UNA
HERRAMIENTA QUEBRADA
Capítulo
I.
Santiago.
Suspire
antes de ingresar al gran centro recreo deportivo de natación distrital; tenia
puesto mi camisón blanco, con la cabeza sumergida en la sombra de la capota; no
podrían detallar nada de mi cuerpo y seguramente daba miedo, mi pantalón es
ancho y ya está algo gastado, lo que sigue es lo normal las medias y los tenis
blanco.
En mi mano cargaba
una maleta con ropa mejor, para cuando saliera, una gorra y gogles de silicón y
como con el entrenador no se sabe, traje una pantaloneta y si le da por joderme
empaque el traje de poliéster son mejores… la licra se arruga o se transparenta
y en un equipo de natación que se transparente tu traje no es lo más cómodo.
Tras las
puertas de cristal, observe los diferentes equipos, muchos ya se habían
cambiado lucían su corta pantaloneta con su torso desnudo salpicado por unas
cuantas gotas y es que podías encontrar lo que quisieras estaba el de
pectorales fuertes de tetillas anchas y piel bronceada, el de pectorales duros
pero no abultados que le acompañan una fina tableta en su parte inferior se
parte en V invitándote a mirar másallá de la pantaloneta; esta el chico moreno
de tetillas pequeñas pero totalmente entrenado que pareciera podría desarmarte
con solo mirarle.
Había de dónde;
camine a paso acelerado suelo llegar tarde por qué no me gusta salir de casa
sin haberme asegurado que mi mamá está bien, y no es que ame la natación pero
me libera de muchas tenciones además el gobierno nos subsidia con un dinero que
me cae muy bien; pues es el único sustento en mi hogar, intento ser cada día
mejor ya me encuentro en la piscina
diecisiete lo que indica que tengo potencia, resistencia, y agilidad.
Mire mi
lugar soy el número tres en la línea, pero estaba todo tan vacío, solo estaba
la piscina removiendo el color azul del agua, reflejando de forma torpe la luz
blanca del techo, aun con zapatos ya sentía las baldosasfrías y es que el
ambiente es helado y los colores no ayudan, aquí todo es blanco u azul. Mire a
un costado y (suspiro) ahí estaba la silla del entrenador, en el reposabrazos
estaba la libreta y el bolígrafo; en la parte del espaldar el pito.
Mi
entrenador… bien, él fue el que me invito a practicar en este lugar, me enseño
en mayor instancia lo que se, es él quien decide quién debe ser subsidiado y
quien no; dependo de su buen humor un mes sin ese dinero y no sabría qué hacer.
Por un lado está la casa, mi madre, mi hermano pequeño Camilo de siete años.
El reloj en
mi muñeca pito tres veces debía alistarme, sumergí un poco más mi rostro en
la capota, tome mi maleta y me dirigí a
los camerinos, aumentaba el paso, veía la estancia tan lejana, al ingresar
encuentras a los tíos desnudos sin reparo alguno; en mis primeros días temía a
las erecciones, luego lo vi como algo normal puedes ver una polla realmente
flácida escondida por el frio de la regadera o por el contrario ves una
morcillona que amenaza por alzarse al techo con orgullo masculino.
Todo entra a
la confidencialidad lo que ves aquí no se comenta de ninguna manera, si te
tocan el culo no es que sea gay es compañerismo la cosa es a quien se lo tocas;
muchos compañeros me palpaban el hombro y seguían a sus casilleros sonreía de
todas maneras, al llegar a mi casillero me comencé a quitar la ropa tome el
camisón blanco entre los dedos en la parte de la cintura y lo subí sentía como
todos mis músculos se tensionaban. La atenace a mi mano y me contemple tenía
unos pectorales fuertes de tetillas anchas, una cintura delgada a comparación
de mis hombros, detallaba cada cuadro de la tableta y la delgada línea de
vellos que iniciaba desde el estómago.
Tengo
algunas pecas en el pecho, lo considero atractivo, las de mis rostros me dan un
toque de inocencia que se fortalece cuando logro ruborizarme, mire a uno de mis
compañeros que se retiraba el pantalón luego de desapuntarlo se bajó el cierre,
su paquete entre el bóxer se mostró con orgullo en estado morcillón palpitando
entre la tela; pase algo de saliva al observar su culito y aquellas piernas.
Me cabeceo
amigable.
-se te hará
tarde es mejor que te apures.
-¡la clase!
Es verdad
♫Sickcyclecarousel.Lifehouse♫Tome mi pantalón ancho y le baje de
golpe, con bóxer y todo incluido a fin de cuentas me toca ponerme el traje;
observe mi polla alzarse un poco descapullada con algo de venas en el tronco y
los huevos llenos de leche, mire a mi alrededor con disimulo; nadie me miraba,
la tome entre mis dedos y masajee un rato el glande, el calor que se siente al
apretar el pulgar con cierta fuerza es gratificante.
Pero dejando
un poco el juego tome mi traje color azul que contrastaba perfectamente con el
color gris en mis ojos, me lo coloque, me mire en el espejo de la puerta
acomode mejor mi cabello castaño y dejando todo a dentro cerré; tenía cerca de
quince minutos de retraso y por lo que vi el entrenador ya había llegado; ♪Si la vergüenza tiene un rostro, yo pienso que luciría cómo el mío;
Si tiene un hogar, serían mis ojos. Me creerías si te dijera que ya estoy
cansado de esto…♪exhale con fuerza apretando las manos
termine pateando los casilleros de abajo. Y Salí del lugar corriendo.
-permiso.
Odio a la gente que ve que tienes prisa y se mueve lento.
En un
momento mientras parpadeaba para observar bien donde miraba, me detuve en seco
y sentí una fuerte reacción en el pecho que posteriormente acabo en sonido, lo
fuese dejado ser, pero mis compañeros a mis lados se acercaron curiosos mirando
el suelo. Mire a lo lejos a mi entrenador vestido con camisa roja y una
pantaloneta azul contando el tiempo de mis compañeros.
Removí mi
pie indeciso pero patee su zapato, si… seguía en el suelo, esperaba acaso que
lo levantara, mire al suelo y ese chico, logro dibujarme una sonrisa en el
rostro, tenía sus codos apoyados al suelo y me miraba desafiante.
Su cabello
era castaño, su piel se encontraba dorada quizás se bronceaba, pero era un tono
perfecto, le quedaba tan bien para su boca tentativamente roja que resguardaba
sus perfectos dientes blancos; pero sus ojos a pesar de mirarme con rabia el
brillo de sus ojos era intenso color verde, eran color verde. Hermosos…
Llevaba
puesta solo su pantaloneta marcando cada cuadro de su abdomen en su delgado
cuerpo, ¿qué deporte practicara? La cosa es que le sentaba muy bien ni de lejos
mis pectorales pero los de él venían marcados, de tetillas morenas y algo
anchas.
Le tome de
la mano y lo levante a mí, cuando le tuve cerca me detuve a mirarle, realmente
guapo el hijo de puta, me empujo fuertemente y diciendo cosas al aire salió
perdiéndose en el fondo del lugar seguro iría las duchas.
♪Traté de seguir tus pisadas, Traté de perseguirte
hasta abajo, Traté de ver que tan bajo podía caer… Traté de ganar mi camino,
Traté de cambiar esta mentalidad; Será mejor que creas que yo he tratado de
vencer esto♪
Zarandee mi
cabeza y corrí a mi sector, al mirar la piscina el entrenador me miro algo
airado con un toque malicioso, me tire inmediatamente y sin permiso al agua; y
comencé a nadar hundiéndome en el agua apoyando mis fuerzas a las piernas, nada
con alta velocidad sentía que mis músculos se tensaban pero era soportable; al
llegar a la orilla di un bote y me empuje con las piernas.
Cuando
llegue, le mire.
-¿y bien?
-minuto y
medio. Me dijo desafiante a través de sus ojos cafés, su cuerpo era un mar de
músculos, pero muy bajito lo que le quitaba la perfección; además mayor treinta
y siete.
Me volví a
sumergir y así dure un buen tiempo hasta que nos hizo salir; todos en hilera,
mirándole a los ojos y comenzó…
-ustedes,
dijo apuntando con el dedo. –partida de haraganes, quien no quiera estar aquí
bien pueda y se va; a mi clase se llega…
-¡¿cómo se
llega Ignacio!?
-con el traje
en perfectas condiciones.
-pedazo de
idiota; dijo golpeándole en la cabeza.
-¡¿cómo se
llega Sergio!?
-puntual y
con precalentamiento por nuestra parte.
El
entrenador sonrió, me miro a mi como último en la fila, -¿cuál han cumplido?
-ninguna
señor, respondimos en coro.
El
entrenador que por cierto se llama Javier, removió su boca de lado a lado con
cierta repugnancia, el aire se volvía espeso en su cercanía, el aroma de su
cuerpo era realmente hostigarte.
-no tendrán
subsidio este mes, espeto molesto.
-señor, sí
señor, respondieron ellos.
Claro como
ellos tiene con que sostenerse yo no, necesito ese subsidio, no solo eso
necesito un poco más lo que él llama “compensación” se acercó a mí con cierta duda, me miro
desafiándome a decir que aceptaba lo que decía.
Inhalo algo
de aire –pueden irse.
- ¡pueden
irse!- -¡¿pueden irse?!
Resople aire
con fuerza, y me encamine con mis compañeros, lo sentí tomarme del brazo con
fuerza, el sabia por lo que yo pasaba, si, por el estoy aquí, pero él sabe porque
sigo aquí; me solté con un nivel de respeto y me fui a los camerinos.
♪ ¿Cuándo
va a terminar esto?
Vuelve a pasarme una y otra vez; Sigue dando vueltas alrededor, yo sé que no quiere parar Hasta que yo me salga de esto por bien♪Cuando me vi vestido y casi no quedaba nadie en el lugar, me senté en la banca con las manos en la cabellera, respirando como una manera de tranquilizarme y no salir pateando todo; apreté la capota a mi cabeza y removí mis dedos entre ellos con ansiedad.
Vuelve a pasarme una y otra vez; Sigue dando vueltas alrededor, yo sé que no quiere parar Hasta que yo me salga de esto por bien♪Cuando me vi vestido y casi no quedaba nadie en el lugar, me senté en la banca con las manos en la cabellera, respirando como una manera de tranquilizarme y no salir pateando todo; apreté la capota a mi cabeza y removí mis dedos entre ellos con ansiedad.
Mire el
reloj, un lado a otro, y me levante resignado; Salí de mi zona y entre a la de
maestros.
Abrí la
puerta con una patada, y ahí estaba tomando café fumándose un abanó mientras
acariciaba un agila de oro y bronce; levanto los ojos entre sus gafas y
continuo en su labor.
-sabe que
necesito el dinero…
-debiste
pensarlo ahora lárgate.
Cerré la
puerta a mi espalda; -no me iré sin que me prometa no me robara la mensualidad.
-siéntate,
dame razones; dijo ubicando la mirada de esa maldita águila a mí.
-necesito la
mensualidad usted sabe que mi madre no trabaja.
-si es una
puta alcohólica. Retorció su abanó entre los labios
Me levante
airado, y empuñe mi mano a su rostro pero por mi mente paso la imagen de mi
hermano y de mi madre; tome algo de aire y me moví de lado a lado en la sala
intentando tranquilizar el nivel de sangre que ya hervía.
-¿Qué
quiere? Le dije de golpe, ya que no le interesa mi vida me saco con interés
propio de ella.
-recuerdas… recuerdas
cuando recién ingresaste.
Cerré los
ojos y lo mire agotado; su mano me indico que me sentara apreté mis manos al
reposa manos –lo recuerdo…
-eras un
niño complaciente y agradecido…
Carraspee un
poco mi barbilla y sentí como se colocaba de pie, el aire de su abanó y café se
le sentía en cada paso, se colocó en frente de mí. Dejo su tasa en el
escritorio y me acaricio el cabello.
-sabes que
debes hacer…
♪Yo nunca pensé que terminaría aquí, Nunca pensé
que estaría parado donde estoy… Supongo que pensé que sería más fácil de lo que
es… Supongo que he estado equivocado ¿Ahora? una vez más…♪
Jalo mi
cabellera hacia atrás cuando observe sus ojos él respiro profundo mi aroma para
sonreírme ampliamente; acerco sus labios a los míos y los beso con fuerza, jalo
un poco más fuerte me obligaba a recibir su lengua, sentía como pasaba por cada
rincón de mi boca, sus labios apretando los míos impregnándolos de aroma a abanó.
Se magreo la
polla fuertemente con la mano que tenía libre, apretando con fuerza, su pene ya
se mostraba alzado entre la tela de la pantaloneta; me miro sin apartar los
labios de mi boca así que levante la mano y comencé a sobarle el paquete;
adquiriendo mayor tamaño a cada paso, la tela ya se mostraba húmeda del
preseminal que absorbía.
Llevo sus
manos al elástico dejando caer su pantaloneta a sus piernas; cuando se despojó
de esta coloco su rodilla a un costado de mis piernas apoyada en el cojín, alzo
la pierna que tenía en el suelo y la coloco en el reposa brazo; tenía su polla
totalmente tiesa surcada de fuertes venas goteando baba en frente a centímetros
de mi cara. Apoye mis manos en sus piernas y me deje deslizar entre la tela de
la silla; cuando esta golpeo mi boca se alzó mojando mis labios; sin tocarla me
la introduje centímetro a centímetro.
Mi
entrenador comenzó a mover la cadera despacio dejándola deslizar en mi lengua;
se escuchaba su risa mientras llevaba la cabeza hacia atrás; su mano tomo mi
cabellera y previendo lo que pasaría me la introduje de golpe a la boca
chupándole el tronco; mientras mis manos se aferraban cada vez más a sus
piernas.
-la
extrañabas ¿no Santi? Dijo mientras gemía
El
movimiento aumento; debí tomarla de la base se la pajee un poco en lo que yo
tomaba aire; le escupí por primera vez mientras implantaba más velocidad en la
mano.
-no te
quedara tan fácil.
Cuando su
voz resonó en el lugar; me detuve le solté la polla mientras el retomaba su
mano en mi cabello me llevo la cabeza hacia atrás se acomodó un poco y dejo que
su polla se deslizara por mi paladar; una y otra vez despacio; su rostro se
encontraba totalmente rojo en su frente aguardaban gotas de sudor.
-cómela.
Mi nariz
toco los vellos de su vientre; espero un tiempo para sacarla y nuevamente el
movimiento de caderas se intensificaba para luego pausarse con su polla
tocándome el fondo de la garganta. La saco de mi boca y pasando su glande por
mis labios me miro tomar aire.
-buen chico.
Y dos palmadas en mi mejilla me pidieron que me levantara.
Cuando tuve
la oportunidad me sumergí en la capota; deslizando mis manos sobre su
escritorio botando algunos de sus papeles; me tomo por la espalda y me ubico
mejor acomodo su agila para que me mirase desde una esquina del mueble y me
bajo el pantalón ancho hasta los tobillos; acaricio mis caderas apretando con
fuerza; cuando deje de sentirle mire de reojo se sacaba un condón se pajeo
mientras se lo colocaba y nuevamente mire en frente; sentí el lubricante del
mismo rozarse entre mis nalgas.
Busco con
uno de sus dedos mi ano, busco nuevamente entre sus bolcillos y saco un estuche
parecido a una muestra me unto un poco de ello en el ano una y otra vez
simulando introducir su dedo.
-no me digas
Santi que debo volvértelo a explicar.
Respire
profundamente, cerré los ojos y busque relajarme cediendo parte de mi fuerza;
le escuche reír soltado –así está mejor- para introducir su dedo hasta donde su
mano lo dejo, jugó un tanto en mi interior sentía las vibraciones de su mano
pajeando; fue cuando sentí el segundo dedo.
-listo ya estás
bien.
Apreté mis
dientes con fuerza al sentir que se ubicaba mejor a mi espalda; me la inserto
despacio cuando tuvo medio pene me la metió de golpe; gemí apretando las manos
en la mesa. Su movimiento comenzó lento para en minutos adquirir velocidad, me
invadía el esfínter sentía que esa mierda que me había echado intensificaba el
calor y me estaba quemando; atrajo la silla que se encontraba a su espalda y la
coloco a su costado para ubicar su pierna. En esa posición me lograda taladrar
con mayor roce.
Gemía como
una bestia hambrienta; mientras yo hacía lo posible para no gritar, empuje mi
mano para botar sus cosas del escritorio; me jalo de la capota y tomándome del
cabello golpeo mi cara contra la mesa dejándome de lado. Mirando su agila de
oro y plata. Moví mi mano y en ese
momento me cacheteo sin dejar de envestirme.
La presión
en mi abdomen aumentaba no me la había tocado pero sentía que mi verga babeaba
de lo que mi cuerpo consideraba como placer; las manos del entrenados se
introducían por mi espalda resbalándose en el sudor de la misma fue cuando se
lanzó sobre mí y me beso el cuello; la silla cayo y sus manos en mis hombros me
levantaron; me la inserto con fuerza.
Me quito el
chaleco cuando tubo mi cuerpo desnudo sus manos acariciaron mi piel mientras me
mordía el hombro; nuevamente sentía su aroma en mis labios me giro para
abrazarme algo que se me hacía estúpido; luego mi cuerpo se vio golpeado contra
el escritorio algo que me causó molestia en la espalda al empujarme con tanta
fuerza mientras retomaba en control tomo mis piernas y las levanto junto con
sus manos; me sonrió con descaro y me la volvió a meter despacio lleve mi
cabeza hacia atrás, sucumbía ante todo esto me iba a tomar el pene pero soltó
mis piernas y me tomo de ambas manos.
-Santiago…
No aguante
la presión en mi abdomen y me corrí sobre mi abdomen sin generar grandes
trallazos pero el calor no se iba de la base de mi polla; el entrenador se sacó
el condón y comenzó a pajearse sobre mis huevos pero su lefa no salía y era
como si se esforzara cuando un trallazo largo cayó sobre mis pectorales y dos más
cortos sobre mi miembro cuando se sintió liviano tomo mi pene junto al suyo y
los pajeo.
Dio la
espalda y se colocó sus pantalones, mis piernas estaban rendidas mientras mis
ojos miraban el techo la luz blanca del techo; parpadee un poco y me levante
para colocarme mi ropa, mi pantalón y luego protegido bajo mi capota.
-Aquí tienes
la compensación. Dijo golpeando la mesa con los billetes.
Tomo su
cigarrillo y lo encendió mientras se reincorporaba a la silla detrás de su
escritorio.
-necesito
que hagas algo por mi…
♪ ¿Cuándo va a terminar esto?
Vuelve a pasarme una y otra vez; Sigue dando vueltas alrededor, yo sé que no quiere parar hasta… Hasta que yo me salga de este ciclo enfermo del carrusel♪
Vuelve a pasarme una y otra vez; Sigue dando vueltas alrededor, yo sé que no quiere parar hasta… Hasta que yo me salga de este ciclo enfermo del carrusel♪
Cesar.
-quédate
quieto que lo haces más difícil. Me decía ella divertida con media sonrisa en
su rostro.
-no es para
tanto, exageras amor. Le dije deteniendo sus muñecas entre mis manos, al
mirarme relajo su mirada dejando caer el algodón con algo de sangre entre sus
hilos.
-estoy bien.
Le repetí soltándola, pasando mí mano por su largo cabello castaño, cuando sus
mejillas se ruborizaron la bese, en un beso que cada vez tomaba más intensidad
hasta que con mi mano en su espalda la deje descender.
La volví a
tomar con una risa picarona de las manos y las lleve centímetros más arriba de
su cabeza; teniendo mis piernas a lado a lado de su fina cintura; le bese el
cuello mientras se removía cosquillosa; su aroma era único. Y es hermosa.
-espera
detente.
La mire
lascivo tomando un poco de aire; -¿Qué sucede Diana?
-Mi madre está
en casa, dijo buscando algo de compresión y la entendía.
Que quite de
su cuerpo y me deje caer en la cama; el colchón reboto un momento cuando ella
se montó sobre mi apoyando su cola en mi abdomen. Diana tiene ojos pardos, su
piel es tan blanca como la porcelana, pero sus labios son intensamente
rojos, los pómulos de su rostro son
perfectos y de su cuerpo es mejor no hablar sus brazos son delicados, sus senos
son proporcionados, su vientre es plano finalmente su cola se encuentra bien
cuidada.
Me mordí
insistente el labio, pero no, no cedería me conformaría con sus besos esta
noche, estaba bien podía soportarlo, amo su compañía, cuando sonríe, cuando se
dibujan hoyuelos en sus mejillas, cuando calla tímida. Me senté de golpe,
apreté mis labios en sus hombros y sutilmente la deje sobre la cama, cuando me
levante estire mi cuerpo frente a ella buscando una última arma pero me conocía
tan bien que inmediatamente me mordió la cintura matando toda posible
seducción.
-¿quieres ir
al cine?
-no, dijo
agarrándome de la mano –quédate a mi lado y veamos alguno de los DVD.
Afirme
convencido de que era lo mejor; me ardía un poco el codo ese hijo de puta que
se me atravesó esta mañana, sacudí mi cabeza al recordar la profundidad en su
mirada es como si algo pasara por mi espalda cada que la recuerdo.
-traeré los
bocados. Dije saliendo de su recamara.
Mensaje a mi
madre que llegaría algo tarde para que no me esperara despierta, cuando ingrese
a la cocina no vi algo apetecible por ningún lado, tomaba y separaba lo que
veía nada, causa perdida si seguía intentando.
-Amor
comprare los bocados no demoro, le grite cerrando la puerta a mi espalda.
Hacía
bastante frio, me reconfortaba en mi chaqueta, el solo respirar formaba vaho en
el aire, mire de lado a lado pero solo se apreciaba la naturaleza de la noche
interrumpida por las luces de las farolas como Diana tiene familia adinerada
por este barrio no se ve ni de cerca una tienda. Pero de todos modos debería
buscarla, emprendí mi camino sin percatarme mucho de los que sucedía a mí
alrededor.
Luego de
caminar largas cuadras y atravesar el boscoso parque encontré un chuzo que por
lo menos tenía lo que podía considerarse comestible: unos jugos, papas, dulces,
más papas; le cancele al tendero y Salí del lugar con la bolsa en mi mano.
-¡aaah!
Con aquel
grito me detuve paralizado.
Santiago.
Cerré la
puerta tras mis espalda suspirando ampliamente, di unos cuantos pasos y
parpadee una cuantas veces mientras notaba todo totalmente desordenado;
mientras caminaba llenaba mis manos de basura y más basura; entre los dedos
botellas vacías de licor que ni el concho ya tenían.
Mire a mi
madre decaída en el sofá con su mano en un cojín y la otra n el suelo, con los
labios húmedos y los ojos agotados mientras intentaban comprender que veían.
-hola madre,
le dije besando su frente, sentándome a su lado introduciendo toda la basura en
un solo lugar anude y comencé a acariciarle el cabello.
Me faltaba
el calor de alguien y busque con la mirada a mi Cami pero no lo veía supuse
dormía en su cama; cuando le fui a buscar resultaba que todo estaba en su
lugar; me preocupe, mi corazón bombeaba sangre cada vez con mayor presión.
-Madre,
Madre… le dije insistente.
-¿Dónde está
Cami?
-Mi hijo, a
mi hijo me lo robaron cuando él era un bebe… y hay estaba de nuevo la historia
de mi hermano que le robaron de sus brazos eso es lo que la tiene ahora así.
-mamá, mami.
Dije tomando su rostro entre mis manos –tus hijos somos Cami y yo ¿Dónde está
Cami?
-aaah
Camilo. Dijo agotada casi cerrando sus ojos.
-sí, Cami
¡Mamá!
-estaba
haciendo mucho ruido y lo deje salir, no te preocupes…
Me levante
llevando mis manos a la cabellera; cómo es posible que diga –que no me preocupe- -mi hermano-
Capítulo
II.
Cesar.
Toque el
timbre de la casa de mi novia con algo de preocupación y molestia; no se sabe cómo
lo tome, pero algo, algo en este niño que no me dejaba dejarlo solo, se
aferraba a mi mano lo mire de reojotenia lodo en su carita y tierra en su
cuerpo, el balón de futbol entre sus piernas; su rodilla estaba lastimada pero
parecía no importarle mucho eso. Tenía la mirada perdida quizás pensaba en
alguien.
Cuando la
puerta se abrió Diana se mostró totalmente emocionada, cuando me miro a los
ojos con la preocupación reflejada en ellos bajo su mirada y lo miro a él lo
que lo intimido un poco, el niño se escondió entre mis piernas con su mano
apoyada en mi muslo.
-podemos
pasar…
Diana abrió
la puerta sin decir mayor comentario y nos dejó seguir.
Me incline
apoyando mis manos en su vientre, le sonreí ameno su rostro se ruborizo
mayormente, bese su frente y le mire, este niño podía sacar lo mejor en mí,
pero su brillo aun reflejaba miedo.
-quieres
subir a bañarte. Le sugerí
El niño negó
con su cabeza. –tienes nombre…
-Camilo.
-qué bonito
nombre, Cesar, le dije tendiéndole la mano pero el peque se abalanzo sobre mípara
cuando sentí el aroma de su cabello lo aferre a mí.
-el agua es
caliente y tenemos tina, resonó Diana detrás de mí con algo de dulzura mientras
colocaba su mano en el pequeño.
Le afirme
para que fuese, cuando su figura desapareció tras las escaleras, me tire
agotado al sofá mire a Diana mientras la tome para besarla, al ver que no
obtenía respuesta favorable. Elegí rendirme…
-estaba solo
en ese parque ¿Qué podía hacer?, el niño se cayó su rodilla sangraba y no
paraba de llorar…
-pe…
♫Takecare/Drake♫ -no podía dejarlo ahí y menos en ese estado, es un niño; ademásestá
bien educado cuando le di de comer las botanas él me cogió cariño y luego de
unas palabras le sugerí venir conmigo…
-no puede
quedarse…. Soltó decidida.
-me lo
llevare…
-no hablo
que no puede quedarse contigo ¡vamos! Cesar… es un niño su familia lo está
buscando, me tomo del rostro con sus manos insistente en su mirada.
-su familia
no lo quiere, mire al techo apretando mis manos al pecho… -pero mañana
buscaremos su casa…
Estaba
meditando que haría cuando Diana se coloca sobre mi buscando sedienta mi boca;
la tome de la cintura mientras le seguía a sus besos, con una mano baje
lentamente la tira del sostén que sobresalía de aquella blusa, sus manos en un
tacto frio sobre mi pecho subiendo la camisa sin dejar de besarme; se retiró un
instante detallando mi cuerpo sus pupilas mostraban deseo, la tome de la mano
para besarle, la sentí bajar por mi cuello, tocar mis pectorales y detenerse
donde comienza el pantalón; le mire pícaro y ella apretando la hebilla me
acerco a ella para que le besara, sentía su lengua recorrerme, su cabello
descansar en mi hombro.
-Cesar…
Abrí los
ojos y sin mediar palabra tome a Diana de sus hombros y la deje a un costado
del sofá para ir en busca de Cami; llegue agitado el baño estaba cubierto en su
totalidad de vapor, entre gas blanco se observaba la figura blanca de Camilo
con jabón en su cabello mirándome con sus tiernos ojos verdes. Cerré la llave
antes de percatarme de lo callado que estaba parpadee dos veces.
-¿pasa algo?♪Sé que has sido lastimado por alguien
Puedo decirlo por la forma en que te sostienes Si me dejaras, esto es lo
que haría… Cuidaría de ti♪
El niño
coloco una expresión mal humorada en su rostro. –porque cerraste la llave…
-jajaja te
podías quemar es eso… ¿me llamabas?
-es que mi
camisa está sucia y no tengo con que secarme.
Mire las
toallas extrañado y se la alcance interrogante, en los que se secaba le note
incomodidad supuse que era por mi así que me gire. –y… ¿en tu casa no tienes
estas comodidades?
-No, mi casa
es más pequeñita y no tenemos muchas cosas.
-pero ¿eres
feliz ahí?
-mi mamá no
juega mucho conmigo cuando toma de esas botellas y mi hermanito no puede estar
conmigo todo el tiempo.
-ya veo…
bueno ya terminaste. Dije girándome de sorpresa cuando le mire ya tenía la
toalla anudada a su cintura y me miraba sonriente.
Cuando me
agache para cargarle su vos volvió a escucharse –Me recuerdas a mi hermanito
pero él es un poco más fuerte.
Ya en la
habitación de Diana le preste algo de ropa pero no sabía que le serviría así
que solo le di una camisa que le quedo enorme y el permaneció con los bóxer que
cargaba; le abrí campo en la cama tome la cobija entre los dedos y me metí
junto conél; acariciaba su cabello en lo que se dormía.
-Mi hermano
hace lo mismo que tú.Dijo sonriendo, acomodando mejor su cabeza en mi pecho.
Las luces se
apagaron y en un momento del tiempo una se volvió a encender mire a la puerta y
apoyada en el marco estaba ella; el momento era incomodo no sabía que decirle o
qué no decirle es mujer y con ella no se sabe por más que las conozcas.
Simplemente sonrió entre aquellos labios rojos instintivamente palpe la cama
invitándola a seguir. Luego de un momento la temperatura de la cama cambio
cuando ella nos destapo Cami frunció el ceño dormido; le hice señal de que se
tranquilizara pero cuando Diana intento abrazarse a mi pecho rodeando también a
Cami este la retiro con fuerza.
Sería una
noche larga…
Santiago.
Mire de lado
a lado pero la noche era oscura, era fría, la noche te cortaba, sudaba como
nunca antes sudaba; parpadeaba buscando respuesta atenerme a lago pero los ojos
me pesaban, la garganta no pronunciaba palabra y todo se rendía a que no podía
moverme de donde estaba, entonces la ventisca paso fuerte arrastrando las hojas
secas de los arboles cercanos. A lo lejos estaba la figura de mi hermano con su
balón de fútbol en sus piernas.
-¿Cami?…
Se giró para
sonreírme, pero el cuerpo seguía muy pesado corría tras de él, cuando caí al
pasto, él seguía ahí, le tendí la mano para que se acercase pero solo sonrió y
siguió, no se si no podía oírme pero se detuvo indeciso y junto a él la figura
de otro hombre acariciando su espalda.
-¡Cami!
Me sobresalte
alterado de la cama, con la respiración entre cortada, los ojos totalmente
abiertos sin poder realmente ver algo; molestia ganas de patear lo que veas en
frente hasta destrozar lo que sea, es impotente no saber qué hacer, no saber qué
decir, como actuar, tener cargas que no puedes soportar, todos esperan algo de
ti, todos dependen de alguna manera de lo que hagas; ¿qué esperas a cambio?…
las gracias la dan los idiotas si alguien valora lo que haces te lo hace saber
pero ahora… estoy solo.
♪Mi único deseo es morir siendo auténtico
Porque la verdad hiere y las mentiras sanan Por eso lloras, lágrimas
cubren tu almohada. Me alejó de su vida y decidí darle su
espacio Sintiéndome mal por un corazón que yo no rompí Estaré allí
para ti, cuidaré de ti♪
-Camilo,
Camilo, Camilo, grite con fuerza tomándome del cabello.
