis piernas en sus potentes hombros y las levanto un poco; dejo una almohada debajo de mi cintura me la inserto de golpe se lanzo a mi boca y se dispuso a comerla le apreté del cabello. Me dijo que se correría la saco de mi culo acerco su miembro a mi pecho y se dedico a bajearse deje caer mi cara a un costado de la cama algo que no había cambiado en este tiempo es lo sucio que podía llegar a sentirme, lo basura que podía llegar a ser. Sus trallazos reposaron en mi pecho algunos en mi cuello otros tocaron mi mejilla.
No se puede elegir lo que queda y lo que se desvanece. No gire la cabeza solo me quede en esa posición se vistió, los pasos resonaban en la habitación, por la silueta de su sombra se que se coloco su anillo; se sentó a un costado de la cama para llamar a su mujer le decía que llegaría tarde que no se preocupara termino su llamada con un te amo y a los niños también. Deje que una lágrima rodara hasta caer en la cama inhale un poco de aire el se paro me observo un rato busco en sus bolcillos y me lanzo un poco mas de dinero. La puerta se cerró y yo me senté.
Lleve mi mano a la cara me intente quitar la lefa, deje que la sabana raspara mi piel, apreté mis manos en puño y deje que mis fuerzas quebraran, deje que el nudo se desenvolviera para comenzar a sollozar; sollozar tristeza nacida hace años, sollozar la repugnancia de sus caricias, el sabor de su boca, la sabana me cubría la cintura la apreté con fuerza limpie mis lagrimas que por mas que intentaba no parpadear salían era tan oscuro… dolía tanto… levante mi mirada al techo intentando detener su flujo pero no seguían saliendo. Me levante camine indeciso al baño.
-maldita zorra me repetí, una y otra vez
-puto barata me das asco… dije escupiendo al reflejo que me trasmitía la espejo.
Deje que el agua cubriera mi cuerpo me senté en la baldosa un buen tiempo –yo… yo… yo no quería esto yo solo quería ser feliz pero el amor duele; la vida es tan dura contra quienes luchamos en contra de lo destinado; aquí se juega a perder; quiere hasta que duela, ama hasta que sientas morir.
Me seque despacio, sabiendo que en unos minutos me encontraría de esta misma manera; mire nuevamente el espejo apreté mi mano en puño con fuerza le golpee deje que los vidrios se desarmaran en el suelo luego del estruendo; sonreí al ver mi sangre gotear de mis nudillos apreté con mas fuerza para aumentar la presión. –yo… yo no quería esto, pero esto es lo que me toca vivir.
Salí de la habitación, desnudo con la sabana cubriendo mi cuerpo en un improvisado amarrado, los nudillos bombeaban sangre con menor intensidad deje que los demás me miraran y con la mía les obligaba a callar.
-viste al nuevo. Regruño uno de mis compañeros a costado de mi cuerpo al igual que yo apoyado en la escalera.
-de quien hablas. Dije de golpe
-del de esta mañana, volvió llorando y don pablo le da la bienvenida. Dijo simulando una penetración.
-cállate. Dije apretando mi mano en su cuello apretándolo a la pared ahorcándolo viéndolo divagar palabras.
Subí la escaleras airado dejando al perro ese caer al suelo; llegue a su habitación me detuve en seco al ver la puerta de Don pablo apreté mi mano antes de abrir la puerta, lo pensaba muchas veces pero no me daba soluciones. Un gemido provino del lugar -no podía ser el la voz se parecía pero no… no podía ser el… el no pertenece aquí no.
Abrí despacio deje que mi boca callera intentando pronunciar su nombre, mis ojos se abrieron de golpe mientras un dolor se apoderaba de mi abdomen, de mi pecho, de mi cabeza… Anderson sucumbía a don pablo entregaba su cuerpo se veía tan triste llorando apretando su carta en una mano, Sus ojos se perdían en sus pulseras, limpie mis lagrimas al verlo caído, perdido sin mas esperanzas que esta… sus ojos me miraron al notar mi presencia sus lagrimas cayeron con mas intensidad don pablo no parecía notarlo solo se satisfacía.
-¡deja de llorar de una puta vez! Sus ojos se apartaron de los mío cuando don pablo le golpeo fuertemente el rostro.
Quieres una revelación. Quieres hacerlo bien. Pero es una conversación Que no puedo tener esta noche Apreté mis manos en puño no podía hacer nada… di media vuelta la sabana arrastraba a mi paso subí las escaleras Salí al balcón miraba la noche mas oscura que había visto, busque en la mesa que se encontraba a comienzos de la puerta saque una botella de “miguel Ángel”  y comencé a beberla; a permitir que cada trago me dejara en otro lugar me permitiera olvidar, llenaba mi boca a licor lo sentía resbalar por las comisuras de mis labios mojar la sabana blanca que me cubría.
El tiempo paso y con el las horas llegaron observe como cerraban el lugar, pronto todo quedo en silencio  - quiere hasta que duela… ama hasta que…
… ama hasta que sientas morir. Resonó a mi espalda.
Seguí mirando la ciudad, le sentí acercarse se coloco al otro lado del balcón a Anderson también le cubría una sabana miro al frente no dijimos palabras sus ojos rojizos, su verde totalmente opaco, su piel pálida, sus morados en el cuerpo… comenzó a derramar lagrimas en silencio verlo así me causo la misma sensación le ofrecí la botella. Le vi tomar con asco repugnando esto.
-volviste. Sentencie
El siguió mirando al frente yo comencé a derramar lagrimas sin decirnos nada sin volvernos a mirar, sintiendo al otro tan cerca, me acerque un poco el se alejo indeciso le mire a los ojos totalmente brillantes de tanto llorar, tome saliva y lo volví a intentar el se quedo en el mismo lugar nos paramos a contemplar el mismo lugar mientras nos compartíamos la botella.
-así que esta es tu vida. Dijo entre un sollozo en una voz para que solo yo le oyera. ¿Me dejarías si te dijera lo que he hecho? ¿Me dejarías si te dijera en lo que me he convertido? Porque es tan fácil cantárselo a una multitud, Pero es tan difícil, mi amor, Decírtelo a ti, a solas
-si, esto no es vida… es mierda. Dije tomando un poco más
-no perteneces aquí. Le dije apretando su mano –tu tampoco pero aquí estas.
