Bajo
presión
Camilo.
El celular se encontraba por
su cuarta tonada, no me quería levantar no sentía ánimos de hacerlo y es que a
quien le gusta ir al instituto un viernes por la mañana todos saben que los
viernes no se hace nada pero aun así te obligan a ir o por lo menos a mi sí,
tengo dieciocho años estoy en decimo grado me falta poco para terminar,
aun no se que estudiar y tampoco me pienso apurar por ello. Me movía de un lado
a otro de la cama me arropaba completamente pero aun así la alarma no paraba de
sonar.
Claro sería más fácil
apagarlo pero no suelo pensar rápido cuando me encuentro en el delgado trance
del sueño y estar despierto; finalmente me levante suspire hondamente mientras
me quitaba la ropa no tenia que preocuparme por nada soy hijo único mi cuarto
es amplio, lleno de afiches de mujeres buenas como para disimular soy gay pero
intento no pensar en eso pues es algo que me traerá problemas.
Camine en dirección al baño
deje que mi camisa callera a mi paso cuando sentí mi mano liviana la arrastre a
mi pectoral mientras bostezaba; me mire en el espejo que se sitúa en el
lavamanos me podría describir como un joven de cabello negro ondulado, piel
morena y unos oscuros pero profundos ojos verdes. Al terminar de contemplarme
me lave los dientes di media vuelta y entre con resignación a la ducha.
Tenía la polla gruesa
bastante dura si llegaría tarde al instituto no veía la necesidad de
apurarme, gire la llave mientras esperaba que el agua se calentara vagaba
entre rostros conocidos cual sería el mejor candidato, por un lado tenia a mi
primo Daniel o a mi mejor amigo Cristian; en cualquiera en que pensara, mi paja
estaba asegurada. Me introduje en la ducha me gustaba la sensación de
asfixie que me producía.
Levante la cabeza deje que mi
rostro se mojara, con mi mano derecha sobe mis pectorales con movimientos
circulares esperaba que comenzaran a endurecer, con la mano que tenia libre
baje por mi abdomen sobe mi tableta al sentir el comienzo de la delgada línea
de bellos que apuntan a mi miembro no lo pensé mas y lo agarre con fuerza me
gustaba oprimirle hasta que comenzara a descapullarse las gotas de agua se
desarmaban en mi glande.
Mi respiración se hacía más
honda más frecuente con un movimiento lento subía y bajaba sin dejar de
presionar deje que mi otra mano se uniera alcance mis bolas. Me sentía bastante
acalorado finalmente la imagen de Cristian se poso en mi cabeza su cabello
rubio, sus oceánicos ojos azules sus finos labios.
Me lo imaginaba desnudo
frente a mí con su polla en frente pajeandoce a centímetros de mis rostro, gemí
del placer que causaba imaginar saque la lengua para sentir como el agua
caliente invadía mi boca como sus gotas golpeaban mi lengua, aumente el ritmo
de mi paja; la mano que sobaba mis bolas subió a por mí abdomen corto los
riachuelos que se formaban en mis pectorales subió por mi cuello y se situó en
mis labios el olor mañanero de mis bolas me gustaba.
-aaah gemí mientras me sobaba
el glande.
Recosté mi cuerpo sobre las
baldosas blancas del baño aumente el ritmo, cerré un poco más la llave para que
el agua saliera más caliente, inhalaba el vapor mientras mi pene era golpeado
por el roció de la ducha. La presión se acumulaba en mi zona sexo podía sentir
la presión de las venas que surcan mi miembro finalmente me corrí; miraba como
los trallazos de lefa terminaban en el suelo los últimos terminaron en mi mano
les sentía bastante cálidos.
-hijo Daniel a venido a
recogerte date prisa, sonó una voz femenina proveniente de el pasillo, era mi
madre.
pensé que ya se había ido a
estudiar pero aun así no me asombraba que me esperara siempre le ha gustado
estar pendiente de mi, le quiero como mi hermano mayor me la llevo muy bien con
mi primo tanto así que estudiamos en el mismo instituto con la diferencia de
que él se encuentra en último grado.
Termine de ducharme, saque
unas cuantas prendas del armario unos vaqueros apretados azules que abultaban
muy bien mi polla y una camisa blanca cuello V que resalta mi tez morena.
baje las escaleras despacio
realmente llegar tarde no suele alterarme, mi mama atendía a Daniel mientras le
preguntaba por su hermana, le detalle mientras bajaba el solía mirarme con un
extraño brillo en sus ojos pardos como si al verme le diera felicidad pero una
felicidad que va mas halla o tal vez son paranoias mías quizás.
-¿por qué no te has ido a
estudiar? le pregunte mientras me sentaba junto a él en la mesa, ya es tarde.
Complemente
-te estaba esperando. Dijo
mientras tomaba un sorbo de café.
-es verdad Camilo, Daniel
llego hace un buen tiempo y decidió esperarte en su auto pero como no salías le
invite a seguir, no es justo que le hagas esperar de esa manera.
-lo lamento, le dije apenado
sentía como se me coloraban las mejillas.
-no, no te preocupes no es
tanto no quería irme solo es todo. Dijo antes de darle un último sorbo a su
café ¿nos vamos? me pregunto sonriente amaba su blanca sonrisa podía quedarme
horas contemplándola.
-eh, si. Me tome el café lo
más rápido que pude, tome a mi madre de la cintura y le bese, tome la mochila y
salí.
Daniel se adelanto mientras
cerraba la puerta, escuche como le quitaba la alarma al auto al girar lo vi
parado frente a mí con la puerta abierta realmente un caballero, contemple su
estructura un instante Daniel era un joven alto un poco más que yo debido a sus
veinte años, mantiene un cuerpo muy ejercitado unas piernas duras como dos
pilares, un abdomen fuerte, unos pectorales abultados, pero lo que más me
gustaba de él era su rostro en definitiva era todo un dios griego.
Ingrese al auto y en seguida
él lo hizo, el camino no era largo, lo que más nos tardo fue rodear el campus
del instituto para finalmente poder llegar al parqueadero; salí del auto y
caminamos juntos hasta la torre principal Daniel me beso la mejilla y se
despidió.
Mi aula es la más alejada,
conocía a un gran grupo de personas de diferentes grados me saludaban desde la
ventana de sus aulas yo hacía lo mismo, en el camino me tope con un amplio
grupo de tías a las que les caía bien y decidieron acompañarme a mi torre en el
camino se hacían mañas para tocarme, no me molestaba.
Suspire antes de abrir la
puerta de mi salón, en robótica todos giraron sus rostros para mirarme, el
silencio se apodero del aula solo se escuchaba el resonar de la puerta me
sentía bastante incomodo, camine hacia mi puesto el ultimo de la fila; en el camino
no paraban de mirarme se convertía en algo estresante. Al llegar a mi puesto
mire a la profesora una mujer mayor algo obesa con las marcas de expresión en
su rostro, ella acomodo sus gafas para mirarme.
-lamento la interrupción, que
mas podía decir. Deje caer mi maleta al suelo y me senté.
La maestra me miro unos
instantes ladeo la cabeza de lado a lado y me recordó que no era la primera vez
que llegaba tarde, creo que su discurso duro unos minutos mas pero eso fue lo
que alcance a oír; mis compañeros seguían con el cuello torcido lamentablemente
no podían enfocarse en sus ya jodidas vidas sino que tenían que incomodar la
mía.
Cuando la profesora comenzó a
escribir en el tablero aproveche el tiempo para saludar a Cristian, su puesto
quedaba junto al mío era mi mejor amigo y de un tiempo para acá acepte que me
gustaba pero que no le podía tener.
-llegaste tarde Cami, otra
vez
-disculpa me dormí, no paraba
de mirarle aquellos oceánicos ojos eran como un imán para los míos.
-no te estoy juzgando ya deja
de mirarme, tranquilo. Dijo mientras me sonreía mientras su mano sobaba mi
brazo.
La clase continuo tranquila
cada quien estaba en su cuento mi grupo de amigos se mandaban un papel de aquí
para allá de una mano a otra luego se lo pasaban a varias tías del salón, ellas
sonreirán entusiasmadas y arrancaban otra hoja para secretearse entre ellas
mismas... estaba totalmente desubicado el papel finalmente llego a Cristian le
dirigí una mirada de intriga este me devolvió con una sonrisa mientras me dio
la señal que esperara.
Cuando termino de escribir
levanto su fornida mano y agarro mi cuaderno, al cabo de un rato me lo paso
"Cami a las tías se les ha ocurrido hacer una fiesta esta noche en la casa
de Sofía, la tía que gusta de ti podrías fallártela esta noche se ve que te
tiene ganas, tal vez corra con suerte y le des el mejor de sus orgasmos; en fin
estamos invitados junto a otras personas de otros grados ya les dije que
iríamos" Cristian solía tomar decisiones por mi aun así quería ir no por
Sofía sino por la fiesta.
cerré el cuaderno y levante
los hombros en señal de poco interés y a la vez aprobación, la clase termino y
con ella la paz y tranquilidad que reinaba los puestos comenzaron a sonar
mientras las tías se reunían para planear lo de esta noche, note como mi grupo
de amigos salía y me indicaban que se aria en la cafetería luego de guardar mis
cuadernos me levante para salir, podía escuchar a Sofía hablar desde su puesto
de echo todas las tías lo hacían menos las que no estaban invitadas al fin de
cuentas la fiesta era de ella así que se daba el lujo de excluir una de las
tantas razones por la que Sofía no es de mi agrado es lo antipática que puede
llegar a ser.
Un papel callo a mis pies
mire quien lo había lanzado, Lorena una de las amigas de Sofía se levanto en
seguida para pedirme disculpas al parecer lo lanzaba a la caneca pero la
puntería no era su fuerte me lo había comprobado.
-no te preocupes, dije antes
de que se levantara yo lo voto por ti. Continúe.
Ella me dio unas simples
gracias y se volvió a sentar algo ruborizada. De camino a la cafetería me
disponía a arrojar el papel pero me llamo curiosidad saber que decía era una
conversación de Lorena y marta hablaban de la fiesta.
"-marta tiene que ser
hoy Cristian está muy bueno, quiero que sea mío.
-Lore no te preocupes solo
debes esperar a que se embriague así tendrá las fuerzas para confesarte que le
gustas, Sofía ya confirmo el cuarto de sus papas, que ella se encargara de Cami
en el de ella.
-espero que funcione mira que
si me gusta ¡te lo imaginas en la cama!
-lo sé amiga
-entonces así quedamos, sofí
ya confirmo ¿segura?
-si no te preocupes nada
saldrá mal ustedes cuatro la pasaran de copas esta noche."
Mi rostro dibujo un matiz de
preocupación me daba miedo pensar que Cristian podría liársela a ella cuando yo
le amo, me daba rabia ser tan egoísta, cerraba los ojos intentando no imaginar
intentando no pensar me oprimía el corazón hacerlo. Pero al final del día quien
soy yo para decirle con quien o no debe salir soy su amigo y debía aceptarlo
pero aun así no quería no debía sentía que esto estaba mal que lo que sentía
estaba mal. ♫Y sé que es complicado Pero soy una
perdedora enamorada, Así que nene alza el vaso para reparar Todos los corazones
rotos De todos mis amigos destrozados♫
Daniel.
