martes, 30 de abril de 2013

UNA HERRAMIENTA QUEBRADA

UNA HERRAMIENTA QUEBRADA

Capítulo I.
Santiago.
Suspire antes de ingresar al gran centro recreo deportivo de natación distrital; tenia puesto mi camisón blanco, con la cabeza sumergida en la sombra de la capota; no podrían detallar nada de mi cuerpo y seguramente daba miedo, mi pantalón es ancho y ya está algo gastado, lo que sigue es lo normal las medias y los tenis blanco.
En mi mano cargaba una maleta con ropa mejor, para cuando saliera, una gorra y gogles de silicón y como con el entrenador no se sabe, traje una pantaloneta y si le da por joderme empaque el traje de poliéster son mejores… la licra se arruga o se transparenta y en un equipo de natación que se transparente tu traje no es lo más cómodo.
Tras las puertas de cristal, observe los diferentes equipos, muchos ya se habían cambiado lucían su corta pantaloneta con su torso desnudo salpicado por unas cuantas gotas y es que podías encontrar lo que quisieras estaba el de pectorales fuertes de tetillas anchas y piel bronceada, el de pectorales duros pero no abultados que le acompañan una fina tableta en su parte inferior se parte en V invitándote a mirar másallá de la pantaloneta; esta el chico moreno de tetillas pequeñas pero totalmente entrenado que pareciera podría desarmarte con solo mirarle.
Había de dónde; camine a paso acelerado suelo llegar tarde por qué no me gusta salir de casa sin haberme asegurado que mi mamá está bien, y no es que ame la natación pero me libera de muchas tenciones además el gobierno nos subsidia con un dinero que me cae muy bien; pues es el único sustento en mi hogar, intento ser cada día mejor  ya me encuentro en la piscina diecisiete lo que indica que tengo potencia, resistencia, y agilidad.
Mire mi lugar soy el número tres en la línea, pero estaba todo tan vacío, solo estaba la piscina removiendo el color azul del agua, reflejando de forma torpe la luz blanca del techo, aun con zapatos ya sentía las baldosasfrías y es que el ambiente es helado y los colores no ayudan, aquí todo es blanco u azul. Mire a un costado y (suspiro) ahí estaba la silla del entrenador, en el reposabrazos estaba la libreta y el bolígrafo; en la parte del espaldar el pito.
Mi entrenador… bien, él fue el que me invito a practicar en este lugar, me enseño en mayor instancia lo que se, es él quien decide quién debe ser subsidiado y quien no; dependo de su buen humor un mes sin ese dinero y no sabría qué hacer. Por un lado está la casa, mi madre, mi hermano pequeño Camilo de siete años.
El reloj en mi muñeca pito tres veces debía alistarme, sumergí un poco más mi rostro en la  capota, tome mi maleta y me dirigí a los camerinos, aumentaba el paso, veía la estancia tan lejana, al ingresar encuentras a los tíos desnudos sin reparo alguno; en mis primeros días temía a las erecciones, luego lo vi como algo normal puedes ver una polla realmente flácida escondida por el frio de la regadera o por el contrario ves una morcillona que amenaza por alzarse al techo con orgullo masculino.
Todo entra a la confidencialidad lo que ves aquí no se comenta de ninguna manera, si te tocan el culo no es que sea gay es compañerismo la cosa es a quien se lo tocas; muchos compañeros me palpaban el hombro y seguían a sus casilleros sonreía de todas maneras, al llegar a mi casillero me comencé a quitar la ropa tome el camisón blanco entre los dedos en la parte de la cintura y lo subí sentía como todos mis músculos se tensionaban. La atenace a mi mano y me contemple tenía unos pectorales fuertes de tetillas anchas, una cintura delgada a comparación de mis hombros, detallaba cada cuadro de la tableta y la delgada línea de vellos que iniciaba desde el estómago.
Tengo algunas pecas en el pecho, lo considero atractivo, las de mis rostros me dan un toque de inocencia que se fortalece cuando logro ruborizarme, mire a uno de mis compañeros que se retiraba el pantalón luego de desapuntarlo se bajó el cierre, su paquete entre el bóxer se mostró con orgullo en estado morcillón palpitando entre la tela; pase algo de saliva al observar su culito y aquellas piernas.
Me cabeceo amigable.
-se te hará tarde es mejor que te apures.
-¡la clase! Es verdad
Sickcyclecarousel.LifehouseTome mi pantalón ancho y le baje de golpe, con bóxer y todo incluido a fin de cuentas me toca ponerme el traje; observe mi polla alzarse un poco descapullada con algo de venas en el tronco y los huevos llenos de leche, mire a mi alrededor con disimulo; nadie me miraba, la tome entre mis dedos y masajee un rato el glande, el calor que se siente al apretar el pulgar con cierta fuerza es gratificante.
Pero dejando un poco el juego tome mi traje color azul que contrastaba perfectamente con el color gris en mis ojos, me lo coloque, me mire en el espejo de la puerta acomode mejor mi cabello castaño y dejando todo a dentro cerré; tenía cerca de quince minutos de retraso y por lo que vi el entrenador ya había llegado; Si la vergüenza tiene un rostro, yo pienso que luciría cómo el mío; Si tiene un hogar, serían mis ojos. Me creerías si te dijera que ya estoy cansado de esto…exhale con fuerza apretando las manos termine pateando los casilleros de abajo. Y Salí del lugar corriendo.
-permiso. Odio a la gente que ve que tienes prisa y se mueve lento.
En un momento mientras parpadeaba para observar bien donde miraba, me detuve en seco y sentí una fuerte reacción en el pecho que posteriormente acabo en sonido, lo fuese dejado ser, pero mis compañeros a mis lados se acercaron curiosos mirando el suelo. Mire a lo lejos a mi entrenador vestido con camisa roja y una pantaloneta azul contando el tiempo de mis compañeros.
Removí mi pie indeciso pero patee su zapato, si… seguía en el suelo, esperaba acaso que lo levantara, mire al suelo y ese chico, logro dibujarme una sonrisa en el rostro, tenía sus codos apoyados al suelo y me miraba desafiante.
Su cabello era castaño, su piel se encontraba dorada quizás se bronceaba, pero era un tono perfecto, le quedaba tan bien para su boca tentativamente roja que resguardaba sus perfectos dientes blancos; pero sus ojos a pesar de mirarme con rabia el brillo de sus ojos era intenso color verde, eran color verde. Hermosos…
Llevaba puesta solo su pantaloneta marcando cada cuadro de su abdomen en su delgado cuerpo, ¿qué deporte practicara? La cosa es que le sentaba muy bien ni de lejos mis pectorales pero los de él venían marcados, de tetillas morenas y algo anchas.
Le tome de la mano y lo levante a mí, cuando le tuve cerca me detuve a mirarle, realmente guapo el hijo de puta, me empujo fuertemente y diciendo cosas al aire salió perdiéndose en el fondo del lugar seguro iría las duchas.
Traté de seguir tus pisadas, Traté de perseguirte hasta abajo, Traté de ver que tan bajo podía caer… Traté de ganar mi camino, Traté de cambiar esta mentalidad; Será mejor que creas que yo he tratado de vencer esto
Zarandee mi cabeza y corrí a mi sector, al mirar la piscina el entrenador me miro algo airado con un toque malicioso, me tire inmediatamente y sin permiso al agua; y comencé a nadar hundiéndome en el agua apoyando mis fuerzas a las piernas, nada con alta velocidad sentía que mis músculos se tensaban pero era soportable; al llegar a la orilla di un bote y me empuje con las piernas.
Cuando llegue, le mire.
-¿y bien?
-minuto y medio. Me dijo desafiante a través de sus ojos cafés, su cuerpo era un mar de músculos, pero muy bajito lo que le quitaba la perfección; además mayor treinta y siete.
Me volví a sumergir y así dure un buen tiempo hasta que nos hizo salir; todos en hilera, mirándole a los ojos y comenzó…
-ustedes, dijo apuntando con el dedo. –partida de haraganes, quien no quiera estar aquí bien pueda y se va; a mi clase se llega…
-¡¿cómo se llega Ignacio!?
-con el traje en perfectas condiciones.
-pedazo de idiota; dijo golpeándole en la cabeza.
-¡¿cómo se llega Sergio!?
-puntual y con precalentamiento por nuestra parte.
El entrenador sonrió, me miro a mi como último en la fila, -¿cuál han cumplido?
-ninguna señor, respondimos en coro.
El entrenador que por cierto se llama Javier, removió su boca de lado a lado con cierta repugnancia, el aire se volvía espeso en su cercanía, el aroma de su cuerpo era realmente hostigarte.
-no tendrán subsidio este mes, espeto molesto.
-señor, sí señor, respondieron ellos.
Claro como ellos tiene con que sostenerse yo no, necesito ese subsidio, no solo eso necesito un poco más lo que él llama “compensación”  se acercó a mí con cierta duda, me miro desafiándome a decir que aceptaba lo que decía.
Inhalo algo de aire –pueden irse.
- ¡pueden irse!- -¡¿pueden irse?!
Resople aire con fuerza, y me encamine con mis compañeros, lo sentí tomarme del brazo con fuerza, el sabia por lo que yo pasaba, si, por el estoy aquí, pero él sabe porque sigo aquí; me solté con un nivel de respeto y me fui a los camerinos.
¿Cuándo va a terminar esto?
Vuelve a pasarme una y otra vez; Sigue dando vueltas alrededor, yo sé que no quiere parar Hasta que yo me salga de esto por bien
Cuando me vi vestido y casi no quedaba nadie en el lugar, me senté en la banca con las manos en la cabellera, respirando como una manera de tranquilizarme y no salir pateando todo; apreté la capota a mi cabeza y removí mis dedos entre ellos con ansiedad.
Mire el reloj, un lado a otro, y me levante resignado; Salí de mi zona y entre a la de maestros.
Abrí la puerta con una patada, y ahí estaba tomando café fumándose un abanó mientras acariciaba un agila de oro y bronce; levanto los ojos entre sus gafas y continuo en su labor.
-sabe que necesito el dinero…
-debiste pensarlo ahora lárgate.
Cerré la puerta a mi espalda; -no me iré sin que me prometa no me robara la mensualidad.
-siéntate, dame razones; dijo ubicando la mirada de esa maldita águila a mí.
-necesito la mensualidad usted sabe que mi madre no trabaja.
-si es una puta alcohólica. Retorció su abanó entre los labios
Me levante airado, y empuñe mi mano a su rostro pero por mi mente paso la imagen de mi hermano y de mi madre; tome algo de aire y me moví de lado a lado en la sala intentando tranquilizar el nivel de sangre que ya hervía.
-¿Qué quiere? Le dije de golpe, ya que no le interesa mi vida me saco con interés propio de ella.
-recuerdas… recuerdas cuando recién ingresaste.
Cerré los ojos y lo mire agotado; su mano me indico que me sentara apreté mis manos al reposa manos –lo recuerdo…
-eras un niño complaciente y agradecido…
Carraspee un poco mi barbilla y sentí como se colocaba de pie, el aire de su abanó y café se le sentía en cada paso, se colocó en frente de mí. Dejo su tasa en el escritorio y me acaricio el cabello.
-sabes que debes hacer…
Yo nunca pensé que terminaría aquí, Nunca pensé que estaría parado donde estoy… Supongo que pensé que sería más fácil de lo que es… Supongo que he estado equivocado ¿Ahora? una vez más…
Jalo mi cabellera hacia atrás cuando observe sus ojos él respiro profundo mi aroma para sonreírme ampliamente; acerco sus labios a los míos y los beso con fuerza, jalo un poco más fuerte me obligaba a recibir su lengua, sentía como pasaba por cada rincón de mi boca, sus labios apretando los míos impregnándolos de aroma a abanó.
Se magreo la polla fuertemente con la mano que tenía libre, apretando con fuerza, su pene ya se mostraba alzado entre la tela de la pantaloneta; me miro sin apartar los labios de mi boca así que levante la mano y comencé a sobarle el paquete; adquiriendo mayor tamaño a cada paso, la tela ya se mostraba húmeda del preseminal que absorbía.
Llevo sus manos al elástico dejando caer su pantaloneta a sus piernas; cuando se despojó de esta coloco su rodilla a un costado de mis piernas apoyada en el cojín, alzo la pierna que tenía en el suelo y la coloco en el reposa brazo; tenía su polla totalmente tiesa surcada de fuertes venas goteando baba en frente a centímetros de mi cara. Apoye mis manos en sus piernas y me deje deslizar entre la tela de la silla; cuando esta golpeo mi boca se alzó mojando mis labios; sin tocarla me la introduje centímetro a centímetro.
Mi entrenador comenzó a mover la cadera despacio dejándola deslizar en mi lengua; se escuchaba su risa mientras llevaba la cabeza hacia atrás; su mano tomo mi cabellera y previendo lo que pasaría me la introduje de golpe a la boca chupándole el tronco; mientras mis manos se aferraban cada vez más a sus piernas.
-la extrañabas ¿no Santi? Dijo mientras gemía
El movimiento aumento; debí tomarla de la base se la pajee un poco en lo que yo tomaba aire; le escupí por primera vez mientras implantaba más velocidad en la mano.
-no te quedara tan fácil.
Cuando su voz resonó en el lugar; me detuve le solté la polla mientras el retomaba su mano en mi cabello me llevo la cabeza hacia atrás se acomodó un poco y dejo que su polla se deslizara por mi paladar; una y otra vez despacio; su rostro se encontraba totalmente rojo en su frente aguardaban gotas de sudor.
-cómela.
Mi nariz toco los vellos de su vientre; espero un tiempo para sacarla y nuevamente el movimiento de caderas se intensificaba para luego pausarse con su polla tocándome el fondo de la garganta. La saco de mi boca y pasando su glande por mis labios me miro tomar aire.
-buen chico. Y dos palmadas en mi mejilla me pidieron que me levantara.
Cuando tuve la oportunidad me sumergí en la capota; deslizando mis manos sobre su escritorio botando algunos de sus papeles; me tomo por la espalda y me ubico mejor acomodo su agila para que me mirase desde una esquina del mueble y me bajo el pantalón ancho hasta los tobillos; acaricio mis caderas apretando con fuerza; cuando deje de sentirle mire de reojo se sacaba un condón se pajeo mientras se lo colocaba y nuevamente mire en frente; sentí el lubricante del mismo rozarse entre mis nalgas.
Busco con uno de sus dedos mi ano, busco nuevamente entre sus bolcillos y saco un estuche parecido a una muestra me unto un poco de ello en el ano una y otra vez simulando introducir su dedo.
-no me digas Santi que debo volvértelo a explicar.
Respire profundamente, cerré los ojos y busque relajarme cediendo parte de mi fuerza; le escuche reír soltado –así está mejor- para introducir su dedo hasta donde su mano lo dejo, jugó un tanto en mi interior sentía las vibraciones de su mano pajeando; fue cuando sentí el segundo dedo.
-listo ya estás bien.
Apreté mis dientes con fuerza al sentir que se ubicaba mejor a mi espalda; me la inserto despacio cuando tuvo medio pene me la metió de golpe; gemí apretando las manos en la mesa. Su movimiento comenzó lento para en minutos adquirir velocidad, me invadía el esfínter sentía que esa mierda que me había echado intensificaba el calor y me estaba quemando; atrajo la silla que se encontraba a su espalda y la coloco a su costado para ubicar su pierna. En esa posición me lograda taladrar con mayor roce.
Gemía como una bestia hambrienta; mientras yo hacía lo posible para no gritar, empuje mi mano para botar sus cosas del escritorio; me jalo de la capota y tomándome del cabello golpeo mi cara contra la mesa dejándome de lado. Mirando su agila de oro y plata.  Moví mi mano y en ese momento me cacheteo sin dejar de envestirme.
La presión en mi abdomen aumentaba no me la había tocado pero sentía que mi verga babeaba de lo que mi cuerpo consideraba como placer; las manos del entrenados se introducían por mi espalda resbalándose en el sudor de la misma fue cuando se lanzó sobre mí y me beso el cuello; la silla cayo y sus manos en mis hombros me levantaron; me la inserto con fuerza.
Me quito el chaleco cuando tubo mi cuerpo desnudo sus manos acariciaron mi piel mientras me mordía el hombro; nuevamente sentía su aroma en mis labios me giro para abrazarme algo que se me hacía estúpido; luego mi cuerpo se vio golpeado contra el escritorio algo que me causó molestia en la espalda al empujarme con tanta fuerza mientras retomaba en control tomo mis piernas y las levanto junto con sus manos; me sonrió con descaro y me la volvió a meter despacio lleve mi cabeza hacia atrás, sucumbía ante todo esto me iba a tomar el pene pero soltó mis piernas y me tomo de ambas manos.
-Santiago…
No aguante la presión en mi abdomen y me corrí sobre mi abdomen sin generar grandes trallazos pero el calor no se iba de la base de mi polla; el entrenador se sacó el condón y comenzó a pajearse sobre mis huevos pero su lefa no salía y era como si se esforzara cuando un trallazo largo cayó sobre mis pectorales y dos más cortos sobre mi miembro cuando se sintió liviano tomo mi pene junto al suyo y los pajeo.
Dio la espalda y se colocó sus pantalones, mis piernas estaban rendidas mientras mis ojos miraban el techo la luz blanca del techo; parpadee un poco y me levante para colocarme mi ropa, mi pantalón y luego protegido bajo mi capota.
-Aquí tienes la compensación. Dijo golpeando la mesa con los billetes.
Tomo su cigarrillo y lo encendió mientras se reincorporaba a la silla detrás de su escritorio.
-necesito que hagas algo por mi…
¿Cuándo va a terminar esto?
Vuelve a pasarme una y otra vez; Sigue dando vueltas alrededor, yo sé que no quiere parar hasta… Hasta que yo me salga de este ciclo enfermo del carrusel

Cesar.
-quédate quieto que lo haces más difícil. Me decía ella divertida con media sonrisa en su rostro.
-no es para tanto, exageras amor. Le dije deteniendo sus muñecas entre mis manos, al mirarme relajo su mirada dejando caer el algodón con algo de sangre entre sus hilos.
-estoy bien. Le repetí soltándola, pasando mí mano por su largo cabello castaño, cuando sus mejillas se ruborizaron la bese, en un beso que cada vez tomaba más intensidad hasta que con mi mano en su espalda la deje descender.
La volví a tomar con una risa picarona de las manos y las lleve centímetros más arriba de su cabeza; teniendo mis piernas a lado a lado de su fina cintura; le bese el cuello mientras se removía cosquillosa; su aroma era único. Y es hermosa.
-espera detente.
La mire lascivo tomando un poco de aire; -¿Qué sucede Diana?
-Mi madre está en casa, dijo buscando algo de compresión y la entendía.
Que quite de su cuerpo y me deje caer en la cama; el colchón reboto un momento cuando ella se montó sobre mi apoyando su cola en mi abdomen. Diana tiene ojos pardos, su piel es tan blanca como la porcelana, pero sus labios son intensamente rojos,  los pómulos de su rostro son perfectos y de su cuerpo es mejor no hablar sus brazos son delicados, sus senos son proporcionados, su vientre es plano finalmente su cola se encuentra bien cuidada.
Me mordí insistente el labio, pero no, no cedería me conformaría con sus besos esta noche, estaba bien podía soportarlo, amo su compañía, cuando sonríe, cuando se dibujan hoyuelos en sus mejillas, cuando calla tímida. Me senté de golpe, apreté mis labios en sus hombros y sutilmente la deje sobre la cama, cuando me levante estire mi cuerpo frente a ella buscando una última arma pero me conocía tan bien que inmediatamente me mordió la cintura matando toda posible seducción.
-¿quieres ir al cine?
-no, dijo agarrándome de la mano –quédate a mi lado y veamos alguno de los DVD.
Afirme convencido de que era lo mejor; me ardía un poco el codo ese hijo de puta que se me atravesó esta mañana, sacudí mi cabeza al recordar la profundidad en su mirada es como si algo pasara por mi espalda cada que la recuerdo.
-traeré los bocados. Dije saliendo de su recamara.
Mensaje a mi madre que llegaría algo tarde para que no me esperara despierta, cuando ingrese a la cocina no vi algo apetecible por ningún lado, tomaba y separaba lo que veía nada, causa perdida si seguía intentando.
-Amor comprare los bocados no demoro, le grite cerrando la puerta a mi espalda.
Hacía bastante frio, me reconfortaba en mi chaqueta, el solo respirar formaba vaho en el aire, mire de lado a lado pero solo se apreciaba la naturaleza de la noche interrumpida por las luces de las farolas como Diana tiene familia adinerada por este barrio no se ve ni de cerca una tienda. Pero de todos modos debería buscarla, emprendí mi camino sin percatarme mucho de los que sucedía a mí alrededor.
Luego de caminar largas cuadras y atravesar el boscoso parque encontré un chuzo que por lo menos tenía lo que podía considerarse comestible: unos jugos, papas, dulces, más papas; le cancele al tendero y Salí del lugar con la bolsa en mi mano.
-¡aaah!
Con aquel grito me detuve paralizado.
Santiago.
Cerré la puerta tras mis espalda suspirando ampliamente, di unos cuantos pasos y parpadee una cuantas veces mientras notaba todo totalmente desordenado; mientras caminaba llenaba mis manos de basura y más basura; entre los dedos botellas vacías de licor que ni el concho ya tenían.
Mire a mi madre decaída en el sofá con su mano en un cojín y la otra n el suelo, con los labios húmedos y los ojos agotados mientras intentaban comprender que veían.
-hola madre, le dije besando su frente, sentándome a su lado introduciendo toda la basura en un solo lugar anude y comencé a acariciarle el cabello.
Me faltaba el calor de alguien y busque con la mirada a mi Cami pero no lo veía supuse dormía en su cama; cuando le fui a buscar resultaba que todo estaba en su lugar; me preocupe, mi corazón bombeaba sangre cada vez con mayor presión.
-Madre, Madre… le dije insistente.
-¿Dónde está Cami?
-Mi hijo, a mi hijo me lo robaron cuando él era un bebe… y hay estaba de nuevo la historia de mi hermano que le robaron de sus brazos eso es lo que la tiene ahora así.
-mamá, mami. Dije tomando su rostro entre mis manos –tus hijos somos Cami y yo ¿Dónde está Cami?
-aaah Camilo. Dijo agotada casi cerrando sus ojos.
-sí, Cami ¡Mamá!
-estaba haciendo mucho ruido y lo deje salir, no te preocupes…
Me levante llevando mis manos a la cabellera; cómo es posible que diga  –que no me preocupe- -mi hermano-

Capítulo II.
Cesar.
Toque el timbre de la casa de mi novia con algo de preocupación y molestia; no se sabe cómo lo tome, pero algo, algo en este niño que no me dejaba dejarlo solo, se aferraba a mi mano lo mire de reojotenia lodo en su carita y tierra en su cuerpo, el balón de futbol entre sus piernas; su rodilla estaba lastimada pero parecía no importarle mucho eso. Tenía la mirada perdida quizás pensaba en alguien.
Cuando la puerta se abrió Diana se mostró totalmente emocionada, cuando me miro a los ojos con la preocupación reflejada en ellos bajo su mirada y lo miro a él lo que lo intimido un poco, el niño se escondió entre mis piernas con su mano apoyada en mi muslo.
-podemos pasar…
Diana abrió la puerta sin decir mayor comentario y nos dejó seguir.
Me incline apoyando mis manos en su vientre, le sonreí ameno su rostro se ruborizo mayormente, bese su frente y le mire, este niño podía sacar lo mejor en mí, pero su brillo aun reflejaba miedo.
-quieres subir a bañarte. Le sugerí
El niño negó con su cabeza. –tienes nombre…
-Camilo.
-qué bonito nombre, Cesar, le dije tendiéndole la mano pero el peque se abalanzo sobre mípara cuando sentí el aroma de su cabello lo aferre a mí.
-el agua es caliente y tenemos tina, resonó Diana detrás de mí con algo de dulzura mientras colocaba su mano en el pequeño.
Le afirme para que fuese, cuando su figura desapareció tras las escaleras, me tire agotado al sofá mire a Diana mientras la tome para besarla, al ver que no obtenía respuesta favorable. Elegí rendirme…
-estaba solo en ese parque ¿Qué podía hacer?, el niño se cayó su rodilla sangraba y no paraba de llorar…
-pe…
Takecare/Drake -no podía dejarlo ahí y menos en ese estado, es un niño; ademásestá bien educado cuando le di de comer las botanas él me cogió cariño y luego de unas palabras le sugerí venir conmigo…
-no puede quedarse…. Soltó decidida.
-me lo llevare…
-no hablo que no puede quedarse contigo ¡vamos! Cesar… es un niño su familia lo está buscando, me tomo del rostro con sus manos insistente en su mirada.
-su familia no lo quiere, mire al techo apretando mis manos al pecho… -pero mañana buscaremos su casa…
Estaba meditando que haría cuando Diana se coloca sobre mi buscando sedienta mi boca; la tome de la cintura mientras le seguía a sus besos, con una mano baje lentamente la tira del sostén que sobresalía de aquella blusa, sus manos en un tacto frio sobre mi pecho subiendo la camisa sin dejar de besarme; se retiró un instante detallando mi cuerpo sus pupilas mostraban deseo, la tome de la mano para besarle, la sentí bajar por mi cuello, tocar mis pectorales y detenerse donde comienza el pantalón; le mire pícaro y ella apretando la hebilla me acerco a ella para que le besara, sentía su lengua recorrerme, su cabello descansar en mi hombro.
-Cesar…
Abrí los ojos y sin mediar palabra tome a Diana de sus hombros y la deje a un costado del sofá para ir en busca de Cami; llegue agitado el baño estaba cubierto en su totalidad de vapor, entre gas blanco se observaba la figura blanca de Camilo con jabón en su cabello mirándome con sus tiernos ojos verdes. Cerré la llave antes de percatarme de lo callado que estaba parpadee dos veces.
-¿pasa algo?Sé que has sido lastimado por alguien  Puedo decirlo por la forma en que te sostienes  Si me dejaras, esto es lo que haría… Cuidaría de ti 
El niño coloco una expresión mal humorada en su rostro. –porque cerraste la llave…
-jajaja te podías quemar es eso… ¿me llamabas?
-es que mi camisa está sucia y no tengo con que secarme.
Mire las toallas extrañado y se la alcance interrogante, en los que se secaba le note incomodidad supuse que era por mi así que me gire. –y… ¿en tu casa no tienes estas comodidades?
-No, mi casa es más pequeñita y no tenemos muchas cosas.
-pero ¿eres feliz ahí?
-mi mamá no juega mucho conmigo cuando toma de esas botellas y mi hermanito no puede estar conmigo todo el tiempo.
-ya veo… bueno ya terminaste. Dije girándome de sorpresa cuando le mire ya tenía la toalla anudada a su cintura y me miraba sonriente.
Cuando me agache para cargarle su vos volvió a escucharse –Me recuerdas a mi hermanito pero él es un poco más fuerte.
Ya en la habitación de Diana le preste algo de ropa pero no sabía que le serviría así que solo le di una camisa que le quedo enorme y el permaneció con los bóxer que cargaba; le abrí campo en la cama tome la cobija entre los dedos y me metí junto conél; acariciaba su cabello en lo que se dormía.
-Mi hermano hace lo mismo que tú.Dijo sonriendo, acomodando mejor su cabeza en mi pecho.
Las luces se apagaron y en un momento del tiempo una se volvió a encender mire a la puerta y apoyada en el marco estaba ella; el momento era incomodo no sabía que decirle o qué no decirle es mujer y con ella no se sabe por más que las conozcas. Simplemente sonrió entre aquellos labios rojos instintivamente palpe la cama invitándola a seguir. Luego de un momento la temperatura de la cama cambio cuando ella nos destapo Cami frunció el ceño dormido; le hice señal de que se tranquilizara pero cuando Diana intento abrazarse a mi pecho rodeando también a Cami este la retiro con fuerza.
Sería una noche larga…

Santiago.
Mire de lado a lado pero la noche era oscura, era fría, la noche te cortaba, sudaba como nunca antes sudaba; parpadeaba buscando respuesta atenerme a lago pero los ojos me pesaban, la garganta no pronunciaba palabra y todo se rendía a que no podía moverme de donde estaba, entonces la ventisca paso fuerte arrastrando las hojas secas de los arboles cercanos. A lo lejos estaba la figura de mi hermano con su balón de fútbol en sus piernas.
-¿Cami?…
Se giró para sonreírme, pero el cuerpo seguía muy pesado corría tras de él, cuando caí al pasto, él seguía ahí, le tendí la mano para que se acercase pero solo sonrió y siguió, no se si no podía oírme pero se detuvo indeciso y junto a él la figura de otro hombre acariciando su espalda.
-¡Cami!
Me sobresalte alterado de la cama, con la respiración entre cortada, los ojos totalmente abiertos sin poder realmente ver algo; molestia ganas de patear lo que veas en frente hasta destrozar lo que sea, es impotente no saber qué hacer, no saber qué decir, como actuar, tener cargas que no puedes soportar, todos esperan algo de ti, todos dependen de alguna manera de lo que hagas; ¿qué esperas a cambio?… las gracias la dan los idiotas si alguien valora lo que haces te lo hace saber pero ahora… estoy solo.
Mi único deseo es morir siendo auténtico  Porque la verdad hiere y las mentiras sanan  Por eso lloras, lágrimas cubren tu almohada. Me alejó de su vida y decidí darle su espacio Sintiéndome mal por un corazón que yo no rompí Estaré allí para ti, cuidaré de ti
-Camilo, Camilo, Camilo, grite con fuerza tomándome del cabello.
Salí de mi habitación, mi Madre se removía en el sofá con el cabello despelucado y la blusa mal puesta, abrí la ventana buscando tomar algo de aire puro y mientras me recostaba en la ventana dirigí mi mirada a la calle suspire metiendo la mano a mi pantalón al sacarla desarrugue el papel, tenía el sello de la policía eran los pasos para encontrar a una persona extraviada, setenta y dos horas pero ¡vamos! tiene siete años entonces por clemencia son  veinticuatro… no sienten lo que yo estoy sintiendo.