El giro me paso el ultimo sorbo de la botella lo bebí de golpe juntos bajamos por la escalera, seguimos a mi cuarto le abrí la puerta le deje seguir tomo las sabanas en silencio y las acomodo en el suelo; se acostó me acosté a su lado deje que mi frente reposara en la suya le escuchaba preguntarme un por que al que no tenia respuestas… me partía verlo llorar solo podía secar sus lagrimas con mis manos mientras las mías comenzaban a salir. Poso su mano sobre mi pecho le sentía tan fría respire de forma agitada. Me acerque a su cuerpo.
-te ayudare a encontrarlo te lo prometo. Solté en un último aire.
Anderson sonrió busco su carta y me dio la espalda, acerque mi mano a su cuerpo pero no podía tocarlo.
-abrásame, por favor
-pero… dije entrecortado mi aire.
-solo abrásame, por favor
Apreté mi cuerpo al suyo deje que mis manos le enrollaran, bese su nuca y me acomode el beso mi mano me dijo un leve gracias para luego dormir entre lagrimas; le vi algo desarropado nos cubrí un poco mas, acaricie su rostro mientras secaba sus lagrimas, y entre las mías me dormí.
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Han pasado cinco días desde aquella noche por mas que intento disimular lo puedo sentir con cada palpitación, con cada vez que se me acerca con las ganas inmensas que siento de defenderle, aun que me mate le ayudare a encontrar a Felipe el le ama y si le hace feliz estar a su lado yo le ayudare; he entendido que esto que siento repasa mis limites pero no puedo hacer nada el no me ama.
Le veía vestirse hoy saldríamos a buscar a su tío, se mostraba bastante animado, en estos días donde su matiz se ha mostrado mas amargo, donde a dejado de sonreír, donde no para de llorar en las noches, donde a comenzado a beber descontroladamente, donde las noches han cambiado la tonalidad de su cuerpo se ve pálido… pero por verlo sonreír no me importaría recorrer esta ciudad.
-crees que lo encontremos.
-estoy seguro. Le respondí mientras me acercaba a el y le acomodaba la camisa.
No sabia a ciencia cierta que pasaría conmigo pero si se que pasara con el, y eso me tranquiliza por que aun que yo juegue a perder el estará feliz y hace mucho tiempo no me pasaba esto con nadie.
Salimos del bar, caminamos a paso lento hablando de todo un poco sin hablar de San Andrés de igual manera por mas que evito ese tema Anderson lo recuerda cada seis de la tarde que se posa en el balcón; le dije que la mejor manera en que podía encontrar a alguien es a través de la guía telefónica. Buscamos su numero insistentes encontramos números diferentes le di la mitad de mi lista y comenzamos a llamar parecía desistir cuando finalmente encontré algo que prefería no encontrar.
-halo hablo con el señor Felipe
-no se encuentra en estos momentos habla con el novio. En esos momentos recordé que Anderson me había nombrado algo de una voz en la ultima vez que llamo a su tío pero el decía que fue una interferencia de la señal y decidí no reprocharle. –Que pena molestarle señor… -Javier. Me completo del otro lado. –lo que pasa es que es de suma urgencia hablar personalmente con el me podría dar la dirección. El tipo era realmente amable rogaba por que no fuese de la manera que pensaba.
-¿tuviste suerte? Le dije sonriente.
El agacho la mirada y negó con la cabeza; anda no te molestes ya le encontraremos te lo prometí; cancele la larga cuenta y nos fuimos me pregunto que si había encontrado algo  –no, Anderson pero ya veras mañana es un nuevo día.
El comenzó a sollozar sin derramar lagrima alguna, se aferraba a mi cuerpo… aun que no pareciera era la persona mas valiente que conocía.
-ya se… le dictamine de golpe. Le vi sorprenderse mientras me miraba a los ojos.
La tarde caía y lo más semejante a lo que el más anhelaba se encontraba a unas zonas de acá; pare un taxi y le indique la dirección Anderson solo observaba el pavimento con la mirada perdida en sus propios pensamientos que terminarían consumiéndolo, apretaba esa carta jamás la soltaba le daba vida, la tarde caía y pintaba mi ciudad, el taxi nos aproximo a una colina al mirador de mi ciudad… Al llegar al borde nos sentamos a contemplar el ocaso; el se sentó a mi lado era realmente bello su cabello negro movido por la fuerza del viento, lo fugas de sus ojos verdes iluminado por los colores de la tarde, el esquema de su cuerpo…Anderson… le cruce el brazo sin decir palabra esperamos juntos a que oscureciera.
Nos recostamos en el suelo dejamos que la noche pintara los arboles y el pasto junto con nuestros cuerpos; el viento paseaba tranquilo llevando hojas a su paso; le preguntaba por las pocas estrellas que habían en el cielo y parecía conocerlas todas me gustaba verle sonreír mientras me decía las características de algunas. Se acerco mas a mi cuerpo apoye mi cabeza en el suelo y deje que el apoyara la suya en mi brazo, Anderson me tomo de la mano que tenia libre y me señalo las estrellas mas cercanas a nosotros.
De un momento a otro el guardo silencio su rostro creo un matiz de admiración y preocupación; le pregunte que le pasaba el simplemente volvió a acomodarse y guio mi mano a una estrella que se encontraba brillante a nuestro lado derecho las mas brillante, la mas bella que había visto.
-y esa se llama Alpheratz. Dijo tomando algo de saliva.
-esta estrella es la de mi nacimiento mi madre dice que esta me representa y es la que me protegerá, mira… dijo insistente guiándome a su muñeca me conto la historia de su pulsera quedaba maravillado con cada palabra que decía.
-pero… ¿no entiendo por que aparece ahora? Dijo totalmente desconcertado.
Acaricie su pecho en señal de que se tranquilizara volví a dirigir mi mirada al cielo para que retomara con los nombres de las demás, me decía algunas cualidades hasta que se canso de contar estrellas y en una leve sonrisa bajo mi mano, nos quedamos así un largo tiempo mirando el cielo con su mano apretando la mía; no sabia si el no lo había notado solo sabia que me gustaba estar de esta manera.
