sábado, 30 de marzo de 2013

BAJO PRESION

BAJO PRESIÓN.


Bajo presión


Camilo.
El celular se encontraba por su cuarta tonada, no me quería levantar no sentía ánimos de hacerlo y es que a quien le gusta ir al instituto un viernes por la mañana todos saben que los viernes no se hace nada pero aun así te obligan a ir o por lo menos a mi sí, tengo dieciocho años  estoy en decimo grado me falta poco para terminar, aun no se que estudiar y tampoco me pienso apurar por ello. Me movía de un lado a otro de la cama me arropaba completamente pero aun así la alarma no paraba de sonar.
Claro sería más fácil apagarlo pero no suelo pensar rápido cuando me encuentro en el delgado trance del sueño y estar despierto; finalmente me levante suspire hondamente mientras me quitaba la ropa no tenia que preocuparme por nada soy hijo único mi cuarto es amplio, lleno de afiches de mujeres buenas como para disimular soy gay pero intento no pensar en eso pues es algo que me traerá problemas.
Camine en dirección al baño deje que mi camisa callera a mi paso cuando sentí mi mano liviana la arrastre a mi pectoral mientras bostezaba; me mire en el espejo que se sitúa en el lavamanos me podría describir como un joven de cabello negro ondulado, piel morena y unos oscuros pero profundos ojos verdes. Al terminar de contemplarme me lave los dientes di media vuelta y entre con resignación a la ducha.
Tenía la polla gruesa bastante dura si llegaría tarde al instituto no veía la necesidad de apurarme,  gire la llave mientras esperaba que el agua se calentara vagaba entre rostros conocidos cual sería el mejor candidato, por un lado tenia a mi primo Daniel o a mi mejor amigo Cristian; en cualquiera en que pensara, mi paja estaba asegurada. Me introduje en la ducha me gustaba la sensación de  asfixie que me producía.
Levante la cabeza deje que mi rostro se mojara, con mi mano derecha sobe mis pectorales con movimientos circulares esperaba que comenzaran a endurecer, con la mano que tenia libre baje por mi abdomen sobe mi tableta al sentir el comienzo de la delgada línea de bellos que apuntan a mi miembro no lo pensé mas y lo agarre con fuerza me gustaba oprimirle hasta que comenzara a descapullarse las gotas de agua se desarmaban en mi glande.
Mi respiración se hacía más honda más frecuente con un movimiento lento subía y bajaba sin dejar de presionar deje que mi otra mano se uniera alcance mis bolas. Me sentía bastante acalorado finalmente la imagen de Cristian se poso en mi cabeza su cabello rubio, sus oceánicos ojos azules sus finos labios.
Me lo imaginaba desnudo frente a mí con su polla en frente pajeandoce a centímetros de mis rostro, gemí del placer que causaba imaginar saque la lengua para sentir como el agua caliente invadía mi boca como sus gotas golpeaban mi lengua, aumente el ritmo de mi paja; la mano que sobaba mis bolas subió a por mí abdomen corto los riachuelos que se formaban en mis pectorales subió por mi cuello y se situó en mis labios el olor mañanero de mis bolas me gustaba.
-aaah gemí mientras me sobaba el glande.
Recosté mi cuerpo sobre las baldosas blancas del baño aumente el ritmo, cerré un poco más la llave para que el agua saliera más caliente, inhalaba el vapor mientras mi pene era golpeado por el roció de la ducha. La presión se acumulaba en mi zona sexo podía sentir la presión de las venas que surcan mi miembro finalmente me corrí; miraba como los trallazos de lefa terminaban en el suelo los últimos terminaron en mi mano les sentía bastante cálidos.
-hijo Daniel a venido a recogerte date prisa, sonó una voz femenina proveniente de el pasillo, era mi madre.
pensé que ya se había ido a estudiar pero aun así no me asombraba que me esperara siempre le ha gustado estar pendiente de mi, le quiero como mi hermano mayor me la llevo muy bien con mi primo tanto así que estudiamos en el mismo instituto con la diferencia de que él se encuentra en último grado.
Termine de ducharme, saque unas cuantas prendas del armario unos vaqueros apretados azules que abultaban muy bien mi polla y una camisa blanca cuello V que resalta mi tez morena.
baje las escaleras despacio realmente llegar tarde no suele alterarme, mi mama atendía a Daniel mientras le preguntaba por su hermana, le detalle mientras bajaba el solía mirarme con un extraño brillo en sus ojos pardos como si al verme le diera felicidad pero una felicidad que va mas halla o tal vez son paranoias mías quizás.
-¿por qué no te has ido a estudiar? le pregunte mientras me sentaba junto a él en la mesa, ya es tarde. Complemente
-te estaba esperando. Dijo mientras tomaba un sorbo de café.
-es verdad Camilo, Daniel llego hace un buen tiempo y decidió esperarte en su auto pero como no salías le invite a seguir, no es justo que le hagas esperar de esa manera.
-lo lamento, le dije apenado sentía como se me coloraban las mejillas.
-no, no te preocupes no es tanto no quería irme solo es todo. Dijo antes de darle un último sorbo a su café ¿nos vamos? me pregunto sonriente amaba su blanca sonrisa podía quedarme horas contemplándola.
-eh, si. Me tome el café lo más rápido que pude, tome a mi madre de la cintura y le bese, tome la mochila y salí.
Daniel se adelanto mientras cerraba la puerta, escuche como le quitaba la alarma al auto al girar lo vi parado frente a mí con la puerta abierta realmente un caballero, contemple su estructura un instante Daniel era un joven alto un poco más que yo debido a sus veinte años, mantiene un cuerpo muy ejercitado unas piernas duras como dos pilares, un abdomen fuerte, unos pectorales abultados, pero lo que más me gustaba de él era su rostro en definitiva era todo un dios griego.
Ingrese al auto y en seguida él lo hizo, el camino no era largo, lo que más nos tardo fue rodear el campus del instituto para finalmente poder llegar al parqueadero; salí del auto y caminamos juntos hasta la torre principal Daniel me beso la mejilla y se despidió.
Mi aula es la más alejada, conocía a un gran grupo de personas de diferentes grados me saludaban desde la ventana de sus aulas yo hacía lo mismo, en el camino me tope con un amplio grupo de tías a las que les caía bien y decidieron acompañarme a mi torre en el camino se hacían mañas para tocarme, no me molestaba.
Suspire antes de abrir la puerta de mi salón, en robótica todos giraron sus rostros para mirarme, el silencio se apodero del aula solo se escuchaba el resonar de la puerta me sentía bastante incomodo, camine hacia mi puesto el ultimo de la fila; en el camino no paraban de mirarme se convertía en algo estresante. Al llegar a mi puesto mire a la profesora una mujer mayor algo obesa con las marcas de expresión en su rostro, ella acomodo sus gafas para mirarme.
-lamento la interrupción, que mas podía decir. Deje caer mi maleta al suelo y me senté.
La maestra me miro unos instantes ladeo la cabeza de lado a lado y me recordó que no era la primera vez que llegaba tarde, creo que su discurso duro unos minutos mas pero eso fue lo que alcance a oír; mis compañeros seguían con el cuello torcido lamentablemente no podían enfocarse en sus ya jodidas vidas sino que tenían que incomodar la mía.
Cuando la profesora comenzó a escribir en el tablero aproveche el tiempo para saludar a Cristian, su puesto quedaba junto al mío era mi mejor amigo y de un tiempo para acá acepte que me gustaba pero que no le podía tener.
-llegaste tarde Cami, otra vez
-disculpa me dormí, no paraba de mirarle aquellos oceánicos ojos eran como un imán para los míos.
-no te estoy juzgando ya deja de mirarme, tranquilo. Dijo mientras me sonreía mientras su mano sobaba mi brazo.
La clase continuo tranquila cada quien estaba en su cuento mi grupo de amigos se mandaban un papel de aquí para allá de una mano a otra luego se lo pasaban a varias tías del salón, ellas sonreirán entusiasmadas y arrancaban otra hoja para secretearse entre ellas mismas... estaba totalmente desubicado el papel finalmente llego a Cristian le dirigí una mirada de intriga este me devolvió con una sonrisa mientras me dio la señal que esperara.
Cuando termino de escribir levanto su fornida mano y agarro mi cuaderno, al cabo de un rato me lo paso "Cami a las tías se les ha ocurrido hacer una fiesta esta noche en la casa de Sofía, la tía que gusta de ti podrías fallártela esta noche se ve que te tiene ganas, tal vez corra con suerte y le des el mejor de sus orgasmos; en fin estamos invitados junto a otras personas de otros grados ya les dije que iríamos" Cristian solía tomar decisiones por mi aun así quería ir no por Sofía sino por la fiesta.
cerré el cuaderno y levante los hombros en señal de poco interés y a la vez aprobación, la clase termino y con ella la paz y tranquilidad que reinaba los puestos comenzaron a sonar mientras las tías se reunían para planear lo de esta noche, note como mi grupo de amigos salía y me indicaban que se aria en la cafetería luego de guardar mis cuadernos me levante para salir, podía escuchar a Sofía hablar desde su puesto de echo todas las tías lo hacían menos las que no estaban invitadas al fin de cuentas la fiesta era de ella así que se daba el lujo de excluir una de las tantas razones por la que Sofía no es de mi agrado es lo antipática que puede llegar a ser.
Un papel callo a mis pies mire quien lo había lanzado, Lorena una de las amigas de Sofía se levanto en seguida para pedirme disculpas al parecer lo lanzaba a la caneca pero la puntería no era su fuerte me lo había comprobado.
-no te preocupes, dije antes de que se levantara yo lo voto por ti. Continúe.
Ella me dio unas simples gracias y se volvió a sentar algo ruborizada. De camino a la cafetería me disponía a arrojar el papel pero me llamo curiosidad saber que decía era una conversación de Lorena y marta hablaban de la fiesta.
"-marta tiene que ser hoy Cristian está muy bueno, quiero que sea mío.
-Lore no te preocupes solo debes esperar a que se embriague así tendrá las fuerzas para confesarte que le gustas, Sofía ya confirmo el cuarto de sus papas, que ella se encargara de Cami en el de ella.
-espero que funcione mira que si me gusta ¡te lo imaginas en la cama!
-lo sé amiga
-entonces así quedamos, sofí ya confirmo ¿segura?
-si no te preocupes nada saldrá mal ustedes cuatro la pasaran de copas esta noche."
Mi rostro dibujo un matiz de preocupación me daba miedo pensar que Cristian podría liársela a ella cuando yo le amo, me daba rabia ser tan egoísta, cerraba los ojos intentando no imaginar intentando no pensar me oprimía el corazón hacerlo. Pero al final del día quien soy yo para decirle con quien o no debe salir soy su amigo y debía aceptarlo pero aun así no quería no debía sentía que esto estaba mal que lo que sentía estaba mal. Y sé que es complicado Pero soy una perdedora enamorada, Así que nene alza el vaso para reparar Todos los corazones rotos De todos mis amigos destrozados
Daniel.
-que onda chicos me puedo sentar, dije animado había buscado a Cami por todo el campus del instituto pero él no aparecía al acercarme a la cafetería vi a Cristian y un grupo de amigos bastante guapos.
-si claro siéntate, Cami no tarda en bajar la última vez que le vi estaba empacando sus cosas. Me contesto Cristian mientras se comía una torta de pollo que había comprado antes de que llegara.
salude al grupo que le acompañaba solo distinguía a Anderson un tío bastante guapo de cabello castaño, ojos miel de tonalidad luminiscente que se asemeja a dos perlas de gran valor, su cuerpo estaba bastante marcado debido a que pertenece al club de futbol de la escuela traía puesta una camisa de botones su mayoría desapuntados a propósito para que quien pasara se deleitara de su abultados pectorales, el color azul oscuro de la camisa resaltaba su piel blanquecina como la porcelana; Anderson era ese hombre de diecinueve años que todos desean tener incluso yo y seria de esta manera si no me encontrara perdidamente enamorado de mi primo Camilo. Se y tengo muy claro que este amor mata que jamás le gustare, que si así fuera nuestra familia jamás lo aceptaría...
 -¿oye tío entonces vas? dijo Anderson interrumpiendo el monologo que produce a cada instante mi corazón.
-eh a donde. Dije perdido tomando algo de saliva para luego parpadear varias veces suele pasar que al pensar en Camilo dejo todo atrás.
-no has puesto cuidado, Sofía dará una fiesta y sobra decir que estas incluido en el parche. Todos acercaron su cuerpo mirándome fijo a los ojos.
-si por qué no, dije tranquilo
En ese momento me levante de la silla al ver a mi primo acercarse a nosotros, caminaba a un paso bastante lento al verme me sonrió por lo bajo mostrando una faceta completamente falsa de él, me preocupaba verle así pero no dije nada aguarde en silencio mientras llegaba a la mesa.
Mire los hermosos ojos verdes de Cami mientras le escuchaba pedir disculpas por la tardanza, habían dos sillas una a mi lado y otra junto a Cristian ellos son los mejores amigos casi hermanos pensé que se sentaría junto al pero a cambio lanzo la maleta a mi silla y se sentó mientras se producía un silencio incomodo.
Coloque mi brazo en su espalda, mientras le sonreía amablemente; nadie dijo nada del acto, Cami lo realizo tan normal que así nos toco verlo, Cristian simplemente levanto la mirada y continuo comiendo.
-¿pero a qué horas es la fiesta? pregunte en busca de romper el silencio.
-no se Daniel me imagino después de las ocho; contesto Cristian ¿por qué preguntas?
-para echarle gasolina al auto antes de salir, pasare por ti; apreté a Camilo en el hombro suavemente pero el continuo callado solo asintió con la cabeza, le notaba bastante triste pero una tristeza bañada de preocupación, incertidumbre o incluso impotencia lo sé porque es la mirada que tengo cuando pienso en él y en lo que jamás cera. ¿Si que mierda el amor duele? pero no debería ser de esta manera. Nunca lo diré de nuevo Oh nene me dejaste mudo Me dejaste mudo, mudo
-jajaja yo por mi parte iré con unas tías bastante buenas, dijo uno de los amigos de Cristian mientras con sus manos dibujaba unos enormes senos ¿con quién iras Cristian?
-solo, supongo.
-por qué no vas con Lorena vive cerca a tu casa
Camilo se tenso levemente de forma inconsciente le sobe la espalda, mire sus manos apretarse en puños para luego colocarlas sobre la mesa y posar su cabeza en ellas.
-ella me mando un papel pidiendo que la recogiera y como Daniel se irá con Cami creo que yo me iré con ella, ¿qué les parece ella?
A lo que sus amigos contestaron casi a coro que ella estaba genial y que si tenía la oportunidad se la liara, Anderson agrego que escucho que ella tenía una fascinación por Cristian desde hace mucho... a mí la conversación se me hacia relevante Camilo había apoyado su cabeza de lado de tal modo que no pudiéramos verle solo se visualizaba su cabello. Su respiración estaba bastante agitada, parecía no querer hablar como si eso le costara de alguna manera ¿qué estaba pasando?
-pues Lorena me parece bonita, concluyo Cristian.
La conversación continuo dirigida hacia las tías, todos animados contando, mirando incluso me las señalaban con el dedo; yo seguía preocupado Camilo movía la cabeza de un lado a otro restregando su rostro en la manga entre más le acariciaba el torso, la cintura incluso le despeine la cabellera pero pareció alterarle aun mas solo dijo en un hilo de voz que solo Cristian y yo oímos por estar a menor distancia -déjame Dani. Y después de todos los chicos y chicas Que hemos conocido de lugar en lugar ¿Podrías renunciar a todo? ¿Podrías renunciar a todo?
Cristian me miro con disimulo para que sus amigos no comenzara a atacar a Camilo me sentí mal, me sentí incomodo porque me excluía de lo que le pasaba de lo que sentía yo le amo y me arde el pecho verle así, el no saber qué pasaba me aturdía el pensamiento quería abrazarle, besarle decirle que aquí estaba yo con el corazón en la mano con un hilo de voz sembrado en la impotencia.
El timbre sonó y con él los amigos de Cristian se fueron, Anderson junto a Cristian que habían notado la situación se quedaron de pie en sus puestos, le mire y les dije en un hilo de voz inaudible con la intención de que ellos leyeran mis labios un simple -yo me encargo.
Tome a Camilo de la cintura opuso una leve resistencia pero notoriamente era más fuerte; al girarlo me patio el alma ver sus ojos verdes con una claridad inmensa en su color producto de llorar en silencio.
-¿¡pero que tienes!?
-déjame en paz quieres, no es algo que alguien como tu entienda. Pero tú eliges “muerte y compañía”
¿Por qué tan mudo?
Me quede con la mano extendida mientras mi piel recordaba los pequeños instantes de calor que me producía su cuerpo, no soy un hombre de llorar de que sirve esos actos basados en la impotencia, aun así mi corazón latía fuerte latía insensato intentado comprender que había pasado intentando comprender que le dolía.
...comprender que tenía miedo...
faltaba una hora para la fiesta, me había dado tiempo para bañarme nuevamente y volverme a vestir con una camisa negra bastante pegada que marcaba al tope mis pectorales complementado con mangas cortas que dejaban apreciar la fuerza de mis brazos, un vaquero apretado color azul claro. Apreciaba la vista mientras contaba los minutos para volver a ver a mi primo quería estar ahí aun que él no quisiera estar ahí a mi lado aun que tuviera que guardar distancia; parquee el choche frente a la casa de mi tía saque el llavero y coloque la alarma del carro al fin de cuentas aun faltaba una hora para la fiesta de la tal Sofía.
De camino mire la ventana, suele estar mi tía en la sala leyendo alguna de sus tantas colecciones de novelas, la luz dejaba que las ventanas lucieran trasparentes al punto de que podía apreciar la sombra de mi tía al costado del sofá; me dirigí a la puerta y toque a un volumen moderado mi tía no demoro en abrir, me recibió bastante cordial un beso un abrazo las mismas preguntas de siempre.
-tía… ¿y Camilo?
-no sé qué le pasa me preocupo un poco al decir que no tenía hambre luego subió las escaleras y no le volví a ver. Cogiéndome sutilmente el brazo me pregunto ¿acaso sabes algo que yo deba saber?
-jajaja no tía de seguro es sueño no mas el pobre a tenido un día de clases agitado. ¿Puedo subir?
-claro, ya sabes dónde queda, dijo en un matiz de tranquilidad que le daban mis palabras.
Subí las escaleras pensando que podría afectar a Camilo de esta manera, no me gustaba mentirle a mi tía pero de hecho decir algo que desconozco es mentir... abrí la puerta despacio entre de forma silenciosa veía a mi Cami dormido en su cama tapado por un una delgada sábana blanca que producía un gran contraste con su piel morena. No sabía si despertarle se veía tan bello  con su cabellera despeinada, sus labios medio húmedos, sus pómulos ruborizados por el calor que le produce el sueño; podía verlo así toda una vida y más si es posible.
Atenace parte de la sabana con mis manos mi corazón comenzó a latir con fuerza, la sangre calentaba mi piel, sentía mi pene palpitar en su pantalón comenzando a tomar fuerzas, trague saliva al ver sus pezones su dura tableta; me detuve a centímetros de su miembro esto estaba mal pero era quizás la única oportunidad para ver a mi amado desnudo.
Deje caer la sabana y me senté a un costado, toque su brazo sentí sus delicados bellos rosar mi piel subí por su cuello dejando descansar mi mano en su mejilla.
-Cami, despierta. Le moví despacio realmente verlo dormido es ese motor de mi latir.
Camilo gruño unos minutos y se volvió a acomodar le seguí insistiendo hablándole en un susurro de voz; finalmente despertaba logrando apreciar algo semejante al crepúsculo vespertino de la naturaleza sus ojos verdes se mostraban lentamente para mí.
-anda levántate no vas a ir a la fiesta, se nos ara bastante tarde; Cristian me llamo a decir que llegaría antes para que la tal Lorena alistara el lugar junto a su amiga.
Camilo inmediatamente se levanto de la cama, su fuerte espalda a centímetros de mi mire más abajo donde descansando en el colchón se posaban sus nalgas redondas y duras la boca se me secaba a medida que mis ojos no dejaban de escanearlo.  ¿Podemos arreglar lo que tú rompiste? ¿Y matarnos de risa como si fuera una broma?