-que onda chicos me puedo
sentar, dije animado había buscado a Cami por todo el campus del instituto pero
él no aparecía al acercarme a la cafetería vi a Cristian y un grupo de amigos
bastante guapos.
-si claro siéntate, Cami no
tarda en bajar la última vez que le vi estaba empacando sus cosas. Me contesto
Cristian mientras se comía una torta de pollo que había comprado antes de que
llegara.
salude al grupo que le
acompañaba solo distinguía a Anderson un tío bastante guapo de cabello castaño,
ojos miel de tonalidad luminiscente que se asemeja a dos perlas de gran valor,
su cuerpo estaba bastante marcado debido a que pertenece al club de futbol de
la escuela traía puesta una camisa de botones su mayoría desapuntados a
propósito para que quien pasara se deleitara de su abultados pectorales, el
color azul oscuro de la camisa resaltaba su piel blanquecina como la porcelana;
Anderson era ese hombre de diecinueve años que todos desean tener incluso yo y
seria de esta manera si no me encontrara perdidamente enamorado de mi primo Camilo.
Se y tengo muy claro que este amor mata que jamás le gustare, que si así fuera
nuestra familia jamás lo aceptaría...
-¿oye tío entonces vas?
dijo Anderson interrumpiendo el monologo que produce a cada instante mi
corazón.
-eh a donde. Dije perdido tomando
algo de saliva para luego parpadear varias veces suele pasar que al pensar en
Camilo dejo todo atrás.
-no has puesto cuidado, Sofía
dará una fiesta y sobra decir que estas incluido en el parche. Todos acercaron
su cuerpo mirándome fijo a los ojos.
-si por qué no, dije
tranquilo
En ese momento me levante de
la silla al ver a mi primo acercarse a nosotros, caminaba a un paso bastante
lento al verme me sonrió por lo bajo mostrando una faceta completamente falsa
de él, me preocupaba verle así pero no dije nada aguarde en silencio mientras
llegaba a la mesa.
Mire los hermosos ojos verdes
de Cami mientras le escuchaba pedir disculpas por la tardanza, habían dos
sillas una a mi lado y otra junto a Cristian ellos son los mejores amigos casi
hermanos pensé que se sentaría junto al pero a cambio lanzo la maleta a mi
silla y se sentó mientras se producía un silencio incomodo.
Coloque mi brazo en su
espalda, mientras le sonreía amablemente; nadie dijo nada del acto, Cami lo
realizo tan normal que así nos toco verlo, Cristian simplemente levanto la
mirada y continuo comiendo.
-¿pero a qué horas es la
fiesta? pregunte en busca de romper el silencio.
-no se Daniel me imagino
después de las ocho; contesto Cristian ¿por qué preguntas?
-para echarle gasolina al
auto antes de salir, pasare por ti; apreté a Camilo en el hombro suavemente
pero el continuo callado solo asintió con la cabeza, le notaba bastante triste
pero una tristeza bañada de preocupación, incertidumbre o incluso impotencia lo
sé porque es la mirada que tengo cuando pienso en él y en lo que jamás cera.
¿Si que mierda el amor duele? pero no debería ser de esta manera. ♫Nunca lo diré de nuevo Oh nene me dejaste mudo Me
dejaste mudo, mudo♫
-jajaja yo por mi parte iré
con unas tías bastante buenas, dijo uno de los amigos de Cristian mientras con
sus manos dibujaba unos enormes senos ¿con quién iras Cristian?
-solo, supongo.
-por qué no vas con Lorena
vive cerca a tu casa
Camilo se tenso levemente de
forma inconsciente le sobe la espalda, mire sus manos apretarse en puños para
luego colocarlas sobre la mesa y posar su cabeza en ellas.
-ella me mando un papel
pidiendo que la recogiera y como Daniel se irá con Cami creo que yo me iré con
ella, ¿qué les parece ella?
A lo que sus amigos
contestaron casi a coro que ella estaba genial y que si tenía la oportunidad se
la liara, Anderson agrego que escucho que ella tenía una fascinación por
Cristian desde hace mucho... a mí la conversación se me hacia relevante Camilo
había apoyado su cabeza de lado de tal modo que no pudiéramos verle solo se
visualizaba su cabello. Su respiración estaba bastante agitada, parecía no
querer hablar como si eso le costara de alguna manera ¿qué estaba pasando?
-pues Lorena me parece
bonita, concluyo Cristian.
La conversación continuo
dirigida hacia las tías, todos animados contando, mirando incluso me las
señalaban con el dedo; yo seguía preocupado Camilo movía la cabeza de un lado a
otro restregando su rostro en la manga entre más le acariciaba el torso, la
cintura incluso le despeine la cabellera pero pareció alterarle aun mas solo
dijo en un hilo de voz que solo Cristian y yo oímos por estar a menor distancia
-déjame Dani. ♫Y después de todos los chicos y
chicas Que hemos conocido de lugar en lugar ¿Podrías renunciar a todo? ¿Podrías
renunciar a todo?♫
Cristian me miro con disimulo
para que sus amigos no comenzara a atacar a Camilo me sentí mal, me sentí
incomodo porque me excluía de lo que le pasaba de lo que sentía yo le amo y me
arde el pecho verle así, el no saber qué pasaba me aturdía el pensamiento
quería abrazarle, besarle decirle que aquí estaba yo con el corazón en la mano
con un hilo de voz sembrado en la impotencia.
El timbre sonó y con él los
amigos de Cristian se fueron, Anderson junto a Cristian que habían notado la
situación se quedaron de pie en sus puestos, le mire y les dije en un hilo de
voz inaudible con la intención de que ellos leyeran mis labios un simple -yo me
encargo.
Tome a Camilo de la cintura
opuso una leve resistencia pero notoriamente era más fuerte; al girarlo me patio
el alma ver sus ojos verdes con una claridad inmensa en su color producto de
llorar en silencio.
-¿¡pero que tienes!?
-déjame en paz quieres, no es
algo que alguien como tu entienda. ♫Pero tú eliges “muerte y compañía”
¿Por qué tan mudo?♫
Me quede con la mano
extendida mientras mi piel recordaba los pequeños instantes de calor que me
producía su cuerpo, no soy un hombre de llorar de que sirve esos actos basados
en la impotencia, aun así mi corazón latía fuerte latía insensato intentado
comprender que había pasado intentando comprender que le dolía.
...comprender que tenía
miedo...
faltaba una hora para la
fiesta, me había dado tiempo para bañarme nuevamente y volverme a vestir con
una camisa negra bastante pegada que marcaba al tope mis pectorales complementado
con mangas cortas que dejaban apreciar la fuerza de mis brazos, un vaquero
apretado color azul claro. Apreciaba la vista mientras contaba los minutos para
volver a ver a mi primo quería estar ahí aun que él no quisiera estar ahí a mi
lado aun que tuviera que guardar distancia; parquee el choche frente a la casa
de mi tía saque el llavero y coloque la alarma del carro al fin de cuentas aun
faltaba una hora para la fiesta de la tal Sofía.
De camino mire la ventana,
suele estar mi tía en la sala leyendo alguna de sus tantas colecciones de
novelas, la luz dejaba que las ventanas lucieran trasparentes al punto de que
podía apreciar la sombra de mi tía al costado del sofá; me dirigí a la puerta y
toque a un volumen moderado mi tía no demoro en abrir, me recibió bastante
cordial un beso un abrazo las mismas preguntas de siempre.
-tía… ¿y Camilo?
-no sé qué le pasa me
preocupo un poco al decir que no tenía hambre luego subió las escaleras y no le
volví a ver. Cogiéndome sutilmente el brazo me pregunto ¿acaso sabes algo que
yo deba saber?
-jajaja no tía de seguro es
sueño no mas el pobre a tenido un día de clases agitado. ¿Puedo subir?
-claro, ya sabes dónde queda,
dijo en un matiz de tranquilidad que le daban mis palabras.
Subí las escaleras pensando
que podría afectar a Camilo de esta manera, no me gustaba mentirle a mi tía
pero de hecho decir algo que desconozco es mentir... abrí la puerta despacio
entre de forma silenciosa veía a mi Cami dormido en su cama tapado por un una
delgada sábana blanca que producía un gran contraste con su piel morena. No
sabía si despertarle se veía tan bello con su cabellera despeinada, sus
labios medio húmedos, sus pómulos ruborizados por el calor que le produce el
sueño; podía verlo así toda una vida y más si es posible.
Atenace parte de la sabana
con mis manos mi corazón comenzó a latir con fuerza, la sangre calentaba mi
piel, sentía mi pene palpitar en su pantalón comenzando a tomar fuerzas, trague
saliva al ver sus pezones su dura tableta; me detuve a centímetros de su miembro
esto estaba mal pero era quizás la única oportunidad para ver a mi amado
desnudo.
Deje caer la sabana y me
senté a un costado, toque su brazo sentí sus delicados bellos rosar mi piel
subí por su cuello dejando descansar mi mano en su mejilla.
-Cami, despierta. Le moví
despacio realmente verlo dormido es ese motor de mi latir.
Camilo gruño unos minutos y
se volvió a acomodar le seguí insistiendo hablándole en un susurro de voz;
finalmente despertaba logrando apreciar algo semejante al crepúsculo vespertino
de la naturaleza sus ojos verdes se mostraban lentamente para mí.
-anda levántate no vas a ir a
la fiesta, se nos ara bastante tarde; Cristian me llamo a decir que llegaría
antes para que la tal Lorena alistara el lugar junto a su amiga.
Camilo inmediatamente se
levanto de la cama, su fuerte espalda a centímetros de mi mire más abajo donde
descansando en el colchón se posaban sus nalgas redondas y duras la boca se me
secaba a medida que mis ojos no dejaban de escanearlo. ♫ ¿Podemos arreglar lo que tú rompiste? ¿Y
matarnos de risa como si fuera una broma?♫
-no me demoro. Dijo Cami algo
serio, se levanto de la cama en instantes mi pene golpeo la tela que le impedía
estar totalmente erecto, le vi solo de espaldas mientras caminaba al baño pero
era suficiente para mí.
Pasaron unos cuantos minutos
cuando la puerta del baño se abrió dejando escapar gran cantidad de vapor que
desapareció al cubrir la superficie del baño, parpadee un poco y observe a
Camilo salir en bóxer marcando una apreciable polla semierecta.
Le alcanzaba la ropa que me
pedía de la mesita de noche que estaba a un lado de su cama, le vi aplicarse
loción, se coloco algo de gel en el cabello que le daba un efecto mojado... mi
Cami me tenia nervioso quería cogerlo besarlo quitarle la ropa tener mi primera
vez con él.
-Cami se murmura que Sofía
quiere estar contigo...
-no me interesa esa tía, dijo
tajante dándole fin al rumor que rondo por las ultimas horas de clase de mi
salón.
-¿te molesta algo Cami? lo
que te molesta soy yo, realmente me estaba incomodando verlo así de impaciente
con la impotencia en sus ojos estaba claro que no confiaba en mi pero tampoco
debía tratarme de esta manera.
Camilo se acerco a mí se
agacho un poco para poderme mirar mejor a los ojos -no me molestas eres lo
mejor que me ha pasado, solo es cansancio perdona si te ofendí primo. Dicho
esto me dio un abrazo rápido a lo que correspondí con un beso en su frente.