-debemos irnos. Dictamino mientras se levantaba limpiándose el pantalón para luego ofrecerme su mano.
Me levante apoyándome en su brazo pero me de un momento a otro perdí el equilibrio caía pero en esos momentos no me soltó la mano le jale junto con mi cuerpo Anderson callo inevitablemente sobre mi, gemí un poco de dolor hasta que luego de quejarme di con sus hermosos ojos verdes; su respiración se veía agitada su cálido aroma cubría mi rostro, poco a poco cerré los ojos mientras el hizo lo mismo probé sus labios por un instante… en un beso donde solo rosaron nuestros labios donde nuestras manos permanecieron inmóviles y nuestra respiración compartía el mismo aire.
Al no sentir sus labios lo vi abrir los ojos asustado, se apoyo en el pasto y se levanto –lo lamento esto no debió pasar. Dijo caminando en dirección la salida del mirador.
Me levante sin poder parpadear, con mis dedos posados en mis labios, con la respiración pausada –lo lamento no debió pasar- me repetí una y otra vez por unos instantes apreté mis dientes, mientras inhalaba gran cantidad de aire.
-¡hey! Espérame, dije corriendo a el. –tranquilo no paso nada, simplemente lo olvidaremos. Dije revolviéndole el cabello para de nuevo retomar su confianza.
Al llegar al negocio de Don pablo nos vestimos sin decir palabra, solo cruzábamos unas cuantas miradas que el desviaba ruborizado; cuando salimos de nuestro cuarto con un solo par de jeans que nos cubrían nos colocamos uno al lado del otro apoyados en la escalera.los clientes pasaron uno tras otro se encerraban con algunos de mis compañeros. Mire a Anderson de reojo se mostraba bastante triste siempre en cuando llega el momento de pagar los favores no puede contener las lagrimas así que se mantiene limpiando el rostro con sus manos; sin en realidad poder hacer nada en unos momentos subiría a inundar sus penas con alcohol yo simplemente le acompañaría.
Llego mi cliente le vi cancelarle a don pablo, me hacia la señal de que le llevara a mi cuarto; le palmee la espalda en señal de que volvería cuanto antes; mi cliente se dirigió al cuarto ya lo conocía se llamaba Rodrigo tenia una familia muy unida, el se la pasa hablando de su esposa para auto convencerse que le ama. Rodrigo no es malo simplemente no sabe tomar decisiones y ya con dos hijos creo que jamás tomara la decisión que le haga feliz realmente.
-¿como va todo Camilo? Me pregunto mientras se desabrochaba su traje de policía.
Le ayude a quitarse la cachucha, me pare frete a el deje que me besara mientras acariciaba suavemente mi pecho; dirigí mis manos a sus marcados y anchos pectorales le desabotone pausadamente; el me aprecio con sus flamantes ojos pardos que combinaban perfectamente con su cabello castaño cortado finamente; acaricie su pecho a medida que retiraba su camisa la deje caer al suelo sentí como me envolvía en sus brazos me apretaba para volverme a besar.
Me dejo caer al suelo, beso mi cuello lamio mi oreja su mano agarro mi paquete con delicadeza le acariciaba al tiempo que su lengua invadía mi boca; ahogaba sus gemidos en mi boca gire sobre mi cuerpo deje que su potente cuerpo me acolchonara pase mi lengua por su cuello, por su pecho, por la línea fina de bellos que cubrían la zona baja de su abdomen.
Deje que mis manos le desabrocharan abrí para apreciar su gran paquete abultado en aquellos bóxer azules, me miro yo le sonreí le sobe unos instantes hasta que tomo gran tamaño su miembro se mostraba grande palpitante, con el glande cuerpo por una fina capa de pre seminal; lo apreté a mis labios comencé con un delicado sube y baja para luego tomar mas fuerza su cintura se contraía golpeaba con el piso; arrastro las sabanas a nuestros cuerpos para que dejáramos de sentir el frio del suelo.
Lo tome de la cintura y le levante un poco, desabroche mi pantalón frente a su mirada sus manos acariciaron mi abdomen me miraba comprensivo con esa misma profundidad de tristeza que abarcaba su mirada, su mano busco entre los cajones me dejo untarle de lubricante mientras le besaba me echo para atrás me coloco el condón se dispuso a apresar mi pene en su boca; nuevamente se incorporo tome sus piernas en mis hombros le escuche gemir su pecho se elevaba con su respiración rose mi glande en su culo. Le oí gemir mi nombre introduje suavemente centímetro a centímetro hasta que sentí mi abdomen tocar su piel me aproxime a su boca y comencé a envestirle despacio poco a poco adquirí velocidad agarre su pene le pajee al ritmo de las envestidas. Sus dedos se clavaban en mi espalda me aviso que se corría aumente la velocidad su lefa baño su abdomen lo veía jadear cansado. La quería sacar cuando me miro suplicante tuve mi pene en su esfínter propinando envestidas mas suaves le veía retorcerse hasta que le avise que también me correría.
Busco el pantalón con su mano y saco una buena cantidad de dinero me la pasó, di un bote quedando de lado de su cuerpo deje el manojo sobre el suelo y me senté, la sabana cubría mis piernas y parte de mi espalda.
-esta vez fue mas rápido que pasa Camilo. Dijo sobando mi espalda
-me canse de esto. Solté de golpe  mientras giraba mi rostro para sonreírle.
Le escuche reírse tranquilo –sabes Cami hoy fue el día mas difícil de mi vida hace unas horas arreste a un hombre por matar a sus dos hijos; no podía entenderlo y la mujer que se encontraba en el parque tampoco lo entendía solo se dedicaba a contemplar el cuerpo de los dos amantes uno tomado del otro con una extraña sonrisa en sus caras. Y pensé en ti por que uno tenia tu nombre cuando le pregunte a ella que había pasado solo se limito a responder –le dieron su propio final- y eso fue suficiente.
-Camilo toma decisiones ¿Qué quieres para ti?
Que quiero para mí- pensé. Pero mi cabeza no se cuestiono ello la primera imagen que me llego a la cabeza fue el beso con Anderson me lleve los dedos a los labios y aspire en su recuerdo…no… no es que quiero para mi es lo que quiero para el.