-no me demoro. Dijo Cami algo serio, se levanto de la cama en instantes mi pene golpeo la tela que le impedía estar totalmente erecto, le vi solo de espaldas mientras caminaba al baño pero era suficiente para mí.
Pasaron unos cuantos minutos cuando la puerta del baño se abrió dejando escapar gran cantidad de vapor que desapareció al cubrir la superficie del baño, parpadee un poco y observe a Camilo salir en bóxer marcando una apreciable polla semierecta.
Le alcanzaba la ropa que me pedía de la mesita de noche que estaba a un lado de su cama, le vi aplicarse loción, se coloco algo de gel en el cabello que le daba un efecto mojado... mi Cami me tenia nervioso quería cogerlo besarlo quitarle la ropa tener mi primera vez con él.
-Cami se murmura que Sofía quiere estar contigo...
-no me interesa esa tía, dijo tajante dándole fin al rumor que rondo por las ultimas horas de clase de mi salón.
-¿te molesta algo Cami? lo que te molesta soy yo, realmente me estaba incomodando verlo así de impaciente con la impotencia en sus ojos estaba claro que no confiaba en mi pero tampoco debía tratarme de esta manera.
Camilo se acerco a mí se agacho un poco para poderme mirar mejor a los ojos -no me molestas eres lo mejor que me ha pasado, solo es cansancio perdona si te ofendí primo. Dicho esto me dio un abrazo rápido a lo que correspondí con un beso en su frente.
-acaso crees que le daría mi primera vez a esa zorra, aquellas palabras me hicieron reír mas por ironía que por dulzura.
-nos vamos.
la fiesta de Sofía estaba bastante prendida había muchos invitados todos dotados de buenos cuerpos se notaba que la tía era bastante excluyente, deje mi carro detrás de una larga hilera que se había formado caminamos por un patio delantero frondoso era poco lo que hablaba con Camilo pero al menos sentía que estaba mejor; la tal Sofía corrió desde la puerta esquivando a los invitados de forma sigilosa hasta que llego a nosotros nos saludo muy amablemente la tía era bastante bella, Camilo la evitaba incluso lo hacía evidente.
por cortesía le di las gracias por la invitación a lo que ella correspondió guiándonos a la entrada, en el interior las cosas mejoraban color por donde se mirara, bebidas de todos los sabores, en la mesa ya se visualizaban vasos de ron, sabajón, vino, aguardiente, whisky y de todo lo que se buscara incluso cerveza. Los muebles estaban organizados de tal manera que el centro quedara vacio algo que no funciono había tanta gente que el espacio era limitado.
La música estaba controlada por un tipo X de la fiesta pero había que reconocer que el hombre sabia; busque a Cristian con la mirada cuando lo visualice le indique a Cami para que nos acercáramos. Las horas fueron pasando Cristian y Cami tomaban descontroladamente y alcabor de un rato yo hice lo mismo Anderson fomentaba la conversación de vez en cuando sabia como hacernos reír sin voluntad de negación, el tipo me caía bastante bien... pero todo se daño cuando medio ebria con aires de puta zorrita de cantina apareció Lorena con el interés de subir a Cristian que muy tomado y sin voluntad subió con ella. Y después de todos los tragos y bares donde hemos estado ¿Lo dejarías todo? ¿Yo podría renunciar a todo por ti?
Cami tomo tres sorbos de una botella para luego dejarla a un lado y se levanto, cuando se levantaba del sofá Sofía muy decente pero algo ebria es que quien no lo estaba le ataco le pedía que subieran que entraran a su cuarto, que le quería mostrar algo. Camilo se resistió y justo cuando iba a intervenir una mujer de repente apareció totalmente mareada y vomito sobre Anderson la mujer cayó al piso mientras mi amigo hacia mañas para cógela.
Mientras la colocaba en el sofá Anderson aprovecho para limpiarse en el baño del segundo piso por lo que el primero estaba bastante lleno, le indique a Sofía que buscara a alguien y se la llevaran a la casa recalcándole con la mirada que sería lo mejor, así Cami no tendría que soportarla pero cuando lo fui a mirar el ya no estaba ni la botella ¿a dónde se había ido?
Deje a la mujer ebria con Sofía me disponía a subir las escaleras pero una tal Marta me agarro de la mano alegando que no podía subir, se creía portera la zorrita, me zafe de su mano subiría pero en ese instante Sofía volvió preocupada alegando que todos estaban ebrios que le ayudara a llevar a su amiga yo un ebrio mayor.
Mire las escaleras con resignación di media vuelta y me fui no sin antes suspirar quien sabe por el alcohol quizás unas palabras que ni yo entendí pero que en ese momento me fueron tan poderosas... Cami lo lamento...
Camilo.
Subí cargado de ira intentado guardar la calma estaba borracho y que mierdas me importaba el estaba con ella, ella se aprovechaba de el ella solo quería ser follada mientras yo quería ser amado, ella se aprovechaba que estaba tomado ella no lo tenía manipulado esa maldita zorra así lo que yo quería que me hiciera y eso era lo que más me dolía. Estaba llorando estaba sollozando tenía el corazón apunto de un ataque, empuñaba mis manos.
Abría puerta tras puerta esperando que él no estuviera detrás de esa, estaba enloqueciendo lloraba, lloraba sin control lo intentaba controlar estas lagrimas que me destruían pero no era fácil no es fácil contener lo que sientes jamás será fácil el amor duele y es porque así debe ser porque el amor para sentirse como tal debe destruirte. Tal como lo hacía conmigo tal como lo hacía conmigo dije en un suspiro ardiente de un monologo del alma. Sentía que mi amor era una gota sobre una roca caliente simplemente mi amor no era nada. No era nada porque solo yo lo sentía solo yo lo vivía solo yo me comprendía porque estaba solo con mis temores por que estaba solo frente a las jaurías.
llegue tambaleante al último tramo del pasillo abrí despacio la puerta estaba a punto de derrumbarme sentí como mi corazón latía rápido tan rápido que buscaba morir dejar de ver lo que yo veía, las lagrimas comenzaron a ser barridas mientras rodaban por mi mejilla y se desarmaban en el suelo.
Cristian tenía su torso desnudo ella estaba amarrada a él mientras apoyaba su culo en el tocador, el lo disfrutaba gemía mientras le besaba el cuello guiaba sus los besos de ella, se dejaba amar cerré los ojos para buscar descansar pero era imposible, disfrutaba que le tocara y ella tenía esa maldita cara producto delo placer que sentía.
Me aleje de la puerta con pasos atontados buscaba donde sostenerme mis lagrimas se sentían tan cálidas quería gritar por esta vida tan de mierda que me toco; abrí de una patada la puerta del baño para mi sorpresa Anderson estaba sin camisa con su fuerte torso al aire, mire sus ojos de susto baje la mirada reseguí las venas marcadas de su brazo medio velludo estaba tan mal, tan borracho, tan triste tan impotente antes de que se la guardara se la agarre. Sus ojos se clavaron en los míos mostraban extrema curiosidad de un acto que al parecer no le molestaba.
Entre al baño no sé si le deje seguro no creo haberlo hecho pues una mano estaba en aquella polla de dieciocho centímetros bastante gruesa rodeada de notables venas que desaparecían en un rojizo glande.
Lo pegue a la pared el también estaba borracho no parecía resistirse, no quería besarle solo quería dejar este dolor sanarlo... descansar bese su cuello baje por sus pectorales lamí sus pezones le mordía con fuerza mientras descapullaba su pene lentamente.
Subía y bajaba su calor era bastante notorio le apretaba con fuerza mientras Anderson gemía aun desconcertado; baje por su tableta deje que sus fina línea de bellos acariciaran mi boca llegue a su glande que lamí en seguida un sabor fuerte pero me encantaba, pose mis labios para defender centímetro a centímetro hasta sentirla adentro le propinaba una buena mamada al tiempo que le acariciaba sus huevos.
Le acortaba el espacio en mi boca, gotas de saliva salían por las comisuras de mi labio sentía el dulce sabor de su pre seminal gotear en mi lengua, me saque su polla me puse frete a ella la lamí una y otra vez mientras besaba su fuerte tronco; observe como se agarraba el miembro y lo golpeaba en mi cara acto que me molestaría en otras circunstancias pero ahora no... Para que.
Se pajeaba frente a mis ojos su glande rojizo tenía mi boja jadeante me lo volví a insertar tal vez oí su risa chula, me la tragaba toda ya la sentía más fuerte mucho mas gordita se correría se correría en mi boca y no me avisaría yo tampoco me despojaría de su manjar.
Me subí un poco para darle más espacio y comodidad a mi cavidad bucal me lo metía con rapidez hasta que finalmente se corrió su lefa la primera que probaba de hecho era bastante fuerte pero me gustaba.
Amanecí solo en el baño me acordaba de poco, tenía la boca seca me dolían los ojos, de mis pensamientos difusos sabia que Cristian estuvo con Lorena eso no se me olvidaba eso era lo único que el alcohol no borraba el dolor de esa escena; baje las escaleras y todos estaban peor que yo salí de esa casa y vi a Daniel en el auto, le golpee la ventana lo que le saco de su sueño.
-te esperaba.
-gracias.
Me dejo en la casa no quise hablar durante el camino.
El lunes me levante bastante desanimado a estudiar había llegado temprano Daniel no fue a recogerme porque tenía que ir con mi tía a no sé donde así que hoy no le vería ¡gran mierda mi vida!, sentía que me miraban el por qué no lo sabía tenía pocos recuerdos de ese día, de momento uno de mis amigos paso golpeándome fuertemente el hombro y me grito.
-¡a un lado marica!
Capítulo II
Daniel.
Recosté mi cabeza sobre la silla del conductor mientras recordaba lo que había pasado esa noche del viernes; Sofía finalmente me había convencido que llevara a su amiga a su casa, al llegar a este lugar que por cierto se encontraba al otro lado de la ciudad una señora algo robusta de cabello castaño y piel blanca como la porcelana nos recibió a su hija con una expresión de pena en su rostro que se reafirmo con el rubor de sus mejillas.
Ella nos invito a seguir le dije que no nos podíamos demorar a lo que Sofía afirmo pensativa; le preocupaba su amiga, en sus ojos se reflejaba la necesidad de quedarse a acompañarla y podía comprenderlo pero a mí me preocupaba alguien también, alguien a quien no debí haber abandonado; la bella mujer me guio al dormitorio de su hija para finalmente dejarla descansar en su cama.
Las dos me miraron en señal de que debía retirarme del cuarto quizás le quitarían la ropa, y le pondrían algo más cómodo, asentí con una leve sonrisa y salí del cuarto mientras me rascaba la cabeza no veía la hora de irme de aquí la hora de estar en la fiesta; baje las escaleras y me desplome en el sofá. Aproveche el momento para marcarle a Camilo pero no me contesto en vista de que mi existencia era en vano llame a Cristian pero al parecer el tampoco tenía ánimos de contestar... me consumía el desespero nadie me contestaba no tenía razón de Cami, no sabía nada, no sabía que estaba pasando en ese lugar; llame a Sofía  en un tono elevado para que lograra escucharme, oí un leve -dime- proveniente de la habitación de su amiga. Teniendo su atención le pregunte lo único que necesitaba de ella.
-Sofía, ¿conoces el número de Anderson?
-no, no me lo sé, lo lamento... pero si lo necesitas envíale un mensaje a Marta ella te responderá en seguida. Mi celular esta junto al bolso.
Le dije un leve gracias al final de cuentas me había ayudado poco, ahora me tocaba pedirle el favor a la misma tipa que no me había permitido subir a buscar a Cami; barrí el lugar con la mirada cuando finalmente halle el bolso busque el celular. Toque la pantalla tenía un mensaje escrito por Lorena recordé que ella era la misma que se había llevado a Cristian. Me tome el atrevimiento de abrirlo que tan malo podía ser, a demás en ese mensaje estaría una de las respuestas que necesitaba me diría porque Cristian no me contesta el puto celular.
"Sofí creo que me enamore, Cristian me hizo el amor como ningún otro hombre me lo ha hecho; ahora estamos arrunchaditos no quisiera que nadie nos molestara así que te aconsejo le coloques modo silencio al celular de Cami también.
Cristian algo ebrio pero aun así amiga, se que jamás olvidara lo que hemos echo... espero te haya ido igual con Cami; espero ansiosa tu respuesta."
Por un lado sentí ira estaba ayudando a la mujer que quería liarse a mi primo, por otra sentí lastima por Cristian me había llevado una mejor impresión de él. Pero este mensaje no respondía lo que a mí me importaba ¿¡donde coños estaba Camilo!? Por lo visto no con Cristian.
La actitud de Camilo había cambiado desde que se supo de la fiesta, no podía borrar la imagen de sus ojos llorosos unos ojos que reflejaban la miseria de una alma desgarrada por el dolor; su actitud mientras conversábamos horas atrás me preocupaba solo se dedicaba a tomar como queriendo agarrar fuerzas y cuando apareció Lorena en la escena le mire nuevamente esos ojos... unos ojos llorosos mi cabeza me repetía que eran efectos del alcohol pero no, yo sentía que era algo mas...
Fui muy breve en el mensaje que le envié a marta, le pedía el número de Anderson.
Finalmente bajo Sofía algo tambaleante con aquella buena mujer a su lado, no pude evitar fruncir el seño al verla bajar... me dirigí hacia la puerta en señal de que era hora de irnos; cuando Sofía llego a mi lado le pase el bolso y me despedí de la señora de una manera cortes.
-gracias por todo señora.
-no, a usted caballero. Correspondió mientras me soltaba la mano
De camino al auto, veía a Sofía un poco mas mareada pero no le di importancia; me adelante para abrirle la puerta y paso lo que la muy desgraciada jamás debió haber hecho se vomito el espejo retrovisor de la parte costada de mi auto.
Le mire encabronado pero la muy puta a duras penas mostraba señal de comprender algo a la perfección, balbuceo unas cuantas disculpas y cayó desplomada inconscientemente la agarre; toque apenado la casa de la señora quien inmediatamente me indico donde dejarla.
-¿estás bien? le pregunto la señora a Sofía mientras le alcanzaba agua.
-creo que lo mejor es que se queden, continuo
La mujer me miro suplicante, me sobe un poco el rostro y le dije que me quedaría pero que me iría muy temprano en la mañana. A pocos minutos me bajo una manta y acomodo el sofá cama para que durmiera junto a Sofía.
-buenas noches...
-Daniel, me llamo Daniel. Dije al notar el silencio avergonzado de su parte
-buenas noches Daniel, la casa es tuya.
Aquella mujer subió las escaleras y su figura desapareció de mi vista, me acosté junto a Sofía le pedí que se corriera un poco no quería que me tocara, ella se movió un poco pero aun así no era suficiente la corrí otro poco y ella balbuceo mi nombre entre sueños y finalmente se alejo.
Miraba mi celular, miraba el de ella marta no envió el mensaje en toda la noche, valiente amiga.
Al otro día desperté a Sofía y la acomode en mi carro, la señora me prestó un trapo y me dispuse a limpiar luego de una despedidas finalmente me fui del lugar... le indique a Sofía que se bajara y me quede esperando que Camilo saliera. No había dormido bien esperando el puto mensaje; tenia sueño al final evidentemente me dormí.
Los golpes de mi ventana me obligaron a abrir los ojos, vi a Camilo, me anime mucho al ver que estaba bien, sus ojos se mostraban bastante cansados al igual que su cuerpo le abrí la puerta y le deje sentar al parecer hoy tampoco quería hablar conmigo. ¿¡Que era eso que le pasaba que según él, yo no podía entender!?
-hijo ayúdame, grito mi mama sacándome de los recuerdos de hace tres días, venia bastante atareada con las bolsas de mercado; suspire profundamente y salí a ayudarla.
Vi una sombra, y supe que no era mía Tu y ella, sé que están entrelazados Ya en el auto sonó mi celular indicándome que era un mensaje, al tocar la pantalla apareció remitente desconocido me enviaba una foto, no puse mucho problema y la abrí.
Un dolor punzante se apodero de mi pecho al punto de no dejarme respirar, cerraba los ojos para negar lo que veía pero al abrirlos era otra vez la misma imagen... mis ojos se llenaron de lagrimas que temían ser barridas delante de mi madre que no había notado lo que pasaba.
-nos vamos. Me dijo al ingresar al auto.
-cerré los ojos dejando escapar una lagrima nacida en el dolor, la sentí rodar por mi mejilla mientras ella caía yo caía, me mataban en vida...
Camilo.
Caminar fue extenuante extrañaba que Daniel me recogiera, pero lo mejor era dejarlo atrás definitivamente o quizás comenzar dejar de pasar tanto tiempo con él, cual quiera de las dos me dejaría sin su presencia a mi lado. Y… así poco a poco alejándolo de mi podrida vida... le quiero al punto que se que lo mejor que le puede pasar es alejarse de mi nuestro lazo siempre ha sido algo más que un amigo o un familiar y no quiero que eso se dañe es mejor un bello recuerdo a un extenuante olvido.
Últimamente ando con un dolor en el pecho por que el amor duele, por que el amor debe matarte para darte vida. Era poco lo que recordaba sinceramente, solo tenía el pensamiento de Cristian junto a Lorena amándose o como sea que ellos consideren fue lo que hicieron; luego por más que intento recordar que paso después... me termina doliendo la cabeza en una batalla que es mejor desistir. Termine en el baño la noche del viernes es lo único que la resaca no deja olvidar el ardor que tus ojos sienten cuando vez la luz después de una noche de lagrimas y copas.
Deambulaba con mis pensamientos cuando un compañero de mi clase se acerco furiosamente a mí golpeándome fuertemente con su hombro y termino recitando unas frases que me dejaron perplejo.
-¡a un lado marica!
Antes de que le respondiera se fue con la multitud, no podía ponerme a pensar que mierda le pasaba a ese tipo yo tenía mis propios problemas que me quebraban, que me dejaban indefenso y para rematar he decidido alejarme de lo que amo porque solo así sabré que jamás les are daño.
-buenos días, salude cordialmente. Un saludo que nadie quiso corresponder.
Me senté en mi puesto como de costumbre, mire a Cristian que no paraba de mirar el celular, me extraño que no me saludara pero mejor para mí. Mire a mi alrededor las chicas miraban confundidas, murmuraban entre ellas. Que coños les pasaba a todos.
-bueno deben armar grupos de cuatro, dijo la maestra señalando al curso.
No me preocupe hasta que vi que todos se organizaban dejándome a un lado, yo en una esquina con baldosas vacías a mi alrededor; barrí el curso con la mirada varios grupos tenían tres personas... me acerque al grupo más cercano cuando una de mis compañeras cerro mi paso corriendo la silla de tal manera que no tuviera un lugar para mí.
Me sentí humillado, desconcertado; las personas me miraban podía ver que la apoyaban que creían que estaba bien, mire mi grupo más cercano de amigos y prefirieron retirar mi mirada y centrarla en sus cuadernos, deje caer la silla estaba confundido.
-¿qué pasa Camilo aquí hay puestos? me dijo la profesoras señalando otro grupo.
Respire profundo, me derrumbaba yo contra mis amigos, yo contra mis enemigos... levante la silla me dirigía hacia ellos
-no queremos que se haga con nosotros, dijo valientemente una de mis compañeras
No digas una palabra Estoy segura que no será suficiente Para borrar lo que sé, ahora, sucede de lo que los sueños están hechos Mis manos se apretaron en puño, un nodo se amarro fuertemente a mi garganta buscaba cortarme el aire. Mire a la profesora, que desconcertada le pregunto al curso quien me aceptaba en su grupo.
El silencio se apodero de la sala, el silencio me ensordecía, mis compañeros, ellos no querían que estuviera ahí; jamás había sentido un rechazo como este.
-puede hacerse aquí, dijo en un hilo de voz casi inaudible una compañera que desconocía, nadie convivía con ella era demasiado introvertida al punto que los demás preferían alejarse; rara vez cruce palabra con ella.
La profesora le dio un leve gracias con la mirada y me invito hacerme con ella, una vez más tome mi puesto y lo acerque a ella mientras esta agachaba la mirada con mi acercamiento; le salude cortésmente, note el rubor de sus mejillas mientras alzaba su mirada para que mis ojos pudieran apreciar ese perfecto azul oceánico brillar como un ocaso vespertino.