-acaso crees que le daría mi
primera vez a esa zorra, aquellas palabras me hicieron reír mas por ironía que
por dulzura.
-nos vamos.
la fiesta de Sofía estaba
bastante prendida había muchos invitados todos dotados de buenos cuerpos se
notaba que la tía era bastante excluyente, deje mi carro detrás de una larga
hilera que se había formado caminamos por un patio delantero frondoso era poco
lo que hablaba con Camilo pero al menos sentía que estaba mejor; la tal Sofía
corrió desde la puerta esquivando a los invitados de forma sigilosa hasta que
llego a nosotros nos saludo muy amablemente la tía era bastante bella, Camilo la
evitaba incluso lo hacía evidente.
por cortesía le di las
gracias por la invitación a lo que ella correspondió guiándonos a la entrada,
en el interior las cosas mejoraban color por donde se mirara, bebidas de todos
los sabores, en la mesa ya se visualizaban vasos de ron, sabajón, vino,
aguardiente, whisky y de todo lo que se buscara incluso cerveza. Los muebles
estaban organizados de tal manera que el centro quedara vacio algo que no
funciono había tanta gente que el espacio era limitado.
La música estaba controlada
por un tipo X de la fiesta pero había que reconocer que el hombre sabia; busque
a Cristian con la mirada cuando lo visualice le indique a Cami para que nos
acercáramos. Las horas fueron pasando Cristian y Cami tomaban
descontroladamente y alcabor de un rato yo hice lo mismo Anderson fomentaba la
conversación de vez en cuando sabia como hacernos reír sin voluntad de
negación, el tipo me caía bastante bien... pero todo se daño cuando medio ebria
con aires de puta zorrita de cantina apareció Lorena con el interés de subir a
Cristian que muy tomado y sin voluntad subió con ella. ♫Y después de todos los tragos y bares donde hemos estado
¿Lo dejarías todo? ¿Yo podría renunciar a todo por ti?♫
Cami tomo tres sorbos de una
botella para luego dejarla a un lado y se levanto, cuando se levantaba del sofá
Sofía muy decente pero algo ebria es que quien no lo estaba le ataco le pedía
que subieran que entraran a su cuarto, que le quería mostrar algo. Camilo se
resistió y justo cuando iba a intervenir una mujer de repente apareció
totalmente mareada y vomito sobre Anderson la mujer cayó al piso mientras mi
amigo hacia mañas para cógela.
Mientras la colocaba en el
sofá Anderson aprovecho para limpiarse en el baño del segundo piso por lo que
el primero estaba bastante lleno, le indique a Sofía que buscara a alguien y se
la llevaran a la casa recalcándole con la mirada que sería lo mejor, así Cami
no tendría que soportarla pero cuando lo fui a mirar el ya no estaba ni la
botella ¿a dónde se había ido?
Deje a la mujer ebria con
Sofía me disponía a subir las escaleras pero una tal Marta me agarro de la mano
alegando que no podía subir, se creía portera la zorrita, me zafe de su mano
subiría pero en ese instante Sofía volvió preocupada alegando que todos estaban
ebrios que le ayudara a llevar a su amiga yo un ebrio mayor.
Mire las escaleras con
resignación di media vuelta y me fui no sin antes suspirar quien sabe por el
alcohol quizás unas palabras que ni yo entendí pero que en ese momento me
fueron tan poderosas... Cami lo lamento...
Camilo.
Subí cargado de ira intentado
guardar la calma estaba borracho y que mierdas me importaba el estaba con ella,
ella se aprovechaba de el ella solo quería ser follada mientras yo quería ser
amado, ella se aprovechaba que estaba tomado ella no lo tenía manipulado esa
maldita zorra así lo que yo quería que me hiciera y eso era lo que más me
dolía. Estaba llorando estaba sollozando tenía el corazón apunto de un ataque,
empuñaba mis manos.
Abría puerta tras puerta
esperando que él no estuviera detrás de esa, estaba enloqueciendo lloraba,
lloraba sin control lo intentaba controlar estas lagrimas que me destruían pero
no era fácil no es fácil contener lo que sientes jamás será fácil el amor duele
y es porque así debe ser porque el amor para sentirse como tal debe destruirte.
Tal como lo hacía conmigo tal como lo hacía conmigo dije en un suspiro ardiente
de un monologo del alma. Sentía que mi amor era una gota sobre una roca
caliente simplemente mi amor no era nada. No era nada porque solo yo lo sentía
solo yo lo vivía solo yo me comprendía porque estaba solo con mis temores por
que estaba solo frente a las jaurías.
llegue tambaleante al último
tramo del pasillo abrí despacio la puerta estaba a punto de derrumbarme sentí
como mi corazón latía rápido tan rápido que buscaba morir dejar de ver lo que
yo veía, las lagrimas comenzaron a ser barridas mientras rodaban por mi mejilla
y se desarmaban en el suelo.
Cristian tenía su torso
desnudo ella estaba amarrada a él mientras apoyaba su culo en el tocador, el lo
disfrutaba gemía mientras le besaba el cuello guiaba sus los besos de ella, se
dejaba amar cerré los ojos para buscar descansar pero era imposible, disfrutaba
que le tocara y ella tenía esa maldita cara producto delo placer que sentía.
Me aleje de la puerta con
pasos atontados buscaba donde sostenerme mis lagrimas se sentían tan cálidas
quería gritar por esta vida tan de mierda que me toco; abrí de una patada la
puerta del baño para mi sorpresa Anderson estaba sin camisa con su fuerte torso
al aire, mire sus ojos de susto baje la mirada reseguí las venas marcadas de su
brazo medio velludo estaba tan mal, tan borracho, tan triste tan impotente
antes de que se la guardara se la agarre. Sus ojos se clavaron en los míos
mostraban extrema curiosidad de un acto que al parecer no le molestaba.
Entre al baño no sé si le
deje seguro no creo haberlo hecho pues una mano estaba en aquella polla de
dieciocho centímetros bastante gruesa rodeada de notables venas que
desaparecían en un rojizo glande.
Lo pegue a la pared el
también estaba borracho no parecía resistirse, no quería besarle solo quería
dejar este dolor sanarlo... descansar bese su cuello baje por sus pectorales
lamí sus pezones le mordía con fuerza mientras descapullaba su pene lentamente.
Subía y bajaba su calor era
bastante notorio le apretaba con fuerza mientras Anderson gemía aun
desconcertado; baje por su tableta deje que sus fina línea de bellos
acariciaran mi boca llegue a su glande que lamí en seguida un sabor fuerte pero
me encantaba, pose mis labios para defender centímetro a centímetro hasta
sentirla adentro le propinaba una buena mamada al tiempo que le acariciaba sus
huevos.
Le acortaba el espacio en mi
boca, gotas de saliva salían por las comisuras de mi labio sentía el dulce
sabor de su pre seminal gotear en mi lengua, me saque su polla me puse frete a
ella la lamí una y otra vez mientras besaba su fuerte tronco; observe como se
agarraba el miembro y lo golpeaba en mi cara acto que me molestaría en otras
circunstancias pero ahora no... Para que.
Se pajeaba frente a mis ojos
su glande rojizo tenía mi boja jadeante me lo volví a insertar tal vez oí su
risa chula, me la tragaba toda ya la sentía más fuerte mucho mas gordita se
correría se correría en mi boca y no me avisaría yo tampoco me despojaría de su
manjar.
Me subí un poco para darle
más espacio y comodidad a mi cavidad bucal me lo metía con rapidez hasta que
finalmente se corrió su lefa la primera que probaba de hecho era bastante
fuerte pero me gustaba.
Amanecí solo en el baño me acordaba
de poco, tenía la boca seca me dolían los ojos, de mis pensamientos difusos
sabia que Cristian estuvo con Lorena eso no se me olvidaba eso era lo único que
el alcohol no borraba el dolor de esa escena; baje las escaleras y todos
estaban peor que yo salí de esa casa y vi a Daniel en el auto, le golpee la
ventana lo que le saco de su sueño.
-te esperaba.
-gracias.
Me dejo en la casa no quise
hablar durante el camino.
El lunes me levante bastante
desanimado a estudiar había llegado temprano Daniel no fue a recogerme porque
tenía que ir con mi tía a no sé donde así que hoy no le vería ¡gran mierda mi
vida!, sentía que me miraban el por qué no lo sabía tenía pocos recuerdos de
ese día, de momento uno de mis amigos paso golpeándome fuertemente el hombro y me
grito.
-¡a un lado marica!
Capítulo II
Daniel.
Recosté
mi cabeza sobre la silla del conductor mientras recordaba lo que había pasado
esa noche del viernes; Sofía finalmente me había convencido que llevara a su
amiga a su casa, al llegar a este lugar que por cierto se encontraba al otro
lado de la ciudad una señora algo robusta de cabello castaño y piel blanca como
la porcelana nos recibió a su hija con una expresión de pena en su rostro que
se reafirmo con el rubor de sus mejillas.
Ella
nos invito a seguir le dije que no nos podíamos demorar a lo que Sofía afirmo
pensativa; le preocupaba su amiga, en sus ojos se reflejaba la necesidad de
quedarse a acompañarla y podía comprenderlo pero a mí me preocupaba alguien
también, alguien a quien no debí haber abandonado; la bella mujer me guio al
dormitorio de su hija para finalmente dejarla descansar en su cama.
Las
dos me miraron en señal de que debía retirarme del cuarto quizás le quitarían
la ropa, y le pondrían algo más cómodo, asentí con una leve sonrisa y salí del
cuarto mientras me rascaba la cabeza no veía la hora de irme de aquí la hora de
estar en la fiesta; baje las escaleras y me desplome en el sofá. Aproveche el
momento para marcarle a Camilo pero no me contesto en vista de que mi
existencia era en vano llame a Cristian pero al parecer el tampoco tenía ánimos
de contestar... me consumía el desespero nadie me contestaba no tenía razón de
Cami, no sabía nada, no sabía que estaba pasando en ese lugar; llame a
Sofía en un tono elevado para que lograra escucharme, oí un leve -dime-
proveniente de la habitación de su amiga. Teniendo su atención le pregunte lo
único que necesitaba de ella.
-Sofía,
¿conoces el número de Anderson?
-no,
no me lo sé, lo lamento... pero si lo necesitas envíale un mensaje a Marta ella
te responderá en seguida. Mi celular esta junto al bolso.
Le
dije un leve gracias al final de cuentas me había ayudado poco, ahora me tocaba
pedirle el favor a la misma tipa que no me había permitido subir a buscar a
Cami; barrí el lugar con la mirada cuando finalmente halle el bolso busque el
celular. Toque la pantalla tenía un mensaje escrito por Lorena recordé que ella
era la misma que se había llevado a Cristian. Me tome el atrevimiento de
abrirlo que tan malo podía ser, a demás en ese mensaje estaría una de las
respuestas que necesitaba me diría porque Cristian no me contesta el puto
celular.
"Sofí
creo que me enamore, Cristian me hizo el amor como ningún otro hombre me lo ha
hecho; ahora estamos arrunchaditos no quisiera que nadie nos molestara así que
te aconsejo le coloques modo silencio al celular de Cami también.
Cristian
algo ebrio pero aun así amiga, se que jamás olvidara lo que hemos echo...
espero te haya ido igual con Cami; espero ansiosa tu respuesta."