-Rodrigo quiero terminar con esto necesito que me ayudes. Dictamine de golpe
Le tome de la mano y le conté todo, le pedir el favor mas grande de mi vida. Me miro compasivo sabia lo que me podría pasar pero no importaba por que lo hacia por Anderson. Rodrigo salió de mi habitación con mi propuesta en la cabeza no me decepcionara, se que no.
…unas horas después…
Me encontraba en el balcón mirando la ciudad y aquella bella estrella que me recordaba a Anderson tomaba sorbos largos de “miguel Ángel” todo podría acabarse tan pronto… me extrañaba que no subiera así que baje a buscarle la sabana que me cubría seguía mis pasos, busque en mi cuarto pero no había señal de su llegada.
-veras como cesa el dolor. Resonó fuerte en una de las puertas de mis compañeros.
Abrí despacio se veía que todos estaba reunidos, uno de los chicos estaba montado en la cama lo reconocía fue al que ahorque anoche por puto de mierda; baje por la estructura de su cuerpo a comienzos de su cama abrí los ojos de golpe totalmente enfadado Anderson se encontraba entre sus manos dejándose ahorcar parecía disfrutarlo sus bellos ojos verdes miraron hacia arriba perdidos.
-que mierda le haces. Entre azotando la puerta a mi paso mis compañeros me abrieron paso dejándome en frente de la escena no podía creerlo empuñe mi mano y la azote contra su cara le vi caer apartando sus manos del cuello de Anderson. Lo tome de los hombros le vi inhalar aire con fuerza le sacudí airado para que me mirara había llorado se le notaba.
-esta no es la manera. Le dije mientras le levantaba le envolví en la sabana y le empuje bruscamente a la salida.
-mira hijo de puta alguno de ustedes le hace algo y yo me encargo de matarlos. Dije en serio antes de irme azotando la puerta a mi paso.
Guie a Anderson a mi cuarto ahí le abrace a mi cuerpo mientras acariciaba su cabello, -perdóname. Me dijo entre lagrimas apretándose a mi su rostro se sentía tan cálido sus manos aferrándose a mi como su salida me conmovían.
-todo acabara ya lo veras ahora duerme. Le dije besando su frente mientras le veía cerrar sus ojos.
-todo acabara- me repetí mientras le dejaba caer entre sueños, suspire hondamente y me deje descansar.
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El nuevo día llego gruñí entre sueños, abrí los ojos de forma lenta dejando que la luz me aclara las imágenes, removí mis labios deje que mis manos cubrieran mi rostro.
-buenos días. Dije sonriéndole
Anderson estaba sentado a un costado ya se había vestido se veía mas feliz, mire a mi alrededor y tenia las cosas recogidas; sonreí a mis adentros.
-vamos a buscarlo. Dijo insistente mostrándome la carta ante mis ojos.
Acaricie su rostro mientras me removía de sueño -primero tengo que hacer unas diligencias luego vuelvo y le buscamos.
Me aliste tome el papel con la dirección del presunto tío, bese a Anderson en la frente y le dije que esperara mi llamada al salir tome un taxi durante el trayecto rogaba por encontrar lo que and4erson tanto ama pero que lo que encontrara fuera algo que si amaría.
Me baje en el recinto camine unas cuadras hasta encontrar la casa, toque indeciso me recibió un tipo alto de cabello castaño, ojos pardos de piel bronceada y un gras esquema de músculos; le envolvía una toalla deje caer mi mandíbula para luego tomar saliva. –disculpe ¿Felipe?
El tipo me miro intrigado muy desconfiado me escaneo unos instante –eh soy el que llamo ayer ¿me recuerda? Su semblante cambio se mostro mas ameno. Me invito a seguir me senté en el sofá todo se veía tan limpio una gran vida- pensé.
-amor te busca… -Camilo, le complete mientras me levantaba al verlo entrar en la sala.
-¿Felipe? Pregunte algo molesto
Su voz me confirmo con un leve –si interrogante ante mi presencia. –vengo hablar de Anderson, No se si le interese. Dije mirando a Javier de reojo.
-amor por que no subes yo no demoro. Le dijo plantándole un beso entre nervioso.
-seré directo Anderson ¡¿si aun se acuerda?! Vino a buscarle ahora trabaja conmigo y cada maldito instante piensa en usted y por su culpa… dije removiendo los labios de asco mientras no le apartaba la mirada y caminaba hacia el intimidante, … por su culpa a el le toca vender su cuerpo.
-por que no le dijo la verdad, por que hacerle sufrir de esa manera cuando el solo le ha dado amor, acaso no imagino esto, usted es un hijo de puta no lo merece… no merece esto dije abarcando superficie con mis brazos.
Felipe no respondía simplemente se encargo en disimular sus lagrimas ante el shock no articulaba palabra miraba a todos lados se sentó en el sofá y se llevo las manos hacia atrás. –yo no quería, es que yo no le aria daño… pero… pero… yo no le amo como el quiere que sea.
-necesitó hablar con el. Dijo impaciente levitándose tocando fuertemente mis hombros.
-si no me suelta le parto la cara. Le mire con asco pero no podía hacer nada le lance un papel con la dirección donde podía encontrarlo cuando aclarara sus putas ideas –en sus ojos pardos se refleja el amor que le tiene a Anderson pero ese amor no es mas grande que el que le tiene a su novio. Eso lo podía leer.
Salí de su casa con un portazo me senté en el parque mas cercano, resople gran vendaval de aire apoye mis codos en las piernas y deje caer mi cabeza en ellos. -quiere hasta que duela, ama hasta que sientas morir- comencé a llorar si todo terminaría hoy que pasaría conmigo que pasaría con el; yo quería estar a su lado pero el no quería estar en el mío el quería los brazos de su tío; yo quiero que todo esto acabe pero que todo salga bien para el no importa que pase conmigo.
Tome un taxi que me llevo hasta el bar, Anderson seguía esperándome en la cama se levanto al verme no me pregunto nada solo me empujo a la salida.
-espera detente. Le dije deteniendo mi andar dejándolo con mi mano levantada.
-que pasa tenemos que salir ya va a oscurecer son las cuatro.