Salí de mi
habitación, mi Madre se removía en el sofá con el cabello despelucado y la
blusa mal puesta, abrí la ventana buscando tomar algo de aire puro y mientras
me recostaba en la ventana dirigí mi mirada a la calle suspire metiendo la mano
a mi pantalón al sacarla desarrugue el papel, tenía el sello de la policía eran
los pasos para encontrar a una persona extraviada, setenta y dos horas pero ¡vamos!
tiene siete años entonces por clemencia son
veinticuatro… no sienten lo que yo estoy sintiendo.
-¿crees que
este bien? Le pregunte a mi madre sin dejar de mirar crepúsculo de la mañana.
-¿Quién?…
Volví a
acomodar mi cabeza en el marco de la ventana, me dirigí a la cocina y revise la
alacena no había mucho que hacer debía comprar lo que me acordó que debo ir a
mi clase de natación, le prepare una agua de panela con pan y queso a mi madre
y Salí del lugar sin olvidar su bendición.
Camine
cuadra tras cuadra abrigándome en la capota esta vez vestía un pantalón jean más
ajustado, me detuve tras las rejas y mire los niños jugar felices en el jardín
cuando una mujer mayor… Bianca me miro se acercó hasta donde estaba y tomando
de igual manera los barrotes dejo que el silencio se pronunciara.
-Camilo no
ha venido por acá, le pregunte con un nudo inmenso en la garganta con la frente
en el frio del tubo; parpadee cansado.
-no él no ha
venido, dudo que sepa como venir muchacho.
-si lo sé
solo que mi mamá quedo en traerlo, quizás se lo llevo y pase a preguntar es
todo. Y antes que continuara le di las gracias.
Seguí mi
camino y recordé a un viejo amigo, El solía hacerme reír y creer que todo
estaba bien pero un día desapareció; ladee la cabeza despejando aquellos
recuerdos; paso tras paso con la respiración agitada finalmente llegue al
centro de natación.
Al llegar
aprecie el azul oscuro que cubría el lugar, la luz en las baldosas de las
paredes reflejaban el movimiento del agua en las piscinas todos estaban tan
tranquilos que me sentía apartado de todo realismo; ingrese a los cubículos
casi sin mirar tanta piel desnuda, deje mi maleta caer al suelo y en un suspiro
removiendo mi cuello de cansancio abrí el casillero; me desnude guardando toda
mi ropa, tomando la toalla anudándola a mi cintura.
Me dirigí a
los baños, era raro ver los cubículos tan deshabitados pero también al mirar mi
reloj notaba cierto retraso para mi clase; igual necesitaba el baño, abrí la
puerta dejando mis chanclas a la entrada; abrí la ducha en lo que calentaba me
quitaba la toalla para colocarla en el perchero.
El agua tibia
caía sobre mi pecho formando pequeños riachuelos sobre mis pectorales, mi
abdomen y terminar goteando en mi polla; no sabía a qué velocidad transcurría el
tiempo solo apoyaba mi mano en la pared; controlando un posible llanto;
parpadee cansado cuando el calor invadió mi hombro y ascendió por mi brazo.
Su mano era
ancha de venas notables, a la medida seguí su brazo cubierto por tan gruesos
vellos finalmente mi mirada dio con su rostro.
-entrenador…
¿qué hace en este lugar?
Estaba
desnudo con su pecho salpicado por algunas gotas de agua, sus ojos cafés
reflejaban el brillo blanco de las bombillas, me sonrió frotándose la polla a
su tacto ya estaba gruesa no es grande por si sola pero puede alcanzar un
tamaño mayor al que tenía, acariciaba su glande con el pulgar, volví a subir la
mirada.
-no es el
momento. Dije dando la espalda.
-Sí, si lo
es; llegaras tarde y como el subsidio no te asusta te sacare del liceo por
incumplimiento.
♪Intenta huir de
eso, di que ya estás harta, En tu cara no lo muestras pero Cuando
estés listo, sólo dilo; No tendrás ni porqué preocuparte, No tendrás ni porqué
esconderte Si has visto todos mis errores Mírame a los ojos...♪
Apretó sus
manos a mi cintura me ubico en medio de la regadera con sus labios besando mi
cuello, lamiendo cada centímetro de piel que lo guiaba a mi boca no obtenía
mayor respuesta así que saco su lengua poco a poco cedía ante lo que él buscaba,
luchar no es una opción cuando te ahogas…
Bajo por mi
pecho, su boca chupo mis tetillas mientras su mano pajeaba mi pene lo hacía con
total entrega su mano libre tocaba la raya de mi culo sin ingresar sus dedos;
cuando su babilla toco mi glande me giño el ojo; centímetro a centímetro
ingresando a su boca con su mano en la base podía sentir sus dientes apretarse
a la polla, su lengua acariciar la vena gruesa y a su paladar frotarlo; apoye
mis manos a las llaves abrí las piernas un poco al sentir que su dedo ya
pretendía ingresar.
Realizaba
movimientos circulares quebrando los ríos de agua que pasaban por el lugar;
saco su boca para respirar un poco de aire sus labios rojos totalmente húmedos
se dirigieron a mis bolas, succionaba, jalaba y soltaba hasta que estas a su estimulo
se endurecieron fue ahí cuando lo tomo de la mano y se la metió toda; en el
poco espacio del lugar sentía su lengua menearse de acá allá era como un dolor
incomodo pero a la vez placentero.
Ambas manos
me tomaron de las piernas su garganta arcaba sola; le mire un instante con el
cuello ancho la yugular bombeando sangre su frente estaba similar totalmente
roja con una vena másdelgada pero notable en la cien; me causaba satisfacción
verlo asíle tome de la cabeza y se la metí de golpe, el sonido se hizo eco y
sin dejarlo respirar continúe en un movimiento de caderas donde buscaba llegar más
profundo, su nariz golpeaba mi abdomen si pudiera meterle más lo haría; palmee
fuertemente su cabeza sentí que su boca apretó más mi miembro podía sentir su
dientes, sus uñas aferrarse a mi piel.
-te gusta
bastardo, eh si te gusta- pensaba
-qué tanto
de esto recuerdas de cuando yo era pequeño ¿te gusta? ¡Eh! perro te encanta-
-vamos
respira, trágatela-
Solté su
cabeza aguantando un tanto la sonrisa dejando todo lo sucedido a mi supuesto
acto de adrenalina, mi entrenador escupía, tocia fuertemente mientras se tomaba
de la garganta, esos ojos aguados mirando con ira –lo recuerdas hijo de puta-,
cuando se repuso me sonrió algo que no alcanzaba a comprender algo tenía en
mente pero miedo es lo último que sentía.
Tomo mi pene
entre su mano y apretó con fuerza recubriéndolo con la piel, su dedo comenzó a
realizar círculos en mi glande una fuerte presión en esa zona me dejaba sin
aire, su saliva estaba caliente al igual que su boca tenía una mano apoyada en
mi lo que no me permitía manejarle, cuando se alejaba se escupía el glande la
mano con la que se pajeaba mostraba la fuerza que le implementaba.
-arrodíllate
Santiago, dijo elevando su voz
Cuando me
disponía a hacerlo me tomo de la cintura y me giro, descendí dejando mi ano
expuesto en su cara sentí su lengua chupármelo una y otra vez, lo único que oía
es cuando la saliva Salía de su boca recorría espesa mi ano y antes de que
terminara su dedo la frotaba simulando una penetración, palpaba con el dedo y
volvía a lamer acompañado de algunos golpes en el culo cuando me creyó listo
inserto su primer dedo, apreté mis dientes con fuerza nuevamente su saliva me
tocaba luego de unos momentos lo ingresaba con mayor fuerza .
Gire mi
rostro cuando se levantó graduó la ducha para que saliera tibia abrió las
piernas y acomodando mi culo me la fue metiendo, su glande grueso acompañado de
todo el peso de su cuerpo termino metiéndome su miembro entero flexionaba sus
piernas arriba abajo adquiriendo cada vez mayor agilidad; apoyo su mano en mi
hombro.
-sube…
Apoyando mi
frente a la baldosa exhale todo el vapor que pude, abrí mis manos hasta tocar
las paredes del cubículo su mano tomo mi vientre y girado de medio lado me
follaba, sudaba ante el calor del lugar, Javier me inclinaba más y más su mano
subió por mi espalda busco mi mejilla…
-chúpalo.
Sin esperar
respuesta alguna su dedo ingreso a mi boca, la saliva se me escapaba por las
comisuras y el segundo dedo venia en camino; su envestida sincronizaba el movimiento
de sus dedos, su mano seapoyó esta vez de mi verga me pajeaba con rapidez
apretándome a su cintura termine corriéndome en varios trallazos. Al darse
cuenta de ello me giro para que le mirara a los ojos tomo su mano con restos de
lefa y se la llevo a la boca recogiéndolos con su lengua, cuando la recogió
toda me beso.
Apretó mi
hombro y termine acostado en el suelo del cubículo con las piernas separadas y
elevadas mi entrenador se arrodillo y tomándome de las caderas coloco mi culo
en frente de su polla, gemía mientras me la metía cuando me la enterró toda se ubicó
mejor con el codo apoyado en el suelo y adelanto la brusquedad de sus
envestidas me apoye con la paredes de cubículo con la fuerza de mis brazos
evitando ser deslizado por el agua.
-¡Santiago!
¡Puto de mierda! Fue lo último que dijo antes de correrse en mi interior.
El
entrenador se mojó el cuerpo y en segundos salió del cubículo anudándose mi
toalla, hace tiempo no miraba el tatuaje que se realizó en su espalda la pata
de un águila tomando una serpiente por el cuerpo, sonaron los seguros en la
puerta inicial indicando que ya podía salir tome la toalla y me coloque el
traje de natación.
En lo que
salía me pareció oír la voz de mi Cami me detuve un momento por que no podía
ser seguí caminado cuando a escasos metros de la piscina en la que practico
estaba mi hermanito mire con tanta alegría pero sonrisa que se me borro cuando
a su lado estaba ese chico jalándole del brazo la adrenalina recorrió por mis
venas y corrí al lugar en cuanto ese tipo me miro a los ojos lo golpee lanzándolo
al agua.
-¿está bien?
Le dije al peque tomándole del brazo.
Cami asintió
con la cabeza, me concentraba en él cuando ese tipo me jalo del traje
haciéndome caer en la piscina no se podía negar que golpeaba duro, su agilidad
en el agua era impresionante.
(El sonido
de un pito)
-suéltense y
salgan de la piscina. Decreto mi entrenador.
El tipo me
empujo y salió primero, Cami preocupado se esperó a que yo saliera me tomo de
la mano pero en cuanto el tipo lo miro –Cesar. Pronuncio su boca tímida y por
alguna razón sentía que quería estar con él.
El
entrenador se colocó erguido mientras que detrás de nosotros resonaron los
pasos de alguien desconocido en cuanto llego vestía en traje con una libreta en
su mano.
-¿Sucede
algo?
-nada señor
ellos practicaban resistencia…
-que bien…
necesito que me diga quién de su equipo pasa al sig. Nivel
Al oír esto
me llene de alegría yo merecía pasar eso implica mejor sueldo y librarme de las
presiones sexuales de mi entrenador, pero este me miro fríamente con esa
sonrisa de medio lado en su boca.
-Sergio…
-¡pero yo
merecía ese puesto! Le grite apretando mis manos en puño.
Me miro a
los ojos –ya lo hablamos en los cubículos Santiago te falta…
-en otro
asuntos quien llega a sus filas es recomendado por el entrenador de nivel medio
se llama Cesar….
El
entrenador y el supervisor salieron estaba perdido en un mundo de decepción del
cual Camilo jalo del brazo, cuando mire sus tiernos ojos verdes brillando por
la luz de las bombillas me dijo –no quiero ir a casa. Y tras de sus palabras
otros ojos verdes me miraron mientras se reía de mí.
Capítulo
III.
Santiago.
Estiraba mi
cuerpo apreciando la oscuridad que cubría el lugar, la piscina era alumbrada
por la luz que radiaba la luna desde el cielo entrando por el techo del lugar,
el agua de color azul intenso se movía de costado a costado hondando sobre su
superficie un espectáculo muy bello de presenciar; sumergí mis piernas el cambio
de temperatura erizo cada vello de mi cuerpo. Comenzaba a relajarme de verdad.
Me divertía
chapoteando solía hacerlo con Sebastián…
(Recuerdo)
Miraba
perdido el horizonte del parque, las hojas caían resignadas a merced del viento
luciendo su tonalidad dorada, café y naranja que al ser alumbrada por los rayos
del sol se asemejaban a los colores del atardecer que no tardaba en llegar. Las
personas buscaban con necesidad un poco de sombra otras simplemente se
acercaban al lago para jugar con los peces y burlarse de los patos.
Su mano
apretó cálida la mía, mis dedos reaccionaron a los suyos y le mire, estaba
acostado en el suelo con la cabeza apoyada en mis piernas, sus ojos cerrados en
una expresión serena, el rojo de sus labios evocando una sonrisa, el mismo
color que en sus mejillas evocaba timidez, sus pestañas largas, sus cejas
definidas. Guapo… MI novio era bastante guapo, con la mano libre peine su
cabello.
Vestía una
camisa a cuadros morados de diferente tonalidad con los botones atados hasta
donde comenzaban sus pectorales luciendo orgulloso lo marcado que los tenia, su
piel bronceada por los rayos del sol pero las pecas en su pecho seguían visibles
y le quedaban muy bien; su respiración era pausada ¿en qué pensaría en estos
momentos? su camisa descubría un poco su abdomen le gustaba lucir el elástico
de los bóxer que traía puesto, no era extraño notar que esos eran los míos esa
extraña maña de robármelos luego de hacer el amor.
El celular
cambio de tonalidad la canción que él me dedico cuando nos besamos por primera
vez ♫por eso te
amo/Rio Roma♫sin él las cosas fuesen sido difíciles en el
club de natación a la que Javier me llevo como su nuevo talento, Sebastián me
enseño a contener la respiración, a patalear pausado y con menos desgaste de
energía, me acompaño cuando nadie más lo hacía, le gustaba contar el tiempo que
tardaba en llegar de costado a costado para luego decirme lo pudiste hacer
mejor.
Su cuerpo se giró en torno a mí, con
su mano acaricio mi pecho….
-te amo, me dijo mientras abría los
ojos… Cafe claro es ese el color de sus ojos, un pedazo de brillo equivalente a
una piedra de ámbar en ese lugar.
-también te amo.
Se levantó sin dejar de mirar un
segundo mis ojos con su mano en mi mejilla me beso, introduje mis dedos en su
cabellera castaña y le apreté a mi desequilibrando su posición lo que le obligo
a abrazarme, le invadía con mi lengua. Cuando se separó de mi le sonreí.
Le ofrecí el auricular para que escuchara
sonreía al recordar… todo lo que hemos pasado juntos.
♪Por cómo me miras
y me dices tanto cuando dices nada; Por cómo me tocas con esa mirada que
acaricia el alma Y por cómo me abrazas, por eso… te amo. Porque cuando le pedí
al cielo que mandara un ángel Me llevó hasta ti y antes de pensar en alguien
Pienso en ti primero incluso antes de mí Porque atrapas mi atención, eres mi
aventura, mi emoción y mi inspiración♪
-hoy tienes prácticas internacionales,
le dije retomando nuestras posiciones.
-es una gran oportunidad la he
esperado desde que ingrese pero ahora…
-quiero que lo des todo, quiero que
ganes el primer lugar seré muy feliz si eso sucede…
-pero si eso sucede puede que…
-no pensemos en eso…
-Santiago…
-tranquilo, dije acariciando su pecho
por debajo de la camisa retomando mi mirada al horizonte con la cabeza en otro
lado y el corazón apretado divagando entre mares de aguas negras que solo
infectaban el lugar….
(Presente)
Me introduje por completo en el agua
con las manos apretada sobre las baldosas de la superficie, dejándome llevar
por el sonido tranquilo del agua.♪Porque
eres más de lo que había soñado, Porque amo tu ternura y me vuelve loco tu
pasión, Porque nadie me hace sentir como tú en el amor…Por eso yo te amo Soy tu
dueño pero también soy tu esclavo Y si acaso alguna vez te has cuestionado la
razón Y por lo que sea nunca me lo has preguntado♪
Cesar.
Jugaba con Camilo en el centro de la
sala yo con los pies apoyados en el suelo y el coche en la mano sin parar de
mirar cómo se divertía, cada que él notaba que yo le miraba me devolvía una
mejor con un intenso brillo en sus ojos verdes; me encontraba feliz porque han
pasado tres semanas desde que lo conocí en aquel parque y él me cogió tanto
cariño que con Santiago decidimos tenerlo una semana él y una yo, respecto a él
se me ha hecho un tipo raro no se sabe realmente lo que piensa se esconde
detrás de esa estúpida capota pero algo en el me agrada a demás que no se puede
negar que es muy simpático.
Me siento incomodo cuando no tengo al
pequeño Cami cerca, soy hijo único mis padres por más que lo intentaron no
pudieron darme un hermanito al parecer el problema es de mi Madre lo que hace
complicado tomar cualquier decisión, mi padre dice que la entiende y ya están
mayores para pensar en criar a un hijo conmigo dicen tener suficiente aunque
debo confesar que muchos años me sentí solo. Diana… Diana llena ese vacío en mí
me da cariño y está ahí cuando yo la necesito pero últimamente las cosas no son
lo mismo es como si le molestara mi nueva vida, Cualquier mujer me llamaría un
chico “tierno” y estaría babeando; ella no.
-jajaja, resonó desde el sofá una voz
ronca mientras su pipa cambiaba de lugar en su boca luciendo sus dientes
blancos como perlas mi padre, con el brazo sobre los hombros de mi madre.
-¿quieres jugar?
-jajaja no hijo estoy viejo para esas
cosas.
-te presto el verde abuelo. Soltó Cami
con algo de ternura mostrando el coche entre sus manos
La alegría invadió a mi padre cuyos
ojos brillaron con ternura y algo de lágrimas se resguardaban en aquel rostro
cubierto por algunas arrugas de pelo pintado de blanco; su cuerpo permanecía
intacto un maduro atractivo con un gesto prudente le dijo al pequeño Cami que
no. Mi madre que lucía su vestido largo hasta los tobillos un poco más joven
que él de cabello tinturado rubio que le quedaba bien con sus ojos pardos.
Según ellos saque los ojos de mi bisabuelo.
-Cami es que el viejo pudo manejar un
tanque de guerra en su época pero este carro ya se le hace difícil jajaja.
-¿a quién llamas viejo? Dijo ladeando
con orgullo su pipa apuntándola a la pared donde se encontraba su casco verde
oscuro brillando reluciente ante la luz. Admiro a mi padre en el alma lo tiene
todo es valiente, amoroso, inteligente, entregado y a demás jamás ha perdido
una batalla.
Cami seguía insistente con su coche
nos ha cogido cariño somos como su familia aparte de la que él tiene, tuve la
oportunidad de conocer a la mujer alcohólica a la que ellos llaman madre y su
“humilde morada” que no es más que un chiquero que medio se sostiene; Cami no
merece vivir en un lugar así pero tampoco puedo negarle quien es su verdadera
familia.
Mi padre soltó a mi madre que cruzo
los brazos con delicadeza de una dama como ella, una mujer de admirar estuvo
con mi padre todo el tiempo, lo espero mientras participaba en la segunda
guerra y sin embargo no perdió el tiempo fue maestra, enfermera, rescatista y
hoy madre.
(Vibración) ♫Familyportrait♫♪Mamá, por favor deja de llorar, no puedo soportar el
sonido Tu dolor es doloroso y me está desgarrando, Escucho cristales
rompiéndose mientras me incorporo en mi cama♪
-disculpen tengo que contestar; dije
saliendo de la sala.
Santiago.
Relájate le sugería a mi cuerpo,
puedes hacerlo relájate, deje descansar mis pies y acomode mis brazos con la
respiración contenida al máximo en mis pulmones y comencé a flotar en la
superficie del agua era como un colchón que te movía según como hondara su
superficie; miraba por el techo la luna redonda
brillante con su alrededor oscuro y despejado sin nubes que dañen su belleza;
lo que la hace bella es rodearse de la oscuridad.
Pensé en mi Cami como estaría en el
hogar que ha elegido para él esta semana, si lo trataran bien, habrá pensado en
mí, me extrañara cuando no le bese en la frente por las noches, sentirá lo
mismo cuando lo besa Cesar, El señor Josep Brander el padre de Cesar es un gran
hombre ni de cerca el mío… al que fue mi padre… y la señora Sofía de Brander es
una gran mujer inteligente, por cierto es un gran ejemplo para mi hermanito no
como la madre que tenemos… pero es nuestra madre.
Todo era tan fácil cuando él estaba
aquí, cuando Sebastián me apoyaba y me daba fuerzas pero se ha ido y debería
ser feliz con él en la distancia, recordara que aún le espero….
(Recuerdo)
-déjame ayudarte, le dije mirándole a
los ojos mientras le colocaba el traje de baño; -vamos sube la pierna.
Me agache forzándole a levantar la
pierna –que terco eres. Me respondió mostrando una seña falsa de enfado.
-es tu carrera más importante hasta
ahora debo hacer parte de ella ¿no? Le sonreí mientras acariciaba mi cabello
con ternura, bese su gemelo mientras levantaba la otra pierna.
♪Porque haces
cada día extraordinario Y cada noche es perfecta en tus labios, Tu piel es mi
espacio; Porque son tus brazos al lugar perfecto a donde pertenezco Porque si
te tengo, tengo todo En ti… tengo todo…♪
-Sí, pero yo podía vestirme solo
Santi.
Levantaba su traje cuando su polla
toco mis labios, me detuve en el instante con algo de malicia, solo rio un poco
y apoyando su mano en mi cabello me apretó un poco más a él; le propine el
primer beso a su palla, crecía con rapidez me agache un poco para tomarlo de la
punta con los labios centímetro a centímetro me lo introducía en la boca
saboreando el sabor a recién lavado de su verga.
Menee la lengua en su capullo mientras
lo arrinconaba a los casilleros de lata fría, le apreté con la boca chupándole
mientras le pajeaba lentamente, Sebastián coloco su pierna sobre mi hombro, me
la saque de la boca bese por su palo lamiendo su piel hasta encontrar sus
huevos y tomándolo con una mano los succione.
La pajee en frente de mis ojos
pasándola por mis mejillas por mi barbilla repasándola por mis labios, su
glande es color rojo claro algo grande sin exagerar; me gustaba chuparle su
sabor dulce, las contracciones que daba cuando lo paso despacio por mi lengua y
luego lo apretó a mi paladar hasta lograr acomodar e introducírmelo hasta la
base.
Mi nariz tocaba los vellos delgados de
color dorado que cubren su zona sexo, comencé a metérmela con rapidez apretando
su culo a mis manos recorría su ano
sentía su pliegues contraerse, me palpitaba a hostia la polla entre el
pantalón.
-follame la boca. Le dije suplicante
mientras tomaba aire.
Ubique mis manos en sus gemelos Sebastián
coloco su polla en mi boca y me la metió despacio lo aprisione entre mis labios
luego de hacerlo comenzó a envestirme con fuerza mientras movía sus caderas yo
me entretenía jugando con su ano aunque no pudiese penetrarle así de seco, con
la polla a medio estallar y la saliva saliendo por las comisuras de mis labios
me sentía en la gloria.
-Santi aaahg
Su envestidas fueron lentas, mi mano
resbalada en el sudor de su piel, lo miraba a sus ojos azules sus labios me
pronunciaron te amo para luego gemir pausando, su lefa recorrió lenta mi
lengua, con su calidez y su sabor agridulce. Le limpie en unas cuantas chupadas
luego que soltó mi cabellera. Retome su uniforme y jalando los tirantes se lo
lleve a los hombros cuando lo tuve en frente de mi lo bese.
Sus labios se pasaron a mi cuello
mientras sus dedos descubrieron parte de mi pecho, nuestros relojes pitaron
tres veces.
-debemos parar Sebas.
-o ser más rápidos. Sugirió para
colocarse en frete de mi paquete y sin mediar palabra me despojo de los
pantalones.
-vamos que esperas no me moveré de
aquí…
Me reí nervioso tomando mi polla entre
las manos el preparo su boca y se la metí sin mediar palabra lo envestí con
rapidez ya la tenía babeando hace rato y sus dedos tocando mis huevos me ponían
jodidamente caliente.
Me palmeo la cola y pensé en el tiempo
lo tome con más rudeza y lo envestí a gusto con mi pierna apoyada a una vara de
hierro cercana me termine corriendo a gusto en su boca cuando me detuve a tomar
aire me propino unas ultimas chupadas para subir a besarme la boca.
-ya no puedo perder…
(Presente)
Lleve mis dedos a los labios sentí el
tacto frio del agua tocar su piel. –ya no puedo perder…
Cerré los ojos pausadamente no lloro
no me gusta hacerlo prometí que nadie me vería llorar pero ahora nadie me ve
pero soy consciente de lo que haría perdí la tranquilidad de mi cuerpo y me
deje hundir puedes llorar sin cerrar los ojos y darte cuenta que a la vez no estás
llorando cuando como yo lloras cuando estas sumergido en gran cantidad de agua
no te pones a pensar que quizás entre esa agua están las muestras de tu dolor…
Cesar.
Decidí Salir
luego de la llamada de mi novia, es tan incómodo cuando alguien aparenta
comodidad cuando realmente sabes que está enfadado, pero la conozco mejor que
nadie mejor que amí mismo es como hacerla sonreír, como evocar el rubor en sus
mejillas, como debo acercarme a su oído para decirle que la amo; se todo de
ella, sí, pero ella acaso sabe todo de mí, entenderá por lo que paso,
comprenderá mi felicidad y que si estoy feliz por consecuente la necesito a mi
lado.
Introduje
mis manos en el bolcillo esta acción me hizo reír porque me recordó a Santiago,
él como siempre con sus manos metidas en algún lado su mirada ruda escondida
entre la sombras de su capota ¿Por qué será que no puedo sacarlo de mi cabeza?;
cruce esquinas bloquee la luz que transmitía las farolas.
-idiota.
Pronuncie dado pasos más lentos recordando como en una cinta de cine que se
refleja sobre una pared blanca el gesto que hizo cuando me golpeo la primera
vez que nos vimos en los camerinos…
-Sí y
también es muy terco; pronuncie llevando mi mirada a las estrellas no me había
percatado pero era noche de luna llena.
Reí un poco más
ante la ironía que causaba todo esto para luego seguir caminando al parecer ya sabía
a dónde iría en esta hermosa noche…
Santiago.
Parpadee
algo cansado de flotar en un mismo lugar, sin dejar de mirar la luna arropada
entre su manto negro ni dejar de oír el correr del agua golpeando en ondas de
costado a costado las paredes de la piscina; removiendo la lengua entre mis
labios cerré los ojos por si quizás la quietud me recuerde el sonido de su voz.
(Recuerdo)
Salíamos de
los camerinos ya visualizábamos tres de las cinco líneas de partida ocupadas
por los participantes todos dispuestos a ganar con sonrisas en sus rostros mire
a mi novio detenerse en la puerta de salida, le toque le espalda despacio me
miro angustiado entonces le sonreí.
-todo estará
bien tu ganaras. Le dije ejerciendo más fuerza
-si gano, si
gano es probable que no vuelva a verte. Su voz se quebró intento decir algo mas
pero había quedado mudo –te amo, Soltó bajando la mirada.
-ven- Lo
tome de la mano mire a mi alrededor cuando vi un lugar privado ingrese con él a
mi espalda, lo metí en el cuarto del conserje el lugar era bastante pequeño y
la única bombilla amenazaba con quemarnos la frente pero era un buen lugar.
Busque sus ojos azules cubierto por algunas capaz de lágrimas entonces acaricie
su mejilla y le vi llorar.
-quiero que
ganes. Le dije
-San…
Acerque su
boca a la mía, nos besamos, sentía el calor de sus labios en mi cuerpo
seguramente el sentía esa misma pasión que yo en esos momentos; me separe de él
porque nos faltaba el aire, deje caer mi frente sobre la suya y acomodando uno
de sus mechones le pedí que siguiera con su sueño.
-te amo Sebastián,
no es algo que vaya a cambiar nunca.
-será para
siempre. Le reitere besando su frente.
Introduje
mis manos en el bolcillo algo nervioso enredando mis dedos con la malla, cuando
encontré lo que buscaba apreté la mano en puño y la saque con mi mano libre
tome la suya y le coloque el anillo de plata que le había comprado hace un
tiempo.
- diamants dans la lumière, pronuncio su
boca.
Eso decía el
anillo, saque un segundo anillo con la misma frase y se lo di para que me lo
colocara.
-estamos
juntos Sebastián… para siempre…
(Presente)
- diamants dans la lumière.Pronuncie en el
silencio
-no sabía
que tuvieras idea alguna de francés, resonó despacio su voz mientras sus pasos
se aproximaban a mi lugar.
-es porque
siempre has creído que soy estúpido. Le solté de golpe en un tono gracioso.
-deberías
estar con Camilo ¿no Cesar?
-Quería
respirar, fue lo último que dijo antes que una bola de agua atacara mi cuerpo
flotante y me hiciera perder estabilidad.
Me removí
unos segundos en el fondo del agua para cuando Salí estaba cesar con su pecho
desnudo cubierto por algunas gotas, su cabello en tono oscuro por el agua
mirándome con sus intensos ojos verdes observe sus pómulos ruborizados lo que
me ubico en su boca roja con algunas gotas en sus labios y sin saber que hacia
coloque mi mano en su mejilla y con el dedo pulgar acaricie sus labios le mire
un momento y dejándome llevar en el agua lo bese…
Capítulo
IV.
Cesar.
Tenía a mi
novia entre los brazos con sus labios pegados a los míos, caminando por las
calles de mi ciudad sin preocupación alguna, observando sin mayor interés lo
que sucedía en el entorno; esta semana le corresponde a Santiago tener a Cami
así que he decidido pasar más tiempo con Diana; se lo debo no he sido el gran
novio y luego de esa noche donde lo bese… luego de esa noche algo ha cambiado
en mí, es como si luchara constantemente por eludir algo que sigue en pie
dentro de mi memoria.
El sonido
del heladero me saco de mis pensamientos y mirando a Diana que vestía su gabán
largo de color rojo junto con una blusa de escote medio, su jean apretado y
unas botas altas; estaba hermosa.
-¿quieres
uno? Pregunte tomándola de la mano.
Caminamos
con los conos en las manos ella pidió uno de fresa yo me conforme con uno de
limón, me coloco el de ella en frente de mi rostro la mire divertido ante su
sonrisa y le propine la primera lamida, luego lo retomo a su boca quedo un poco
entre sus labios así que parando en seco logre que girara cuando mire sus
bellos ojos pardos la bese. Retire mi boca lentamente al abrir los ojos a la
par de los de ella, acaricie su labio con el dedo pulgar.
-te amo;
susurraron sus labios.
El sol le
daba directo en los ojos era increíble cómo se veían ahora, removí un poco mis
labios y sonriéndole. -Yo también te amo.