-¿crees que este bien? Le pregunte a mi madre sin dejar de mirar crepúsculo de la mañana.
-¿Quién?…
Volví a acomodar mi cabeza en el marco de la ventana, me dirigí a la cocina y revise la alacena no había mucho que hacer debía comprar lo que me acordó que debo ir a mi clase de natación, le prepare una agua de panela con pan y queso a mi madre y Salí del lugar sin olvidar su bendición.
Camine cuadra tras cuadra abrigándome en la capota esta vez vestía un pantalón jean más ajustado, me detuve tras las rejas y mire los niños jugar felices en el jardín cuando una mujer mayor… Bianca me miro se acercó hasta donde estaba y tomando de igual manera los barrotes dejo que el silencio se pronunciara.
-Camilo no ha venido por acá, le pregunte con un nudo inmenso en la garganta con la frente en el frio del tubo; parpadee cansado.
-no él no ha venido, dudo que sepa como venir muchacho.
-si lo sé solo que mi mamá quedo en traerlo, quizás se lo llevo y pase a preguntar es todo. Y antes que continuara le di las gracias.
Seguí mi camino y recordé a un viejo amigo, El solía hacerme reír y creer que todo estaba bien pero un día desapareció; ladee la cabeza despejando aquellos recuerdos; paso tras paso con la respiración agitada finalmente llegue al centro de natación.
Al llegar aprecie el azul oscuro que cubría el lugar, la luz en las baldosas de las paredes reflejaban el movimiento del agua en las piscinas todos estaban tan tranquilos que me sentía apartado de todo realismo; ingrese a los cubículos casi sin mirar tanta piel desnuda, deje mi maleta caer al suelo y en un suspiro removiendo mi cuello de cansancio abrí el casillero; me desnude guardando toda mi ropa, tomando la toalla anudándola a mi cintura.
Me dirigí a los baños, era raro ver los cubículos tan deshabitados pero también al mirar mi reloj notaba cierto retraso para mi clase; igual necesitaba el baño, abrí la puerta dejando mis chanclas a la entrada; abrí la ducha en lo que calentaba me quitaba la toalla para colocarla en el perchero.
El agua tibia caía sobre mi pecho formando pequeños riachuelos sobre mis pectorales, mi abdomen y terminar goteando en mi polla; no sabía a qué velocidad transcurría el tiempo solo apoyaba mi mano en la pared; controlando un posible llanto; parpadee cansado cuando el calor invadió mi hombro y ascendió por mi brazo.
Su mano era ancha de venas notables, a la medida seguí su brazo cubierto por tan gruesos vellos finalmente mi mirada dio con su rostro.
-entrenador… ¿qué hace en este lugar?
Estaba desnudo con su pecho salpicado por algunas gotas de agua, sus ojos cafés reflejaban el brillo blanco de las bombillas, me sonrió frotándose la polla a su tacto ya estaba gruesa no es grande por si sola pero puede alcanzar un tamaño mayor al que tenía, acariciaba su glande con el pulgar, volví a subir la mirada.
-no es el momento. Dije dando la espalda.
-Sí, si lo es; llegaras tarde y como el subsidio no te asusta te sacare del liceo por incumplimiento.
Intenta huir de eso, di que ya estás harta, En tu cara no lo muestras pero Cuando estés listo, sólo dilo; No tendrás ni porqué preocuparte, No tendrás ni porqué esconderte Si has visto todos mis errores  Mírame a los ojos...
Apretó sus manos a mi cintura me ubico en medio de la regadera con sus labios besando mi cuello, lamiendo cada centímetro de piel que lo guiaba a mi boca no obtenía mayor respuesta así que saco su lengua poco a poco cedía ante lo que él buscaba, luchar no es una opción cuando te ahogas…
Bajo por mi pecho, su boca chupo mis tetillas mientras su mano pajeaba mi pene lo hacía con total entrega su mano libre tocaba la raya de mi culo sin ingresar sus dedos; cuando su babilla toco mi glande me giño el ojo; centímetro a centímetro ingresando a su boca con su mano en la base podía sentir sus dientes apretarse a la polla, su lengua acariciar la vena gruesa y a su paladar frotarlo; apoye mis manos a las llaves abrí las piernas un poco al sentir que su dedo ya pretendía ingresar.
Realizaba movimientos circulares quebrando los ríos de agua que pasaban por el lugar; saco su boca para respirar un poco de aire sus labios rojos totalmente húmedos se dirigieron a mis bolas, succionaba, jalaba y soltaba hasta que estas a su estimulo se endurecieron fue ahí cuando lo tomo de la mano y se la metió toda; en el poco espacio del lugar sentía su lengua menearse de acá allá era como un dolor incomodo pero a la vez placentero.
Ambas manos me tomaron de las piernas su garganta arcaba sola; le mire un instante con el cuello ancho la yugular bombeando sangre su frente estaba similar totalmente roja con una vena másdelgada pero notable en la cien; me causaba satisfacción verlo asíle tome de la cabeza y se la metí de golpe, el sonido se hizo eco y sin dejarlo respirar continúe en un movimiento de caderas donde buscaba llegar más profundo, su nariz golpeaba mi abdomen si pudiera meterle más lo haría; palmee fuertemente su cabeza sentí que su boca apretó más mi miembro podía sentir su dientes, sus uñas aferrarse a mi piel.
-te gusta bastardo, eh si te gusta- pensaba
-qué tanto de esto recuerdas de cuando yo era pequeño ¿te gusta? ¡Eh! perro te encanta-
-vamos respira, trágatela-
Solté su cabeza aguantando un tanto la sonrisa dejando todo lo sucedido a mi supuesto acto de adrenalina, mi entrenador escupía, tocia fuertemente mientras se tomaba de la garganta, esos ojos aguados mirando con ira –lo recuerdas hijo de puta-, cuando se repuso me sonrió algo que no alcanzaba a comprender algo tenía en mente pero miedo es lo último que sentía.
Tomo mi pene entre su mano y apretó con fuerza recubriéndolo con la piel, su dedo comenzó a realizar círculos en mi glande una fuerte presión en esa zona me dejaba sin aire, su saliva estaba caliente al igual que su boca tenía una mano apoyada en mi lo que no me permitía manejarle, cuando se alejaba se escupía el glande la mano con la que se pajeaba mostraba la fuerza que le implementaba.
-arrodíllate Santiago, dijo elevando su voz
Cuando me disponía a hacerlo me tomo de la cintura y me giro, descendí dejando mi ano expuesto en su cara sentí su lengua chupármelo una y otra vez, lo único que oía es cuando la saliva Salía de su boca recorría espesa mi ano y antes de que terminara su dedo la frotaba simulando una penetración, palpaba con el dedo y volvía a lamer acompañado de algunos golpes en el culo cuando me creyó listo inserto su primer dedo, apreté mis dientes con fuerza nuevamente su saliva me tocaba luego de unos momentos lo ingresaba con mayor fuerza .
Gire mi rostro cuando se levantó graduó la ducha para que saliera tibia abrió las piernas y acomodando mi culo me la fue metiendo, su glande grueso acompañado de todo el peso de su cuerpo termino metiéndome su miembro entero flexionaba sus piernas arriba abajo adquiriendo cada vez mayor agilidad; apoyo su mano en mi hombro.
-sube…
Apoyando mi frente a la baldosa exhale todo el vapor que pude, abrí mis manos hasta tocar las paredes del cubículo su mano tomo mi vientre y girado de medio lado me follaba, sudaba ante el calor del lugar, Javier me inclinaba más y más su mano subió por mi espalda busco mi mejilla…
-chúpalo.
Sin esperar respuesta alguna su dedo ingreso a mi boca, la saliva se me escapaba por las comisuras y el segundo dedo venia en camino; su envestida sincronizaba el movimiento de sus dedos, su mano seapoyó esta vez de mi verga me pajeaba con rapidez apretándome a su cintura termine corriéndome en varios trallazos. Al darse cuenta de ello me giro para que le mirara a los ojos tomo su mano con restos de lefa y se la llevo a la boca recogiéndolos con su lengua, cuando la recogió toda me beso.
Apretó mi hombro y termine acostado en el suelo del cubículo con las piernas separadas y elevadas mi entrenador se arrodillo y tomándome de las caderas coloco mi culo en frente de su polla, gemía mientras me la metía cuando me la enterró toda se ubicó mejor con el codo apoyado en el suelo y adelanto la brusquedad de sus envestidas me apoye con la paredes de cubículo con la fuerza de mis brazos evitando ser deslizado por el agua.
-¡Santiago! ¡Puto de mierda! Fue lo último que dijo antes de correrse en mi interior.
El entrenador se mojó el cuerpo y en segundos salió del cubículo anudándose mi toalla, hace tiempo no miraba el tatuaje que se realizó en su espalda la pata de un águila tomando una serpiente por el cuerpo, sonaron los seguros en la puerta inicial indicando que ya podía salir tome la toalla y me coloque el traje de natación.
En lo que salía me pareció oír la voz de mi Cami me detuve un momento por que no podía ser seguí caminado cuando a escasos metros de la piscina en la que practico estaba mi hermanito mire con tanta alegría pero sonrisa que se me borro cuando a su lado estaba ese chico jalándole del brazo la adrenalina recorrió por mis venas y corrí al lugar en cuanto ese tipo me miro a los ojos lo golpee lanzándolo al agua.
-¿está bien? Le dije al peque tomándole del brazo.
Cami asintió con la cabeza, me concentraba en él cuando ese tipo me jalo del traje haciéndome caer en la piscina no se podía negar que golpeaba duro, su agilidad en el agua era impresionante.
(El sonido de un pito)
-suéltense y salgan de la piscina. Decreto mi entrenador.
El tipo me empujo y salió primero, Cami preocupado se esperó a que yo saliera me tomo de la mano pero en cuanto el tipo lo miro –Cesar. Pronuncio su boca tímida y por alguna razón sentía que quería estar con él.
El entrenador se colocó erguido mientras que detrás de nosotros resonaron los pasos de alguien desconocido en cuanto llego vestía en traje con una libreta en su mano.
-¿Sucede algo?
-nada señor ellos practicaban resistencia…
-que bien… necesito que me diga quién de su equipo pasa al sig. Nivel
Al oír esto me llene de alegría yo merecía pasar eso implica mejor sueldo y librarme de las presiones sexuales de mi entrenador, pero este me miro fríamente con esa sonrisa de medio lado en su boca.
-Sergio…
-¡pero yo merecía ese puesto! Le grite apretando mis manos en puño.
Me miro a los ojos –ya lo hablamos en los cubículos Santiago te falta…
-en otro asuntos quien llega a sus filas es recomendado por el entrenador de nivel medio se llama Cesar….
El entrenador y el supervisor salieron estaba perdido en un mundo de decepción del cual Camilo jalo del brazo, cuando mire sus tiernos ojos verdes brillando por la luz de las bombillas me dijo –no quiero ir a casa. Y tras de sus palabras otros ojos verdes me miraron mientras se reía de mí.
Capítulo III.
Santiago.
Estiraba mi cuerpo apreciando la oscuridad que cubría el lugar, la piscina era alumbrada por la luz que radiaba la luna desde el cielo entrando por el techo del lugar, el agua de color azul intenso se movía de costado a costado hondando sobre su superficie un espectáculo muy bello de presenciar; sumergí mis piernas el cambio de temperatura erizo cada vello de mi cuerpo. Comenzaba a relajarme de verdad.
Me divertía chapoteando solía hacerlo con Sebastián…
(Recuerdo)
Miraba perdido el horizonte del parque, las hojas caían resignadas a merced del viento luciendo su tonalidad dorada, café y naranja que al ser alumbrada por los rayos del sol se asemejaban a los colores del atardecer que no tardaba en llegar. Las personas buscaban con necesidad un poco de sombra otras simplemente se acercaban al lago para jugar con los peces y burlarse de los patos.
Su mano apretó cálida la mía, mis dedos reaccionaron a los suyos y le mire, estaba acostado en el suelo con la cabeza apoyada en mis piernas, sus ojos cerrados en una expresión serena, el rojo de sus labios evocando una sonrisa, el mismo color que en sus mejillas evocaba timidez, sus pestañas largas, sus cejas definidas. Guapo… MI novio era bastante guapo, con la mano libre peine su cabello.
Vestía una camisa a cuadros morados de diferente tonalidad con los botones atados hasta donde comenzaban sus pectorales luciendo orgulloso lo marcado que los tenia, su piel bronceada por los rayos del sol pero las pecas en su pecho seguían visibles y le quedaban muy bien; su respiración era pausada ¿en qué pensaría en estos momentos? su camisa descubría un poco su abdomen le gustaba lucir el elástico de los bóxer que traía puesto, no era extraño notar que esos eran los míos esa extraña maña de robármelos luego de hacer el amor.
El celular cambio de tonalidad la canción que él me dedico cuando nos besamos por primera vez por eso te amo/Rio Romasin él las cosas fuesen sido difíciles en el club de natación a la que Javier me llevo como su nuevo talento, Sebastián me enseño a contener la respiración, a patalear pausado y con menos desgaste de energía, me acompaño cuando nadie más lo hacía, le gustaba contar el tiempo que tardaba en llegar de costado a costado para luego decirme lo pudiste hacer mejor.
Su cuerpo se giró en torno a mí, con su mano acaricio mi pecho….
-te amo, me dijo mientras abría los ojos… Cafe claro es ese el color de sus ojos, un pedazo de brillo equivalente a una piedra de ámbar en ese lugar.
-también te amo.
Se levantó sin dejar de mirar un segundo mis ojos con su mano en mi mejilla me beso, introduje mis dedos en su cabellera castaña y le apreté a mi desequilibrando su posición lo que le obligo a abrazarme, le invadía con mi lengua. Cuando se separó de mi le sonreí.
Le ofrecí el auricular para que escuchara sonreía al recordar… todo lo que hemos pasado juntos.
Por cómo me miras y me dices tanto cuando dices nada; Por cómo me tocas con esa mirada que acaricia el alma Y por cómo me abrazas, por eso… te amo. Porque cuando le pedí al cielo que mandara un ángel Me llevó hasta ti y antes de pensar en alguien Pienso en ti primero incluso antes de mí Porque atrapas mi atención, eres mi aventura, mi emoción y mi inspiración
-hoy tienes prácticas internacionales, le dije retomando nuestras posiciones.
-es una gran oportunidad la he esperado desde que ingrese pero ahora…
-quiero que lo des todo, quiero que ganes el primer lugar seré muy feliz si eso sucede…
-pero si eso sucede puede que…
-no pensemos en eso…
-Santiago…
-tranquilo, dije acariciando su pecho por debajo de la camisa retomando mi mirada al horizonte con la cabeza en otro lado y el corazón apretado divagando entre mares de aguas negras que solo infectaban el lugar….
(Presente)
Me introduje por completo en el agua con las manos apretada sobre las baldosas de la superficie, dejándome llevar por el sonido tranquilo del agua.Porque eres más de lo que había soñado, Porque amo tu ternura y me vuelve loco tu pasión, Porque nadie me hace sentir como tú en el amor…Por eso yo te amo Soy tu dueño pero también soy tu esclavo Y si acaso alguna vez te has cuestionado la razón Y por lo que sea nunca me lo has preguntado
Cesar.
Jugaba con Camilo en el centro de la sala yo con los pies apoyados en el suelo y el coche en la mano sin parar de mirar cómo se divertía, cada que él notaba que yo le miraba me devolvía una mejor con un intenso brillo en sus ojos verdes; me encontraba feliz porque han pasado tres semanas desde que lo conocí en aquel parque y él me cogió tanto cariño que con Santiago decidimos tenerlo una semana él y una yo, respecto a él se me ha hecho un tipo raro no se sabe realmente lo que piensa se esconde detrás de esa estúpida capota pero algo en el me agrada a demás que no se puede negar que es muy simpático.
Me siento incomodo cuando no tengo al pequeño Cami cerca, soy hijo único mis padres por más que lo intentaron no pudieron darme un hermanito al parecer el problema es de mi Madre lo que hace complicado tomar cualquier decisión, mi padre dice que la entiende y ya están mayores para pensar en criar a un hijo conmigo dicen tener suficiente aunque debo confesar que muchos años me sentí solo. Diana… Diana llena ese vacío en mí me da cariño y está ahí cuando yo la necesito pero últimamente las cosas no son lo mismo es como si le molestara mi nueva vida, Cualquier mujer me llamaría un chico “tierno” y estaría babeando; ella no.
-jajaja, resonó desde el sofá una voz ronca mientras su pipa cambiaba de lugar en su boca luciendo sus dientes blancos como perlas mi padre, con el brazo sobre los hombros de mi madre.
-¿quieres jugar?
-jajaja no hijo estoy viejo para esas cosas.
-te presto el verde abuelo. Soltó Cami con algo de ternura mostrando el coche entre sus manos
La alegría invadió a mi padre cuyos ojos brillaron con ternura y algo de lágrimas se resguardaban en aquel rostro cubierto por algunas arrugas de pelo pintado de blanco; su cuerpo permanecía intacto un maduro atractivo con un gesto prudente le dijo al pequeño Cami que no. Mi madre que lucía su vestido largo hasta los tobillos un poco más joven que él de cabello tinturado rubio que le quedaba bien con sus ojos pardos. Según ellos saque los ojos de mi bisabuelo.
-Cami es que el viejo pudo manejar un tanque de guerra en su época pero este carro ya se le hace difícil jajaja.
-¿a quién llamas viejo? Dijo ladeando con orgullo su pipa apuntándola a la pared donde se encontraba su casco verde oscuro brillando reluciente ante la luz. Admiro a mi padre en el alma lo tiene todo es valiente, amoroso, inteligente, entregado y a demás jamás ha perdido una batalla.
Cami seguía insistente con su coche nos ha cogido cariño somos como su familia aparte de la que él tiene, tuve la oportunidad de conocer a la mujer alcohólica a la que ellos llaman madre y su “humilde morada” que no es más que un chiquero que medio se sostiene; Cami no merece vivir en un lugar así pero tampoco puedo negarle quien es su verdadera familia.
Mi padre soltó a mi madre que cruzo los brazos con delicadeza de una dama como ella, una mujer de admirar estuvo con mi padre todo el tiempo, lo espero mientras participaba en la segunda guerra y sin embargo no perdió el tiempo fue maestra, enfermera, rescatista y hoy madre.
(Vibración) Familyportrait♫♪Mamá, por favor deja de llorar, no puedo soportar el sonido Tu dolor es doloroso y me está desgarrando, Escucho cristales rompiéndose mientras me incorporo en mi cama
-disculpen tengo que contestar; dije saliendo de la sala.
Santiago.
Relájate le sugería a mi cuerpo, puedes hacerlo relájate, deje descansar mis pies y acomode mis brazos con la respiración contenida al máximo en mis pulmones y comencé a flotar en la superficie del agua era como un colchón que te movía según como hondara su superficie; miraba por el techo la luna  redonda brillante con su alrededor oscuro y despejado sin nubes que dañen su belleza; lo que la hace bella es rodearse de la oscuridad.
Pensé en mi Cami como estaría en el hogar que ha elegido para él esta semana, si lo trataran bien, habrá pensado en mí, me extrañara cuando no le bese en la frente por las noches, sentirá lo mismo cuando lo besa Cesar, El señor Josep Brander el padre de Cesar es un gran hombre ni de cerca el mío… al que fue mi padre… y la señora Sofía de Brander es una gran mujer inteligente, por cierto es un gran ejemplo para mi hermanito no como la madre que tenemos… pero es nuestra madre.
Todo era tan fácil cuando él estaba aquí, cuando Sebastián me apoyaba y me daba fuerzas pero se ha ido y debería ser feliz con él en la distancia, recordara que aún le espero….
(Recuerdo)
-déjame ayudarte, le dije mirándole a los ojos mientras le colocaba el traje de baño; -vamos sube la pierna.
Me agache forzándole a levantar la pierna –que terco eres. Me respondió mostrando una seña falsa de enfado.
-es tu carrera más importante hasta ahora debo hacer parte de ella ¿no? Le sonreí mientras acariciaba mi cabello con ternura, bese su gemelo mientras levantaba la otra pierna.
Porque haces cada día extraordinario Y cada noche es perfecta en tus labios, Tu piel es mi espacio; Porque son tus brazos al lugar perfecto a donde pertenezco Porque si te tengo, tengo todo En ti… tengo todo…
-Sí, pero yo podía vestirme solo Santi.
Levantaba su traje cuando su polla toco mis labios, me detuve en el instante con algo de malicia, solo rio un poco y apoyando su mano en mi cabello me apretó un poco más a él; le propine el primer beso a su palla, crecía con rapidez me agache un poco para tomarlo de la punta con los labios centímetro a centímetro me lo introducía en la boca saboreando el sabor a recién lavado de su verga.
Menee la lengua en su capullo mientras lo arrinconaba a los casilleros de lata fría, le apreté con la boca chupándole mientras le pajeaba lentamente, Sebastián coloco su pierna sobre mi hombro, me la saque de la boca bese por su palo lamiendo su piel hasta encontrar sus huevos y tomándolo con una mano los succione.
La pajee en frente de mis ojos pasándola por mis mejillas por mi barbilla repasándola por mis labios, su glande es color rojo claro algo grande sin exagerar; me gustaba chuparle su sabor dulce, las contracciones que daba cuando lo paso despacio por mi lengua y luego lo apretó a mi paladar hasta lograr acomodar e introducírmelo hasta la base.
Mi nariz tocaba los vellos delgados de color dorado que cubren su zona sexo, comencé a metérmela con rapidez apretando su culo a mis manos recorría su ano  sentía su pliegues contraerse, me palpitaba a hostia la polla entre el pantalón.
-follame la boca. Le dije suplicante mientras tomaba aire.
Ubique mis manos en sus gemelos Sebastián coloco su polla en mi boca y me la metió despacio lo aprisione entre mis labios luego de hacerlo comenzó a envestirme con fuerza mientras movía sus caderas yo me entretenía jugando con su ano aunque no pudiese penetrarle así de seco, con la polla a medio estallar y la saliva saliendo por las comisuras de mis labios me sentía en la gloria.
-Santi aaahg
Su envestidas fueron lentas, mi mano resbalada en el sudor de su piel, lo miraba a sus ojos azules sus labios me pronunciaron te amo para luego gemir pausando, su lefa recorrió lenta mi lengua, con su calidez y su sabor agridulce. Le limpie en unas cuantas chupadas luego que soltó mi cabellera. Retome su uniforme y jalando los tirantes se lo lleve a los hombros cuando lo tuve en frente de mi lo bese.
Sus labios se pasaron a mi cuello mientras sus dedos descubrieron parte de mi pecho, nuestros relojes pitaron tres veces.
-debemos parar Sebas.
-o ser más rápidos. Sugirió para colocarse en frete de mi paquete y sin mediar palabra me despojo de los pantalones.
-vamos que esperas no me moveré de aquí…
Me reí nervioso tomando mi polla entre las manos el preparo su boca y se la metí sin mediar palabra lo envestí con rapidez ya la tenía babeando hace rato y sus dedos tocando mis huevos me ponían jodidamente caliente.
Me palmeo la cola y pensé en el tiempo lo tome con más rudeza y lo envestí a gusto con mi pierna apoyada a una vara de hierro cercana me termine corriendo a gusto en su boca cuando me detuve a tomar aire me propino unas ultimas chupadas para subir a besarme la boca.
-ya no puedo perder…
(Presente)
Lleve mis dedos a los labios sentí el tacto frio del agua tocar su piel. –ya no puedo perder…
Cerré los ojos pausadamente no lloro no me gusta hacerlo prometí que nadie me vería llorar pero ahora nadie me ve pero soy consciente de lo que haría perdí la tranquilidad de mi cuerpo y me deje hundir puedes llorar sin cerrar los ojos y darte cuenta que a la vez no estás llorando cuando como yo lloras cuando estas sumergido en gran cantidad de agua no te pones a pensar que quizás entre esa agua están las muestras de tu dolor…
Cesar.
Decidí Salir luego de la llamada de mi novia, es tan incómodo cuando alguien aparenta comodidad cuando realmente sabes que está enfadado, pero la conozco mejor que nadie mejor que amí mismo es como hacerla sonreír, como evocar el rubor en sus mejillas, como debo acercarme a su oído para decirle que la amo; se todo de ella, sí, pero ella acaso sabe todo de mí, entenderá por lo que paso, comprenderá mi felicidad y que si estoy feliz por consecuente la necesito a mi lado.
Introduje mis manos en el bolcillo esta acción me hizo reír porque me recordó a Santiago, él como siempre con sus manos metidas en algún lado su mirada ruda escondida entre la sombras de su capota ¿Por qué será que no puedo sacarlo de mi cabeza?; cruce esquinas bloquee la luz que transmitía las farolas.
-idiota. Pronuncie dado pasos más lentos recordando como en una cinta de cine que se refleja sobre una pared blanca el gesto que hizo cuando me golpeo la primera vez que nos vimos en los camerinos…
-Sí y también es muy terco; pronuncie llevando mi mirada a las estrellas no me había percatado pero era noche de luna llena.
Reí un poco más ante la ironía que causaba todo esto para luego seguir caminando al parecer ya sabía a dónde iría en esta hermosa noche…
Santiago.
Parpadee algo cansado de flotar en un mismo lugar, sin dejar de mirar la luna arropada entre su manto negro ni dejar de oír el correr del agua golpeando en ondas de costado a costado las paredes de la piscina; removiendo la lengua entre mis labios cerré los ojos por si quizás la quietud me recuerde el sonido de su voz.
(Recuerdo)
Salíamos de los camerinos ya visualizábamos tres de las cinco líneas de partida ocupadas por los participantes todos dispuestos a ganar con sonrisas en sus rostros mire a mi novio detenerse en la puerta de salida, le toque le espalda despacio me miro angustiado entonces le sonreí.
-todo estará bien tu ganaras. Le dije ejerciendo más fuerza
-si gano, si gano es probable que no vuelva a verte. Su voz se quebró intento decir algo mas pero había quedado mudo –te amo, Soltó bajando la mirada.
-ven- Lo tome de la mano mire a mi alrededor cuando vi un lugar privado ingrese con él a mi espalda, lo metí en el cuarto del conserje el lugar era bastante pequeño y la única bombilla amenazaba con quemarnos la frente pero era un buen lugar. Busque sus ojos azules cubierto por algunas capaz de lágrimas entonces acaricie su mejilla y le vi llorar.
-quiero que ganes. Le dije
-San…
Acerque su boca a la mía, nos besamos, sentía el calor de sus labios en mi cuerpo seguramente el sentía esa misma pasión que yo en esos momentos; me separe de él porque nos faltaba el aire, deje caer mi frente sobre la suya y acomodando uno de sus mechones le pedí que siguiera con su sueño.
-te amo Sebastián, no es algo que vaya a cambiar nunca.
-será para siempre. Le reitere besando su frente.
Introduje mis manos en el bolcillo algo nervioso enredando mis dedos con la malla, cuando encontré lo que buscaba apreté la mano en puño y la saque con mi mano libre tome la suya y le coloque el anillo de plata que le había comprado hace un tiempo.
- diamants dans la lumière, pronuncio su boca.
Eso decía el anillo, saque un segundo anillo con la misma frase y se lo di para que me lo colocara.
-estamos juntos Sebastián… para siempre…
(Presente)
- diamants dans la lumière.Pronuncie en el silencio
-no sabía que tuvieras idea alguna de francés, resonó despacio su voz mientras sus pasos se aproximaban a mi lugar.
-es porque siempre has creído que soy estúpido. Le solté de golpe en un tono gracioso.
-deberías estar con Camilo ¿no Cesar?
-Quería respirar, fue lo último que dijo antes que una bola de agua atacara mi cuerpo flotante y me hiciera perder estabilidad.
Me removí unos segundos en el fondo del agua para cuando Salí estaba cesar con su pecho desnudo cubierto por algunas gotas, su cabello en tono oscuro por el agua mirándome con sus intensos ojos verdes observe sus pómulos ruborizados lo que me ubico en su boca roja con algunas gotas en sus labios y sin saber que hacia coloque mi mano en su mejilla y con el dedo pulgar acaricie sus labios le mire un momento y dejándome llevar en el agua lo bese…
Capítulo IV.
Cesar.
Tenía a mi novia entre los brazos con sus labios pegados a los míos, caminando por las calles de mi ciudad sin preocupación alguna, observando sin mayor interés lo que sucedía en el entorno; esta semana le corresponde a Santiago tener a Cami así que he decidido pasar más tiempo con Diana; se lo debo no he sido el gran novio y luego de esa noche donde lo bese… luego de esa noche algo ha cambiado en mí, es como si luchara constantemente por eludir algo que sigue en pie dentro de mi memoria.
El sonido del heladero me saco de mis pensamientos y mirando a Diana que vestía su gabán largo de color rojo junto con una blusa de escote medio, su jean apretado y unas botas altas; estaba hermosa.
-¿quieres uno? Pregunte tomándola de la mano.
Caminamos con los conos en las manos ella pidió uno de fresa yo me conforme con uno de limón, me coloco el de ella en frente de mi rostro la mire divertido ante su sonrisa y le propine la primera lamida, luego lo retomo a su boca quedo un poco entre sus labios así que parando en seco logre que girara cuando mire sus bellos ojos pardos la bese. Retire mi boca lentamente al abrir los ojos a la par de los de ella, acaricie su labio con el dedo pulgar.
-te amo; susurraron sus labios.
El sol le daba directo en los ojos era increíble cómo se veían ahora, removí un poco mis labios y sonriéndole. -Yo también te amo.
La historia de mi vida Ha sido buscar lo adecuado Pero continua evitándome Hay dolor en mi alma Porque parece que la equívoco Realmente adora mi compañíaReíamos de todo un poco, observamos los niños jugar en el lugar, a los patos enojarse cuando les engañaban con comida que no les darían, preocuparnos por el niño al que le mordían cuando se acercaba demasiado, el color de los peces brillar con los rayos dorados en el agua transparente. De repente Diana se levantó dejando su gabán en el banco, mi mano cayo de sorpresa sobre la madera cuando la busque con la mirada ella me giño el ojo así que corrí tras de ella, pisando con fuerza el paso oyéndola reír a la distancia; pasábamos las manos por los árboles para poder girar con mayor facilidad y arrinconada entre la hojarasca la tome de la mano.