-no Anderson espera. Dije cansado resoplando algo de aire, solté su mano y me senté en la cama
Anderson se acerco a mi preocupado guardo silencio apretando su carta entre sus manos. –Anderson tu tío no te esta esperando…el… el ya tiene una vida junto a su novio.
-de que mierda me hablas Camilo. Me miro cargado de ira levantándose de golpe.
Me levante junto a el y comencé a caminar por le cuarto tomando algo de aire –si, es que yo lo vi el estaba junto con el tal Javier y se veía feliz no digo que no te quiera pero no es como tu crees. Dije tomándole del brazo.
-suéltame. Dijo golpeando mi mano para luego empujarme. –sabes que es lo que pasa Camilo tu eres un resentido quieres tenerme aquí contigo, ese es tu plan ¿verdad? Por eso tu actitud no eres más que un parasito. Sus frases me golpeaban con fuerza me acerque al verlo llorar pero el nuevamente me empujo.
Me deje tumbar al suelo –yo… yo lo lamento. Tome algo de saliva mientras me levantaba -¡pero sabes muy bien que es verdad! –no te contesta, no te busca, la voz por el celular… ¿acaso eres idiota? El callo en la cama mientras lloraba buscaba recapacitar antes sus ideas.
Me senté en el suelo, le observe unos minutos sin poderme acercar o pronunciar alguna palabra. Le vi arrugar su carta con fuerza le había dolido todo esto que ha vivido se ha vuelto en su pesadilla he dañado su sueño; le repetí que lo lamentaba el se levanto seco sus lagrimas y tomo un poco de sus cosas.
-¿que haces? Dije deteniéndole.
-suéltame.
-¿a donde iras?
ANDERSON.
♫”Seven Devils, Siete Demonios Ser tan idiota tan estúpido, el único hijo de puta que cree que este pecado podría ser perdonado; que mierda todo esto es una mierda, no pertenezco aquí no pertenezco a ese lugar; a donde mierda iría acaso a alguien le importa eso ¡a nadie! Por que en esta vida de mierda caminas solo… en esta puta vida juegas a perder.
Le di todo, todo le entregue todo lo que quise… le guarde en mi cabeza le guarde en mi corazón para que nadie le lastimara pero el mismo se encargo de hacerlo desde adentro ¡idiota! Pensar que mi tío me esperaba, permanecer en la ciudad pasar cada maldita noche desde su partida vendiendo mi cuerpo por tan poco, abandonar mi tierra natal creer que salir de esa jaula seria bueno pero no lo es, no se puede pretender pensar que un ave volara después de que le han cortado las alas desde que esta tiene memoria.
Mire a Camilo con tanta rabia, que pretendía que ahora correría a su lado ¡que mierda le pasa! Por que jugar de esa manera, por que comportarse así, por que pretender que sentía algo cuando el hace tiempo perdió esa posibilidad, el no tiene vida no tiene un por que… el debe entender que yo no lo soy. ¿Qué todo esto acabara hoy? Otra mentira más si esto acaba es por que yo ya me canse de esto.
Javier… repetí el nombre de el en mi cabeza como echarle la culpa a alguien que ni conocía, como decirle a Felipe hoy que no le amo cuando muero por el, lloraba de rabia, lloraba de impotencia, de cobardía, de miseria, de… de cansancio. Mis ojos comparten un reflejo triste, un color luminoso por lagrimas y lagrimas, apretaba mis dientes quería que quebraran dentro de mi boca. Empuñe mi mano me levante vi como Camilo me seguía golpee fuerte la pared.
Tome la carta la guarde en mi pantalón y Salí de la habitación sin mirarlo; le sentí seguirme… no me importaba tan solo yo seguía mi camino empujaba al bastardo puto que se me atravesara; grite airado su nombre –Don Pablo donde estas hijo de puta.
El agua bendita ya no puede ayudarte, Mil ejércitos no podrían detenerme… No quiero tu dinero, No quiero tu corona. Verás, tengo que incendiar tu reino
Golpee nuevamente la pared a mi paso mientras lloraba, mientras vanamente me limpiaba con las manos, este dolor no cesa esto no calma; Camilo me alcanzo me cogió del brazo le exigí que me soltara llegue a la primera escalera lo sentí tomarme de la cintura.
-que mierda, que me sueltes no entiendes. ¡No quiero hacerte daño solo no me provoques!
-mi asunto es con ese hijo de puta- pensé; tome uno de los vinos de la repisa tome del pico tome en cantidad deje que resbalara por mis labios; Camilo me seguía preocupado pero no se atrevía adelantarme. -quiere hasta que duela, ama hasta que sientas morir- me encontré con su puerta grite su nombre para luego patearla.
-pero Anderson mira que sorpresa que haces aquí, deberías estar trabajando. Y ni ríos ni lagos pueden apagar el fuego Voy a levantar la hoguera, voy a delatarte
-maldito bastardo a mi no me jodes mas… dije acercándome a el le golpee en el rostro le vi caer pero no era suficiente lo tome de la bata le seguí golpeando.
-levántate. Le exigí –que te levantes le repetí mientras le pateaba el abdomen.
 El retomo fuerzas le vi levantarse, limpio con el codo la sangre de su boca apretó su mano y se abalanzo a mi me hizo caer, gemí del golpe, se sentó en mi abdomen –muy machito- dijo para luego golpearme con fuerza. Me agarro del cabello me azoto contra el suelo. Vi como Camilo se acercaba le empujo con fuerza mientras me ponía a su espalda sin soltarme la mano.
-que mierda haces Camilo, a mi no es al que debes atacar. Grito en su desubicación.
-esto se acabo. Dijo Camilo escupiendo al suelo.
-como acaba algo que recién empieza. Regruño el viejo
-se acabo la policía no debe tardar en venir y viene por usted, por los menores a lo que les ha quitado una infancia, vienen a cerrar su fortaleza, vienen a quitarle una vida. Dijo Camilo con lagrimas en sus ojos por un instante sus manos se apretaron a la mía.
-no, tu no pudiste hacer eso.