♪La historia de mi
vida Ha sido buscar lo adecuado Pero continua evitándome Hay
dolor en mi alma Porque parece que la equívoco Realmente adora mi compañía♪Reíamos de todo
un poco, observamos los niños jugar en el lugar, a los patos enojarse cuando
les engañaban con comida que no les darían, preocuparnos por el niño al que le
mordían cuando se acercaba demasiado, el color de los peces brillar con los
rayos dorados en el agua transparente. De repente Diana se levantó dejando su
gabán en el banco, mi mano cayo de sorpresa sobre la madera cuando la busque
con la mirada ella me giño el ojo así que corrí tras de ella, pisando con
fuerza el paso oyéndola reír a la distancia; pasábamos las manos por los árboles
para poder girar con mayor facilidad y arrinconada entre la hojarasca la tome
de la mano.
Apoyo su
espalda en el tronco, levantaba su pecho de agitación, la mire divertido
mordiéndome el labio me acerque a su cuello y la bese acorralándola entre mis
brazos, sentía su risa vibrando por cada centímetro de piel en su cuello.
Baje un poco
mi mano pero recordé el lugar donde nos encontrábamos, me aleje de ella…
-te toca a
ti, dije palmeando su brazo echándome a correr.
♫Unfaithful/Rihanna♫No sé si ella era consciente que
jamás me alcanzaría, luego de unos minutos me deje alcanzar la felicidad en sus
ojos al saber que lo logro me hizo reír, nos besamos unas cuantas veces antes
de volver a la banca apreciamos juntos como el sol descendía en el atardecer,
las personas despejaban el lugar y la paz de la naturaleza se sentía en el
aire.
Nos
levantamos del lugar tomados de las manos caminábamos hacia la casa estábamos
lejos y al parecer no había afán de llegar así que transitamos por nuevas
calles; dimos con una muy particular en la que concurría mucha gente el sonido
de la música hacia vibrar literalmente el vecindario; caminamos siguiéndola
cuando dimos con un bar… un sitio enorme de luces por todo lado, el ruido
indicaba diversión, lo que descoloco del lugar era las personas que los
frecuentaban todos parecían ser gay y la pasaban realmente bien. En ese momento
recordé mi beso con Santiago y las cosas empeoraron.
Camine más
rápido me sentía asco por engañar a Diana y no poderle contar lo que había
pasado, si no era nada porque no se lo podía decir, también me jodia que no
pude decir nada luego del beso; mi cabeza era bombardeada por preguntas que no
hacían más que confundirme. Guarde silencio durante lo que resto para llegar a
casa de ella.
Nos
acostamos juntos a ver una película “el caso de Benjamín Button” una película
hermosa que la conmovía demasiado en minutos estaba pronunciando frases al aire
o me propinaba uno que otro beso con pasión, me dejaba jugar un juego limpio de
seducción que me tenía a mil pero que no realizaría en su totalidad esta noche;
porque seguramente me diría que esta noche no quiere.
Mi cabeza
rondaba en el sabor de su beso –mierda- no lo puedo sacar de mi cabeza es como
si quisiera volver a sentir algo similar. Diana dejo de moverse cuando le llame
no me respondió moví un poco mi hombro y la deje descansar en la almohada,
apague el televisor y salí de la habitación.
Llevaba una
camisa negra a botones apretada al cuerpo sin mangas, desabrochada a la altura
de los pectorales me gustaba el contraste que tenía con la piel, unos vaqueros
apretados correa de hebilla ancha y unos zapatos de cuero color negro
intenso. Me mire en el espejo de la sala
acomode un poco mi cabello y mire con orgullo mis ojos.
Salí al frio
de la calle sin saber quéhacía o porque había abandonado el lugar pero lo
cierto es que me atormentaba fuertemente la cabeza y ya me estaba hartando
necesitaba dejar de hacerme preguntas y conseguir algunas respuestas.
Vasos de
plástico en el suelo con licor sobre la calle, colillas sin terminar, unas sin
ser pisadas, hombres de torso desnudo y pantalón bajado hasta la cintura
luciendo el elástico de los bóxer con un letrero subliminal que te decía
“abierto”, eso encontraba de camino a la entrada, rechazaba con moderación
algunas miradas que comenzaban a ser molestas.
Cancele la
barra libre y luego de que un moreno de cuerpo robusto me requisara me dejo
entrar sin no entes recomendarme un buen comportamiento. El lugar era otra cosa
por dentro, grafitis en las paredes,
luces incandescentes que bombardeaban tu cara por todos los ángulos, de
momento lugares se sumían en la oscuridad hasta que la luz volviese a
alumbrarlos, veías hombres en las paredes acorralando a otro que le seguía en
su juego de manos; partiéndose la boca con un beso.
Al llegar al
centro ya no te preocupabas si sentías que alguien te tocaba pues cuando
giraras este sin reparo te ofrecía el vaso con el licor que estuviese tomando,
te preguntabas como un condón usado llegaba al centro de la pista, seguía
caminando sin aparente interés en mis fracciones pero con algo de asombro en
mis pensamientos.
♪Él es más que un hombre Y esto es más que amor Es la razón por
la que el cielo es azul Pero la nube se acerca, Porque me he ido otra
vez Y no puedo serle fiel♪
Llegue a la
barra pedí algo de Ron, cuando el vaso golpeo la mesa el néctar rojo ladeo chapoteando
un poco lo tome decidido y me lo tome de golpe.
-otro si es
tan amable, le dije tendiéndole la copa al barman.
Pasaba por
las distintas botellas no recordaba haber tomado así, pero tenía conciencia de
eso estaba seguro, las luces de la pared del frente iluminaban las imágenes del
espejo, estaba yo y un millar de gente atrás gire mi silla, repasando el
alcohol de mis labios con la lengua. Cuando azote mi baso contra la mesa sin
apartar la mirada del centro de la pista.
-yo te sirvo
de mi copa. Dijo aquel chico.
No sé en qué
jodido momento se sentó a mi lado, tenía el cabello negro con rayos rubios, con
un buen corte al estilo Lambert, sus labios rojillos como su piel totalmente
blanca cubierta por finas gotas de sudor, cuando toco mi mano junto con mi copa
me miro sus ojos… esos ojos grises impactantes, picaros que junto con su
sonrisa me llevaron a otro sitio. Vertió alcohol sobre mi copa y tomando un
poco me gire a él…
Santiago.
-Cami no es
hora de estar jugando, anda ve a la cama.
-no quiero,
quiero jugar un poco más. Dijo con su tierna voz mirándome tímido a través de
sus ojos.
Me agachaba
para cargar a mi hermanito cuando un sonido provino de la sala, la imagen de mi
madre paso por mi cabeza y deteniendo mi movimiento mire a Cami y salí de su
cuarto no sin antes guiñarle un ojo y hacer la señal de que volvería pronto.
Al llegar a
la sala que milagrosamente logre dar un toque de limpieza, observe en el suelo
frente al sofá… mi madre con la bata corrida y su cabello despeinado; corrí
hasta ella para ayudarle a levantar tome la copa que tenía en su mano y la
coloque en la mesa de centro, la ubique mejor en el sofá.
Su expresión
simulaba cansancio, sus ojeras debajo de sus intensos ojos, al igual que su
piel reseca sus labios quebrados y repugnante sudor a bebida, la mire con algo
de tristeza deje caer mi cabeza cansado, ella me tomo entre sus manos y
mirándome a los ojos me beso la frente para apoyarme en su pecho; cuando me
retiro removió algo entre su boca seca le pase un poco de agua no podía
sostenerla por si misma así que se lo di yo.
-¿te quieres
bañar ya madre? Le pregunte al ser consciente de su estado.
-pásame la
botella, Dijo escupiendo saliva en lo que articulaba.
Respire
cansado la tome entre mis brazos y la empuje hacia el baño, mi madre comenzó a
gritar cada vez más alto cuando entro al baño; me disponía a cerrar la puerta
pero el pequeño Cami estaba en frente mirando la escena con su carro entre las
manos.
Sentí tanta
tristeza verlo así, con los ojos llorosos preocupado por su madre sin saber que
decir simplemente ahí en ese lugar inmóvil, apretaba sus manitas en puño;
pensaba que le diría pero no me salía nada… nada, solo Salí del baño dejándola
con seguro pero cuando lo iba a coger él salió corriendo hasta su habitación cerrando
fuertemente la puerta a su espalda.
La madera de
la puerta crujió fuertemente gire tomándome de la cabeza y le abrí la puerta de
golpe a mi madre, retenía mis manos no sabíaqué hacer quería tomarla de los
hombros y agitarla, decirle todo lo que no he dicho pero es mi madre… tome un
poco más de aire y cerré la puerta.
Cuando Salí luego
de dejar a mi madre dormida en su habitación me dirigí a la de Cami pero la
puerta estaba trancada, insistí un par de veces hasta que me di por vencido y
golpeando la cabeza en la madera –podemos hablar…
-no quiero,
me respondió en una voz quebrada.
-vamos, por
favor tengo frio. Le dije
-no.
-bueno, si
no quieres hablar yo me quedare acá; girando mi cuerpo apoye mi espalda a la
pared y me deje caer al suelo cruce mis brazos entre las rodillas y le espere.
De un
momento a otro la puerta se abrió y mi cuerpo cayó tras ella, le mire desde el
suelo y le sonreí.
-¿ya quieres
hablar peque? Le pregunte dirigiéndole una mirada tierna.
Cuando se
vio arropado me senté en un costado –Cami sé que te molesta un poco pero es que
debes entender que nuestra mami esta triste pero no por eso nos ha dejado de
amar ¿lo entiendes? Le dije apretando su nariz con el dedo.
-lo
entiendo, dijo agachando su mirada, su rostro fue invadido de color rojo.
Me acomode a
su lado –hoy dormiré contigo. Le dije robándole cobija.
Mi hermanito
me arropo en un juego de manos y se giró de medio lado para mirarme.
(Suena el
celular) Cami se abalanzo a cogerlo cuando lo destapo le pregunte quien era.
-es tu
entrenador, Santiago…
♪Lo siento en el
aire Mientras me arreglo el cabello Preparándome para otra cita, Me
da un beso en la mejilla Y a regañadientes Me pregunta si voy a llegar
tarde Digo que no tardare Que solo saldré con los chicos… Una mentira
que no había necesidad de mentir Porque ambos sabemos A donde estoy a
punto de ir Y lo sabemos muy bien♪
Cesar.
-y sabes
algo másademás de beber Adam; le sugerí al extraño chico rubio de ojos grises
con el cual llevaba riéndome un buen tiempo.
Él se levantó
de su silla acerco su nariz a la mía y abriendo sus ojos tomo mi mano, me
dirigió a la pista tomo mi cintura y comenzamos a bailar, deje descansar mi
cabeza sobre su hombro, el acariciaba mi cabello a ritmo que se movía.
-y que te gusta
de mi… me susurro al oído.
-tus ojos,
le respondí -me recuerdan a alguien
-no es lo
que esperaba oír pero igual gracias; dijo divertido.
♪Y sé que él sabe que soy infiel Y lo está matando por
dentro Saber que soy feliz con algún otro chico Puedo verlo morir… ♪
Apretó su
culo a mi sin soltar mi cabeza, su lengua comenzó a recorrer mi oído apreté mis
brazos alrededor de su cintura bese su hombro subí por su cuello y lamí el
sudor de su piel mientras el guiaba mis pasos; sentía que lo sostenía entre mis
brazos cuando se giróy comenzó a bailar en frente de mis ojos sin borrar su
sonrisa.
Pero me
gustaba como estábamos así que tomándolo nuevamente del brazo lo mire y lo
apreté a mí con su espalda en mi pecho y sus piernas cerca a las mías, juntamos
nuestros labios invadía su boca con mi lengua tenía un deliciosos sabor a
alcohol con algo más que no lograba descifrar pero me gustaba es como si
recorriera mi cuerpo y expandiera mi energía.
Introduje
mis dedos en su cabellera le seguí besando la saliva resbalaba por las
comisuras de nuestros labios cuando abrí por primera vez los ojos los de él
estaban cerrados, luego de otra tonada los abrí y él me miro le deje tomar aire
sin soltarlo de mis brazos; me sonrió gratamente.
-me dijiste
que eras nuevo en esto, dijo gracioso.
-ya había
besado antes, dije guiñándole un ojo. Era un nuevo yo, no me reconocía sentía
que tenía el control que analizaba la situación mas no era yo.
Me tomo de
la mano y me llevo a un cuarto azul fosforescente todos follaban en este lugar
por lo que mis ojos veían, no me soltó un instante aun cuando opuse resistencia
me llevo a una plataforma improvisada donde nuevamente me beso con fuerza.
Cuando se separó
de mi busco en su bolcillo y saco un sobre con varias papeletas se veían como
chicles quizás un poco más delgados y se llevó uno a la boca, sus pupilas se
expandieron e inmediatamente busco mi boca.
Lo detuve
entre mis brazos -¿te drogas?
-¿tú no? Me
dijo con total tranquilidad.
-no, yo nado,
no puedo meterme eso. Le dije enojado quitándomelo del cuerpo.
-no seas
idiota no te volverá adicto. Me tomo de la mano y volvió a besarme, nuevamente
el sabor volvía a mis labios.
♪No quiero seguir haciendo esto, No quiero ser la razón por la
que Cada vez que salgo por la puerta, Veo morir de a poco su
interior Y no quiero herirlo más, No quiero arruinar su vida, No
quiero ser... Un asesino♪
Se sentó
sobre mí apoyando su culo en mi vientre…
-debes estar
tranquilo. Me dijo
Beso mi
oreja mientras su mano repasaba mi pecho apretando mi tetilla, botón tras otro
se desabrochaba a su paso lo tome del cabello y le mire a los ojos lo acerque a
mi boca y le bese su mano me acariciaba despeinaba mi cabello; gemía entre mis
labios le apreté con mis dientes él se movía sobre mi cuerpo como si aún
pudiese escuchar la música, sus manos bajaron hasta mi pantalón y apretaron mi
polla, su mano me repasaba de arriba abajo sintiendo lo dura que estaba.
Beso mi
mejilla yo besaba su cuello, mordía el lóbulo en su oreja pase mi mano por su
pecho baje hasta su cintura y lo tome de la camisa introduje mis dedos cuando
sentí su piel el deseo me cubrió, no estaba seguro creía que mi cuerpo sudaba;
levante su camisa en lo que me sentaba su culo cayo a mi paquete se mordió los
labios y me comió los míos le retire la camisa.
Bese su
pecho mordí su tetilla la chupe una y otra vez, apretándola con los dientes
sintiéndola dura en la punta de la lengua, bese el centro de su pecho le mordí
mientras apretaba con más fuerza su cintura lo lleve más atrás para comenzar a
besar su tableta su culo se apoyaba a mi pene y su cuerpo a mis brazos. Nunca
fue algo semejante. El acariciaba mi espalda reseguía el contorno de mis
brazos.
Le sonreí
cuando di con sus ojos de pupilas anchas, él rio algo fuerte, tomo mi camisa y
la bajo mientras su boca se abalanzaba a comerme el cuello; se retiró de mis
brazos y con una pierna en la tabla y otra en el suelo, comenzó, me beso en lo
que su mano desabrochaba el pantalón acaricio mi poya entre el bóxer, bajo un
poco para sentir los huevos, acaricie su nuca era la primera mamada de mi vida.
Se arrodillo
frente a mí y jalo con fuerza el pantalón, oí la hebilla chocar con el suelo,
su lengua paso por mis bolas y centre mi mirada en el tocaba los costados de mi
culo, permanecía con los ojos cerrados y lamia cuando mi pene palpitaba en sus
labios mordía pícaro; mire a mi alrededor para encontrar varios ojos
observándonos, me la tenía tiesa el calor de su saliva es impresionante, todas
mis células estaban activadas para este momento babeaba humedeciendo el bóxer
el no paraba de chupar y succionar apreté un poco la mano en su nuca mordió el
elástico con los bóxer y con ayuda de sus dedos tiro de ellos. Mi polla golpeo
su barbilla gemía al sentirla liberada.
Lo tomo
entre sus dedos –joder Adam. Gemí llevando mi cabeza hacia atrás
Se abalanzo
por mis huevos se los llevaba a la boca sin darse espacio de lamer literalmente
se iba a la parte del tragado, en el corto espacio donde las veía sumidas
rozaba con la punta en lo que chupaba cuando saco mis bolas para respirar, les
propino unas lamidas cada vez más gorditas las beso succionando aire eso era
algo que me tenía a mil; estiraba su piel hasta que se soltaba propinando el
sonido de la saliva en sus labios.
Tome su mano
que a su vez tenía mi polla y la baje y volví a subir despacio, me calentaba me
picaba no se la cosa es que me jodia, guie su pajeada mientras me chupaba los
huevos su dedo acaricio por debajo de ellos pero antes de que continuara
levante su barbilla cuando di con sus ojos mire mi polla.
Saco su
lengua y apoyándola en mi palo subió por este tomo todas las gotas de
preseminal que se me habían escapado, cuando sintió mi glande lo paso por su
cuello, por su barbilla, por sus mejillas el calor de cada rose me hacía
babearlo; lo detuvo en sus labios y aun sin abrirlos lo acaricio chupo mi palo
hasta la base y volvió a subir; apoye mi mano libre en su hombro, me faltaba
aire,volvió a sacar su lengua y se llevó el glande a la boca.
-puta madre,
tome todo el aire que pude.
El calor
invadió mi cuerpo pero nada comparado con su boca, la chupaba como un dios aunque
no tenga con que comparar este momento; apretó el glande a sus labios y con la
lengua lamio mientras su mano pajeaba el palo; la guio a sus mejillas sentí su
lengua, su paladar creo que hasta más adentro de su garganta cuando su nariz
tocaba mi vientre.
El mismo se
arcaba inconscientemente le acariciaba temiendo una reacción de él, bajaron sus
labios por mis piernas le indique que subiera apoyo su rodilla en la tabla y me
beso; pase mi mano por su costado su piel sudaba así hasta que di con su
pantalón, desapunte su botón baje el cierre y buscando entre el bóxer saque su
polla; la sentía gorda y larga la apreté un poco más que todo por la curiosidad
que me daba verme en esas, comencé a pajearle como yo me pajeo el chico gemía
me animo, eso significa que lo hacía bien.
Apretaba y
soltaba un poco en la punta, sentía gotas de néctar recorrer mi manos se
descapullaba con facilidad; su lengua invadió mi boca sus manos se ayudaron a
bajar el pantalón un poco más.
-quítatelo,
le sugerí.
Adam me hizo
caso y parándose en frente de mi bajo su pantalón y dejo que su polla me
apuntara, me abalanzaría sobre ella pero me pidió que no lo hiciera giro en
unos pasos y se apoyó en la tabla bajo un poco y dejo su ano expuesto; me miro
yo no di una suma para saber lo que pedía y como animal me abalance sobre su
ano mordí sus nalgas chupe la zona que conectaba a sus bolas; succionaba su ano
a la par que cuando sentía que se dilataba le introducía mi lengua él gemía
como un puto dios salvaje; baje de nuevo por la parte que conectaba a sus bolas
y tomándolas las lleve para atrás y las chupe.
El dejo su
pene por un momento y llevándolo para atrás agache mi cabeza entre sus piernas
y le chupe, repasaba mi lengua por su glande todo lo que hacía era chuparlo
sentir su preciado néctar salir por gotas; me pajeaba con lentitud.
Volví a
repasar su culito, Adam se giró me beso unas cuantas veces apoyando su culo en
mi pierna, el olor de su cuerpo me atraía, le encantaba propinarme mordiscos
por donde su boca pasara.
-métemela,
me pidió entre jadeo
♪Nuestro amor... su
verdad Podría de una vez tomar un arma Y ponerla en su
cabeza Terminar con esto No quiero hacer esto... más♪
Lleve mi
mano hasta su pantalón no sé pero sabía que él cargaría un condón se lo pase
cuando lo destapo se agacho junto con el luego de acomodarlo en mi polla me la
comenzó a chupar, beso mi abdomen mi pecho y termino en mi boca acomodo sus
piernas.
-en esta
posición te dolerá, dije mirándole fijamente.
Lo deje apoyar sus piernas a mi cintura y
mirando un buen sitio lo acosté le gire para que me diera su espalda abrió un poco sus piernas me acomode mientras
le comía el cuello y…
Santiago.
-mierda
Javier, dije adolorido apretando mis manos a su escritorio recibiendo su verga
entera en mi culo.
Apretaba mis
dientes con fuerza sus envestidas eran cada vezmás fuertes me tomo de la
cintura y cuando me vio en pie me pajeo con fuerza cuando su polla seguía
dentro de mi esfínter; me comía el cuerpo su aroma a habano y café impregnaba
mi piel, me corrí lanzando mis trallazos en el papeleo de su escritorio. Se separó
de mí y me ordeno que me acostara me tomo de los brazos y buscado mi ano me
volvió a insertar su pene; estiro la mano cuando lo visualice tenía una especie
de cinturón apretando mi cuello lo tome de los brazos, Javier me envestía con
total fuerza a la vez que me ahogaba.
Golpeaba su
cuerpo pero tenía una fuerza animal, se me cortaba el aire y no lograba articular
palabra parpadeaba con fuerza; él gemía con más fuerza parecido a un aullido,
fui perdiendo fuerzas de un momento a otro cerré los ojos… Sin lograr moverme…
Capitulo
V.
Adam.
Ya lleva un
largo tiempo en el baño, me comienzo a preguntar si él piensa salir algún día
de ahí, mientras tanto camino de lado a lado de su habitación apreciando lo
poco que tiene reteniendo el impulso de tocar algo. Camine hasta el escritorio
en frente de la lámpara lucia brillante en marco de plata una foto del junto
con otro hombre un poco mayor pero sin negarlo atractivo, la foto debía ser
vieja su color se había trastornado además que el ya no tiene la misma
apariencia.
Continúe
caminando por la habitación con la mirada caída buscando algún hueco donde
pudiera meterme y escapar, la cabeza me dolía al igual que el cuerpo, me senté
sobre la cama y me deje caer en la misma mientras miraba la bombilla del techo.
-lo lamento.
Fueron las únicas palabras que salieron de la boca de Cesar esa noche.
Debía
parecerme normal, debería estar acostumbrado a esto, un ligue de una noche de
paso con un hetero confundido de su identidad debí prever lo que pasaría; luego
que se corrió en mi interior se acostó aun aturdido por la dosis y el alcohol
en la madera del cuarto oscuro, como el lugar no era muy ancho me invito a
acomodarme sobre su cuerpo nunca nadie me había tratado así luego de estar
conmigo.
-nunca nadie
me había tratado así- dije en el aire sin dejar de observar a la nada.
Me tomo
entre sus brazos, me miro unas cuantas veces antes de que sus ojos cedieran
cansados a un lugar al que no estaba acostumbrado pero… pero aun con los ojos
cerrados no dejaba de peinar mi cabello. Me sentía diferente, me sentía más
fuerte, me sentía querido…
Parpadee un
momento, podía pensar en cuantas personas he conocido en mi vida pero no he
podido evitar sentirme realmente solo con el tiempo entendí que no eliges lo
que sucede, no piensas mientras estas cayendo y no vives de sueños cuando te
das de cara con la realidad.
-no séqué
sucedió pero…- me dijo intentando calmar en algo la situación.
Pero… es la
manera más fácil de salir, esa noche lo mire mientras dormía, me levante para
recoger nuestras prendas y lo vestí junto conmigo no le coloque la camisa porque
cuando me acostara sobre el esperaba sentir el calor de su pecho y oír en sus
latidos, que seguía vivo.
-¡vete
quitando la ropa! Grito el cliente desde el baño, sacándome de mis pensamientos
devolviéndome a la realidad.
♫Mirror/Bruno
Mars♫Abrí los ojos y me senté a un costado
de la cama, apretaba mis dedos jugaba con ellos mientras miraba a varios lados,
golpee mis piernas y respire profundo, tome mi camisa apretándola a mis manos
la lleve hasta despojarme de ella, la lance al suelo acaricie un poco mis
pectorales, baje las manos por mi tableta y cuando llegue al pantalón lo
desapunte entonces mire nuevamente la puerta del baño.
Acaricie mi
pene por encima del bóxer hasta sentir que se ponía duro, me quite el pantalón,
me lance nuevamente a la cama cuando gire la mirada di con un espejo, pose para
él, mi cabello alborotado con rayos rubios en un estilo mojado formando una
cresta, me sentía orgulloso de mi cuerpo… mis ojos grises, mi piel blanca, mis
labios rojos, lo he logrado entrenar muy bien con los años, el culo parado y
redondo y mi paquete abultado.
♪Ahora me estoy mirando a mí, Estoy viendo mi
pasado Maldición, me parezco a mi puto padre
Enciendo un cigarro, eso es mentirse a uno mismo, Me veo bien incluso en un espejo roto. Veo a mi madre sonreír, eso es una bendición… Veo el mensaje, veo el camino Y ningún otro mensaje hubiera podido ser más claro♪
Enciendo un cigarro, eso es mentirse a uno mismo, Me veo bien incluso en un espejo roto. Veo a mi madre sonreír, eso es una bendición… Veo el mensaje, veo el camino Y ningún otro mensaje hubiera podido ser más claro♪
-¡listo!
Dijo en su voz gruesa saliendo del baño.
Un hombre
alto, se había quitado el cabello de su cabeza le daba un aspecto rudo tras su
cuello grueso y sus hombros anchos, pectorales duros de tetillas prodigiosas en
un suave color rosado, lo detalle sin moverme un centímetro de seguro acudía a
una especie de bronceado su piel dorada le lucia perfecto con sus ojos miel; no
sonreía era una expresión seria que se confirmó cuando cruzo los brazos; sus
abultados brazos surcados de venas lograban intimidarme; por mi parte seguía
inmóvil intentando remover algo de palabra era diferente cuando estaba desnudo
cuando me contacto no daba tanto miedo.
Mi ansiedad
aumento, levante despacio la mirada hasta dar con sus ojos, con la garganta
seca consideraba que pasar saliva en ese momento era lo peor que podía hacer,
entonces dio unos pasos dirigiéndose a mí. A unos escasos centímetros decidió hablar.
-te dije que
te quitaras la ropa. Concluyo.
Baje la
mirada hasta mis bóxer y volví a mirar a mi cliente, me baje los bóxer
dejándolo a un lado de mis piernas volví a levantarme erguido, con la polla tiesa
y los huevos gordos, su mirada cambio paso su lengua por los labios mientras se
acercaba a mi cuando mi piel sintió el calor de sus manos lo mire mientras
bajaba, beso mi abdomen bajaba mientras tomaba mis huevos con una mano.
Comenzó a
apretarlos lentamente jugando con cada dedo, lleve mi cabeza hacia atrás gemí
mientras se introducía la polla en su boca, la tomo con la lengua y con ayuda
de la misma se la llevó al interior, la saliva cálida mojaba mi capullo
mientras la lengua se abría paso para rozar el glande con su punta, se lo saco
un momento me miro mientras sonreía su mano me pajeo lentamente apretándome el
glande con el dedo pulgar aun sin soltar mis huevos con la otra.
La mano que
me sobaba se apretó a mi culo para darle equilibrio así acerco sus labios a mis
huevos, lamiendo cada arruga, chupando con fuerza creando succión con su
saliva, el calor que me producía tal lentitud era único; coloque mi mano en su
cabeza empujándolo a que abarcara más lugar y así lo hizo abrió la boca y con
su mano se llevó los huevos, las gotas de saliva se sentían en su recorrido.
La paja
continuaba lenta, el disfrutaba del estímulo que producía tener los huevos
llenos de leche en su boca; se alejó un poco para tomar un respiro sus labios
se mostraban más rojos lubricados a saliva, se pasó el brazo por la boca y subiendo
nuevamente apretó mi glande en sus labios, gemí para él. Volví a tomar su
cabeza pero el apretó mi mano con fuerza y la retiro sin mirarme se subió un
poco más abrió la boca, chocando mi glande con su paladar se la trago, se la
sacaba de vez en cuando con su mano se lo llevaba a la mejillas reseguía el
contorno de sus labios y se la volvía a llevar.
Me tomo del
brazo para subir, sus manos me rodearon cuando comenzó a besarme a gusto, se
apretaba con fuerza a mis labios su saliva continuaba cálida, su lengua me
entraba con fuerza, se alejó para tomar aire sin soltar mi labio inferior de
sus dientes, su mano bajaba por mi nuca, acaricio cada vertebra de mi espalda
hasta encontrar mi culo, el calor de sus dedos se sintió entre mis nalgas pero
sin ningún intento de penetración acaricio mi ano mientras me besaba.
Con ambas
manos en mis nalgas me levanto con fuerza para que colgara en su cintura, no
parábamos de besarnos, me guio hasta la cama en frente de ella me lanzo con
fuerza me agarre de las cobijas sin apartarle la mirada, miro a su alrededor
algo indeciso para mirarme a mí, golpeo el escritorio dejando caer el cuadro
que había visto; sus manos en mis piernas se arrodillo al borde de la cama, sus
labios volvieron a estremecer mi piel; miro un momento mi polla y sin pensarlo
mucho la devoro sentí un calor inmenso avisado por su arcada.
Me senté de
golpe pero su mano golpeando mi pectoral en puño me hizo consiente que debía
descender, su boca me robaba el preseminal apretaba mis manos con fuerza a la
cobija sabía que no debía correrme antes que él, tome fuerza en mi decisión y
me senté cuando me mandaba la mano la empuje fuertemente me miro sorprendido a
lo que le sonreí; se sacó la polla de la boca se apreciaba un hilo de saliva
que colgaba desde esta hasta el glande; se levantó cuando lo tuve de frente lo
gire con mi cuerpo para lograr tirarlo a la cama; lo deje ahí mientras me
acercaba a mi pantalón y dándole la espalda saque el sobre con lo que me quedaba
de algunas laminas tome una LSD llevándola a la boca me levante dirigiéndome a
él.
♪Con todo lo que pasa hoy en día No sabes cuándo vas
a venir o irte Pero piensas que estás en tu camino… La vida alineada sobre el
espejo, no sangra. Mírame cuando te hablo♪
Me monte
sobre su polla que a pesar de tener su bóxer puesto cuando me senté sentí el
tacto frio de su preseminal; sentía calor en mis venas un tacto fino en mi
piel, me abalance sobre su cuello y para besarle sin dejar de mover la cintura
sobre su polla; sus manos acariciaban mi cuerpo lo mire a los ojos me lleve
hacia atrás él acaricio mis pectorales, su boca subió por mi cuello me comió la
oreja enviándome gemidos cálidos.
-quiero que
te la comas.
Me levante
de la cama, bese su vientre, los vellos que rodeaban su pene, lo tome entre mis
manos y le pajee mientras besaba la base, en mi boca lo pasaba por mi lengua
sin dejar de mirarle o de gemir por el acto, a él le gustaba mi nueva actitud y
para ser sincero a mí también, me beso un par de veces antes de colocarme sobre
la almohada; levanto mis piernas a sus hombros e inclinándose un poco se dedicó
a comerme la polla la tome entre mi mano y con su cabeza tomada a la otra se la
golpee contra sus labios.