Ella no decía mucho, de hecho no decía nada comenzó a llenar el ejercicio y su bolígrafo se detuvo, su mano se apretó con más fuerza... mire la hoja decía nombre de los integrantes; mire su nombre Diana y con ello intente romper el hielo.
-me llamo Camilo, dije tomando su delicada mano
Ella continuo escribiendo con un tono bastante rojizo en sus mejillas, soltó el bolígrafo  y en simultanea me miro era un reto para ella -di-di- diana.
Me asombro lo mucho que espero para decírmelo.
Ella hizo todo el trabajo, no pareció necesitar mi ayuda igual no se la ofrecí yo seguía pensando intentando comprender que pasaba. La mire soltar el bolígrafo apretó sus manos a su pecho. Pude apreciar una bella cadena de plata muy bien cuidada tenía un ángel como adorno.
-muy bello, es tuyo te lo dio un amigo.
-no, no tengo amigos. Dijo tajante al punto que me sentí incomodo.
-¿alguien te lo debió haber dado? deje que mi mano se dirigiera al ángel atenazándolo con mis dedos.
-mi madre, mi madre me la dio antes de morir. Dijo con un nudo apretado en su garganta, no me dejaba mirarla permanecía con la cara agachada.
Debe ser difícil no tener a nadie, ser invisible para los ojos de los demás, desear un simple “hola”; dejar de llegar a la casa y desear que el día de mañana sea diferente mientras te ahogas en llanto que a nadie le importa, porque tu a nadie le interesas y por más que lo desees sientes que será así siempre... levantarte con un dolor punzante en el pecho un dolor que solo tú conoces y que tu solo debes afrontar vivir con tus miedos, vivir en la oscuridad.
-me gusta mucho, te vez bonita con él. Le tome del rostro y le aprecie frente a frente esos bellos ojos azules que nadie más quiere mirar.
Ella sonrió apenada, el timbre sonó y yo me levante con él, le dije que tenía un amigo para cuando lo necesitara.
Salí al campus necesitaba aire, baje rápidamente las escaleras me dirigía al pasillo que da apertura a la parte más cubierta de hojarasca cuando un grupo de tres personas dos hombres y una mujer al verme se acercaron.
-vamos marica así que te encanta comer pollas.
-cuanto cobras puto bastardo.
-déjalo francisco, dijo ella suplicante al ver la forma agresiva en que se me acercaban.
El la aparto de su lado, yo no me movía un centímetro estaba frio hasta la medula, tenía miedo francisco era un hombre alto, de ojos cafés, cabello corto, bastante vibrado. Apreté un poco el puño para tomar fuerzas.
-déjame en paz, dicho esto me dispuse a irme
El no estaba dispuesto a dejarme ir, me agarro de la camisa  y me jalo a él, cuando me tuvo en frente me mando un golpe al estomago que me dejo sin aire, me intentaba reponer cuando su amigo me patio con tal fuerza que caí al piso.
-vamos marica levántate, intenta lamerme la polla, dijo mientras se acercaba a mi tomándome del cuello para empuñar su puño contra mi rostro, sentí como me partía el labio, no paraba de golpearme me odiaba. Sin yo saber sus motivos.
-déjalo, ¡que lo dejes! grito ella tomándolo de la camisa atrayéndolo.
-déjame, dijo gritándole
intentaba parar sus golpes pero me dolía el cuerpo, deje caer mi cabeza cansado la vi a ella llorando, llorando por impotencia, por pesar, sus lagrimas rodaban por su mejilla para perderse en alguna parte del suelo... de alguna forma le sonreí deje que mi mano callera.
Francisco se acerco para patearme las costillas lance un grito ahogado por un  puñetazo en mi boca.
-que te pasa marica temes que te quitemos el plumaje, deberías estar muerto
-¡déjalo! grito una voz conocida.
Baje un poco la mirada y ahí estaba diana intentando apartar a francisco de mi dolido cuerpo, al ver esto la joven que estaba intentando defenderme hace un momento también se unió intentando quitar a su amigo.
-te salvaste marica, deberías estar muerto
Ellas me ayudaron a levantarme con un poco de dificultad del suelo, me llevaron a un salón aledaño del pasillo.
-voy a contarle al rector, dijo una molesta diana al ver mis heridas aun sangrar.
La tome de la mano, y le mire a sus hermosos ojos bañados por una cristalina capa de agua –no quiero que digas nada.
-pero Camilo, alego la novia de francisco
-que no dirán nada, entendido. Dije en un tono elevado mientras desprendía lágrimas de mis ojos, lágrimas que me destruían, sentía como me ardía la cara pero me lo merecía. Eso sentía… me merecía una y mil palizas mas.
-iré por el botiquín de la enfermería, dijo diana. Le mire desconfiando mientras se soltaba de mi mano y me decía que no me preocupara.
La puerta se cerró despacio, en el exterior se oía que finalmente los estudiantes de todos los cursos salían ignorantes de lo que había pasado minutos antes; me dirigí a ella le pregunte como se llamaba me contesto Eugenia un nombre no muy común pero decidí hacer caso omiso de eso.
-¿por qué estas con él? Le pregunte dirigiéndome a sus bellos ojos
-porque francisco me dio una vida, dijo en un suspiro mientras me acariciaba el rostro.
Darte una vida, como alguien como él puede darle vida a algo.
-tú no… tu no entenderías
-y que tal si lo intentas, dije acercándome a ella mientras la intimidaba con la mirada
-yo no soy de aquí, yo soy de un pueblo muy humilde cerca de la ciudad; en mi pueblo no tenía nada, mi familia era muy pobre subsistíamos con los que nos daba la tierra pero no sabes lo que se siente ver a tu madre llorando a escondidas desgarrándose por dentro de solo imaginar que sus hijos vivirán la misma vida que ella… cada mañana la veía sirviendo la comida para luego mirarnos comer yo sabía que ella no comía sabes porque… por que no había para más.
Mi padre se vino aquí a la ciudad en busca de trabajo y al parecer lo encontró y también encontró otra vida lejos de nosotras, lejos de las preocupaciones… ¡cómo crees que me sentía viéndola caminar cuesta abajo pidiendo algo para nosotros! ¡Esa era mi vida, no tenia vida! Y yo tenía la culpa de que mi madre pasara por estas cosas.
-no tenias la culpa. Dije conmovido por su historia
-no, me vengas con esas Camilo. Dijo levantándose de mi lado para mirar la ventana
Lo ves Cami, dijo señalando a los estudiantes que transitaban por el verde campus, ninguno de ellos me ayudo, yo Salí de mi pueblo en busca de una mejor vida, al llegar sola nadie me aceptaba, me señalaban yo era la puta chica pobre del campo, la ingenua, la tonta que se sentaba en la esquina de atrás… un día cansada de mi vida me tope con francisco quien me ofreció ayuda a cambio de que hiciera todo lo que me decía… y eso hago y gracias a hacer lo que él me dice es que soy aceptada aquí y en cualquier parte… las personas me aman gracias a él.
-no seas idiota, dije enojado. Las personas te temen por culpa de él. Déjame imaginar él paga por tus servicios y tú le das el dinero a tu madre o me equivoco.
-cállate, no soy ninguna puta. Sentí su palma golpear mi rostro con tanta ira, con tanto dolor.
-y que… tienes vida, eres una esclava de ese animal no me extrañaría que no te golpee. Al decir esto ella giro la mirada confirmando lo que decía.
-casi no me lo dan pero aquí esta, dijo Daniela mientras ingresaba al salón
Diana me limpiaba las heridas mientras Eugenia no paraba de acariciar mi rostro con lastima de echo las dos me miraban con tristeza, yo les recordaba sus vidas mis golpees son los que ellas han recibido pero que nadie ve, ellas con vidas tan distintas pero tan parecidas obligadas a seguir un camino solas porque sencillamente a nadie les interesa y dudo que alguien las acepte… ellas reflejan su miseria por eso nadie es capaz de acercarse. Más allá de que una sea novia del matón y la otra sea una solitaria huérfana las dos son miedosas… Tienen miedo… miedo de conocerse.
Me senté junto a ellas las heridas no eran tan grandes simplemente la sangre se había disparado por culpa de la presión resultado de la adrenalina.
-no, sabes por qué se comportan así contigo. Agrego una ingenua diana mientras me acariciaba el rostro.
Le sonreí ingenuo, no sabía el por qué; negué un momento con la cabeza Eugenia saco su celular y lo toco varias veces buscando algún mensaje. Le pase por lo bajo un papelito ella paro su búsqueda y lo miro le decía que ella valía mucho más de lo que creía y le di una dirección hay trabajaba mi tía la madre de Daniel si le decía que venía de mi parte le daría el trabajo en seguida.
Ella sonrió por lo bajo y me paso el celular con una foto en la pantalla.
-¿¡pero qué coños es esto!? Dije aturdido. Claramente era yo, pero quien coños era la otra persona.
Eugenia y diana me miraron preocupadas, por mi reacción… la sorpresa de diana junto con la mía estaba envuelta en un mar de dudas. Eugenia me tomo de la mano y me dijo –se valiente.
Anderson.
Lo mire en educación física esta mañana, su cuerpo tonificado de espalda ancha terminado en una suave y sutil cintura, sus piernas de atleta entrenadas y bastante velludas, entrenaba sin camisa dejaba que todos se deleitaran de sus pectorales duros bastante sudados, sus tetillas paraditas, su abdomen era bañado por la luz del sol se podría apreciar cada cuadro, era bastante velludo pero sus vellos eran perfectos.
Me sonrió y yo hice lo mismo me pare en una esquina por qué no, no entraría a clase no, no me atrevía a verle a la cara a Camilo, mirar sus ojos verdes destruidos por un segundo, destruidos y en parte por mi culpa. Esa noche estaba muy tomado llegue al baño me quite la camisa vomitada minutos antes por aquella tipa. Y si él no fuera entrado nada fuera pasado.  Por mi cobardía el amaneció solo en el baño. Dudo que se acuerde de algo si no ya me fuera golpeado prefiero que se dañe su vida a que se dañe la mía. Dañar esta fachada que tan difícil fue construir…
Esta es mi casa y no voy a permitir esa falta de respeto cariño no me mires así No pertenezco a ti, huyo Salí de mis pensamientos al verlo en su trote su semierecta polla bailaba en su pantalón golpeaba con la tela del mismo, no le conocía sabia que se llamaba Sergio era unos tres años mayor que yo, el se encontraba en el mismo grado que yo pero estudiaba en otro curso así que pocas veces le había visto. Se pasaba de bueno su cabello negro oscuro, su piel morena clara, sus ojos grises llenos de vida.
Me mordí el labio y él me correspondió, -corrida segura. Pensé era perfecto así podría olvidar esta pena que me agobia a demás tenía la oportunidad de terminar lo que no hice esa noche con Camilo.
Se hecho algo de agua, mojando su cuerpo se acerco al docente y se alejo yo instintivamente le seguí; me guio a un cuarto alejado mire el letrero “equipo de entrenamiento” en ese lugar se guardaban los balones de la clase y algunos objetos más. Sergio saco la llave él siguió y dejo la puerta ajustada mire que nadie me viera y entre.
Antes de que le buscara sus labios se apoderaron de los míos, amortiguaba sus primeros gemidos me apretó hacia la puerta y finalmente la cerro. Me agarro del cuello su pecho mojado humedecía mi camisa, su lengua me invadió me depositaba saliva me robaba el aire sentía como sus manos acariciaban mi cintura me pegaba a él. Poso sus dos manos en mi culo bajo un poco y me levanto me amarre a su cintura.
Me gimió mientras me comía el cuello, su saliva me calentaba la piel; le agarre del cabello le exigí que me mordiera y eso hizo, subió hasta encontrar mi oreja su lengua seguía la estructura de mi oído.
-aaah me encantas.
Giro en su mismo punto, dando unos pasos me golpeo contra la pared me quito la camisa, y se pego a mí, mi caliente cuerpo secaba las gotas que le cubrían su mano apretó mis tetillas; me apretaba a sus labios no paraba de morderme, me pego un poco más a la pared sacándome algo de aire  apretaba mi miembro a su abdomen.
Soltó mis piernas,  guio mis pasos hasta una pila de bolsas llenas de balones, le mire a sus ojos grises baje la mirada a sus labios húmedos por la saliva que le robaba a mi boca, tomo mi cintura sus dedos recorrieron mis tableta jugaron con mis pocos bellos y finalmente palparon mi polla sobre el pantalón le sobaban una y otra vez, su manaza me apretaba.
Desabrocho mi cinturón, y soltó su botón y en simultánea bajo el cierre; dejo caer mi pantalón a la altura de mis tobillos.
-aaah, déjate caer. Dijo en un gemido
Apoye mi cuerpo en las tulas de balones, Sergio me beso el cuello bajo por mi espalda el frio de sus besos me hacían respirar profundo, sentía como varias gotas cian en mi espalda, sus manos ingresaron al bóxer y suavemente le bajaron Sergio me agarro de las nalgas y las apretó un poco… aprecio mi ano unos instantes antes de sentir un suave beso en mi nalga. Apretó un poco mas sentí sus dientes apretar mi piel, separo mi culo su lengua roso cada uno de mis pliegues les proporcionaba saliva para luego absorberla con fuerza.
Con una de sus manos tomo mis bolas y les comenzó a dar un placentero masaje,  intento introducir poco a poco su lengua mientras me arrancaba suaves gemidos,  sentía como cada vez mi esfínter se abría a su huésped invasor que lengua tan cálida la de Sergio todo un dios, la mano que me magreaba las bolas agarro fuertemente mi miembro que reposaba firme en uno de los costales le apretó con delicadeza mientras subía y bajaba. Su ritmo fue aumentando el muy maestro mantenía su lengua dentro de mi esfínter mientras me pajeaba sabia como calentarme su morbo.
Sentía como salía cada gota de pre seminal, Sergio giro mi cuerpo sobre las tulas dejando mi miembro expuesto a su boca me miro fascinado estaba al tope veinte centímetros de polla esperando por su boquita; lo tome con mis brazos lo acerque a mi anhelaba tener sus labios mucho rato mas pero él tenía otros planes descendió por mi nuca bajo a mi pecho mordió un rato mis pezones y finalmente agarrándomelo de la base se lo metió todo a la boca sin ni siquiera tomar aire.
-aaah mierda. Dije en un suspiro mientras le dejaba ser
Su boca era maestra apretaba mi glande a su paladar, mientras su lengua me robaba las gotas de pre seminal. Subía despacio sin apartar completamente los labios de mi glande abrió un poco la boca y dejo que du lengua jugara con él; bajo un poco mas acariciaba mis bellos con su mandíbula, beso mi pierna tomo mis bolas con una de sus manos y el muy hijo de puta se las metió enteras mientras no paraba de pajearme.
 -métemelo de una puta vez, le dije en un susurro suplicante del deseo
-que impaciente eres, jajaja su blanca sonrisa me tenia embobado.
Sergio se paro frente a mí, se bajo la pantaloneta y dejo a la vista un tremendo trozo de carne un poco más grande que el mío bastante grueso con unas notorias venas que le cubrían, su rojizo glande cubierto de pre seminal que le daban un brillo provocativo… Sergio se la toco mientras la descapullo despacio tome un poco de saliva sentía mi garganta seca rápidamente me moví para intentar chupársela pero su mano me detuvo.
-no seas impaciente, aun no quiero. Dicho esto me sobo el pecho y me indico que descendiera.
Subió mis piernas con sus potentes manos se acerco un poco, cerré un tanto los ojos para aguantar las primeras envestidas no estaba acostumbrado a recibir, su glande roso mi ano me lo tenía sudando palpitando por sentirlo dentro; soltó una de mis piernas se lo tomo de la base.
-aaah, mierda
Fueron unas envestidas tranquilas al comienzo, luego mi dios velludo del deporte fue poseído por la pasión y comenzó a envestirme con fuerza, me daba bastante duro el choque de nuestros cuerpos era audible en la sala, tome mi miembro y le pajee con el ritmo que él me daba… su movimiento de caderas era genial.
Me daba cada vez más duro, no podía aguantar mis gemidos al ver esto él se abalanzo como una fiera sobre mi boca… le agarre del cabello mientras me comía el cuello, sus envestidas comenzaron a ser lentas en ese momento se levanto saco su miembro de mi esfínter me tomo de la mano y me levanto. Al ver sus flameantes ojos digno de un amante me agarro de la cabeza y me descendió lentamente mientras yo lamia su pecho y posteriormente su abdomen amaba sus bellos era bastante excitante.
Mire unos instantes su polla, me pidió que no se la cogiera y agachado un poco la deje descansar su glande en mis labios, luego me la introduje despacio le agarre de las nalgas para darme sostenimiento su extraño sabor a mí me tenia loco no era un pre seminal fuerte como los de otros chicos que he conocido era dulce era una lefa agradable para mi boca.
Me la envestía más rápido sin dejar que escapara de mis labios, Sergio subía la cabeza mientras apretaba los puños eso me animo a seguir y fue cuando me advirtió que se corría… yo perdí mi instinto solté sus nalgas atenace su miembro y le mame con ganas su pene palpitaba en mi boca y fue cuando se corrió se corría mientras yo continuaba mi labor; su semen salía por las comisuras de mis labios cuando termino me levante y le comí los labios.
Toma tus cosas y vete Puedes tomar la cena sobrante De anoche, no vomites Te hice tu despedida favoritaSergio dio la espalda y me dijo te toca, mierda era el hombre que yo soñaba le agarre de la espalda y lo recosté en las tulas jugué con su ano poco tiempo simulando lo que su boca maestra me había enseñado me levante un poco y comencé a envestirle no con la fuerza que él poseía pero yo tenía un buen movimiento de cintura.
Comencé a envestirle al punto de sentir que mi miembro palpitaba, el calor d su interior era magnifico el me apretaba me sofocaba, su voz me pedía más… luego de un tiempo estaba a punto de correrme el me pidió que fuera en su interior y yo simplemente le complací.
Porque bebe, ahora que tu haz quedado atrapado, que estoy supuesta a decir…Cuando está tan mal lo que hiciste pero todavía me siento de esta manera No puedo creerlo, o olvidarlo, lo que vi hoy Y si te estás preguntando si me quedo, la respuesta es de ninguna maneraNos vestimos rápidamente cubiertos de sudor, no paraba de besarme, sonó su celular era un mensaje.
-¿este no es Camilo… tu amigo?
Me mostraba una foto donde no sé quien mierda ni en qué momento le tomaron a Camilo chupándome la polla, yo recuerdo que vi una luz y de inmediato cerré la puerta por lo que la foto salió incompleta y solo se veía a Camilo en el acto; yo me asuste mucho esa noche al punto que Salí del baño y espere que Martha dejara la escalera y como un demonio me fui de esa fiesta.
-lamento lo que le pasa, creo que te necesita. Dijo un preocupado Sergio pues al final del día nosotros éramos como Cami con la diferencia de que nadie lo sabía y nadie podía decirnos nada.
Sergio salió de la sala y me dijo algo parecido a que los amigos no te abandonan; pero a estas alturas no era amigo de Camilo yo prefería verlo destruido a verme a mí destruido junto a él. Luego la puerta se volvió a abrir y apareció un furioso Daniel.
Quien sin decir nada me golpeo, me tiro contra las tulas y se lanzo encima de mí, sentía como me partía la cara, no estaba dispuesto a esto; me levante y le golpee también, Daniel retrocedió unos pasos aturdido y me golpeo de nuevo  me tiro al suelo y hay me cogió de la camisa.
-porque lo hiciste hijo de puta, no paraba de azotar mi cuerpo al suelo.
Lo veía llorar mientras me golpeaba se había dañado una amistad, me merecía sus golpes; pero yo no tome la foto eso me exime de alguna forma de culpas.
-Daniel, da, da ¡escúchame de una puta vez! Dije mientras lo giraba apoyando todo mi cuerpo sobre él.
-yo no tome la foto Daniel.
-yo lo sé hijo de puta, quien la tomo fue marta. Dijo mientras intentaba escapar en vano.
-marta… mierda tenía sentido ella era la única… quien mas
-¿¡por qué dices que fue marta!?
De ninguna manera (Un juego de amor) -esa noche ella subió a buscar tu numero y vio a Camilo en esas, la muy puta harta de ser la esclava de Sofía y Laura decidió dañarle la vida a alguien para sentirse de alguna forma como ellas, pero que perro sentido tiene pelear con alguien como ella que se siente la cuarta parte de sus amigas; pero tu… como mierdas Anderson confiaba en ti…
Daniel lloraba jamás lo había visto así; pero que putas le pasaba es su primo no debería afectarle tanto.
Me levante y el hizo lo mismo, -¿le amas verdad?
-¡eso no importa! tu le dañaste la vida asqueroso perro de calle.
-y que querías eh, que dijera que, que me lo folle para que me traten como a él, no me creas idiota.
Daniel rio sarcástico
-y tú crees que Camilo, no dirá nada… sentí un puto escalofrió escuchar esas palabras Camilo no se atrevería ¿o sí?