Las alarmas sonaron, abrí los ojos de golpe era verdad pero en que momento, por que derrumbar lo único que tenia como percepción de vida que le pasaba a Camilo por la cabeza, los gritos del primer piso comenzaron que mierda la policía estaba afuera las luces resplandecían por la ventana. Sentí miedo el corazón me latía desenfrenadamente, la mejilla de Camilo no dejaba de rodar lagrimas mientras su rostro dibujaba una sonrisa tranquila; me apretó mas fuerte se acerco a mi.
-esto no se acaba ustedes dos me la pagan.
-que piensas hacer estas perdido. Le dije
La luz oscurecía el lugar, el crepúsculo terminaba… Don Pablo comenzó a reír irónico mientras tiraba las cosas que tenia a su alcance. Las copas de cristal quebraban a sus pies, el vino manchaba la alfombra, las colillas de cigarrillo manchaban su bata, mire el lugar esto era lo que el consideraba vida un lugar donde solo tenia sexo y se le abría la boca de grandeza. –todo había acabado.
Tomo una botella de su cajón –brindo por ustedes, por que se tienen el uno al otro hasta el final. El vino rego su cuerpo era mas lo que salía que lo que entraba, levanto la botella se mojo el cabello se dejo recorrer el cuerpo por el liquido.
-quieren. Dijo mostrando la copa. –esta bien no…  se respondió al vernos mudos siguiendo sus pasos.
-y dinero eso me sobra… Saco gran cantidad del cajón y desarmo el manojo en el aire. –son difíciles eh… bueno a esta no dicen no…
Se acerco a su mesa. Abrí los ojos de golpe, mi corazón se detuvo un instante dejando mi mente en blanco, parpadee seguido tome algo de saliva; apreté a Camilo con mi vida le mire el sonrió triste con lastima, le miro un segundo me acerco su mano y me dejo a su espalda. Don Pablo había enloquecido nos apuntaba con un arma de plata la mano le temblaba; la policía grito su nombre pedía que le abriéramos.
Siete demonios, a tu alrededor Siete demonios en mi casa. Verás, estaban ahí cuando me desperté esta mañana Y habré muerto antes de que acabe el día
-estas perdido, mírate que patético. ¿Dónde quedo el dios? mírate sos mierda. Dijo Camilo sin temblar la voz mirándole a los ojos, sentía su espalda tensa. ¿Qué pretendía?
-¡salgan! Grito señalándonos con firmeza.
-todo estará bien- me repitió. Me tomo de las manos guio mi paso a la salida. Nos quedamos en el pasillo mientras le mirábamos.
-que suban.
-ya acabo Pablo, acabo.
-que suban, ¡les ordeno!
Subimos las escaleras, sin apartarle la vista; Camilo se veía dispuesto a todo… mi espalda se apretó al balcón estábamos a los lados mientras el nos apuntaba desde la puerta.
…portazo…
Don Pablo miro hacia a atrás, sonrió en auto convencimiento; me acerque a el, me apunto firme quede estático mire sus oscuros ojos negros cubiertos por lágrimas Camilo se abalanzo de un momento a otro a el apretándole a su cuerpo con el arma entre los dos; mis ojos le siguieron sin poder parpadear ¿Por qué lo hacia? ¿Por qué? El arma se elevo al techo y disparo mi cuerpo se contrajo Camilo no quería soltarle luego mis ojos se llenaron a lagrimas y caí de rodillas al suelo, tenia la boca bacía con un inmenso nudo en la garganta mis oídos resonaban el ultimo zumbido de la bala.
Ambos cuerpos se encontraron de pie, estaba con las manos apretadas en puño, cuando vi a Camilo caer frente a mi ojos, su cuerpo se detenía en el suelo hasta que su cabeza golpeo el suelo; me acerque a el le gire le toque el rostro el; se mostraba sonriente. –Te amo- susurro tomando mi mano con fuerza. Le toque el pecho le volví a mirar ¿Por qué? Su boca tocio fuerte para luego sellarse.
Apreté la herida que tenia en un costado de su abdomen, manche mi mano de sangre mientras no paraba de temblar.
-aléjate. Grito don pablo
-que te alejes o te iras con el.
Le abrace con fuerza, apreté mi cabeza a su pecho mientras derramaba lagrima tras lagrimas su mano poco a poco me soltaba. Un nuevo disparo resonó en mis oídos Verás, tengo que incendiar tu reino Mi cuerpo se apretó a Camilo que me había dejado de responder… levante la mirada – me preguntaron si estaba bien- no le solté no lo aria.
La placa del oficial decía Rodrigo, en unos instantes llamó a los médicos.
Pueden ponerme en alto Hasta que tire las paredes Hasta que salve tu corazón Y para tomar tu alma ¿Qué hemos hecho? ¿Puede deshacerse? En el corazón del mal… En el alma del mal -yo no quería. Dijo don pablo antes de resoplar su ultimo aire.
Mire a Camilo lloraba sin saber que hacer, veía cada lagrima desarmar en su pálido rostro. –Cami por favor despierta.
-por favor, no me dejes… perdóname… perdóname resoplaba con cada nudo.
Perdía calor la ambulancia resonaba en la zona. –ya vienen Cami, por favor. Le tome entre mis brazos le recosté en mi pecho.
-déjalo, dijo el oficial en lagrimas mientras intentaba apartarme.
-déjalo. Me repitió. Los médicos subieron me empujaron hacia atrás apreté mi cuerpo a los barrotes del balcón mientras lloraba, tome mis piernas y las acurruque a mi. –no, no… no yo necesito que este bien.
-Anderson. Mire al oír mi nombre. Volví a bajar la mirada al verle Felipe se veía bastante agitado se acerco a mi, me acariciaba mientras me preguntaba que paso.
FELIPE.
Caminábamos por el lugar con la mirada perdida en el horizonte, con los rayos de sol ocultos en la neblina el ambiente era desolador bastante frio, nadie decía nada solo se caminaba, mire los arboles deshojados sin ninguna ave que les acompañase en su miseria; mire a Anderson a mi costado vestido de negro con la mirada oscura con lagrimas secas en sus ojos lagrimas que dejaron de rodar desde la noche de ayer.