Por
un lado sentí ira estaba ayudando a la mujer que quería liarse a mi primo, por
otra sentí lastima por Cristian me había llevado una mejor impresión de él.
Pero este mensaje no respondía lo que a mí me importaba ¿¡donde coños estaba
Camilo!? Por lo visto no con Cristian.
La
actitud de Camilo había cambiado desde que se supo de la fiesta, no podía
borrar la imagen de sus ojos llorosos unos ojos que reflejaban la miseria de
una alma desgarrada por el dolor; su actitud mientras conversábamos horas atrás
me preocupaba solo se dedicaba a tomar como queriendo agarrar fuerzas y cuando
apareció Lorena en la escena le mire nuevamente esos ojos... unos ojos llorosos
mi cabeza me repetía que eran efectos del alcohol pero no, yo sentía que era
algo mas...
Fui
muy breve en el mensaje que le envié a marta, le pedía el número de Anderson.
Finalmente
bajo Sofía algo tambaleante con aquella buena mujer a su lado, no pude evitar
fruncir el seño al verla bajar... me dirigí hacia la puerta en señal de que era
hora de irnos; cuando Sofía llego a mi lado le pase el bolso y me despedí de la
señora de una manera cortes.
-gracias
por todo señora.
-no,
a usted caballero. Correspondió mientras me soltaba la mano
De
camino al auto, veía a Sofía un poco mas mareada pero no le di importancia; me
adelante para abrirle la puerta y paso lo que la muy desgraciada jamás debió
haber hecho se vomito el espejo retrovisor de la parte costada de mi auto.
Le
mire encabronado pero la muy puta a duras penas mostraba señal de comprender
algo a la perfección, balbuceo unas cuantas disculpas y cayó desplomada
inconscientemente la agarre; toque apenado la casa de la señora quien
inmediatamente me indico donde dejarla.
-¿estás
bien? le pregunto la señora a Sofía mientras le alcanzaba agua.
-creo
que lo mejor es que se queden, continuo
La
mujer me miro suplicante, me sobe un poco el rostro y le dije que me quedaría
pero que me iría muy temprano en la mañana. A pocos minutos me bajo una manta y
acomodo el sofá cama para que durmiera junto a Sofía.
-buenas
noches...
-Daniel,
me llamo Daniel. Dije al notar el silencio avergonzado de su parte
-buenas
noches Daniel, la casa es tuya.
Aquella
mujer subió las escaleras y su figura desapareció de mi vista, me acosté junto
a Sofía le pedí que se corriera un poco no quería que me tocara, ella se movió
un poco pero aun así no era suficiente la corrí otro poco y ella balbuceo mi
nombre entre sueños y finalmente se alejo.
Miraba
mi celular, miraba el de ella marta no envió el mensaje en toda la noche,
valiente amiga.
Al
otro día desperté a Sofía y la acomode en mi carro, la señora me prestó un
trapo y me dispuse a limpiar luego de una despedidas finalmente me fui del
lugar... le indique a Sofía que se bajara y me quede esperando que Camilo
saliera. No había dormido bien esperando el puto mensaje; tenia sueño al final
evidentemente me dormí.
Los
golpes de mi ventana me obligaron a abrir los ojos, vi a Camilo, me anime mucho
al ver que estaba bien, sus ojos se mostraban bastante cansados al igual que su
cuerpo le abrí la puerta y le deje sentar al parecer hoy tampoco quería hablar
conmigo. ¿¡Que era eso que le pasaba que según él, yo no podía entender!?
-hijo
ayúdame, grito mi mama sacándome de los recuerdos de hace tres días, venia
bastante atareada con las bolsas de mercado; suspire profundamente y salí a
ayudarla.
♫Vi una
sombra, y supe que no era mía Tu y ella, sé que están
entrelazados Ya
en el auto sonó mi celular indicándome que era un mensaje, al tocar la pantalla
apareció remitente desconocido me enviaba una foto, no puse mucho problema y la
abrí.
Un
dolor punzante se apodero de mi pecho al punto de no dejarme respirar, cerraba
los ojos para negar lo que veía pero al abrirlos era otra vez la misma
imagen... mis ojos se llenaron de lagrimas que temían ser barridas delante de
mi madre que no había notado lo que pasaba.
-nos
vamos. Me dijo al ingresar al auto.
-cerré
los ojos dejando escapar una lagrima nacida en el dolor, la sentí rodar por mi
mejilla mientras ella caía yo caía, me mataban en vida...
Camilo.
Caminar
fue extenuante extrañaba que Daniel me recogiera, pero lo mejor era dejarlo
atrás definitivamente o quizás comenzar dejar de pasar tanto tiempo con él,
cual quiera de las dos me dejaría sin su presencia a mi lado. Y… así poco a
poco alejándolo de mi podrida vida... le quiero al punto que se que lo mejor
que le puede pasar es alejarse de mi nuestro lazo siempre ha sido algo más que
un amigo o un familiar y no quiero que eso se dañe es mejor un bello recuerdo a
un extenuante olvido.
Últimamente
ando con un dolor en el pecho por que el amor duele, por que el amor debe
matarte para darte vida. Era poco lo que recordaba sinceramente, solo tenía el
pensamiento de Cristian junto a Lorena amándose o como sea que ellos consideren
fue lo que hicieron; luego por más que intento recordar que paso después... me
termina doliendo la cabeza en una batalla que es mejor desistir. Termine en el
baño la noche del viernes es lo único que la resaca no deja olvidar el ardor
que tus ojos sienten cuando vez la luz después de una noche de lagrimas y
copas.
Deambulaba
con mis pensamientos cuando un compañero de mi clase se acerco furiosamente a
mí golpeándome fuertemente con su hombro y termino recitando unas frases que me
dejaron perplejo.
-¡a
un lado marica!
Antes
de que le respondiera se fue con la multitud, no podía ponerme a pensar que
mierda le pasaba a ese tipo yo tenía mis propios problemas que me quebraban,
que me dejaban indefenso y para rematar he decidido alejarme de lo que amo
porque solo así sabré que jamás les are daño.
-buenos
días, salude cordialmente. Un saludo que nadie quiso corresponder.
Me
senté en mi puesto como de costumbre, mire a Cristian que no paraba de mirar el
celular, me extraño que no me saludara pero mejor para mí. Mire a mi alrededor
las chicas miraban confundidas, murmuraban entre ellas. Que coños les pasaba a
todos.
-bueno
deben armar grupos de cuatro, dijo la maestra señalando al curso.
No
me preocupe hasta que vi que todos se organizaban dejándome a un lado, yo en
una esquina con baldosas vacías a mi alrededor; barrí el curso con la mirada varios
grupos tenían tres personas... me acerque al grupo más cercano cuando una de
mis compañeras cerro mi paso corriendo la silla de tal manera que no tuviera un
lugar para mí.
Me
sentí humillado, desconcertado; las personas me miraban podía ver que la apoyaban
que creían que estaba bien, mire mi grupo más cercano de amigos y prefirieron
retirar mi mirada y centrarla en sus cuadernos, deje caer la silla estaba
confundido.
-¿qué
pasa Camilo aquí hay puestos? me dijo la profesoras señalando otro grupo.
Respire
profundo, me derrumbaba yo contra mis amigos, yo contra mis enemigos... levante
la silla me dirigía hacia ellos
-no
queremos que se haga con nosotros, dijo valientemente una de mis compañeras
♫No digas
una palabra Estoy segura que no será suficiente Para borrar lo que sé, ahora, sucede de lo que los sueños están hechos Mis manos se apretaron en puño, un
nodo se amarro fuertemente a mi garganta buscaba cortarme el aire. Mire a la
profesora, que desconcertada le pregunto al curso quien me aceptaba en su
grupo.
El
silencio se apodero de la sala, el silencio me ensordecía, mis compañeros,
ellos no querían que estuviera ahí; jamás había sentido un rechazo como este.
-puede
hacerse aquí, dijo en un hilo de voz casi inaudible una compañera que
desconocía, nadie convivía con ella era demasiado introvertida al punto que los
demás preferían alejarse; rara vez cruce palabra con ella.
La
profesora le dio un leve gracias con la mirada y me invito hacerme con ella,
una vez más tome mi puesto y lo acerque a ella mientras esta agachaba la mirada
con mi acercamiento; le salude cortésmente, note el rubor de sus mejillas
mientras alzaba su mirada para que mis ojos pudieran apreciar ese perfecto azul
oceánico brillar como un ocaso vespertino.
Ella
no decía mucho, de hecho no decía nada comenzó a llenar el ejercicio y su
bolígrafo se detuvo, su mano se apretó con más fuerza... mire la hoja decía
nombre de los integrantes; mire su nombre Diana y con ello intente romper el
hielo.
-me
llamo Camilo, dije tomando su delicada mano
Ella
continuo escribiendo con un tono bastante rojizo en sus mejillas, soltó el
bolígrafo y en simultanea me miro era un reto para ella -di-di- diana.
Me
asombro lo mucho que espero para decírmelo.
Ella
hizo todo el trabajo, no pareció necesitar mi ayuda igual no se la ofrecí yo
seguía pensando intentando comprender que pasaba. La mire soltar el bolígrafo
apretó sus manos a su pecho. Pude apreciar una bella cadena de plata muy bien
cuidada tenía un ángel como adorno.
-muy
bello, es tuyo te lo dio un amigo.
-no,
no tengo amigos. Dijo tajante al punto que me sentí incomodo.
-¿alguien
te lo debió haber dado? deje que mi mano se dirigiera al ángel atenazándolo con
mis dedos.
-mi
madre, mi madre me la dio antes de morir. Dijo con un nudo apretado en su
garganta, no me dejaba mirarla permanecía con la cara agachada.
Debe
ser difícil no tener a nadie, ser invisible para los ojos de los demás, desear
un simple “hola”; dejar de llegar a la casa y desear que el día de mañana sea
diferente mientras te ahogas en llanto que a nadie le importa, porque tu a
nadie le interesas y por más que lo desees sientes que será así siempre...
levantarte con un dolor punzante en el pecho un dolor que solo tú conoces y que
tu solo debes afrontar vivir con tus miedos, vivir en la oscuridad.
-me
gusta mucho, te vez bonita con él. Le tome del rostro y le aprecie frente a
frente esos bellos ojos azules que nadie más quiere mirar.
Ella
sonrió apenada, el timbre sonó y yo me levante con él, le dije que tenía un
amigo para cuando lo necesitara.
Salí
al campus necesitaba aire, baje rápidamente las escaleras me dirigía al pasillo
que da apertura a la parte más cubierta de hojarasca cuando un grupo de tres
personas dos hombres y una mujer al verme se acercaron.
-vamos
marica así que te encanta comer pollas.
-cuanto
cobras puto bastardo.
-déjalo
francisco, dijo ella suplicante al ver la forma agresiva en que se me
acercaban.
El
la aparto de su lado, yo no me movía un centímetro estaba frio hasta la medula,
tenía miedo francisco era un hombre alto, de ojos cafés, cabello corto,
bastante vibrado. Apreté un poco el puño para tomar fuerzas.
-déjame
en paz, dicho esto me dispuse a irme
El
no estaba dispuesto a dejarme ir, me agarro de la camisa y me jalo a él,
cuando me tuvo en frente me mando un golpe al estomago que me dejo sin aire, me
intentaba reponer cuando su amigo me patio con tal fuerza que caí al piso.