Camilo.
Había comenzado a llover y me gustaba mojarme así no me veían llorar de igual forma a nadie le importaba que sentía, a nadie, mis amigos eran mis enemigos, era yo contra ellos, yo contra todos, dejaba que la lluvia recorriera mi cabello mientras miraba pasar los carros cerca de la acera; miraba mis zapatos cubiertos del agua que ellos me lanzaba. Algo que vi, algo que sé que no me pertenecía Pero luego pensé que no hay manera de que tú me hicieras esoNo paraba de sollozar yo era un puto marica de mierda que te la mama en el baño.
-ni te atreverás. Gire mi cuerpo para observar la voz amenazante que se acercaba.
Anderson tenía el diablo a dentro, tenía miedo, miedo a que le dañara su vida… algo que no se me pasaba por la mente por que a diferencia de él yo creo en los amigos así ellos te den la  espalda no dejan de serlo.
-a que le temes Anderson, no seas idiota.
-te lo advierto no me conoces
-no, tienes razón no te conozco verdad marica.
Anderson se enojo aun mas colocándome al pie de la acera, veía su rostro mojado el también lloraba aun que no pudiera verlo, el lo sentía sufría igual que yo, y no merecía lo que me estaba pasando. Pero no le dejaría así no mas por lo menos le daría miedo.
-a que le temes a que tu vida se dañe, a que te hagan lo que yo… no me digas que no me has visto los golpes… estos ¡mírame hijo de puta!Sentí un enfriamiento pero me dije a mi misma que era del frío Y me desperté, pero deseé que fuera una pesadilla Porque cuando tengo aquellas, no lo es real como ésta lo es Estos serian para ti también pero sabes; un nudo se apretó en mi garganta… yo aun te quiero amigo. Creo que no debo llamarte así porque al final del día te irás ¿verdad?
Anderson agacho la mirada, estaba en sus brazos; me cogía del cuello de la camisa. No diré nada podrías soltarme. Sentencie.
amigo no me mires así No pertenezco a ti, huyoAnderson me soltó, con una mirada triste en sus ojos, yo apoye mis pies en la esquina de la acera y sin saber cómo perdí el equilibrio, alce la mano en busca de la de Anderson pero este me agarro de la manga que mojada dejo que su mano se resbalara di unos pasos intentado recuperar el equilibrio pero cuando aleje la mirada de los hermosos ojos de mi amigo una luz me cegó totalmente y luego sentí como mi cuerpo era golpeado sin compasión, el castigo de mi vida… sentí mi cuerpo suspenderse en el aire mientras la lluvia mojaba mi rostro finalmente caí mientras el charco me abría paso a la fuerza. Sentí un gran golpe en la cabeza…
Daniel.
-Camilo. Fue lo único que pude gritar mientras atravesaba la lluvia que no me dejaba ver lo que había pasado.
Empuje a Anderson del medio mientras buscaba a Camilo, el profesor había salido de su coche mientras se tocaba la cabeza, -Camilo, Camilo  corrí a su cuerpo empapado por la lluvia, tome su cabeza limpiaba su rostro mientras se me desprendían lagrimas del mío.
Observe a Anderson acercarse rápidamente.
-si lo tocas te mato, le dije intimidante mientras mis ojos desprendían lagrimas de dolor ante el cuerpo inconsciente de Cami.
…Y si te estás preguntando si me quedo, la respuesta es de ninguna manera
-lo, siento, no fui, el se cayó… yo lo intente coger. Anderson se arrodillo en el suelo mientras lloraba intentando acomodar a Camilo.
-Cami, Cami despierta no me hagas esto, no a mi… yo te amo, Cami despierta.
Un dolor incontrolable en mi pecho no me dejaba respirar mientras en vano quitaba las gotas de lluvia que se habían desarmado en su rostro, pero, no paraba de llorar yo estaba perdiendo el control. –Cami vamos despierta chiquito, vamos.
Las personas se acercaban incrédulas a la escena, el profesor había llamado la ambulancia pero esta no llegaba… abrace a Cami contra mi pecho, acomodaba su cabello con mis manos.
Anderson se alejo asustado, clavándome una mirada llena de miedo –Camilo, esta, suspendió su frase en el aire para luego de tomar saliva continuar -está sangrando.
Mire mi mano, la tenia manchada mire su cabellos bañado de un tenue color rojizo que se perdía con el agua; lo perdía mi corazón no dejaba de latir rápidamente, el nudo de mi garganta no me permitía decir palabra, por más que intentaba mirar una capa de agua se apoderaba de mis ojos dejando mi vista nublosa, pensaba en Camilo en lo que debí decirle. –vamos, Cami yo te amo. Le repetía una y otra vez.
Las personas mantenían su distancia, pero yo no me separaría de él no lo aria, no otra vez… el sonido de la ambulancia acercándose me aturdía los oídos. –Cami llegaron por ti, no me dejes, Cami respóndeme.
Pedía una palabra una única palabra una señal de su cuerpo; le hablaba en vano al parecer no me escuchaba, le abrace a mi cuerpo pero no podía sentir su calor, apoye mi frente en la suya respiraba de forma agitada –Cami, no me dejes dicho esto bese sus fríos labios en un beso que duro poco.
Una enfermera me cogió de los brazos mientras otra tomaba a Camilo. –que hace suélteme, tengo que estar con él.
-pero señor.
-tengo que estar con él, no puede entenderlo la persona que está ahí es la que amo.
Montaron a Camilo a la ambulancia, me acerque a las puertas.
-no puede entrar.
-déjeme subir, le dije amenazante, las gotas de lluvia cubrían mi rostro. Déjeme subir…por favor
-él es el primo, dijo mi maestro.
Al subir me acerque a su rostro le tome de la mano, -estarás bien. Le decía una y otra vez
Mire a la enfermera que cerraba las puertas y se sentaba a mi lado, comenzando a sacar algunos instrumentos de primeros auxilios. -¿estará bien, verdad?
-no lo sabemos con certeza.
Volví a mirarlo apreté su mano a mi pecho –yo se que estará bien. Dije en una voz firme.
La enfermera me coloco una manta, al verme temblando pero ella no entendía que yo no temblaba de frio. Me acerque al rostro de Cami le bese una vez mas mientras le dije te amo, abrí los ojos y la boca de Cami se abrió de golpe sacando algo de sangre, su pecho se contrajo con gran fuerza golpeando la camilla; la enfermera me aparto de él mientras lo tomaba.
-camilooo.  Grite en un aullido inconsolable del alma.