Sus labios
tocaron los míos, mientras él apoyaba su culo a mi miembro, se inclinó un poco
mientras me besaba golpee el glande en su ano mientras lo rosaba
constantemente, él no paraba de besarme, movía sus caderas estupendamente, estire mi mano para con movimientos torpes
terminar abriendo el cajón de la mesita; cuando sentí el condón se lo pase,
simplemente me miraba y me besaba el calor en su boca es impresionante como lo
bien que me sabia su saliva; se llevó ambas manos atrás lo tome entre mis manos
para darle mayor agarre, cuando me lo coloco me volvió a besar; esta vez fue él
quien estiro la mano termino con un lubricante en la misma.
Me deposito
un poco en mi mano, se lo esparcí por el ano y sin reparo le metía los dedos,
el hizo uso de su fuerza para agarrármelo y echarle una cantidad que en tacto
frio me puso a mil; se sentó sobre mi miembro descansando sus potentes nalgas
sobre mis piernas fue cuando comenzó a cabalgar. Gemimos juntos por el momento,
coloco una de sus manos sobre mi pecho y la otra sobre el barandal, no me
permitía pajearle pero la tenía tiesa y babeando, me estremecía cuando golpeaba
con mi abdomen.
Guiaba sus
caderas de adelante a atrás restregándose en mis caderas para luego de unos
brincos moverlas en círculos; quería besarlo, me apoye en su nuca para llegar
hasta él lo bese sin dejar de mirarlo tenía esa mirada profunda de pupilas
dilatadas que tanto me gustaban; se levantó de mi abdomen para cuando me
acostaba me tomo de las piernas y con el poco preseminal en su polla me la
metió de golpe, fue fantástico, gemía a gusto mientras me la metía, su piel se
tornaba roja a mis ojos como lo surcado que ya estaba de venas incluso la que
se le formaba en la frente.
Sus gemidos
aumentaron y con ellos su razón disminuía. –te gusta puto ¡eh! Te encanta.
Saco su
polla y se corrió sobre mis huevos, se tumbó a un lado de la cama me miro
lascivo como a mi polla, me levante sobre la cama cuando tuve mi polla a
centímetros de su boca me pajee hasta que la presión en el abdomen ceso y los
trallazos invadían su rostro.
Me tumbe al
igual que él, lo vi tomar su celular entendí que debía irme y eso hice me
encamine a mi ropa, me vestí su mirada no dejaba de seguirme aun respiraba
agitado, saque su billetera sin mediar palabra y cobre lo justo.
♪yo veo a través de ti… Veo la sangre en tus
ojos…Veo el amor disfrazado, Veo el dolor escondido en tu orgullo, Veo que no estás
satisfecho Y no veo a nadie más… a nadie más que a mí mismo♪
-toma más.
Me dijo desde la cama.
Lo mire
extrañado aun así saque un poco más cuando lo creí suficiente deje de juntar
billete se lo mostré y lo guarde en el bolcillo, camine hacia la puerta cuando
al abrirla me detuve en seco un hombre cubierto de musculatura de hombros
anchos y mirada desafiante me impidió el paso.
-mi amigo y
yo creemos que puedes hacer más por nosotros. Dijo desde la cama.
Abrí los
ojos de golpe sin saber que decir cuando el de la puerta entro yo retrocedí
unos pasos…
Cesar.
Miraba
distraído el paisaje nublado de la colina en la que me encontraba con Cami, él
apoyado a mi cuerpo con su cabeza sobre mi pecho sus manitas inquietas
arrancando el pasto que encontraba cerca; se sentía todo con total paz y
tranquilidad, no se oía el canto de un ave o el soplo de una ventisca no se oía
nada que no fuera nuestra respiración.
Hoy se
culminaba la semana y debía entregárselo a Santiago, no he podido hablar con él
en estos días, no para de evadirme es como si nose percatara que estoy junto a él
cuando estamos entrenando, simplemente se queda ahí con la mirada perdida,
reconozco esa mirada de querer gritar, decir algo que desahogue… decirlo pero
que alguien esté ahí para escucharlo, sé muy bien esa mirada porque desde que Salí
del bar en donde trate tan mal a ese chico no olvido sus ojos.
♪Espejo en la pared,
aquí estamos otra vez A través de mis éxitos y fracasos Has sido mi único amigo
Me dijiste que ellos pueden entender el hombre que soy, Entonces ¿por qué
estamos de nuevo aquí hablando el uno con el otro?♪
-cesar… ¿te
duele algo? Me dijo Cami girando su cabeza con la mirada preocupada clavada en mí
su mano se apretó a mi pecho; cuando me apretó dirigí mi mirada a él.
-¿eh? No
Cami, no me duele nada ¿Por qué lo dices?
-por esa
cara, es la que pongo cuando me caigo en el parque y me sale sangre. Me dijo
divertido como si cada palabra tuviera un fundamento.
-quizás un
poco, le dije suspirando formando vaho en el aire.
-cuando…
¿Cuándo te caes en el parque que te quita el dolor? Le pregunte acariciando su
rostro.
-mi
hermanito siempre viene.
-lo quieres
mucho ¿verdad? Le pregunte agachando la mirada.
♪Veo la verdad en tus
mentiras No veo a nadie a tu lado Pero estoy contigo cuando estas solo Y me
corriges cuando miro mal Veo la culpabilidad por debajo de la vergüenza Veo tu
alma a través del cristal Veo las cicatrices que quedan…♪
Mientras
crecía no conocí esa persona que estuviera ahí cuando me sentía solo, con quien
hablara o me levantara cuando lloraba; mi padre me decía que llorar puede que
desahogue el alma pero si se llora por cada golpe puede que nos termine
ahogando; creí entonces que era cobarde al sentirme así cuando tenía una novia
y una familia única. Cuando hablaba con mi padre le preguntaba que lo hizo
luchar en la guerra la respuesta siempre fue la misma…-tú y tu madre son mi
fuerza-
-si mucho y
él también me quiere mucho. Me contesto Cami dejándose caer a mis piernas.
-no te
acuestes jajaja te pierdes del paisaje… me daba gracia verlo acomodarse como si
ya se fuese cansado de mirar.
Acaricie su
cabello, sin dejar de mirar sus ojos… -por mi hermano es que sigo aquí si me lo
quitas no tengo nada por que seguir- recuerdo cuando me lo dijo, con la mirada
insistente y lágrimas en sus ojos, la impotencia cubría su voz que se cortaba
con cada suplica y ahí estaba Santiago conmigo en los casilleros luego de que Cami
le dijera que no quería volver a casa. Lo mire solo, abatido, totalmente
cansado aferrándose a lo único que conocía como bueno. Por eso pactamos lo de
las semanas.
La fuerza de
Santiago es Cami lo protegería con su vida si es necesario, siempre soñé con
ver esa mirada en alguien, que alguien me mirara de la misma manera; mis padres
se tienen el uno al otro y con el tiempo creía que Diana me amaba y debía
corresponderle, pero… ella… en sus ojos, apreté el puño contra el pasto, ella
jamás me ha dirigido una mirada de esas.
Me sentía
frustrado, el nudo en la garganta se apoderaba más y más de mi respiración como
una soga que se aprieta y más cuando ni siquiera pongo las manos buscando algo
de aire; mi mirada se tornó cansada quería llorar pero simplemente acumulaba lágrimas
en los ojos.
-no estés
triste. Susurro Cami colocando su manita en mi mejilla, sin buscarlo una
lagrima se desarmo… se desarmo en su rostro.
Entonces lo
tome con ambas manos y lo apreté fuerte a mí, llorando en su hombro,
aferrándome a su cuerpo como él abrazaba el mío, besaba con cariño su cuello
–una persona es fuerte cuando tiene alguien a quien le importa- eso se estaba
convirtiendo Cami para mí.
Aleje a Cami
para besar su frente –te quiero Cami… mucho. Termine mi frase para volverlo
abrazar entre sollozos.
Desde hace
muchos años sentía el dolor de simplemente estar vivo, quiero comenzar a hacer
las cosas bien sin lastimar a nadie.
-¿está bien
si te llevo a casa Cami?
El pequeño
asintió con la cabeza, lo tome de las manos y lo lleve a mi espalda, su cabeza
se recostó en ella, me detuve a mirar el paisaje no sécuánto tiempo dure en
esta posición pero pronto Cami dejo de responderme, se había dormido, sonreí
mientras lo acomodaba mejor, me dirigí al auto de mi padre, abrí la puerta
trasera para dejar acostar a Cami en los asientos, lo arrope con una manta la
sensación térmica le hizo fruncir el ceño.
-te quiero
mucho cesar… susurro mientras se acomodaba mejor.
Me coloque
adelante cuando tuve el volante en mis manos lo mire por el retrovisor.
-puede que
sea la única manera… dije en el aire.
Santiago.
-ese hijo de
puta, dije mientras tapaba las marcas que me había dejado en el cuello
Ya las había
repasado con agua oxigenada, pero el dolor aun persistía me había cortado el
aire esa noche, cuando retome la conciencia él estaba sentado detrás de su
escritorio acariciando el águila de metal que le acompaña, se fumaba orgulloso
el habano percibía el aire de café recién echo.
Coloque mis
codos en la baldosa en lo que se me aclaraba la vista y volvía a mi respiración
normal, entonces el dolor se hizo intenso tuve que tomarme el cuello mientras hacía
mañas de levantarme; sin esperar ninguna ayuda en el primer intento perdí el
equilibrio, al segundo tome una silla que tenía cerca para apoyarme y subir.
-¿qué
sucedió? Divagué tomándome de la cabeza.
-Santi, el
polvo fue tan bueno que te desmayaste. Se reía tranquilamente descansando el
habano en su mano.
Mire mi
cuerpo aun desnudo, con su corrida en mi vientre, el desgraciado me vio en el
suelo inconsciente y se pajeo como su única opción.
-¿¡estás
enfermo!? Le dije recogiendo mi ropa del suelo.
El
entrenador guardo silencio, cuando termine de vestirme le mire desafiante,
sentía que perdía la cabeza, apreté mis manos en puño impotente de no poder
golpearlo o hacer algo en estos momentos.
Me acerque a
su silla, tome los reposa brazos y los gire para que me mirara.
Rápidamente
tome su águila y con el pico de la misma apreté su garganta. –le seré claro
bastardo, me aguato que me folle por necesidad pero… ¡míreme bien! Le grite…
-me vuelve a pasar una cosa como estas y lo último que probara su boca será
tierra.- estaba decidido apreté un poco más el pico a su garganta, cerré los
ojos para respirar con profundidad.
Me levante
tome su juguete y lo lance contra los trofeos rompiendo la cristalería, sin mediar
palabra azote la puerta y regrese a mi casa, esa noche le había prometido a Cami
dormir con el pero cuando llegue se había ido, sentí gran tristeza cuando llame
a Cesar y me confirmo que se lo había llevado antes de la semana.
Los días
pasaron lentos, no siento ánimos de hablar con nadie, el entrenador me ha
dejado tranquilo en estos momentos pero cada que me miro al espejo y veo las
marcas en mi cuello… que luego al llegar a casa mi madre está totalmente
borracha… estoy… estoy agotado.
-¡hermanito!
Grito Camilo desde la sala, sacándome de mis recuerdos. Haciéndome caer al
suelo los primeros auxilios.
Cuando entro
a la pieza lo mire con algo de tristeza, a veces pienso que mi existencia no es
necesaria, si yo no estuviera mañana seguramente Cami querría a Cesar como su
hermano y se olvidaría de mí. Soy yo el que lo ata a esto. Los ojos se me
llenaron de lágrimas mientras le sonreía.
Cesar me
miro y yo baje la mirada. –Cami ve a tu cuarto y organiza tus cosas, dijo
agachándose a él
–es que
quiero hablar con tu hermano, le susurro señalándome disimuladamente.
Cuando la
puerta se cerró me gire al para levantar las cosas.
-te ayudo.
Dijo rápidamente, le mire un minuto mientras en silencio agarraba las cosas.
Por un
instante sus ojos fijaron los míos, levanto su mano para tocar mi cuello.
-¿me
contaras que te paso?
-no te
importa. Dije sentándome en la cama cerré un momento los ojos cuando los volví
a abrir él estaba frente a mí con algunas cosas en las manos.
-déjame
curarte bien.
Respire
profundo y lo deje acercarse a mí, mientras me desinfectaba me dedicaba a mirar
a todos lados es como si fuese dejado de conocer mi cuarto.
-Cami es un
gran chico, me dijo
-y tú lo
quieres como hermano, le solté con algo de rabia.
Él se detuvo
y dejo caer las cosas, busque su mirada cuando la encontré me dijo con algo de
tristeza simulando una sonrisa –es verdad… (Silencio) –pero él me dijo que te
quería mucho.
-te dijo
eso, repetí como un idiota con algo de alegría en mi mirada sin notar lo triste
que se tornó la suya.
Recordé el
beso en aquella noche y tomando su mano le mire fijo. –discúlpame por los besos
no volverá a suceder.
-por los b…
y antes que terminara la palabra lo volví a besar nuevamente, necesitaba sentir
sus labios nuevamente posarse en los míos que le permitiera paso a mi lengua,
que mis manos acariciasen su caballera, eran cálidos, el tiempo pasaba lento
pero el abrió sus ojos y me vi hacer lo mismo cuando me miro se levantó de
golpe y dirigiéndose a la puerta.
-esto no
puede ser... fue lo último que oí
Quede con la
mano levantada y la boca totalmente seca sin palabra que él pudiese oír fue
cuando mire mi mano y observe la lumièrediamants
dans.
Capítulo
VI.
Adam.
Un ambiente
helado se apoderaba del lugar, no veía flores o animales en el aire,
simplemente yo en frente de las puertas de concreto que grises apagan aúnmás el
lugar, deje perder mi mirada en el suelo había llovido hace poco el pasto
brillaba con algunas de sus gotas. Quieto en ese lugar, siendo invisible,
algunas personas pasaban en un caminar tan lento que se podía pensar que
querían permanecer más tiempo en el lugar.
No había
música o composición que fuera apropiada, los sonidos que cubren este lugar
tienen el nombre de sollozo pero son más profundos para ser definidos, levante
mi mirada… de nuevo con las puertas de concreto; en sus esquinas ángeles
tallados con precisión y belleza en el más fino mármol; pero la lluvia ha
cambiado el color de sus ojos y le ha dibujado llanto a imágenes inertes.
Apreté mis
manos a mi cuerpo el frio llegaba a ser insoportable y aun las gotas de agua no
cesaban de caer pero quería venir, di unos pasos al frente, suspire
profundamente comenzaba a ahogarme, mire mi ropa con algo de gracia no era
común era sencillo era un poco elegante, vestía de traje con una camisa a
botones desapuntada a la altura de los pectorales; si alguien me viera, sin mi
cresta con el cabello peinado de lado dejándose car en mi frente.
Mordí un
poco mis labios para mojarlos con mi lengua, entonces gire la cabeza a un
costado alejado del sonido rechinante de las rejas observe a un hombre viejo,
vestía un saco y una ruana sobre él, su mirada perdida en frente donde
descansaban las rosas en un balde de agua turbia, su matiz cansado, la joroba
de su espalda… simplemente un hombre viejo ahí sentado, desapercibido; me
acerque a él a paso lento, jamás giro su mirada ni pronuncio una palabra.
-un ramo de
rosas; le pedí amablemente.
Levanto la
mirada, tomo el cuchillo que reposaba a un costado de la mesa y volvió a
mirarme.
-las rosadas,
le señale.
La verdad es
que las otras estaban algo marchitas, las rosas son bellas cuando sus pétalos
están cerrados luego de que se abren son vulnerables y terminan deshojadas; el
hombre tomo doce de ellas les corto el tallo, roció un poco de agua, envolvió
en un papel negro y anudo con una cinta blanca. Tome las rosas saque algo de efectivo
y le cancele.
No me gusta
frecuentar los cementerios se me hacen tristes, agotadores y vienes a visitar a
alguien que no se imagina que estás ahí; pero simplemente vienes… vienes y te
unes a ellos porque al ingresar la vida se convierte en pasado y la felicidad
de ella se hace decepcionante.
Me detuve en frente del mármol, para
este entonces el nudo en la garganta es insoportable, subes la mirada para no
llorar es mejor mostrarte fuerte.♪ ¿Qué puedo hacer?,
llueve por dentro y el corazón me duele y se deshace, pienso en ti, quiero
volar y remontar esta tristeza para escaparme.♪
-Mamá… aquí
estoy nuevamente.
Me arrodille
en el pasto húmedo, coloque mi mano en la lápida y la frote un poco, Jesica Lenz 1957-1992.
-te traje
rosas.
Tome las
rosas y desate el nudo, tome la mitad de ellas dejándolas en el suelo la otra
mitad la coloque en su lugar; anudaba el listón a mi dedo algo nervioso, me
arrodille junte mis piernas apoye mis manos en puño sobre ellas.
-te extraño…
(Recuerdo)
En contados
minutos el timbre del instituto avisaría que se había culminado otra estresante
jornada, me encontraba arrimado a uno de los muros mirando a la multitud
acercarse a las puertas, metí mis manos
a los bolcillos también esperaba salir, en frente de mi un grupo de chicas me
miraba con cierto secreteo que se me hacía gracioso, no soy de los chicos que
le agrade mezclarse con los demás, estoy mejor en solitario es por eso que no
tengo grandes amigos todos son compañeros que conocí por coincidencia, porque
así toco.
Me estaba
tensando no me gusta sentir que alguien me pone cuidado; acomode mi cabello con
la mano me tapaba la frente estaba largo de color negro intenso, levante la
mirada hacia las chicas y sonreí ameno o más bien me burlaba de ellas en dado
caso las derretía, el timbre sonó y con el libertad.
Levante un
poco la cabeza esperando visualizar un poco el exterior pero era imposible
espere a que salieran cuando la multitud se calmó camine, al salir observe a mi
madre de pie junto al muro de una casa con su vestido azul que le llegaba hasta
un poco más arriba de las rodillas, acomodo su cabellera rubia ondulada a cada
paso que dada sus ojos brillaban con el destello del sol se asemejaba a dos
piedras de ámbar.
A mi madre
le gustaba recogerme llego el momento en que dejo de molestarme, el camino
hasta la casa es de más de una hora a pie… es bueno tener compañía, somos una
familia humilde demasiado para mi pensar pero no me molesta ser pobre a menos
yo lo reconozco. Pase mi brazo por su hombro andaba a su ritmo casi sin
pronunciar palabra llego el momento en que pasamos por un parque; de árboles
altos el camino empedrado daba a las bancas que a su vez dirigían su vista a
los juegos infantiles.
Nos
detuvimos a mirar un momento, recordaba cuando jugaba con ella en ese lugar; la
mire a los ojos y le sonreí bese su frente para susurrarle un te quiero.
-mamá… le
dije sin apartar la mirada de en frente.
-dime Adam…
-porque… porque
nunca me dejaste conocer a mi padre. Le dije, al ver a los niños con su padre
jugando junto con ellos no puedo evitar pensarlo.
-hijo yo
siempre estaré para ti, dijo girándose a mi tomándome de la mano.
Sus ojos… no
podía dejar de mirarlos los cubría un manto de preocupación yo simplemente
quería saber que la causaba. –pero…
-no Adam,
dijo cortándome. –eres mi hijo quien me hace tan feliz, lamento hacerte esto
pero a veces los padres callamos porque simplemente así es mejor… con esto último
agacho la mirada y continuo caminando.
Así llegamos
a la casa, la acompañe a la cocina a preparar algo de comida, en la cocina nos
reíamos de todo un poco, probaba con el dedo de todo lo que cocinaba la quería
era lo que importaba. Realice mis deberes cuando termine me acosté en el sofá
junto con ella.
Me arropo
con una manta se divertía jugando con mi cabello, tenía el control en mis manos
pasándolo de canal en canal, al sentir sueño me levante bese su frente y espere
su bendición. Mañana sería otro día…
-despierta o
llegaras tarde. Me decía insistente mi madre desarropando mis cobijas.
-buenos
días. Le dije mientras frotaba mis ojos, apoye mi mano a la almohada y me
removí el cabello.
.párate…
volvió a insistir.
Admiraba que
ya estuviera lista, su cabello arreglado, su colorete rojo con algo de brillo
le combinaba con el rubor de sus mejillas. –te ves hermosa. Le dije
Ella sonrío
acomodando un poco su vestido negro, aprovechando su distracción volví a
arroparme; cuando lo noto agarro las cobijas se levantó y jalo fuerte de ella;
como podía hacer eso cuando tiene tacones.
-Adam, Adam.
Comenzó a decir cediendo cobija.
-báñate… no
oigo el agua. Toco mi madre desde la puerta del baño.
Luego de
unos cortos minutos me bañe, me dirigí a mi habitación cuando salí ella ya tenía
el desayuno servido esperándome con los brazos cruzados, no se había percatado
que la miraba me preguntaba por qué suspiraba de esa manera mientras miraba su
reflejo en la taza de café.
-¿Estás
bien? Le pregunte al ingresar lo que la sobresalto.
-¡eh! Si,
si… claro. Siéntate y come.
-si quieres
puedo quedarme, le dije
-por
supuesto y faltar a clases, muévete mejor. Dijo pasándome el pan con el queso
Mi madre
suele acompañarme unas tres cuadras luego de salir de casa, cuando me dejo en
la esquina de siempre se despidió de mi con un beso en la frente, me abrazo muy
fuerte, sus labios susurraron te quiero mientras me deseaba suerte en el
instituto.
La mire
desaparecerse entre la oscuridad de las calles, continúe mi camino con la
mirada en frente, admirando la neblina que se formaba, calando aire observando
las farolas encenderse poco a poco. Volví a alzar mi maleta pero no la sentí
tan pesada como otras veces; tomándola entre mis manos me asombre de haber
olvidado algunos libros no suele pasarme. Pero esta vez era importante lo
necesitaba.
Di media
vuelta –estoy jodido- resople, el camino es largo y devolverme nuevamente pero
debía hacerlo era nota importante y más a meses de graduarme. La tome con
fuerza y comencé a correr a la velocidad que le cuerpo me permitía, el aire se hacíamás
denso y el frio lastimaba mi rostro.
A media
cuadra de la casa estaba exhausto me detuve a tomar aire, me cubría una capa de
sudor por todo el cuerpo, cambie el
ritmo a paso un poco más lento; cuando llegue a la puerta introduje la llave,
era extraño que tuviese seguro hice lo posible por no hacer ruido. Deje mis
cosas a un lado de la puerta.
Unas voces
salieron del cuarto de mi madre, me detuve un poco intrigado con el corazón
latiéndome a mil por la corrida, me acerque a la puerta.
-debes irte
ya. Dijo mi madre tras la puerta.
♪Resonará tu adiós… De tardes negras que no hay tiempo
ni espacio y nadie nunca entenderá quedarte puedes porque la vida duele, duele
demasiado aquí sin ti♪ Tome el picaporte y
lo gire despacio, al abrir la puerta deje caer mis manos; mi mamá grito
sobresaltándose yo simplemente me quede en ese lugar con la garganta seca, mis
dientes comenzaron a temblar entonces parpadee pero no era mentira; entonces
maltita sea porque no digo nada, los ojos comenzaron a pesarme ¿estaría
llorando?
Mi madre me
miraba, no… mi madre no me miraba.
-Adam…
pronunciaron sus labios.
Pero ya la
había visto a un costado de la cama desnuda con un fajo de billetes en su manoy
un hombre mayor reposando en su cama.
-Po… por…
¿por qué mamá?
(Presente)
♪Quiero vivir
por siempre junto a ti, no importa nada, y huir de este silencio que se roba
mis mañanas, libera y acorrala.♪
-veo que ya
no están las flores de la vez pasada, lamento haberme tardado tanto. He estado
algo ocupado. Cerré los ojos dejando caer unas cuantas lágrimas al pasto
arrugue mi pantalón al formar el puño.
-pe… pero no
es necesario que hablemos de eso. Dije pasándome la mano por los ojos para
simular una sonrisa.
-hace unos
días me sentí feliz y sonreí como tanto te gustaba verme, había conocido un
chico sabes… es agradable te fuese gustado verlo, no duro mucho pero estoy
seguro que tardare en olvidarlo.
Guarde
silencio un momento –quisiera que estuvieras aquí.
-me he
sentido un poco solo, la casa está vacía prefiero dormir en otros lugares tu
sabes… siempre se puede encontrar donde dormir.
♪ Qué puedo hacer, si tu mirada se clava en mí,
luego me arranca el alma, no hay adiós, sólo hay entre tú y yo una distancia
que nos separa.No es imposible amar de lejos, de lejos, pero siento que muero
si no te tengo.♪
Comencé a
tomar el pasto entre las manos la ansiedad aumentaba necesitaba una lámina solo
una pero no traje nada, mire la lápida con lágrimas en mis ojos, acaso no puede
oírme. No… seguro no puede y yo estoy aquí solo, vacío, cansado. Apreté mis
dientes tomaba saliva como podía.
-aaah, grite
fuerte desgarrado por dentro aferrándome a la tierra.
-aaah,
nuevamente un grito tras otro quebrados por un sollozo.
(Recuerdo)
-¿Por qué
nunca me lo dijiste? Le pregunte
No me
atrevía a mirarla, había descargado toda mi ira contra lo poco que tenía en mi
cuarto, golpee fuerte el suelo hasta que sangraron mis nudillos y comenzó a
dolerme, tomaba mi cabello, estaba desesperado, hasta que de un momento a otro
me rendí sentado en la cama con las manos en mis piernas y la mirada fija en la
pared mientras seguían cayendo algunas lágrimas causadas por la imagen que
persistía y quemaba el alma.
La luz que ingresaba a mi habitación se vio
interrumpida por la sombra de mi madre que ingresaba. –no quería que lo
supieras. Dijo sentándose a mi lado no sabía si tocarme o no decidió no
hacerlo.
-¿¡hasta
cuando te lo callarías!? Le pregunte desafiante no me había percatado que
estaba llorado hasta que la mire a los ojos.
-no quería
lastimarte Adam. Yo… yo…
-¡no me
Toques! Le dije cuando coloco su mano en mi rostro.
♪Y lucho contra el silencio hablando con él Y he limado tu ausencia solo
junto a mis brazos, Y si me quieres tú ya no me veras Y menos me quieras y más
estaré allí Y si me quieras tú ya no me veras Y menos me quieras y más estaré
allí, Y más estaré allí… Lo juro♪
Ella volvió
a su posición mientras lloraba dijo –yo quería protegerte, no causarte este
dolor.
-es por esto
que jamás me dijiste quien era mi padre, estoy seguro que ni sabes quién es.
Su mano
golpeo mi rostro, no había sentido un dolor semejante, agache la mirada y
guarde silencio con mis manos apretadas en frente, no sabíacómo reaccionar; la
sentí levantarse.
-si puede
que no sepa quién es, que me gane la vida haciendo esto. Dijo señalando lo que tenía
alrededor. –pero jamás, jamás hice nada sin pensar en ti antes que en mí. Su
voz se quebró mi madre cayó al suelo con las manos en su rostro. –cuando me
entere de mi embarazo estaba feliz quería tenerte, pero cuando naciste los
gastos llegaron y…y… con ellos las deudas yo no sabíaqué hacer…
Me partía
ver a mi mamá de esa manera, me arrodille en el suelo para acercarme a ella
cuando la tuve en frete retire su cabello del rostro.
-perdóname…
le dije mientras la aferraba a mi cuerpo. –perdóname
(Presente)
Seque mis lágrimas
con ambas manos, me levante sin apartar la vista de la lápida tome la cinta de
entre mis dedos y la anude al ala que le había mandado a tallar, el viento
volvió a soplar con fuerza atrayendo unas hojas consigo…
Cesar.
No creía
volver a este lugar a unos pasos de sus puertas, me mire nervioso lucía una
camisa a roja a cuadros acompañada de un jean apretado y unos tenis casuales de
marca; sople un poco de aire, las luces golpeaban mi rostro la música volvía a
ensordecer mis oídos. Entre al mismo bar que hace algunos días había venido.
¿Esperaba volverlo a ver? ¿Por qué? Pedirle disculpas por cómo me comporte… si
en definitiva seria eso y saldría de ahí en cuanto lo lograra.
Ingrese al
centro del club, respirar te llenaba de energía sentías el sudor en el aire, el
calor corporal de los demás en tu rostro, miraba inquieto buscaba su cresta de
mechones rubios por algún lugar; ¿estaría en el cuarto oscuro? Me negaba a esa
posibilidad me detuve en el centro la luz golpeaba directo a mis ojos los
distintos colores no me permitían muy poco. Di unos pasos a la barra le pregunte
al Barman por Adam. El hombre que lucía orgulloso sus pectorales señalo al otro
lado de la barra.
-te sirvo de
mi copa. Le sugerí.
Lo observe
con sus manos arropadas en sí mismo, su frente descansaba en la mesa y junto a él
una copa de licor a medio probar, me miro un instante tenía sus ojos rojos un
poco hinchados al igual que sus pómulos bajo la mirada y vivió a acomodarse.
Coloque mi mano cerca de su espalda apreté en puño y tomando un poco de aire le
acaricie.
♪Nada es para siempre amor, hoy nos toca compartir
la misma luna, Y mañana quien sabrá Si hay una separación, o habrá fortuna.
Nadie sabe amor, Quiero amarte hoy,
quiero abrir todas las puertas de mi alma.♪
-déjame
Cesar… Déjame solo. Con sus palabras se giró buscando evitarme.
-eh yo… la
verdad es que solo venía a pedirte disculpas. Le solté de golpe pero su
silencio me molesto un poco –acaso estás drogado. Fui quizás imprudente pero
¡vamos! Lo único que se me ocurrió decir ya me preocupaba.
Adam se giró
aun con lágrimas en sus ojos y me miro tipo “me estas jodiendo” su boca intento
articular alguna palabra pero termino por callarse, tomo un último trago y
salió; lo perseguí por la pista, la temperatura cambio al salir, el viento
golpeaba gélido nuestros cuerpos. Se detuvo cuando termino la acera fue cuando
lo tome de la mano.
-¡que me
dejes! Me grito.
No podía
dejarlo estaba mal, se notaba, su cabello no lucia su Cresta, sus ojos rojos y
algo me decía que estaba totalmente consiente esta noche. –está bien, está bien
no te toco pero déjame llevarte. Le dije mostrando las llaves del carro de mi
padre en señal de paz.
Le abrí la
puerta para que se montara, coloque las manos sobre el volante pero él no
pronunciaba alguna dirección a donde lo llevara; simplemente apoyo su cabeza en
la ventaba lo mire respirar cansado. Encendí el motor y transite algunas calles
hasta llegar a la colina a la que había traído a Cami hace unos días.
-¿para qué
me trajiste aquí?
-anda, vamos
bájate te gustara.
Lo lleve
hasta la orilla del risco por así llamarlo, las luces de la ciudad lucían
pequeñas ante la oscuridad inmensa de la noche, me acerque despacio a él, hasta
queda a su espalda.
-suelo venir
aquí cuando necesito respirar.
El agacho la
mirada, una ventisca movió su cabellera los rayos rubios de su cabello taparon
su vista; antes que colocara su mano acaricie su frente con los dedos
arrastrando su cabellera hacia atrás. Su tono se coloro un poco, me acerque un
poco más a él, no paraba de seguirme con la mirada sus ojos eran alucinantes.