Apoyo su espalda en el tronco, levantaba su pecho de agitación, la mire divertido mordiéndome el labio me acerque a su cuello y la bese acorralándola entre mis brazos, sentía su risa vibrando por cada centímetro de piel en su cuello.
Baje un poco mi mano pero recordé el lugar donde nos encontrábamos, me aleje de ella…
-te toca a ti, dije palmeando su brazo echándome a correr.
Unfaithful/RihannaNo sé si ella era consciente que jamás me alcanzaría, luego de unos minutos me deje alcanzar la felicidad en sus ojos al saber que lo logro me hizo reír, nos besamos unas cuantas veces antes de volver a la banca apreciamos juntos como el sol descendía en el atardecer, las personas despejaban el lugar y la paz de la naturaleza se sentía en el aire.
Nos levantamos del lugar tomados de las manos caminábamos hacia la casa estábamos lejos y al parecer no había afán de llegar así que transitamos por nuevas calles; dimos con una muy particular en la que concurría mucha gente el sonido de la música hacia vibrar literalmente el vecindario; caminamos siguiéndola cuando dimos con un bar… un sitio enorme de luces por todo lado, el ruido indicaba diversión, lo que descoloco del lugar era las personas que los frecuentaban todos parecían ser gay y la pasaban realmente bien. En ese momento recordé mi beso con Santiago y las cosas empeoraron.
Camine más rápido me sentía asco por engañar a Diana y no poderle contar lo que había pasado, si no era nada porque no se lo podía decir, también me jodia que no pude decir nada luego del beso; mi cabeza era bombardeada por preguntas que no hacían más que confundirme. Guarde silencio durante lo que resto para llegar a casa de ella.
Nos acostamos juntos a ver una película “el caso de Benjamín Button” una película hermosa que la conmovía demasiado en minutos estaba pronunciando frases al aire o me propinaba uno que otro beso con pasión, me dejaba jugar un juego limpio de seducción que me tenía a mil pero que no realizaría en su totalidad esta noche; porque seguramente me diría que esta noche no quiere.
Mi cabeza rondaba en el sabor de su beso –mierda- no lo puedo sacar de mi cabeza es como si quisiera volver a sentir algo similar. Diana dejo de moverse cuando le llame no me respondió moví un poco mi hombro y la deje descansar en la almohada, apague el televisor y salí de la habitación.
Llevaba una camisa negra a botones apretada al cuerpo sin mangas, desabrochada a la altura de los pectorales me gustaba el contraste que tenía con la piel, unos vaqueros apretados correa de hebilla ancha y unos zapatos de cuero color negro intenso.  Me mire en el espejo de la sala acomode un poco mi cabello y mire con orgullo mis ojos.
Salí al frio de la calle sin saber quéhacía o porque había abandonado el lugar pero lo cierto es que me atormentaba fuertemente la cabeza y ya me estaba hartando necesitaba dejar de hacerme preguntas y conseguir algunas respuestas.
Vasos de plástico en el suelo con licor sobre la calle, colillas sin terminar, unas sin ser pisadas, hombres de torso desnudo y pantalón bajado hasta la cintura luciendo el elástico de los bóxer con un letrero subliminal que te decía “abierto”, eso encontraba de camino a la entrada, rechazaba con moderación algunas miradas que comenzaban a ser molestas.
Cancele la barra libre y luego de que un moreno de cuerpo robusto me requisara me dejo entrar sin no entes recomendarme un buen comportamiento. El lugar era otra cosa por dentro, grafitis en las paredes,  luces incandescentes que bombardeaban tu cara por todos los ángulos, de momento lugares se sumían en la oscuridad hasta que la luz volviese a alumbrarlos, veías hombres en las paredes acorralando a otro que le seguía en su juego de manos; partiéndose la boca con un beso.
Al llegar al centro ya no te preocupabas si sentías que alguien te tocaba pues cuando giraras este sin reparo te ofrecía el vaso con el licor que estuviese tomando, te preguntabas como un condón usado llegaba al centro de la pista, seguía caminando sin aparente interés en mis fracciones pero con algo de asombro en mis pensamientos.
Él es más que un hombre Y esto es más que amor Es la razón por la que el cielo es azul Pero la nube se acerca, Porque me he ido otra vez Y no puedo serle fiel
Llegue a la barra pedí algo de Ron, cuando el vaso golpeo la mesa el néctar rojo ladeo chapoteando un poco lo tome decidido y me lo tome de golpe.
-otro si es tan amable, le dije tendiéndole la copa al barman.
Pasaba por las distintas botellas no recordaba haber tomado así, pero tenía conciencia de eso estaba seguro, las luces de la pared del frente iluminaban las imágenes del espejo, estaba yo y un millar de gente atrás gire mi silla, repasando el alcohol de mis labios con la lengua. Cuando azote mi baso contra la mesa sin apartar la mirada del centro de la pista.
-yo te sirvo de mi copa. Dijo aquel chico.
No sé en qué jodido momento se sentó a mi lado, tenía el cabello negro con rayos rubios, con un buen corte al estilo Lambert, sus labios rojillos como su piel totalmente blanca cubierta por finas gotas de sudor, cuando toco mi mano junto con mi copa me miro sus ojos… esos ojos grises impactantes, picaros que junto con su sonrisa me llevaron a otro sitio. Vertió alcohol sobre mi copa y tomando un poco me gire a él…
Santiago.
-Cami no es hora de estar jugando, anda ve a la cama.
-no quiero, quiero jugar un poco más. Dijo con su tierna voz mirándome tímido a través de sus ojos.
Me agachaba para cargar a mi hermanito cuando un sonido provino de la sala, la imagen de mi madre paso por mi cabeza y deteniendo mi movimiento mire a Cami y salí de su cuarto no sin antes guiñarle un ojo y hacer la señal de que volvería pronto.
Al llegar a la sala que milagrosamente logre dar un toque de limpieza, observe en el suelo frente al sofá… mi madre con la bata corrida y su cabello despeinado; corrí hasta ella para ayudarle a levantar tome la copa que tenía en su mano y la coloque en la mesa de centro, la ubique mejor en el sofá.
Su expresión simulaba cansancio, sus ojeras debajo de sus intensos ojos, al igual que su piel reseca sus labios quebrados y repugnante sudor a bebida, la mire con algo de tristeza deje caer mi cabeza cansado, ella me tomo entre sus manos y mirándome a los ojos me beso la frente para apoyarme en su pecho; cuando me retiro removió algo entre su boca seca le pase un poco de agua no podía sostenerla por si misma así que se lo di yo.
-¿te quieres bañar ya madre? Le pregunte al ser consciente de su estado.
-pásame la botella, Dijo escupiendo saliva en lo que articulaba.
Respire cansado la tome entre mis brazos y la empuje hacia el baño, mi madre comenzó a gritar cada vez más alto cuando entro al baño; me disponía a cerrar la puerta pero el pequeño Cami estaba en frente mirando la escena con su carro entre las manos.
Sentí tanta tristeza verlo así, con los ojos llorosos preocupado por su madre sin saber que decir simplemente ahí en ese lugar inmóvil, apretaba sus manitas en puño; pensaba que le diría pero no me salía nada… nada, solo Salí del baño dejándola con seguro pero cuando lo iba a coger él salió corriendo hasta su habitación cerrando fuertemente la puerta a su espalda.
La madera de la puerta crujió fuertemente gire tomándome de la cabeza y le abrí la puerta de golpe a mi madre, retenía mis manos no sabíaqué hacer quería tomarla de los hombros y agitarla, decirle todo lo que no he dicho pero es mi madre… tome un poco más de aire y cerré la puerta.
Cuando Salí luego de dejar a mi madre dormida en su habitación me dirigí a la de Cami pero la puerta estaba trancada, insistí un par de veces hasta que me di por vencido y golpeando la cabeza en la madera –podemos hablar…
-no quiero, me respondió en una voz quebrada.
-vamos, por favor tengo frio. Le dije
-no.
-bueno, si no quieres hablar yo me quedare acá; girando mi cuerpo apoye mi espalda a la pared y me deje caer al suelo cruce mis brazos entre las rodillas y le espere.
De un momento a otro la puerta se abrió y mi cuerpo cayó tras ella, le mire desde el suelo y le sonreí.
-¿ya quieres hablar peque? Le pregunte dirigiéndole una mirada tierna.
Cuando se vio arropado me senté en un costado –Cami sé que te molesta un poco pero es que debes entender que nuestra mami esta triste pero no por eso nos ha dejado de amar ¿lo entiendes? Le dije apretando su nariz con el dedo.
-lo entiendo, dijo agachando su mirada, su rostro fue invadido de color rojo.
Me acomode a su lado –hoy dormiré contigo. Le dije robándole cobija.
Mi hermanito me arropo en un juego de manos y se giró de medio lado para mirarme.
(Suena el celular) Cami se abalanzo a cogerlo cuando lo destapo le pregunte quien era.
-es tu entrenador, Santiago…
Lo siento en el aire Mientras me arreglo el cabello Preparándome para otra cita, Me da un beso en la mejilla Y a regañadientes Me pregunta si voy a llegar tarde Digo que no tardare Que solo saldré con los chicos… Una mentira que no había necesidad de mentir Porque ambos sabemos A donde estoy a punto de ir Y lo sabemos muy bien
Cesar.
-y sabes algo másademás de beber Adam; le sugerí al extraño chico rubio de ojos grises con el cual llevaba riéndome un buen tiempo.
Él se levantó de su silla acerco su nariz a la mía y abriendo sus ojos tomo mi mano, me dirigió a la pista tomo mi cintura y comenzamos a bailar, deje descansar mi cabeza sobre su hombro, el acariciaba mi cabello a ritmo que se movía.
-y que te gusta de mi… me susurro al oído.
-tus ojos, le respondí -me recuerdan a alguien
-no es lo que esperaba oír pero igual gracias; dijo divertido.
Y sé que él sabe que soy infiel Y lo está matando por dentro Saber que soy feliz con algún otro chico Puedo verlo morir… 
Apretó su culo a mi sin soltar mi cabeza, su lengua comenzó a recorrer mi oído apreté mis brazos alrededor de su cintura bese su hombro subí por su cuello y lamí el sudor de su piel mientras el guiaba mis pasos; sentía que lo sostenía entre mis brazos cuando se giróy comenzó a bailar en frente de mis ojos sin borrar su sonrisa.
Pero me gustaba como estábamos así que tomándolo nuevamente del brazo lo mire y lo apreté a mí con su espalda en mi pecho y sus piernas cerca a las mías, juntamos nuestros labios invadía su boca con mi lengua tenía un deliciosos sabor a alcohol con algo más que no lograba descifrar pero me gustaba es como si recorriera mi cuerpo y expandiera mi energía.
Introduje mis dedos en su cabellera le seguí besando la saliva resbalaba por las comisuras de nuestros labios cuando abrí por primera vez los ojos los de él estaban cerrados, luego de otra tonada los abrí y él me miro le deje tomar aire sin soltarlo de mis brazos; me sonrió gratamente.
-me dijiste que eras nuevo en esto, dijo gracioso.
-ya había besado antes, dije guiñándole un ojo. Era un nuevo yo, no me reconocía sentía que tenía el control que analizaba la situación mas no era yo.
Me tomo de la mano y me llevo a un cuarto azul fosforescente todos follaban en este lugar por lo que mis ojos veían, no me soltó un instante aun cuando opuse resistencia me llevo a una plataforma improvisada donde nuevamente me beso con fuerza.
Cuando se separó de mi busco en su bolcillo y saco un sobre con varias papeletas se veían como chicles quizás un poco más delgados y se llevó uno a la boca, sus pupilas se expandieron e inmediatamente busco mi boca.
Lo detuve entre mis brazos -¿te drogas?
-¿tú no? Me dijo con total tranquilidad.
-no, yo nado, no puedo meterme eso. Le dije enojado quitándomelo del cuerpo.
-no seas idiota no te volverá adicto. Me tomo de la mano y volvió a besarme, nuevamente el sabor volvía a mis labios.
No quiero seguir haciendo esto, No quiero ser la razón por la que Cada vez que salgo por la puerta, Veo morir de a poco su interior Y no quiero herirlo más, No quiero arruinar su vida, No quiero ser... Un asesino
Se sentó sobre mí apoyando su culo en mi vientre…
-debes estar tranquilo. Me dijo
Beso mi oreja mientras su mano repasaba mi pecho apretando mi tetilla, botón tras otro se desabrochaba a su paso lo tome del cabello y le mire a los ojos lo acerque a mi boca y le bese su mano me acariciaba despeinaba mi cabello; gemía entre mis labios le apreté con mis dientes él se movía sobre mi cuerpo como si aún pudiese escuchar la música, sus manos bajaron hasta mi pantalón y apretaron mi polla, su mano me repasaba de arriba abajo sintiendo lo dura que estaba.
Beso mi mejilla yo besaba su cuello, mordía el lóbulo en su oreja pase mi mano por su pecho baje hasta su cintura y lo tome de la camisa introduje mis dedos cuando sentí su piel el deseo me cubrió, no estaba seguro creía que mi cuerpo sudaba; levante su camisa en lo que me sentaba su culo cayo a mi paquete se mordió los labios y me comió los míos le retire la camisa.
Bese su pecho mordí su tetilla la chupe una y otra vez, apretándola con los dientes sintiéndola dura en la punta de la lengua, bese el centro de su pecho le mordí mientras apretaba con más fuerza su cintura lo lleve más atrás para comenzar a besar su tableta su culo se apoyaba a mi pene y su cuerpo a mis brazos. Nunca fue algo semejante. El acariciaba mi espalda reseguía el contorno de mis brazos.
Le sonreí cuando di con sus ojos de pupilas anchas, él rio algo fuerte, tomo mi camisa y la bajo mientras su boca se abalanzaba a comerme el cuello; se retiró de mis brazos y con una pierna en la tabla y otra en el suelo, comenzó, me beso en lo que su mano desabrochaba el pantalón acaricio mi poya entre el bóxer, bajo un poco para sentir los huevos, acaricie su nuca era la primera mamada de mi vida.
Se arrodillo frente a mí y jalo con fuerza el pantalón, oí la hebilla chocar con el suelo, su lengua paso por mis bolas y centre mi mirada en el tocaba los costados de mi culo, permanecía con los ojos cerrados y lamia cuando mi pene palpitaba en sus labios mordía pícaro; mire a mi alrededor para encontrar varios ojos observándonos, me la tenía tiesa el calor de su saliva es impresionante, todas mis células estaban activadas para este momento babeaba humedeciendo el bóxer el no paraba de chupar y succionar apreté un poco la mano en su nuca mordió el elástico con los bóxer y con ayuda de sus dedos tiro de ellos. Mi polla golpeo su barbilla gemía al sentirla liberada.
Lo tomo entre sus dedos –joder Adam. Gemí llevando mi cabeza hacia atrás
Se abalanzo por mis huevos se los llevaba a la boca sin darse espacio de lamer literalmente se iba a la parte del tragado, en el corto espacio donde las veía sumidas rozaba con la punta en lo que chupaba cuando saco mis bolas para respirar, les propino unas lamidas cada vez más gorditas las beso succionando aire eso era algo que me tenía a mil; estiraba su piel hasta que se soltaba propinando el sonido de la saliva en sus labios.
Tome su mano que a su vez tenía mi polla y la baje y volví a subir despacio, me calentaba me picaba no se la cosa es que me jodia, guie su pajeada mientras me chupaba los huevos su dedo acaricio por debajo de ellos pero antes de que continuara levante su barbilla cuando di con sus ojos mire mi polla.
Saco su lengua y apoyándola en mi palo subió por este tomo todas las gotas de preseminal que se me habían escapado, cuando sintió mi glande lo paso por su cuello, por su barbilla, por sus mejillas el calor de cada rose me hacía babearlo; lo detuvo en sus labios y aun sin abrirlos lo acaricio chupo mi palo hasta la base y volvió a subir; apoye mi mano libre en su hombro, me faltaba aire,volvió a sacar su lengua y se llevó el glande a la boca.
-puta madre, tome todo el aire que pude.
El calor invadió mi cuerpo pero nada comparado con su boca, la chupaba como un dios aunque no tenga con que comparar este momento; apretó el glande a sus labios y con la lengua lamio mientras su mano pajeaba el palo; la guio a sus mejillas sentí su lengua, su paladar creo que hasta más adentro de su garganta cuando su nariz tocaba mi vientre.
El mismo se arcaba inconscientemente le acariciaba temiendo una reacción de él, bajaron sus labios por mis piernas le indique que subiera apoyo su rodilla en la tabla y me beso; pase mi mano por su costado su piel sudaba así hasta que di con su pantalón, desapunte su botón baje el cierre y buscando entre el bóxer saque su polla; la sentía gorda y larga la apreté un poco más que todo por la curiosidad que me daba verme en esas, comencé a pajearle como yo me pajeo el chico gemía me animo, eso significa que lo hacía bien.
Apretaba y soltaba un poco en la punta, sentía gotas de néctar recorrer mi manos se descapullaba con facilidad; su lengua invadió mi boca sus manos se ayudaron a bajar el pantalón un poco más.
-quítatelo, le sugerí.
Adam me hizo caso y parándose en frente de mi bajo su pantalón y dejo que su polla me apuntara, me abalanzaría sobre ella pero me pidió que no lo hiciera giro en unos pasos y se apoyó en la tabla bajo un poco y dejo su ano expuesto; me miro yo no di una suma para saber lo que pedía y como animal me abalance sobre su ano mordí sus nalgas chupe la zona que conectaba a sus bolas; succionaba su ano a la par que cuando sentía que se dilataba le introducía mi lengua él gemía como un puto dios salvaje; baje de nuevo por la parte que conectaba a sus bolas y tomándolas las lleve para atrás y las chupe.
El dejo su pene por un momento y llevándolo para atrás agache mi cabeza entre sus piernas y le chupe, repasaba mi lengua por su glande todo lo que hacía era chuparlo sentir su preciado néctar salir por gotas; me pajeaba con lentitud.
Volví a repasar su culito, Adam se giró me beso unas cuantas veces apoyando su culo en mi pierna, el olor de su cuerpo me atraía, le encantaba propinarme mordiscos por donde su boca pasara.
-métemela, me pidió entre jadeo
Nuestro amor... su verdad Podría de una vez tomar un arma Y ponerla en su cabeza Terminar con esto No quiero hacer esto... más
Lleve mi mano hasta su pantalón no sé pero sabía que él cargaría un condón se lo pase cuando lo destapo se agacho junto con el luego de acomodarlo en mi polla me la comenzó a chupar, beso mi abdomen mi pecho y termino en mi boca acomodo sus piernas.
-en esta posición te dolerá, dije mirándole fijamente.
 Lo deje apoyar sus piernas a mi cintura y mirando un buen sitio lo acosté le gire para que me diera su espalda  abrió un poco sus piernas me acomode mientras le comía el cuello y…
Santiago.
-mierda Javier, dije adolorido apretando mis manos a su escritorio recibiendo su verga entera en mi culo.
Apretaba mis dientes con fuerza sus envestidas eran cada vezmás fuertes me tomo de la cintura y cuando me vio en pie me pajeo con fuerza cuando su polla seguía dentro de mi esfínter; me comía el cuerpo su aroma a habano y café impregnaba mi piel, me corrí lanzando mis trallazos en el papeleo de su escritorio. Se separó de mí y me ordeno que me acostara me tomo de los brazos y buscado mi ano me volvió a insertar su pene; estiro la mano cuando lo visualice tenía una especie de cinturón apretando mi cuello lo tome de los brazos, Javier me envestía con total fuerza a la vez que me ahogaba.
Golpeaba su cuerpo pero tenía una fuerza animal, se me cortaba el aire y no lograba articular palabra parpadeaba con fuerza; él gemía con más fuerza parecido a un aullido, fui perdiendo fuerzas de un momento a otro cerré los ojos… Sin lograr moverme…
Capitulo V.
Adam.
Ya lleva un largo tiempo en el baño, me comienzo a preguntar si él piensa salir algún día de ahí, mientras tanto camino de lado a lado de su habitación apreciando lo poco que tiene reteniendo el impulso de tocar algo. Camine hasta el escritorio en frente de la lámpara lucia brillante en marco de plata una foto del junto con otro hombre un poco mayor pero sin negarlo atractivo, la foto debía ser vieja su color se había trastornado además que el ya no tiene la misma apariencia.
Continúe caminando por la habitación con la mirada caída buscando algún hueco donde pudiera meterme y escapar, la cabeza me dolía al igual que el cuerpo, me senté sobre la cama y me deje caer en la misma mientras miraba la bombilla del techo.
-lo lamento. Fueron las únicas palabras que salieron de la boca de Cesar esa noche.
Debía parecerme normal, debería estar acostumbrado a esto, un ligue de una noche de paso con un hetero confundido de su identidad debí prever lo que pasaría; luego que se corrió en mi interior se acostó aun aturdido por la dosis y el alcohol en la madera del cuarto oscuro, como el lugar no era muy ancho me invito a acomodarme sobre su cuerpo nunca nadie me había tratado así luego de estar conmigo.
-nunca nadie me había tratado así- dije en el aire sin dejar de observar a la nada.
Me tomo entre sus brazos, me miro unas cuantas veces antes de que sus ojos cedieran cansados a un lugar al que no estaba acostumbrado pero… pero aun con los ojos cerrados no dejaba de peinar mi cabello. Me sentía diferente, me sentía más fuerte, me sentía querido…
Parpadee un momento, podía pensar en cuantas personas he conocido en mi vida pero no he podido evitar sentirme realmente solo con el tiempo entendí que no eliges lo que sucede, no piensas mientras estas cayendo y no vives de sueños cuando te das de cara con la realidad.
-no séqué sucedió pero…- me dijo intentando calmar en algo la situación.
Pero… es la manera más fácil de salir, esa noche lo mire mientras dormía, me levante para recoger nuestras prendas y lo vestí junto conmigo no le coloque la camisa porque cuando me acostara sobre el esperaba sentir el calor de su pecho y oír en sus latidos, que seguía vivo.
-¡vete quitando la ropa! Grito el cliente desde el baño, sacándome de mis pensamientos devolviéndome a la realidad.
Mirror/Bruno MarsAbrí los ojos y me senté a un costado de la cama, apretaba mis dedos jugaba con ellos mientras miraba a varios lados, golpee mis piernas y respire profundo, tome mi camisa apretándola a mis manos la lleve hasta despojarme de ella, la lance al suelo acaricie un poco mis pectorales, baje las manos por mi tableta y cuando llegue al pantalón lo desapunte entonces mire nuevamente la puerta del baño.
Acaricie mi pene por encima del bóxer hasta sentir que se ponía duro, me quite el pantalón, me lance nuevamente a la cama cuando gire la mirada di con un espejo, pose para él, mi cabello alborotado con rayos rubios en un estilo mojado formando una cresta, me sentía orgulloso de mi cuerpo… mis ojos grises, mi piel blanca, mis labios rojos, lo he logrado entrenar muy bien con los años, el culo parado y redondo y mi paquete abultado.
Ahora me estoy mirando a mí, Estoy viendo mi pasado Maldición, me parezco a mi puto padre
Enciendo un cigarro, eso es mentirse a uno mismo, Me veo bien incluso en un espejo roto. Veo a mi madre sonreír, eso es una bendición… Veo el mensaje, veo el camino Y ningún otro mensaje hubiera podido ser más claro
-¡listo! Dijo en su voz gruesa saliendo del baño.
Un hombre alto, se había quitado el cabello de su cabeza le daba un aspecto rudo tras su cuello grueso y sus hombros anchos, pectorales duros de tetillas prodigiosas en un suave color rosado, lo detalle sin moverme un centímetro de seguro acudía a una especie de bronceado su piel dorada le lucia perfecto con sus ojos miel; no sonreía era una expresión seria que se confirmó cuando cruzo los brazos; sus abultados brazos surcados de venas lograban intimidarme; por mi parte seguía inmóvil intentando remover algo de palabra era diferente cuando estaba desnudo cuando me contacto no daba tanto miedo.
Mi ansiedad aumento, levante despacio la mirada hasta dar con sus ojos, con la garganta seca consideraba que pasar saliva en ese momento era lo peor que podía hacer, entonces dio unos pasos dirigiéndose a mí. A unos escasos centímetros decidió hablar.
-te dije que te quitaras la ropa. Concluyo.
Baje la mirada hasta mis bóxer y volví a mirar a mi cliente, me baje los bóxer dejándolo a un lado de mis piernas volví a levantarme erguido, con la polla tiesa y los huevos gordos, su mirada cambio paso su lengua por los labios mientras se acercaba a mi cuando mi piel sintió el calor de sus manos lo mire mientras bajaba, beso mi abdomen bajaba mientras tomaba mis huevos con una mano.
Comenzó a apretarlos lentamente jugando con cada dedo, lleve mi cabeza hacia atrás gemí mientras se introducía la polla en su boca, la tomo con la lengua y con ayuda de la misma se la llevó al interior, la saliva cálida mojaba mi capullo mientras la lengua se abría paso para rozar el glande con su punta, se lo saco un momento me miro mientras sonreía su mano me pajeo lentamente apretándome el glande con el dedo pulgar aun sin soltar mis huevos con la otra.
La mano que me sobaba se apretó a mi culo para darle equilibrio así acerco sus labios a mis huevos, lamiendo cada arruga, chupando con fuerza creando succión con su saliva, el calor que me producía tal lentitud era único; coloque mi mano en su cabeza empujándolo a que abarcara más lugar y así lo hizo abrió la boca y con su mano se llevó los huevos, las gotas de saliva se sentían en su recorrido.
La paja continuaba lenta, el disfrutaba del estímulo que producía tener los huevos llenos de leche en su boca; se alejó un poco para tomar un respiro sus labios se mostraban más rojos lubricados a saliva, se pasó el brazo por la boca y subiendo nuevamente apretó mi glande en sus labios, gemí para él. Volví a tomar su cabeza pero el apretó mi mano con fuerza y la retiro sin mirarme se subió un poco más abrió la boca, chocando mi glande con su paladar se la trago, se la sacaba de vez en cuando con su mano se lo llevaba a la mejillas reseguía el contorno de sus labios y se la volvía a llevar.
Me tomo del brazo para subir, sus manos me rodearon cuando comenzó a besarme a gusto, se apretaba con fuerza a mis labios su saliva continuaba cálida, su lengua me entraba con fuerza, se alejó para tomar aire sin soltar mi labio inferior de sus dientes, su mano bajaba por mi nuca, acaricio cada vertebra de mi espalda hasta encontrar mi culo, el calor de sus dedos se sintió entre mis nalgas pero sin ningún intento de penetración acaricio mi ano mientras me besaba.
Con ambas manos en mis nalgas me levanto con fuerza para que colgara en su cintura, no parábamos de besarnos, me guio hasta la cama en frente de ella me lanzo con fuerza me agarre de las cobijas sin apartarle la mirada, miro a su alrededor algo indeciso para mirarme a mí, golpeo el escritorio dejando caer el cuadro que había visto; sus manos en mis piernas se arrodillo al borde de la cama, sus labios volvieron a estremecer mi piel; miro un momento mi polla y sin pensarlo mucho la devoro sentí un calor inmenso avisado por su arcada.
Me senté de golpe pero su mano golpeando mi pectoral en puño me hizo consiente que debía descender, su boca me robaba el preseminal apretaba mis manos con fuerza a la cobija sabía que no debía correrme antes que él, tome fuerza en mi decisión y me senté cuando me mandaba la mano la empuje fuertemente me miro sorprendido a lo que le sonreí; se sacó la polla de la boca se apreciaba un hilo de saliva que colgaba desde esta hasta el glande; se levantó cuando lo tuve de frente lo gire con mi cuerpo para lograr tirarlo a la cama; lo deje ahí mientras me acercaba a mi pantalón y dándole la espalda saque el sobre con lo que me quedaba de algunas laminas tome una LSD llevándola a la boca me levante dirigiéndome a él.
Con todo lo que pasa hoy en día No sabes cuándo vas a venir o irte Pero piensas que estás en tu camino… La vida alineada sobre el espejo, no sangra. Mírame cuando te hablo
Me monte sobre su polla que a pesar de tener su bóxer puesto cuando me senté sentí el tacto frio de su preseminal; sentía calor en mis venas un tacto fino en mi piel, me abalance sobre su cuello y para besarle sin dejar de mover la cintura sobre su polla; sus manos acariciaban mi cuerpo lo mire a los ojos me lleve hacia atrás él acaricio mis pectorales, su boca subió por mi cuello me comió la oreja enviándome gemidos cálidos.
-quiero que te la comas.
Me levante de la cama, bese su vientre, los vellos que rodeaban su pene, lo tome entre mis manos y le pajee mientras besaba la base, en mi boca lo pasaba por mi lengua sin dejar de mirarle o de gemir por el acto, a él le gustaba mi nueva actitud y para ser sincero a mí también, me beso un par de veces antes de colocarme sobre la almohada; levanto mis piernas a sus hombros e inclinándose un poco se dedicó a comerme la polla la tome entre mi mano y con su cabeza tomada a la otra se la golpee contra sus labios.
Sus labios tocaron los míos, mientras él apoyaba su culo a mi miembro, se inclinó un poco mientras me besaba golpee el glande en su ano mientras lo rosaba constantemente, él no paraba de besarme, movía sus caderas estupendamente,  estire mi mano para con movimientos torpes terminar abriendo el cajón de la mesita; cuando sentí el condón se lo pase, simplemente me miraba y me besaba el calor en su boca es impresionante como lo bien que me sabia su saliva; se llevó ambas manos atrás lo tome entre mis manos para darle mayor agarre, cuando me lo coloco me volvió a besar; esta vez fue él quien estiro la mano termino con un lubricante en la misma.