Capítulo III

Cristian.
Miraba la foto una y otra vez, desde que me llego el mensaje tengo la boca seca intento tranquilizar esto pero es imposible; estaba solo en el salón de clases todos mis compañeros bajaron a descanso yo preferí quedarme, quedarme a pensar… porque mi mejor amigo protagonizaba una escena tan deplorable, yo le conocía hace años corríamos juntos por el parque, nos contábamos todo, pasábamos toda la tarde juntos después de clases, jamás nos dejábamos solos, yo sentía que Cami era como mi hermano.
La pantalla del celular se apagaba y podía mirar mi reflejo en ella, mirar como sufría como contenía las lagrimas intentando creer que es mentira pero en un acto de negación vuelvo a tocar la pantalla para volver a ver la misma imagen… un Camilo desconocido para mí; alguien que no era mi amigo, ni mi hermano solo veía la imagen de un puto que te chupa la polla en el baño.
Mire por la ventana que le daba apertura al campus que extrañamente se ve desértico a esta hora, la lluvia ha limpiado el pastizal, se pueden apreciar las hojas caer cansadas de las envestidas del viento, descansar en el suelo para luego ser pisadas como si la belleza que trasmitían antes de caer la fueran perdido. Dicen que si se coge una hoja en vuelo antes de que esta toque el suelo puedes pedir un deseo y este se cumplirá…suspire cansado… si yo pudiera pedir un deseo pediría que este personaje que maltrata mi corazón, que me daña, me lastima me fuera tenido la mitad de confianza que yo le tengo; pero… pero que se puede esperar de alguien que te chupa la polla en cualquier parte.
Me enseñaron a luchar Les enseñe a ganar Nunca pensé que podría fallar Levante mi mirada hacia las nubes de tonalidad grisácea recordaba cuando Camilo entro esta mañana, observe como todos le rechazaban… y entre ellos yo; mire a mi mejor amigo quebrantarse ante mis ojos y cuando el busco mi mirada en busca de algo de ayuda decidí darle la espalda; quizás eso estaba bien porque él me hizo lo mismo, pero verlo solo, triste, aguantando las ganas de gritar en un desgarro del alma era algo que no me hacía sentir mejor me sentía como una mierda; me sentía como me siento ahora.
Acerque nuevamente el dedo al celular para finalmente borrar la foto, empuñe las manos y me levante, respiraba de forma acelerada quería gritar, quería llorar, quería tenerlo frente a mí para golpearlo, pero también quería tenerlo frente a mí para abrazarlo para sentarme en una esquina junto a él y decirle como me sentía; como en los viejos tiempos… tiempos que no regresaran.
-¡porque! grite impaciente, mientras pateaba las sillas que se encontraban a mi alrededor.  Barrí con mis manos lo que se encontraba montado el escritorio de mi puesto.
Soy un hombre cuyos sueños han abandonado; He cambiado mi cara, He cambiado mi nombre. Pero nadie te quiere cuando pierdes Sentía como perdía mis fuerzas, caí de rodillas al suelo, lleve mis manos a la cabeza atenazando mi cabello rubio con los dedos peinándolo hacia atrás como si este acto me devolviera el aire.
-¿Por qué Cami? Le lloraba a mi amigo, a mi hermano.
La puerta de mi salón se abrió, y la vi a ella una joven blanca como la nieve su rostro mostraba señales de dolor y desgaste producido por las constantes lagrimas que derramaba y que no se molestaba en limpiar, al verme se ruborizó bastante no creía que estuviera aquí, se quedo quieta mirándome en el suelo, totalmente muda; le mire a sus bellos ojos azules que con las largas jornadas de llanto les cubría una luminiscente capa transparente que les dejaba apreciar tan claros como el cielo en el amanecer. Ella agacho la cabeza sin dejar de llorar su largo cabello rubio adornado por una trenza le tapo para que yo no fuese testigo de tan conmovedora imagen.
Me levante y me dedique a mirarla pero ella no era capaz de corresponder a mi mirada solo apretaba un dije en forma de ángel que le colgaba del cuello, di un paso intentando recordar su nombre pero era difícil no había duda que era la misma chica que minutos antes acompaño a Camilo cuando nadie le quiso aceptar en su grupo, ella una chica tan introvertida que nadie podía recordar su voz, una más del montón, se perdía en la multitud, sola en la oscuridad que ella misma se había creado… o tal vez yo me equivocaba y ella tan solo ha decidido mantenerse al margen de una realidad tan superficial como la que vivimos los demás. Porque en esta institución no se destaca por ser uno mismo sino por aparentar.
El corazón me latía con fuerza entendía por qué me dolía lo de Camilo, porque yo no lo consideraba otro del montón lo consideraba mi amigo, no una persona superficial como Lorena…lamento del alma… que grave error fue ella, una mujer que hace todo para acostarse con alguien y al otro día te quiere como trofeo de muestra; por eso la bote a la mañana siguiente de la fiesta por ser una puta fácil nada distinta a sus amigas.
Coloque mis manos en sus hombros, mientras dejaba que mis manos le calmaran, ella intento retroceder pero la apreté con delicadeza guardando un poco de distancia, deje que una mano se acercara su rostro, logre tomarla del mentón… la luz de la ventana resplandeció en sus ojos; no había notado su belleza. En ese momento sentí ganas de abrazarla de decirle que todo estaba bien ¿pero cómo le dices esto a una persona que recién percatas?
-¿Por qué lloras? Le pregunte tranquilo mientras dejaba caer de nuevo su rostro
Ella quebró en llanto, y se dejo caer al suelo, me coloque a su lado; deje que mi mano le acariciara. Para luego repetirle la pregunta esta vez más insistente.
-Cami, Cami… su garganta estaba ahogada en un nudo de dolor que comenzaba a alterarme… Cami ha sufrido un accidente.
Mis manos se dejaron caer, intentando asimilar sus últimas palabras le pregunte otra vez que había dicho, ella volvió apretar su ángel con fuerza dejando en simultanea que su voz recitara las mismas palabras.
Mi mente vagaba en calles llenas de preguntas pero por todos los caminos que esta recorría me mostraba que al final era mi culpa. Apreté mi puño con fuerza.
-el…el… el; dijo tomándose el rostro evitándome verla llorar… el estaba con Anderson y luego.
-mírame, ¡que me mires! Dije en un tono neutro resaltando mis palabras con una mirada certera. Al tener su atención le pregunte como se llamaba; ya conociendo su nombre le pedí que me explicara con calma, en el transcurso de su explicación mi corazón se oprimía con fuerza, luego de unos minutos sus labios rojizos se sellaron y sus ojos se dedicaron a mirarme.
-así que todo ha sido mi culpa, sentencie sin más que decir
Diana se acerco a mí para apretar mi mano, -no ha sido tu culpa.
-¡acaso no entiendes! Dije airado mientras me levantaba del suelo.
Ella se levanto segundos después de mí y se dedico a mirarme mientras se podía notar como su introversión volvía a ganarle la batalla.
-lo lamento, no debí gritarte. Pero todo es mi culpa. Pose mi frente en la ventana del salón.
Ella sonrió por lo bajo –cuando supe de esto le eche la culpa de esto a Anderson, pero cuando lo vi llorando mientras se alejaba la ambulancia; comprendí que no era su culpa por que el tal como Camilo tienen miedo… ¡así que no es culpa de ellos, ni tuya! Es culpa… es culpa de las personas que patrocinan ese miedo.
Diana me tomo de la mano, yo correspondí apretándosela con delicadeza. Luego me obligo a mirarle. Una chica tan dulce, tan delicada, enfrentándose a mí un hombre más alto, mas fuete pero carente de una valentía que a ella le sobraba así ella no conociera de la misma.
-Nadie elige de quien enamorarse, y si Camilo sintió algo por ti mas allá de una amistad ¿por qué juzgarle? acaso que nos hace mejores a él… que nos da el poder de juzgar… ella sonrió un poco más tranquila… cuando Camilo me ofreció su amistad lo único que pude hacer fue correr detrás de él no sabía por qué lo hacía solo corrí detrás de él, cuando vi que lo golpeaban sentía que lo hacían conmigo. Porque lo golpeaban por ser diferente.
No te rindas… Usted sabe que nunca ha sido fácil,  No te rindas Porque creo que hay un lugar, Hay un lugar al que pertenecemos No sabes lo que se siente llegar a un lugar donde nadie te quiere, donde nadie se percata de tu presencia, salir a los descansos a mirar como los demás se divierten mientras tienes la esperanza de que uno de ellos se acerque y te invite a estar con ellos… pero a cambio de eso te miran con lastima o con burla, a mi me toca esconderme en un rincón del campus convirtiendo este lugar en mi refugio pero no creas. Pauso sonriente. Aun en ese lugar esperaba impaciente a que alguien me buscara.
Pero no sucedía…
-lo lamento, dije mientras retiraba el cabello que le tapaba el rostro.
-no, lo lamentes… hace tiempo deje de hacerlo, pues que es más fácil que quejarse. Creí que me acostumbraría a la soledad… bueno no estoy sola la tengo a ella. Dijo mostrándome el ángel de su cadena. Pero aun así me sentía sola… pero hoy se que cuento con alguien.
Al decir esto sus ojos azules se apoderaron de mi mirada, sentía mi corazón latir con fuerza me acerque un poco su pecho inhalaba aire con necesidad; mi boca deseo sus labios y deje que los buscara, deje que mi mano acariciara su rostro y la bese; en un beso puro bastante frio, en un beso que desee desde que la vi.
-¡qué asco te besas con esta insípida! Dijo una voz femenina que ingresaba a la sala, luego un coro resonó detrás de ella.
Abrí los ojos y la vi alejarse de mis labios, mire hacia la puerta en una escena patética de un trió de mujeres superficiales, que a simple vista producen lastima -¿Qué hacen aquí? Pregunte algo airado.
-¡no, que haces tú aquí! ¿Qué hay de nosotros? Dijo una desconcertada Lorena.
-¿nosotros? Recrimine, -tu y yo no somos nada, no seas ilusa, olvida lo que paso esa noche; estoy seguro que no es la primera vez que te pasa.
Lorena agacho la mirada.
-como le hablas así a mi amiga, dijo Marta en función de esclava socorredora.
-no te cansas Marta, estar siempre en la sombra de estas dos para sentirte aceptada; mírate eres patética… protegiendo a alguien que no te ve como su amiga sino como su fiel esclava… La portera de la fiesta, la que le dice si se ve bien, la que le carga la maleta, la que le hace los cruses para poder ligar y tú… ¿Dónde quedas? ¡Mírate! Das lastima. Alguna vez te han dicho algo que no sea para darte órdenes ¡pobre esclava!
Busque a diana con la mirada, y la tome de la mano mientras le sonreía; ella se pego a mi cuerpo dejando que su cabello tapara su rostro, su otra mano apretó de nuevo el ángel de su cadena. Salía con ella mientras me abría paso ante una muralla de mujeres de platico.
-ella no deja de ser una pobre insípida. Dijo Sofía mientras empuñaba su mano en el vestido de Diana. Con algo de fuerza la giro para obligarle a mirarla.
Cuando la tuvo en frente Sofía tomo el Ángel de la cadena de diana, estaba a punto de intervenir cuando en un hilo de voz oí un –suéltame.
-y si no que zorra. Dijo pintando un matiz de ira en sus ojos.
-no me compares contigo, luego de eso diana soltó mi mano y la cacheteo con una fuerza bastante notoria. No pude evitar quedar atónito ante la escena. Sofía simplemente tapo su rostro con las manos evitando la mirada de diana.
Finalmente salí con ella del salón; los dos sabíamos a donde iríamos…