-vamos
marica levántate, intenta lamerme la polla, dijo mientras se acercaba a mi
tomándome del cuello para empuñar su puño contra mi rostro, sentí como me
partía el labio, no paraba de golpearme me odiaba. Sin yo saber sus motivos.
-déjalo,
¡que lo dejes! grito ella tomándolo de la camisa atrayéndolo.
-déjame,
dijo gritándole
intentaba
parar sus golpes pero me dolía el cuerpo, deje caer mi cabeza cansado la vi a
ella llorando, llorando por impotencia, por pesar, sus lagrimas rodaban por su
mejilla para perderse en alguna parte del suelo... de alguna forma le sonreí
deje que mi mano callera.
Francisco
se acerco para patearme las costillas lance un grito ahogado por un
puñetazo en mi boca.
-que
te pasa marica temes que te quitemos el plumaje, deberías estar muerto
-¡déjalo!
grito una voz conocida.
Baje
un poco la mirada y ahí estaba diana intentando apartar a francisco de mi
dolido cuerpo, al ver esto la joven que estaba intentando defenderme hace un
momento también se unió intentando quitar a su amigo.
-te
salvaste marica, deberías estar muerto
Ellas
me ayudaron a levantarme con un poco de dificultad del suelo, me llevaron a un
salón aledaño del pasillo.
-voy
a contarle al rector, dijo una molesta diana al ver mis heridas aun sangrar.
La
tome de la mano, y le mire a sus hermosos ojos bañados por una cristalina capa
de agua –no quiero que digas nada.
-pero
Camilo, alego la novia de francisco
-que
no dirán nada, entendido. Dije en un tono elevado mientras desprendía lágrimas
de mis ojos, lágrimas que me destruían, sentía como me ardía la cara pero me lo
merecía. Eso sentía… me merecía una y mil palizas mas.
-iré
por el botiquín de la enfermería, dijo diana. Le mire desconfiando mientras se
soltaba de mi mano y me decía que no me preocupara.
La
puerta se cerró despacio, en el exterior se oía que finalmente los estudiantes
de todos los cursos salían ignorantes de lo que había pasado minutos antes; me
dirigí a ella le pregunte como se llamaba me contesto Eugenia un nombre no muy
común pero decidí hacer caso omiso de eso.
-¿por
qué estas con él? Le pregunte dirigiéndome a sus bellos ojos
-porque
francisco me dio una vida, dijo en un suspiro mientras me acariciaba el rostro.
Darte
una vida, como alguien como él puede darle vida a algo.
-tú
no… tu no entenderías
-y
que tal si lo intentas, dije acercándome a ella mientras la intimidaba con la
mirada
-yo
no soy de aquí, yo soy de un pueblo muy humilde cerca de la ciudad; en mi
pueblo no tenía nada, mi familia era muy pobre subsistíamos con los que nos
daba la tierra pero no sabes lo que se siente ver a tu madre llorando a
escondidas desgarrándose por dentro de solo imaginar que sus hijos vivirán la
misma vida que ella… cada mañana la veía sirviendo la comida para luego
mirarnos comer yo sabía que ella no comía sabes porque… por que no había para
más.
Mi
padre se vino aquí a la ciudad en busca de trabajo y al parecer lo encontró y
también encontró otra vida lejos de nosotras, lejos de las preocupaciones…
¡cómo crees que me sentía viéndola caminar cuesta abajo pidiendo algo para
nosotros! ¡Esa era mi vida, no tenia vida! Y yo tenía la culpa de que mi madre
pasara por estas cosas.
-no
tenias la culpa. Dije conmovido por su historia
-no,
me vengas con esas Camilo. Dijo levantándose de mi lado para mirar la ventana
Lo
ves Cami, dijo señalando a los estudiantes que transitaban por el verde campus,
ninguno de ellos me ayudo, yo Salí de mi pueblo en busca de una mejor vida, al
llegar sola nadie me aceptaba, me señalaban yo era la puta chica pobre del
campo, la ingenua, la tonta que se sentaba en la esquina de atrás… un día
cansada de mi vida me tope con francisco quien me ofreció ayuda a cambio de que
hiciera todo lo que me decía… y eso hago y gracias a hacer lo que él me dice es
que soy aceptada aquí y en cualquier parte… las personas me aman gracias a él.
-no
seas idiota, dije enojado. Las personas te temen por culpa de él. Déjame
imaginar él paga por tus servicios y tú le das el dinero a tu madre o me
equivoco.
-cállate,
no soy ninguna puta. Sentí su palma golpear mi rostro con tanta ira, con tanto
dolor.
-y
que… tienes vida, eres una esclava de ese animal no me extrañaría que no te
golpee. Al decir esto ella giro la mirada confirmando lo que decía.
-casi
no me lo dan pero aquí esta, dijo Daniela mientras ingresaba al salón
Diana
me limpiaba las heridas mientras Eugenia no paraba de acariciar mi rostro con
lastima de echo las dos me miraban con tristeza, yo les recordaba sus vidas mis
golpees son los que ellas han recibido pero que nadie ve, ellas con vidas tan
distintas pero tan parecidas obligadas a seguir un camino solas porque
sencillamente a nadie les interesa y dudo que alguien las acepte… ellas
reflejan su miseria por eso nadie es capaz de acercarse. Más allá de que una
sea novia del matón y la otra sea una solitaria huérfana las dos son miedosas…
Tienen miedo… miedo de conocerse.
Me
senté junto a ellas las heridas no eran tan grandes simplemente la sangre se
había disparado por culpa de la presión resultado de la adrenalina.
-no,
sabes por qué se comportan así contigo. Agrego una ingenua diana mientras me
acariciaba el rostro.
Le
sonreí ingenuo, no sabía el por qué; negué un momento con la cabeza Eugenia
saco su celular y lo toco varias veces buscando algún mensaje. Le pase por lo
bajo un papelito ella paro su búsqueda y lo miro le decía que ella valía mucho más
de lo que creía y le di una dirección hay trabajaba mi tía la madre de Daniel
si le decía que venía de mi parte le daría el trabajo en seguida.
Ella
sonrió por lo bajo y me paso el celular con una foto en la pantalla.
-¿¡pero
qué coños es esto!? Dije aturdido. Claramente era yo, pero quien coños era la
otra persona.
Eugenia
y diana me miraron preocupadas, por mi reacción… la sorpresa de diana junto con
la mía estaba envuelta en un mar de dudas. Eugenia me tomo de la mano y me dijo
–se valiente.
Anderson.
Lo
mire en educación física esta mañana, su cuerpo tonificado de espalda ancha
terminado en una suave y sutil cintura, sus piernas de atleta entrenadas y
bastante velludas, entrenaba sin camisa dejaba que todos se deleitaran de sus
pectorales duros bastante sudados, sus tetillas paraditas, su abdomen era
bañado por la luz del sol se podría apreciar cada cuadro, era bastante velludo
pero sus vellos eran perfectos.
Me
sonrió y yo hice lo mismo me pare en una esquina por qué no, no entraría a
clase no, no me atrevía a verle a la cara a Camilo, mirar sus ojos verdes
destruidos por un segundo, destruidos y en parte por mi culpa. Esa noche estaba
muy tomado llegue al baño me quite la camisa vomitada minutos antes por aquella
tipa. Y si él no fuera entrado nada fuera pasado. Por mi cobardía el
amaneció solo en el baño. Dudo que se acuerde de algo si no ya me fuera
golpeado prefiero que se dañe su vida a que se dañe la mía. Dañar esta fachada
que tan difícil fue construir…
♫Esta es
mi casa y no voy a permitir esa falta de respeto cariño no me
mires así No pertenezco a ti, huyo Salí de mis pensamientos al verlo en su trote su
semierecta polla bailaba en su pantalón golpeaba con la tela del mismo, no le
conocía sabia que se llamaba Sergio era unos tres años mayor que yo, el se
encontraba en el mismo grado que yo pero estudiaba en otro curso así que pocas
veces le había visto. Se pasaba de bueno su cabello negro oscuro, su piel
morena clara, sus ojos grises llenos de vida.
Me
mordí el labio y él me correspondió, -corrida segura. Pensé era perfecto así
podría olvidar esta pena que me agobia a demás tenía la oportunidad de terminar
lo que no hice esa noche con Camilo.
Se
hecho algo de agua, mojando su cuerpo se acerco al docente y se alejo yo
instintivamente le seguí; me guio a un cuarto alejado mire el letrero “equipo
de entrenamiento” en ese lugar se guardaban los balones de la clase y algunos
objetos más. Sergio saco la llave él siguió y dejo la puerta ajustada mire que
nadie me viera y entre.
Antes
de que le buscara sus labios se apoderaron de los míos, amortiguaba sus
primeros gemidos me apretó hacia la puerta y finalmente la cerro. Me agarro del
cuello su pecho mojado humedecía mi camisa, su lengua me invadió me depositaba
saliva me robaba el aire sentía como sus manos acariciaban mi cintura me pegaba
a él. Poso sus dos manos en mi culo bajo un poco y me levanto me amarre a su
cintura.
Me
gimió mientras me comía el cuello, su saliva me calentaba la piel; le agarre
del cabello le exigí que me mordiera y eso hizo, subió hasta encontrar mi oreja
su lengua seguía la estructura de mi oído.
-aaah
me encantas.
Giro
en su mismo punto, dando unos pasos me golpeo contra la pared me quito la
camisa, y se pego a mí, mi caliente cuerpo secaba las gotas que le cubrían su
mano apretó mis tetillas; me apretaba a sus labios no paraba de morderme, me
pego un poco más a la pared sacándome algo de aire apretaba mi miembro a
su abdomen.
Soltó
mis piernas, guio mis pasos hasta una pila de bolsas llenas de balones,
le mire a sus ojos grises baje la mirada a sus labios húmedos por la saliva que
le robaba a mi boca, tomo mi cintura sus dedos recorrieron mis tableta jugaron
con mis pocos bellos y finalmente palparon mi polla sobre el pantalón le
sobaban una y otra vez, su manaza me apretaba.
Desabrocho
mi cinturón, y soltó su botón y en simultánea bajo el cierre; dejo caer mi
pantalón a la altura de mis tobillos.
-aaah,
déjate caer. Dijo en un gemido
Apoye
mi cuerpo en las tulas de balones, Sergio me beso el cuello bajo por mi espalda
el frio de sus besos me hacían respirar profundo, sentía como varias gotas cian
en mi espalda, sus manos ingresaron al bóxer y suavemente le bajaron Sergio me
agarro de las nalgas y las apretó un poco… aprecio mi ano unos instantes antes
de sentir un suave beso en mi nalga. Apretó un poco mas sentí sus dientes
apretar mi piel, separo mi culo su lengua roso cada uno de mis pliegues les
proporcionaba saliva para luego absorberla con fuerza.
Con
una de sus manos tomo mis bolas y les comenzó a dar un placentero masaje,
intento introducir poco a poco su lengua mientras me arrancaba suaves
gemidos, sentía como cada vez mi esfínter se abría a su huésped invasor
que lengua tan cálida la de Sergio todo un dios, la mano que me magreaba las
bolas agarro fuertemente mi miembro que reposaba firme en uno de los costales
le apretó con delicadeza mientras subía y bajaba. Su ritmo fue aumentando el
muy maestro mantenía su lengua dentro de mi esfínter mientras me pajeaba sabia
como calentarme su morbo.