Me deposito un poco en mi mano, se lo esparcí por el ano y sin reparo le metía los dedos, el hizo uso de su fuerza para agarrármelo y echarle una cantidad que en tacto frio me puso a mil; se sentó sobre mi miembro descansando sus potentes nalgas sobre mis piernas fue cuando comenzó a cabalgar. Gemimos juntos por el momento, coloco una de sus manos sobre mi pecho y la otra sobre el barandal, no me permitía pajearle pero la tenía tiesa y babeando, me estremecía cuando golpeaba con mi abdomen.
Guiaba sus caderas de adelante a atrás restregándose en mis caderas para luego de unos brincos moverlas en círculos; quería besarlo, me apoye en su nuca para llegar hasta él lo bese sin dejar de mirarlo tenía esa mirada profunda de pupilas dilatadas que tanto me gustaban; se levantó de mi abdomen para cuando me acostaba me tomo de las piernas y con el poco preseminal en su polla me la metió de golpe, fue fantástico, gemía a gusto mientras me la metía, su piel se tornaba roja a mis ojos como lo surcado que ya estaba de venas incluso la que se le formaba en la frente.
Sus gemidos aumentaron y con ellos su razón disminuía. –te gusta puto ¡eh! Te encanta.
Saco su polla y se corrió sobre mis huevos, se tumbó a un lado de la cama me miro lascivo como a mi polla, me levante sobre la cama cuando tuve mi polla a centímetros de su boca me pajee hasta que la presión en el abdomen ceso y los trallazos invadían su rostro.
Me tumbe al igual que él, lo vi tomar su celular entendí que debía irme y eso hice me encamine a mi ropa, me vestí su mirada no dejaba de seguirme aun respiraba agitado, saque su billetera sin mediar palabra y cobre lo justo.
yo veo a través de ti… Veo la sangre en tus ojos…Veo el amor disfrazado, Veo el dolor escondido en tu orgullo, Veo que no estás satisfecho Y no veo a nadie más… a nadie más que a mí mismo
-toma más. Me dijo desde la cama.
Lo mire extrañado aun así saque un poco más cuando lo creí suficiente deje de juntar billete se lo mostré y lo guarde en el bolcillo, camine hacia la puerta cuando al abrirla me detuve en seco un hombre cubierto de musculatura de hombros anchos y mirada desafiante me impidió el paso.
-mi amigo y yo creemos que puedes hacer más por nosotros. Dijo desde la cama.
Abrí los ojos de golpe sin saber que decir cuando el de la puerta entro yo retrocedí unos pasos…
Cesar.
Miraba distraído el paisaje nublado de la colina en la que me encontraba con Cami, él apoyado a mi cuerpo con su cabeza sobre mi pecho sus manitas inquietas arrancando el pasto que encontraba cerca; se sentía todo con total paz y tranquilidad, no se oía el canto de un ave o el soplo de una ventisca no se oía nada que no fuera nuestra respiración.
Hoy se culminaba la semana y debía entregárselo a Santiago, no he podido hablar con él en estos días, no para de evadirme es como si nose percatara que estoy junto a él cuando estamos entrenando, simplemente se queda ahí con la mirada perdida, reconozco esa mirada de querer gritar, decir algo que desahogue… decirlo pero que alguien esté ahí para escucharlo, sé muy bien esa mirada porque desde que Salí del bar en donde trate tan mal a ese chico no olvido sus ojos.
Espejo en la pared, aquí estamos otra vez A través de mis éxitos y fracasos Has sido mi único amigo Me dijiste que ellos pueden entender el hombre que soy, Entonces ¿por qué estamos de nuevo aquí hablando el uno con el otro?
-cesar… ¿te duele algo? Me dijo Cami girando su cabeza con la mirada preocupada clavada en mí su mano se apretó a mi pecho; cuando me apretó dirigí mi mirada a él.
-¿eh? No Cami, no me duele nada ¿Por qué lo dices?
-por esa cara, es la que pongo cuando me caigo en el parque y me sale sangre. Me dijo divertido como si cada palabra tuviera un fundamento.
-quizás un poco, le dije suspirando formando vaho en el aire.
-cuando… ¿Cuándo te caes en el parque que te quita el dolor? Le pregunte acariciando su rostro.
-mi hermanito siempre viene.
-lo quieres mucho ¿verdad? Le pregunte agachando la mirada.
Veo la verdad en tus mentiras No veo a nadie a tu lado Pero estoy contigo cuando estas solo Y me corriges cuando miro mal Veo la culpabilidad por debajo de la vergüenza Veo tu alma a través del cristal Veo las cicatrices que quedan…
Mientras crecía no conocí esa persona que estuviera ahí cuando me sentía solo, con quien hablara o me levantara cuando lloraba; mi padre me decía que llorar puede que desahogue el alma pero si se llora por cada golpe puede que nos termine ahogando; creí entonces que era cobarde al sentirme así cuando tenía una novia y una familia única. Cuando hablaba con mi padre le preguntaba que lo hizo luchar en la guerra la respuesta siempre fue la misma…-tú y tu madre son mi fuerza-
-si mucho y él también me quiere mucho. Me contesto Cami dejándose caer a mis piernas.
-no te acuestes jajaja te pierdes del paisaje… me daba gracia verlo acomodarse como si ya se fuese cansado de mirar.
Acaricie su cabello, sin dejar de mirar sus ojos… -por mi hermano es que sigo aquí si me lo quitas no tengo nada por que seguir- recuerdo cuando me lo dijo, con la mirada insistente y lágrimas en sus ojos, la impotencia cubría su voz que se cortaba con cada suplica y ahí estaba Santiago conmigo en los casilleros luego de que Cami le dijera que no quería volver a casa. Lo mire solo, abatido, totalmente cansado aferrándose a lo único que conocía como bueno. Por eso pactamos lo de las semanas.
La fuerza de Santiago es Cami lo protegería con su vida si es necesario, siempre soñé con ver esa mirada en alguien, que alguien me mirara de la misma manera; mis padres se tienen el uno al otro y con el tiempo creía que Diana me amaba y debía corresponderle, pero… ella… en sus ojos, apreté el puño contra el pasto, ella jamás me ha dirigido una mirada de esas.
Me sentía frustrado, el nudo en la garganta se apoderaba más y más de mi respiración como una soga que se aprieta y más cuando ni siquiera pongo las manos buscando algo de aire; mi mirada se tornó cansada quería llorar pero simplemente acumulaba lágrimas en los ojos.
-no estés triste. Susurro Cami colocando su manita en mi mejilla, sin buscarlo una lagrima se desarmo… se desarmo en su rostro.
Entonces lo tome con ambas manos y lo apreté fuerte a mí, llorando en su hombro, aferrándome a su cuerpo como él abrazaba el mío, besaba con cariño su cuello –una persona es fuerte cuando tiene alguien a quien le importa- eso se estaba convirtiendo Cami para mí.
Aleje a Cami para besar su frente –te quiero Cami… mucho. Termine mi frase para volverlo abrazar entre sollozos.
Desde hace muchos años sentía el dolor de simplemente estar vivo, quiero comenzar a hacer las cosas bien sin lastimar a nadie.
-¿está bien si te llevo a casa Cami?
El pequeño asintió con la cabeza, lo tome de las manos y lo lleve a mi espalda, su cabeza se recostó en ella, me detuve a mirar el paisaje no sécuánto tiempo dure en esta posición pero pronto Cami dejo de responderme, se había dormido, sonreí mientras lo acomodaba mejor, me dirigí al auto de mi padre, abrí la puerta trasera para dejar acostar a Cami en los asientos, lo arrope con una manta la sensación térmica le hizo fruncir el ceño.
-te quiero mucho cesar… susurro mientras se acomodaba mejor.
Me coloque adelante cuando tuve el volante en mis manos lo mire por el retrovisor.
-puede que sea la única manera… dije en el aire.
Santiago.
-ese hijo de puta, dije mientras tapaba las marcas que me había dejado en el cuello
Ya las había repasado con agua oxigenada, pero el dolor aun persistía me había cortado el aire esa noche, cuando retome la conciencia él estaba sentado detrás de su escritorio acariciando el águila de metal que le acompaña, se fumaba orgulloso el habano percibía el aire de café recién echo.
Coloque mis codos en la baldosa en lo que se me aclaraba la vista y volvía a mi respiración normal, entonces el dolor se hizo intenso tuve que tomarme el cuello mientras hacía mañas de levantarme; sin esperar ninguna ayuda en el primer intento perdí el equilibrio, al segundo tome una silla que tenía cerca para apoyarme y subir.
-¿qué sucedió? Divagué tomándome de la cabeza.
-Santi, el polvo fue tan bueno que te desmayaste. Se reía tranquilamente descansando el habano en su mano.
Mire mi cuerpo aun desnudo, con su corrida en mi vientre, el desgraciado me vio en el suelo inconsciente y se pajeo como su única opción.
-¿¡estás enfermo!? Le dije recogiendo mi ropa del suelo.
El entrenador guardo silencio, cuando termine de vestirme le mire desafiante, sentía que perdía la cabeza, apreté mis manos en puño impotente de no poder golpearlo o hacer algo en estos momentos.
Me acerque a su silla, tome los reposa brazos y los gire para que me mirara.
Rápidamente tome su águila y con el pico de la misma apreté su garganta. –le seré claro bastardo, me aguato que me folle por necesidad pero… ¡míreme bien! Le grite… -me vuelve a pasar una cosa como estas y lo último que probara su boca será tierra.- estaba decidido apreté un poco más el pico a su garganta, cerré los ojos para respirar con profundidad.
Me levante tome su juguete y lo lance contra los trofeos rompiendo la cristalería, sin mediar palabra azote la puerta y regrese a mi casa, esa noche le había prometido a Cami dormir con el pero cuando llegue se había ido, sentí gran tristeza cuando llame a Cesar y me confirmo que se lo había llevado antes de la semana.
Los días pasaron lentos, no siento ánimos de hablar con nadie, el entrenador me ha dejado tranquilo en estos momentos pero cada que me miro al espejo y veo las marcas en mi cuello… que luego al llegar a casa mi madre está totalmente borracha… estoy… estoy agotado.
-¡hermanito! Grito Camilo desde la sala, sacándome de mis recuerdos. Haciéndome caer al suelo los primeros auxilios.
Cuando entro a la pieza lo mire con algo de tristeza, a veces pienso que mi existencia no es necesaria, si yo no estuviera mañana seguramente Cami querría a Cesar como su hermano y se olvidaría de mí. Soy yo el que lo ata a esto. Los ojos se me llenaron de lágrimas mientras le sonreía.
Cesar me miro y yo baje la mirada. –Cami ve a tu cuarto y organiza tus cosas, dijo agachándose a él
–es que quiero hablar con tu hermano, le susurro señalándome disimuladamente.
Cuando la puerta se cerró me gire al para levantar las cosas.
-te ayudo. Dijo rápidamente, le mire un minuto mientras en silencio agarraba las cosas.
Por un instante sus ojos fijaron los míos, levanto su mano para tocar mi cuello.
-¿me contaras que te paso?
-no te importa. Dije sentándome en la cama cerré un momento los ojos cuando los volví a abrir él estaba frente a mí con algunas cosas en las manos.
-déjame curarte bien.
Respire profundo y lo deje acercarse a mí, mientras me desinfectaba me dedicaba a mirar a todos lados es como si fuese dejado de conocer mi cuarto.
-Cami es un gran chico, me dijo
-y tú lo quieres como hermano, le solté con algo de rabia.
Él se detuvo y dejo caer las cosas, busque su mirada cuando la encontré me dijo con algo de tristeza simulando una sonrisa –es verdad… (Silencio) –pero él me dijo que te quería mucho.
-te dijo eso, repetí como un idiota con algo de alegría en mi mirada sin notar lo triste que se tornó la suya.
Recordé el beso en aquella noche y tomando su mano le mire fijo. –discúlpame por los besos no volverá a suceder.
-por los b… y antes que terminara la palabra lo volví a besar nuevamente, necesitaba sentir sus labios nuevamente posarse en los míos que le permitiera paso a mi lengua, que mis manos acariciasen su caballera, eran cálidos, el tiempo pasaba lento pero el abrió sus ojos y me vi hacer lo mismo cuando me miro se levantó de golpe y dirigiéndose a la puerta.
-esto no puede ser... fue lo último que oí
Quede con la mano levantada y la boca totalmente seca sin palabra que él pudiese oír fue cuando mire mi mano y observe la lumièrediamants dans.
Capítulo VI.
Adam.
Un ambiente helado se apoderaba del lugar, no veía flores o animales en el aire, simplemente yo en frente de las puertas de concreto que grises apagan aúnmás el lugar, deje perder mi mirada en el suelo había llovido hace poco el pasto brillaba con algunas de sus gotas. Quieto en ese lugar, siendo invisible, algunas personas pasaban en un caminar tan lento que se podía pensar que querían permanecer más tiempo en el lugar.
No había música o composición que fuera apropiada, los sonidos que cubren este lugar tienen el nombre de sollozo pero son más profundos para ser definidos, levante mi mirada… de nuevo con las puertas de concreto; en sus esquinas ángeles tallados con precisión y belleza en el más fino mármol; pero la lluvia ha cambiado el color de sus ojos y le ha dibujado llanto a imágenes inertes.
Apreté mis manos a mi cuerpo el frio llegaba a ser insoportable y aun las gotas de agua no cesaban de caer pero quería venir, di unos pasos al frente, suspire profundamente comenzaba a ahogarme, mire mi ropa con algo de gracia no era común era sencillo era un poco elegante, vestía de traje con una camisa a botones desapuntada a la altura de los pectorales; si alguien me viera, sin mi cresta con el cabello peinado de lado dejándose car en mi frente.
Mordí un poco mis labios para mojarlos con mi lengua, entonces gire la cabeza a un costado alejado del sonido rechinante de las rejas observe a un hombre viejo, vestía un saco y una ruana sobre él, su mirada perdida en frente donde descansaban las rosas en un balde de agua turbia, su matiz cansado, la joroba de su espalda… simplemente un hombre viejo ahí sentado, desapercibido; me acerque a él a paso lento, jamás giro su mirada ni pronuncio una palabra.
-un ramo de rosas; le pedí amablemente.
Levanto la mirada, tomo el cuchillo que reposaba a un costado de la mesa y volvió a mirarme.
-las rosadas, le señale.
La verdad es que las otras estaban algo marchitas, las rosas son bellas cuando sus pétalos están cerrados luego de que se abren son vulnerables y terminan deshojadas; el hombre tomo doce de ellas les corto el tallo, roció un poco de agua, envolvió en un papel negro y anudo con una cinta blanca. Tome las rosas saque algo de efectivo y le cancele.
No me gusta frecuentar los cementerios se me hacen tristes, agotadores y vienes a visitar a alguien que no se imagina que estás ahí; pero simplemente vienes… vienes y te unes a ellos porque al ingresar la vida se convierte en pasado y la felicidad de ella se hace decepcionante.
Me detuve en frente del mármol, para este entonces el nudo en la garganta es insoportable, subes la mirada para no llorar es mejor mostrarte fuerte. ¿Qué puedo hacer?, llueve por dentro y el corazón me duele y se deshace, pienso en ti, quiero volar y remontar esta tristeza para escaparme.
-Mamá… aquí estoy nuevamente.
Me arrodille en el pasto húmedo, coloque mi mano en la lápida y la frote un poco, Jesica Lenz 1957-1992.
-te traje rosas.
Tome las rosas y desate el nudo, tome la mitad de ellas dejándolas en el suelo la otra mitad la coloque en su lugar; anudaba el listón a mi dedo algo nervioso, me arrodille junte mis piernas apoye mis manos en puño sobre ellas.
-te extraño…
(Recuerdo)
En contados minutos el timbre del instituto avisaría que se había culminado otra estresante jornada, me encontraba arrimado a uno de los muros mirando a la multitud acercarse a las puertas,  metí mis manos a los bolcillos también esperaba salir, en frente de mi un grupo de chicas me miraba con cierto secreteo que se me hacía gracioso, no soy de los chicos que le agrade mezclarse con los demás, estoy mejor en solitario es por eso que no tengo grandes amigos todos son compañeros que conocí por coincidencia, porque así toco.
Me estaba tensando no me gusta sentir que alguien me pone cuidado; acomode mi cabello con la mano me tapaba la frente estaba largo de color negro intenso, levante la mirada hacia las chicas y sonreí ameno o más bien me burlaba de ellas en dado caso las derretía, el timbre sonó y con el libertad.
Levante un poco la cabeza esperando visualizar un poco el exterior pero era imposible espere a que salieran cuando la multitud se calmó camine, al salir observe a mi madre de pie junto al muro de una casa con su vestido azul que le llegaba hasta un poco más arriba de las rodillas, acomodo su cabellera rubia ondulada a cada paso que dada sus ojos brillaban con el destello del sol se asemejaba a dos piedras de ámbar.
A mi madre le gustaba recogerme llego el momento en que dejo de molestarme, el camino hasta la casa es de más de una hora a pie… es bueno tener compañía, somos una familia humilde demasiado para mi pensar pero no me molesta ser pobre a menos yo lo reconozco. Pase mi brazo por su hombro andaba a su ritmo casi sin pronunciar palabra llego el momento en que pasamos por un parque; de árboles altos el camino empedrado daba a las bancas que a su vez dirigían su vista a los juegos infantiles.
Nos detuvimos a mirar un momento, recordaba cuando jugaba con ella en ese lugar; la mire a los ojos y le sonreí bese su frente para susurrarle un te quiero.
-mamá… le dije sin apartar la mirada de en frente.
-dime Adam…
-porque… porque nunca me dejaste conocer a mi padre. Le dije, al ver a los niños con su padre jugando junto con ellos no puedo evitar pensarlo.
-hijo yo siempre estaré para ti, dijo girándose a mi tomándome de la mano.
Sus ojos… no podía dejar de mirarlos los cubría un manto de preocupación yo simplemente quería saber que la causaba. –pero…
-no Adam, dijo cortándome. –eres mi hijo quien me hace tan feliz, lamento hacerte esto pero a veces los padres callamos porque simplemente así es mejor… con esto último agacho la mirada y continuo caminando.
Así llegamos a la casa, la acompañe a la cocina a preparar algo de comida, en la cocina nos reíamos de todo un poco, probaba con el dedo de todo lo que cocinaba la quería era lo que importaba. Realice mis deberes cuando termine me acosté en el sofá junto con ella.
Me arropo con una manta se divertía jugando con mi cabello, tenía el control en mis manos pasándolo de canal en canal, al sentir sueño me levante bese su frente y espere su bendición. Mañana sería otro día…
-despierta o llegaras tarde. Me decía insistente mi madre desarropando mis cobijas.
-buenos días. Le dije mientras frotaba mis ojos, apoye mi mano a la almohada y me removí el cabello.
.párate… volvió a insistir.
Admiraba que ya estuviera lista, su cabello arreglado, su colorete rojo con algo de brillo le combinaba con el rubor de sus mejillas. –te ves hermosa. Le dije
Ella sonrío acomodando un poco su vestido negro, aprovechando su distracción volví a arroparme; cuando lo noto agarro las cobijas se levantó y jalo fuerte de ella; como podía hacer eso cuando tiene tacones.
-Adam, Adam. Comenzó a decir cediendo cobija.
-báñate… no oigo el agua. Toco mi madre desde la puerta del baño.
Luego de unos cortos minutos me bañe, me dirigí a mi habitación cuando salí ella ya tenía el desayuno servido esperándome con los brazos cruzados, no se había percatado que la miraba me preguntaba por qué suspiraba de esa manera mientras miraba su reflejo en la taza de café.
-¿Estás bien? Le pregunte al ingresar lo que la sobresalto.
-¡eh! Si, si… claro. Siéntate y come.
-si quieres puedo quedarme, le dije
-por supuesto y faltar a clases, muévete mejor. Dijo pasándome el pan con el queso
Mi madre suele acompañarme unas tres cuadras luego de salir de casa, cuando me dejo en la esquina de siempre se despidió de mi con un beso en la frente, me abrazo muy fuerte, sus labios susurraron te quiero mientras me deseaba suerte en el instituto.
La mire desaparecerse entre la oscuridad de las calles, continúe mi camino con la mirada en frente, admirando la neblina que se formaba, calando aire observando las farolas encenderse poco a poco. Volví a alzar mi maleta pero no la sentí tan pesada como otras veces; tomándola entre mis manos me asombre de haber olvidado algunos libros no suele pasarme. Pero esta vez era importante lo necesitaba.
Di media vuelta –estoy jodido- resople, el camino es largo y devolverme nuevamente pero debía hacerlo era nota importante y más a meses de graduarme. La tome con fuerza y comencé a correr a la velocidad que le cuerpo me permitía, el aire se hacíamás denso y el frio lastimaba mi rostro.
A media cuadra de la casa estaba exhausto me detuve a tomar aire, me cubría una capa de sudor  por todo el cuerpo, cambie el ritmo a paso un poco más lento; cuando llegue a la puerta introduje la llave, era extraño que tuviese seguro hice lo posible por no hacer ruido. Deje mis cosas a un lado de la puerta.
Unas voces salieron del cuarto de mi madre, me detuve un poco intrigado con el corazón latiéndome a mil por la corrida, me acerque a la puerta.
-debes irte ya. Dijo mi madre tras la puerta.
Resonará tu adiós… De tardes negras que no hay tiempo ni espacio y nadie nunca entenderá quedarte puedes porque la vida duele, duele demasiado aquí sin ti Tome el picaporte y lo gire despacio, al abrir la puerta deje caer mis manos; mi mamá grito sobresaltándose yo simplemente me quede en ese lugar con la garganta seca, mis dientes comenzaron a temblar entonces parpadee pero no era mentira; entonces maltita sea porque no digo nada, los ojos comenzaron a pesarme ¿estaría llorando?
Mi madre me miraba, no… mi madre no me miraba.
-Adam… pronunciaron sus labios.
Pero ya la había visto a un costado de la cama desnuda con un fajo de billetes en su manoy un hombre mayor reposando en su cama.
-Po… por… ¿por qué mamá?
(Presente)
Quiero vivir por siempre junto a ti, no importa nada, y huir de este silencio que se roba mis mañanas, libera y acorrala.
-veo que ya no están las flores de la vez pasada, lamento haberme tardado tanto. He estado algo ocupado. Cerré los ojos dejando caer unas cuantas lágrimas al pasto arrugue mi pantalón al formar el puño.
-pe… pero no es necesario que hablemos de eso. Dije pasándome la mano por los ojos para simular una sonrisa.
-hace unos días me sentí feliz y sonreí como tanto te gustaba verme, había conocido un chico sabes… es agradable te fuese gustado verlo, no duro mucho pero estoy seguro que tardare en olvidarlo.
Guarde silencio un momento –quisiera que estuvieras aquí.
-me he sentido un poco solo, la casa está vacía prefiero dormir en otros lugares tu sabes… siempre se puede encontrar donde dormir.
Qué puedo hacer, si tu mirada se clava en mí, luego me arranca el alma, no hay adiós, sólo hay entre tú y yo una distancia que nos separa.No es imposible amar de lejos, de lejos, pero siento que muero si no te tengo.
Comencé a tomar el pasto entre las manos la ansiedad aumentaba necesitaba una lámina solo una pero no traje nada, mire la lápida con lágrimas en mis ojos, acaso no puede oírme. No… seguro no puede y yo estoy aquí solo, vacío, cansado. Apreté mis dientes tomaba saliva como podía.
-aaah, grite fuerte desgarrado por dentro aferrándome a la tierra.
-aaah, nuevamente un grito tras otro quebrados por un sollozo.
(Recuerdo)
-¿Por qué nunca me lo dijiste? Le pregunte
No me atrevía a mirarla, había descargado toda mi ira contra lo poco que tenía en mi cuarto, golpee fuerte el suelo hasta que sangraron mis nudillos y comenzó a dolerme, tomaba mi cabello, estaba desesperado, hasta que de un momento a otro me rendí sentado en la cama con las manos en mis piernas y la mirada fija en la pared mientras seguían cayendo algunas lágrimas causadas por la imagen que persistía y quemaba el alma.
 La luz que ingresaba a mi habitación se vio interrumpida por la sombra de mi madre que ingresaba. –no quería que lo supieras. Dijo sentándose a mi lado no sabía si tocarme o no decidió no hacerlo.
-¿¡hasta cuando te lo callarías!? Le pregunte desafiante no me había percatado que estaba llorado hasta que la mire a los ojos.
-no quería lastimarte Adam. Yo… yo…
-¡no me Toques! Le dije cuando coloco su mano en mi rostro.
Y lucho contra el silencio hablando con él Y he limado tu ausencia solo junto a mis brazos, Y si me quieres tú ya no me veras Y menos me quieras y más estaré allí Y si me quieras tú ya no me veras Y menos me quieras y más estaré allí, Y más estaré allí… Lo juro
Ella volvió a su posición mientras lloraba dijo –yo quería protegerte, no causarte este dolor.
-es por esto que jamás me dijiste quien era mi padre, estoy seguro que ni sabes quién es.
Su mano golpeo mi rostro, no había sentido un dolor semejante, agache la mirada y guarde silencio con mis manos apretadas en frente, no sabíacómo reaccionar; la sentí levantarse.
-si puede que no sepa quién es, que me gane la vida haciendo esto. Dijo señalando lo que tenía alrededor. –pero jamás, jamás hice nada sin pensar en ti antes que en mí. Su voz se quebró mi madre cayó al suelo con las manos en su rostro. –cuando me entere de mi embarazo estaba feliz quería tenerte, pero cuando naciste los gastos llegaron y…y… con ellos las deudas yo no sabíaqué hacer…
Me partía ver a mi mamá de esa manera, me arrodille en el suelo para acercarme a ella cuando la tuve en frete retire su cabello del rostro.
-perdóname… le dije mientras la aferraba a mi cuerpo. –perdóname
(Presente)
Seque mis lágrimas con ambas manos, me levante sin apartar la vista de la lápida tome la cinta de entre mis dedos y la anude al ala que le había mandado a tallar, el viento volvió a soplar con fuerza atrayendo unas hojas consigo…
Cesar.
No creía volver a este lugar a unos pasos de sus puertas, me mire nervioso lucía una camisa a roja a cuadros acompañada de un jean apretado y unos tenis casuales de marca; sople un poco de aire, las luces golpeaban mi rostro la música volvía a ensordecer mis oídos. Entre al mismo bar que hace algunos días había venido. ¿Esperaba volverlo a ver? ¿Por qué? Pedirle disculpas por cómo me comporte… si en definitiva seria eso y saldría de ahí en cuanto lo lograra.
Ingrese al centro del club, respirar te llenaba de energía sentías el sudor en el aire, el calor corporal de los demás en tu rostro, miraba inquieto buscaba su cresta de mechones rubios por algún lugar; ¿estaría en el cuarto oscuro? Me negaba a esa posibilidad me detuve en el centro la luz golpeaba directo a mis ojos los distintos colores no me permitían muy poco. Di unos pasos a la barra le pregunte al Barman por Adam. El hombre que lucía orgulloso sus pectorales señalo al otro lado de la barra.
-te sirvo de mi copa. Le sugerí.
Lo observe con sus manos arropadas en sí mismo, su frente descansaba en la mesa y junto a él una copa de licor a medio probar, me miro un instante tenía sus ojos rojos un poco hinchados al igual que sus pómulos bajo la mirada y vivió a acomodarse. Coloque mi mano cerca de su espalda apreté en puño y tomando un poco de aire le acaricie.
Nada es para siempre amor, hoy nos toca compartir la misma luna, Y mañana quien sabrá Si hay una separación, o habrá fortuna. Nadie sabe amor, Quiero amarte hoy,  quiero abrir todas las puertas de mi alma.
-déjame Cesar… Déjame solo. Con sus palabras se giró buscando evitarme.
-eh yo… la verdad es que solo venía a pedirte disculpas. Le solté de golpe pero su silencio me molesto un poco –acaso estás drogado. Fui quizás imprudente pero ¡vamos! Lo único que se me ocurrió decir ya me preocupaba.
Adam se giró aun con lágrimas en sus ojos y me miro tipo “me estas jodiendo” su boca intento articular alguna palabra pero termino por callarse, tomo un último trago y salió; lo perseguí por la pista, la temperatura cambio al salir, el viento golpeaba gélido nuestros cuerpos. Se detuvo cuando termino la acera fue cuando lo tome de la mano.
-¡que me dejes! Me grito.
No podía dejarlo estaba mal, se notaba, su cabello no lucia su Cresta, sus ojos rojos y algo me decía que estaba totalmente consiente esta noche. –está bien, está bien no te toco pero déjame llevarte. Le dije mostrando las llaves del carro de mi padre en señal de paz.
Le abrí la puerta para que se montara, coloque las manos sobre el volante pero él no pronunciaba alguna dirección a donde lo llevara; simplemente apoyo su cabeza en la ventaba lo mire respirar cansado. Encendí el motor y transite algunas calles hasta llegar a la colina a la que había traído a Cami hace unos días.
-¿para qué me trajiste aquí?
-anda, vamos bájate te gustara.
Lo lleve hasta la orilla del risco por así llamarlo, las luces de la ciudad lucían pequeñas ante la oscuridad inmensa de la noche, me acerque despacio a él, hasta queda a su espalda.
-suelo venir aquí cuando necesito respirar.
El agacho la mirada, una ventisca movió su cabellera los rayos rubios de su cabello taparon su vista; antes que colocara su mano acaricie su frente con los dedos arrastrando su cabellera hacia atrás. Su tono se coloro un poco, me acerque un poco más a él, no paraba de seguirme con la mirada sus ojos eran alucinantes.
-estas mejor.
-abrázame, por favor. Dijo en un tono suplicante guiando la mirada a las luces de la ciudad.
-yo no quiero… lasti… El tomo una de mis manos y las paso por su cintura y me apretó a él; coloco su cabeza sobre mi pecho me rendí dejando descansar la mía en su hombro.