Luego de la llegada de Camilo, no podía seguir pretendiendo que nada pasaba, tome mi chaleco y Salí de mi casa sin mirar a Javier sin darle respuesta solo me fui, tome el primer taxi que apareció en el camino, el sol descendía llegaría en el comienzo de la noche, no sabia que decirle cuando llegara pero sabia que no podía decirle lo que el quería oír… por que amo a Anderson pero no como el sueña que lo ame… al llegar al lugar me detuve en seco al ver la policía y la ambulancia parqueados en la dirección que el papel indicaba me recosté en el poste mientras deje que este me alumbrara. No podía ser en ese lugar, Anderson no estaba ahí.
Resople algo de aire mientras dejaba que el calor de mi cuerpo se perdiera con el comienzo de la noche, mire arriba al balcón del lugar reconocería esa estructura donde fuera; no podía visualizar su rostro pero era el. Un miedo inmenso se apodero de mi cuerpo corrí desenfrenado subí las escaleras me detuve al verlo. Pronuncie su nombre en un aullido inaudible.
Anderson levanto la cabeza, apretaba sus manos a sus pies les manchaba de sangre; mire a su alrededor vi aquel joven totalmente palidecido mientras las enfermeras luchaban por reanimarlo, el oficial que las acompañaba lloraba desconsolado apretando su puño a la boca.
-dale el señor el descanso eterno. Resonó el padre mientras ladeaba de lado a lado el candelabro de incienso
Pocas personas le seguían en su coro, mire a mi otro costado me encontraba con Javier, totalmente preocupado por mi sobrino me apretó de la mano, le sonreí. Al llegar al lugar un gran hueco de tierra se abría ante un ataúd colgante; el padre se coloco la túnica blanca sobre su traje negro; abrió la biblia y comenzó a recitar los rezos.
Ayer en la noche me acerque a Anderson le pregunte alterado que había pasado el tan solo decidió guardar silencio. El oficial dio el reporte un hombre muerto y otro herido de gravedad su puño volvió apretarse a su boca mientras no paraba de llorar, el oficial prefería no cerrar los ojos solo se dedicaba a ver la escena. Mire a Anderson llevarse las manos al rosto para que no le viese llorar.
La funeraria quedaba vacía pero Anderson seguía ahí frente a la tumba, apreciando la lapida totalmente fría con su vista cubierta por una fina capa de lagrimas, el aire era tan frio y la neblina tan espesa Javier y yo nos quedamos a un lado. Le vimos dar un paso su pecho se inflo con el aire inhalado; tomo las rosas que había comprado en la entrada desato el nudo y con el listón rojo en sus manos se acerco a la lapida. La lapida tenia la forma de un ángel clemente con una antorcha en la mano y la mirada perdida al cielo su boca estaba sellada pero claramente algo le atormentaba. Anderson le coloco el listón a la mano del ángel y le amarro luego relajo sus manos dejando caer el racimo de rosas al suelo.
El listón batió furioso a merced del viento; Anderson dio la vuelta, apreté a Javier le deje solo le pedí que no me siguiera con la mirada.
-a donde vas ¿acaso dejaras a Camilo solo en el hospital?
-el esta mejor sin mi. Me respondió
Me acerque a el intente tocarle pero no me lo permití, Anderson al ver mi intento se detuvo en su andar –Felipe no quiero que le digas nada. –Anderson yo…- , -Felipe no mas… resoplo cansado yo entendí de verdad, tu estas mejor sin mi; tu a mi no me amas eso ya lo se… por favor déjame.
-mira tío tu estas bien, Anderson miro a Javier y sonrió con tanto dolor pero a la vez con tanta calma.
-me tengo que ir. Dijo antes de seguir caminando.
No podía permitir que esto pasara pero que podía hacer… abrí los ojos cuando vi su imagen en la cabeza me acerque a Javier y le pedí que me acompañara.
ANDERSON.
♫”Dog Days Are Over , Los días de perros se han acabado” Salí del cementerio, camine por el pavimento mientras apreciaba la poca hojarasca de esta triste senda buscaba la forma de salir de aquí,La felicidad la golpeó como un tren en un raíl Viniendo hacia ella atascada aún sin vuelta atrás Se escondió detrás de las esquinas y se escondió debajo de camas camine unos minutos hasta encontrar la estación del tren que unos días antes me trajo; resople algo de aire totalmente cansado no mire atrás por que nada me detenía tome el primer vagón deje mi frente apoyarse en la ventana mientras imaginaba su rostro y sus palabras –te amo- cerré los ojos –te amo- le respondí consiente de que no me oía. Por que no puedes decir te amo cuando ya es demasiado tarde… no es tarde me convencía en vano la conciencia.
El tren comenzó a andar el carbón nublo el cielo a su paso; mi mirada se encontraba perdida con la garganta seca y las manos empuñadas en las rodillas… el tren viajo unos minutos hasta detenerse San Andrés mire con repugnancia, baje de el tren mire el cielo en su atardecer bañando el pueblo de dorado.
Lo mató con besos y huyó de ello Con cada burbuja se hundió con su bebida Y lo tiró todo por el fregadero de la cocinaCamine por sus calles recordé cada casa como una película, al llegar a la mía toque la puerta mi madre me recibió atónita con lagrimas en sus ojos sin parar de besarme, sus lagrimas tocaban mi piel mientras no paraba de recitarme palabras de amor, la tome de los codos y la retire de mi cuerpo –también te extrañe. Le dije mientras le bese la frente.
Camine por la sala subí las escaleras abrí la habitación de mis padres entre a su baño me mire en el espejo estaba tan cansado, tan triste, este dolor agonizaba, punzaba, mataba pero ya las lagrimas se habían secado, el nudo me había cortado la garganta, había perdido la fuerza… abrí el cajón vi el tarro de calmantes y los guarde en el bolcillo.
-madre tengo que irme. Le dije mientras volví a besarle en la frente. –madre solo quiero que seas feliz no temas serlo.
La puerta se abrió mire a mi padre ingresar, se abalanzaba a mi me abofeteo fuertemente, le tome del cuello de la camisa le golpee deje que callera al piso le obligue a mirarme le patee una y otra vez hasta ver su boca sangrar; comenzó a suplicarme le volví a agarrar le golpee una ultima vez. –padre dime si aprendí bien. Los caballos vienen
Así que mejor que corras…Corre rápido por tu madre, corre rápido por tu padre, Corre por tus hijos, por tus hermanas y hermanos
Camine esquivando su cuerpo, el sol decaía mire a las personas de San Andrés todas con aquella vida con la que no quise conformarme camine al epicentro vi la iglesia la gran Lourdes el legado barroco; me senté en la roca que quedaba a su costado escuche las dos misas las personas iban y venían unas se quedaban ahí esperando ser echadas; el crepúsculo vespertino tenia un aire asfixiante.