Sentía
como salía cada gota de pre seminal, Sergio giro mi cuerpo sobre las tulas
dejando mi miembro expuesto a su boca me miro fascinado estaba al tope veinte
centímetros de polla esperando por su boquita; lo tome con mis brazos lo
acerque a mi anhelaba tener sus labios mucho rato mas pero él tenía otros
planes descendió por mi nuca bajo a mi pecho mordió un rato mis pezones y
finalmente agarrándomelo de la base se lo metió todo a la boca sin ni siquiera
tomar aire.
-aaah
mierda. Dije en un suspiro mientras le dejaba ser
Su
boca era maestra apretaba mi glande a su paladar, mientras su lengua me robaba
las gotas de pre seminal. Subía despacio sin apartar completamente los labios
de mi glande abrió un poco la boca y dejo que du lengua jugara con él; bajo un
poco mas acariciaba mis bellos con su mandíbula, beso mi pierna tomo mis bolas
con una de sus manos y el muy hijo de puta se las metió enteras mientras no
paraba de pajearme.
-métemelo
de una puta vez, le dije en un susurro suplicante del deseo
-que
impaciente eres, jajaja su blanca sonrisa me tenia embobado.
Sergio
se paro frente a mí, se bajo la pantaloneta y dejo a la vista un tremendo trozo
de carne un poco más grande que el mío bastante grueso con unas notorias venas
que le cubrían, su rojizo glande cubierto de pre seminal que le daban un brillo
provocativo… Sergio se la toco mientras la descapullo despacio tome un poco de
saliva sentía mi garganta seca rápidamente me moví para intentar chupársela
pero su mano me detuvo.
-no
seas impaciente, aun no quiero. Dicho esto me sobo el pecho y me indico que
descendiera.
Subió
mis piernas con sus potentes manos se acerco un poco, cerré un tanto los ojos
para aguantar las primeras envestidas no estaba acostumbrado a recibir, su
glande roso mi ano me lo tenía sudando palpitando por sentirlo dentro; soltó
una de mis piernas se lo tomo de la base.
-aaah,
mierda
Fueron
unas envestidas tranquilas al comienzo, luego mi dios velludo del deporte fue
poseído por la pasión y comenzó a envestirme con fuerza, me daba bastante duro
el choque de nuestros cuerpos era audible en la sala, tome mi miembro y le
pajee con el ritmo que él me daba… su movimiento de caderas era genial.
Me
daba cada vez más duro, no podía aguantar mis gemidos al ver esto él se
abalanzo como una fiera sobre mi boca… le agarre del cabello mientras me comía
el cuello, sus envestidas comenzaron a ser lentas en ese momento se levanto
saco su miembro de mi esfínter me tomo de la mano y me levanto. Al ver sus
flameantes ojos digno de un amante me agarro de la cabeza y me descendió
lentamente mientras yo lamia su pecho y posteriormente su abdomen amaba sus
bellos era bastante excitante.
Mire
unos instantes su polla, me pidió que no se la cogiera y agachado un poco la
deje descansar su glande en mis labios, luego me la introduje despacio le
agarre de las nalgas para darme sostenimiento su extraño sabor a mí me tenia
loco no era un pre seminal fuerte como los de otros chicos que he conocido era
dulce era una lefa agradable para mi boca.
Me
la envestía más rápido sin dejar que escapara de mis labios, Sergio subía la
cabeza mientras apretaba los puños eso me animo a seguir y fue cuando me
advirtió que se corría… yo perdí mi instinto solté sus nalgas atenace su
miembro y le mame con ganas su pene palpitaba en mi boca y fue cuando se corrió
se corría mientras yo continuaba mi labor; su semen salía por las comisuras de
mis labios cuando termino me levante y le comí los labios.
♫Toma tus
cosas y vete Puedes tomar la cena sobrante De anoche, no vomites Te hice tu despedida favorita♫ Sergio dio la espalda y me dijo te toca, mierda era el hombre que yo
soñaba le agarre de la espalda y lo recosté en las tulas jugué con su ano poco
tiempo simulando lo que su boca maestra me había enseñado me levante un poco y
comencé a envestirle no con la fuerza que él
poseía pero yo tenía un buen movimiento de cintura.
Comencé
a envestirle al punto de sentir que mi miembro palpitaba, el calor d su
interior era magnifico el me apretaba me sofocaba, su voz me pedía más… luego
de un tiempo estaba a punto de correrme el me pidió que fuera en su interior y
yo simplemente le complací.
♫Porque
bebe, ahora que tu haz quedado atrapado, que estoy supuesta a decir…Cuando está
tan mal lo que hiciste pero todavía me siento de esta manera No puedo creerlo, o olvidarlo, lo que vi hoy Y si te estás
preguntando si me quedo, la respuesta es de ninguna manera♫ Nos vestimos rápidamente cubiertos de sudor, no paraba de besarme, sonó
su celular era un mensaje.
-¿este
no es Camilo… tu amigo?
Me
mostraba una foto donde no sé quien mierda ni en qué momento le tomaron a
Camilo chupándome la polla, yo recuerdo que vi una luz y de inmediato cerré la
puerta por lo que la foto salió incompleta y solo se veía a Camilo en el acto;
yo me asuste mucho esa noche al punto que Salí del baño y espere que Martha
dejara la escalera y como un demonio me fui de esa fiesta.
-lamento
lo que le pasa, creo que te necesita. Dijo un preocupado Sergio pues al final
del día nosotros éramos como Cami con la diferencia de que nadie lo sabía y
nadie podía decirnos nada.
Sergio
salió de la sala y me dijo algo parecido a que los amigos no te abandonan; pero
a estas alturas no era amigo de Camilo yo prefería verlo destruido a verme a mí
destruido junto a él. Luego la puerta se volvió a abrir y apareció un furioso
Daniel.
Quien
sin decir nada me golpeo, me tiro contra las tulas y se lanzo encima de mí,
sentía como me partía la cara, no estaba dispuesto a esto; me levante y le
golpee también, Daniel retrocedió unos pasos aturdido y me golpeo de
nuevo me tiro al suelo y hay me cogió de la camisa.
-porque
lo hiciste hijo de puta, no paraba de azotar mi cuerpo al suelo.
Lo
veía llorar mientras me golpeaba se había dañado una amistad, me merecía sus
golpes; pero yo no tome la foto eso me exime de alguna forma de culpas.
-Daniel,
da, da ¡escúchame de una puta vez! Dije mientras lo giraba apoyando todo mi
cuerpo sobre él.
-yo
no tome la foto Daniel.
-yo
lo sé hijo de puta, quien la tomo fue marta. Dijo mientras intentaba escapar en
vano.
-marta…
mierda tenía sentido ella era la única… quien mas
-¿¡por
qué dices que fue marta!?
♫De
ninguna manera (Un juego de amor) ♫-esa noche ella subió a buscar tu numero y vio a
Camilo en esas, la muy puta harta de ser la esclava de Sofía y Laura decidió
dañarle la vida a alguien para sentirse de alguna forma como ellas, pero que
perro sentido tiene pelear con alguien como ella que se siente la cuarta parte
de sus amigas; pero tu… como mierdas Anderson confiaba en ti…
Daniel
lloraba jamás lo había visto así; pero que putas le pasaba es su primo no
debería afectarle tanto.
Me
levante y el hizo lo mismo, -¿le amas verdad?
-¡eso
no importa! tu le dañaste la vida asqueroso perro de calle.
-y
que querías eh, que dijera que, que me lo folle para que me traten como a él,
no me creas idiota.
Daniel
rio sarcástico
-y
tú crees que Camilo, no dirá nada… sentí un puto escalofrió escuchar esas
palabras Camilo no se atrevería ¿o sí?
Camilo.
Había
comenzado a llover y me gustaba mojarme así no me veían llorar de igual forma a
nadie le importaba que sentía, a nadie, mis amigos eran mis enemigos, era yo
contra ellos, yo contra todos, dejaba que la lluvia recorriera mi cabello
mientras miraba pasar los carros cerca de la acera; miraba mis zapatos
cubiertos del agua que ellos me lanzaba. ♫Algo que
vi, algo que sé que no me pertenecía Pero luego pensé que no hay manera de que tú
me hicieras eso♫ No
paraba de sollozar yo era un puto marica de mierda que te la mama en el baño.
-ni
te atreverás. Gire mi cuerpo para observar la voz amenazante que se acercaba.
Anderson
tenía el diablo a dentro, tenía miedo, miedo a que le dañara su vida… algo que
no se me pasaba por la mente por que a diferencia de él yo creo en los amigos
así ellos te den la espalda no dejan de serlo.
-a
que le temes Anderson, no seas idiota.
-te
lo advierto no me conoces
-no,
tienes razón no te conozco verdad marica.
Anderson
se enojo aun mas colocándome al pie de la acera, veía su rostro mojado el
también lloraba aun que no pudiera verlo, el lo sentía sufría igual que yo, y
no merecía lo que me estaba pasando. Pero no le dejaría así no mas por lo menos
le daría miedo.
-a
que le temes a que tu vida se dañe, a que te hagan lo que yo… no me digas que
no me has visto los golpes… estos ¡mírame hijo de puta!♫Sentí un enfriamiento pero me dije a mi misma que era del frío Y me
desperté, pero deseé que fuera una pesadilla Porque cuando tengo aquellas, no
lo es real como ésta lo es♫ Estos
serian para ti también pero sabes; un nudo se apretó en mi garganta… yo aun te
quiero amigo. Creo que no debo llamarte así porque al final del día te irás
¿verdad?
Anderson
agacho la mirada, estaba en sus brazos; me cogía del cuello de la camisa. No
diré nada podrías soltarme. Sentencie.
♫amigo no
me mires así No pertenezco a ti, huyo♫ Anderson me soltó, con una mirada triste en sus
ojos, yo apoye mis pies en la esquina de la acera y sin saber cómo perdí el
equilibrio, alce la mano en busca de la de Anderson pero este me agarro de la
manga que mojada dejo que su mano se resbalara di unos pasos intentado
recuperar el equilibrio pero cuando aleje la mirada de los hermosos ojos de mi
amigo una luz me cegó totalmente y luego sentí como mi cuerpo era golpeado sin
compasión, el castigo de mi vida… sentí mi cuerpo suspenderse en el aire mientras
la lluvia mojaba mi rostro finalmente caí mientras el charco me abría paso a la
fuerza. Sentí un gran golpe en la cabeza…
Daniel.
-Camilo.
Fue lo único que pude gritar mientras atravesaba la lluvia que no me dejaba ver
lo que había pasado.
Empuje
a Anderson del medio mientras buscaba a Camilo, el profesor había salido de su
coche mientras se tocaba la cabeza, -Camilo, Camilo corrí a su cuerpo
empapado por la lluvia, tome su cabeza limpiaba su rostro mientras se me
desprendían lagrimas del mío.
Observe
a Anderson acercarse rápidamente.
-si
lo tocas te mato, le dije intimidante mientras mis ojos desprendían lagrimas de
dolor ante el cuerpo inconsciente de Cami.
♫…Y si te
estás preguntando si me quedo, la respuesta es de ninguna
manera♫
-lo,
siento, no fui, el se cayó… yo lo intente coger. Anderson se arrodillo en el
suelo mientras lloraba intentando acomodar a Camilo.