Somos como arena y mar, somos más que una ilusión porque no hay duda, Y esta historia de los dos Es tan linda como nunca hubo ninguna. Sus labios buscaron los míosaccedí al paso de su lengua mientras me tomaba del rostro, baje mi mano hasta su camisa, Adam sintió el tacto de mi mano sobre su piel y me miro, la luz de las estrellas brillaban en sus ojos; lo apreté a mi boca; su mano bajo por mi cintura hasta tomar mi cola; lo lleve hasta el suelo cuando antes de que su espalda tocara el suelo aparte algunas hojas.
Me levante para que me quitara la camisa, su boca se apretó en mi tetilla mientras la mía removía su cabellera; el calor de su cuerpo con el frio del ambiente me tenía jadeando, aparte su boca para descenderlo nuevamente pase por su cuello sus levemente marcados pectorales; mordí su tetilla derecha mientras mi mano le acariciaba la cintura; sus dedos se apretaban a mi hombro descendiendo levemente a mi espalda, Me tomo las manos y las apretó con las suyas subí nuevamente para mirar sus ojos me mostro una blanca sonrisa, me sentí feliz por verlo así, acomodo sus piernas a lado y lado de mi cintura me dejo caer.
Nos besamos un tiempo, baje mi mano hasta la hebilla de su pantalón le despoje de su correa cuando le desapunte el botón, Adam tomo mi mano y junto con la de él me la introdujo a sus bóxer su polla se sentíacálida, dura; baje un poco más hasta sus huevos les apreté despacio; con la mano libre lleve su cuello a merced de mi boca; gemía su nombre en su oído, su mano no se apartaba de mi cuerpo. Lo tome de las nalgas y acercándolo un poco tuve sus piernas a costados de mis hombros; tome el elástico de sus bóxer y los arrastres hasta que su polla salió apuntando a mi boca.
Le tome aun sin descapullar entre mis labios apoye un poco más mis manos y poco a poco me lo introduje, escuche su voz al gemir, apreté su pene en mi boca comencé a chuparlo simulando el movimiento de aquella noche, lo apretaba con mi lengua al paladar, aumente un poco la velocidad el néctar goteaba tibio en mi boca, al sacarlo lamí la punta una y otra vez, rozándolo con la punta de la lengua. Él lo tomo con una mano y lo repaso en mis labios para volvérmelo a introducir, baje por su palo hasta llegar a sus huevos; fue cuando sentí su mano en mi cabellera.
Coloco un codo en el paso, lo tome entre mis brazos y lo bese giramos unos cuantos centímetros; su aroma esquicito, la suavidad de su piel, el sabor agridulce de la misma me tenía a mil; -Adam- pronuncie entre besos; coloco su frente sobre la mía antes de besarme por última vez; se levantó bajando su pantalón le ayude a quitárselo de sus pies lo detuve un momento antes que descendiese.
-eres hermoso. Le dije al observarlo desnudo bajo la luz blanca de la luna con el cabello moviéndoseen dirección al viento, luciendo tan bella sonrisa.
Apoyo su rodilla al suelo, acaricie su pierna mientras me llevaba su polla nuevamente a mi boca no podía lograr las arcadas que él se propino esa noche con mi polla pero jamás intento forzarme, la saliva resbalaba por la comisura de mis labios lo apreté un poco más a mí la deje ingresar despacio, cuando me cortaba el aire la volvía a sacar; rastros de saliva cubrían su glande lo pajeé un instante.
Me deje caer cansado sobre el pasto, respiraba tanto aire como podía de mi boca salía vaho, Adam se agacho a mi le bese luego descendió por mi cuello paso por mis pectorales y prosiguió a mi tableta; cuando dio con mi cinturón se detuvo para quitarlo le ayude a quitármelo, mi cuerpo desnudo con el suyo, su boca besando mi vientre y en pocos instantes lamiendo mi polla sin prisa alguna, la presión en mi abdomen aumentaba en cada uno de sus movimientos, podía oír la saliva cuando chupaba; me tomo de mano apretándome fuerte.
Removía su cabello mientras me comía la oreja, su polla apretaba a la mía entonces le susurre que quería estar dentro de él; giramos sobre mi cuerpo cuando quede frente a frente con el suyo pretendió ponerse de espaldas a mí.
-quiero mirarte, le dije
Baje mi mano por su brazo, acaricie su cintura hasta cuando di con sus piernas, las levante un poco; acaricie mi polla en su ano un par de veces, no quería lastimarlo estando tan poco lubricado pero el tomo mis nalgas con ambas manos y me apretó; sentí las increíbles contracciones de su ano permanecí con el glande en su esfínter hasta cuando finalmente cedió un poco; le envestía despacio sin dejar de besarle cuando nos faltaba el aire besaba su cuello mientras el gemía; poco a poco aumente la velocidad sin pasar la brutalidad de una envestida; al ser el roce tan despacio podía sentir cada movimiento de seguro el también.
Me corrí en su interior, con cada trallazo sentía que se me devolvía el aire al cuerpo me acosté sobre el sin sacar mi polla, Adam me invito a girar quedando encima de mí; mientras me besaba tome su polla y le pajee lentamente mientras lo besaba sin apartar mis dedos de su glande. Su corrida toco cálida mi cuerpo dio un último respiro me beso y se acomodó en mi pecho.
El celular comenzó a sonar No quiero que el amor me destruya como lo ha hecho con mi familia ambos decidimos ignorar el sonido, pero persistía fue cuando ambos sin decir palabra sabíamos que sucedía.
-¿Qué estoy haciendo?-
Capítulo VII.
Cesar.
-sigue este es mi hogar. Le dije abriéndole para con una mano enseñarle el lugar.
Adam tenía su maleta en la mano, me había invitado a conocer su casa esta mañana; esta se encontraba en un estado más lamentable que la de Santiago; cuando le pregunte por ello me respondía con un simple “no duermo aquí”, el lugar era solitario, por cada paso que dábamos en esa casa Adam se ponía ansioso, lagrimas luchaban por no ser barridas al igual que no hablaba mucho para que no notase su voz quebrada.
No vi mejor solución que traerlo a vivir conmigo, empaque su ropa luego de insistirle un largo tiempo; ahora se mostraba maravillado por la elegancia que mi madre le había impreso a la sala, le ofrecí mi mano para que descargara su maleta; nuestros ojos se encontraron un instante le sonreí ameno.
-subamos a mi habitación. Le sugerí.
Lance la maleta a la cama y junto a ella ambos nos tiramos por un momento a descansar, no tenía mucho tiempo hoy comenzaba mi semana con Cami debía recogerlo antes de que saliera; me senté en la cama luego de respirar hondo me dirigí al armario; le indique que abriera la maleta y comenzara a lanzarme la ropa que hay traía.
-la pasaras bien en mi casa ya lo veras.
-eso espero, aun no estoy muy convencido. Me dijo agachando su mirada.
-¡vamos! Nos la llevaremos bien. Le dije guiñándole el ojo.
Su sonrisa se hizo evidente, Adam era tan atractivo pero lo había pensado mejor y la verdad es que él no causa lo que Santiago me hace sentir sin embargo no  quiero dejarlo solo, no me he permitido dejarlo solo. Adam me lanzo una de sus camisas despertándome de mis pensamientos, la deje caer de mis manos y me detuve un instante.
-¿pasa algo? Me pregunto incorporándose en la esquina de la cama.
-Adam… Dije sentándome junto con el apretando mis manos a las sabanas. -¿Qué crees que deba hacer? Le sostuve la mirada y mire sus labios en busca de una respuesta. Con anterioridad le había contado lo que me sucedía con lo de Diana y lo de Santiago.
-debes arriesgarte Cesar. Soltó de golpe mientras me tomaba de las manos. –tú eres el que sabe que quiere.
Aun no comprendía la atracción que sentía por ambos Diana es maravillosa la conozco desde niño y ha sido una gran mujer de físico espectacular, me atrae; pero con Santiago es distinto es algo que quema que me une a él; que no me deja la mente en paz que hace que mi cuerpo reaccione a sus estímulos.
Mire a Adam trasladar la mirada al frente mientras tomaba saliva con fuerza, entonces sus manos comenzaron a removerse a sobarse con el pantalón, coloque mi mano sobre la suya y lo detuve cuando tuve su atención le tome del rostro.
-no quiero que metas más LSD… me detuve en sus ojos… te está consumiendo.
He visto esta paz. He visto esta pena, Descansando en los hombros de tu nombre ¿Viste la verdad a través de todas esas mentiras? ¿Viste el mundo a través de ojos problemáticos? Y si no quieres hablar de nada…Acuéstate aquí en el piso y llora en mi hombroSoy un amigo.-ya te dije que no es adictiva, te chupas menos de cincuenta miligramos y ya está. Dijo levantándose caminando unos pasos en frente de mí.
-Adam… esa noche… ¡sabes mejor que yo que esa mierda causa alucinaciones!
-mírame- .mírame- dije tomándolo entre mis manos su frente sobre la mía, su respiración se agito yo respiraba su aliento; el apretó mis manos y me miro le sostuve la mirada hasta que la agacho; baje las manos y lo abrace a mí, su cabeza se colocó sobre mi pecho acaricie su cabello. –estás conmigo ahora-
(Golpe en la puerta)
-puedo seguir. Pregunto mi padre desde afuera.
Adam se giró para disimular un poco la nostalgia, yo me gire recordando que no le había informado nada de esto a mi padre.
-claro pasa. Le dije abriéndole la puerta.
-te presento él es Adam Lenz, Adam le paso la mano que mi padre estrecho con fuerza, mi padre lo miro directo fiero a los ojos mientras removía el habano por sus labios mostro sus dientes blancos al ver que Adam no parpadeó ni un instante.
-…él se quedara a vivir con nosotros. Le espete erguido.
Mi padre miro con intriga sabía que se le hacía diferente mi actitud, solo atrajo a Adam a su cuerpo para palmearle la espalda. –bienvenido. Le soltó. Sentí un gran alivio en lo que salía mi padre se giró para decir que debía aportar dinero Adam asintió, yo estaba seguro que no le cobraría una gran suma y si así fuera yo la pagaría.
-¿por cierto en que trabajas Adam? Le dije retomando a su ropa.
-es mejor que no lo sepas… su respuesta se dirigió en un tono más áspero que aun para mí se me hacía inquebrantable debí ceder y callar.
En nuestro retrato de familia, nos vemos muy felices. Vamos a jugar a fingir, vamos a actuar como si fuera naturalel celular vibro en mi bolcillo, cuando mire quien era aparecía la foto de Diana. Esto debía parar yo debía tomar una decisión.
-terminare con ella. Solté de golpe apretando el celular a mis manos; Adam se acercó para colocar su mano en mi espalda cuando lo mire me sonrió ameno aprobando mi decisión.
Me levante de la cama confirmándole a Diana que la vería en su casa dicho esto cerré la puerta a mi espalda.
Adam.
Realizaba vahos en el aire del frio que sentía, me apreté a mi chaqueta con las manos metidas en los bolcillos, me había acomodado el cabello con una cresta un poco más corta me gustaba como lucían los rayos monos; me había colocado un jean blanco apretado con una camisa roja cuello V. mire al cielo seguro de que hoy llovería pero no podía moverme al parecer el cliente no tardaba en llegar.
Luego de que Cesar saliera me conecte desde su portátil, tenía unas cuantas ofertas esperando pero una me llamo la atención junto a ella la foto de un joven de no más de veinticinco años de cabello castaño tirando a rubio, sus cautivadores ojos cafés como el rojizo de sus labios podía llamarlo atractivo; mostraba lo entrenado de su cuerpo mucho más entrenado que el mío.
No suelo recibir este tipo de personas por que usualmente son mayores que yo, están casados pero con una vida sexual frustrada, personas que no son capaces de conquistar o aquellos que simplemente quieren pasar el rato morboso con un chaval al que le pagan y no les dice que no a nada.
Lo llame al número que me indico mientras salía de la casa, su voz tenía un matiz de dulzura y picardía muy varonil, me explico que llevaba fuera del país mucho tiempo y que si podía dedicarle unas horas. Sin pensarlo acepte.
Mire las luces de los carros transitar por la avenida, di unos pasos atrás cuando uno de los taxis se detuvo a escasos centímetros de mi…
-¿Adam? Aquel joven saco su cabeza por la ventana; el viento removió su cabello tenía una sonrisa estupenda se notaba que de donde venía no hacía mucho sol su piel era totalmente blanca a excepción de su boca. Golpeo dos veces con la mano la puerta en señal amistosa sus brazos fuertes, sus ojos…
-¡eh! Este… sí, soy yo. Dije pasando algo de saliva el chico abrió la puerta y salió era un poco más alto que yo se acercó a mí y tendiéndome la mano…
-Santiago un placer.
Coloco su mano en mi espalda y me invito a seguir.
Nos detuvimos en el hotel donde se hospedaría, le ayude a bajar su equipaje que no era mucho; subimos juntos por el ascensor.
-es tu primera vez, te vez nervioso.
No pude evitar sonreír de la ironía hace años entre a esta vida y conozco mucho de ella, ser puto es algo que no eliges es algo que se da una opción que siempre está ahí y que en casos como el mío es la única que se toma y debe asumirse de la mejor manera.
-no, no lo es. Le dije con algo más de fuerza. –y… ¿a qué te dedicas?
-soy nadador profesional, hace poco entrenaba en Francia pero… mi felicidad esta acá. Dijo en un matiz de tristeza que lo hizo inconscientemente tocar su mano.
-¿eres casado? Le pregunte al ver un hermoso anillo de plata que lucía en su mano derecha, no entendía que decía pero al parecer para él era especial.
-no, que dices no jajaja. Me dijo entonces lo mire un poco más interrogante –aaah lo dices por esto… (Suspiro) me lo dio mi novio antes de irme.
Le tome la mano en la que tenía el anillo y lo mire -¿Por qué no estás con él?
He visto nacer. He visto la muerte. Viví para ver el último respiro de un amor. ¿Ves mi culpa? En caso de que me sienta con miedo ¿Es el fuego que base de una llama brillante? Y si quieres hablar de ello una vez más En ti depende. Lloraré en tu hombro Eres un amigo.
-no sé si aún me espera… espeto esquivando mi mirada cuando abría la boca para hablarle las puertas del ascensor se abrieron y me vi obligado a soltarlo.
Sebastián se encamino a la habitación, por mi parte tome la maleta y lo seguí, paso su tarjeta y nuevamente me dejo ingresar primero; el lugar me impresionaba en efecto una habitación de hotel. Me detuve de mirar cuando sentí su mano sobre la mía lo mire un instante soltando la maleta.
-mierda que me pasa- parecía un puto novato.
-deseas algo de comer… decía mientras encendía el televisor al tiempo que se dirigía a la cocina.
Luego de unos minutos volvió con unas frutas picadas en un plato. Se lo recibí cuando vio sus manos libres agacho sus manos hasta su cintura y levanto su camisa. Tenía una tableta bastante marcada a medida que subía sus músculos se marcaban así seguí la mirada hasta sus pectorales grandes fuertes de tetillas anchas y rozadas; sacudió su cabello, me sonrió ameno mientras tiraba la camisa lejos.
Coloco su mano en mi cintura en lo que colocaba su cuerpo totalmente en la cama yo acedia, me beso despacio apretando mis labios a su boca para luego volverlos a tomar con más fuerza, su respiración aumento al igual que la mía. Sus manos me despojaron de la camisa me contemplo un momento así desnudo guiñando su ojo continuo besándome.
-tienes unos ojos muy bonitos. Me dijo pasando a mi cuello.
Apoye mi codo sobre el colchón mientras sentía sus manos acariciar mi espalda, mi pecho y mis brazos; su calor dejo de sentirse en mi boca lo vi levantarse tomo su cinturón y lo desapunto al igual que el botón de su pantalón se dejó caer las prendas y agachando los brazos me dejo verlo desnudo; lo consideraba un puto dios es que ya me la tenía dura.
Me levante del costado más cercano a donde estaba para también quitarme lo que me quedaba de ropa me lucí orgulloso ante él; tenía un aire galán y encantador que sencillamente cautivaba como su sonrisa; se incorporó en la cama me alcanzo su mano para que la tomara y nuevamente volviera a él, lo bese mientras acariciaba su cabellera,  Sebastián dejo caer su cabeza así que baje por su cuello.
Baje mi mano hasta su polla, la descapulle entre la apretaba con mi mano, la tenía bastante dura la deslice un poco más hasta sus huevos que si bien aún no estaban gordos su piel lisa lograba excitarme; pase mi mano una y otra vez sobre ellos; con mi boca en su tetilla apretándola mientras jugaba con la punta de mi lengua, chupaba la saliva que terminaba en su piel.
Nuevamente busque su boca, apretaba sus labios mientras el luchaba por invadirme con su lengua, nos separamos para respirar él me miro pajearle, yo le dirigí la mirada y nuevamente busque su boca pero él se alejó con mi respiración sostenida lo vi acercarse y esta vez fui yo quien lo hizo; así nos besamos cuando nuestras lenguas se encontraban.
Sus músculos se tensaban al sentir mi boca bajar, le mire un minuto antes de chupar su polla él paso su mano por mi espalda; le propine la primera lamida sentí su glande cálido en mi lengua, cerré los labios en su palo, sus manos apretaron mi nuca, pasaba mi lengua por la superficie le robaba el preseminal que salía cada tanto su cintura se arqueaba. La saliva corrió por las comisuras de mi boca cedí un poco más llevándola más adentro. Él se sentó de golpe para luego relajarse. Lamí su palo para pajearle un momento, mientras lo besaba el acaricio mi pene mi cintura se contrajo sola a su tacto.
Baje nuevamente chupe sus huevos intentando ingresarlos a mi boca, jalaba con mis labios para volver a chupar; comenzó a pajearse golpeo un costado de mi rostro con su polla así que subí y volví a chuparla colocando ambas manos a costado de su cintura inmediatamente tomo mi cabeza y la hundió a su verga; un poco antes de que mi nariz tocara su vientre me volvió a subir nuevamente baje sentía que se pegaba a mi paladar le cedía espacio lo más que podía; un sabor dulce se apodero de mi boca él seguía metiéndola más.
Me arrodille en la cama lo tome de los hombros para acercarme a él, Sebastián apretó su mano a mi pierna subiendo hasta mi cola, sus ojos miraron mi pene él morbo que él le imprimía a cada cosa me excitaba, se lo llevo rápidamente a la boca se lo metió hasta donde más pudo y lo saco, sus labios apresaron mi glande mientras su mano me pajeaba. Tire mi cabeza para atrás mientras gemía, busque con mi mano algo torpe alcanzar su pene.
Dejo caer mi pene a su pecho lo tome de la nuca mientras con la otra mano agarraba mi pene golpee sus labios hasta que me abrió paso moví las caderas en forma de una envestida para su boca;  sí que sabía disfrutarlo este chaval. Me pidió que me acostara en la cama su cuerpo se colocó sobre mí, besaba cada rincón de piel que encontraba; bajo hasta mi pecho para entretenerse un rato con mis tetillas.
Llevo mis manos hasta las barandas y me giro, mi ano se expuso a su boca, lamio cada uno de mis pliegues y simulaba penetrarme con la lengua cada que tenía una contracción; su mano se dedicaba enteramente pajearme; la sensación era genial me tenía cubierto por una capa de sudor mientras él seguía completamente seco.
Me la metió despacio sentí que su cadera toco mi culo, la volvió a sacar entera y nuevamente me la metió lento, mientras la sacaba apreté mi mano al barandal su cuerpo vibro mientras reía la volvió a meter y me dijo que no volvería a sacarla. Su ritmo aumentó movía la cadera para apretarlo a mí. Su mano en mi hombro me empujaba con fuerza.
Gemía constantemente, Sebastián se detuvo su mano acaricio mi espalda yo continuaba metiéndomela moviendo la cadera,  se abrazó a mi cintura y subió hasta mi boca me besaba a tiempo que me envestía gimió fuertemente antes de correrse en mi interior. Cando se tiro a la cama me tomo de las nalgas para llevarse mi pene babeante a su boca lo chupaba como un puto dios él mismo se causaba arcadas, sus ojos ya tenían lágrimas.
Me corrí en su boca, cuando retire mi pene entre algunos jadeos él la abrió mostrándome mi corrida en su lengua me acerque a Sebastián y nos besamos hasta que cada uno cayo rendido a su lado de la cama. Aun con la respiración agitada él se sentó.
-qué lindo tatuaje, le dije retirando el cabello que le tapaba la nuca. –diamants dansleí en la parte superior.
El celular sonó evitándome preguntarle que decía, al contestar Cesar hablaba en susurro y me pedía que recogiera Camilo a una dirección bastante lejana.
He visto miedo. He visto fe. Veo la mirada de odio en tu rostro. Y si quieres hablar de lo que va a ser… Ven y siéntate conmigo llora en mi hombro Y si no quieres hablar de nada. Acuéstate aquí en el piso Una vez más Llora en mi hombro
-tienes que irte. Dijo Sebastián suspirando profundamente.
-este sí, le dije resignado. El me alcanzo el dinero mientras me vestía.
-Deberías buscarlo y decirle que lo amas. Le dije guiñándole el ojo antes de salir del su habitación le oí decir algo así como
-a eso vine-
Cesar.
-siéntate por favor escúchame un solo minuto.
La tome de la mano intentando captar algo de su atención, desde que llegue he intentado hablarle pero ella con solo mirar mi preocupación y saca un tema irrelevante; le había subido a la música como al televisor, me pidió que la esperara que tenía que hacer variedad de cosas pero ahora estábamos en su habitación. Yo sentado en la esquina de la cama y ella posada de pie en frente de mí con mis manos en su cintura agarrándola con fuerza.
Parpadee cansado mientras ella se sentaba a mi lado, me gire en torno a ella; Diana acomodo su cabello para luego tomar mi mano.
-lo que pasa es… sus labios se pegaron a los míos con algo de fuerzo.
La tome cuidadosamente de los hombros y la aparte de mí, ya tenía un nudo fuerte en la garganta y removía mis manos intentando explicar lo que le decía sin embargo ella simplemente se quedaba mirándome con cierta ternura sin ocultar su preocupación.
Supongo que he nacido de esa manera Todas las cosas que parecen, Todas las cosas que podrían haber sido Bueno he sido siempre como quería Asique no hay lágrimas, no hay lagrimas para mi
-yo quiero que… esta vez tomo mi cabellera y me llevo a sus labios, su mano bajo hasta mi cuello fue cuando ella respiro entre mis labios; entonces también la tome de su majilla y sentí la lagrima correr.
-necesito que me dejes hablar. Le pedí un poco más agobiado.
Ella seco su lagrima y agacho la cabeza su hermoso cabello tapo mi vista, lo tome entre mis dedos y lo lleve a su oreja cuando ella sintió esto me miro; sus ojos no lucían pardos resplandecientes, a cambio su pupilas dilatadas dejaban ver una inmensa oscuridad.
-podemos intentarlo… dijo ella entre lágrimas apretando mis manos con necesidad –yo puedo cambiar si eso quieres.
-Diana eres una mujer muy hermosa, no tienes nada que cambiar. Dije agachando la mirada.
Las lágrimas se me escapaban de mi rostro y solo intentaba ser un poco más fuerte, ella se levantó limpiando sus lágrimas en vano por que seguían saliendo. -¡vete!- me dijo mientras se dirigía a su estante de peluches que le regale; los tomo uno por uno y los lanzo particularmente me los tiraba a mí. Yo…yo solo me quede ahí observándola en su dolor. Siguiéndola por la habitación mientras lanzaba las cosas su labial cayó al suelo como su loción y maquillaje.
-perdóname. Le dije.
-que te vayas no quiero saber de ti, me acerque para tomarla sentí la primera cachetada que me detuvo en mi sitio. –perdóname, volví a repetir.
Y oí los latidos de mi corazón fallar En una noche de invierno Ame…Pero no oyó mis oraciones…Y no hay lagrimas… Porque alguien en algún lugar va a casa esta noche Intenta comprender el sacrificio Así que guarda tus lágrimas por aquellos que dejas detrás
-te arrepentirás de esto te lo juro. Me dijo mientras me sacaba de su habitación.
Santiago.
Lleve mi cabello con el agua, deje que las gotas de agua cayeran mi rostro; se sentían bastante cálidas. Me gustaba entrenar cuando sé que mi hermanito no estará en casa para esperarme, relaje mi cuello exhalando un poco de aire con la tensión que se iba.
- la lumière, resonó en la puerta del cubículo.
Me gire al oír la voz de Cesar, no había notado que me encontraba desnudo hasta que me quedo mirando, sentí algo de pena y cerrando la llave tome mi toalla y me tape.
-es un bello diamante. Dijo haciendo referencia al tatuaje de mi cuello, quizás no lo había notado porque suelo taparlo tras la capota, pero se me hacía raro que se encontrara aquí y mas tan agitado.
Salí del cubículo tras los camerinos, Cesar no pronunciaba palabra simplemente me seguía con la mirada; me coloque el traje de natación él dio unos pasos y busco su casillero para colocárselo también, -nadaría- no suele hacerlo a estas horas. Pero lo deje hacer.
Ambos introducimos los pies en la piscina y mientras la noche oscurecía el lugar, la luz que reflejaba el agua nos cubría. Lo mire tan guapo como siempre Cesar me sostuvo la mirada y tomo mi mano, lo volví a mirar en silencio; su calor se intensifico con su acercamiento hasta que sentí el calor de su boca en mis labios.
Coloco su frente sobré la mía espere una respuesta de su parte mientras mi corazón latía aceleradamente por volverlo a besar, abrí los ojos para encontrar el color verde de los suyos que lucían tan hermosos. –De las mil formas en que pude decirte que me gustas solo decidí besarte… me dijo mientras volvíamos a unir nuestros labios.

Capitulo. Especial de Navidad


Sebastián.
Alce la mirada y las dirigí a las casas de en frente del parque, estaban hermosas adornadas por extensiones de luz navideña, parpadeantes, de colores radiantes, distintos, acompañadas por pastos artificiales, coronas en cuyo centro reposaba la figura de un reno; es navidad todos están en sus hogares con su familia sirviendo la cena, esperando impacientes destapar los regalos, pidiendo deseos o simplemente disfrutando en familia.
El viento helado tenso todo mi cuerpo, me apreté un poco más con las manos, respiraba de manera agitada podía observar el vaho en el aire antes de desvanecerse; gire mi vista a la hojarasca, las hojas desprendiéndose de sus ramas para terminar en el suelo o en el lago donde reposaban tranquilos los peces. Me gusta este lugar pensé dejando decaer la mirada, -me recuerda a casa- soy de un pueblo llamado San Andrés  a kilómetros de esta ciudad.
En noches como esta solía escaparme de casa subir a una colina empinada y desde ahí observar las estrellas, -Tomo tu alma en la noche infinita- me levante del banco donde me encontraba y camine, por donde iba habían luces con figuras extraordinarias siguiéndolas a ellas llegue hasta un lago.
Respire hondamente me detuve ahí un tiempo cuando comenzó a lloviznar me gustaba la escena de las gotas irrumpiendo la tranquilidad del lago, la de los peces nadando alterados sin dejar el cardumen, patee un piedra antes de seguir caminando estaba cansado y simplemente deje que la lluvia me mojara.
La fuerza con la que caían aumentaba, el frio cristalizaba las gotas que permanecían en mi piel, tenía el pecho presionado con la respiración constante, oí los truenos entonces levante la mirada para sentir el agua abrirse camino por la piel de mi rostro, era una tormenta en una noche inmensa.
-¿puedes encontrarme culpa? No supe si había salido sonido de mis labios al pronunciar aquella pregunta.
-¿debo sentirme bien? Dije levantando la mirada cansado, con la garganta adolorida.
Mi mirada se vio cegada ante la inmensidad de luz que radio el trueno, nuevamente todo se oscureció rasgándose por el sonido entre a mi realidad, una sombra cruzo rápido a unos kilómetros de mi tapada por los árboles, camine en dirección a ella intentando hacer el menor ruido posible cuando escuche sus sollozos me detuve.
Él estaba empapado por la lluvia, se apretaba a sus piernas con la debilidad de sus brazos, la sombra lo rodeaba la pocas luces de navidad me dejaban contemplar su cabello castaño casi negro por el agua; quería acercarme, estar ahí, pero aguarde un momento.
-¡aaah! Grito en una voz desgarrada; me oculte un poco más la luz del trueno resplandeció en su rostro tan blanco como el mármol, grave sus intensos ojos grises en mi memoria.
Eran increíblemente hermosos, alucinantemente profundos, pero… no era la primera vez que los veía pero sin duda era la primera vez que los notaba; hace unos días el entrenador de ligas menores presento a nuevos nadadores.
-Santiago… dije inconsciente de que hablaba.
Entonces Salí del árbol con la ropa goteando, las manos heladas, con pasos torpes y mi mirada enfocada en Santiago que no podía articular palabra, di un paso pero el acurruco sus piernas tenía su boca abierta respirando agitado, contemple sus labios rojos pero el inferior estaba maltratado. Me arrodille en el suelo.
-tranquilo. Le dije
Al acercarme, quería decirle algo, su cuello tenía algunas marcas como las muñecas de su manos, el corazón me latía bastante rápido, abrí la boca pero un trueno volvió a sonar con mayor fuerza, lo vi cerrar los ojos en lo que una lagrima le recorría, cuando los abrió tome su mano entre la mía y deje que me apretara en puño.
Dejamos que el silencio se apoderara, me coloque a su lado con su mano en la mía, lloraba en silencio respiraba para no evocar sonido. El corazón se me había apretado y solo deje escapar una lágrima antes de mirarlo.
Nuevamente los truenos sonaron pero la luz en sus ojos grises seguía ahí, -no es malo llorar cuando estas triste. Le dije.
-es una noche hermosa, levante mi mano libre y le señale la inmensa noche alumbrada por algunas estrellas. –cuando estoy triste solo las miro a ellas. Dicho esto me recosté en la madera, subí mi mano hasta su cabeza y la coloque en mi hombro.
Baje su mano a su cintura pero mostro señal de dolor, entonces me miro fijo.
-¿Qué te hicieron? Le pregunte.
Adam.