Sergio.
Estaba agitado después del entrenamiento, aproveche que el campus se encontraba raramente desértico a esa hora; en el trote miraba como las personas salían corriendo de prisa hacia las afueras del campus me extraño que no salieran en dirección a la puerta principal sino que por el contrario corrían hacia el portón que da paso a la avenida, por donde mi instituto tiene la vía de salida para los carros del parqueadero.
Entre al camerino tome una botella de agua que se encontraba en mi casillero y deje que el agua de la botella me bañara el sudor del cuerpo, sentía como mi cabello negro se me pegaba a la frente, abrí la boca para que un poco entrara por mi garganta la sentía bastante seca. Salí del pasillo de vuelta al campus y me dispuse a admirar la naturaleza recién bañada por la lluvia, sus grandes árboles en cuyas hojas cargaban pequeñas gotas que no se habían resignado a caer, mire el cielo en su tono más grisáceo de seguro seguiría lloviendo hoy; el día se veía bastante triste.
La ventisca golpeaba fuerte contra mi rostro, me extrañaba ver el campus así de desértico ni aun en día de lluvia los estudiantes dejan de frecuentarlo, me acomode las bandas que cubrían mis muñecas… pensé en ese chico… en Camilo en lo mal que la debe estar pasando me preguntaba como un amigo como Anderson le abandonaría luego de convivir casi una infancia con él.
Cuando le mire a los ojos luego de nuestro encuentro sexual de hace un momento, no me quedo ninguna duda la persona misteriosa con la que se encontraba Camilo en el baño era él, pero los amigos no te abandonan esa es la ley por excelencia… suspire hondamente… los amigos no te abandonan.
Mire el portón que da salida a la avenida aledaña al campus, desde donde me encuentro en el otro extremo es casi imposible distinguir los objetos esperaba algo pero no sabía que era no podía irme ¿simple curiosidad? Por más que intentaba meterme esa idea no lo conseguía. La llovizna volvió a cubrir el ambiente, cada vez tomaba más fuerza.
Di media vuelta. Cuando un grito helado producto del desgarro me dejo inmóvil porque creía conocer esa voz.
Sentí como mis músculos se contrajeron, gire rápidamente mientras lo buscaba con la mirada. Resople un poco de aire se podía apreciar en forma de vapor, Salí, deje que la lluvia me mojara giraba mi cuerpo en busca de encontrar algo la lluvia producía un panorama bastante borroso.
…llanto…
 Finalmente di con Anderson, no di un solo paso estábamos a pocos kilómetros de distancia, veía su cuerpo tirado contra el suelo mientras galopeaba una y otra vez las manos sobre el pasto lamentándose por algo que yo desconocía; pero de alguna forma me imaginaba.
Me dirigí a él con pasos pausados, cuando lo tuve en frente él levanto la mirada hasta encontrar la mía, su cabello castaño le cubría gran parte del rostro, le aprecie con algo de lastima el viento le había quemado la cara sus mejillas estaban totalmente ruborizadas,   sus labios habían perdido el color ahora se apreciaban blancos como la porcelana, sus dientes no paraban de castañear con fuerza.
Le tendí la mano. No sé porque te sientes lastimado por dentro O que fue lo que te hizo llorar, Espero que puedas notar Que tú eres lo más grandioso para mí y cuando Sientas que no puedes más Te daré alas y te levantaré…Espero que puedas ver que eres Lo más grandioso, lo más grandioso para mí
-te vas a enfermar.
-debería estar muerto. Sentencio.
-si deberías estarlo.
Le volví a ofrecer mi mano, le guie a la puerta de los camerinos, no teníamos prisa nos dejábamos empapar por el agua, los truenos cada vez eran más audibles, Anderson no paraba de llorar, no se atrevía a mirarme.
Le senté en uno de los bancos, ten sécate dije lanzándole una toalla en el rostro.
Él la dejo caer en sus piernas.
-lo mate, es mi culpa.
Me senté a su lado ya comenzaba a preocuparme y me molestaba no entender lo que decía. Agarre la toalla y me dispuse a secarlo.
-¿qué te ha pasado? Pregunte tranquilo.
-Cami, Cami… el… yo no quería te lo juro yo lo intente sostener, yo no quería que esto pasara. Sus impacientes ojos pardos buscaron un acto de comprensión de mi parte; al no encontrarla continuo narrándome aquello que le afligía de esa manera.
Yo le busque, el no podía decir nada ¡no podía! Cuando lo encontré lo agarre amenazante desde el comienzo note los golpes en el rostro y pensé que también serian para mi si él hablaba; ¡entiendes! Yo prefería verlo destruido a él que ver mi vida destruida.
-¿Qué paso? Dije intrigado de sus pensamientos.
-el me pido que le soltara, el resbalo. Anderson se agarro del cabello y se dejo caer sobre sus manos para luego mirarme con insistencia…yo no quería que esto terminara de esta manera.
-¿lo atropellaron? Estaba claro todo tenía sentido, el campus desértico, la ambulancia, los estudiantes… todo.
Anderson afirmo con la cabeza.
-deberías estar muerto por cobarde. Le dije totalmente seguro de lo que decía. –si Camilo muere la culpa no te dejara dormir.
Solté la toalla con la que le secaba, el no me la recibió simplemente la dejo caer al suelo; me dirigí a mi casillero palpe varias veces con la mano, movía uno que otro objeto hasta que lo encontré lo apreté con fuerza en mis manos no creí que lo volvería a sacar desde aquella vez hace varios años. Cerré el casillero en un portazo que levanto la mirada de Anderson; me toque la banda que cubre mis muñecas. Y le lance el objeto que había sacado.
Anderson lo recibió en acto reflejo, cuando abrió la palma se encontró con un sobre pequeño de forma rectangular bastante delgado al abrirlo se encontró con una cuchilla que relucía como la plata a pesar de los largos años en que la mantuve guardada.
-vamos que esperas termina con tu dolor, acaba con esta mierda que sientes de una vez. Dije serio recalcando lo que trasmitía con la mirada.
Anderson miro su muñeca.
-vamos que esperas, así todo esto acabara acaso no estás cansado ya Porque cuando estoy contigo me caigo a pedazos
Y permanentemente veo tu corazón roto
Sus cálidos ojos pardos se movían indecisos, la capa de lágrimas que contenía en sus ojos no tardaría en ser barridas, las gotas rodaban por su mejilla y terminaban por desarmarse en donde si tomaba la decisión el dolor que sentía terminaría. La tomo con fuerza me miro yo no hui a su mirada simplemente le observe. Anderson comenzó a temblar su torso se observaba tenso.
-estas aburrido de esta vida, pero temes despojarte de ella por qué crees que cambiara algún día… ¡despierta! Esta es la realidad, tu realidad no puedes cambiarla, no puedes desear que cambie, no pasara… termina ya con esto que esperas pierde la esperanza siempre encontraras a alguien que no te aceptara, siempre habrá alguien que sienta asco cuando te le acerques ¿¡y si no puedes con eso!? Eres un cobarde…
Me quite las bandas térmicas de las muñecas. ¡Mírame cobarde!
Anderson.
-acabar el dolor. Me repetía una y otra ves
En mis manos estaba la llave a calmarlo, a dejar esta vida de mierda que solo me ha traído dolor, cuando mire a Daniel abrazar a Camilo como si nada mas existiera a su alrededor… solo ellos y el vinculo que les une; la forma en que le apretaba a su cuerpo para proporcionar le algo de su calor, por unos momentos desee ser Camilo sentir que a alguien le interesaba de esa manera, Daniel estaba y está dispuesto a dar la vida por Camilo mientras a mí su vida me pasaba a segundo rango uno de mis mejores amigos y me importaba poco lo que le sucediera con tal de que no me pasara lo mismo a mí.
Si Camilo muere… apreté con más fuerza la cuchilla; si Camilo muere la culpa no te dejara dormir. No me dejara hasta que deje de existir.
Por mi cabeza se congelo la escena cuando retrocedí dos pasos mientras mi garganta era secada por el miedo; Camilo sangraba el golpe que recibió en la cabeza le había abierto una herida que por más que Daniel se empeñara en tapar con sus manos el seguía perdiendo sangre que se mesclaba con la lluvia, seguía palideciendo, estaba muriendo. Y lo único que pude hacer fue dar media vuelta correr al campus y llorar. Soy un cobarde.
-¡Mírame cobarde!
Grito un airado Sergio levante la mirada, sus profundos ojos grises habían perdido parte del brillo que le caracterizaban; él se acerco despacio y se sentó a mi lado; Observe sus muñecas marcadas por algunas cortadas. –tú y yo no somos distintos ¿verdad?
-te equivocas
Sergio tomo mi mano con fuerza obligándome a soltar la cuchilla, que reboto en el suelo; le mire desconcertado ¿acaso esa no era la salida para mi dolor?
-hace unos años conocí a un chico, todo un dios griego galante de ojos azules, cabello rubio, un cuerpo muy bien cuidado… si era todo un dios. Dijo tomándome de las manos
Yo lo daba todo por el… creo que eso es lo que debe hacerse cuando se ama. Teníamos una vida perfecta en nuestro propio mundo, ese mundo me duro tres años ¿Cómo puedes desprenderte de una persona a la que le has dado todo sin esperar nada durante tres años? …bueno para mí fueron más. Sergio pauso su conversación un momento mientras tomaba saliva en busca de algo de fuerzas para continuar su historia.
Un día fui a su casa y él me invito a beber de la gran variedad de licores que su familia mostraba con orgullo en la sala, ese día me embriague bastante pero no importaba porque estaba con él; esa tarde fue la última vez que sus manos recorrieron mi cuerpo. Porque al caer la noche me dijo que tenía que irme a casa que sus padres no me podían ver y yo le entendía así que me fui.
Cuando llegue a la casa encontré a mi madre algo enojada, me pregunto insistente donde estaba; la verdad los efectos del alcohol no los sentía tan fuertes estaba seguro de lo que le respondería… le dije que estaba con la persona que amaba y que no se preocupara por que estaba bien.
Pero mi madre no lo tomo de esa manera sus preguntas se realizaron más insistentes en un tono más alterado, la conversación se torno en una discusión bastante fuerte y al final le termine confesado quien era yo y la relación que tenía en esos momentos con él.
Sergio se acerco a mí, tomo una de mis manos y me pido que le acariciara la muñeca; sentí un poco de escalofrió al comienzo. Luego el me miro y continuo narrando la historia.
-aquella noche mi madre quebró en llanto, me dijo que era lo peor que le había pasado que no me quería ver; no podía estar en una casa donde no era bienvenido esa noche tome mis pocas cosas. –si te vas no vuelvas. Me repitió mi madre antes de irme.
Salí desconcertado en llanto de mi casa, me fui a la casa de él toque insistente la puerta cuando él salió le conté y ¿sabes que me dijo? que no me podía quedar con él, que mirara que hacia… vague sin rumbo por las calles de la ciudad le lloraba al puto destino que me pario pero llorar no aliviaba el dolor…Sergio comenzó a llorar delante de mi no creí que una persona como él se mostrara de esa manera frente a alguien. Le mire insistente quería saber que había pasado.
Al otro día le busque de nuevo, había dormido en un parque cercano a su casa… cuando toque de nuevo la puerta me recibió otro chico que no era mi novio, el dolor se apodero de mi mente no sabía qué hacer o que decir no tenía nada jamás imagine un momento como este;…suspiro… tenía una última esperanza pero esta se quebranto cuando él me recibió en la puerta semidesnudo. No tenía más que hacer en ese lugar.
Volví a mi casa saque todos los licores que encontré y los tome con desesperación pero no serbia… no me aliviaba… entre al baño de mi madre me mire en el espejo me repetía una y otra vez que era una zorra marica, un bastardo, un hijo de puta; abrí el estándar del lavamanos no paraba de llorar; no tenía nada porque nunca lo tuve por que las personas que amaban me habían abandonado. Tome la cuchilla me recosté en la tina deje la botella de vino a mi lado y me dispuse a tomarla… me corte varias veces pero no era capaz de herirme de forma certera ¿sabes por qué? Porque creía vanamente que esto cambiaria; pero en el fondo sabía que no sería así.
Ese día no fui capaz de nada, cuando llego mi mama me encontró en la sala algo pálido le pedí que me dejara quedarme, las manos de Sergi se apretaron con fuerza cerraba los ojos reflejo del cansancio de una vida amarga vivida años atrás. Le acaricie el brazo, no sabía que decirle. Hasta que el continuo.
Mi madre no dijo nada esa noche, tome eso como un si… pero esos días fue lo que no pude soportar me partía el alma que me ignorara, cuando me sentaba a su lado en el sofá ella se iba y me dejaba ahí solo, no le importaba, ¡le busque! Pero ella no quería saber de mi; cuando ella llegaba yo tan solo esperaba un “hola” un “te quiero hijo” no pedía una caricia sabía que era difícil para ella, ¿¡pero acaso no lo era para mí!? Me sentía solo, no lo tenía él no tenía a mi madre. Comencé a tomar un poco más seguido.
Una tarde tome a mi mama del brazo y le dije que dejara todo atrás. –suéltame marica. Esa fue su respuesta.
Cuando ella salió azotando la puerta, yo sentí que no me quedaba nada y realmente era de esa manera, entre al baño llene la tina ingrese en está con ropa y todo lo que me acompañara en ese momento, cogí la cuchilla y me corte hasta que sentí que me había herido como debía, como una persona como yo se lo merecía.
Aun recuerdo como perdía fuerzas, sonreía al ver la sangre mezclarse con el agua, pronto me iría… pronto el dolor cesaría. Me rendí, me canse de luchar.
-¿pero estas aquí? Dije impaciente.
-esa tarde mi madre regreso tiempo después; dice ella que algo le impidió tomar el auto, cuando regreso y me vio en ese estado ella se dispuso a llorar frente a mi cuerpo inconsciente me abrazaba, me pedía que no me fuera, me pedía perdón una y otra vez, ella dice que no paraba de besarme; que maldecía la forma en que me había tratado. Cuando llegaron a asistirme me llevaron por urgencias no sé en qué momento regrese de mi estado pero pude distinguir la silueta de mi madre recostada a un costado de la cama tomándome de la mano.
No podía hablar, solo se abalanzo sobre mí en llanto sin dejar de pedirme perdón.
-Anderson, tú eres alguien con suerte porque tienes amigos como el que jamás te darían la espalda, no puedes sentirte solo porque hay alguien que desea verte al final del día.
Sergio me acaricio el rostro y se acerco a mi posando su frente sobre la mía podía sentir su aroma, su respiración tocar cálida mi rostro congelado bañado a lagrimas y lluvia -¿sabes por qué mas no puedes rendirte?
Mi corazón palpito con fuerza a la espera de su respuesta –porque yo te necesito.
Sergio acerco sus labios a los míos y los fundió en un beso, acaricie su brazo y le presione para que se recostara en la banca, sus manos atenazaron mi cabellera y guiaron mis movimientos sentía como me invadía la boca, como su lengua acariciaba la mía mientras le depositaba gran cantidad de saliva.
Me senté sobre su abdomen me incline un poco para comerle la oreja, dejaba que mi lengua jugara con su lóbulo mientras él me besaba el cuello, me senté sobre su miembro él se levanto sin dejar de apartar sus labios de los míos; me agarro fuertemente la espalda mientras me levantaba lentamente la camisa que se encontraba pegada a mi cuerpo debido a la lluvia; solo escuche que cayó al suelo, no podía apartar mi mirada de sus flamantes ojos.
Le tome de la nuca y guie su camino de besos a mis tetillas, le sentí mordérmelas con delicadeza dejando un rastro de saliva en su movimiento, lo aleje un poco para quitarle la camisa aprecie su velludo pecho desnudo, aquellos potentes pectorales altamente ejercitados a la espera de mis besos, lo recosté de nuevo en la banca bese su oreja, sus mejillas probé el sabor cálido de sus lagrimas, me deleite con su boca, sentí sus dientes apoderarse de mis labios morderlos con pasión; continúe bajando bese sus pectorales lamí sus tetillas copiando un poco sus movimientos. Le indique a mi mano que comenzara a moverse baje por sus brazos acaricie su cintura y finalmente llegue a su paquete.
Le masajeaba con fuerza, a pesar de lo húmedo que se encontraban sus pantalones sentía en el tacto de mi mano el calor de su miembro mientras tomaba fuerza; bese su abdomen encontré su delgada línea de vellos pase mi lengua por ellos continúe bajando hasta que me tope con su pantalón. Le mire el me tomo del mentón y sonrió me guio a sus labios mientras sus manos aflojaban el cinturón y los botones.
El sonido del cierre me obligo abrir los ojos repetí el mismo camino de besos, me acomode mejor para tener frente a mí un estupendo trozo de carne gruesa tapada por la tela húmeda de sus bóxer, me abalance sobre su miembro con necesidad le besaba sobre el bóxer; escuche a Sergio gemir mientras apretaba sus manos en puño.
Introduje mis manos en el elástico y lo baje sin dejar de besar, cuando mis labios sintieron el tacto del calor de su carne, deje que mi lengua le lamiera… finalmente con un poco de ayuda de Sergio me deshice de su pantalón y bóxer, me senté sobre sus gemelos para apreciar a semejante hombre desnudo, al único hombre que me ha hecho sentir de esta manera, al que me lleva un límite mas allá de la pasión y el deseo.
-quiero que seas mío toda una vida. Dije inconscientemente
Sergio se sentó de golpe me agarro de la nuca me respiro en el rostro, -así será, luego me beso de nuevo cada vez con más fuerza, con mucha más pasión; su mano soltó mi nuca para agarrarme con firmeza del cabello me guio a su polla la tome con una mano y me la metí centímetro a centímetro en la boca; deleitando mis papilas con el sabor agridulce de su pre seminal, lamia despacio dejaba que mi lengua le recorriera la gruesa vena que mis ojos apreciaban con gusto, al llegar al glande apretaba mis labios en este mientras mi mano le pajeaba. Escuchaba resoplar a Sergio me sentía bien, sentía que lo necesitaba que nos necesitábamos…
Sergio me detuvo para levantarse del banco, yo me senté en el borde de este, sentí sus labios nuevamente –te amo, coloco su frente sobre la mía y continuo -no debería pero así es.
Sin apartar sus labios de los míos busco el cinturón de mi pantalón y lo despojo de esté en un tirón de sus potentes brazos, me piso que me recostara levanto un poco mis piernas y me quito el pantalón con bóxer y pantalón; tomo mi pene que se encontraba algo flácido y se lo introdujo a la boca.
-aaah Sergio.
Lo tomo con una mano y comenzó a descapullarlo mientras se lo introducía poco a poco, sentía como las venas que surquen mi pene bombeaban sangre con más fuerza logrando que este cobrara vida; la boca de Sergio me sofocaba, me reducía el espacio me rosaba con su paladar, su lengua me robaba las primeras gotas de pre seminal no dejaba de resoplar aire… gemía en un tono bajo lo escuche reír.
Sus potentes brazos levantaron mis piernas y las dejaron descansar en sus hombros, Sergio volvió a su posición agacho un poco la cabeza y hizo lo que a mí me pone a mil por segundo; se introdujo mis huevos en la boca y en su pequeño espacio dejo que su lengua le acariciara, agarro mi pene con una mano y comenzó a pajearle… estaba a su merced.
Se monto en la banca aprecie su ancha espalda pincelada con algunas pecas, terminando en una fina cintura, baje un poco más la mirada a ese culo grande, duro y parado Sergio se sentó lentamente sobre mi pene centímetro a centímetro invadía su apretado esfínter; sentí sus potentes nalgas reposar en mis piernas. Acaricie su espalda mientras el comenzaba en un lento sube y baja.
De un momento a otro se detuvo, se saco mi miembro y me clavo sus ojazos grises en los míos, giro de tal forma que pudiera besarme con comodidad le escuche pedirme saliva un morbo se apodero de mi, sentía como mi corazón latía con fuerza, nos besamos un largo rato él se dedico a robarme saliva. Luego volvió a descender en un camino de besos finalmente su boca encontró mi pene el sexo oral que me propinaba me obligaba a cerrar las manos en puño… el calor de su boca era algo indescriptible.
Se coloco nuevamente en su posición, se la volvió a introducir poco a poco no sentía esa incomodidad del comienzo, sus cabalgatas volvieron a ser lentas pero poco a poco fueron adquiriendo velocidad, su esfínter apretaba mi pene, lo sentía palpitar.
Tome sus nalgas y guie sus envestidas no quería terminar tan pronto, me senté le abrace a mí, mordí su espalda, el apretó sus manos con las mías, nuestros cuerpos estaban cubiertos por una pequeña capa de sudor.
-bésame, le implore
Me volví a recostar Sergio se saco mi miembro por un momento, y me beso amaba el sabor de sus labios, apreciar sus ojos grises cerquita de los míos.
Nos levantamos, retrocedimos unos pasos hasta que mi espalda toco los casilleros, sus manos me giraron, abrí un poco las piernas Sergio acaricio mi culo, mientras me comía el cuello.
-me encantas.
Su mano acaricio mi rostro, apreté uno de sus dedos con mis labios le humedecí de saliva.
-aaah, gemí producto de la extraña sensación de sentir como este se abría paso con la poca saliva que le había proporcionado.
Sergio busco mis labios, mientras me introducía su pene. Ahogaba mis quejidos me tenía a su merced.
Apoye mis manos al casillero sus caderas comenzaron a chocar fuertemente con las mías, mi ano se encontraba sensible ante su huésped invasor, sentía como cada centímetro de piel sudaba, su mano me agarro del miembro me pajeaba al ritmo de sus envestidas.
Sus labios dejaron los míos y se posaron cerquita de mi oído –me corro.
Le tome de la cintura en señal de que no lo sacara, quería sentirlo a dentro cuando esto ocurriera, su lefa invadió mi cuerpo los gemidos de Sergio cerca a mi oído terminaron haciéndome correr.
Nos sentamos en la banca mientras recobrábamos fuerza, el me guio a las duchas cuando terminamos de ducharnos Sergio se vistió y me miro indeciso.
-jajaja anda ponte esto, dijo lanzándome ropa seca que tenía en su casillero.
Me quedaba algo grande pero se sentía bien, me sentía bien; el tomo mi ropa junto con la que tenía puesta minutos antes y la guardo en su mochila.
-¿nos vamos? Dijo mientras cerraba, dirigiéndome una bella sonrisa.
Me levante de inmediato y juntos salimos de los camerinos de vuelta al campus.
Los dos sabíamos a donde iríamos…