-Cami,
Cami despierta no me hagas esto, no a mi… yo te amo, Cami despierta.
Un
dolor incontrolable en mi pecho no me dejaba respirar mientras en vano quitaba
las gotas de lluvia que se habían desarmado en su rostro, pero, no paraba de
llorar yo estaba perdiendo el control. –Cami vamos despierta chiquito, vamos.
Las
personas se acercaban incrédulas a la escena, el profesor había llamado la
ambulancia pero esta no llegaba… abrace a Cami contra mi pecho, acomodaba su
cabello con mis manos.
Anderson
se alejo asustado, clavándome una mirada llena de miedo –Camilo, esta,
suspendió su frase en el aire para luego de tomar saliva continuar -está
sangrando.
Mire
mi mano, la tenia manchada mire su cabellos bañado de un tenue color rojizo que
se perdía con el agua; lo perdía mi corazón no dejaba de latir rápidamente, el
nudo de mi garganta no me permitía decir palabra, por más que intentaba mirar
una capa de agua se apoderaba de mis ojos dejando mi vista nublosa, pensaba en
Camilo en lo que debí decirle. –vamos, Cami yo te amo. Le repetía una y otra
vez.
Las
personas mantenían su distancia, pero yo no me separaría de él no lo aria, no
otra vez… el sonido de la ambulancia acercándose me aturdía los oídos. –Cami
llegaron por ti, no me dejes, Cami respóndeme.
Pedía
una palabra una única palabra una señal de su cuerpo; le hablaba en vano al
parecer no me escuchaba, le abrace a mi cuerpo pero no podía sentir su calor,
apoye mi frente en la suya respiraba de forma agitada –Cami, no me dejes dicho
esto bese sus fríos labios en un beso que duro poco.
Una
enfermera me cogió de los brazos mientras otra tomaba a Camilo. –que hace
suélteme, tengo que estar con él.
-pero
señor.
-tengo
que estar con él, no puede entenderlo la persona que está ahí es la que amo.
Montaron
a Camilo a la ambulancia, me acerque a las puertas.
-no
puede entrar.
-déjeme
subir, le dije amenazante, las gotas de lluvia cubrían mi rostro. Déjeme subir…por
favor
-él
es el primo, dijo mi maestro.
Al
subir me acerque a su rostro le tome de la mano, -estarás bien. Le decía una y
otra vez
Mire
a la enfermera que cerraba las puertas y se sentaba a mi lado, comenzando a
sacar algunos instrumentos de primeros auxilios. -¿estará bien, verdad?
-no
lo sabemos con certeza.
Volví
a mirarlo apreté su mano a mi pecho –yo se que estará bien. Dije en una voz
firme.
La
enfermera me coloco una manta, al verme temblando pero ella no entendía que yo
no temblaba de frio. Me acerque al rostro de Cami le bese una vez mas mientras
le dije te amo, abrí los ojos y la boca de Cami se abrió de golpe sacando algo
de sangre, su pecho se contrajo con gran fuerza golpeando la camilla; la
enfermera me aparto de él mientras lo tomaba.
-camilooo.
Grite en un aullido inconsolable del alma.
Capítulo III
Cristian.
Miraba la foto una y otra
vez, desde que me llego el mensaje tengo la boca seca intento tranquilizar esto
pero es imposible; estaba solo en el salón de clases todos mis compañeros
bajaron a descanso yo preferí quedarme, quedarme a pensar… porque mi mejor
amigo protagonizaba una escena tan deplorable, yo le conocía hace años
corríamos juntos por el parque, nos contábamos todo, pasábamos toda la tarde
juntos después de clases, jamás nos dejábamos solos, yo sentía que Cami era
como mi hermano.
La pantalla del celular se
apagaba y podía mirar mi reflejo en ella, mirar como sufría como contenía las
lagrimas intentando creer que es mentira pero en un acto de negación vuelvo a
tocar la pantalla para volver a ver la misma imagen… un Camilo desconocido para
mí; alguien que no era mi amigo, ni mi hermano solo veía la imagen de un puto
que te chupa la polla en el baño.
Mire por la ventana que le
daba apertura al campus que extrañamente se ve desértico a esta hora, la lluvia
ha limpiado el pastizal, se pueden apreciar las hojas caer cansadas de las
envestidas del viento, descansar en el suelo para luego ser pisadas como si la
belleza que trasmitían antes de caer la fueran perdido. Dicen que si se coge
una hoja en vuelo antes de que esta toque el suelo puedes pedir un deseo y este
se cumplirá…suspire cansado… si yo pudiera pedir un deseo pediría que este
personaje que maltrata mi corazón, que me daña, me lastima me fuera tenido la
mitad de confianza que yo le tengo; pero… pero que se puede esperar de alguien
que te chupa la polla en cualquier parte.
♫ Me enseñaron a luchar Les enseñe a ganar Nunca pensé
que podría fallar♫ Levante mi mirada hacia las nubes
de tonalidad grisácea recordaba cuando Camilo entro esta mañana, observe como
todos le rechazaban… y entre ellos yo; mire a mi mejor amigo quebrantarse ante
mis ojos y cuando el busco mi mirada en busca de algo de ayuda decidí
darle la espalda; quizás eso estaba bien porque él me hizo lo mismo, pero verlo
solo, triste, aguantando las ganas de gritar en un desgarro del alma era algo
que no me hacía sentir mejor me sentía como una mierda; me sentía como me
siento ahora.
Acerque nuevamente el dedo al
celular para finalmente borrar la foto, empuñe las manos y me levante,
respiraba de forma acelerada quería gritar, quería llorar, quería tenerlo
frente a mí para golpearlo, pero también quería tenerlo frente a mí para
abrazarlo para sentarme en una esquina junto a él y decirle como me sentía;
como en los viejos tiempos… tiempos que no regresaran.
-¡porque! grite impaciente,
mientras pateaba las sillas que se encontraban a mi alrededor. Barrí con
mis manos lo que se encontraba montado el escritorio de mi puesto.
♫ Soy un hombre cuyos sueños han abandonado; He cambiado mi cara,
He cambiado mi nombre. Pero nadie te quiere cuando pierdes♫ Sentía como perdía mis fuerzas, caí de rodillas al
suelo, lleve mis manos a la cabeza atenazando mi cabello rubio con los dedos
peinándolo hacia atrás como si este acto me devolviera el aire.
-¿Por qué Cami? Le lloraba a
mi amigo, a mi hermano.
La puerta de mi salón se
abrió, y la vi a ella una joven blanca como la nieve su rostro mostraba señales
de dolor y desgaste producido por las constantes lagrimas que derramaba y que
no se molestaba en limpiar, al verme se ruborizó bastante no creía que
estuviera aquí, se quedo quieta mirándome en el suelo, totalmente muda; le mire
a sus bellos ojos azules que con las largas jornadas de llanto les cubría una
luminiscente capa transparente que les dejaba apreciar tan claros como el cielo
en el amanecer. Ella agacho la cabeza sin dejar de llorar su largo cabello
rubio adornado por una trenza le tapo para que yo no fuese testigo de tan
conmovedora imagen.
Me levante y me dedique a
mirarla pero ella no era capaz de corresponder a mi mirada solo apretaba un
dije en forma de ángel que le colgaba del cuello, di un paso intentando
recordar su nombre pero era difícil no había duda que era la misma chica que
minutos antes acompaño a Camilo cuando nadie le quiso aceptar en su grupo, ella
una chica tan introvertida que nadie podía recordar su voz, una más del montón,
se perdía en la multitud, sola en la oscuridad que ella misma se había creado…
o tal vez yo me equivocaba y ella tan solo ha decidido mantenerse al margen de
una realidad tan superficial como la que vivimos los demás. Porque en esta
institución no se destaca por ser uno mismo sino por aparentar.
El corazón me latía con
fuerza entendía por qué me dolía lo de Camilo, porque yo no lo consideraba otro
del montón lo consideraba mi amigo, no una persona superficial como
Lorena…lamento del alma… que grave error fue ella, una mujer que hace todo para
acostarse con alguien y al otro día te quiere como trofeo de muestra; por eso
la bote a la mañana siguiente de la fiesta por ser una puta fácil nada distinta
a sus amigas.
Coloque mis manos en sus
hombros, mientras dejaba que mis manos le calmaran, ella intento retroceder
pero la apreté con delicadeza guardando un poco de distancia, deje que una mano
se acercara su rostro, logre tomarla del mentón… la luz de la ventana resplandeció
en sus ojos; no había notado su belleza. En ese momento sentí ganas de
abrazarla de decirle que todo estaba bien ¿pero cómo le dices esto a una
persona que recién percatas?
-¿Por qué lloras? Le pregunte
tranquilo mientras dejaba caer de nuevo su rostro
Ella quebró en llanto, y se
dejo caer al suelo, me coloque a su lado; deje que mi mano le acariciara. Para
luego repetirle la pregunta esta vez más insistente.
-Cami, Cami… su garganta
estaba ahogada en un nudo de dolor que comenzaba a alterarme… Cami ha sufrido
un accidente.
Mis manos se dejaron caer,
intentando asimilar sus últimas palabras le pregunte otra vez que había dicho,
ella volvió apretar su ángel con fuerza dejando en simultanea que su voz
recitara las mismas palabras.
Mi mente vagaba en calles
llenas de preguntas pero por todos los caminos que esta recorría me mostraba
que al final era mi culpa. Apreté mi puño con fuerza.
-el…el… el; dijo tomándose el
rostro evitándome verla llorar… el estaba con Anderson y luego.
-mírame, ¡que me mires! Dije
en un tono neutro resaltando mis palabras con una mirada certera. Al tener su
atención le pregunte como se llamaba; ya conociendo su nombre le pedí que me
explicara con calma, en el transcurso de su explicación mi corazón se oprimía
con fuerza, luego de unos minutos sus labios rojizos se sellaron y sus ojos se
dedicaron a mirarme.
-así que todo ha sido mi
culpa, sentencie sin más que decir
Diana se acerco a mí para
apretar mi mano, -no ha sido tu culpa.
-¡acaso no entiendes! Dije
airado mientras me levantaba del suelo.
Ella se levanto segundos
después de mí y se dedico a mirarme mientras se podía notar como su
introversión volvía a ganarle la batalla.
-lo lamento, no debí
gritarte. Pero todo es mi culpa. Pose mi frente en la ventana del salón.
Ella sonrió por lo bajo
–cuando supe de esto le eche la culpa de esto a Anderson, pero cuando lo vi
llorando mientras se alejaba la ambulancia; comprendí que no era su culpa por
que el tal como Camilo tienen miedo… ¡así que no es culpa de ellos, ni tuya! Es
culpa… es culpa de las personas que patrocinan ese miedo.
Diana me tomo de la mano, yo
correspondí apretándosela con delicadeza. Luego me obligo a mirarle. Una chica
tan dulce, tan delicada, enfrentándose a mí un hombre más alto, mas fuete pero
carente de una valentía que a ella le sobraba así ella no conociera de la
misma.
-Nadie elige de quien
enamorarse, y si Camilo sintió algo por ti mas allá de una amistad ¿por qué
juzgarle? acaso que nos hace mejores a él… que nos da el poder de juzgar… ella
sonrió un poco más tranquila… cuando Camilo me ofreció su amistad lo único que
pude hacer fue correr detrás de él no sabía por qué lo hacía solo corrí detrás
de él, cuando vi que lo golpeaban sentía que lo hacían conmigo. Porque lo
golpeaban por ser diferente.