Destape otra cajetilla y tome dos láminas de LSD me las lleve a la lengua las apreté contra mi paladar, sacudí la cabeza con fuerza y seguí caminando apague la luz de la cocina, de mi cuarto, del cuarto de mi madre que permanecía intacto desde hace un mes que falleció; mire la cajetilla la había encontrado en una de sus blusas viejas, -seguramente- seguramente la había intentado dejar pero jamás se deshizo de ella y ahora hace parte de mi vida.
Conecte el árbol de navidad, las luces parpadeaban de muchos colores desde la base hasta la punta, la misma estrella decorada con escarcha brillaba con mucha intensidad, apague la luz y solo deje que las extensiones cubrieran el lugar con su magia, mire a mi alrededor en soledad, cabizbajo con la mirada dilatada en otro lugar, coloque algo de música de Florence & Machine. Camine hasta la vitrina quebré el vidrio de la puerta que resguardaba los licores y saque uno luego de sacudir la mano.
Estaba lleno de licor hasta el cuello, resguardado entre aquel cristal verde con etiqueta de nombre “Miguel Ángel”, la agite fuerte tome el corcho entre las manos y tire del, la espuma recorrió por mis nudillos heridos y caía goteando en el suelo, me lleve la botella a la boca y bebí lo que más podía antes de retirarlo con fuerza.
Camine con un nudo en la garganta, la mirada perdida sin rastro de lágrima solo el peso de la nostalgia en las pupilas, tambalee un poco observe las tres velas rojas del candelabro, deje la botella en la mesa y palpe mi camisa, el jean, luego gire –mierda- introduje la mano en el bolcillo de la chaqueta y saque el encendedor. Observe las llamas bailar con el viento sobre las velas rojas; me quite la camisa contemple mi cuerpo desnudo pintado por las luces del árbol. Tome la vela en una mano estire la otra y coloque la muñeca boca arriba; sonreí un poco, acerque la vela y deje que la cera cayera caliente sobre la piel.
<<-dale señor el descanso eterno a esta buena mujer que hasta el último día procuro hacer el bien.
Sentía manos sobre mi espalda, que me acariciaban, me copaban, me compadecían –pobre niño, el que se quedó sin madre, el que está solo, pobre, que lastima, que triste; respiraba hondamente cansado, desesperado; pobre, miserable, siento pena por él, siendo tan joven. Y más y más caricias.
Mire al sacerdote que recitaba todo de manera aprendida sin dolor alguno en sus fracciones, sin quebranto en su voz, sin mancha en su túnica, mire a los invitados de elegante con gafas negras y el ceño fruncido; respira Adam, hazlo no te ahogues sigue en pie; pose mi mano sobre el ataúd en busca de alguna fuerza, pero mi mano comenzó a temblar entonces enrosque los dedos en la madera.
Observe que las personas se marchaban entonces di vuelta confundido -¿A dónde van?- -esperen- -por favor- mire perdido nuevamente con la soledad del cementerio, el sacerdote doblo su envestidura para cuando dio la señal.
-No, no, madre, no; coloque la otra mano. Apoye mis brazos en ella me abrace.
-tranquilo hijo déjala ir, dijo él.
-no padre usted no entiende, dije con lágrimas sobre la madera>>
 -¡aaah! Grite desgarrado
Tire del mantel dejando caer las cosas al suelo, tome la botella que se derramaba en el suelo y bebí un poco más de ella, patee la mesa, me acerque a la vitrina mordí la mano con rabia, tome la foto en que estaba con ella, escuche mis dientes castañar entre la música, camine con ella hasta el sofá que quedaba en frente del árbol y la mire.
-feliz navidad.
Dirigí mi mirada a la mesa pequeña del escritorio con factura aun sin cancelar.
-el dolor es un placer- lance la foto y la observe quebrar en la pared, respire con más fuerza, el cuerpo me quemaba, sentía adrenalina, me tome del cabello y grite al aire, saque un poco más de LSD entonces sonreí, me acerque a la foto y tome uno de los vidrios, mi mano temblaba lo apreté en mi muñeca pero la puerta sonó.
-un momento, dije tomando un poco de aire.
Abrí la puerta y me encontré con dos hombres algo mayores rondarían los treinta/ treintaicinco, sus camisa les apretaba al cuerpo al parecer les gustaba hacer ejercicio, hombros anchos, pectorales alzados, cintura algo delgada en comparación, piernas fuertes, uno tenía el cabello negro debido a la noche destellaba azulado, el otro lo tenía rojo intensó, ambos me miraron interrogantes tenían… ambos lucían ojos pardos.
-¿está tu Lucia?
El hombre de cabello rojo palpo su billetera, me detuve en silencio mientras ellos husmeaban con su mirada lo que podían del interior de la casa.
-ella no está, Dije cerrando un poco la puerta.
-no sabes si se demora,  dijo el de cabello negro apretando mi muñeca.
-ella… ella murió. Dije de golpe.
Aquel hombre soltó mi muñeca mientras el otro bajaba la mirada.
-lo lamento mucho. Dijeron casi al tiempo.
Dieron vuelta para irse pero tome al hombre de cabello rojo y con la mano libre abrí la puerta por completo.
-sigan, dije resignado cerrando los ojos.
<<-si puede que no sepa quién es, que me gane la vida haciendo esto. Dijo señalando lo que tenía alrededor. –pero jamás, jamás hice nada sin pensar en ti antes que en mí. Su voz se quebró>>
Aquellos hombres siguieron hasta el centro de la sala, mire el escritorio con las facturas, la soledad en la casa, el licor en el suelo, los vidrios manchados con sangre, las cosas en el suelo, suspire un poco y los mire fijo.
-yo quiero hacer lo que ustedes vinieron a buscar esta noche…
Cesar.
-no hagas eso es para los invitados. Dijo mi mamá tapando la natilla
-pero mamá.
-jajaja ¿qué pasa? Dijo mi padre calando aire de su abanó, sonriéndome sin apartar la mirada de mis ojos.
-Josep que te he dicho de fumar en la cocina, dijo mi madre apuntándolo con el cuchillo y un ojo entre cerrado.
-los Brander tenemos debilidad por la comida navideña ¿verdad Cesar? Dijo mi padre guiñándome el ojo mientras destapaba el pavo.
Afirme con una sonrisa, pero a mi madre no se le hizo gracia y nos mandó a la sala; mi padre se tomó de la frente antes de salir y me dijo que debía subir que le esperara en frente del sofá; no le vi problema y lo deje subir en cuanto se perdió su figura continúe mi camino. En medio de la sala estaba ella, la mujer más hermosa que he visto, mi amiga de toda la vida, sonreí alegre antes de lanzarme a sus brazos.
-Di…Diana ¿Qué haces acá? Pregunte dándole un beso en la mejilla que la dejo ruborizada.
-tu padre me invito ¿Qué no sabías?
Sonreí con ironía, mientras la tomaba de la mano y la llevaba al sofá; hablábamos de todo un poco me gustaba cuando sonreía porque se le formaban hoyuelos en las mejillas, cada tanto me detenía en sus ojos o su boca pero Diana no parecía notarlo. En uno de sus movimientos el cabello le tapo parte del rostro y antes que ella lo corriera yo acaricie su mejilla y subí junto con el cabello para colocarlo detrás de su oreja.
Nos quedamos en silencio hasta que divise a mi padre en la esquina, me guiñaba el ojo, luciendo sus hermosos dientes blancos, el pecho inflado; lo había notado todo y estaba ahí para darme fuerzas.
-este diana… yo… quisiera saber si te gustaría… dije nervioso
-dime somos amigos puedes decirme todo
-es eso, es que has sido mi mejor amiga mucho tiempo y no sé si tú quieras…. Apreté mis manos en puño –si quieras ser mi novia. Solté de golpe.
Ella llevo su espalda hacia atrás, entonces deje caer mi mirada pero busque la de mi padre que me hacía señas de seguir, la tome de la mano y la mire fijo con mi mano libre rodee su abdomen pase su cintura y llegue a su espalda. Sus labios rojos evocaron una sonrisa entonces me mostré feliz.
Junte mis labios con los de ella y la bese suavemente, con cada chispa recorriendo mi cuerpo, mis manos sosteniendo el de ella, con los ojos cerrados como los de ella pero sintiendo al otro como ninguna vez lo sentimos, un beso…
Santiago.
(Horas antes) Le abrí la puerta mi entrenador, estaba vestido con un jean apretado, una camisa cuello V,  esta vez había dejado lucir su cabello castaño recortado al estilo militar, sus gafas reposaban en su camisa así que podía ver sus ojos.
-feliz navidad muchacho.
-gracias entrenador, dije con algo de alegría al verlo.
-puedo hablar con tu madre, espera aquí; dijo colocándose de rodillas con sus manos en mi cintura guiñándome el ojo yo asentí.
Admiraba a mi maestro, él me vio donde nadie más me notaba, me entrena, me cuida, me da dinero para mí y mi mamá, todo es increíble, juega conmigo, me compra helados, a veces salimos a alguna caminata y es que amo la natación es más sano que la calle. Mi madre cargaba al pequeño Cami entre sus brazos, al parecer también le caía bien a mi madre.
-vamos, dijo colocándome su mano en la espalda.
-claro ¿A dónde?
-a mi casa, dijo en una sonrisa.
-¿a su casa? Pregunte confundido, pero el volvió a mirarme mientras sonreía como diciendo tranquilo muchacho.
Al llegar  a su apartamento observe lo bien organizado que se encontraba, encendió el televisor y también coloco algo de música a un volumen fuerte pero que importaba es navidad todas las casa vibran a música; me alcanzo una copa de champaña.
-brindemos porque los años que vienes te conviertas en un gran nadador, dijo sorbiendo un poco de su copa
-con su ayuda claro entrenador, tome de la copa un poco rápido y me deje caer a un lado.
-cuidado Santi, dijo sosteniéndome del brazo.
-te serviré otra pero no la bebas tan rápido.
Así fue, no había probado muchas copas aunque su sabor me gustaba mucho, sin embargo mi maestro si tenía unas cuantas, acerco el pico de la botella a mi boca luego que el tomo de ella, lo mire extrañado pero deje que me vertiera licor en la boca un poco se derramo por mi boca así que me seque con el brazo de la camisa.
Él se levantó tendiéndome la mano, corrí por mi cuenta la silla y me levante, pero me maree muy rápido la cabeza me pesaba la apoye con una mano –entrenador no me siento bien- lo mire con su sonrisa casi perfecta pero audible, me tomo de la mano y me ayudo a no caer, me llevo hasta su cama y me recostó luego de acomodar la almohada.
-entrenador lléveme a casa no me siento bien, le dije
-es la droga que diluí en el champan, estarás bien Santi. Dijo quitándome la chaqueta para que me acomodara mejor, su mano se arrastraba muy  lento por mi cuerpo, su mirada no era la misma era lasciva, me incomodaba.
-te gustan los dibujos animados, dijo colocando un canal en la TV. –jajaja adoro Daria y ¿a ti? Dijo acostándose a mi lado, comenzaba a verlo algo borroso algo en la garganta me quería hacer vomitar.
-entrenador, de verdad no estoy bien. Su mano paso por mi frente y bajo por mi cuello.
Su pierna cruzo mi cintura –estarás bien- dijo, sentí su cuerpo montarse sobre mí, apretó su pierna con la mía, el peso no me dejaba respirar, lo empuje un poco pero un carga eléctrica cruzo mi cuerpo al sentir sus labios en mi oído, su legua fría depositaba saliva en mi oído; lo empuje pero en un acto agresivo me volvió a acomodar.
Tomo mis manos en la suya, con la que tenía libre desapuntaba mi camisa, beso mi cuelo mientras me metía la mano por debajo del bóxer. –entrenador no- grite fuerte, mire a Javier levantarse me miro antes de abofetearme, nuevamente cayó sobre mí, repelía pero apretaba más duro, toco mi polla entre los pantalones y la acaricio con cierta rudeza.
Se levantó para quitarse la camisa y sus pantalones, yo me senté apoyando mi mano en la cama, coloque los dos pies en el suelo y me levante me dirigía hacia la puerta, pero me tomo del cinturón del pantalón me giro cuando di con su mirada golpeo fuertemente en el estómago, me incline pero sus dedo apretaron mi cuello y me levantaron.
-la pasaras bien Santi.
Me arrastro hasta la pared más cercana, se bajó su ropa interior y golpeo mi bóxer con su polla, su boca apretaba mi cuello como su mano recorría mi cintura, jadeaba echando su aliento a mi cuerpo, -quítate eso, dijo bajándome el pantalón; amaso mi polla hasta que la sintió engordar un poco, me miro con cierta malicia antes de jalar de mi cabello, el dolor era intenso apreté las manos con la de él mientras me bajaba para ponerme de rodillas.
Paso su polla por mi mejilla, su baba rozo mis labios en un aroma fuerte, entonces me golpeo unas cuantas veces para jalarme con más fuerza el cabello, al gritar me la enterrósu glande golpeo mi paladar me cortaba el aire y tenía la incomodas ganas de vomitar; su movimiento se agilizo lo hacíamás fuerte me desgarraba el labio, con su mano libre golpeaba mi mejilla.
-vamos cómela, no es tan difícil.
Me la saco de golpe, coloque mis cuatro manos en el suelo mientras tocia y escupía como podía, intentando recobrar aire; me tomo del brazo y me levanto, lo mire con lágrimas en los ojos aun todo daba vueltas podría ser una pesadilla que taladraba de manera real; me lanzo contra la cama y tiro mis bóxer al suelo.
-entrenador, déjeme ir. Le dije suplicante sin fuerzas con el cuerpo molido.
Cogió la crema de la repisa y oprimió con fuerza, toda se derramaba por mi culo solo cerré los ojos cuando tomo mi cintura, un puto dolor desgarrador me invadió cuando me la apretó con fuerza, se empujó un poco más, grite fuerte pero él se inclinó y con eso la mando toda dentro de mis esfínter; -cállate, susurro.
No sabía con certeza si el tiempo pasaba o yo me había detenido en un instante, tenía los ojos cubiertos de lágrimas, como la boca a sabor a sangre, saliva y no séquémás, lo miraba desde abajo, mientras él me tiraba con fuerza apretando los dientes cuando el dolor me traía a la realidad, su cuerpo sudaba, su boca babeaba, me golpeaba cada tanto. Estaba perdiendo fuerzas cansado –no te duermas, despierta Santi. Me dijo golpeando mi mejilla.
Aumento su envestida hasta correrse, saco su polla golpeándola contra mi culo; jalo de mi cabello le mire con los brazos caídos y me lanzo lejos de él; me quede ahí, llorando sin pronunciar palabra. Lanzo mi ropa al cuerpo.
-vete, más te vale no decir nada.
Adam.
Los oí jadear por última vez, observe las cobijas solo apreté en puño y hale para arropar mi cuerpo desnudo manchado de lefa; mire al hombre de cabello negro colocarse el pantalón, posteriormente su camisa, me sonrió antes de salir de la habitación; el otro joven de cabello rojo; se acercó a mi cuerpo y acaricio mi rostro mientras evocaba una tierna sonrisa intente corresponderle. Su boca dijo…
-feliz navidad Adam.
Luego de eso saco dinero de su billetera y la dejo junto a la mesa de noche, la lámpara alumbro el fajo y creo sobra de él, observe el licor resplandecer ondear dentro de la botella, baje la mirada apreté mis dientes como mis manos; y lo mire, mientras se iba.
-feliz navidad. Le dije para cuando cerró la puerta.
Santiago.
La luz se reflejaba en sus ojos cafés, su piel blanca como el mármol reflejaba como espejo las luces de navidad, estaba pálido y tenía mucho frio, su mano temblaba al apretar la mía; pero aun así Sebastián seguía aquí, y me aferraba a lo más hermoso que había visto.
-¿Qué te hicieron? Me pregunto, tomándome de la mejilla.
Agache la mirada, oí los fuegos artificiales sonar en medio de la noche y la lluvia, él apretó mi mano me hizo mirarle. –lo que sea que te hicieron debes saber que estoy aquí para ti. Luego sonrió.
Se acercó a mis labios para besarlos, suavemente, con gran cariño, con su mano en la mía, y la otra en mi mejilla; luego se alejó me miro a los ojos y me dijo –feliz navidad Santi.
Capítulo VIII.
Santiago.
Lo espere en medio del parque con una rosa en la mano totalmente nervioso, mirando en la oscuridad la luna posarse en lo alto brillando toda la hojarasca; toque mi frente estaba sudando cuando el clima estaba helado; entonces camine un poco; los pasos me llevaron atrás de un árbol entonces sonreí al recordar tantos momentos felices; en frente de ese árbol un lago hermoso similar a un espejo que hondaba con cierta tranquilidad.
Me acerque a este, me contemple vestido con una camisa a cuadros, un jean, peinado de medio lado; entonces escuche las hojas del suelo romperse, no gire me quede en el mismo lugar sosteniendo la respiración; cuando deje de escuchar sus pasos sentí su presencia tan cerca; me levante aun sin girar, entonces reí un poco.
Sus manos rodearon mi cintura, me apretaron a su cuerpo, fue cuando su cabeza se posó sobre mi hombro, lo contemple mirándome con sus bellos ojos verdes, su piel blanca se tornó de color rojizo al igual que sus labios. Lo bese… me detuve en sus labios mientras me giraba, llevando mi mano derecha hacia su cuello y la otra situada en su hombro.
Separe sus labios de los míos para sentir su aroma, abriendo lentamente los ojos para dar con el brillo de los de él entonces se lo volví a decir –te amo Cesar.
Me volvió a besar cuando se separó me sonrió, me dijo eso que yo quería oír me dijo –te amo; en voz baja, pausada; luego se acercó a mi oído colocando su mano sobre mi pecho, mi corazón latía rápidamente fue cuando sus labios me rozaron  –me haces muy feliz.
Retrocedí quedando a la orilla del lago, coloque mi mano sobre su pecho sin dejar de mirarle, el tomo la rosa tocando mis dedos entonces sonreí nervioso mordiéndome el labio inferior; -no supe que más regalarte; le dije como toda respuesta.
Todo el tiempo lo nuestro fue una fiebreUna gripe con orgullosos creyentesPuse las manos al aire, dije “muéstrame algo”Él dijo, "si te atreves acércate más"Caminamos hacia su auto, él tomo el volante y nos dirigimos a su casa, al llegar todo se encontraba en silencio, admiraba el nivel de orden y lujo con el que vivía, nada semejante a mi casa, antes de subir las escaleras nos quitamos los zapatos para evitar despertar a sus padres o a mi hermanito; me llevo de la mano hasta su cuarto pero antes de entrar apreté su mano con fuerza, sus ojos se clavaron en mi fue cuando sin pestañear un instante le susurre en voz suave –puedo ver a Camilo un momento.
Su mirada cambio de matiz incluso me sonrió, sus pies me llevaron al final de un cuarto se colocó detrás de la puerta y yo detrás de él tomándolo de la cintura; abrió despacio dimos unos cuantos pasos. Guarde silencio mientras veía a mi hermanito dormir se veía tan feliz, tranquilo, envidiaba la posición en la que se encontraba y lo único que hice fue tomar entre los dedos su manta para arropar el brazo que tenía expuesto.
-cuando está despierto te pregunta mucho. Me dijo Cesar colocando su mano sobre mi espalda.
-a mí también me hace mucha falta cuando está contigo,…me hace mucha falta- dije para mí mismo.
No me gustaba creer que era egoísta cuando lo único que me motiva es ver feliz a mi hermano, pero llegar luego de arduo entrenamiento a la casa, ver a mi madre echa un caos y la casa de la misma manera lo único que podía aliviarme era verlo a él; esperando que le abrasase, que le contara un cuento, que le dijera te quiero mientras le preparaba algo de comer. Pero cuando no está simplemente todo pesa un poco más.
Cesar beso mi mejilla, sentí que me coloraba gire a él con algo de sorpresa antes de que tomara mi mano; me llevo de nuevo a fuera de la habitación que le dieron a mi hermano; ingresamos a la suya, era bastante grande y ordenada, en la pared posterior a su cama se situaba una ventana entre abierta que hacia ventear la cortina azul claro.
Tomo mi otra mano, acerco sus labios a centímetros de los míos, contemple sus ojos verdes; quería hacerlo mío quería ser suyo; soltó mis manos me quede inmóvil ante él… era hermoso, subió su mano hasta la altura de mi rostro lo sentí acariciarme mientras me acercaba a su boca, su lengua invadió mi boca, lo mire con los ojos cerrados entregándose a mí.
Apreté mis manos en puño, las guie a su cintura mientras cerraba mis ojos, levante un costado de  la camisa me permití sentir el calor de su piel, subí de apoco despojándolo de esta, su piel blanca alumbrada por la luz de la noche, me perdí en el brillo de sus ojos verdes; él retrocedió unos pasos cuando toco el borde de la cama levanto su mano la que sin pensar tome; comencé a besarlo, dejándolo desnudo.
Diamantes amarillos a la luzY nosotros estamos cara a caraMientras tu sombra cruza la míaEn lo que tarda en resucitar
Bese su cuello, descendí por su pecho, depositaba un camino de saliva en su pecho cálido al llegar sus tetillas le chupe imprimiendo algo de fuerza, sus manos se apretaron en sus hombros invitándome a bajar por su abdomen en un camino de besos, sentía el pene duro buscando una salida entre el pantalón, sé que sentía mi respiración en su piel, el roce de mi mano en su pantalón, queríamos más; sus manos se ubicaron en la hebilla de su pantalón lo escuche desprenderla halo de la correa hasta que la zafo de su pantalón, la lanzo lejos, mis manos le continuaron al botón de su bragueta en un movimiento de dedos baje el cierre; y como si de un libro se tratase abrí en dos dejando en la mitad el color rojo con blanco de sus bóxer.
Apreté su polla con suavidad, su cadera se contrajo, tome sus bóxer desde el elástico y tire de ellos imprimiendo algo de fuerza, con ambas manos tomo mi rostro y lo acerco al suyo, zafe su pantalón junto con sus bóxer, sentí su polla caliente en mi abdomen, deje caer mi peso sobre el suyo comí sus labios, su cuello, su abdomen, rodee su polla baje por las piernas le vi tomarla con una mano y pajearse con algo de necesidad. Me gustaba ver a mi chico de esta manera.
Sonreí un poco ruborizado, el desvió la mirada entonces tomé la mano con la que se pajeaba y junto a la mía apreté un poco más su polla, la descapullamos con lentitud, bese sus labios antes de propinarle la primera lamida, rodee su glande con mi lengua, el preseminal que de este decencia me tenía a mil, apreté mis labios, tomo mi mano y la coloco sobre su cabeza, continúe chupando su miembro caído sobre su abdomen, lamí de la base a la punta y nuevamente descendía hasta sus huevos.
Sus manos perdieron fuerza, así que tome su cintura con las mías, apreté su glande entre mis labios y lo lleve a mi boca hasta que mi nariz toco su vientre, se sentía genial, sus manos aruñaban mis hombros, apoye mis nudillos en el colchón y le mire, totalmente agitado respirando todo el aire que podía.
Me contemplo unos instantes, sus dedos tomaron un mechón de mi cabello y lo arrastraron hacia atrás, esta vez fue él quien se acercó sus manos tomaron el botón de mi pantalón y le desabrocharon me encontré arrodillado sosteniéndome del barandal, sentí la ventisca cruzar mi entre pierna después fue la calidez de su mano.
Para cuando cerré los ojos tenía mi pene entre sus labios, no había sentido un calor semejante, abrí un poco las rodillas le envestía despacio, su mano me apretaba cada tanto; sentía que el calor no podía con mi cuerpo me faltaba el aire que me robaba, paso mi glande por sus labios una y otra vez.
Lo detuve en un instante, con mi mano en su espalda y la otra en su cadera lo invite a acostarse en la cama, lo mire intrigado, temblaron un poco mis labios sin poder pronunciar palabra –era tan bello con su cabello castaño mojado por el sudor sobre su frente, su cuerpo, sus ojos… coloco su mano en mi brazo y sonrió. Ubique mi mano en su culito y ascendí el levanto las piernas a mi ritmo me ubique sobre él con sus piernas aferrándose a mi cintura; roce mi glande por su culito para dilatarlo un poco y a su vez lubricarlo con mi preseminal.
Me gustaba la cara que me ponía, me gustaba ver que un chico tan fuerte como él hacía que mi cuerpo vibrara, a sus brazos les surcaban algunas venas, apreté de apoco hasta que conseguí que mi pene entrara a su esfínter me mantuve ahí unos minutos. Su rostro estaba totalmente de color rojo apretó sus dientes mientras la sacaba, su mano se colocó en mis nalgas invitándome a seguir.
Empuje mi cadera a su cuerpo con un ritmo pausado, cuando su cuerpo se acostumbró aumente la fuerza, le empujaba con más velocidad,   su mano se agarró de la baranda de su cama, me mordía el cuello para no gemir mientras le envestía, el sonido se hizo moderando. Apreté mi mano en su tableta. Mi glande se sumía en el inmenso calor entonces lo saque de golpe, tome un poco de aire; sus labios continuaron aferrados a mí.
No estoy seguro de como sentirme con respecto a esto, Algo en la forma en que te muevesHace que me sienta como si no pudiese vivir sin tiEsto invade mi serQuiero… Quiero que te quedes
Sentí sus labios húmedos sobre los mío, gire mi cuerpo para que quedara debajo del suyo, solo basto con mirarlo para que acomodara mis piernas alrededor de su vientre, estaba lo bastante excitado para que en unos minutos que su glande se apretó a mi esfínter esté le permitiera el paso a mi cuerpo, Cesar me envistió con más necesidad hacia que mi cuerpo fuera y viniera, aferrándome a su espalda, su cuerpo se coloro como sus manos se surcaron de venas; su saliva caía cálida sobre mis labios, me gimió de cerca al oído. Era un dios.
Una presión inmensa se apodero de mi abdomen como el calor en la punta de mi polla, trallazos de semen salpicaron a mi cuerpo como al suyo, vi su sonrisa, antes de erguirse envistiéndome con mayor lentitud pero apretándose más a mi cuerpo. Cayó sobre mi cuerpo.
Nos mantuvimos un instante respirando de manera pausada para cuando me di cuenta mis brazos le rodeaban, su barbilla se acomodó en mi pecho para mirarme, su dedo siguió una gota de sudor en mi frente lo arrastro junto con mi cabello.
-te amo, no olvides esta noche. Me dijo en una sonrisa girando su rostro hacia la ventana que nos ofrecía una helada ventisca.
Lo apreté un poco más y le dije despacio mientras me rendía ante el sueño –no lo olvidare porque siempre te tendré a ti para recordarlo.
Adam.
Observe la luz de la mañana entrar por la ventana del cuarto del hotel, apretaba mis manos con fuerza al colcho de la cama, lo sentí tocar mi espalda apretar sus uñas en mi piel, me envestía con fuerza apretaba los dientes, cerré los ojos al sentir sus labios abalanzarse sobre mí. Entonces su pareja me tomo la mejilla y levanto mi rostro; sus dientes blancos relucieron entre aquellos labios carnosos y piel bronceada. Golpeo fuertemente su polla contra mis labios le acepte.
El primer hombre que rondaba los treinta y seis pego un aullido de placer al sentir que se venía, entonces le dio la señal al otro un poco más maduro que podía finalizar me envistió con más rapidez la boca pero ellos conocían las reglas así que apreté su pierna con algo de molestia; lo observe mirar al frente antes de sacar la polla y pajearse ante mí; el primer hombre tomo mi cintura y me arrojo a la cama miro a su pareja pajearse sobre mi cuerpo. Lanzo unos cuantos trallazos no tengo idea la verdad miraba hacia la ventana era un bello amanecer.
Sentí sus labios sobre mi cuerpo propinándome algunas lamidas, cuando se vieron satisfechos, sacaron cada uno la cantidad de billetes que completaban mi precio; me la tendieron en frente de mi mirada entonces los mire directamente a los ojos; Ambos se rieron en lo que la dejaban sobre la mesa de noche debajo de la lámpara; cerraron la puerta y se fueron.
Suspire hondamente, me acomode sobre la cama pero sentí una gran molestia a un costado de mi cuerpo; me arrope para no verme desnudo; mire el dinero, mire la ventana, mire la repisa me acerque a ella luego de anudar la sabana; saque una copa y vertí algo de alcohol en ella la observe llenarse también la deje rebozar. La tome entre los dedos y bebí unos cuantos sorbos de ella.
Brilla una luz a través de una puerta abiertaSepararé la vida del amor, Me daré la vuelta porque necesito más de ti. Sentir tus latidos en mi cabeza. Así es como me siento y no puedo negarloPero debo dejarlo marchar
Me sentía ansioso camine hacia la ventana, los vi salir en el mismo auto en que llegaron, tome otro sorbo; pensé en él… en Cesar, porque sentía que lo necesitaba, me lleve la mano hasta el pecho y la copa hasta los labios –esperaba llegar a casa- deje la copa al borde del marco y me dirigí a donde estaba el dinero; tome mi pantalón y ahí le guarde sentí las láminas de LSD –prométeme que las dejaras- podía dejarlo, se lo había prometido.
Me dirigí a la ducha aun hacia mucho frio estaba muy temprano, deje que el agua limpiara mi cuerpo y el jabón dispersara el aroma, evitaba no cerrar mucho los ojos, tararee una canción que había escuchado hace muy poco -Porque nadie quiere ser el último aquí… porque todos quieren sentir los cuidados de alguien alguien para amar con mi vida en sus manos- escupí un poco de agua mientras llevaba mi cabello hacia atrás me detuve un instante antes de cerrar la ducha pronuncie -tiene que haber alguien así para mí, alguien que siente lo mismo.
No había lagrima, había una sonrisa; me vestí lo más rápido que pude me acomode el cabello para que los rayos dorados fueran notables, tome un taxi que me llevara a mi nuevo hogar, mire desde el frente una fachada impecable de grandes ventanales; lo pensé dos veces antes de tocar el timbre preferí entrar arbitrariamente sin hacer el mayor ruido. Entre a la cocina buscando algo de comer; al mirar la nevera vi tostadas y algo de jugo sabía que Cesar estaba a punto de levantarse tenía que ir a entrenar. Tome lo que pude y le prepare el desayuno en quince minutos al ver la bandeja no pude evitar ruborizarme y plantearme lo que hacía.