-estas
mejor.
-abrázame,
por favor. Dijo en un tono suplicante guiando la mirada a las luces de la
ciudad.
-yo no
quiero… lasti… El tomo una de mis manos y las paso por su cintura y me apretó a
él; coloco su cabeza sobre mi pecho me rendí dejando descansar la mía en su
hombro.
♪Somos como arena y mar, somos más que una ilusión porque no hay duda, Y
esta historia de los dos Es tan linda como nunca hubo ninguna.♪ Sus labios buscaron los míosaccedí al
paso de su lengua mientras me tomaba del rostro, baje mi mano hasta su camisa,
Adam sintió el tacto de mi mano sobre su piel y me miro, la luz de las
estrellas brillaban en sus ojos; lo apreté a mi boca; su mano bajo por mi
cintura hasta tomar mi cola; lo lleve hasta el suelo cuando antes de que su
espalda tocara el suelo aparte algunas hojas.
Me levante
para que me quitara la camisa, su boca se apretó en mi tetilla mientras la mía
removía su cabellera; el calor de su cuerpo con el frio del ambiente me tenía
jadeando, aparte su boca para descenderlo nuevamente pase por su cuello sus
levemente marcados pectorales; mordí su tetilla derecha mientras mi mano le
acariciaba la cintura; sus dedos se apretaban a mi hombro descendiendo
levemente a mi espalda, Me tomo las manos y las apretó con las suyas subí
nuevamente para mirar sus ojos me mostro una blanca sonrisa, me sentí feliz por
verlo así, acomodo sus piernas a lado y lado de mi cintura me dejo caer.
Nos besamos
un tiempo, baje mi mano hasta la hebilla de su pantalón le despoje de su correa
cuando le desapunte el botón, Adam tomo mi mano y junto con la de él me la
introdujo a sus bóxer su polla se sentíacálida, dura; baje un poco más hasta
sus huevos les apreté despacio; con la mano libre lleve su cuello a merced de
mi boca; gemía su nombre en su oído, su mano no se apartaba de mi cuerpo. Lo
tome de las nalgas y acercándolo un poco tuve sus piernas a costados de mis
hombros; tome el elástico de sus bóxer y los arrastres hasta que su polla salió
apuntando a mi boca.
Le tome aun
sin descapullar entre mis labios apoye un poco más mis manos y poco a poco me
lo introduje, escuche su voz al gemir, apreté su pene en mi boca comencé a
chuparlo simulando el movimiento de aquella noche, lo apretaba con mi lengua al
paladar, aumente un poco la velocidad el néctar goteaba tibio en mi boca, al
sacarlo lamí la punta una y otra vez, rozándolo con la punta de la lengua. Él
lo tomo con una mano y lo repaso en mis labios para volvérmelo a introducir,
baje por su palo hasta llegar a sus huevos; fue cuando sentí su mano en mi
cabellera.
Coloco un
codo en el paso, lo tome entre mis brazos y lo bese giramos unos cuantos
centímetros; su aroma esquicito, la suavidad de su piel, el sabor agridulce de
la misma me tenía a mil; -Adam- pronuncie entre besos; coloco su frente sobre
la mía antes de besarme por última vez; se levantó bajando su pantalón le ayude
a quitárselo de sus pies lo detuve un momento antes que descendiese.
-eres
hermoso. Le dije al observarlo desnudo bajo la luz blanca de la luna con el
cabello moviéndoseen dirección al viento, luciendo tan bella sonrisa.
Apoyo su
rodilla al suelo, acaricie su pierna mientras me llevaba su polla nuevamente a
mi boca no podía lograr las arcadas que él se propino esa noche con mi polla
pero jamás intento forzarme, la saliva resbalaba por la comisura de mis labios
lo apreté un poco más a mí la deje ingresar despacio, cuando me cortaba el aire
la volvía a sacar; rastros de saliva cubrían su glande lo pajeé un instante.
Me deje caer
cansado sobre el pasto, respiraba tanto aire como podía de mi boca salía vaho,
Adam se agacho a mi le bese luego descendió por mi cuello paso por mis
pectorales y prosiguió a mi tableta; cuando dio con mi cinturón se detuvo para
quitarlo le ayude a quitármelo, mi cuerpo desnudo con el suyo, su boca besando
mi vientre y en pocos instantes lamiendo mi polla sin prisa alguna, la presión
en mi abdomen aumentaba en cada uno de sus movimientos, podía oír la saliva
cuando chupaba; me tomo de mano apretándome fuerte.
Removía su
cabello mientras me comía la oreja, su polla apretaba a la mía entonces le
susurre que quería estar dentro de él; giramos sobre mi cuerpo cuando quede
frente a frente con el suyo pretendió ponerse de espaldas a mí.
-quiero
mirarte, le dije
Baje mi mano
por su brazo, acaricie su cintura hasta cuando di con sus piernas, las levante
un poco; acaricie mi polla en su ano un par de veces, no quería lastimarlo
estando tan poco lubricado pero el tomo mis nalgas con ambas manos y me apretó;
sentí las increíbles contracciones de su ano permanecí con el glande en su
esfínter hasta cuando finalmente cedió un poco; le envestía despacio sin dejar
de besarle cuando nos faltaba el aire besaba su cuello mientras el gemía; poco
a poco aumente la velocidad sin pasar la brutalidad de una envestida; al ser el
roce tan despacio podía sentir cada movimiento de seguro el también.
Me corrí en
su interior, con cada trallazo sentía que se me devolvía el aire al cuerpo me
acosté sobre el sin sacar mi polla, Adam me invito a girar quedando encima de mí;
mientras me besaba tome su polla y le pajee lentamente mientras lo besaba sin
apartar mis dedos de su glande. Su corrida toco cálida mi cuerpo dio un último
respiro me beso y se acomodó en mi pecho.
El celular
comenzó a sonar ♪No quiero que el amor me destruya como lo ha hecho con mi familia♪ ambos decidimos ignorar el sonido, pero persistía
fue cuando ambos sin decir palabra sabíamos que sucedía.
-¿Qué estoy haciendo?-
Capítulo
VII.
Cesar.
-sigue este es
mi hogar. Le dije abriéndole para con una mano enseñarle el lugar.
Adam tenía su
maleta en la mano, me había invitado a conocer su casa esta mañana; esta se
encontraba en un estado más lamentable que la de Santiago; cuando le pregunte
por ello me respondía con un simple “no duermo aquí”, el lugar era solitario,
por cada paso que dábamos en esa casa Adam se ponía ansioso, lagrimas luchaban
por no ser barridas al igual que no hablaba mucho para que no notase su voz
quebrada.
No vi mejor
solución que traerlo a vivir conmigo, empaque su ropa luego de insistirle un
largo tiempo; ahora se mostraba maravillado por la elegancia que mi madre le
había impreso a la sala, le ofrecí mi mano para que descargara su maleta;
nuestros ojos se encontraron un instante le sonreí ameno.
-subamos a mi
habitación. Le sugerí.
Lance la
maleta a la cama y junto a ella ambos nos tiramos por un momento a descansar,
no tenía mucho tiempo hoy comenzaba mi semana con Cami debía recogerlo antes de
que saliera; me senté en la cama luego de respirar hondo me dirigí al armario;
le indique que abriera la maleta y comenzara a lanzarme la ropa que hay traía.
-la pasaras
bien en mi casa ya lo veras.
-eso espero,
aun no estoy muy convencido. Me dijo agachando su mirada.
-¡vamos! Nos
la llevaremos bien. Le dije guiñándole el ojo.
Su sonrisa se hizo
evidente, Adam era tan atractivo pero lo había pensado mejor y la verdad es que
él no causa lo que Santiago me hace sentir sin embargo no quiero dejarlo solo, no me he permitido
dejarlo solo. Adam me lanzo una de sus camisas despertándome de mis pensamientos,
la deje caer de mis manos y me detuve un instante.
-¿pasa algo?
Me pregunto incorporándose en la esquina de la cama.
-Adam… Dije
sentándome junto con el apretando mis manos a las sabanas. -¿Qué crees que deba
hacer? Le sostuve la mirada y mire sus labios en busca de una respuesta. Con
anterioridad le había contado lo que me sucedía con lo de Diana y lo de Santiago.
-debes
arriesgarte Cesar. Soltó de golpe mientras me tomaba de las manos. –tú eres el
que sabe que quiere.
Aun no
comprendía la atracción que sentía por ambos Diana es maravillosa la conozco
desde niño y ha sido una gran mujer de físico espectacular, me atrae; pero con
Santiago es distinto es algo que quema que me une a él; que no me deja la mente
en paz que hace que mi cuerpo reaccione a sus estímulos.
Mire a Adam
trasladar la mirada al frente mientras tomaba saliva con fuerza, entonces sus
manos comenzaron a removerse a sobarse con el pantalón, coloque mi mano sobre
la suya y lo detuve cuando tuve su atención le tome del rostro.
-no quiero que
metas más LSD… me detuve en sus ojos… te está consumiendo.
♪He visto esta paz. He visto esta pena, Descansando en los hombros de tu
nombre ¿Viste la verdad a través de todas esas mentiras? ¿Viste el mundo a
través de ojos problemáticos? Y si no quieres hablar de nada…Acuéstate aquí en
el piso y llora en mi hombroSoy un amigo.♪-ya te dije que no es adictiva, te chupas menos de cincuenta miligramos y
ya está. Dijo levantándose caminando unos pasos en frente de mí.
-Adam… esa
noche… ¡sabes mejor que yo que esa mierda causa alucinaciones!
-mírame-
.mírame- dije tomándolo entre mis manos su frente sobre la mía, su respiración
se agito yo respiraba su aliento; el apretó mis manos y me miro le sostuve la
mirada hasta que la agacho; baje las manos y lo abrace a mí, su cabeza se colocó
sobre mi pecho acaricie su cabello. –estás conmigo ahora-
(Golpe en la
puerta)
-puedo seguir.
Pregunto mi padre desde afuera.
Adam se giró
para disimular un poco la nostalgia, yo me gire recordando que no le había informado
nada de esto a mi padre.
-claro pasa.
Le dije abriéndole la puerta.
-te presento él
es Adam Lenz, Adam le paso la mano que mi padre estrecho con fuerza, mi padre
lo miro directo fiero a los ojos mientras removía el habano por sus labios
mostro sus dientes blancos al ver que Adam no parpadeó ni un instante.
-…él se
quedara a vivir con nosotros. Le espete erguido.
Mi padre miro
con intriga sabía que se le hacía diferente mi actitud, solo atrajo a Adam a su
cuerpo para palmearle la espalda. –bienvenido. Le soltó. Sentí un gran alivio
en lo que salía mi padre se giró para decir que debía aportar dinero Adam
asintió, yo estaba seguro que no le cobraría una gran suma y si así fuera yo la
pagaría.
-¿por cierto
en que trabajas Adam? Le dije retomando a su ropa.
-es mejor que
no lo sepas… su respuesta se dirigió en un tono más áspero que aun para mí se
me hacía inquebrantable debí ceder y callar.
♪En nuestro retrato de familia, nos vemos muy felices. Vamos a jugar a
fingir, vamos a actuar como si fuera natural♪el celular vibro en mi bolcillo, cuando mire
quien era aparecía la foto de Diana. Esto debía parar yo debía tomar una
decisión.
-terminare con ella. Solté
de golpe apretando el celular a mis manos; Adam se acercó para colocar su mano
en mi espalda cuando lo mire me sonrió ameno aprobando mi decisión.
Me levante de la cama confirmándole a Diana que la
vería en su casa dicho esto cerré la puerta a mi espalda.
Adam.
Realizaba vahos en el aire del frio que sentía, me
apreté a mi chaqueta con las manos metidas en los bolcillos, me había acomodado
el cabello con una cresta un poco más corta me gustaba como lucían los rayos
monos; me había colocado un jean blanco apretado con una camisa roja cuello V.
mire al cielo seguro de que hoy llovería pero no podía moverme al parecer el
cliente no tardaba en llegar.
Luego de que Cesar saliera me conecte desde su
portátil, tenía unas cuantas ofertas esperando pero una me llamo la atención
junto a ella la foto de un joven de no más de veinticinco años de cabello
castaño tirando a rubio, sus cautivadores ojos cafés como el rojizo de sus
labios podía llamarlo atractivo; mostraba lo entrenado de su cuerpo mucho más
entrenado que el mío.
No suelo recibir este tipo de personas por que
usualmente son mayores que yo, están casados pero con una vida sexual
frustrada, personas que no son capaces de conquistar o aquellos que simplemente
quieren pasar el rato morboso con un chaval al que le pagan y no les dice que
no a nada.
Lo llame al número que me indico mientras salía de la
casa, su voz tenía un matiz de dulzura y picardía muy varonil, me explico que
llevaba fuera del país mucho tiempo y que si podía dedicarle unas horas. Sin
pensarlo acepte.
Mire las luces de los carros transitar por la avenida,
di unos pasos atrás cuando uno de los taxis se detuvo a escasos centímetros de
mi…
-¿Adam? Aquel joven saco su cabeza por la ventana; el
viento removió su cabello tenía una sonrisa estupenda se notaba que de donde venía
no hacía mucho sol su piel era totalmente blanca a excepción de su boca. Golpeo
dos veces con la mano la puerta en señal amistosa sus brazos fuertes, sus ojos…
-¡eh! Este… sí, soy yo. Dije pasando algo de saliva el
chico abrió la puerta y salió era un poco más alto que yo se acercó a mí y
tendiéndome la mano…
-Santiago un placer.
Coloco su mano en mi espalda y me invito a seguir.
Nos detuvimos en el hotel donde se hospedaría, le
ayude a bajar su equipaje que no era mucho; subimos juntos por el ascensor.
-es tu primera vez, te vez nervioso.
No pude evitar sonreír de la ironía hace años entre a
esta vida y conozco mucho de ella, ser puto es algo que no eliges es algo que
se da una opción que siempre está ahí y que en casos como el mío es la única
que se toma y debe asumirse de la mejor manera.
-no, no lo es. Le dije con algo más de fuerza. –y… ¿a qué
te dedicas?
-soy nadador profesional, hace poco entrenaba en
Francia pero… mi felicidad esta acá. Dijo en un matiz de tristeza que lo hizo
inconscientemente tocar su mano.
-¿eres casado? Le pregunte al ver un hermoso anillo de
plata que lucía en su mano derecha, no entendía que decía pero al parecer para
él era especial.
-no, que dices no jajaja. Me dijo entonces lo mire un
poco más interrogante –aaah lo dices por esto… (Suspiro) me lo dio mi novio
antes de irme.
Le tome la mano en la que tenía el anillo y lo mire
-¿Por qué no estás con él?
♪He visto nacer. He visto la muerte. Viví para ver el último respiro de un
amor. ¿Ves mi culpa? En caso de que me sienta con miedo ¿Es el fuego que base
de una llama brillante? Y si quieres hablar de ello una vez más En ti depende.
Lloraré en tu hombro Eres un amigo.♪
-no sé si aún me espera… espeto esquivando mi mirada
cuando abría la boca para hablarle las puertas del ascensor se abrieron y me vi
obligado a soltarlo.
Sebastián se encamino a la habitación, por mi parte
tome la maleta y lo seguí, paso su tarjeta y nuevamente me dejo ingresar
primero; el lugar me impresionaba en efecto una habitación de hotel. Me detuve
de mirar cuando sentí su mano sobre la mía lo mire un instante soltando la
maleta.
-mierda que me pasa- parecía un puto novato.
-deseas algo de comer… decía mientras encendía el
televisor al tiempo que se dirigía a la cocina.
Luego de unos minutos volvió con unas frutas picadas
en un plato. Se lo recibí cuando vio sus manos libres agacho sus manos hasta su
cintura y levanto su camisa. Tenía una tableta bastante marcada a medida que
subía sus músculos se marcaban así seguí la mirada hasta sus pectorales grandes
fuertes de tetillas anchas y rozadas; sacudió su cabello, me sonrió ameno
mientras tiraba la camisa lejos.
Coloco su mano en mi cintura en lo que colocaba su
cuerpo totalmente en la cama yo acedia, me beso despacio apretando mis labios a
su boca para luego volverlos a tomar con más fuerza, su respiración aumento al
igual que la mía. Sus manos me despojaron de la camisa me contemplo un momento
así desnudo guiñando su ojo continuo besándome.
-tienes unos ojos muy bonitos. Me dijo pasando a mi
cuello.
Apoye mi codo sobre el colchón mientras sentía sus
manos acariciar mi espalda, mi pecho y mis brazos; su calor dejo de sentirse en
mi boca lo vi levantarse tomo su cinturón y lo desapunto al igual que el botón
de su pantalón se dejó caer las prendas y agachando los brazos me dejo verlo
desnudo; lo consideraba un puto dios es que ya me la tenía dura.
Me levante del costado más cercano a donde estaba para
también quitarme lo que me quedaba de ropa me lucí orgulloso ante él; tenía un
aire galán y encantador que sencillamente cautivaba como su sonrisa; se incorporó
en la cama me alcanzo su mano para que la tomara y nuevamente volviera a él, lo
bese mientras acariciaba su cabellera,
Sebastián dejo caer su cabeza así que baje por su cuello.
Baje mi mano hasta su polla, la descapulle entre la
apretaba con mi mano, la tenía bastante dura la deslice un poco más hasta sus
huevos que si bien aún no estaban gordos su piel lisa lograba excitarme; pase
mi mano una y otra vez sobre ellos; con mi boca en su tetilla apretándola
mientras jugaba con la punta de mi lengua, chupaba la saliva que terminaba en
su piel.
Nuevamente busque su boca, apretaba sus labios
mientras el luchaba por invadirme con su lengua, nos separamos para respirar él
me miro pajearle, yo le dirigí la mirada y nuevamente busque su boca pero él se
alejó con mi respiración sostenida lo vi acercarse y esta vez fui yo quien lo
hizo; así nos besamos cuando nuestras lenguas se encontraban.
Sus músculos se tensaban al sentir mi boca bajar, le
mire un minuto antes de chupar su polla él paso su mano por mi espalda; le propine
la primera lamida sentí su glande cálido en mi lengua, cerré los labios en su
palo, sus manos apretaron mi nuca, pasaba mi lengua por la superficie le robaba
el preseminal que salía cada tanto su cintura se arqueaba. La saliva corrió por
las comisuras de mi boca cedí un poco más llevándola más adentro. Él se sentó
de golpe para luego relajarse. Lamí su palo para pajearle un momento, mientras
lo besaba el acaricio mi pene mi cintura se contrajo sola a su tacto.
Baje nuevamente chupe sus huevos intentando
ingresarlos a mi boca, jalaba con mis labios para volver a chupar; comenzó a
pajearse golpeo un costado de mi rostro con su polla así que subí y volví a
chuparla colocando ambas manos a costado de su cintura inmediatamente tomo mi
cabeza y la hundió a su verga; un poco antes de que mi nariz tocara su vientre
me volvió a subir nuevamente baje sentía que se pegaba a mi paladar le cedía
espacio lo más que podía; un sabor dulce se apodero de mi boca él seguía
metiéndola más.
Me arrodille en la cama lo tome de los hombros para
acercarme a él, Sebastián apretó su mano a mi pierna subiendo hasta mi cola,
sus ojos miraron mi pene él morbo que él le imprimía a cada cosa me excitaba,
se lo llevo rápidamente a la boca se lo metió hasta donde más pudo y lo saco,
sus labios apresaron mi glande mientras su mano me pajeaba. Tire mi cabeza para
atrás mientras gemía, busque con mi mano algo torpe alcanzar su pene.
Dejo caer mi pene a su pecho lo tome de la nuca
mientras con la otra mano agarraba mi pene golpee sus labios hasta que me abrió
paso moví las caderas en forma de una envestida para su boca; sí que sabía disfrutarlo este chaval. Me
pidió que me acostara en la cama su cuerpo se colocó sobre mí, besaba cada
rincón de piel que encontraba; bajo hasta mi pecho para entretenerse un rato
con mis tetillas.
Llevo mis manos hasta las barandas y me giro, mi ano
se expuso a su boca, lamio cada uno de mis pliegues y simulaba penetrarme con
la lengua cada que tenía una contracción; su mano se dedicaba enteramente
pajearme; la sensación era genial me tenía cubierto por una capa de sudor
mientras él seguía completamente seco.
Me la metió despacio sentí que su cadera toco mi culo,
la volvió a sacar entera y nuevamente me la metió lento, mientras la sacaba
apreté mi mano al barandal su cuerpo vibro mientras reía la volvió a meter y me
dijo que no volvería a sacarla. Su ritmo aumentó movía la cadera para apretarlo
a mí. Su mano en mi hombro me empujaba con fuerza.
Gemía constantemente, Sebastián se detuvo su mano
acaricio mi espalda yo continuaba metiéndomela moviendo la cadera, se abrazó a mi cintura y subió hasta mi boca
me besaba a tiempo que me envestía gimió fuertemente antes de correrse en mi
interior. Cando se tiro a la cama me tomo de las nalgas para llevarse mi pene
babeante a su boca lo chupaba como un puto dios él mismo se causaba arcadas,
sus ojos ya tenían lágrimas.
Me corrí en su boca, cuando retire mi pene entre
algunos jadeos él la abrió mostrándome mi corrida en su lengua me acerque a
Sebastián y nos besamos hasta que cada uno cayo rendido a su lado de la cama.
Aun con la respiración agitada él se sentó.
-qué lindo tatuaje, le dije retirando el cabello que
le tapaba la nuca. –diamants dansleí en la parte superior.
El celular sonó evitándome preguntarle que decía, al
contestar Cesar hablaba en susurro y me pedía que recogiera Camilo a una
dirección bastante lejana.
♪He visto miedo. He
visto fe. Veo la mirada de odio en tu rostro. Y si quieres hablar de lo que va
a ser… Ven y siéntate conmigo llora en mi hombro Y si no quieres hablar de
nada. Acuéstate aquí en el piso Una vez más Llora en mi hombro♪
-tienes que irte. Dijo Sebastián suspirando profundamente.
-este sí, le dije resignado. El me alcanzo el dinero mientras
me vestía.
-Deberías buscarlo y decirle que lo amas. Le dije guiñándole
el ojo antes de salir del su habitación le oí decir algo así como
-a eso vine-
Cesar.
-siéntate por favor escúchame un solo minuto.
La tome de la mano intentando captar algo de su
atención, desde que llegue he intentado hablarle pero ella con solo mirar mi
preocupación y saca un tema irrelevante; le había subido a la música como al
televisor, me pidió que la esperara que tenía que hacer variedad de cosas pero
ahora estábamos en su habitación. Yo sentado en la esquina de la cama y ella
posada de pie en frente de mí con mis manos en su cintura agarrándola con
fuerza.
Parpadee cansado mientras ella se sentaba a mi lado,
me gire en torno a ella; Diana acomodo su cabello para luego tomar mi mano.
-lo que pasa es… sus labios se pegaron a los míos con
algo de fuerzo.
La tome cuidadosamente de los hombros y la aparte de mí,
ya tenía un nudo fuerte en la garganta y removía mis manos intentando explicar
lo que le decía sin embargo ella simplemente se quedaba mirándome con cierta
ternura sin ocultar su preocupación.
♪Supongo que he nacido de esa manera Todas las cosas que parecen, Todas
las cosas que podrían haber sido Bueno he sido siempre como quería Asique no
hay lágrimas, no hay lagrimas para mi♪
-yo quiero que… esta vez tomo mi cabellera y me llevo
a sus labios, su mano bajo hasta mi cuello fue cuando ella respiro entre mis
labios; entonces también la tome de su majilla y sentí la lagrima correr.
-necesito que me dejes hablar. Le pedí un poco más
agobiado.
Ella seco su lagrima y agacho la cabeza su hermoso
cabello tapo mi vista, lo tome entre mis dedos y lo lleve a su oreja cuando
ella sintió esto me miro; sus ojos no lucían pardos resplandecientes, a cambio
su pupilas dilatadas dejaban ver una inmensa oscuridad.
-podemos intentarlo… dijo ella entre lágrimas
apretando mis manos con necesidad –yo puedo cambiar si eso quieres.
-Diana eres una mujer muy hermosa, no tienes nada que
cambiar. Dije agachando la mirada.
Las lágrimas se me escapaban de mi rostro y solo
intentaba ser un poco más fuerte, ella se levantó limpiando sus lágrimas en
vano por que seguían saliendo. -¡vete!- me dijo mientras se dirigía a su
estante de peluches que le regale; los tomo uno por uno y los lanzo
particularmente me los tiraba a mí. Yo…yo solo me quede ahí observándola en su
dolor. Siguiéndola por la habitación mientras lanzaba las cosas su labial cayó
al suelo como su loción y maquillaje.
-perdóname. Le dije.
-que te vayas no quiero saber de ti, me acerque para
tomarla sentí la primera cachetada que me detuvo en mi sitio. –perdóname, volví
a repetir.
♪Y oí los latidos de mi corazón fallar En una noche de invierno Ame…Pero
no oyó mis oraciones…Y no hay lagrimas… Porque alguien en algún lugar va a casa
esta noche Intenta comprender el sacrificio Así que guarda tus lágrimas por
aquellos que dejas detrás♪
-te arrepentirás de esto te lo juro. Me dijo mientras
me sacaba de su habitación.
Santiago.
Lleve mi cabello con el agua, deje que las gotas de
agua cayeran mi rostro; se sentían bastante cálidas. Me gustaba entrenar cuando
sé que mi hermanito no estará en casa para esperarme, relaje mi cuello
exhalando un poco de aire con la tensión que se iba.
- la lumière, resonó en la puerta del cubículo.
Me gire al oír la voz de Cesar, no había notado que me
encontraba desnudo hasta que me quedo mirando, sentí algo de pena y cerrando la
llave tome mi toalla y me tape.
-es un bello diamante. Dijo haciendo referencia al tatuaje de
mi cuello, quizás no lo había notado porque suelo taparlo tras la capota, pero
se me hacía raro que se encontrara aquí y mas tan agitado.
Salí del cubículo tras los camerinos, Cesar no pronunciaba
palabra simplemente me seguía con la mirada; me coloque el traje de natación él
dio unos pasos y busco su casillero para colocárselo también, -nadaría- no
suele hacerlo a estas horas. Pero lo deje hacer.
Ambos introducimos los pies en la piscina y mientras
la noche oscurecía el lugar, la luz que reflejaba el agua nos cubría. Lo mire
tan guapo como siempre Cesar me sostuvo la mirada y tomo mi mano, lo volví a
mirar en silencio; su calor se intensifico con su acercamiento hasta que sentí
el calor de su boca en mis labios.
Coloco su frente sobré la mía espere una respuesta de
su parte mientras mi corazón latía aceleradamente por volverlo a besar, abrí
los ojos para encontrar el color verde de los suyos que lucían tan hermosos. –De
las mil formas en que pude decirte que me gustas solo decidí besarte… me dijo
mientras volvíamos a unir nuestros labios.
Capitulo. Especial de Navidad
Sebastián.
Alce la
mirada y las dirigí a las casas de en frente del parque, estaban hermosas
adornadas por extensiones de luz navideña, parpadeantes, de colores radiantes,
distintos, acompañadas por pastos artificiales, coronas en cuyo centro reposaba
la figura de un reno; es navidad todos están en sus hogares con su familia
sirviendo la cena, esperando impacientes destapar los regalos, pidiendo deseos
o simplemente disfrutando en familia.
El viento
helado tenso todo mi cuerpo, me apreté un poco más con las manos, respiraba de
manera agitada podía observar el vaho en el aire antes de desvanecerse; gire mi
vista a la hojarasca, las hojas desprendiéndose de sus ramas para terminar en
el suelo o en el lago donde reposaban tranquilos los peces. Me gusta este lugar
pensé dejando decaer la mirada, -me recuerda a casa- soy de un pueblo llamado
San Andrés a kilómetros de esta ciudad.
En noches como esta solía escaparme de casa subir a una colina empinada y
desde ahí observar las estrellas, -Tomo tu alma en la noche infinita- me
levante del banco donde me encontraba y camine, por donde iba habían luces con
figuras extraordinarias siguiéndolas a ellas llegue hasta un lago.
Respire hondamente me detuve ahí un tiempo cuando comenzó a lloviznar me
gustaba la escena de las gotas irrumpiendo la tranquilidad del lago, la de los
peces nadando alterados sin dejar el cardumen, patee un piedra antes de seguir
caminando estaba cansado y simplemente deje que la lluvia me mojara.
La fuerza con la que caían aumentaba, el frio cristalizaba las gotas que
permanecían en mi piel, tenía el pecho presionado con la respiración constante,
oí los truenos entonces levante la mirada para sentir el agua abrirse camino
por la piel de mi rostro, era una tormenta en una noche inmensa.
-¿puedes encontrarme culpa? No supe si había salido
sonido de mis labios al pronunciar aquella pregunta.
-¿debo sentirme bien? Dije levantando la mirada cansado, con la garganta
adolorida.
Mi mirada se vio cegada ante la inmensidad de luz que radio el trueno,
nuevamente todo se oscureció rasgándose por el sonido entre a mi realidad, una
sombra cruzo rápido a unos kilómetros de mi tapada por los árboles, camine en
dirección a ella intentando hacer el menor ruido posible cuando escuche sus
sollozos me detuve.
Él estaba empapado por la lluvia, se apretaba a sus piernas con la
debilidad de sus brazos, la sombra lo rodeaba la pocas luces de navidad me
dejaban contemplar su cabello castaño casi negro por el agua; quería acercarme,
estar ahí, pero aguarde un momento.
-¡aaah! Grito en una voz desgarrada; me oculte un poco más la luz del
trueno resplandeció en su rostro tan blanco como el mármol, grave sus intensos
ojos grises en mi memoria.
Eran increíblemente hermosos, alucinantemente profundos, pero… no era la
primera vez que los veía pero sin duda era la primera vez que los notaba; hace
unos días el entrenador de ligas menores presento a nuevos nadadores.
-Santiago… dije inconsciente de que hablaba.
Entonces Salí del árbol con la ropa goteando, las manos heladas, con pasos
torpes y mi mirada enfocada en Santiago que no podía articular palabra, di un
paso pero el acurruco sus piernas tenía su boca abierta respirando agitado,
contemple sus labios rojos pero el inferior estaba maltratado. Me arrodille en
el suelo.
-tranquilo. Le dije
Al acercarme, quería decirle algo, su cuello tenía algunas marcas como las
muñecas de su manos, el corazón me latía bastante rápido, abrí la boca pero un
trueno volvió a sonar con mayor fuerza, lo vi cerrar los ojos en lo que una
lagrima le recorría, cuando los abrió tome su mano entre la mía y deje que me
apretara en puño.
Dejamos que el silencio se apoderara, me coloque a su lado con su mano en
la mía, lloraba en silencio respiraba para no evocar sonido. El corazón se me
había apretado y solo deje escapar una lágrima antes de mirarlo.
Nuevamente los truenos sonaron pero la luz en sus ojos grises seguía ahí,
-no es malo llorar cuando estas triste. Le dije.
-es una noche hermosa, levante mi mano libre y le señale la inmensa noche
alumbrada por algunas estrellas. –cuando estoy triste solo las miro a ellas.