Sergio.
Me daría una nueva oportunidad, confiaría en Anderson porque de alguna forma se que no me fallará, jamás me había abierto de esta manera a una persona aun no creía que le fuera contado tanto… me sentía feliz de poderlo ver a mi lado, el es una persona valiente tiene sus errores; quien no los comete pero el está dispuesto a darle la cara todos ellos y yo estaré a su lado.
Salimos de los camerinos al frio aire del exterior, Anderson se apretó un poco más a mi yo le envolví con mis brazos mientras le sonreía, sus manos acariciaran la banda de mis muñecas, no había parado de llover extrañamente cuando estaba en los camerinos no escuchaba nada.
Le palmee la espalda en señal de que siguiéramos cerca a la pared para evitar mojarnos, recorrimos la cafetería le observe mirar con nostalgia uno de los sitios donde él solía sentarse junto a Camilo y los demás a los cuales no conozco muy bien pero si les distingo.
A lo lejos se distinguían dos figuras masculinas uno de los hombres era alto, de cabello castaño oscuro bastante corto que le daba un aspecto algo rudo, el tío sabía lo que era mantenerse en forma su cuerpo se veía bastante fibrado aun en la distancia. Junto a él le seguía como perro fiel un tipo un poco más bajo de cabello negro su corte era parecido al de su amigo, era un poco más bajo que su compañero pero no mostraba un aspecto tan rudo como el que pretendía aparentar en su forma de caminar.
Cuando nos topamos frente a frente, el más alto de ellos tomo a Anderson de la mano, esté totalmente desconcertado ante la euforia que le mostraba.
-francisco déjalo, dijo su compañero algo cansado.
-déjame felicitarlo.
-¿felicitarme como por qué? Recrimino Anderson en un tono molesto por la forma en que fue abordado.
-te deshiciste del marica. Sentencio orgulloso. Baje mi mano de la espalda de Anderson cuando la sentí tensarse Fernando no se había percatado de esto así que continuo.
-adivina quien le dio la paliza… yo dijo tocándose el pecho con orgullo.
Me aleje de Anderson y me situé junto al amigo de francisco.
-le partiste la cara por marica. Al decir esto Anderson empuño su mano y le golpeo fuertemente el rostro a un desubicado francisco.
Al caer Anderson se le monto encima y comenzó a golpearle fuertemente el rostro. Francisco intento quitárselo de encima dándole varios golpes al cuerpo pero mi novio parecía no sentirlos había perdido el control.
El compañero de francisco se levanto las mangas en señal que entraría a la batalla, porque extrañamente estas bestias necesitan pelear en grupo para tener la victoria asegurada. Apreté mi mano contra su camisa –si lo tocas te parto la cara. Este empujo mi brazo con un golpe –no quieres apostar contra mí. Dije sereno mientras miraba la escena.
Anderson le había permitido a francisco que se levantara, lo tomo de la cabellera y lo golpeo fuertemente contra la pared. –vamos golpéame a mí también, no eres capaz… eres un poco hombre. Le escuche decir la verdad el golpe me había dolido hasta a mí.
Le giro con los manos y le pateo en el estomago, luego se quedo en frente en la espera de que lo poco que le quedaba de orgullo a francisco se levantara cuando lo tuvo frente a frente esté le escupió a Anderson, le golpeo ágilmente el rostro y lo lanzo al suelo pero este contrajo su cuerpo desubicando a francisco; cuando mi novio logro quitárselo de encima comenzó a patearle con fuerza.
El compañero de francisco se movió velozmente empujado a Anderson, esa era mi señal lo tome de la camisa y le golpee fuertemente en el rostro los dos cayeron en el suelo. Mi novio estaba furioso quería mas y mas.
-¡déjalos ya!
-pero Sergio.
-esto no te hace mejor que ellos, que ganas alimentado su odio, creándoles miedo hacia ti, eso no cambiara nada.
-la mujer, la mujer quien era. Dijo mi novio ignorando lo que le decía.
-esa puta no vale la pena, se fue la muy cobarde.
Anderson se lanzaría pegarles -¡que los dejes maldita sea!
Anderson resoplo en el aire y siguió adelante, camine lentamente mientras los veía señale al amigo de francisco y le dije algo que para mi parecía bastante real –al final del día terminaras como el… tú eliges.

Daniel.
Si él se iba no tendera nada, nada… no podía dejarme así el amor no es como lo pintan pero es así como debería de ser porque, el amor y la soledad no deben caminar juntas, ¡por que! El amor no debería ser de esta manera no debería oprimirte hasta dejarte sin aliento, no debería desangrarte… Cami no me puede dejar le amo y el debe saberlo… ¡debe saberlo!
 Caminaba de un lado a otro del corredor hace un momento había llegado mi madre junto con Eugenia su nueva acompañante de negocios y mi tía, las tres me miraban preocupadas, me insistieron cambiarme la ropa mojada pero no quería irme, no debía hacerlo, necesitaba estar ahí.
Mire la ventana repose mi frente en su cristal, aprecie el tono grisáceo del cielo llovería y no pararía, sería una tormenta incesante las edificaciones pintaban un matiz de miseria ante el ambiente, mire el parque del hospital totalmente desértico el pasto se había cansado de recibir agua a tal punto que ya se encharcaba en sus pies, los arboles perdían poco a poco sus hojas… dicen que si detienes una hoja con tus manos antes de que esta toque el suelo puedes pedir un deseo yo desearía que Camilo donde este no me deje, no sin saber que lo amo.
Me acerque a la máquina de café, alcance uno de los vasos de la repisa note como temblaba no paraba de hacerlo acomode el vaso como pude debajo de la cafetera. Recordaba cuando le bese sonreí inesperadamente pero luego el matiz cambio cuando lo vi convulsionando, mire mis manos aun tenía su sangre en ella mis fallido intento tomándolo de la cabeza apretándolo a mí, intentando darle todo mi calor pero fue inútil… un nudo se amarro en mi garganta me ardieron los ojos estaba cansado de llorar pero este destino de mierda no me dejaba hacer otra cosa.
-¡me siento impotente! Dije pateando el mueble con fuerza abofetee el vaso de café y lo regué en el suelo.
No puedo ayudarlo –no hice nada. Dije llorando
Mi madre se levanto junto con mi tía bastante alteradas, corrieron junto a mi me suplicaron que me levantara.
-hijo intenta calmarte.
-¡no puedo mama! ¿¡Es que no entiendes!? Dije soltándome de su mano
Mi madre se alejo unos pasos conmocionada mientras los asistentes se dedicaban a observarme –mi, ma, mama dije en un suspiro… lo lamento; pero él no puede irse mama, no puede. Me sentí como un niño otra vez la tome de los brazos y me apreté a su pecho mientras derramaba lagrimas sin poder hacer algo de diferencia, mi madre no paraba de acariciarme el cabello –el estará bien.
Junto con mi tía me guiaron a una de las sillas, Eugenia me trajo algo de agua ella intentaba controlarse pero se le notaba el sufrimiento el desgaste de emociones en su rostro.
Una enfermera salió de la sala de urgencias me levante en seguida, la tome del brazo le mire insistente ella no pudo responderme en la ambulancia pero esta vez era diferente ella no podía matarme de esta manera no podía. -¿Cómo esta, ya está bien? ¿Puedo verlo? ¡Enfermera diga algo! Grite desconsolado mientras le soltaba el brazo ella tan solo lo dejo caer.
-el perdió mucha sangre, ya miraron en el banco de sangre del hospital y no tenemos –AB.
-que quiere decir que lo dejara morir. Ella giro la mirada –esa no es nuestra intención, solo que tardan en traerla y el paciente la necesita ahora mismo.
-yo, yo tengo su mismo tipo de sangre, ¡que espera! Dije colocándole mi brazo en frente.
-la cantidad es alta, no podemos poner su vida en riesgo.
-señorita, le mire suplicante -no me importa por favor.
Le solté el brazo dejando caer los míos –por favor, repetí oprimiendo mis manos en puño –el significa mucho para mí no sé si pueda entenderme pero yo, yo dije tomando algo de saliva yo daría mi vida por él.
-no puedo es riesgoso lo lamento.
-¿usted no entiende? Dije derramando lagrimas de impotencia –usted no entiende… La mire fijo mientras nosotros hablamos ahí adentro apunte; ahí adentro el está muriendo, no me importa, no me importa que me pueda pasar ¡por favor!

Cristian.
Llegamos a toda prisa al hospital, cuando ingresamos a la sala Diana corrió junto a Eugenia para realizarle todo tipo de preguntas, Eugenia nos pidió que nos sentáramos, mire a mi alrededor estaba la madre de Daniel junto con la de Camilo con el corazón en la mano las dos tenían la mirada perdida mientras lloraban el destino de sus hijos.
-así que Daniel se arriesgo de esa manera. Dijo diana mientras me apretaba de la mano.
Eugenia afirmo preocupada –el hospital, no se hará responsable eso fue lo que le dijeron antes de llevárselo.
… los minutos pasaron…
-enfermera, enfermera grito la madre de Daniel totalmente preocupada. Corrí junto a las chicas la enfermera dijo que se encontraba bastante débil pero que estaba bien, que sufriría de mareos, nauseas o perdida del conocimiento como consecuencias leves. Se hizo un silencio.
Luego la madre de Dani apretó a la enfermera del brazo y le sonrió –que espera señorita en esa sala alguien necesita esa sangre.
Nos sentamos juntos los minutos pasaban lentos, no sabía que pensar me sentía mal, recordaba cuando éramos niños que solía acariciarle el cabello y decirle que todo estaría bien, porque yo estaba con él pero… pero ahora, no lo estaba el estaba solo.
-como esta Camilo, dijo Anderson agitado sorprendiéndonos por la espalda a su lado se encontraba otro hombre unos tres años mayor que mostraba la misma preocupación.
 -no sabemos. Dije levantándome para apretarle la mano a mi mejor amigo al final del día aseguraba que sería de esta manera.
Estreche la mano de mi compañero guie mi cuerpo a su compañero, le mire insistente y él lo noto rápidamente.
-Sergio, mucho gusto. Él se acerco y saludo a todos; muy amigable.
-Sergio es mi novio. Soltó Anderson de golpe.
Mire a Sergio que giro de sorpresa, para luego sonreír de forma tan tranquila en sus ojos se podía apreciar la felicidad inmensa que tenía en esos momentos.
-Los felicito chicos, soltó Eugenia rompiendo el silencio.
Mi madre asintió con la cabeza para luego dirigir su vista a la puerta de urgencias, mi tía les observo un momento
 –cuídamelo es como mi hijo. Dijo dirigiéndose a Sergio para luego sin esperar respuesta girarse de la misma forma que su hermana.

Camilo.
Estaba en un parque, no paraba de caminar, pero por alguna razón no me sentía cansado, la luz bañaba con intensidad la maleza a tal punto que me cegaba; la mucha luz es como la sombra al final no te permiten ver nada… apreciaba los juegos vacios, los columpios ladeaban de un lado a otro a merced del viento en un panorama bastante triste.
Seguí caminando sin dirección pero buscando una salida, visualice un joven frente a un pequeño lago solo lo podía apreciar de espaldas era bastante alto, su cabello era color castaño que con la luz del sol daba la impresión de ser dorados. Me acerque un poco, al escucharme el joven dio unos pasos al frente.
Llego un momento en que él se encontraba en la orilla y yo a escasos centímetros de él. – ¿me amas? Pregunto.
No comprendía la pregunta pero mi corazón comenzó a latir con fuerza al escuchar sus palabras, intente responder pero no sabía que… -porque yo a ti sí. Quede totalmente atónito. El viento vatio con fuerza los columpios rechinaban cansados, las hojas de los arboles eran arrastradas con el viento.
El joven levanto su mano y agarro una de las hojas en el aire, y me dijo –desearía que te quedaras.
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-Cami, despierta vamos amigo, despierta vales más que esto.
Escuche aquella voz en el viento, gire para mirar de donde provenía al no encontrar a nadie gire mi vista al frente pero aquel joven no estaba la voz se hacía insistente su sonido guardaba notas de melancolía, un dolor desgarrador que llevaba mi nombre.
-Cami, vamos no puedes irte amigo.
Corrí hacia aquella voz aun sin saber de dónde provenía, de un momento a otro todo se apago, me sentí acostado en algún lugar, intente moverme pero mi cuerpo pesaba mucho por más que lo intentaba sentía como perdía fuerzas y me cansaba, perdía la respiración con cada intento… –desearía que te quedaras. Recordé aquella voz intente abrir los ojos.
La luz me cegó los ojos mientras esta se difuminaba apareció la sombra de una silueta.
-despertaste. Dijo alegre mientras se abalanzaba sobre mi cuerpo.
Gemí un poco de dolor, intente mover la cabeza y eso me dolió mas.
-no hagas esfuerzo Cami.
La luz por fin se hacía parcialmente uniforme logrando visualizar su rostro -¿Cristian? Pregunte.
-sí, soy yo… luego se volvió a lanzar sobre mi recitando frases de perdón que terminaron en un me alegra que estés bien.
-Cristian, yo, yo lo lamento. Termine girando la cabeza.
No quiero que dejes que este momento se pase Porque realmente tengo algo que necesito decir Y me está matando por dentro; Pienso que no me entiendes… El me tomo de la mano y la llevo a sus labios, sentí lo cálido de los mismos para luego bajar de nuevo mi mano y mantenerla en su pecho. –Cami no te lamentes no debí dejarte solo.
-Cristian…
-Camilo uno no elije de quien enamorarse eso es todo, créeme que si pudiera, dijo girando mi cabeza para mirarle a los ojos; si pudiera te amaría pero… no puedo.
No puedo. La frase golpeo constantemente mi cabeza durante varios segundos, sin querer comencé a llorar frente a él, no sabía que decir no podía hablar mi boca estaba vacía pero a mi garganta la inundaba un mar de palabras que terminaban por hacerse nudo y no me dejaban respirar.
-Cami yo estoy enamorado de otra persona; tu, tu siempre serás mi mejor amigo, mi hermano.
Me conseguiste indefenso, intoxicado insensato. Me cortas tan profundamente, debo confesar Mátame, mátame de una puta vez pero no me tortures de esta manera. Pensé… mi respiración comenzó acelerarse de solo imaginarme… -Lorena no es la mujer para ti. Sentencie.
-no, Cami yo amo a Diana y eso no cambiara.
Cristian dejo caer mi mano y se acerco a la ventana –siempre serás mi amigo Cami.
Yo sabía que sería así, me alegraba en el fondo por el pero me mataba ver como había creado mi propio cuento y que sus páginas se quemaban con cada lágrima que desprendía… -Cristian, el giro en torno a mi voz quiero que me beses.
Tenía que saber si él era la persona, aquel chico por el que mi corazón latió con tanta fuerza, el mismo que cuyo aroma se impregno en mi piel antes de perder la conciencia, el mismo cuyo tacto de sus labios no he olvidado, el mismo que lloro y cuyos lamentos escuche antes de irme… aquel que me apresaba en sus manos con una esperanza tendiente de un hilo a medio romper.
Cristian se acerco con un rostro lleno de dolor, -solo te pido eso. Le dije
cariño no puedo respirar cuando mis brazos te rodean, cariño eso me mata porque ahora que te encontré Tu amor es como un arma masculina, No puedo vivir sin ti…Eres tan hermoso, esto me desgarra Se coloco frente a mi rostro, aprecie sus bellos ojos celestes bañados por una fina capa de lagrimas que le hacían ver más claros, dirigí mi mirada a su labios que se acercaban indecisos a mi boca, inhale su aroma pero no era el mismo que esperaba; mi corazón latió con fuerza, mi piel comenzó a sudar con el calor de su mano al tocar mi rostro. A centímetros de mi rostro le mire por última vez mientras él cerraba los ojos al compas de los míos… finalmente me sentí sus labios posarse en los míos guie su beso, el no me opuso resistencia. Su respiración golpeaba insistente mi rostro, el no quería esto pero no se arrepentía… yo por el contrario si quería esto pero no sentía lo que debía sentir.
…un portazo…
Nuestros labios se separaron dejando ver a un pálido Daniel frente a nosotros, mire su cuerpo cansado apoyarse en el marco de la muerta, dirigí mi mirada sus hermosos ojos pardos inundados por lagrimas que recorrían su mejilla y se desarmaban en el suelo… intentaba decir algo pero no le salían las palabras.
Comencé a respirar de forma acelerada, en ese momento solo lo veía a él… a él sufriendo el levanto su mano la llevo a su pecho y apretó su camisa. Luego dio media vuelta le alcance a decir –me alegra que te quedaras. Luego su silueta desapareció en el pasillo. Grite su nombre en un aullido ahogado de un lobo arrepentido.
Escuche como varias voces intentaron detenerlo… luego no oí más.
-el dio la vida por ti, y la seguiría dando sabes por qué, por que el te ama entonces que vas hacer ahora Camilo decide. Dijo Cristian tomándome de los hombros y mirándome intimidante.
-¿qué me ama?
Anderson.
La puerta de urgencias se abrió de un portazo que estremeció a todos, un pálido Daniel salía llorando desconsolado detrás de ella… me preocupe bastante pues el acababa de desmallarse hace poco minutos, y cuando despertó le dimos la noticia de que Camilo había salido bien de la operación y de inmediato insistió en ir a verlo. En el estado en el que estaba nos asombro a mi novio y a mí su determinación y contra las reglas del hospital le ayudamos a entrar.
Pero ahora… salía totalmente perdido tomándose de donde podía para no caer, el seguía bastante delicado intente tomarlo del brazo antes de que tomara el acenso pero el repelió mi intento con un –necesito que me dejes, ¡no entiendes!
Eugenia y Diana se miraron preocupadas antes de caer desconsoladas a la silla, mire a la madre de Daniel y Camilo que se miraban igual de desconcertadas una llorando sobre el hombro de la otra… mire a Sergio que me tomo de la nuca y masajeo en señal de tranquilidad.
Estaba dispuesto a entrar para averiguar que paso cuando Cristian salió a toda prisa junto a donde estaban las chicas, palmee a Sergio para que fuéramos junto a mi mejor amigo. Todos guardamos silencio ante su breve explicación de lo que había pasado Diana apretó su cadena en la escena del beso; Cristian acaricio su brazo en señal de que le entendiera.
-Cami ha tomado una decisión y vamos a ayudarle los cinco juntos por que somos amigos o no.
Todos asentimos de acuerdo.