Subí las escaleras sostuve la bandeja con una mano mientras abría la puerta de su habitación, lo mire acostado tapado en su sábana blanca, sus tetillas rosadas como sus labios, trague un poco de saliva daba unos pasos hacia su cama cuando del baño salió una ola de vapor visualice a un chico un poco más fuerte que Cesar, más alto, de cabello negro; le cubría una toalla atada en la cintura; se secaba el cabello con otra que tenía en la mano.
-levántate dormilón, pronuncio en voz tranquila.
Sus pasos se detuvieron al mirarme, aquellos ojos grises congelaron todo lo que pude haber hecho, sentí que me asfixiaba y de alguna manera quería desaparecer de ese lugar, observe a Cesar removerse antes de despertarse dirigió su rostro a él en una sonrisa; luego me miro a mi; mantuvo su mirada mientras yo seguía ahí de la manera más patética.
-yo… yo… pasaba (aclare mi voz al sentirla cortarse) pasaba a saludarte antes de llevarle el desayuno a Camilo.
-soy Santiago mucho gusto… dijo aquel chico dejando la toalla sobre la cama para saludarme.
Tenía un nudo ahorcándome la garganta, restringiéndome el aire, solo lo mire removí mis labios.
-él es Adam, es…
-soy su amigo, dije correspondiéndole al su saludo
Parpadee un poco antes de salir sin pronunciar mayor palabra, cerré la puerta camine unos pasos antes de apoyarme sobre la pared intentaba respirar, mirar hacia arriba; continúe dando pasos hasta llegar a la habitación de Camilo. Le toque el brazo y lo sacudí con suavidad. Al abrir los ojos y notar que era yo me sonrió. Tendió sus brazos para que le abrazara y eso hice.
-eh, mira te he traído el desayuno.
Me dio las gracias mientras comía, acariciaba su caballera, miraba a todos lados evitando encontrarme con sus ojos; bese su frente y Salí del cuarto; camine como pude hacia el mío me metí al baño saque una botella pequeña de ron palpé mi bolsillo deje caer algunos billetes al piso antes de encontrar las láminas; me lleve dos a la boca antes de recostarme contra las baldosas.
Lloraba con frecuencia lleve mis manos a los ojos para controlar mis emociones, pero dolía, me había ilusionado solo, quería gritar quería golpear algo; pero solo me quede ahí; necesitaba aire me levante algo mareado baje las escaleras con algo de dificultad; para cuando me encontraba en la sala el timbre sonó; al abrir la puerta.
Lo vi de nuevo con su cabello castaño casi rubio, su piel blanca mirando un papel que tenía en sus manos –disculpe vengo buscando a un chico y me mandaron para acá.Para cuando subió la mirada sus ojos se abrieron notablemente al verme.
Estoy seguro que no sabía que decirme, me acordaba de su nombre –Sebastián; dije en un simulo de recordar. Luego mi mirada se tornó distante me hice a un lado para indicarle con el dedo la señal que subiera –a quien buscas está en la segunda puerta del pasillo. No matice mi tono.
Él continuo sin mediar palabra, visualice una rosa en su mano; para cuando él entro yo Salí cerrando la puerta; mire en frente y tan solo corrí desenfrenadamente sacando el frasquito de licor.
Sebastián.
-¿qué haces aquí? Soltó en sorpresa; soltando de los brazos a ese chico que observaba anonadado.
Baje mi mirada, se habrán caído los chocolates, se habrá caído la rosa, solo reí apretando mis manos en puño antes de alzar la mirada sosteniendo una patética escena de lágrimas; -que hago aquí… divague.
Mire aquel chico sobre su cama, sus piernas aferradas a las de Santiago, me quede en silencio que podía decir que ya no fuera visto; trague saliva antes de dar la vuelta; quería correr, camine de prisa.
-Sebas… Sebastián; escuche el grito de su vocecita.
No me gire, lleve mis manos a mi rostro para limpiarme un poco. –campeón como has crecido. Le dije al pequeño Cami que se aferraba a mi pierna.
Me beso la mejilla no parecía quererse soltar de mis  brazos mire la puerta de la habitación donde lo vi; no quería que saliera y me viera; ronque un poco mi voz para detener mi mirada en Camilo –debo salir me acompañas a la puerta.
-volverás Sebas; lo mire sonreírme.
Mordí mi labio inferior, -sí, pero debo salir ya.
Camine con el pequeño hacia la puerta, me dolía los ojos, me dolía la cabeza, no le pronuncie palabra solo le simulaba sonreír; abrí la puerta cerrándola tras mi espalda.
-¡Sebastián espera! Grito Santiago saliendo a toda prisa.
Le mire mientras negaba con la cabeza, maldita sea no podía parar de llorar en esta estúpida escena, corrí y él corrió detrás de mí… -espera.
Su mano toco mi codo, hale con fuerza quedando de frente con su mirada. – ¡qué quieres Santiago! por favor… no.
-déjame hablarte. Me dijo intentando tocarme pero me mostré incómodo.
-no; no quiero; no quiero oírte… solo… solo déjame seguir. Le respondí.
-Sebas… no quería que esto pasara. Dijo como toda justificación. Eso me dolido más.
Pero que podía esperar un te amo, un te espere durante estos años, un no deje de pesarte, no te vayas… pero todo se resumía en –no quería que esto pasara.- con esas palabras soltó mi cuerpo y dejo caer sus manos le mire a los ojos, tome mi mano y me quite el anillo lumièrediamants dans.
-es tuyo. Le dije antes de darle la espalda y seguir mi camino.
Sin mirar atrás, pero muriendo por dentro, sin saber que haría o que pasaría pero tenía una respuesta clara él ya no estaba y yo jamás me había sentido tan solo…
Adam.
Entre moviendo los pies al ritmo de la música, me dejaba llevar por el lugar, la oscuridad, el olor fuerte a sudor, cigarrillo, sexo, vomito… una mezcla de depravación homosexual en un solo lugar, donde yo pertenecía donde no debí salir, me acerque a la barra ordene unos cuantos tragos tome el vaso y lo lleve conmigo a la pista; sonaba un play lista completo de Rihanna, bailaba solo con mi botella en la mano; sentí el calor de unas manos desconocidas tomarme de la cintura; sin girar me deje llevar por ellas, lleve mi cabeza hacia atrás, bese su cuello. Sentí la sangre bombearle fuerte hacia la cabeza.
No es realmente una vida la que vives, No es sólo algo que tomas, es dadoDando vueltas y vueltas y vueltas…
Sus manos se metieron por mi camisa, me pegue a su cuerpo; al abrir los ojos vi un chico de cabello rojo, bastante atractivo de cuerpo atlético, su sonrisa como su mirada se dirigían a mí, le correspondí besando sus labios, vertí de mi bebida en su boca: él la mantuvo ahí hasta que le volví a besar; toque su camisa saque una cajetilla de cigarrillos que tenía lo mire para que me encendiera uno y eso hizo; lance el resto hacia la multitud y no le pareció importar.
Inhale un poco de humo antes de sacarlo el busco mi boca, tome su cabello entre mis dedos guiándolo a mí; le di a fumar exhalo el aire en mi boca; sentí como mis pupilas se contraían como me perdía en ese lugar; me sentía sensible y seguramente él también lo sentía. Me coloque en frente de él bailaba con su paquete pegado a mi culo, con sus labios en mi cuello y su mano sobando mi polla.
Metió sus manos en mi bolcillo –ten cuidado con lo que haces. Le dije como toda respuesta sin dejar de bailar; sonrió para luego inhalar mi aroma.
Rodee con mis manos su cuello, lo guiaba paso a paso a un lugar oscuro lo más cercano a las paredes, observe a otros chicos en la misma posición que yo; cuando sentí mi espalda en la pared rodeé mis piernas en su cintura. Continúe besándolo hasta que el sonido de una de las mesas romperse llamo mi atención, lo aparte de golpe me acomode el pantalón y camine hacia el lugar.
Sebastián.
-que me dejes en paz, le grite luego de golpearlo fuerte en el rostro.
Aquel tipo se levantó iracundo a golpearme, detuve su golpe con el brazo para golpearle el abdomen; cuando se lo tomo le agarre de la cabellera lo levante para que me mirase a los ojos antes de volverle a golpear, perdió el equilibrio y  cayó sobre una de las mesas. Se rompió a ese nivel las personas nos abrieron en círculo. Esperaba que se levantara que me encarara que buscara volverme a golpear para romperle hasta la conciencia. Tenía un puta ira, y simplemente este tipo llego en mal momento.
-vamos levántate…
-vamos machito inténtalo.
Hay un incendio comenzando en mi corazónAlcanzando su clímaxY me está sacando de la oscuridadAquel desconocido se limpió la sangre de la boca se puso de pie algo tambaleante, tomo una botella del pico y la quebró contra el suelo; corrió hacia mí lo estaba esperando pero una sombra paso rápido y la figura de aquel tipo cayo varios metros a distancia de donde estaba. Esa sombra se colocó ante mí cuando las luces le parpadearon lo contemple con la mirada perdida, sus labios totalmente húmedos, el rubor insaciable de sus mejillas y su cabellera húmeda por el sudor; me sonrió.
Me tomo de la mano mientras me guiaba a un cuarto bastante oscuro donde una luz azul fosforescente era lo único que diferenciaba las cosas.
-suéltame hijo de puta, le dije molesto apretando mi mano en puño.
-no quise hacerlo; susurro entere dientes antes de mirarme.
-¿Por qué lo hiciste? Dije golpeando la pared en puño, sin apartar mis ojos de los suyos.
-¿Qué sentiste?
Lo mire con total desprecio, el guardo silencio luego de su pregunta para apoyarse contra la pared y dejarse caer al suelo, cruzo sus mano en un suspiro; -fui egoísta, es todo…
-¿quieres? Dijo sacando una botella pequeña de licor.
Me coloque en la pared y bebí de esta, busque su mirada pero la llevo a otro rincón de la habitación –que mierda-, le tendí la botella al tomarla se la llevo a la boca y tomo hasta el último sorbo de esta, sus mejillas estaban infladas no se había pasado ni una gota; su mano tomo mi cabellera para llevarme hasta él, tome su rostro y sentí el camino de lágrimas.
Lo bese sin control con necesidad, el arrastro mi camisa con sus manos le ayude con las mías los botones cedieron al igual que la tela; beso mi pecho sus dientes se apretaron a mis tetillas, tire de su cabellera baje hasta su boca le bese desabrochando su pantalón; tire fuerte de esté; su polla se alzó erguida lo apoye contra la pared, la tome entre mis manos y me la lleve a la boca; lo oí gemir fuerte.
Le lamia de la base hasta el capullo, le pajeaba con su glande entre mis labios, su cuerpo era increíble, su mano tomo mi hombro indicándome que subiera; coloque ambas manos contra la pared; deje que me desabrochara buscara mi polla; mire perdido de si la pared; envestí su boca podía oírlo arcarse. Me levante deje caer por completo mis pantalones ante su mirada; me senté sobre su polla lo hacía despacio él me tomaba de la cintura; cuando finalmente lo tuve dentro de mí; moví mi cadera de arriba abajo que a lo largo del tiempo se hacía más fuerte. Su mano pajeaba mi pene.
Sentía que caían gotas de sudor de mi cuerpo, al suyo lo cubría una capa brillante del mismo, gimió fuerte antes de enfrascar sus dientes en mis pectorales; tranquilice mi movimiento devolviéndole algo de aire a mi cuerpo; me corrí marcando su pecho en varios trallazos.
Ahora tú te has idoNo quiero nada más, Ahora todo se acabó ¿Qué es lo que he hecho? Parece como si estuviera equivocado, Si todo realmente va a cambiarCreo que somos como agua y fuego…Si tú me ves venir
Me quede sobre sus piernas dejando descansar su cabeza en mi pecho, me miro en silencio con sus intensos ojos grises luego de meditar en su interior espeto en lo que parecía una confesión. –ayúdame a recuperarlo y yo te ayudare a ti
Le tome la mano en señal de que aprobaba lo que estaba pensando aunque no sabía que era en realidad, solo deje caer mi cuerpo tras la pared respirando todo el aire que podía.
Santiago.
Llevaba a Cami a nuestra casa, lo llevaba en mis brazos cuando observe una multitud de carros; lo deje en el suelo, para acercarnos con mayor rapidez observe la casa vecina cubierta de una capa negra; busque respuestas como podía estaba la policía los bomberos.  Me metí bruscamente.
-no puede seguir, dijo un oficial.
-no entiende mi madre está sola en casa; necesito verla.
-¡Santiago! La oí gritar mientras la sacaban de la casa.
-¡que están haciendosuéltenla! Dije tomando a uno de los oficiales por el hombro.
-esta mujer fue quien inicio el incendio anoche y debe rendir indagatoria. Dijo autoritario mientras se la llevaba a la vista de todos.
Observe a mi hermano aferrarse a mi madre envuelto en lágrimas, gritando sin saber porque; lo tome de la cintura y lo arrastre a mí; mire a mi madre en condiciones tan lamentables que solo le pregunte –porque- pero ella solo agacho la mirada y se dejó arrastrar hasta el auto…
…Veo a otro lado, mirare a otro lado
Capítulo IX.
Santiago.
-Santiago… es un gusto tenerte por aquí hace una semana no venias; dijo mi entrenador calando humo de su cigarrillo.
-cierra la puerta, sigue siéntate.
Pulía su estúpida águila de oro y plata, levanto la mirada observe sus oscuros ojos café cerciorarse que colocaba el pestillo; me acerque hasta su escritorio me quede de pie frente a este y lo mire desafiante esperando detuviera lo que hacía y me pusiera cuidado.
-necesito un adelanto. Le solté de golpe.
Javier detuvo el pulido, cruzo sus manos y me sonrió -¿para qué lo quieres?
-solo lo necesito, entrenare más horas si es necesario incluso…
-sabes que no me interesa en lo más mínimo como piensas esforzarte; removió su cigarrillo de un lado a otro antes de sacárselo de la boca. –te he preguntado para que lo quieres.
-mi madre cometió un delito necesito sacarla de ahí e internarla en un centro AA como lo estipulo el juez. Le dije en cortas palabras apretando mi puño sobre la mesa.
-quieres ayudar a esa borracha; dijo mientras se reía. Apago el cigarrillo en el escritorio, volvió a mirarme fijamente en lo que se levantaba de la silla.
-es mi madre…
-no me interesa tu puta madre; dijo al colocarse a mi espalda.
-si te llego a hacer el favor… su mano se introdujo en mi pantaloneta de baño alcanzando mi polla, la apretó con fuerza, arrastrando sus dedos hasta mus huevos; acerco su lengua a mi oreja sintiendo a mi espalda su potente cuerpo.
-será porque le tengo algo de lastima a tu hermanito, su mano apretó mi polla, su nariz recorrió mi cuello, me propino la primera lamina tomando con su otra mano mi vientre; me giro para quedar frente a frente; beso mis labios pretendió abrirse paso con su lengua; aferro sus manos con fuerza en mi cintura…
Se detuvo a mirarme en una mirada enigmática, se la sostuve sin macula de lagrima, sin el sentimiento que me encadenaba cuando era un niño, sin nada de lo que el alguna vez pretendió dañar; Cesar me dijo una noche –incluso para llorar se necesita ser fuerte-
Me beso llevándome hasta el escritorio, me levanto de la cintura y me sentó con fuerza, me quite la camisa, guie su cabeza para que me comiera las tetillas, las rodeaba con su lengua mientras me propinaba ligeros mordiscos; bajo hasta mi vientre apretó su mano en mi pecho para que me echara hacia atrás, halo de mi pantaloneta mi polla salto hasta golpear con mi abdomen; tomo mis piernas y las levanto en V grande.
-Santi… gimió comiéndome el cuello mientras acariciaba mi ano.
Miraba al techo, con mis manos en su cuello y la otra en la madera del escritorio, depositaba su saliva caliente a medida que bajaba, paso de largo mi polla y se enfrasco en mi culo, su lengua me recorrió la nalga, sus labios se recogieron succionando lo que encontraba a su paso, al llegar a mi ano escupió dos veces seguidas, su lengua se adentró a mi esfínter se escuchaban sus quejidos sus manos tomar fuerza para apretarme. Levanto un poco más mis piernas me introdujo uno de sus dedos y lo sacaba con lentitud.
Levanto su potente cuerpo, tomo su polla entre las manos para golpearla contra mi ano, la roso varias veces; su mano libre se levantó para golpear con fuerza mi pecho; entonces gemí, la llevo hasta mis cuello y simulo ahorcarme pero antes que ejerciera fuerza golpee su brazo con el mío, le mire retándole, prosiguió su camino hasta mi rostro donde su mano se detuvo recorrió mis labios. Apretó su glande en mi esfínter. Busco en el bolcillo de su camisa un condón se lo coloco y me volvió a apretar su polla.
-para que veas que si me importas; dijo mientras lo metía
-aaah, gimió llevando su cabeza hacia atrás.
Lo empujaba poco a poco yo sostenía la respiración, estaba sudando, comenzó a envestirme a su ritmo, llevando todo el peso de su cuerpo sobre el mío y moviendo la cadera de manera mecánica; me follaba con rapidez el lubricante me calentaba a tal grado que sentía que me quemaba, aferre mis manos a su espalda enfrascando mis dedos en su piel.
-Santiago, eres mío aaahg….
Saco su polla de mi culo de golpe, saco el condón y lo arrojo a alguna parte de la oficina; -buff, vamos arrodíllate, me ordeno tomándome de la cabellera.
Metió su polla en mi boca,  roso su glande por mi paladar hasta que mi nariz toco su vientre, -no cierres los ojos ¡mírame!
Mi garganta se arcaba, se hizo audible el sonido de mi saliva en fricción con mis labios, su polla se sentía caliente en mi lengua así como las gotas de preseminal goteaban en un sabor saldo; cacheteo mi mejilla, me continuaba envistiendo con fuerza, apreté mis manos sus piernas, él saco su polla para colocar sus huevos frente a mi cara; le tome con una sola mano, mientras lamia cada pliegue; sentía la vibración de su mano pajearse.
Se sentó en la silla y se corrió en varios trallazos sobre su abdomen, manchando también parte de su pecho; -faltas tú pendejo; dijo mirando mi polla babeando, le mire de frente me acerque hasta su silla y le coloque mi polla a centímetros del cuerpo.
Comencé a pajearme con rapidez, el tomo su mano con la mía y guio mi paja; me pajeo hasta que me corrí sobre su pecho; gire mi cuerpo en busca de mi ropa me coloque la pantaloneta y la camisa; me gire hasta la puerta y sin girar a verlo –espero el cheque para mañana. Con esto cerré la puerta dejándolo en su oficina.
Me encamine por las diferentes zonas de entrenamiento, pase por las piscinas profundas, las largas, camine más rápido en las de competencia no me quería encontrar con nadie solo caminaba hacia las duchas, necesitaba un baño; tropecé con un cuerpo un poco más ancho que el mío sus manos me tomaron de los brazos. Levanto la mirada hasta dar con los hermosos ojos pardos de…
-Sebastián ¿Qué haces aquí? Dije perplejo casi intrigado no esperaba verlo, sentí un bocado de aire en el pecho, sus labios se removieron sin dejas de sostenerme la mirada; aun me miraba con dulzura y eso me dolía.
-entreno aquí Santiago, dijo como toda respuesta.
Entre nosotros se hizo un silencio sepulcral, sabía que había vuelto y que quizás podía quedarse o irse, pero aún seguía aquí, esto era lo que tanto habíamos esperado durante tantos años y ahora simplemente estamos frente a frente sin nada que decirnos; mire su mano sobre mi brazo y le mire algo ruborizado seguramente, lo escuche disculparse mientras lo alejaba.
- ¿estás sudando?; dijo llevando sus dedos a mi frente corriendo el cabello que tenía pegado, los arrastro hasta  detrás de mí oreja; su sonrisa le acompaño a su mirada triste. Casi como si no pudiera evitar tocarme y yo continuaba en silencio frente a él.
Eres todo lo que pensé que nunca seriasY nada de lo que pensaba que podría hacer sido Pero aun vives en mi interior, Así que dime ¿cómo es posible?
-no, estaba nadando en las piscinas del fondo por eso no me viste... dije antes de volver a guardar silencio.
Sebastián miro mi cuerpo y luego miro a la primera sección del coliseo, volvió a mirarme pero esta vez no le pude sostener la mirada. –voy a irme a duchar ¿vas también?
Su rostro se ruborizo, entonces comprendí mi error estaba dispuesto a aclarar cuando me interrumpió –en realidad debo hacer unas cosas.
-me gusto verte; pronunciaron sus labios antes de pegarse a mi frente.
Sebastián.
Estaba en frente de él, quería acariciar su cuerpo, besar sus manos, sentir sus labios, quedarme en su mirada; Santiago ya no me correspondía de la misma manera pero tampoco me rechazaba, hacia muchos días esperaba verlo de nuevo aunque solo fueran unos minutos; y ahora que lo tengo frente a frente; siento como si nada fuera cambiado. Estaba sudado con la mirada perdida me dijo que había entrenado pero su ropa estaba seca entonces comprendí que le sigue atormentando.
Bese su frente antes de dejarle, Tu eres el único al que deseo poder olvidar… Al único a quien amo para no olvidar Y aunque me rompiste el corazón Tu eres…el único camine en dirección a la oficina del entrenador, no toque la puerta solamente la gire con lentitud al comprobar que no había pasador, entre decidido azotando la puerta a mi espalda Javier si mal no recuerdo su nombre, se encontraba sentado de espaldas a la puerta con el torso desnudo, tomo la camisa se la coloco y giro para mirarme.
-¿Qué busca? Me pregunto en una voz ronca sin apartarme la mirada.
Mire al redor de su oficina, no había cambiado en nada, observe un condón en el suelo, entonces cerré los ojos en un amargo silencio, han sido siente años donde Santiago no ha parado de estar sometido a este tipo, él ya no era un niño pero las circunstancias no habían cambiado pero yo sí.
-quiero que deje a Santiago en paz. Le dije de golpe acercándome a su escritorio.
-no sé de qué me habla; dijo sin macula de sorpresa.
Golpee la mesa con fuerza retándole con la mirada. –él no está solo.
-mire muchacho, le aconsejo no meterse en problemas innecesarios; usted no me conoce. Dijo levantándose de la silla.
-solo vine a advertirle; solté más tranquilo sin caer en su juego.
-no te recuerdo, pero te me haces familiar. Dijo acercando su mano a mi rostro.
-le sugiero que no me toque, dije deteniendo el movimiento de su brazo.
Gire mi cuerpo dándole la espalda, abrí la puerta y Salí tras ella; tome mi celular en lo que salía del coliseo y llame a Adam;  lo cite a unos pasos de este lugar en un parquecito pequeño cerca al jardín de donde solía recoger a Camilo; luego de unos minutos lo visualice a lo lejos con su paso tranquilo, su cresta levantada teñida con algunos rayos, vestido juvenil, podría decirse que casi recién bañado.
-has tardado Adam. Le dije estrechándole la mano antes de sentarnos en la banca.
-lo siento no he podido venir antes.
-no sé qué es lo que tanto haces en las tardes, yo te lo he dicho todo acerca de mi pero de ti no sé nada. Le dije mirándole a sus efímeros ojos grises.
-entre menos sepas mejor; dijo apretando sus manos… -¿para qué me has citado aquí?
Cambie de matiz sin desviarle la mirada. -necesito tu ayuda, le dije.
Él guardo silencio esperando que continuara –desde hace siete años Santiago vive siendo abusado por el entrenador del coliseo, ya estoy harto de eso; no sabes lo que fue verlo llorar cada noche antes de llegar a casa, o no poder hacer nada cuando mis manos no eran las únicas que le tocaban.
-¿si es tan malo porque se sigue dejando abusar? Pregunto en un matiz irónico
-ese hombre se aprovecha de sus necesidades, y le pide su cuerpo a cambio. Dije impotente apretando las manos con fuerza.
Adam me miro unos instantes, sus ojos se cubrieron por una capa de lágrima inexplicable. –creo entenderlo; pronunciaron sus labios con algo de temblor.
-él lo hace por su madre por su hermano… le dije agarrando una de sus manos buscando que me entendiera; pero Adam no pronunciaba palabra solo pasaba saliva.
-ese chico tiene suerte de tenerte. Fue lo único que respondió antes de levantarse.
Le tome de la mano mientras me daba la espalda sin darme solución alguna.
(Tres días después)
Adam.
Miraba las estrellas con cierta tranquilidad, me encontraba sentado en una banca junto a Sebas, el cielo era tan bello cuando se mostraba totalmente oscuro, cerré los ojos por un instante para destensar mi cuerpo y pensar lo que hacía, que era lo que buscaba, pero todas las respuestas radicaba en que no las tenía; actuaba por instinto como un animal…
-no sale el hijo de puta. Le escuche decir con cierta preocupación.
-ya lo hará, dije buscando tranquilizarlo.
-aun no entiendo que quieres hacer; me cuestiono colocando su mano en mi hombro.
-ya lo sabrás, has hecho lo que te pedí; le dije, de su boca solo resonó una afirmación.
Abrí los ojos para encontrar la belleza de los suyos, le sonreír, se me hacía extraño que aún no se percatara lo que hacíamos, -me has dicho que ese hombre se acuesta con muchos chavos del liceo.
Me miro interrogante, levantando los hombros aprobando lo que decía; desde la muerte de mi madre he conocido muchos clientes, he podido percibir lo que buscan, lo que hacen incluso a entenderlos. –ese tipo es un maldito, dije riéndome sarcásticamente.
Baje la mirada cuando lo vi salir, saco las llaves de su auto arranco y se fue; seguimos su auto hasta que se perdió en la inmensidad de la calle, Sebas giro su mirada como las anteriores noches ladeo su cabeza mientras se levantaba, coloque mi mano en su hombro y le sonreí. –hoy no nos iremos.
Lleve mis manos a los bolsillos y volví a mirar al cielo, así me quede unos minutos en los cuales él guardo silencio; mire mi reloj para luego palmearle la espalda, me levante y él me siguió a mi espalda, era la primera vez que ingresaba a este liceo salude con cordialidad; luego cedi el paso para caminar a su mismo nivel.
-¿Cuál es su oficina? Le pregunte esperando una respuesta rápida.
Sebastián señalo con disimulo, gire según su dirección al llegar a la puerta me agache sacando un gancho del bolsillo, mire a Sebas colocarse en frente para taparme, no le dije nada pero se sintió bien; en fin, la puerta sonó y el metal cedió a su paso; abrí la puerta y le palpe la pierna para que ingresara conmigo.
Sebas cerró la puerta a su espalda yo me dirigí a su escritorio, saque un papel del bolsillo y lo coloque bajo una estatua de un agila pulida en bronce y oro; para cuando Sebas giro yo tenía mi mano en la computadora del entrenador, abría archivo tras archivo pero no encontraba nada de lo que buscaba.
-busca ahí; le dije señalando unos gabinetes ubicados en la pared.
-¿Qué quieres que busque?
-Te darás cuenta si lo encuentras, le dije como toda respuesta.
Abrí el cajón pero solo tenía cigarrillos y más cigarrillos, documentos de trabajo y una que otra referencia; me senté en su silla y observe la oficina, en la esquina a un lado de una maceta había un archivador de metal bastante grande; todos los cajones abrirían menos el ultimo que tenía cerradura. Me levante hasta este, introduje el gancho y nuevamente cedió, abrí con tranquilidad; mire las carpetas y ahí estaba lo que buscaba pase foto tras foto y en un movimiento de dedos tome una para mí, la coloque en mi vientre y descendí la carpeta.
-he encontrado algo, le dije a Sebas que de golpe cerro los cajones que había abierto.
Le mire sin poder evitar mi expresión de tristeza, levante la carpeta y se la pase; él roso mis dedos antes de tomarla; sus ojos se abrieron de golpes paso página tras página, intentando olvidar la imagen anterior; en un momento su respiración se agito y su boca se cerró.
-¿cómo sabias que tenía esto? Dijo pestañeando con fuerza.
-solo lo pensé; le dije retomando la carpeta.
Mientras le sacaba copia pensaba en esos jóvenes a quienes ese hombre les tomaba fotos desnudos, luego de someterlos sexualmente; la mayoría tenían los ojos cerrados su piel mostraba algunas marcas; observe a Sebas sentado del otro lado del escritorio aguantando las capa de lágrimas, retorciendo su mano contra la madera para controlar la ira, pasando saliva con dificultad cada que imagina las escenas.
Deje la carpeta en su lugar, me arrodille a un lado de su silla, tome su mano, sus ojos giraron a verme le sonreí de manera cálida –le hare pagar lo que ha hecho, te lo prometo.
Me levante un poco para abrazarle con fuerza, lo mantuve así un tiempo. –aún no hemos terminado. Le dije invitándole a salir.
Salía hacia la puerta cuando sentí que me jalo, mi espalda golpeo fuerte la pared, mire sus brazos a cada lado de mi cuerpo antes de que reaccionara sus labios ese encontraban pegados a los míos; sentí su lengua acariciar la mía, la calidez de su saliva pasar por mi garganta; su mano toco mi cintura, así duro unos instantes antes de separarse de mí. –Gracias. Pronunciaron sus labios.
Estaba asimilando la escena, con la reparación tan agitada como lo tenía, viéndolo salir por la puerta; me mordí el labio antes de alcanzarle, antes de salir le gire le mire a los ojos y le dije en un tono uniforme –aun no mostraras esto a la luz.
Santiago.
-este lugar es muy bonito hermanito; me dijo Cami apretando mi mano y guiándome a las cosas bellas que veía.
Caminamos por el largo camino empedrado, de frondosos árboles y bellas flores, observe a mi alrededor a la cantidad de gente desconocida acostumbrada a vivir acá, llegamos hasta la sala de administración, la mujer detrás del escritorio vestía de blanco como las tantas de por aquí; mi hermano apenas alcanzaba a mirarla.