Dicho esto me recosté en la madera, subí mi mano hasta su cabeza y la coloque
en mi hombro.
Baje su mano a su cintura pero mostro señal de dolor, entonces me miro
fijo.
-¿Qué te hicieron? Le pregunte.
Adam.
Destape otra cajetilla y tome dos láminas de LSD me las lleve a la lengua
las apreté contra mi paladar, sacudí la cabeza con fuerza y seguí caminando
apague la luz de la cocina, de mi cuarto, del cuarto de mi madre que permanecía
intacto desde hace un mes que falleció; mire la cajetilla la había encontrado
en una de sus blusas viejas, -seguramente- seguramente la había intentado dejar
pero jamás se deshizo de ella y ahora hace parte de mi vida.
Conecte el árbol de navidad, las luces parpadeaban de muchos colores desde
la base hasta la punta, la misma estrella decorada con escarcha brillaba con
mucha intensidad, apague la luz y solo deje que las extensiones cubrieran el
lugar con su magia, mire a mi alrededor en soledad, cabizbajo con la mirada
dilatada en otro lugar, coloque algo de música de Florence & Machine.
Camine hasta la vitrina quebré el vidrio de la puerta que resguardaba los
licores y saque uno luego de sacudir la mano.
Estaba lleno de licor hasta el cuello, resguardado entre aquel cristal
verde con etiqueta de nombre “Miguel Ángel”, la agite fuerte tome el corcho
entre las manos y tire del, la espuma recorrió por mis nudillos heridos y caía
goteando en el suelo, me lleve la botella a la boca y bebí lo que más podía
antes de retirarlo con fuerza.
Camine con un nudo en la garganta, la mirada perdida sin rastro de lágrima
solo el peso de la nostalgia en las pupilas, tambalee un poco observe las tres
velas rojas del candelabro, deje la botella en la mesa y palpe mi camisa, el
jean, luego gire –mierda- introduje la mano en el bolcillo de la chaqueta y
saque el encendedor. Observe las llamas bailar con el viento sobre las velas
rojas; me quite la camisa contemple mi cuerpo desnudo pintado por las luces del
árbol. Tome la vela en una mano estire la otra y coloque la muñeca boca arriba;
sonreí un poco, acerque la vela y deje que la cera cayera caliente sobre la
piel.
<<-dale señor el descanso eterno a esta buena mujer que hasta el último
día procuro hacer el bien.
Sentía manos sobre mi espalda, que me acariciaban, me copaban, me
compadecían –pobre niño, el que se quedó sin madre, el que está solo, pobre,
que lastima, que triste; respiraba hondamente cansado, desesperado; pobre,
miserable, siento pena por él, siendo tan joven. Y más y más caricias.
Mire al sacerdote que recitaba todo de manera aprendida sin dolor alguno en
sus fracciones, sin quebranto en su voz, sin mancha en su túnica, mire a los
invitados de elegante con gafas negras y el ceño fruncido; respira Adam, hazlo
no te ahogues sigue en pie; pose mi mano sobre el ataúd en busca de alguna
fuerza, pero mi mano comenzó a temblar entonces enrosque los dedos en la
madera.
Observe que las personas se marchaban entonces di vuelta confundido -¿A
dónde van?- -esperen- -por favor- mire perdido nuevamente con la soledad del
cementerio, el sacerdote doblo su envestidura para cuando dio la señal.
-No, no, madre, no; coloque la otra mano. Apoye mis brazos en ella me
abrace.
-tranquilo hijo déjala ir, dijo él.
-no padre usted no entiende, dije con lágrimas sobre la madera>>
-¡aaah! Grite desgarrado
Tire del mantel dejando caer las cosas al suelo, tome la botella que se
derramaba en el suelo y bebí un poco más de ella, patee la mesa, me acerque a
la vitrina mordí la mano con rabia, tome la foto en que estaba con ella,
escuche mis dientes castañar entre la música, camine con ella hasta el sofá que
quedaba en frente del árbol y la mire.
-feliz navidad.
Dirigí mi mirada a la mesa pequeña del escritorio con factura aun sin
cancelar.
-el dolor es un placer- lance la foto y la observe quebrar en la pared,
respire con más fuerza, el cuerpo me quemaba, sentía adrenalina, me tome del
cabello y grite al aire, saque un poco más de LSD entonces sonreí, me acerque a
la foto y tome uno de los vidrios, mi mano temblaba lo apreté en mi muñeca pero
la puerta sonó.
-un momento, dije tomando un poco de aire.
Abrí la puerta y me encontré con dos hombres algo mayores rondarían los
treinta/ treintaicinco, sus camisa les apretaba al cuerpo al parecer les
gustaba hacer ejercicio, hombros anchos, pectorales alzados, cintura algo
delgada en comparación, piernas fuertes, uno tenía el cabello negro debido a la
noche destellaba azulado, el otro lo tenía rojo intensó, ambos me miraron
interrogantes tenían… ambos lucían ojos pardos.
-¿está tu Lucia?
El hombre de cabello rojo palpo su billetera, me detuve en silencio
mientras ellos husmeaban con su mirada lo que podían del interior de la casa.
-ella no está, Dije cerrando un poco la puerta.
-no sabes si se demora, dijo el de
cabello negro apretando mi muñeca.
-ella… ella murió. Dije de golpe.
Aquel hombre soltó mi muñeca mientras el otro bajaba la mirada.
-lo lamento mucho. Dijeron casi al tiempo.
Dieron vuelta para irse pero tome al hombre de cabello rojo y con la mano
libre abrí la puerta por completo.
-sigan, dije resignado cerrando los ojos.
<<-si puede
que no sepa quién es, que me gane la vida haciendo esto. Dijo señalando lo que tenía
alrededor. –pero jamás, jamás hice nada sin pensar en ti antes que en mí. Su
voz se quebró>>
Aquellos hombres siguieron hasta el centro de la sala, mire el escritorio
con las facturas, la soledad en la casa, el licor en el suelo, los vidrios
manchados con sangre, las cosas en el suelo, suspire un poco y los mire fijo.
-yo quiero hacer lo que ustedes vinieron a buscar esta noche…
Cesar.
-no hagas eso es para los invitados. Dijo mi mamá
tapando la natilla
-pero mamá.
-jajaja ¿qué
pasa? Dijo mi padre calando aire de su abanó, sonriéndome sin apartar la mirada
de mis ojos.
-Josep que te he dicho de fumar en la cocina, dijo mi madre apuntándolo con
el cuchillo y un ojo entre cerrado.
-los Brander tenemos debilidad por la comida navideña ¿verdad Cesar? Dijo
mi padre guiñándome el ojo mientras destapaba el pavo.
Afirme con una sonrisa, pero a mi madre no se le hizo gracia y nos mandó a
la sala; mi padre se tomó de la frente antes de salir y me dijo que debía subir
que le esperara en frente del sofá; no le vi problema y lo deje subir en cuanto
se perdió su figura continúe mi camino. En medio de la sala estaba ella, la
mujer más hermosa que he visto, mi amiga de toda la vida, sonreí alegre antes
de lanzarme a sus brazos.
-Di…Diana ¿Qué haces acá? Pregunte dándole un beso en la mejilla que la
dejo ruborizada.
-tu padre me invito ¿Qué no sabías?
Sonreí con ironía, mientras la tomaba de la mano y la llevaba al sofá;
hablábamos de todo un poco me gustaba cuando sonreía porque se le formaban
hoyuelos en las mejillas, cada tanto me detenía en sus ojos o su boca pero
Diana no parecía notarlo. En uno de sus movimientos el cabello le tapo parte
del rostro y antes que ella lo corriera yo acaricie su mejilla y subí junto con
el cabello para colocarlo detrás de su oreja.
Nos quedamos en silencio hasta que divise a mi padre en la esquina, me
guiñaba el ojo, luciendo sus hermosos dientes blancos, el pecho inflado; lo
había notado todo y estaba ahí para darme fuerzas.
-este diana… yo… quisiera saber si te gustaría… dije nervioso
-dime somos amigos puedes decirme todo
-es eso, es que has sido mi mejor amiga mucho tiempo y no sé si tú
quieras…. Apreté mis manos en puño –si quieras ser mi novia. Solté de golpe.
Ella llevo su espalda hacia atrás, entonces deje caer mi mirada pero busque
la de mi padre que me hacía señas de seguir, la tome de la mano y la mire fijo
con mi mano libre rodee su abdomen pase su cintura y llegue a su espalda. Sus
labios rojos evocaron una sonrisa entonces me mostré feliz.
Junte mis labios con los de ella y la bese suavemente, con cada chispa
recorriendo mi cuerpo, mis manos sosteniendo el de ella, con los ojos cerrados
como los de ella pero sintiendo al otro como ninguna vez lo sentimos, un beso…
Santiago.
(Horas antes) Le abrí la puerta mi entrenador, estaba vestido con un jean
apretado, una camisa cuello V, esta vez
había dejado lucir su cabello castaño recortado al estilo militar, sus gafas
reposaban en su camisa así que podía ver sus ojos.
-feliz navidad muchacho.
-gracias entrenador, dije con algo de alegría al verlo.
-puedo hablar con tu madre, espera aquí; dijo colocándose de rodillas con
sus manos en mi cintura guiñándome el ojo yo asentí.
Admiraba a mi maestro, él me vio donde nadie más me notaba, me entrena, me
cuida, me da dinero para mí y mi mamá, todo es increíble, juega conmigo, me
compra helados, a veces salimos a alguna caminata y es que amo la natación es más
sano que la calle. Mi madre cargaba al pequeño Cami entre sus brazos, al
parecer también le caía bien a mi madre.
-vamos, dijo colocándome su mano en la espalda.
-claro ¿A dónde?
-a mi casa, dijo en una sonrisa.
-¿a su casa? Pregunte confundido, pero el volvió a mirarme mientras sonreía
como diciendo tranquilo muchacho.
Al llegar a su apartamento observe
lo bien organizado que se encontraba, encendió el televisor y también coloco
algo de música a un volumen fuerte pero que importaba es navidad todas las casa
vibran a música; me alcanzo una copa de champaña.
-brindemos porque los años que vienes te conviertas en un gran nadador,
dijo sorbiendo un poco de su copa
-con su ayuda claro entrenador, tome de la copa un poco rápido y me deje
caer a un lado.
-cuidado Santi, dijo sosteniéndome del brazo.
-te serviré otra pero no la bebas tan rápido.
Así fue, no había probado muchas copas aunque su sabor me gustaba mucho,
sin embargo mi maestro si tenía unas cuantas, acerco el pico de la botella a mi
boca luego que el tomo de ella, lo mire extrañado pero deje que me vertiera
licor en la boca un poco se derramo por mi boca así que me seque con el brazo
de la camisa.
Él se levantó tendiéndome la mano, corrí por mi cuenta la silla y me
levante, pero me maree muy rápido la cabeza me pesaba la apoye con una mano
–entrenador no me siento bien- lo mire con su sonrisa casi perfecta pero
audible, me tomo de la mano y me ayudo a no caer, me llevo hasta su cama y me
recostó luego de acomodar la almohada.
-entrenador lléveme a casa no me siento bien, le dije
-es la droga que diluí en el champan, estarás bien Santi. Dijo quitándome
la chaqueta para que me acomodara mejor, su mano se arrastraba muy lento por mi cuerpo, su mirada no era la
misma era lasciva, me incomodaba.
-te gustan los dibujos animados, dijo colocando un canal en la TV. –jajaja
adoro Daria y ¿a ti? Dijo acostándose a mi lado, comenzaba a verlo algo borroso
algo en la garganta me quería hacer vomitar.
-entrenador, de verdad no estoy bien. Su mano paso por mi frente y bajo por
mi cuello.
Su pierna cruzo mi cintura –estarás bien- dijo, sentí su cuerpo montarse
sobre mí, apretó su pierna con la mía, el peso no me dejaba respirar, lo empuje
un poco pero un carga eléctrica cruzo mi cuerpo al sentir sus labios en mi
oído, su legua fría depositaba saliva en mi oído; lo empuje pero en un acto
agresivo me volvió a acomodar.
Tomo mis manos en la suya, con la que tenía libre desapuntaba mi camisa,
beso mi cuelo mientras me metía la mano por debajo del bóxer. –entrenador no-
grite fuerte, mire a Javier levantarse me miro antes de abofetearme, nuevamente
cayó sobre mí, repelía pero apretaba más duro, toco mi polla entre los
pantalones y la acaricio con cierta rudeza.
Se levantó para quitarse la camisa y sus pantalones, yo me senté apoyando
mi mano en la cama, coloque los dos pies en el suelo y me levante me dirigía
hacia la puerta, pero me tomo del cinturón del pantalón me giro cuando di con
su mirada golpeo fuertemente en el estómago, me incline pero sus dedo apretaron
mi cuello y me levantaron.
-la pasaras bien Santi.
Me arrastro hasta la pared más cercana, se bajó su ropa interior y golpeo
mi bóxer con su polla, su boca apretaba mi cuello como su mano recorría mi
cintura, jadeaba echando su aliento a mi cuerpo, -quítate eso, dijo bajándome
el pantalón; amaso mi polla hasta que la sintió engordar un poco, me miro con
cierta malicia antes de jalar de mi cabello, el dolor era intenso apreté las
manos con la de él mientras me bajaba para ponerme de rodillas.
Paso su polla por mi mejilla, su baba rozo mis labios en un aroma fuerte,
entonces me golpeo unas cuantas veces para jalarme con más fuerza el cabello,
al gritar me la enterrósu glande golpeo mi paladar me cortaba el aire y tenía
la incomodas ganas de vomitar; su movimiento se agilizo lo hacíamás fuerte me
desgarraba el labio, con su mano libre golpeaba mi mejilla.
-vamos cómela, no es tan difícil.
Me la saco de golpe, coloque mis cuatro manos en el suelo mientras tocia y
escupía como podía, intentando recobrar aire; me tomo del brazo y me levanto,
lo mire con lágrimas en los ojos aun todo daba vueltas podría ser una pesadilla
que taladraba de manera real; me lanzo contra la cama y tiro mis bóxer al
suelo.
-entrenador, déjeme ir. Le dije suplicante sin fuerzas con el cuerpo
molido.
Cogió la crema de la repisa y oprimió con fuerza, toda se derramaba por mi
culo solo cerré los ojos cuando tomo mi cintura, un puto dolor desgarrador me
invadió cuando me la apretó con fuerza, se empujó un poco más, grite fuerte
pero él se inclinó y con eso la mando toda dentro de mis esfínter; -cállate,
susurro.
No sabía con certeza si el tiempo pasaba o yo me había detenido en un
instante, tenía los ojos cubiertos de lágrimas, como la boca a sabor a sangre,
saliva y no séquémás, lo miraba desde abajo, mientras él me tiraba con fuerza
apretando los dientes cuando el dolor me traía a la realidad, su cuerpo sudaba,
su boca babeaba, me golpeaba cada tanto. Estaba perdiendo fuerzas cansado –no
te duermas, despierta Santi. Me dijo golpeando mi mejilla.
Aumento su envestida hasta correrse, saco su polla golpeándola contra mi
culo; jalo de mi cabello le mire con los brazos caídos y me lanzo lejos de él;
me quede ahí, llorando sin pronunciar palabra. Lanzo mi ropa al cuerpo.
-vete, más te vale no decir nada.
Adam.
Los oí jadear por última vez, observe las cobijas solo apreté en puño y
hale para arropar mi cuerpo desnudo manchado de lefa; mire al hombre de cabello
negro colocarse el pantalón, posteriormente su camisa, me sonrió antes de salir
de la habitación; el otro joven de cabello rojo; se acercó a mi cuerpo y
acaricio mi rostro mientras evocaba una tierna sonrisa intente corresponderle.
Su boca dijo…
-feliz navidad Adam.
Luego de eso saco dinero de su billetera y la dejo junto a la mesa de
noche, la lámpara alumbro el fajo y creo sobra de él, observe el licor
resplandecer ondear dentro de la botella, baje la mirada apreté mis dientes
como mis manos; y lo mire, mientras se iba.
-feliz navidad. Le dije para cuando cerró la puerta.
Santiago.
La luz se reflejaba en sus ojos cafés, su piel blanca como el mármol
reflejaba como espejo las luces de navidad, estaba pálido y tenía mucho frio,
su mano temblaba al apretar la mía; pero aun así Sebastián seguía aquí, y me
aferraba a lo más hermoso que había visto.
-¿Qué te hicieron? Me pregunto, tomándome de la mejilla.
Agache la mirada, oí los fuegos artificiales sonar en medio de la noche y
la lluvia, él apretó mi mano me hizo mirarle. –lo que sea que te hicieron debes
saber que estoy aquí para ti. Luego sonrió.
Se acercó a mis labios para besarlos, suavemente, con gran cariño, con su
mano en la mía, y la otra en mi mejilla; luego se alejó me miro a los ojos y me
dijo –feliz navidad Santi.
Capítulo
VIII.
Santiago.
Lo espere en
medio del parque con una rosa en la mano totalmente nervioso, mirando en la
oscuridad la luna posarse en lo alto brillando toda la hojarasca; toque mi
frente estaba sudando cuando el clima estaba helado; entonces camine un poco;
los pasos me llevaron atrás de un árbol entonces sonreí al recordar tantos
momentos felices; en frente de ese árbol un lago hermoso similar a un espejo
que hondaba con cierta tranquilidad.
Me acerque a
este, me contemple vestido con una camisa a cuadros, un jean, peinado de medio
lado; entonces escuche las hojas del suelo romperse, no gire me quede en el
mismo lugar sosteniendo la respiración; cuando deje de escuchar sus pasos sentí
su presencia tan cerca; me levante aun sin girar, entonces reí un poco.
Sus manos
rodearon mi cintura, me apretaron a su cuerpo, fue cuando su cabeza se posó
sobre mi hombro, lo contemple mirándome con sus bellos ojos verdes, su piel
blanca se tornó de color rojizo al igual que sus labios. Lo bese… me detuve en
sus labios mientras me giraba, llevando mi mano derecha hacia su cuello y la
otra situada en su hombro.
Separe sus
labios de los míos para sentir su aroma, abriendo lentamente los ojos para dar
con el brillo de los de él entonces se lo volví a decir –te amo Cesar.
Me volvió a
besar cuando se separó me sonrió, me dijo eso que yo quería oír me dijo –te
amo; en voz baja, pausada; luego se acercó a mi oído colocando su mano sobre mi
pecho, mi corazón latía rápidamente fue cuando sus labios me rozaron –me haces muy feliz.
Retrocedí
quedando a la orilla del lago, coloque mi mano sobre su pecho sin dejar de
mirarle, el tomo la rosa tocando mis dedos entonces sonreí nervioso mordiéndome
el labio inferior; -no supe que más regalarte; le dije como toda respuesta.
♪Todo el tiempo lo nuestro fue una fiebreUna gripe con orgullosos
creyentesPuse las manos al aire, dije “muéstrame algo”Él dijo, "si te
atreves acércate más"♪Caminamos hacia su auto, él tomo el volante y nos dirigimos a
su casa, al llegar todo se encontraba en silencio, admiraba el nivel de orden y
lujo con el que vivía, nada semejante a mi casa, antes de subir las escaleras
nos quitamos los zapatos para evitar despertar a sus padres o a mi hermanito;
me llevo de la mano hasta su cuarto pero antes de entrar apreté su mano con
fuerza, sus ojos se clavaron en mi fue cuando sin pestañear un instante le
susurre en voz suave –puedo ver a Camilo un momento.
Su mirada
cambio de matiz incluso me sonrió, sus pies me llevaron al final de un cuarto
se colocó detrás de la puerta y yo detrás de él tomándolo de la cintura; abrió despacio
dimos unos cuantos pasos. Guarde silencio mientras veía a mi hermanito dormir
se veía tan feliz, tranquilo, envidiaba la posición en la que se encontraba y
lo único que hice fue tomar entre los dedos su manta para arropar el brazo que
tenía expuesto.
-cuando está
despierto te pregunta mucho. Me dijo Cesar colocando su mano sobre mi espalda.
-a mí
también me hace mucha falta cuando está contigo,…me hace mucha falta- dije para
mí mismo.
No me
gustaba creer que era egoísta cuando lo único que me motiva es ver feliz a mi
hermano, pero llegar luego de arduo entrenamiento a la casa, ver a mi madre
echa un caos y la casa de la misma manera lo único que podía aliviarme era
verlo a él; esperando que le abrasase, que le contara un cuento, que le dijera
te quiero mientras le preparaba algo de comer. Pero cuando no está simplemente
todo pesa un poco más.
Cesar beso
mi mejilla, sentí que me coloraba gire a él con algo de sorpresa antes de que
tomara mi mano; me llevo de nuevo a fuera de la habitación que le dieron a mi
hermano; ingresamos a la suya, era bastante grande y ordenada, en la pared
posterior a su cama se situaba una ventana entre abierta que hacia ventear la
cortina azul claro.
Tomo mi otra
mano, acerco sus labios a centímetros de los míos, contemple sus ojos verdes;
quería hacerlo mío quería ser suyo; soltó mis manos me quede inmóvil ante él…
era hermoso, subió su mano hasta la altura de mi rostro lo sentí acariciarme
mientras me acercaba a su boca, su lengua invadió mi boca, lo mire con los ojos
cerrados entregándose a mí.
Apreté mis
manos en puño, las guie a su cintura mientras cerraba mis ojos, levante un
costado de la camisa me permití sentir
el calor de su piel, subí de apoco despojándolo de esta, su piel blanca
alumbrada por la luz de la noche, me perdí en el brillo de sus ojos verdes; él
retrocedió unos pasos cuando toco el borde de la cama levanto su mano la que
sin pensar tome; comencé a besarlo, dejándolo desnudo.
♪Diamantes amarillos a la luzY nosotros estamos cara a caraMientras tu
sombra cruza la míaEn lo que tarda en resucitar♪
Bese su
cuello, descendí por su pecho, depositaba un camino de saliva en su pecho
cálido al llegar sus tetillas le chupe imprimiendo algo de fuerza, sus manos se
apretaron en sus hombros invitándome a bajar por su abdomen en un camino de
besos, sentía el pene duro buscando una salida entre el pantalón, sé que sentía
mi respiración en su piel, el roce de mi mano en su pantalón, queríamos más;
sus manos se ubicaron en la hebilla de su pantalón lo escuche desprenderla halo
de la correa hasta que la zafo de su pantalón, la lanzo lejos, mis manos le
continuaron al botón de su bragueta en un movimiento de dedos baje el cierre; y
como si de un libro se tratase abrí en dos dejando en la mitad el color rojo
con blanco de sus bóxer.
Apreté su
polla con suavidad, su cadera se contrajo, tome sus bóxer desde el elástico y
tire de ellos imprimiendo algo de fuerza, con ambas manos tomo mi rostro y lo
acerco al suyo, zafe su pantalón junto con sus bóxer, sentí su polla caliente
en mi abdomen, deje caer mi peso sobre el suyo comí sus labios, su cuello, su
abdomen, rodee su polla baje por las piernas le vi tomarla con una mano y
pajearse con algo de necesidad. Me gustaba ver a mi chico de esta manera.
Sonreí un
poco ruborizado, el desvió la mirada entonces tomé la mano con la que se
pajeaba y junto a la mía apreté un poco más su polla, la descapullamos con
lentitud, bese sus labios antes de propinarle la primera lamida, rodee su
glande con mi lengua, el preseminal que de este decencia me tenía a mil, apreté
mis labios, tomo mi mano y la coloco sobre su cabeza, continúe chupando su
miembro caído sobre su abdomen, lamí de la base a la punta y nuevamente
descendía hasta sus huevos.
Sus manos
perdieron fuerza, así que tome su cintura con las mías, apreté su glande entre
mis labios y lo lleve a mi boca hasta que mi nariz toco su vientre, se sentía
genial, sus manos aruñaban mis hombros, apoye mis nudillos en el colchón y le
mire, totalmente agitado respirando todo el aire que podía.
Me contemplo
unos instantes, sus dedos tomaron un mechón de mi cabello y lo arrastraron
hacia atrás, esta vez fue él quien se acercó sus manos tomaron el botón de mi
pantalón y le desabrocharon me encontré arrodillado sosteniéndome del barandal,
sentí la ventisca cruzar mi entre pierna después fue la calidez de su mano.
Para cuando
cerré los ojos tenía mi pene entre sus labios, no había sentido un calor
semejante, abrí un poco las rodillas le envestía despacio, su mano me apretaba
cada tanto; sentía que el calor no podía con mi cuerpo me faltaba el aire que
me robaba, paso mi glande por sus labios una y otra vez.
Lo detuve en
un instante, con mi mano en su espalda y la otra en su cadera lo invite a
acostarse en la cama, lo mire intrigado, temblaron un poco mis labios sin poder
pronunciar palabra –era tan bello con su cabello castaño mojado por el sudor
sobre su frente, su cuerpo, sus ojos… coloco su mano en mi brazo y sonrió.
Ubique mi mano en su culito y ascendí el levanto las piernas a mi ritmo me
ubique sobre él con sus piernas aferrándose a mi cintura; roce mi glande por su
culito para dilatarlo un poco y a su vez lubricarlo con mi preseminal.
Me gustaba
la cara que me ponía, me gustaba ver que un chico tan fuerte como él hacía que
mi cuerpo vibrara, a sus brazos les surcaban algunas venas, apreté de apoco
hasta que conseguí que mi pene entrara a su esfínter me mantuve ahí unos
minutos. Su rostro estaba totalmente de color rojo apretó sus dientes mientras
la sacaba, su mano se colocó en mis nalgas invitándome a seguir.
Empuje mi
cadera a su cuerpo con un ritmo pausado, cuando su cuerpo se acostumbró aumente
la fuerza, le empujaba con más velocidad,
su mano se agarró de la baranda de su cama, me mordía el cuello para no
gemir mientras le envestía, el sonido se hizo moderando. Apreté mi mano en su
tableta. Mi glande se sumía en el inmenso calor entonces lo saque de golpe,
tome un poco de aire; sus labios continuaron aferrados a mí.
♪No estoy seguro de como sentirme con respecto a esto, Algo en la forma en
que te muevesHace que me sienta como si no pudiese vivir sin tiEsto invade mi
serQuiero… Quiero que te quedes♪
Sentí sus
labios húmedos sobre los mío, gire mi cuerpo para que quedara debajo del suyo,
solo basto con mirarlo para que acomodara mis piernas alrededor de su vientre,
estaba lo bastante excitado para que en unos minutos que su glande se apretó a
mi esfínter esté le permitiera el paso a mi cuerpo, Cesar me envistió con más
necesidad hacia que mi cuerpo fuera y viniera, aferrándome a su espalda, su
cuerpo se coloro como sus manos se surcaron de venas; su saliva caía cálida
sobre mis labios, me gimió de cerca al oído. Era un dios.
Una presión
inmensa se apodero de mi abdomen como el calor en la punta de mi polla,
trallazos de semen salpicaron a mi cuerpo como al suyo, vi su sonrisa, antes de
erguirse envistiéndome con mayor lentitud pero apretándose más a mi cuerpo.
Cayó sobre mi cuerpo.
Nos
mantuvimos un instante respirando de manera pausada para cuando me di cuenta
mis brazos le rodeaban, su barbilla se acomodó en mi pecho para mirarme, su
dedo siguió una gota de sudor en mi frente lo arrastro junto con mi cabello.
-te amo, no
olvides esta noche. Me dijo en una sonrisa girando su rostro hacia la ventana
que nos ofrecía una helada ventisca.
Lo apreté un
poco más y le dije despacio mientras me rendía ante el sueño –no lo olvidare
porque siempre te tendré a ti para recordarlo.
Adam.
Observe la
luz de la mañana entrar por la ventana del cuarto del hotel, apretaba mis manos
con fuerza al colcho de la cama, lo sentí tocar mi espalda apretar sus uñas en
mi piel, me envestía con fuerza apretaba los dientes, cerré los ojos al sentir
sus labios abalanzarse sobre mí. Entonces su pareja me tomo la mejilla y
levanto mi rostro; sus dientes blancos relucieron entre aquellos labios
carnosos y piel bronceada. Golpeo fuertemente su polla contra mis labios le
acepte.
El primer
hombre que rondaba los treinta y seis pego un aullido de placer al sentir que
se venía, entonces le dio la señal al otro un poco más maduro que podía
finalizar me envistió con más rapidez la boca pero ellos conocían las reglas así
que apreté su pierna con algo de molestia; lo observe mirar al frente antes de
sacar la polla y pajearse ante mí; el primer hombre tomo mi cintura y me arrojo
a la cama miro a su pareja pajearse sobre mi cuerpo. Lanzo unos cuantos
trallazos no tengo idea la verdad miraba hacia la ventana era un bello
amanecer.
Sentí sus
labios sobre mi cuerpo propinándome algunas lamidas, cuando se vieron
satisfechos, sacaron cada uno la cantidad de billetes que completaban mi
precio; me la tendieron en frente de mi mirada entonces los mire directamente a
los ojos; Ambos se rieron en lo que la dejaban sobre la mesa de noche debajo de
la lámpara; cerraron la puerta y se fueron.
Suspire
hondamente, me acomode sobre la cama pero sentí una gran molestia a un costado
de mi cuerpo; me arrope para no verme desnudo; mire el dinero, mire la ventana,
mire la repisa me acerque a ella luego de anudar la sabana; saque una copa y
vertí algo de alcohol en ella la observe llenarse también la deje rebozar. La
tome entre los dedos y bebí unos cuantos sorbos de ella.
♪Brilla una luz a través de una puerta abiertaSepararé la vida del amor,
Me daré la vuelta porque necesito más de ti. Sentir tus latidos en mi cabeza.
Así es como me siento y no puedo negarloPero debo dejarlo marchar♪
Me sentía
ansioso camine hacia la ventana, los vi salir en el mismo auto en que llegaron,
tome otro sorbo; pensé en él… en Cesar, porque sentía que lo necesitaba, me
lleve la mano hasta el pecho y la copa hasta los labios –esperaba llegar a
casa- deje la copa al borde del marco y me dirigí a donde estaba el dinero;
tome mi pantalón y ahí le guarde sentí las láminas de LSD –prométeme que las
dejaras- podía dejarlo, se lo había prometido.
Me dirigí a
la ducha aun hacia mucho frio estaba muy temprano, deje que el agua limpiara mi
cuerpo y el jabón dispersara el aroma, evitaba no cerrar mucho los ojos,
tararee una canción que había escuchado hace muy poco -Porque nadie quiere ser
el último aquí… porque todos quieren sentir los cuidados de
alguien alguien para amar con mi vida en sus manos- escupí un poco de agua
mientras llevaba mi cabello hacia atrás me detuve un instante antes de cerrar
la ducha pronuncie -tiene que haber alguien así para mí, alguien que siente lo
mismo.
No había
lagrima, había una sonrisa; me vestí lo más rápido que pude me acomode el
cabello para que los rayos dorados fueran notables, tome un taxi que me llevara
a mi nuevo hogar, mire desde el frente una fachada impecable de grandes
ventanales; lo pensé dos veces antes de tocar el timbre preferí entrar
arbitrariamente sin hacer el mayor ruido. Entre a la cocina buscando algo de
comer; al mirar la nevera vi tostadas y algo de jugo sabía que Cesar estaba a
punto de levantarse tenía que ir a entrenar. Tome lo que pude y le prepare el
desayuno en quince minutos al ver la bandeja no pude evitar ruborizarme y
plantearme lo que hacía.