Camilo.
Me vestí rápidamente quitándome la cantidad de cables que surcaban mi cuerpo, me levante de golpe sentí como me mareaba Cristian me alcanzo antes de caerme, me pregunto que si estaba seguro solo le mire y este me correspondió con una sonrisa. Me guio a la puerta de aquella sala donde me tenían apresado.
Salimos con rapidez tras la puerta de urgencias me esperaban Diana y Eugenia quienes intentaron taparnos durante el trayecto al ascensor. Ya dentro del mismo les pedí que me dejaran solo… ya habían hecho suficiente.
-¿adónde vas a buscarlo? Pregunto Anderson acercándose a mí.
-el debe saberlo amor. Dijo Sergio tomándolo de la cintura.
Le sonreí a ambos hacían buena pareja me alegraba por mi mejor amigo –la verdad no se a donde buscarlo. Dije sincero.
-perdóname. Dijo Anderson agachando la cabeza observe como su novio se preocupaba me sentí feliz verdaderamente feliz por mi amigo.
-no seas hijo de puta deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar amigo. Le dije sonriente.
-eh, Cami yo, es que yo quería pedirte, no… dijo diana moviendo la cabeza de lado a lado negando. Quería darte esto… ella abrazo sus manos a su nuca y con un movimiento de dedos desprendió la cadena que le había acompañado desde la muerte de su madre; se acerco a mí y me la coloco me encontraba mudo, maravillado, feliz por ella por Cristian por los dos.
-vamos vete tu madre está saliendo de la cafetería con tu tía. Dijo advirtiendo Eugenia. –suerte. Dijo antes de presionar el botón del asesor.
Me apoye en la barra, Salí algo mareado me dolía la cabeza me dirigí a la avenida, tome un taxi.
-a donde vamos.
-a las afueras del norte de la ciudad.
Anderson.
-Daniel no está. Nos advirtió asustada su madre
Nos miramos cómplices, Sergio respiro profundamente y dijo –salió llorando de aquí.
-¿¡que!? ¿¡Por qué!?
- ¿¡Acaso le paso algo a mi hijo!? Pregunto alterada la madre de Camilo
-el también acabo de salir en busca de Daniel. Respondió Sergio tomándome de la mano, las dos mujeres nos miraron intrigadas; sus ojos fueron cubiertos por capas de lágrimas que comenzaron a brotar de sus cansados ojos.
-tengo que buscar a mi hijo, dijo colocándose el bolso en simultanea su hermana hizo lo mismo.
-no lo creo conveniente acaso no imaginan lo que pasa. Sentencio Sergio tomándola del brazo.
-no, no lo entiendo. Grito una. Lo lamento, lo lamento quiero que mi hijo sea feliz pero…
Cayó desplomada en una silla cercana y junto a ella su hermana, mire a los demás les dije que me encargaría al final del día se lo debía a Camilo y a Daniel… me coloque frente a ellas sin soltar a mi novio de la mano. No sabía cómo comenzar cuando la mayor de ellas la madre de Daniel sonrió en un alivio del alma.
-estoy envejeciendo, solo quiero verlo feliz… se que un día dejare de existir en este mundo y me iré de aquí a un lugar totalmente desconocido para mi, a reunirme con mi esposo…suspiro… antes de que muriera me encargo que hiciera de nuestro hijo una persona valiente, que lo le temiera a nada en este mundo que pensara con la cabeza pero que de vez en cuando se dejara dominar por su corazón…que fuera feliz… termino su recuerdo apretando la mano de su hermana.
La madre de Cami agacho la cabeza sus lagrimas caían en la mano de su hermana –cuando creí que moriría, sabía que no tenia vida después de él… al decir esto me miro comprensiva; cuando se debatía entre la vida y las muerte me arrepentí de tantas cosas, me arrepentí de no apoyarlo más, me arrepentí de las prohibiciones que le hacía pensando que terminaría como ustedes. …¡que tonta fui! Siempre lo supe…
-yo tenía miedo… dijo cortando la conversación a su hermana; tenía miedo que ha Daniel le hicieran lo que les hacen a ustedes que le golpearan, le humillaran, le señalaran… seria una estúpida si me hago la desentendida ahora… si lo seria… no quería verlo llorando en un rincón, verlo solo, verlo caer frente a mis ojos sin poder hacer nada. Temía lo peor por eso siempre ignore lo que le pasaba.
Sergio se agacho hasta quedar a su altura, le coloco las manos en frente y se despojo las bandas de las muñecas mostrando sus cortadas ante ellas, confirmando sus miedos… la madre de Daniel lo tomo del rostro y le beso la frente para luego agrazarlo Sergio lloro en sus manos como un niño pequeño sin consuelo conmovido por una escena que el aprecio demasiado tarde. Toque su espalda en señal de consuelo Sergio se levanto y me tomo de la cintura contemple sus ojos grises por un instante.
-no estoy solo, no como antes… dijo apretándose a mi sin importar los ojos del resto.
-tal como ellos, dijo señalando al resto del grupo, ellos padecieron lo mismo que yo a su manera cada uno busco salir a su manera todos nos equivocamos pero ninguno de nosotros siete se arrepiente de nada… porque al final de este día encontramos lo que buscamos…
Las madres se miraron una a la otra, mientras se sonrieron lamentado sus errores pero sin arrepentirse de ellos tal como nosotros, las hermanas dejaron reposar sus frentes mientras no paraban de reírse el dolor causa eso y era comprensible; es mejor reírse de la realidad cuando te golpea por qué no sirve de nada lamentarse rendirse ante su presencia, es mejor, reírsele en la cara como un loco al final del día.
Caminamos hacia nuestro grupo dejándolas solas, frente a la ventana estaba Cristian apoderando con su cuerpo a Diana ella algo tímida le correspondía a cada beso; mientras una regia Eugenia les admiraba nos miro para sonreírnos Sergio me detuvo delante de ellos y me beso, en un beso largo apasionado… feliz.
La mire, -no te preocupes por mi ya llegara mi hombre y ustedes cuatro me las pagaran jajaja
-no dudo que llegara, y te ara la mujer más feliz, no te pedirá nada porque él no te vera como un objeto sino como la mujer que eres. Dijo Cristian sin apartar la vista al parque del hospital.
-y si no… tienes cinco hombres para ti… dijo burlón Sergio.
-chicos quiero salir y que la lluvia me moje, mientras me paro en ese parque. Dijo Cristian levantándose tomando a su novia.
Nos miramos y asentimos entusiasmados, de camino al ascensor mire a las madres de mis amigos. Les hice señal de que bajáramos. -¿A dónde? Dijo una limpiándose las lágrimas para luego mostrar un semblante tranquilo… a mojarnos conteste.
-aaah. Nos mojábamos mientras gritábamos desconsolados, felices… diferentes.
-aaah.

Daniel.
Maneje desconsolado, me sentí mareado a punto de perder el conocimiento, no sé como llegue aquí, la lluvia no ceso en todo el día ahora golpeaba el pasto con fuerza; la luna ya bañaba de plata las gotas de agua, me pare en la esquina del lago me gustaba llorar mientras llovía nadie podía verme, me gustaba gritar en la soledad porque nadie me oía. Me gusta pararme en la orilla de este lago por qué es lo más cercano que hay a no existir, porque podría dar un paso he irme de aquí pero no quería… al final del día le amaba con todo mi ser daría esta vida por él; mi vida no me pertenece le pertenece a él, por eso no prensare en la muerte por que esta vida es para cuando él la necesite.
-recuerdo cuando me traías aquí, hace tiempo no veníamos ¿verdad?
Su vos contrajo mis sentidos, no le di la cara solo mire el lago mientras sentía su acercamiento. No podía hablar porque si lo hacía gritaría su nombre.
-cuando compraste este auto… lo recuerdo bien, me traías después de clases por que este lugar es perfecto… es verde, es bello, tiene un lago, y a demás nadie viene. Solo nosotros le frecuentamos. Porque solo nosotros estamos a gusto aquí. Dijo deteniéndose a mi espalda sin tocarme.
-cuando Cristian me beso… ¿sabes que paso? …suspiro… no fue como lo creí porque mientras lo besaba pensaba en alguien que no comprendía quien… y fue cuando apareciste y mi corazón latió con fuerza por que desee que fueras tú. No me justifico ni me arrepiento de nada porque lo que paso con Anderson o Cristian me llevo a esto, a estar aquí mientras me golpean con fuerza las gotas de agua, aquí mientras el viento me congela, aquí con mi cuerpo a medio caerse igual que el tuyo.
-¿pero sabes que quiero hacer ahora?
Me gire en dirección a él, le observe sonriente mientras su rostro estaba totalmente cubierto por el agua. Le tome de la cintura y le pegue a mi… aprecie sus ojazos verdes mientras estos no paraban de reseguirme. Mi respiración se agito junto con la suya nuestros cuerpos se tocaban con cada inhalada. Sentía su corazón latir al compas del mío.
-yo quiero besar, quiero tocarte, quiero que en estos momentos seas mío. Le dije totalmente seguro de lo que decía.
Cami me tomo de la nuca y me guio a su boca, nuestros labios tocaron fuego mientras se acariciaban mutuamente, su mano me apretó un poco más a él deje que me guiara, sentí su lengua invadirme acariciaba el interior de mi boca pronto hice lo mismo.
La lluvia no paraba de golpearnos pero no importaba era mágico, le descendí al pastizal bese su cuello, guie mi boca su oreja, le escuche gemir mi nombre; mi mano apretó su camisa le levante un poco para despojársela, el me tomo de la cintura mientras no paraba de besarme aparto sus labios por un instante y me quito la mía para luego caer de nuevo al pasto, nuevamente le bese mi pecho sintió su calor inhalaba aire con fuerza.
Aparte mis labios y mire sus bellos ojos alumbrados por la luna te amo le dije jadeante mientras los truenos comenzaban a hacer su aparición, el me giro me comió la oreja, descendió por mi cuello, apretó mis tetillas con sus labios para luego comenzar a beber el agua que recorría mi cuerpo, le tome del cabello sin lastimar su curación, le subí nuevamente deseaba sus labios, deseaba morderlos sentirlos míos. Porque esta primera vez duraría toda una vida.
Cami se sentó en mi miembro para desabrochar mi correa, sentí sus dedos desabrochar el botón, guie mis manos para que hicieran lo mismo, me ofreció su mano para levantarme, de pie volví a apretarle a mi cuerpo mientras dejábamos que nuestros pantalones cayeran; su pene entre el bóxer se apretó duro contra el mío mientras nos abrazábamos… retuve su gemido en mi boca.
Le indique que se acostara, me arrodille frente a su cuerpo bese sus pies, subí por sus muslos, bebí el agua de sus gemelos, me entregaba a lo prohibido, acaricie su miembro en movimientos torpes de primera vez y me alegraba que así fuera por que espere veinte años para este momento… por este momento.
Le despoje del bóxer aprecie su polla de dieciocho centímetros totalmente dura, le bese desde la base mientras una de mis manos le descapullaba apreté mis labios a su glande, aprecie su sabor mientras le lamia, su mano me acaricio la nuca le mire mientras me lo introducía poco a poco su sabor era bastante dulce. Cami gimió de placer no quería descapullarle por completo quería que este momento durara mas. Subí en un camino de besos hacia si boca le dije que le amaba.
-te amo Daniel. Correspondió totalmente sincero mientras me miraba; no pude evitar sonreír como un niño mientras volvía a comerle la boca despacio.
Me despoje del bóxer, el tacto de su polla con la mía nos excitaba bastante, el me tomo de la cintura y me apretó a su cuerpo mi pene comenzó a descapullarse en su tableta. Su boca me beso el cuello mientras la mía hacia lo mismo, las gotas de agua que recorrían mi espalda eran desplazadas con cada caricia de su mano. Los truenos se hacían más audibles.
Me giro nuevamente sobre su cuerpo, se sentó en mi abdomen, estaba embobado con su silueta, sus formados pectorales, su fina tableta, sus ojos, su boca, sus piernas, su culo apoyado sobre mi cuerpo, su miembro reposando sobre el mismo. Cami bajo un poco cuando tuvo su boca frente a mi miembro se lo introdujo poco a poco sentía un poco de dolor pero el calor de su boca me aliviaba rápidamente, sus labios apretaron mi glande mientras la punta de su lengua se movía en el mismo robando mi pre seminal.
Volvió a introducírsela en la boca me senté de golpe, gemí mientras la lluvia invadía mi boca, comenzó con un leve sube y baja apretándolo con su lengua.
Al acostarse en el pasto coloque sus piernas sobre mis hombros y me acerque a su boca, mi pene llego a su ano sentía como las gotas de agua le recorrían en forma de pequeños riachuelos, le roce mi glande varias veces Cami gemía mi nombre. Me preocupaba lastimarle no quería que recordáramos esto como un dolor; estaba nervioso.
-no quiero hacerte daño. Le dije mientras posaba mi frente sobre la suya y respiraba su aire.
Cami me tomo de la nuca y me beso, con la mano que tenia libre me indico que continuara, apreté mi pene en su cerrado ano ejercí un poco de presión el calor que de este emanaba me excitaba podía sentir como las gotas de pre seminal salían a cumplir su función, su ano se contraía con mis intentos de invadirle. Cami me cogió la cintura con amabas manos y apretó hacia él.
Le bese con más fuerza, presione con más fuerza, Cami apretó mis manos sobre mi piel, gimió un poco mientras en un ahogo de mis besos me pidió que siguiera le metí lo que faltaba casi de golpe, los dos gemimos de golpe uno entregado al otro por primera vez mientras la lluvia nos cubría y los truenos resonaban fuertes con cada uno de nuestros movimientos.
Comencé a penetrarle despacio sin sacarla de su esfínter, su calor era muy cálido; deje que una de mis manos buscara su miembro comencé a pajearle despacio cuando mi cuerpo entro en calor ejercí más fuerza y velocidad a la paja; Cami gemía en mis labios.
Me arrodille frete a él, le tome de las caderas y deje que mis envestidas fueran más fuertes, el golpe de nuestras caderas se hizo constante; mis manos acariciaron sus tetillas deje que mis dedos tocaran sus labios.
Mi pene vibraba, me correría caí sobre su cuerpo apoye mi codo al paso y continúe con las envestidas, el choque se su culo con mi cadera producía un sonido excitante, le mordí la oreja le avise que me correría el busco mis labios y los beso con fuerza. Mi pene invadió su esfínter a lefa. Gemía en su boca deje que mi mano le tomara de la cintura me mente sobre el sacando mi pene d su interior. No pare de besarle.
Baje por su cuello, reseguí sus rojizos pezones, tome su pene de la base y me lo introduje de golpe a la boca Cami gimió en un tono audible, sentí como en mi boca algo había cambiado la tela que me impedía descapullarlo por completo había cedido, apreté su pene en mi interior le sofocaba con mi lengua. Cami aviso que se correría ejercí mayor presión sentí como su lefa me invadía la boca. Bebí sorbo a sorbo sentía su calor bajar por mi garganta… era como me lo imaginaba. Saque su miembro de mis labios le mire un poco lamí lo que no me había podido beber y caí rendido a su costado.
Respirábamos de forma agitada le sonreí mientras él hacía lo mismo y me acariciaba el pecho, -te amo Daniel. Dijo mirándome fijamente a los ojos.
Camilo.
Me levante al ver que el hacía lo mismo, me coloque a la orilla del lago sentí como me amarraba a sus brazos… yo le amaba y eso no cambiaria quería sentir sus labios cerca siempre, quería tenerlo cerca siempre…
Una fuerte ventisca detuvo mi monologo, el lago formo ondas mientras la lluvia creaba ondas sobre la misma, las hojas se desprendían cansadas de los arboles, Daniel tomo mi mano y la levanto ágilmente; levante la vista observe la luna bañar nuestro lugar de un fino color plata; mire mi mano atenazaba junto a él una hoja.
Si capere folium dum est in fuga te potest ordinare PULVINUS et hoc venerunt.
Deje caer la hoja, porque me canse de pedir deseos… esta fue arrastrada por el viento callo para ondar en el lago, la lluvia cubrió su superficie y le obligo a hundirse mientras nosotros observábamos tranquilos la escena. No sé que pasara mañana ni en diez años mientras tenga a mis amigos y a Daniel… no me importa que pasara.
By. Camilo Andres.

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