-venimos a ver a Estefanía.
-¡Mi mami! Grito de golpe Camilo, tirando de mi brazo con felicidad.
-cree que sea posible, le dije continuado
Ella me miro un instante para pasar al de su computador, -la nueva, pronunciaron sus labios con frialdad.
Señalo una parte del jardín, visualice a mi madre vestida de blanco, le di las gracias y continúe con Cami que al final soltó mi mano para correr a donde ella; quede con la mano levantada y una palabra en la boca antes de mirarlo apartarse; mi madre lo visualizo no hizo macula de abrazarle solo espero a que llegara y se pegase a ella; su mano se arrastró por su cabellera antes de sentarse otra vez.
-mamá, le dije sonriéndole al llegar.
Su mirada esquivo la mía pero la mire sonreír, sin cambiar de posición levanto su mano y acaricio mi rostro.
-¿Cuánto me han dado de castigo? Soltó en un suspiro sin dejar de mirar la naturaleza.
-Cami… dije agachándome a él –ve a jugar con los demás niños ya te alcanzo vale campeón.
Ambos lo vimos perderse en la edificación, mi madre tomo mi mano y me invito a sentarme junto con ella; ambos miramos la luz del sol radiar en el pasto, a las flores luchar con el viento y a una que otra ave descansar su vuelo.
-estarás aquí hasta que controles tu alcoholismo. Le dije buscando su mano.
-Santi yo no queme esa casa, sus ojos me miraron desesperados incluso ansiosos; pero que podía creer si en ese estado ella deja de ser ella.
Deje caer mi cabeza entre mis rodillas, -sabes… ya no recordaba cómo era tu mirada cuando estas sobria, es realmente hermosa.
Su mano se alejó de la mía, giro su rostro mire como sus labios temblaron, entonces la gire con delicadeza sus ojos se cubrían por una capa de lagrima. –lamento lo que les he ocasionado.
-solo quiero volverte a tener en mi vida, le dije volviendo a buscar su mano… -te necesitamos con nosotros.
-¡Hermanito! Grito Cami interrumpiendo mientras corría, se paró en frente de nosotros con un ramo de rosas cortadas, se las tendió a mi madre, ella las miro un instante sus labios no pronunciaron palabra antes de tomarla entre sus manos y besarle la mejilla. Tome a mi hermano de la cintura y le abrace; él tomo a mi madre y la pego a él; por primera vez en mucho tiempo mi madre nos rodeó en sus  brazos.
Sentí que se me apretaba el corazón, cerré los ojos dejando caer algunas lágrimas, me mantuve ahí en silencio cuando sentí la mano de mi madre pasar por mi mejilla apartando las gotas; -madre. Pronuncie antes de caer en su pecho en llanto. –ha sido tan difícil, pronuncie entre sollozos. Su mano acaricio mi cabello, sus labios se posaron un instante en este.
-lo sé, dijo apartándome… -has sido muy fuerte.
La miraba profundamente, -se terminó el horario de visitas. Pronunciaron desde la puerta.
Seque sus ojos, me levante llevando a Cami hasta mi pecho, sus manos nos tomaron a cada uno de las mejillas, se detuvo un minuto en silencio. –ustedes son mi motivo para salir de aquí, hasta entonces Santi… no quiero que me vuelvas a visitar.
Adam.
Nuevamente era de noche, estaba solo en una habitación de hotel, con una copa de vino sin probar esperando el celular sonar; miraba por la ventana y pensaba solo pensaba; si me equivocaba, si hacia las cosas mal, si tenía derecho sobre lo que hacía -el fin justica los medios-.
El celular sonó, lo tome entre las manos mire la pantalla aquel número desconocido, conteste para ser recibido por una voz varonil de tono grueso, le indique una dirección y aunque su tono se mostraba inseguro sabía que vendría a mí.
Abrió la puerta de su auto, le mire con mis manos metidas en los bolsillos y seguí, me senté a su lado lo mire unos instantes detrás del volante con su potente cuerpo, me cuestiono tras sus ojos café oscuros, sus labios se removieron antes de pronunciar su pregunta. -¿Quién demonios eres y para que me has citado?
Guie mi mirada al frente mientras apagaba el motor de su auto, -¿Quién soy? Pronuncie en un suspiro. –soy… alguien que te conviene en estos momentos.
Saque la foto del joven Santiago desnudo de mi vientre y se la pase en sus manos. – ¿le reconoces?
-¿cómo has obtenido esto? Dijo golpeando mi hombro con la foto.
Mire sus ojos cuestionarse llenos de alguna macula de ira que ocultaban el miedo de su cuerpo, calle unos instantes para darle tiempo de pensar como la había conseguido. –Javier… ¿puedo llamarte así?
-basta de rodeos ahora  mismo me dices como tienes esta foto. Dijo colocando su mano en mi cuello apretando con fuerza.
-¿Realmente importa? No te pasara nada si tú me ayudas.
-a…ayudarte dijo retomando el control de sí mismo sin dejar de vigilarme.
-él, dije señalando al joven Santiago de la foto. –impide que obtenga algo que deseo…
-y yo que mierda tengo que ver en eso.
-supongo que sabes que su madre está recluida en un centro de rehabilitación por ser la causante de un incendio; le dije mirándole a los ojos para que entendiera la situación. -necesito que pierda sus fuerzas, que aquello que tanto ama se aparte de su lado.
 -solo así podre conseguir lo que deseo…- dije para mí mismo sintiendo un gran vacío en el pecho.
Gire para mirar a ese hombre mayor de cuerpo entrenado. –necesito que pierda a Camilo…
Ese hombre reclino su asiento para atrás tomando un poco de aire, se llevó su mano al cabello y en una risa irónica me pregunto -¿Qué ganaría yo?
Lance la foto a su pecho simulándole la libertad de toda posible acusación cuando su pecho vibro de risa continúe –cumplirás un posible deseo tuyo, saque un condón de mi bolsillo y se lo coloque sobre la polla.
-solo necesito que desaparezcas a Camilo durante un día y medio, lo que tu hagas en ese tiempo depende de ti. Dije apretando su polla con la mano.
-¿Qué sentido tiene todo eso? Dijo volviendo a su posición mostrándose convencido.
-las autoridades verán que Santiago no es responsable de su hermano y lo colocaran en custodia.
-quedaría solo… dijo en un repentino análisis.
-menuda mierda, dijo cruzando sus brazos.
Le mire  un instante, sus ojos no se mostraban tan convencidos como yo esperaba así que esta vez fui yo quien coloco mi mano en su cuello, levante mi pierna sobre las suyas sentándome en su vientre, le sonreí, incline su asiento un poco; bese su boca sin mediar palabra, repase el contorno de su labios con mi lengua mientras mi cadera se movía en su polla; debía excitarle soy incluso menor a Santiago note su ganas desde que abrió la puerta del auto; si me daba lo que quería debía pagar un precio en eso consisten los deseos.
Introdujo sus manos en mi camisa, comenzó a gemir con mi boca pegada a la suya tenía un particular sabor a cigarro; me levante un poco para que me la quitase, le continúe besando su polla se ponía más dura a medida que mis dedos le apretaban, le pedí que se quitara la camisa y eso hizo en cuanto la coloco en el asiento trasero me abalance sobre su cuello le succionaba con fuerza.
Apretó los brazos en el asiento y arrastro su cuerpo hasta la parte de atrás, bese su abdomen en lo que se desapuntaba el pantalón, levanto su cintura con mi cuerpo encima de él y se lo bajo junto con el bóxer; su polla golpeo caliente su abdomen era gorda, la surcaban varias venas y su glande era redondo aun así no era muy grande en comparación con las que he llegado a ver.
Pegue mi culo al volante para que mi boca alcanzara su polla, lamí su glande sin dejar de mirarle, apreté mis labios en este succionando con fuerza mientras mi otra mano le pajeaba; gemía para él, me lleve su pene hasta que mi nariz toco su vientre me la volví a sacar para respirar aire mientras lo hacía mis manos apretaban sus huevos, lamí las gotas de saliva que escurrían por su vientre le encantaba mi nivel de vicio; coloco su cabeza y me palpo igual que a un perrito.
Desapuntaba mi correa junto con mi pantalón mientras se la chupaba, sus gemidos se hacían audibles al interior del auto así como el olor fuerte a sexo penetraba nuestros sentidos, coloco su mano en mi nuca y me arrastro hasta su boca lamí sus majillas así como el contorno de su barbilla: me gire sobre su cuerpo dejando mi culo desnudo sobre su polla caliente.
Le besaba mientras le restregaba, el preseminal de su polla hacia que se deslizara con mayor facilidad, aquel hombre olía, tocaba y me besaba con necesidad, era parte de sus deseos, me palmeo la cola cada vez con más fuerza, lleve mi mano hasta mi pantalón y saque otro condón que tenía guardado, sus dientes se clavaron en mi cuello gemí repentinamente; bufaba con fuerza.
Me levante un poco mientras se colocaba el condón y volvo a descender mi culo sobre su polla, me pregunto si me gustaba yo continúe con mi labor abrí mi culo para él, el frio del lubricante contrasto con el calor de su polla presiono poco a poco mientras la metía; tome aire con profundidad y apretando mis dientes me senté de sorpresa sobre su polla; ese hombre se sentó de golpe, su rostro totalmente rojo lleno a sudor y surcado por una vena gruesa en su frente me lamio la espalda.
Comencé a cabalgarle con rapidez agarrándome la polla con una mano; la otra mano la tenía en el techo; así continúe un tiempo hasta que me tire sobre él; Javier se giró dejándome de cara a la silla busco mi ano y volvió a penetrarme con fuerza; movía las caderas de una manera particular resumía toda su fuerza a las envestidas; continúe gimiendo pero ya sentía el ano caliente y la presión fuerte en el esfínter.
Saco su polla y me giro nuevamente coloque mis piernas alrededor de su cintura, sentí el volante entre los dedos; observe el condón y lo vi lleno de semen bufo en el aire mientras se lo sacaba abrió la ventana; el aire frio contrajo nuestros cuerpos, boto el condón y me miro, sabía lo que quería así que presione mi polla y me pajee mientras me miraba termine corriéndome sobre mi abdomen; el limpio mi polla y lamio mi piel, lo tome del cabello y continúe. –dentro de tres días el colegio de camilo hará clases en el parque, no me quedes mal.
Luego de esto busque mi camisa y me la coloque así me fui vistiendo al igual que él lo comenzó a hacer; Salí de su auto al frio de la noche donde el aire era más puro. Cerré los ojos algo agotado, camine en lo que las horas pasaban me detuve en un árbol y me senté suspire mientras cerraba los ojos –perdóname Sebastián- pronuncie sin entender porque es él quien me hace pensar que lo que hago está mal.
(Tres días después)
Cesar.
Calentaba haciendo ejercicio a un lado de la piscina, observaba de reojo los metros que debía nadar el día de hoy el agua se movía con cierta turbulencia mire hacia el techo las nubes grises cubrir lo que sería una buena tarde; pensé en Adam luego de un tiempo en que no coincidíamos en casa incluso llegue a pensar que ya no llegaba a dormir esa anoche fue diferente…
Esa noche…
-no te esfuerces estoy despierto. Le dije mientras le sonreía
-disculpa no quería levantarme, dijo cerrando la puerta aun sin mirarme – ¿y tú que haces despierto a esta hora?
Me rasque la cabeza un momento –no podía dormir y baje a picar algo en la cocina; guarde silencio mientras le observaba, la verdad era que no podía dormir tenía un palpito muy fuerte en el corazón y sin Camilo aquí concebir el sueño es más difícil.
-no comas de noche eso engorda, me dijo evadiendo mi presencia para subir las escaleras.
Le tome de la mano en un movimiento rápido y le mire en medio de la oscuridad con la poca luz de la luna que entraba por las ventanas, Adam detuvo su movimiento permaneciendo en un solo escalón. Solté su mano al ver su mueca de incomodidad. Me encamine a las escaleras y subimos juntos en un silencio sepulcral donde él no intentaba mirarme y yo no podía decirle nada.
No quiero estar sin ti, No quiero un corazón roto-Adam… lo detuve en frente de mi habitación le mire a los ojos en medio de la oscuridad ¿pasa algo?
-no me pasa nada, solo estoy un poco cansado es todo.
Seguimos hasta mi habitación le invite a acostarse en mi cama él se recostó con la ropa que tenía puesta, me coloque a su lado me paso su brazo para que descansara, coloque mi cabeza sobre este, le vi pasar saliva con sus ojos cerrados.
-¿Cómo vas con Santiago? Me soltó continuando con su actitud tranquila.
-bien, es muy especial. Le dije algo incómodo recordando lo que Adam ha vivido a mi lado.
Guardo silencio acomodando su cabeza al otro lado, No quiero respirar sin ti, amor…No quiero jugar esa partelleve mi mano hasta su pecho respiraba de una manera apresurada, la cortina ladeo con el viento y observe su cuello con ayuda de la luz que ingreso, lleve mi mano hasta este y le apreté con mis dedos.
-¡tienes marcas en el cuello! Le dije algo sorprendido me hizo recordar a Santiago hace un tiempo.
Guardo silencio un momento –tuve algunos problemas. Me soltó en una voz cansada.
-si se desea algo puede hacerse realidad, ¿verdad? Me pregunto de golpe abriendo sus ojos para mirarme.
Baje la mirada al ver al entrenador, con su pantaloneta y camiseta suelta, se mostraba algo ansioso, me miro y luego miro la piscina al colocarse frente a mí me inspecciono. –donde está tu compañero… Sebastián ¿Dónde está? Su tono se elevó por un instante antes de retomar su libreta.
-ha llegado algo tarde hoy porque el colegio donde su hermano estudia permite el ingreso más tarde, pero hace un rato se fue a los casilleros no demora.
-si hoy están en un tipo de excursión, dijo de golpe mientras miraba detrás de mi espalda en dirección a los casilleros.
-y usted como lo…
-hay viene, dijo aparentemente sin escuchar mi última frase.
Cuando Santiago llego palmeo mi espalda, le sonreí elocuente, se pegó inconscientemente un poco a mi cuerpo, el corazón me latía a mil, el entrenador carraspeo su garganta para que le miráramos. –hoy se la pasaran todo el día entrenando en esta piscina, no quiero distracciones, ni celulares solo ustedes y la piscina se acercan las convocatorias. Dijo señalándonos con el bolígrafo.
-¡entendido! Dijo mirándonos a ambos.
-si entrenador. Le dijimos en coro.
Nos observó lanzarnos al agua, nadaba lo más rápido posible competía contra Santiago que al igual que yo se esmeraba saque un momento la cabeza del agua observe al entrenador caminar de un lado a otro mirando el reloj; así que nade más rápido así fueron varias rondas hasta que  el silbato nos detuvo.
-tengo que salir, pero no demoro ustedes deben continuar. Acto seguido llamo a mi entrenador anterior y le pidió que continuara nuestro entrenamiento por hoy.
Así trascurrió nuestra jornada hasta que oscureció y todos se marcharon, la luna era nuevamente la que alumbraba la piscina y como la primera vez en que nos besábamos solo estábamos nosotros dos en la piscina, su mano tocaba la mía así como nuestros pies se movían con libertad, nos besábamos cada tanto, el frio contrastaba con el calor que se producía en nuestros cuerpos. Amaba tenerle cerca, tome su mano entre la mía y se la bese antes de llevármela al pecho –me tienes loco eres consciente de eso, dicho eso le bese.
Hicimos el amor en ese mismo lugar; Salí junto con el de la piscina, fuimos a las duchas posterior a ellas a los camerinos donde nos vestíamos para salir; no había notado que mi celular se encontraba apagado así que me gire a donde Santi y le pregunte si había recibido llamadas, pues mi padre recogería a Camilo y solía llamarme en esos casos.
Me miro extrañado antes de mirar el de él, pronuncio quince llamadas perdidas fue en ese instante cuando comenzamos a preocuparnos coloco un mensaje de voz; me apresure a encender el mío cuando finalmente lo hizo escuche que su celular caía al suelo; lo tome de los brazos para preguntarle qué había sucedido.
-Camilo no aparece.
Lo siguiente fue lo parecido a una corriente helada que paso por mi espalda -¿¡que!?
Sebastián.
Salí tan rápido como podía, el corazón se me quería salir del pecho toque la puerta sin medir la fuerza en cuanto abrieron vi sentados a los que parecían ser los padres de cesar, su madre envuelta en lágrimas sobre los hombros del padre que intentaba mantenerse fuerte mientras su mirada expresaba lo contrario; mire que Adam me invitaba a seguir intente mirarle pero llevo su mirada al suelo. Continúe a la sala para observar a Cesar en el teléfono mientras Santiago caminaba de un lado a otro.
-porque no me avisaste antes, le recrimine a Adam mientras caminaba en dirección a Santiago.
Le oí decir –acaban de llegar… le han buscado fuera toda la noche.
Me coloque en frente de Santiago sus ojos reflejaban cansancio, preocupación, estaban rojos de cargar capaz de lágrimas que barría inconscientemente; le abrace le sentí aferrarse a mi cuerpo colocando su cabeza sobre mi hombro, Cesar sonrió en un lapso corto de tiempo antes de retomar lo que hacía.
-cuando llegue los profesores dijeron que no lo encontraban, pronuncio el señor Brander llevándose las manos al cabello apartando a su desconsolada mujer... lo buscamos por horas, dijo impotente.
Santiago se apartó de mis brazos sus pasos se dirigieron a aquella pareja de ancianos se colocó en frente de ellos –sé que hicieron lo imposible… paso saliva antes de continuar –gracias.
La mirada de Adam se dirigió a Cesar cuyos ojos brillaban al ver a Santiago, apretó sus manos en puño cuando iba a pronunciar su nombre Adam pronuncio por lo bajo -¿Qué ha dicho la policía?
-que comenzaran a buscarle pasadas 29 horas, dijo Cesar colgando el teléfono con fuerza.
Todos pensábamos en las posibles cosas que le pudiera haber pasado, apenas llevaba 24 horas según las versión que Adam me conto por teléfono, me preocupaba vernos aquí a todos impotentes y tampoco podía sugerir algo porque ni yo mismo sabía qué hacer. La mujer desconsolada se levantó en dirección a la cocina buscando mantener su cabeza ocupada nosotros continuamos sentado Cesar junto a Santiago, el señor Brander en su sofá calando la pipa cada vez con sorbos más intensos, y Adam solo tenía la mirada perdida.
Se levantó y subió las escaleras repentinamente, antes que Cesar reaccionara yo me levante tras él, nuevamente lo mire observarme con aprobación, al llegar al cuarto de Adam lo observe mirando la ventana con una cajetilla en la mano, estaba temblando todo su cuerpo temblaba. Me acerque despacio.
Al sentir mi presencia dejo caer la cajetilla, le gire para que me mirara su expresión denotaba terror, sus ojos estaban abiertos totalmente mientras lloraba no parecía mirarme, no parecía mirar algo. –Adam, Adam repetí su nombre. Se llevó sus manos a la boca y me miro antes de abalanzarse a mi cuerpo, acaricie su cabello con ternura cuando su respiración se agito le tome de los hombros –mírame. Dije golpeando su mejilla. Y aunque hay veces en la que te odio Porque no puedo borrar las veces que me heriste Y las lagrimas recorrieron mi rostro e incluso ahora mientras te odio, me duele decir, se que estaré allí hasta el fin del día
-y si me equivoque, pronunciaron sus labios.
-¿Que te sucede de que hablas?
Me miro mientras aferraba sus manos a mi cuello con fuerza. –le estoy marcando la vida tal como paso conmigo.
-no entiendo que estás diciendo; dije sacudiéndole con cierta fuerza.
Me preocupaba su estado, lo abrace mientras acariciaba su cabellera negra con rayos rubios.
-tengo miedo…
-¿a qué le temes? ¡Dime! Comenzaba a desesperarme así que le deje sobre la cama y mire la cajetilla, al notar lo que era lo lance por la ventana y tome a Adam de su mano, continuaba llorando en el extraño trance donde lo tenía la droga. Me partía el alma verlo así su mirada mostraba terror, mucho miedo,
-estoy solo.
-no, no estás solo; bese su mano y le acerque a mí. -Tú para mi… eres…
Sus ojos se giraron a mí, observo la ventana yo mire tras ella. –madre pudiste quedarte. Pronunciaron sus labios. –si te fueras quedado… no sería este puto de mierda que soy ahora.
Levante su cuerpo entre mis brazos, -Adam…pronuncie peinando su cabellera.
Sus ojos se cerraron así como sus brazos cedieron, lo deje sobre la almohada sin dejar de pensar en todo lo que había dicho.
Adam.
Me desperté tras un sonido de agua, me senté aturdido llevando mi mano a la cabeza observe Sebas dormir a un costado de mi cama con sus manos agarrando la mía, sonreí con algo de tristeza, me solté despacio y me dirigí a las escaleras observe a Cesar abrazado junto a Santiago cerca al teléfono dormidos por completo. Baje mi mirada con un nudo atado en la garganta; lo mire apretarlo a su cuerpo entre sueños, incluso así ellos compartían la conexión de estar juntos… era algo que no llegaría a tener.
Sé que te amo, pero déjame solo decirte No quiero amarte en ninguna de las maneras posibles, no, no… quiero un corazón roto. No quiero jugar al corazón roto; Hay algo que siento que debo decirte Pero… hasta ahora siempre he estado asustado
Arrastre mis pies hasta la habitación, observe a Santi con la mejilla roja de haber llorado; lo arrope mientras le pronuncie –lo siento, me he equivocado. Lo dije con un dolor incomparable, bese su frente antes de tomar el computador luego camine hacia mi teléfono marque a otro número con otra tarjeta.
-pensé que no llamarías. Pronuncio Javier del otro lado.
-no le hagas nada al Camilo… yo…
-no le he hecho nada, luego de drogarlo me pajee pensando en él… su risa resonó del otro lado.
-¡cállate! Quiero que lo devuelvas; te juro que si le haces algo la pagaras…
-no me amenaces, que tu estas igual de hundido que yo…
Me reí del otro lado del teléfono –eres tan idiota, no sabes mi nombre, no conoces donde encontrarme, de verdad crees que…
-tú me utilizaste fui una herramienta en todo esto, grito del otro lado.
(Sonido de la sirena) –que has hecho… sonó su voz asustada tras la sirenas bajo su hotel.
-hace unos minutos te denuncie ante las autoridades…
-hijo de puta… pronunciaron sus labios antes de colgar.
Moví el cuerpo de Sebas para que se despertara, me observo con algo de tristeza yo pensaba en él como el único héroe que había conocido y que además admiraba, mire el computador y rememore cuando hace unos minutos desde su correo tuve acceso a las pruebas que incriminaban a Javier al final para los demás será él quien delato a un hombre que no sentía reparo en dañar a los demás.
-bajemos, dije palmeando su brazo.
Al bajar estaba Cesar con el teléfono en el oído todos aguardaban en silencio, baje con cautela sin apartar mi mirada interrogante; Sebas me tomo de la mano cuando lo mire me sonrió pero continuaba mirándome de esa manera.
-¿Qué ha dicho? Pronunciaron los labios de la señora Brander.
Cesar bajo el teléfono sin pronunciar palabra –la policía dice que han identificado a quien presuntamente tiene a Camilo; miro a Santiago… dicen que es el entrenador.
Santiago palideció de una manera inmediata sus piernas perdieron fuerzas y retrocedió varios pasos –no- pronunciaron sus labios
Cesar alcanzo a Santiago de los brazos y le obligo a mirarle –quiero saber que pasa… Pero Santiago solo le miro sin decir palabra.
-ese hombre violo a Santiago así como a otros jóvenes del liceo. Pronuncio Sebas a mi espalda golpeando la escalera con fuerza.
Cesar lo abrazo de manera inconsciente – ¿mi hermano está bien?
-la policía dijo que cuando entraron a su habitación él ya no estaba…
Solté a Sebas, llevando mis manos a la cabeza subí corriendo al cuarto busque entre los cajones del señor Brander y encontré la pistola que él solía pulir; mire si estaba cargada y Salí del cuarto me topé con Sebastián en las escaleras que abrió los ojos asustado seguí de largo antes de sentirlo seguirme cruce al llegar a la puerta tome las llaves del auto de la mesita y me fui decidido.
Cesar.
Adam bajo apresurado las escaleras se guardaba en el vientre un arma, mi padre se levantó de golpe mientras mi mamá se llevaba las manos a la boca, Sebastián le siguió sin mirarnos hacia la puerta abierta cuando todos salimos escuchamos el rugido del motor luego lo vimos partir a toda velocidad del lugar.
-es mi hermano yo soy quien debe ir tras él; dijo Santiago entrando a la casa le seguía hasta que tomo las llaves del auto de mi madre.
-no iras, le dije de golpe tomando sus manos. –debes quedarte a esperar la policía.
Me giro la mirada y se soltó con brusquedad le tome antes de que saliera –entiende la única forma en que puedes hacer algo es esperando la policía, yo me encargo de Adam.
Me acerque a sus labios para arrebatarle las llaves, Salí de la casa mire a mi madre mirar junto con mi padre a otro horizonte de lo que ya casi se convertía en noche, busque entonces a Sebastián y comprendí que se había ido por su cuenta. Tome el volante y me encamine a la dirección donde se fue Adam. En el fondo se oían las sirenas que llegarían a la casa.
Adam.
Mi celular sonó en mientras conducía, la vista se me nublaba y había comenzado a llover fuertemente, podía escuchar desde el interior el sonido de las llantas en cada cruce; conteste consiente que era el único numero en esta tarjeta -¡donde estas! Le grite desesperado.
-me quisiste joder, si caigo todos se joden en esta mierda. Dijo en una voz agitada
(Grito de Cami) –no le hagas nada porque…
-me cagan tus amenazas asqueroso puto
-¡En la colina! Grito camilo luego el celular dejo de sonar.
-¡camilo!
Moví mi celular y Cambie mi dirección, andaba tan rápido como podía observe el carro de Javier estacionado a un costado de la calle, me baje mire hacia la colina cerré la puerta antes de salir corriendo la lluvia golpeaba mi cara, así como ensordecía el ambiente; subía intentado no resbalarme a cada paso que daba, cuando llegue observe a Javier junto con Camilo golpeándole para que le soltara.
Salí de donde estaba en medio de la lluvia, Cami grito al verme, mire a Javier este se rio para luego golpearle y dejarlo en el suelo; corrí en su auxilio cuando sacó un arma de su espalda y me apunto su mirada mostraba desespero tenía el dedo sobre el gatillo.
-Adam… grito Cesar mientras subía.
Javier volteo a mirar tome mi arma y le apunte, estábamos frente a frente –solo déjalo ir, no tiene la culpa. Dije mirando a camilo tendido en el suelo.
-me jodiste la vida… pronunciaron sus labios.
Mire a Cesar sosteniendo su mano en uno de los troncos, nos miraba esperando el momento de actuar –entrenador no tiene que hacerlo. Grito dando pasos hacia nosotros. Javier le apunto de frente, levante la mano para que me recordara.
-retrocede, me ordeno. Y eso hice sin dejar de apuntarle.
-Adam… pronuncio una voz a mi espalda no gire continúe retrocediendo sentí el calor de su pecho tras su camisa mojada, -recibí tu mensaje, me dijo Sebas tomando junto conmigo la mano en que tenía el arma.
-debí saber que todo esto era una trampa de ustedes dos. Nos dijo apuntándonos
Sebas respiraba a la misma medida que yo, lo mire y él lo hizo conmigo me sentí seguro a su lado su mano paso por mi cintura para apretar mi vientre –estamos juntos en esto. Me dijo cerca al oído.
(Las sirenas de la policía) con este sonido Javier retrocedió unos pasos, miro a todos lados para fijar su mirada en el cuerpo de Cami en el suelo; el dedo de sebas presiono el mío en un ligero movimiento la bala impacto la pierna de Javier, esté continúo disparando mientras caía de rodillas.
Santiago apareció gritando el nombre de su hermano, Javier le miro fijo unos momentos para luego escupir sangre, seguramente la policía también subía, mire a Sebas en ese momento Javier apunto con el arma lo mire mientras mi mano se bajaba en condición a donde él estaba.
Y si hay veces en que te odio pero no me lamento Porque he estado asustado que podrías irte. Pero ahora no te odio Soy feliz al decir Que estaré allí hasta el fin del día
(Sonido de bala)
(Años más tarde en Londres)
Sebastián.
Deje mi equipaje en la puerta, camine por las habitaciones lo vi sentado en frente de la computadora: realmente se esforzaba por hacer esto bien y le gustaba era bueno en lo que hacía; me acerque tome su cabeza y la incline hacia atrás bese su frente, como solía hacerlo.
Continúe lanzándome a la cama, -Cesar y Santiago han llamado esta mañana dicen que están bien, te mandan saludes y que Camilo no para de preguntarnos. Dije cerrando los ojos cuando su voz volvió a mi cabeza.
-he terminado. Pronunciaron sus labios llenos de felicidad.
Ahora estoy en un lugar que pensaba que nunca estaría. Estoy en un mundo donde todo es acerca de ti y de mí; Y no, no voy a volver a estar asustado, mi corazón roto es libre To spread my wings and fly away, away with youMe levante de golpe le gire de la silla lo levante en un abrazo y le bese con fuerza, sentí el calor de sus labios, le robaba el aire en cada movimiento, cuando volví en si me senté en la cama con Adam sobre mis piernas, lo mire hacer un puchero lo mas de tierno, movió mi cabellera y me dijo –no le tengo título para enviarlo a la editorial. Sus ojos grises me envolvieron un instante.
Era una historia de los cuatro incluso de nuestros pasados, en ese tiempo todos actuamos conforme a nuestras decisiones, cambiamos nuestra suerte en un instante Adam dejo atrás el destino que le seguía a su madre, así como Cesar decidió vivir su amor sin miedo alguno, Santiago decidió ser feliz y sin dejar de hacer feliz a quienes ama y yo… yo deje libre un sueño que me siguió por años para encontrar mi realidad…-que tal si lo llamas… una Herramienta quebrada.
FIN.