Subí las
escaleras sostuve la bandeja con una mano mientras abría la puerta de su
habitación, lo mire acostado tapado en su sábana blanca, sus tetillas rosadas
como sus labios, trague un poco de saliva daba unos pasos hacia su cama cuando
del baño salió una ola de vapor visualice a un chico un poco más fuerte que
Cesar, más alto, de cabello negro; le cubría una toalla atada en la cintura; se
secaba el cabello con otra que tenía en la mano.
-levántate
dormilón, pronuncio en voz tranquila.
Sus pasos se
detuvieron al mirarme, aquellos ojos grises congelaron todo lo que pude haber
hecho, sentí que me asfixiaba y de alguna manera quería desaparecer de ese
lugar, observe a Cesar removerse antes de despertarse dirigió su rostro a él en
una sonrisa; luego me miro a mi; mantuvo su mirada mientras yo seguía ahí de la
manera más patética.
-yo… yo…
pasaba (aclare mi voz al sentirla cortarse) pasaba a saludarte antes de
llevarle el desayuno a Camilo.
-soy
Santiago mucho gusto… dijo aquel chico dejando la toalla sobre la cama para
saludarme.
Tenía un
nudo ahorcándome la garganta, restringiéndome el aire, solo lo mire removí mis
labios.
-él es Adam,
es…
-soy su
amigo, dije correspondiéndole al su saludo
Parpadee un
poco antes de salir sin pronunciar mayor palabra, cerré la puerta camine unos
pasos antes de apoyarme sobre la pared intentaba respirar, mirar hacia arriba;
continúe dando pasos hasta llegar a la habitación de Camilo. Le toque el brazo
y lo sacudí con suavidad. Al abrir los ojos y notar que era yo me sonrió.
Tendió sus brazos para que le abrazara y eso hice.
-eh, mira te
he traído el desayuno.
Me dio las
gracias mientras comía, acariciaba su caballera, miraba a todos lados evitando
encontrarme con sus ojos; bese su frente y Salí del cuarto; camine como pude
hacia el mío me metí al baño saque una botella pequeña de ron palpé mi bolsillo
deje caer algunos billetes al piso antes de encontrar las láminas; me lleve dos
a la boca antes de recostarme contra las baldosas.
Lloraba con
frecuencia lleve mis manos a los ojos para controlar mis emociones, pero dolía,
me había ilusionado solo, quería gritar quería golpear algo; pero solo me quede
ahí; necesitaba aire me levante algo mareado baje las escaleras con algo de
dificultad; para cuando me encontraba en la sala el timbre sonó; al abrir la
puerta.
Lo vi de
nuevo con su cabello castaño casi rubio, su piel blanca mirando un papel que
tenía en sus manos –disculpe vengo buscando a un chico y me mandaron para
acá.Para cuando subió la mirada sus ojos se abrieron notablemente al verme.
Estoy seguro
que no sabía que decirme, me acordaba de su nombre –Sebastián; dije en un
simulo de recordar. Luego mi mirada se tornó distante me hice a un lado para
indicarle con el dedo la señal que subiera –a quien buscas está en la segunda
puerta del pasillo. No matice mi tono.
Él continuo
sin mediar palabra, visualice una rosa en su mano; para cuando él entro yo Salí
cerrando la puerta; mire en frente y tan solo corrí desenfrenadamente sacando
el frasquito de licor.
Sebastián.
-¿qué haces
aquí? Soltó en sorpresa; soltando de los brazos a ese chico que observaba
anonadado.
Baje mi
mirada, se habrán caído los chocolates, se habrá caído la rosa, solo reí
apretando mis manos en puño antes de alzar la mirada sosteniendo una patética
escena de lágrimas; -que hago aquí… divague.
Mire aquel
chico sobre su cama, sus piernas aferradas a las de Santiago, me quede en
silencio que podía decir que ya no fuera visto; trague saliva antes de dar la
vuelta; quería correr, camine de prisa.
-Sebas…
Sebastián; escuche el grito de su vocecita.
No me gire,
lleve mis manos a mi rostro para limpiarme un poco. –campeón como has crecido.
Le dije al pequeño Cami que se aferraba a mi pierna.
Me beso la
mejilla no parecía quererse soltar de mis
brazos mire la puerta de la habitación donde lo vi; no quería que
saliera y me viera; ronque un poco mi voz para detener mi mirada en Camilo
–debo salir me acompañas a la puerta.
-volverás
Sebas; lo mire sonreírme.
Mordí mi
labio inferior, -sí, pero debo salir ya.
Camine con
el pequeño hacia la puerta, me dolía los ojos, me dolía la cabeza, no le
pronuncie palabra solo le simulaba sonreír; abrí la puerta cerrándola tras mi
espalda.
-¡Sebastián
espera! Grito Santiago saliendo a toda prisa.
Le mire
mientras negaba con la cabeza, maldita sea no podía parar de llorar en esta
estúpida escena, corrí y él corrió detrás de mí… -espera.
Su mano toco
mi codo, hale con fuerza quedando de frente con su mirada. – ¡qué quieres
Santiago! por favor… no.
-déjame
hablarte. Me dijo intentando tocarme pero me mostré incómodo.
-no; no
quiero; no quiero oírte… solo… solo déjame seguir. Le respondí.
-Sebas… no
quería que esto pasara. Dijo como toda justificación. Eso me dolido más.
Pero que
podía esperar un te amo, un te espere durante estos años, un no deje de
pesarte, no te vayas… pero todo se resumía en –no quería que esto pasara.- con
esas palabras soltó mi cuerpo y dejo caer sus manos le mire a los ojos, tome mi
mano y me quite el anillo lumièrediamants
dans.
-es tuyo. Le
dije antes de darle la espalda y seguir mi camino.
Sin mirar
atrás, pero muriendo por dentro, sin saber que haría o que pasaría pero tenía
una respuesta clara él ya no estaba y yo jamás me había sentido tan solo…
Adam.
Entre
moviendo los pies al ritmo de la música, me dejaba llevar por el lugar, la
oscuridad, el olor fuerte a sudor, cigarrillo, sexo, vomito… una mezcla de
depravación homosexual en un solo lugar, donde yo pertenecía donde no debí
salir, me acerque a la barra ordene unos cuantos tragos tome el vaso y lo lleve
conmigo a la pista; sonaba un play lista completo de Rihanna, bailaba solo con
mi botella en la mano; sentí el calor de unas manos desconocidas tomarme de la
cintura; sin girar me deje llevar por ellas, lleve mi cabeza hacia atrás, bese
su cuello. Sentí la sangre bombearle fuerte hacia la cabeza.
♪No es realmente una vida la que vives, No es sólo algo que tomas, es
dadoDando vueltas y vueltas y vueltas…♪
Sus manos se
metieron por mi camisa, me pegue a su cuerpo; al abrir los ojos vi un chico de
cabello rojo, bastante atractivo de cuerpo atlético, su sonrisa como su mirada
se dirigían a mí, le correspondí besando sus labios, vertí de mi bebida en su
boca: él la mantuvo ahí hasta que le volví a besar; toque su camisa saque una cajetilla
de cigarrillos que tenía lo mire para que me encendiera uno y eso hizo; lance
el resto hacia la multitud y no le pareció importar.
Inhale un
poco de humo antes de sacarlo el busco mi boca, tome su cabello entre mis dedos
guiándolo a mí; le di a fumar exhalo el aire en mi boca; sentí como mis pupilas
se contraían como me perdía en ese lugar; me sentía sensible y seguramente él
también lo sentía. Me coloque en frente de él bailaba con su paquete pegado a
mi culo, con sus labios en mi cuello y su mano sobando mi polla.
Metió sus
manos en mi bolcillo –ten cuidado con lo que haces. Le dije como toda respuesta
sin dejar de bailar; sonrió para luego inhalar mi aroma.
Rodee con
mis manos su cuello, lo guiaba paso a paso a un lugar oscuro lo más cercano a las
paredes, observe a otros chicos en la misma posición que yo; cuando sentí mi
espalda en la pared rodeé mis piernas en su cintura. Continúe besándolo hasta
que el sonido de una de las mesas romperse llamo mi atención, lo aparte de
golpe me acomode el pantalón y camine hacia el lugar.
Sebastián.
-que me
dejes en paz, le grite luego de golpearlo fuerte en el rostro.
Aquel tipo
se levantó iracundo a golpearme, detuve su golpe con el brazo para golpearle el
abdomen; cuando se lo tomo le agarre de la cabellera lo levante para que me
mirase a los ojos antes de volverle a golpear, perdió el equilibrio y cayó sobre una de las mesas. Se rompió a ese
nivel las personas nos abrieron en círculo. Esperaba que se levantara que me
encarara que buscara volverme a golpear para romperle hasta la conciencia.
Tenía un puta ira, y simplemente este tipo llego en mal momento.
-vamos
levántate…
-vamos
machito inténtalo.
♪Hay un incendio comenzando en mi corazónAlcanzando su clímaxY me está
sacando de la oscuridad♪Aquel desconocido se limpió la sangre de la boca se puso de
pie algo tambaleante, tomo una botella del pico y la quebró contra el suelo;
corrió hacia mí lo estaba esperando pero una sombra paso rápido y la figura de
aquel tipo cayo varios metros a distancia de donde estaba. Esa sombra se colocó
ante mí cuando las luces le parpadearon lo contemple con la mirada perdida, sus
labios totalmente húmedos, el rubor insaciable de sus mejillas y su cabellera
húmeda por el sudor; me sonrió.
Me tomo de
la mano mientras me guiaba a un cuarto bastante oscuro donde una luz azul
fosforescente era lo único que diferenciaba las cosas.
-suéltame
hijo de puta, le dije molesto apretando mi mano en puño.
-no quise
hacerlo; susurro entere dientes antes de mirarme.
-¿Por qué lo
hiciste? Dije golpeando la pared en puño, sin apartar mis ojos de los suyos.
-¿Qué
sentiste?
Lo mire con
total desprecio, el guardo silencio luego de su pregunta para apoyarse contra
la pared y dejarse caer al suelo, cruzo sus mano en un suspiro; -fui egoísta,
es todo…
-¿quieres?
Dijo sacando una botella pequeña de licor.
Me coloque
en la pared y bebí de esta, busque su mirada pero la llevo a otro rincón de la
habitación –que mierda-, le tendí la botella al tomarla se la llevo a la boca y
tomo hasta el último sorbo de esta, sus mejillas estaban infladas no se había
pasado ni una gota; su mano tomo mi cabellera para llevarme hasta él, tome su
rostro y sentí el camino de lágrimas.
Lo bese sin
control con necesidad, el arrastro mi camisa con sus manos le ayude con las
mías los botones cedieron al igual que la tela; beso mi pecho sus dientes se
apretaron a mis tetillas, tire de su cabellera baje hasta su boca le bese
desabrochando su pantalón; tire fuerte de esté; su polla se alzó erguida lo
apoye contra la pared, la tome entre mis manos y me la lleve a la boca; lo oí
gemir fuerte.
Le lamia de
la base hasta el capullo, le pajeaba con su glande entre mis labios, su cuerpo
era increíble, su mano tomo mi hombro indicándome que subiera; coloque ambas
manos contra la pared; deje que me desabrochara buscara mi polla; mire perdido
de si la pared; envestí su boca podía oírlo arcarse. Me levante deje caer por
completo mis pantalones ante su mirada; me senté sobre su polla lo hacía
despacio él me tomaba de la cintura; cuando finalmente lo tuve dentro de mí;
moví mi cadera de arriba abajo que a lo largo del tiempo se hacía más fuerte.
Su mano pajeaba mi pene.
Sentía que
caían gotas de sudor de mi cuerpo, al suyo lo cubría una capa brillante del
mismo, gimió fuerte antes de enfrascar sus dientes en mis pectorales;
tranquilice mi movimiento devolviéndole algo de aire a mi cuerpo; me corrí
marcando su pecho en varios trallazos.
♪Ahora tú te has idoNo quiero nada más, Ahora todo se acabó ¿Qué es lo que
he hecho? Parece como si estuviera equivocado, Si todo realmente va a
cambiarCreo que somos como agua y fuego…Si tú me ves venir♪
Me quede
sobre sus piernas dejando descansar su cabeza en mi pecho, me miro en silencio
con sus intensos ojos grises luego de meditar en su interior espeto en lo que
parecía una confesión. –ayúdame a recuperarlo y yo te ayudare a ti
Le tome la
mano en señal de que aprobaba lo que estaba pensando aunque no sabía que era en
realidad, solo deje caer mi cuerpo tras la pared respirando todo el aire que
podía.
Santiago.
Llevaba a
Cami a nuestra casa, lo llevaba en mis brazos cuando observe una multitud de
carros; lo deje en el suelo, para acercarnos con mayor rapidez observe la casa
vecina cubierta de una capa negra; busque respuestas como podía estaba la
policía los bomberos. Me metí
bruscamente.
-no puede
seguir, dijo un oficial.
-no entiende
mi madre está sola en casa; necesito verla.
-¡Santiago!
La oí gritar mientras la sacaban de la casa.
-¡que están haciendosuéltenla!
Dije tomando a uno de los oficiales por el hombro.
-esta mujer
fue quien inicio el incendio anoche y debe rendir indagatoria. Dijo autoritario
mientras se la llevaba a la vista de todos.
Observe a mi
hermano aferrarse a mi madre envuelto en lágrimas, gritando sin saber porque;
lo tome de la cintura y lo arrastre a mí; mire a mi madre en condiciones tan
lamentables que solo le pregunte –porque- pero ella solo agacho la mirada y se
dejó arrastrar hasta el auto…
♪…Veo a otro lado, mirare a otro lado♪
Capítulo
IX.
Santiago.
-Santiago… es
un gusto tenerte por aquí hace una semana no venias; dijo mi entrenador calando
humo de su cigarrillo.
-cierra la
puerta, sigue siéntate.
Pulía su
estúpida águila de oro y plata, levanto la mirada observe sus oscuros ojos café
cerciorarse que colocaba el pestillo; me acerque hasta su escritorio me quede
de pie frente a este y lo mire desafiante esperando detuviera lo que hacía y me
pusiera cuidado.
-necesito un
adelanto. Le solté de golpe.
Javier detuvo
el pulido, cruzo sus manos y me sonrió -¿para qué lo quieres?
-solo lo necesito,
entrenare más horas si es necesario incluso…
-sabes que no
me interesa en lo más mínimo como piensas esforzarte; removió su cigarrillo de
un lado a otro antes de sacárselo de la boca. –te he preguntado para que lo
quieres.
-mi madre
cometió un delito necesito sacarla de ahí e internarla en un centro AA como lo
estipulo el juez. Le dije en cortas palabras apretando mi puño sobre la mesa.
-quieres
ayudar a esa borracha; dijo mientras se reía. Apago el cigarrillo en el
escritorio, volvió a mirarme fijamente en lo que se levantaba de la silla.
-es mi madre…
-no me
interesa tu puta madre; dijo al colocarse a mi espalda.
-si te llego a
hacer el favor… su mano se introdujo en mi pantaloneta de baño alcanzando mi
polla, la apretó con fuerza, arrastrando sus dedos hasta mus huevos; acerco su
lengua a mi oreja sintiendo a mi espalda su potente cuerpo.
-será porque
le tengo algo de lastima a tu hermanito, su mano apretó mi polla, su nariz
recorrió mi cuello, me propino la primera lamina tomando con su otra mano mi
vientre; me giro para quedar frente a frente; beso mis labios pretendió abrirse
paso con su lengua; aferro sus manos con fuerza en mi cintura…
Se detuvo a
mirarme en una mirada enigmática, se la sostuve sin macula de lagrima, sin el sentimiento
que me encadenaba cuando era un niño, sin nada de lo que el alguna vez
pretendió dañar; Cesar me dijo una noche –incluso para llorar se necesita ser
fuerte-
Me beso
llevándome hasta el escritorio, me levanto de la cintura y me sentó con fuerza,
me quite la camisa, guie su cabeza para que me comiera las tetillas, las
rodeaba con su lengua mientras me propinaba ligeros mordiscos; bajo hasta mi
vientre apretó su mano en mi pecho para que me echara hacia atrás, halo de mi
pantaloneta mi polla salto hasta golpear con mi abdomen; tomo mis piernas y las
levanto en V grande.
-Santi… gimió
comiéndome el cuello mientras acariciaba mi ano.
Miraba al
techo, con mis manos en su cuello y la otra en la madera del escritorio,
depositaba su saliva caliente a medida que bajaba, paso de largo mi polla y se
enfrasco en mi culo, su lengua me recorrió la nalga, sus labios se recogieron
succionando lo que encontraba a su paso, al llegar a mi ano escupió dos veces
seguidas, su lengua se adentró a mi esfínter se escuchaban sus quejidos sus
manos tomar fuerza para apretarme. Levanto un poco más mis piernas me introdujo
uno de sus dedos y lo sacaba con lentitud.
Levanto su
potente cuerpo, tomo su polla entre las manos para golpearla contra mi ano, la
roso varias veces; su mano libre se levantó para golpear con fuerza mi pecho;
entonces gemí, la llevo hasta mis cuello y simulo ahorcarme pero antes que
ejerciera fuerza golpee su brazo con el mío, le mire retándole, prosiguió su
camino hasta mi rostro donde su mano se detuvo recorrió mis labios. Apretó su
glande en mi esfínter. Busco en el bolcillo de su camisa un condón se lo coloco
y me volvió a apretar su polla.
-para que veas
que si me importas; dijo mientras lo metía
-aaah, gimió
llevando su cabeza hacia atrás.
Lo empujaba
poco a poco yo sostenía la respiración, estaba sudando, comenzó a envestirme a
su ritmo, llevando todo el peso de su cuerpo sobre el mío y moviendo la cadera
de manera mecánica; me follaba con rapidez el lubricante me calentaba a tal
grado que sentía que me quemaba, aferre mis manos a su espalda enfrascando mis
dedos en su piel.
-Santiago,
eres mío aaahg….
Saco su polla
de mi culo de golpe, saco el condón y lo arrojo a alguna parte de la oficina;
-buff, vamos arrodíllate, me ordeno tomándome de la cabellera.
Metió su polla
en mi boca, roso su glande por mi
paladar hasta que mi nariz toco su vientre, -no cierres los ojos ¡mírame!
Mi garganta se
arcaba, se hizo audible el sonido de mi saliva en fricción con mis labios, su
polla se sentía caliente en mi lengua así como las gotas de preseminal goteaban
en un sabor saldo; cacheteo mi mejilla, me continuaba envistiendo con fuerza,
apreté mis manos sus piernas, él saco su polla para colocar sus huevos frente a
mi cara; le tome con una sola mano, mientras lamia cada pliegue; sentía la
vibración de su mano pajearse.
Se sentó en la
silla y se corrió en varios trallazos sobre su abdomen, manchando también parte
de su pecho; -faltas tú pendejo; dijo mirando mi polla babeando, le mire de
frente me acerque hasta su silla y le coloque mi polla a centímetros del
cuerpo.
Comencé a
pajearme con rapidez, el tomo su mano con la mía y guio mi paja; me pajeo hasta
que me corrí sobre su pecho; gire mi cuerpo en busca de mi ropa me coloque la
pantaloneta y la camisa; me gire hasta la puerta y sin girar a verlo –espero el
cheque para mañana. Con esto cerré la puerta dejándolo en su oficina.
Me encamine
por las diferentes zonas de entrenamiento, pase por las piscinas profundas, las
largas, camine más rápido en las de competencia no me quería encontrar con
nadie solo caminaba hacia las duchas, necesitaba un baño; tropecé con un cuerpo
un poco más ancho que el mío sus manos me tomaron de los brazos. Levanto la
mirada hasta dar con los hermosos ojos pardos de…
-Sebastián
¿Qué haces aquí? Dije perplejo casi intrigado no esperaba verlo, sentí un
bocado de aire en el pecho, sus labios se removieron sin dejas de sostenerme la
mirada; aun me miraba con dulzura y eso me dolía.
-entreno aquí
Santiago, dijo como toda respuesta.
Entre nosotros
se hizo un silencio sepulcral, sabía que había vuelto y que quizás podía
quedarse o irse, pero aún seguía aquí, esto era lo que tanto habíamos esperado
durante tantos años y ahora simplemente estamos frente a frente sin nada que
decirnos; mire su mano sobre mi brazo y le mire algo ruborizado seguramente, lo
escuche disculparse mientras lo alejaba.
- ¿estás
sudando?; dijo llevando sus dedos a mi frente corriendo el cabello que tenía
pegado, los arrastro hasta detrás de mí
oreja; su sonrisa le acompaño a su mirada triste. Casi como si no pudiera
evitar tocarme y yo continuaba en silencio frente a él.
♪ Eres todo lo que pensé que nunca serias… Y nada de lo
que pensaba que podría hacer sido Pero aun vives en mi
interior, Así que dime ¿cómo es posible?♪
-no, estaba
nadando en las piscinas del fondo por eso no me viste... dije antes de volver a
guardar silencio.
Sebastián miro
mi cuerpo y luego miro a la primera sección del coliseo, volvió a mirarme pero
esta vez no le pude sostener la mirada. –voy a irme a duchar ¿vas también?
Su rostro se
ruborizo, entonces comprendí mi error estaba dispuesto a aclarar cuando me interrumpió
–en realidad debo hacer unas cosas.
-me gusto
verte; pronunciaron sus labios antes de pegarse a mi frente.
Sebastián.
Estaba en
frente de él, quería acariciar su cuerpo, besar sus manos, sentir sus labios,
quedarme en su mirada; Santiago ya no me correspondía de la misma manera pero
tampoco me rechazaba, hacia muchos días esperaba verlo de nuevo aunque solo
fueran unos minutos; y ahora que lo tengo frente a frente; siento como si nada
fuera cambiado. Estaba sudado con la mirada perdida me dijo que había entrenado
pero su ropa estaba seca entonces comprendí que le sigue atormentando.
Bese su frente
antes de dejarle, ♪ Tu eres el único al que
deseo poder olvidar… Al único a
quien amo para no olvidar Y
aunque me rompiste el corazón Tu
eres…el único ♪ camine en dirección a
la oficina del entrenador, no toque la puerta solamente la gire con lentitud al
comprobar que no había pasador, entre decidido azotando la puerta a mi espalda
Javier si mal no recuerdo su nombre, se encontraba sentado de espaldas a la puerta
con el torso desnudo, tomo la camisa se la coloco y giro para mirarme.
-¿Qué busca?
Me pregunto en una voz ronca sin apartarme la mirada.
Mire al redor
de su oficina, no había cambiado en nada, observe un condón en el suelo,
entonces cerré los ojos en un amargo silencio, han sido siente años donde
Santiago no ha parado de estar sometido a este tipo, él ya no era un niño pero
las circunstancias no habían cambiado pero yo sí.
-quiero que
deje a Santiago en paz. Le dije de golpe acercándome a su escritorio.
-no sé de qué
me habla; dijo sin macula de sorpresa.
Golpee la mesa
con fuerza retándole con la mirada. –él no está solo.
-mire
muchacho, le aconsejo no meterse en problemas innecesarios; usted no me conoce.
Dijo levantándose de la silla.
-solo vine a
advertirle; solté más tranquilo sin caer en su juego.
-no te
recuerdo, pero te me haces familiar. Dijo acercando su mano a mi rostro.
-le sugiero
que no me toque, dije deteniendo el movimiento de su brazo.
Gire mi cuerpo
dándole la espalda, abrí la puerta y Salí tras ella; tome mi celular en lo que
salía del coliseo y llame a Adam; lo
cite a unos pasos de este lugar en un parquecito pequeño cerca al jardín de
donde solía recoger a Camilo; luego de unos minutos lo visualice a lo lejos con
su paso tranquilo, su cresta levantada teñida con algunos rayos, vestido
juvenil, podría decirse que casi recién bañado.
-has tardado
Adam. Le dije estrechándole la mano antes de sentarnos en la banca.
-lo siento no
he podido venir antes.
-no sé qué es
lo que tanto haces en las tardes, yo te lo he dicho todo acerca de mi pero de
ti no sé nada. Le dije mirándole a sus efímeros ojos grises.
-entre menos
sepas mejor; dijo apretando sus manos… -¿para qué me has citado aquí?
Cambie de
matiz sin desviarle la mirada. -necesito tu ayuda, le dije.
Él guardo
silencio esperando que continuara –desde hace siete años Santiago vive siendo
abusado por el entrenador del coliseo, ya estoy harto de eso; no sabes lo que
fue verlo llorar cada noche antes de llegar a casa, o no poder hacer nada
cuando mis manos no eran las únicas que le tocaban.
-¿si es tan
malo porque se sigue dejando abusar? Pregunto en un matiz irónico
-ese hombre se
aprovecha de sus necesidades, y le pide su cuerpo a cambio. Dije impotente
apretando las manos con fuerza.
Adam me miro
unos instantes, sus ojos se cubrieron por una capa de lágrima inexplicable.
–creo entenderlo; pronunciaron sus labios con algo de temblor.
-él lo hace
por su madre por su hermano… le dije agarrando una de sus manos buscando que me
entendiera; pero Adam no pronunciaba palabra solo pasaba saliva.
-ese chico
tiene suerte de tenerte. Fue lo único que respondió antes de levantarse.
Le tome de la
mano mientras me daba la espalda sin darme solución alguna.
(Tres días después)
Adam.
Miraba las
estrellas con cierta tranquilidad, me encontraba sentado en una banca junto a
Sebas, el cielo era tan bello cuando se mostraba totalmente oscuro, cerré los
ojos por un instante para destensar mi cuerpo y pensar lo que hacía, que era lo
que buscaba, pero todas las respuestas radicaba en que no las tenía; actuaba
por instinto como un animal…
-no sale el
hijo de puta. Le escuche decir con cierta preocupación.
-ya lo hará,
dije buscando tranquilizarlo.
-aun no
entiendo que quieres hacer; me cuestiono colocando su mano en mi hombro.
-ya lo sabrás,
has hecho lo que te pedí; le dije, de su boca solo resonó una afirmación.
Abrí los ojos
para encontrar la belleza de los suyos, le sonreír, se me hacía extraño que aún
no se percatara lo que hacíamos, -me has dicho que ese hombre se acuesta con
muchos chavos del liceo.
Me miro
interrogante, levantando los hombros aprobando lo que decía; desde la muerte de
mi madre he conocido muchos clientes, he podido percibir lo que buscan, lo que
hacen incluso a entenderlos. –ese tipo es un maldito, dije riéndome
sarcásticamente.
Baje la mirada
cuando lo vi salir, saco las llaves de su auto arranco y se fue; seguimos su
auto hasta que se perdió en la inmensidad de la calle, Sebas giro su mirada como
las anteriores noches ladeo su cabeza mientras se levantaba, coloque mi mano en
su hombro y le sonreí. –hoy no nos iremos.
Lleve mis
manos a los bolsillos y volví a mirar al cielo, así me quede unos minutos en
los cuales él guardo silencio; mire mi reloj para luego palmearle la espalda,
me levante y él me siguió a mi espalda, era la primera vez que ingresaba a este
liceo salude con cordialidad; luego cedi el paso para caminar a su mismo nivel.
-¿Cuál es su
oficina? Le pregunte esperando una respuesta rápida.
Sebastián
señalo con disimulo, gire según su dirección al llegar a la puerta me agache
sacando un gancho del bolsillo, mire a Sebas colocarse en frente para taparme,
no le dije nada pero se sintió bien; en fin, la puerta sonó y el metal cedió a
su paso; abrí la puerta y le palpe la pierna para que ingresara conmigo.
Sebas cerró la
puerta a su espalda yo me dirigí a su escritorio, saque un papel del bolsillo y
lo coloque bajo una estatua de un agila pulida en bronce y oro; para cuando
Sebas giro yo tenía mi mano en la computadora del entrenador, abría archivo
tras archivo pero no encontraba nada de lo que buscaba.
-busca ahí; le
dije señalando unos gabinetes ubicados en la pared.
-¿Qué quieres
que busque?
-Te darás
cuenta si lo encuentras, le dije como toda respuesta.
Abrí el cajón
pero solo tenía cigarrillos y más cigarrillos, documentos de trabajo y una que
otra referencia; me senté en su silla y observe la oficina, en la esquina a un
lado de una maceta había un archivador de metal bastante grande; todos los
cajones abrirían menos el ultimo que tenía cerradura. Me levante hasta este,
introduje el gancho y nuevamente cedió, abrí con tranquilidad; mire las
carpetas y ahí estaba lo que buscaba pase foto tras foto y en un movimiento de
dedos tome una para mí, la coloque en mi vientre y descendí la carpeta.
-he encontrado
algo, le dije a Sebas que de golpe cerro los cajones que había abierto.
Le mire sin
poder evitar mi expresión de tristeza, levante la carpeta y se la pase; él roso
mis dedos antes de tomarla; sus ojos se abrieron de golpes paso página tras
página, intentando olvidar la imagen anterior; en un momento su respiración se
agito y su boca se cerró.
-¿cómo sabias
que tenía esto? Dijo pestañeando con fuerza.
-solo lo
pensé; le dije retomando la carpeta.
Mientras le
sacaba copia pensaba en esos jóvenes a quienes ese hombre les tomaba fotos desnudos,
luego de someterlos sexualmente; la mayoría tenían los ojos cerrados su piel
mostraba algunas marcas; observe a Sebas sentado del otro lado del escritorio
aguantando las capa de lágrimas, retorciendo su mano contra la madera para
controlar la ira, pasando saliva con dificultad cada que imagina las escenas.
Deje la
carpeta en su lugar, me arrodille a un lado de su silla, tome su mano, sus ojos
giraron a verme le sonreí de manera cálida –le hare pagar lo que ha hecho, te
lo prometo.
Me levante un
poco para abrazarle con fuerza, lo mantuve así un tiempo. –aún no hemos
terminado. Le dije invitándole a salir.
Salía hacia la
puerta cuando sentí que me jalo, mi espalda golpeo fuerte la pared, mire sus
brazos a cada lado de mi cuerpo antes de que reaccionara sus labios ese
encontraban pegados a los míos; sentí su lengua acariciar la mía, la calidez de
su saliva pasar por mi garganta; su mano toco mi cintura, así duro unos
instantes antes de separarse de mí. –Gracias. Pronunciaron sus labios.
Estaba
asimilando la escena, con la reparación tan agitada como lo tenía, viéndolo
salir por la puerta; me mordí el labio antes de alcanzarle, antes de salir le
gire le mire a los ojos y le dije en un tono uniforme –aun no mostraras esto a
la luz.
Santiago.
-este lugar es
muy bonito hermanito; me dijo Cami apretando mi mano y guiándome a las cosas
bellas que veía.
Caminamos por
el largo camino empedrado, de frondosos árboles y bellas flores, observe a mi
alrededor a la cantidad de gente desconocida acostumbrada a vivir acá, llegamos
hasta la sala de administración, la mujer detrás del escritorio vestía de
blanco como las tantas de por aquí; mi hermano apenas alcanzaba a mirarla.