Las puertas eran cerradas desde adentro coloque el pie en la puerta impidiendo su paso. El padre se detuvo salió a ver que pasaba al asomar su rostro empuje la puerta le vi caer con el movimiento. –lo lamento padre solo quiero hablar.
-usted tenia razón. Le dije para luego escuchar mi voz resonar entre las paredes
Me dirigí al altar, sonreí sarcástico sentía tanta ira, mi corazón comenzó a latir con fuerza las lagrimas no se hicieron esperar –padre levántese. Le dije sin mirarle. Le sentí acercarse a mi espalda agarre el mantel con fuerza y ale de este, deje que todo esto callera al piso que el cristal resonara en el ambiente. Y nunca quise nada de ti Excepto todo lo que tenías y también lo que quedó después de eso… La felicidad la golpeó como una bala en la cabeza Arreada desde una gran altura por alguien que debería saber más de esto Me acerque al velero y le patee, las velas cayeron dejando una humarada a su paso el padre intento detenerme pero no debía preocuparse yo ya me iba. Me acerque a un costado del altar empuñe mi mano vi la botella de vino quebrarse. El líquido manchaba mi ropa tenia tanta ira caí de rodillas al suelo llore, llore de impotencia, no tenia nada. Apreté mis manos.
-¡sacrilegio! ¿Puedes oír los caballos? Porque aquí vienen
Me levante tome algo de aire mientras me limpiaba las lágrimas –padre no se preocupe ahí cosas que se pueden recuperar otras no…
Camine a la salida deje que la luz plata de la luna invadiera el lugar, camine sin prisa dejando que el aire congelara todo esto, subí la colina al llegar me pare en la orilla sonreí mientras no paraba de llorar ahí cosas que por mas que intentas dejar de sentir no se puede; me acerque al lago deje que mi cuerpo tambaleara en su orilla, el viento soplaba fuerte las hondas invadían los reflejos, las hojas caían a mi alrededor.
Saque la carta saque cree un barco con ella, saque los fósforos y le prendí fuego, Deja todo tu amor, todo tu amor atrás, No puedes llevártelo contigo si quieres sobrevivir le vi arder el fuego se expandía lento el viento no podía apagarlo me arrodille deje el barco en el agua y le empuje en un soplo. Saque las pastillas y destape el frasco… la primera - no tienes agallas marica- resonó la voz de mi padre en mi cabeza… tome la segunda Mírame como quieras, ódiame pero jamás digas que no te ame…- Felipe, pase con dificultan mientras lance una mirada al cielo nocturno ya no esta… - Anderson siempre estaré contigo- perdóname madre… -¿piensas recibir la penitencia? padre ya he pagado suficiente…-¡sacrilegio!, agarre un poco mas de una y las aguarde en mi boca –no te confíes Anderson aprecia la belleza hasta que te duelan los ojos…- las tome de golpe mientras intente inhalar aire las lagrimas rodaban por mi mejilla miraba el cielo la carta se había echo aire y lo que quedo se hundió en el lago.
-quiere hasta que duela, ama hasta que sientas morir-. Apreté el frasco en mi boca y tome de el. Los días de perros han terminado ¿Puedes oír los caballos? Porque aquí vienen
Mis ojos miraron involuntarios la noche, mi boca pidió el último vendaval de aire, parpadee unas veces antes de soltar el frasco vacio, sentí caer –Camilo- pensé.
CAMILO.
Me senté a un lado de la cama del hospital, le miraba inconsciente tan indefenso… con el rostro palidecido, con el cuerpo surcado a cables que le monitoreaban la vida; apreté mis manos en puño y apoye la cabeza. Un dolor inmenso se apodero de mi abdomen la bala el disparo aun me calentaba la piel. Le mire nuevamente y sonreí.
Hace unas horas en la ciudad al abrir los ojos no vi a nadie en el hospital me pregunte por el, pero no obtenía respuesta las enfermeras habían atendido mis heridas luego de la operación y aun me dolía pero me dolía mas que no estuviese en esos mementos conmigo… me dolía creer que no le volvería a ver… pero me sentía feliz al creer que estaba bien.
Me alistaba para salir no sabia a donde iría pero no me podía quedar mas tiempo en ese lugar, camine por el pasillo mire a Rodrigo que abrazo de felicidad al saber que estaba bien, me beso la frente y acaricio mi mejilla; me acompañaba a la salida cuando distinguí dos figuras cruzar la entrada para acercarse a mi.
-Anderson- reclamo mi cabeza su nombre. No sabia por que pero así fue sentí que me llamo, la desesperación me consumió y me trajo a San Andrés.
Me levante hasta donde se encontraba, le acaricie el rostro me acerque a el para besarle sus labios se sentían tan fríos, tan inertes. Me acosté a su costado sin parar de contemplarle.
Luego de unos minutos su cuerpo inhalo gran cantidad de aire con desespero, parpadeo unas cuantas veces antes de poder entender lo que pasaba me levante le tome de la mano le repetí que aquí estaba. El simplemente guardo silencio y soltó mi mano.
Deje mis manos caer, le mire no lo podía creer, volví a apretar mi mano en puño y le golpee el rostro. -¿se puede saber que intentaste hacer?
-me canse de esto Camilo míranos a donde hemos llegado tu que esperas que… tape sus quejas abalanzando mi boca a la suya, probando sus labios mientras les sentía robarme calor, no me aparte de el sentí como sus manos perdieron fuerza para apoderarse de mi cuerpo; apretaba sus labios a los míos para volver a invadir su boca con mi lengua. Todo era tan… perfecto.
Mis manos recorrieron su silueta mientras subía buscando su rostro sentí sus lagrimas las seque mientras le acariciaba, mis manos peinaron su cabello le apretaban con fuerza a mi… quería su boca quería todo yo le amaba… y no importa que pase mañana pero estamos juntos….
FIN.