-venimos a ver
a Estefanía.
-¡Mi mami!
Grito de golpe Camilo, tirando de mi brazo con felicidad.
-cree que sea
posible, le dije continuado
Ella me miro
un instante para pasar al de su computador, -la nueva, pronunciaron sus labios
con frialdad.
Señalo una
parte del jardín, visualice a mi madre vestida de blanco, le di las gracias y
continúe con Cami que al final soltó mi mano para correr a donde ella; quede
con la mano levantada y una palabra en la boca antes de mirarlo apartarse; mi
madre lo visualizo no hizo macula de abrazarle solo espero a que llegara y se
pegase a ella; su mano se arrastró por su cabellera antes de sentarse otra vez.
-mamá, le dije
sonriéndole al llegar.
Su mirada
esquivo la mía pero la mire sonreír, sin cambiar de posición levanto su mano y
acaricio mi rostro.
-¿Cuánto me
han dado de castigo? Soltó en un suspiro sin dejar de mirar la naturaleza.
-Cami… dije
agachándome a él –ve a jugar con los demás niños ya te alcanzo vale campeón.
Ambos lo vimos
perderse en la edificación, mi madre tomo mi mano y me invito a sentarme junto
con ella; ambos miramos la luz del sol radiar en el pasto, a las flores luchar
con el viento y a una que otra ave descansar su vuelo.
-estarás aquí
hasta que controles tu alcoholismo. Le dije buscando su mano.
-Santi yo no
queme esa casa, sus ojos me miraron desesperados incluso ansiosos; pero que
podía creer si en ese estado ella deja de ser ella.
Deje caer mi
cabeza entre mis rodillas, -sabes… ya no recordaba cómo era tu mirada cuando
estas sobria, es realmente hermosa.
Su mano se
alejó de la mía, giro su rostro mire como sus labios temblaron, entonces la
gire con delicadeza sus ojos se cubrían por una capa de lagrima. –lamento lo
que les he ocasionado.
-solo quiero
volverte a tener en mi vida, le dije volviendo a buscar su mano… -te
necesitamos con nosotros.
-¡Hermanito!
Grito Cami interrumpiendo mientras corría, se paró en frente de nosotros con un
ramo de rosas cortadas, se las tendió a mi madre, ella las miro un instante sus
labios no pronunciaron palabra antes de tomarla entre sus manos y besarle la
mejilla. Tome a mi hermano de la cintura y le abrace; él tomo a mi madre y la
pego a él; por primera vez en mucho tiempo mi madre nos rodeó en sus brazos.
Sentí que se
me apretaba el corazón, cerré los ojos dejando caer algunas lágrimas, me
mantuve ahí en silencio cuando sentí la mano de mi madre pasar por mi mejilla
apartando las gotas; -madre. Pronuncie antes de caer en su pecho en llanto. –ha
sido tan difícil, pronuncie entre sollozos. Su mano acaricio mi cabello, sus
labios se posaron un instante en este.
-lo sé, dijo
apartándome… -has sido muy fuerte.
La miraba
profundamente, -se terminó el horario de visitas. Pronunciaron desde la puerta.
Seque sus
ojos, me levante llevando a Cami hasta mi pecho, sus manos nos tomaron a cada
uno de las mejillas, se detuvo un minuto en silencio. –ustedes son mi motivo
para salir de aquí, hasta entonces Santi… no quiero que me vuelvas a visitar.
Adam.
Nuevamente era
de noche, estaba solo en una habitación de hotel, con una copa de vino sin
probar esperando el celular sonar; miraba por la ventana y pensaba solo
pensaba; si me equivocaba, si hacia las cosas mal, si tenía derecho sobre lo
que hacía -el fin justica los medios-.
El celular sonó, lo
tome entre las manos mire la pantalla aquel número desconocido, conteste para
ser recibido por una voz varonil de tono grueso, le indique una dirección y
aunque su tono se mostraba inseguro sabía que vendría a mí.
Abrió la puerta de su
auto, le mire con mis manos metidas en los bolsillos y seguí, me senté a su
lado lo mire unos instantes detrás del volante con su potente cuerpo, me
cuestiono tras sus ojos café oscuros, sus labios se removieron antes de
pronunciar su pregunta. -¿Quién demonios eres y para que me has citado?
Guie mi mirada al
frente mientras apagaba el motor de su auto, -¿Quién soy? Pronuncie en un
suspiro. –soy… alguien que te conviene en estos momentos.
Saque la foto del
joven Santiago desnudo de mi vientre y se la pase en sus manos. – ¿le
reconoces?
-¿cómo has obtenido
esto? Dijo golpeando mi hombro con la foto.
Mire sus ojos
cuestionarse llenos de alguna macula de ira que ocultaban el miedo de su
cuerpo, calle unos instantes para darle tiempo de pensar como la había
conseguido. –Javier… ¿puedo llamarte así?
-basta de rodeos
ahora mismo me dices como tienes esta
foto. Dijo colocando su mano en mi cuello apretando con fuerza.
-¿Realmente importa?
No te pasara nada si tú me ayudas.
-a…ayudarte dijo
retomando el control de sí mismo sin dejar de vigilarme.
-él, dije señalando al
joven Santiago de la foto. –impide que obtenga algo que deseo…
-y yo que mierda tengo
que ver en eso.
-supongo que sabes que
su madre está recluida en un centro de rehabilitación por ser la causante de un
incendio; le dije mirándole a los ojos para que entendiera la situación.
-necesito que pierda sus fuerzas, que aquello que tanto ama se aparte de su
lado.
-solo así podre conseguir lo que deseo…- dije
para mí mismo sintiendo un gran vacío en el pecho.
Gire para mirar a ese
hombre mayor de cuerpo entrenado. –necesito que pierda a Camilo…
Ese hombre reclino su
asiento para atrás tomando un poco de aire, se llevó su mano al cabello y en
una risa irónica me pregunto -¿Qué ganaría yo?
Lance la foto a su
pecho simulándole la libertad de toda posible acusación cuando su pecho vibro
de risa continúe –cumplirás un posible deseo tuyo, saque un condón de mi
bolsillo y se lo coloque sobre la polla.
-solo necesito que
desaparezcas a Camilo durante un día y medio, lo que tu hagas en ese tiempo
depende de ti. Dije apretando su polla con la mano.
-¿Qué sentido tiene
todo eso? Dijo volviendo a su posición mostrándose convencido.
-las autoridades verán
que Santiago no es responsable de su hermano y lo colocaran en custodia.
-quedaría solo… dijo
en un repentino análisis.
-menuda mierda, dijo
cruzando sus brazos.
Le mire un instante, sus ojos no se mostraban tan
convencidos como yo esperaba así que esta vez fui yo quien coloco mi mano en su
cuello, levante mi pierna sobre las suyas sentándome en su vientre, le sonreí,
incline su asiento un poco; bese su boca sin mediar palabra, repase el contorno
de su labios con mi lengua mientras mi cadera se movía en su polla; debía
excitarle soy incluso menor a Santiago note su ganas desde que abrió la puerta
del auto; si me daba lo que quería debía pagar un precio en eso consisten los
deseos.
Introdujo sus manos en
mi camisa, comenzó a gemir con mi boca pegada a la suya tenía un particular
sabor a cigarro; me levante un poco para que me la quitase, le continúe besando
su polla se ponía más dura a medida que mis dedos le apretaban, le pedí que se
quitara la camisa y eso hizo en cuanto la coloco en el asiento trasero me
abalance sobre su cuello le succionaba con fuerza.
Apretó los brazos en
el asiento y arrastro su cuerpo hasta la parte de atrás, bese su abdomen en lo
que se desapuntaba el pantalón, levanto su cintura con mi cuerpo encima de él y
se lo bajo junto con el bóxer; su polla golpeo caliente su abdomen era gorda,
la surcaban varias venas y su glande era redondo aun así no era muy grande en
comparación con las que he llegado a ver.
Pegue mi culo al
volante para que mi boca alcanzara su polla, lamí su glande sin dejar de
mirarle, apreté mis labios en este succionando con fuerza mientras mi otra mano
le pajeaba; gemía para él, me lleve su pene hasta que mi nariz toco su vientre
me la volví a sacar para respirar aire mientras lo hacía mis manos apretaban
sus huevos, lamí las gotas de saliva que escurrían por su vientre le encantaba
mi nivel de vicio; coloco su cabeza y me palpo igual que a un perrito.
Desapuntaba mi correa
junto con mi pantalón mientras se la chupaba, sus gemidos se hacían audibles al
interior del auto así como el olor fuerte a sexo penetraba nuestros sentidos, coloco
su mano en mi nuca y me arrastro hasta su boca lamí sus majillas así como el
contorno de su barbilla: me gire sobre su cuerpo dejando mi culo desnudo sobre
su polla caliente.
Le besaba mientras le
restregaba, el preseminal de su polla hacia que se deslizara con mayor
facilidad, aquel hombre olía, tocaba y me besaba con necesidad, era parte de
sus deseos, me palmeo la cola cada vez con más fuerza, lleve mi mano hasta mi
pantalón y saque otro condón que tenía guardado, sus dientes se clavaron en mi
cuello gemí repentinamente; bufaba con fuerza.
Me levante un poco
mientras se colocaba el condón y volvo a descender mi culo sobre su polla, me
pregunto si me gustaba yo continúe con mi labor abrí mi culo para él, el frio
del lubricante contrasto con el calor de su polla presiono poco a poco mientras
la metía; tome aire con profundidad y apretando mis dientes me senté de
sorpresa sobre su polla; ese hombre se sentó de golpe, su rostro totalmente
rojo lleno a sudor y surcado por una vena gruesa en su frente me lamio la
espalda.
Comencé a cabalgarle
con rapidez agarrándome la polla con una mano; la otra mano la tenía en el
techo; así continúe un tiempo hasta que me tire sobre él; Javier se giró
dejándome de cara a la silla busco mi ano y volvió a penetrarme con fuerza;
movía las caderas de una manera particular resumía toda su fuerza a las
envestidas; continúe gimiendo pero ya sentía el ano caliente y la presión
fuerte en el esfínter.
Saco su polla y me
giro nuevamente coloque mis piernas alrededor de su cintura, sentí el volante
entre los dedos; observe el condón y lo vi lleno de semen bufo en el aire
mientras se lo sacaba abrió la ventana; el aire frio contrajo nuestros cuerpos,
boto el condón y me miro, sabía lo que quería así que presione mi polla y me
pajee mientras me miraba termine corriéndome sobre mi abdomen; el limpio mi
polla y lamio mi piel, lo tome del cabello y continúe. –dentro de tres días el
colegio de camilo hará clases en el parque, no me quedes mal.
Luego de esto busque
mi camisa y me la coloque así me fui vistiendo al igual que él lo comenzó a
hacer; Salí de su auto al frio de la noche donde el aire era más puro. Cerré
los ojos algo agotado, camine en lo que las horas pasaban me detuve en un árbol
y me senté suspire mientras cerraba los ojos –perdóname Sebastián- pronuncie
sin entender porque es él quien me hace pensar que lo que hago está mal.
(Tres días después)
Cesar.
Calentaba
haciendo ejercicio a un lado de la piscina, observaba de reojo los metros que
debía nadar el día de hoy el agua se movía con cierta turbulencia mire hacia el
techo las nubes grises cubrir lo que sería una buena tarde; pensé en Adam luego
de un tiempo en que no coincidíamos en casa incluso llegue a pensar que ya no
llegaba a dormir esa anoche fue diferente…
Esa noche…
-no te esfuerces estoy despierto. Le dije mientras le sonreía
-disculpa no quería levantarme, dijo cerrando la puerta aun
sin mirarme – ¿y tú que haces despierto a esta hora?
Me rasque la cabeza un momento –no podía dormir y baje a
picar algo en la cocina; guarde silencio mientras le observaba, la verdad era
que no podía dormir tenía un palpito muy fuerte en el corazón y sin Camilo aquí
concebir el sueño es más difícil.
-no comas de noche eso engorda, me dijo evadiendo mi
presencia para subir las escaleras.
Le tome de la mano en un movimiento rápido y le mire en medio
de la oscuridad con la poca luz de la luna que entraba por las ventanas, Adam
detuvo su movimiento permaneciendo en un solo escalón. Solté su mano al ver su
mueca de incomodidad. Me encamine a las escaleras y subimos juntos en un silencio
sepulcral donde él no intentaba mirarme y yo no podía decirle nada.
♪ No quiero estar sin ti, No quiero un corazón roto♪-Adam… lo detuve en
frente de mi habitación le mire a los ojos en medio de la oscuridad ¿pasa algo?
-no me pasa nada, solo estoy un poco cansado es todo.
Seguimos hasta mi habitación le invite a acostarse en mi cama
él se recostó con la ropa que tenía puesta, me coloque a su lado me paso su
brazo para que descansara, coloque mi cabeza sobre este, le vi pasar saliva con
sus ojos cerrados.
-¿Cómo vas con Santiago? Me soltó continuando con su actitud
tranquila.
-bien, es muy especial. Le dije algo incómodo recordando lo
que Adam ha vivido a mi lado.
Guardo silencio acomodando su cabeza al otro lado, ♪No quiero respirar sin ti, amor…No quiero jugar esa
parte♪ lleve mi mano hasta su pecho respiraba de una manera
apresurada, la cortina ladeo con el viento y observe su cuello con ayuda de la
luz que ingreso, lleve mi mano hasta este y le apreté con mis dedos.
-¡tienes marcas en el cuello! Le dije algo sorprendido me
hizo recordar a Santiago hace un tiempo.
Guardo silencio un momento –tuve algunos problemas. Me soltó
en una voz cansada.
-si se desea algo puede hacerse realidad, ¿verdad? Me
pregunto de golpe abriendo sus ojos para mirarme.
Baje la
mirada al ver al entrenador, con su pantaloneta y camiseta suelta, se mostraba
algo ansioso, me miro y luego miro la piscina al colocarse frente a mí me
inspecciono. –donde está tu compañero… Sebastián ¿Dónde está? Su tono se elevó
por un instante antes de retomar su libreta.
-ha llegado
algo tarde hoy porque el colegio donde su hermano estudia permite el ingreso
más tarde, pero hace un rato se fue a los casilleros no demora.
-si hoy
están en un tipo de excursión, dijo de golpe mientras miraba detrás de mi
espalda en dirección a los casilleros.
-y usted
como lo…
-hay viene,
dijo aparentemente sin escuchar mi última frase.
Cuando
Santiago llego palmeo mi espalda, le sonreí elocuente, se pegó
inconscientemente un poco a mi cuerpo, el corazón me latía a mil, el entrenador
carraspeo su garganta para que le miráramos. –hoy se la pasaran todo el día
entrenando en esta piscina, no quiero distracciones, ni celulares solo ustedes
y la piscina se acercan las convocatorias. Dijo señalándonos con el bolígrafo.
-¡entendido!
Dijo mirándonos a ambos.
-si
entrenador. Le dijimos en coro.
Nos observó
lanzarnos al agua, nadaba lo más rápido posible competía contra Santiago que al
igual que yo se esmeraba saque un momento la cabeza del agua observe al
entrenador caminar de un lado a otro mirando el reloj; así que nade más rápido
así fueron varias rondas hasta que el
silbato nos detuvo.
-tengo que
salir, pero no demoro ustedes deben continuar. Acto seguido llamo a mi
entrenador anterior y le pidió que continuara nuestro entrenamiento por hoy.
Así
trascurrió nuestra jornada hasta que oscureció y todos se marcharon, la luna
era nuevamente la que alumbraba la piscina y como la primera vez en que nos
besábamos solo estábamos nosotros dos en la piscina, su mano tocaba la mía así
como nuestros pies se movían con libertad, nos besábamos cada tanto, el frio
contrastaba con el calor que se producía en nuestros cuerpos. Amaba tenerle
cerca, tome su mano entre la mía y se la bese antes de llevármela al pecho –me
tienes loco eres consciente de eso, dicho eso le bese.
Hicimos el
amor en ese mismo lugar; Salí junto con el de la piscina, fuimos a las duchas
posterior a ellas a los camerinos donde nos vestíamos para salir; no había
notado que mi celular se encontraba apagado así que me gire a donde Santi y le
pregunte si había recibido llamadas, pues mi padre recogería a Camilo y solía
llamarme en esos casos.
Me miro
extrañado antes de mirar el de él, pronuncio quince llamadas perdidas fue en
ese instante cuando comenzamos a preocuparnos coloco un mensaje de voz; me
apresure a encender el mío cuando finalmente lo hizo escuche que su celular
caía al suelo; lo tome de los brazos para preguntarle qué había sucedido.
-Camilo no
aparece.
Lo siguiente
fue lo parecido a una corriente helada que paso por mi espalda -¿¡que!?
Sebastián.
Salí tan
rápido como podía, el corazón se me quería salir del pecho toque la puerta sin
medir la fuerza en cuanto abrieron vi sentados a los que parecían ser los
padres de cesar, su madre envuelta en lágrimas sobre los hombros del padre que
intentaba mantenerse fuerte mientras su mirada expresaba lo contrario; mire que
Adam me invitaba a seguir intente mirarle pero llevo su mirada al suelo.
Continúe a la sala para observar a Cesar en el teléfono mientras Santiago
caminaba de un lado a otro.
-porque no
me avisaste antes, le recrimine a Adam mientras caminaba en dirección a
Santiago.
Le oí decir
–acaban de llegar… le han buscado fuera toda la noche.
Me coloque
en frente de Santiago sus ojos reflejaban cansancio, preocupación, estaban
rojos de cargar capaz de lágrimas que barría inconscientemente; le abrace le
sentí aferrarse a mi cuerpo colocando su cabeza sobre mi hombro, Cesar sonrió
en un lapso corto de tiempo antes de retomar lo que hacía.
-cuando
llegue los profesores dijeron que no lo encontraban, pronuncio el señor Brander
llevándose las manos al cabello apartando a su desconsolada mujer... lo
buscamos por horas, dijo impotente.
Santiago se
apartó de mis brazos sus pasos se dirigieron a aquella pareja de ancianos se
colocó en frente de ellos –sé que hicieron lo imposible… paso saliva antes de
continuar –gracias.
La mirada de
Adam se dirigió a Cesar cuyos ojos brillaban al ver a Santiago, apretó sus
manos en puño cuando iba a pronunciar su nombre Adam pronuncio por lo bajo -¿Qué
ha dicho la policía?
-que
comenzaran a buscarle pasadas 29 horas, dijo Cesar colgando el teléfono con
fuerza.
Todos
pensábamos en las posibles cosas que le pudiera haber pasado, apenas llevaba 24
horas según las versión que Adam me conto por teléfono, me preocupaba vernos
aquí a todos impotentes y tampoco podía sugerir algo porque ni yo mismo sabía
qué hacer. La mujer desconsolada se levantó en dirección a la cocina buscando
mantener su cabeza ocupada nosotros continuamos sentado Cesar junto a Santiago,
el señor Brander en su sofá calando la pipa cada vez con sorbos más intensos, y
Adam solo tenía la mirada perdida.
Se levantó y
subió las escaleras repentinamente, antes que Cesar reaccionara yo me levante
tras él, nuevamente lo mire observarme con aprobación, al llegar al cuarto de
Adam lo observe mirando la ventana con una cajetilla en la mano, estaba
temblando todo su cuerpo temblaba. Me acerque despacio.
Al sentir mi
presencia dejo caer la cajetilla, le gire para que me mirara su expresión
denotaba terror, sus ojos estaban abiertos totalmente mientras lloraba no
parecía mirarme, no parecía mirar algo. –Adam, Adam repetí su nombre. Se llevó
sus manos a la boca y me miro antes de abalanzarse a mi cuerpo, acaricie su
cabello con ternura cuando su respiración se agito le tome de los hombros
–mírame. Dije golpeando su mejilla.♪ Y aunque hay veces en
la que te odio Porque no puedo borrar
las veces que me heriste
Y las lagrimas
recorrieron mi rostro e incluso ahora
mientras te odio, me duele decir, se que
estaré allí hasta el fin del día♪
-y si me
equivoque, pronunciaron sus labios.
-¿Que te
sucede de que hablas?
Me miro
mientras aferraba sus manos a mi cuello con fuerza. –le estoy marcando la vida
tal como paso conmigo.
-no entiendo
que estás diciendo; dije sacudiéndole con cierta fuerza.
Me
preocupaba su estado, lo abrace mientras acariciaba su cabellera negra con
rayos rubios.
-tengo
miedo…
-¿a qué le
temes? ¡Dime! Comenzaba a desesperarme así que le deje sobre la cama y mire la
cajetilla, al notar lo que era lo lance por la ventana y tome a Adam de su
mano, continuaba llorando en el extraño trance donde lo tenía la droga. Me
partía el alma verlo así su mirada mostraba terror, mucho miedo,
-estoy solo.
-no, no
estás solo; bese su mano y le acerque a mí. -Tú para mi… eres…
Sus ojos se
giraron a mí, observo la ventana yo mire tras ella. –madre pudiste quedarte.
Pronunciaron sus labios. –si te fueras quedado… no sería este puto de mierda
que soy ahora.
Levante su
cuerpo entre mis brazos, -Adam…pronuncie peinando su cabellera.
Sus ojos se
cerraron así como sus brazos cedieron, lo deje sobre la almohada sin dejar de
pensar en todo lo que había dicho.
Adam.
Me desperté
tras un sonido de agua, me senté aturdido llevando mi mano a la cabeza observe
Sebas dormir a un costado de mi cama con sus manos agarrando la mía, sonreí con
algo de tristeza, me solté despacio y me dirigí a las escaleras observe a Cesar
abrazado junto a Santiago cerca al teléfono dormidos por completo. Baje mi
mirada con un nudo atado en la garganta; lo mire apretarlo a su cuerpo entre
sueños, incluso así ellos compartían la conexión de estar juntos… era algo que
no llegaría a tener.
♪Sé que te
amo, pero déjame solo decirte No quiero amarte en ninguna de las maneras posibles, no, no… quiero un corazón roto. No quiero jugar al corazón roto; Hay algo que siento que debo decirte Pero… hasta ahora siempre he estado asustado♪
Arrastre mis
pies hasta la habitación, observe a Santi con la mejilla roja de haber llorado;
lo arrope mientras le pronuncie –lo siento, me he equivocado. Lo dije con un
dolor incomparable, bese su frente antes de tomar el computador luego camine
hacia mi teléfono marque a otro número con otra tarjeta.
-pensé que
no llamarías. Pronuncio Javier del otro lado.
-no le hagas
nada al Camilo… yo…
-no le he
hecho nada, luego de drogarlo me pajee pensando en él… su risa resonó del otro
lado.
-¡cállate!
Quiero que lo devuelvas; te juro que si le haces algo la pagaras…
-no me
amenaces, que tu estas igual de hundido que yo…
Me reí del
otro lado del teléfono –eres tan idiota, no sabes mi nombre, no conoces donde
encontrarme, de verdad crees que…
-tú me
utilizaste fui una herramienta en todo esto, grito del otro lado.
(Sonido de
la sirena) –que has hecho… sonó su voz asustada tras la sirenas bajo su hotel.
-hace unos
minutos te denuncie ante las autoridades…
-hijo de
puta… pronunciaron sus labios antes de colgar.
Moví el
cuerpo de Sebas para que se despertara, me observo con algo de tristeza yo
pensaba en él como el único héroe que había conocido y que además admiraba,
mire el computador y rememore cuando hace unos minutos desde su correo tuve
acceso a las pruebas que incriminaban a Javier al final para los demás será él
quien delato a un hombre que no sentía reparo en dañar a los demás.
-bajemos,
dije palmeando su brazo.
Al bajar
estaba Cesar con el teléfono en el oído todos aguardaban en silencio, baje con
cautela sin apartar mi mirada interrogante; Sebas me tomo de la mano cuando lo
mire me sonrió pero continuaba mirándome de esa manera.
-¿Qué ha
dicho? Pronunciaron los labios de la señora Brander.
Cesar bajo
el teléfono sin pronunciar palabra –la policía dice que han identificado a
quien presuntamente tiene a Camilo; miro a Santiago… dicen que es el
entrenador.
Santiago
palideció de una manera inmediata sus piernas perdieron fuerzas y retrocedió
varios pasos –no- pronunciaron sus labios
Cesar
alcanzo a Santiago de los brazos y le obligo a mirarle –quiero saber que pasa…
Pero Santiago solo le miro sin decir palabra.
-ese hombre
violo a Santiago así como a otros jóvenes del liceo. Pronuncio Sebas a mi
espalda golpeando la escalera con fuerza.
Cesar lo
abrazo de manera inconsciente – ¿mi hermano está bien?
-la policía
dijo que cuando entraron a su habitación él ya no estaba…
Solté a
Sebas, llevando mis manos a la cabeza subí corriendo al cuarto busque entre los
cajones del señor Brander y encontré la pistola que él solía pulir; mire si
estaba cargada y Salí del cuarto me topé con Sebastián en las escaleras que
abrió los ojos asustado seguí de largo antes de sentirlo seguirme cruce al
llegar a la puerta tome las llaves del auto de la mesita y me fui decidido.
Cesar.
Adam bajo
apresurado las escaleras se guardaba en el vientre un arma, mi padre se levantó
de golpe mientras mi mamá se llevaba las manos a la boca, Sebastián le siguió
sin mirarnos hacia la puerta abierta cuando todos salimos escuchamos el rugido
del motor luego lo vimos partir a toda velocidad del lugar.
-es mi
hermano yo soy quien debe ir tras él; dijo Santiago entrando a la casa le
seguía hasta que tomo las llaves del auto de mi madre.
-no iras, le
dije de golpe tomando sus manos. –debes quedarte a esperar la policía.
Me giro la
mirada y se soltó con brusquedad le tome antes de que saliera –entiende la
única forma en que puedes hacer algo es esperando la policía, yo me encargo de
Adam.
Me acerque a
sus labios para arrebatarle las llaves, Salí de la casa mire a mi madre mirar
junto con mi padre a otro horizonte de lo que ya casi se convertía en noche,
busque entonces a Sebastián y comprendí que se había ido por su cuenta. Tome el
volante y me encamine a la dirección donde se fue Adam. En el fondo se oían las
sirenas que llegarían a la casa.
Adam.
Mi celular
sonó en mientras conducía, la vista se me nublaba y había comenzado a llover
fuertemente, podía escuchar desde el interior el sonido de las llantas en cada
cruce; conteste consiente que era el único numero en esta tarjeta -¡donde
estas! Le grite desesperado.
-me quisiste
joder, si caigo todos se joden en esta mierda. Dijo en una voz agitada
(Grito de
Cami) –no le hagas nada porque…
-me cagan
tus amenazas asqueroso puto
-¡En la
colina! Grito camilo luego el celular dejo de sonar.
-¡camilo!
Moví mi
celular y Cambie mi dirección, andaba tan rápido como podía observe el carro de
Javier estacionado a un costado de la calle, me baje mire hacia la colina cerré
la puerta antes de salir corriendo la lluvia golpeaba mi cara, así como
ensordecía el ambiente; subía intentado no resbalarme a cada paso que daba,
cuando llegue observe a Javier junto con Camilo golpeándole para que le
soltara.
Salí de
donde estaba en medio de la lluvia, Cami grito al verme, mire a Javier este se
rio para luego golpearle y dejarlo en el suelo; corrí en su auxilio cuando sacó
un arma de su espalda y me apunto su mirada mostraba desespero tenía el dedo
sobre el gatillo.
-Adam… grito
Cesar mientras subía.
Javier
volteo a mirar tome mi arma y le apunte, estábamos frente a frente –solo déjalo
ir, no tiene la culpa. Dije mirando a camilo tendido en el suelo.
-me jodiste
la vida… pronunciaron sus labios.
Mire a Cesar
sosteniendo su mano en uno de los troncos, nos miraba esperando el momento de
actuar –entrenador no tiene que hacerlo. Grito dando pasos hacia nosotros.
Javier le apunto de frente, levante la mano para que me recordara.
-retrocede,
me ordeno. Y eso hice sin dejar de apuntarle.
-Adam…
pronuncio una voz a mi espalda no gire continúe retrocediendo sentí el calor de
su pecho tras su camisa mojada, -recibí tu mensaje, me dijo Sebas tomando junto
conmigo la mano en que tenía el arma.
-debí saber
que todo esto era una trampa de ustedes dos. Nos dijo apuntándonos
Sebas
respiraba a la misma medida que yo, lo mire y él lo hizo conmigo me sentí
seguro a su lado su mano paso por mi cintura para apretar mi vientre –estamos
juntos en esto. Me dijo cerca al oído.
(Las sirenas
de la policía) con este sonido Javier retrocedió unos pasos, miro a todos lados
para fijar su mirada en el cuerpo de Cami en el suelo; el dedo de sebas presiono
el mío en un ligero movimiento la bala impacto la pierna de Javier, esté
continúo disparando mientras caía de rodillas.
Santiago
apareció gritando el nombre de su hermano, Javier le miro fijo unos momentos para
luego escupir sangre, seguramente la policía también subía, mire a Sebas en ese
momento Javier apunto con el arma lo mire mientras mi mano se bajaba en
condición a donde él estaba.
♪ Y si
hay veces en que te odio pero no me lamento Porque he estado asustado que podrías irte. Pero ahora no te odio Soy feliz al decir Que estaré allí hasta el fin del día ♪
(Sonido de
bala)
(Años más tarde en Londres)
Sebastián.
Deje mi
equipaje en la puerta, camine por las habitaciones lo vi sentado en frente de
la computadora: realmente se esforzaba por hacer esto bien y le gustaba era
bueno en lo que hacía; me acerque tome su cabeza y la incline hacia atrás bese
su frente, como solía hacerlo.
Continúe
lanzándome a la cama, -Cesar y Santiago han llamado esta mañana dicen que están
bien, te mandan saludes y que Camilo no para de preguntarnos. Dije cerrando los
ojos cuando su voz volvió a mi cabeza.
-he
terminado. Pronunciaron sus labios llenos de felicidad.
♪Ahora
estoy en un lugar que pensaba
que nunca estaría. Estoy en un
mundo donde todo es acerca de ti y de mí; Y no, no voy a volver a estar asustado, mi corazón roto es libre To
spread my wings and fly away, away with you♪ Me levante de
golpe le gire de la silla lo levante en un abrazo y le bese con fuerza, sentí
el calor de sus labios, le robaba el aire en cada movimiento, cuando volví en
si me senté en la cama con Adam sobre mis piernas, lo mire hacer un puchero lo
mas de tierno, movió mi cabellera y me dijo –no le tengo título para enviarlo a
la editorial. Sus ojos grises me envolvieron un instante.
Era una
historia de los cuatro incluso de nuestros pasados, en ese tiempo todos
actuamos conforme a nuestras decisiones, cambiamos nuestra suerte en un
instante Adam dejo atrás el destino que le seguía a su madre, así como Cesar
decidió vivir su amor sin miedo alguno, Santiago decidió ser feliz y sin dejar
de hacer feliz a quienes ama y yo… yo deje libre un sueño
que me siguió por años para encontrar mi realidad…-que tal si lo llamas… una
Herramienta quebrada.
FIN.