♫ No te rindas… Usted sabe que nunca ha sido fácil, No te
rindas Porque creo que hay un lugar, Hay un lugar al que pertenecemos♫ No sabes lo que se siente llegar a
un lugar donde nadie te quiere, donde nadie se percata de tu presencia, salir a
los descansos a mirar como los demás se divierten mientras tienes la esperanza
de que uno de ellos se acerque y te invite a estar con ellos… pero a cambio de
eso te miran con lastima o con burla, a mi me toca esconderme en un rincón del
campus convirtiendo este lugar en mi refugio pero no creas. Pauso sonriente.
Aun en ese lugar esperaba impaciente a que alguien me buscara.
Pero no sucedía…
-lo lamento, dije mientras
retiraba el cabello que le tapaba el rostro.
-no, lo lamentes… hace tiempo
deje de hacerlo, pues que es más fácil que quejarse. Creí que me acostumbraría
a la soledad… bueno no estoy sola la tengo a ella. Dijo mostrándome el ángel de
su cadena. Pero aun así me sentía sola… pero hoy se que cuento con alguien.
Al decir esto sus ojos azules
se apoderaron de mi mirada, sentía mi corazón latir con fuerza me acerque un
poco su pecho inhalaba aire con necesidad; mi boca deseo sus labios y deje que
los buscara, deje que mi mano acariciara su rostro y la bese; en un beso puro
bastante frio, en un beso que desee desde que la vi.
-¡qué asco te besas con esta
insípida! Dijo una voz femenina que ingresaba a la sala, luego un coro resonó
detrás de ella.
Abrí los ojos y la vi
alejarse de mis labios, mire hacia la puerta en una escena patética de un trió
de mujeres superficiales, que a simple vista producen lastima -¿Qué hacen aquí?
Pregunte algo airado.
-¡no, que haces tú aquí! ¿Qué
hay de nosotros? Dijo una desconcertada Lorena.
-¿nosotros? Recrimine, -tu y
yo no somos nada, no seas ilusa, olvida lo que paso esa noche; estoy seguro que
no es la primera vez que te pasa.
Lorena agacho la mirada.
-como le hablas así a mi
amiga, dijo Marta en función de esclava socorredora.
-no te cansas Marta, estar
siempre en la sombra de estas dos para sentirte aceptada; mírate eres patética…
protegiendo a alguien que no te ve como su amiga sino como su fiel esclava… La
portera de la fiesta, la que le dice si se ve bien, la que le carga la maleta,
la que le hace los cruses para poder ligar y tú… ¿Dónde quedas? ¡Mírate! Das
lastima. Alguna vez te han dicho algo que no sea para darte órdenes ¡pobre
esclava!
Busque a diana con la mirada,
y la tome de la mano mientras le sonreía; ella se pego a mi cuerpo dejando que
su cabello tapara su rostro, su otra mano apretó de nuevo el ángel de su
cadena. Salía con ella mientras me abría paso ante una muralla de mujeres de
platico.
-ella no deja de ser una
pobre insípida. Dijo Sofía mientras empuñaba su mano en el vestido de Diana.
Con algo de fuerza la giro para obligarle a mirarla.
Cuando la tuvo en frente
Sofía tomo el Ángel de la cadena de diana, estaba a punto de intervenir cuando
en un hilo de voz oí un –suéltame.
-y si no que zorra. Dijo
pintando un matiz de ira en sus ojos.
-no me compares contigo,
luego de eso diana soltó mi mano y la cacheteo con una fuerza bastante notoria.
No pude evitar quedar atónito ante la escena. Sofía simplemente tapo su rostro
con las manos evitando la mirada de diana.
Finalmente salí con ella del
salón; los dos sabíamos a donde iríamos…
Sergio.
Estaba agitado después del
entrenamiento, aproveche que el campus se encontraba raramente desértico a esa
hora; en el trote miraba como las personas salían corriendo de prisa hacia las
afueras del campus me extraño que no salieran en dirección a la puerta
principal sino que por el contrario corrían hacia el portón que da paso a la
avenida, por donde mi instituto tiene la vía de salida para los carros del
parqueadero.
Entre al camerino tome una
botella de agua que se encontraba en mi casillero y deje que el agua de la
botella me bañara el sudor del cuerpo, sentía como mi cabello negro se me
pegaba a la frente, abrí la boca para que un poco entrara por mi garganta la
sentía bastante seca. Salí del pasillo de vuelta al campus y me dispuse a
admirar la naturaleza recién bañada por la lluvia, sus grandes árboles en cuyas
hojas cargaban pequeñas gotas que no se habían resignado a caer, mire el cielo
en su tono más grisáceo de seguro seguiría lloviendo hoy; el día se veía
bastante triste.
La ventisca golpeaba fuerte
contra mi rostro, me extrañaba ver el campus así de desértico ni aun en día de
lluvia los estudiantes dejan de frecuentarlo, me acomode las bandas que cubrían
mis muñecas… pensé en ese chico… en Camilo en lo mal que la debe estar pasando
me preguntaba como un amigo como Anderson le abandonaría luego de convivir casi
una infancia con él.
Cuando le mire a los ojos
luego de nuestro encuentro sexual de hace un momento, no me quedo ninguna duda
la persona misteriosa con la que se encontraba Camilo en el baño era él, pero
los amigos no te abandonan esa es la ley por excelencia… suspire hondamente…
los amigos no te abandonan.
Mire el portón que da salida
a la avenida aledaña al campus, desde donde me encuentro en el otro extremo es
casi imposible distinguir los objetos esperaba algo pero no sabía que era no
podía irme ¿simple curiosidad? Por más que intentaba meterme esa idea no lo
conseguía. La llovizna volvió a cubrir el ambiente, cada vez tomaba más fuerza.
Di media vuelta. Cuando un
grito helado producto del desgarro me dejo inmóvil porque creía conocer esa
voz.
Sentí como mis músculos se
contrajeron, gire rápidamente mientras lo buscaba con la mirada. Resople un
poco de aire se podía apreciar en forma de vapor, Salí, deje que la lluvia me
mojara giraba mi cuerpo en busca de encontrar algo la lluvia producía un
panorama bastante borroso.
…llanto…
Finalmente di con
Anderson, no di un solo paso estábamos a pocos kilómetros de distancia, veía su
cuerpo tirado contra el suelo mientras galopeaba una y otra vez las manos sobre
el pasto lamentándose por algo que yo desconocía; pero de alguna forma me
imaginaba.
Me dirigí a él con pasos
pausados, cuando lo tuve en frente él levanto la mirada hasta encontrar la mía,
su cabello castaño le cubría gran parte del rostro, le aprecie con algo de
lastima el viento le había quemado la cara sus mejillas estaban totalmente
ruborizadas, sus labios habían perdido el color ahora se apreciaban
blancos como la porcelana, sus dientes no paraban de castañear con fuerza.
Le tendí la mano. ♫No sé porque te sientes lastimado por dentro O que fue
lo que te hizo llorar, Espero que puedas notar Que tú eres lo más grandioso
para mí y cuando Sientas que no puedes más Te daré alas y te levantaré…Espero
que puedas ver que eres Lo más grandioso, lo más grandioso para mí♫
-te vas a enfermar.
-debería estar muerto.
Sentencio.
-si deberías estarlo.
Le volví a ofrecer mi mano,
le guie a la puerta de los camerinos, no teníamos prisa nos dejábamos empapar
por el agua, los truenos cada vez eran más audibles, Anderson no paraba de
llorar, no se atrevía a mirarme.
Le senté en uno de los
bancos, ten sécate dije lanzándole una toalla en el rostro.
Él la dejo caer en sus
piernas.
-lo mate, es mi culpa.
Me senté a su lado ya
comenzaba a preocuparme y me molestaba no entender lo que decía. Agarre la toalla
y me dispuse a secarlo.
-¿qué te ha pasado? Pregunte
tranquilo.
-Cami, Cami… el… yo no quería
te lo juro yo lo intente sostener, yo no quería que esto pasara. Sus
impacientes ojos pardos buscaron un acto de comprensión de mi parte; al no
encontrarla continuo narrándome aquello que le afligía de esa manera.
Yo le busque, el no podía
decir nada ¡no podía! Cuando lo encontré lo agarre amenazante desde el comienzo
note los golpes en el rostro y pensé que también serian para mi si él hablaba;
¡entiendes! Yo prefería verlo destruido a él que ver mi vida destruida.
-¿Qué paso? Dije intrigado de
sus pensamientos.
-el me pido que le soltara,
el resbalo. Anderson se agarro del cabello y se dejo caer sobre sus manos para
luego mirarme con insistencia…yo no quería que esto terminara de esta manera.
-¿lo atropellaron? Estaba
claro todo tenía sentido, el campus desértico, la ambulancia, los estudiantes…
todo.
Anderson afirmo con la
cabeza.
-deberías estar muerto por
cobarde. Le dije totalmente seguro de lo que decía. –si Camilo muere la culpa
no te dejara dormir.
Solté la toalla con la que le
secaba, el no me la recibió simplemente la dejo caer al suelo; me dirigí a mi
casillero palpe varias veces con la mano, movía uno que otro objeto hasta que
lo encontré lo apreté con fuerza en mis manos no creí que lo volvería a sacar
desde aquella vez hace varios años. Cerré el casillero en un portazo que
levanto la mirada de Anderson; me toque la banda que cubre mis muñecas. Y le
lance el objeto que había sacado.
Anderson lo recibió en acto
reflejo, cuando abrió la palma se encontró con un sobre pequeño de forma
rectangular bastante delgado al abrirlo se encontró con una cuchilla que
relucía como la plata a pesar de los largos años en que la mantuve guardada.
-vamos que esperas termina
con tu dolor, acaba con esta mierda que sientes de una vez. Dije serio
recalcando lo que trasmitía con la mirada.
Anderson miro su muñeca.
-vamos que esperas, así todo
esto acabara acaso no estás cansado ya ♫Porque cuando estoy contigo me caigo a pedazos
Y permanentemente veo tu
corazón roto♫
Sus cálidos ojos pardos se
movían indecisos, la capa de lágrimas que contenía en sus ojos no tardaría en
ser barridas, las gotas rodaban por su mejilla y terminaban por desarmarse en
donde si tomaba la decisión el dolor que sentía terminaría. La tomo con fuerza
me miro yo no hui a su mirada simplemente le observe. Anderson comenzó a
temblar su torso se observaba tenso.
-estas aburrido de esta vida,
pero temes despojarte de ella por qué crees que cambiara algún día… ¡despierta!
Esta es la realidad, tu realidad no puedes cambiarla, no puedes desear que
cambie, no pasara… termina ya con esto que esperas pierde la esperanza siempre
encontraras a alguien que no te aceptara, siempre habrá alguien que sienta asco
cuando te le acerques ¿¡y si no puedes con eso!? Eres un cobarde…
Me quite las bandas térmicas
de las muñecas. ¡Mírame cobarde!
Anderson.
-acabar el dolor. Me repetía
una y otra ves
En mis manos estaba la llave
a calmarlo, a dejar esta vida de mierda que solo me ha traído dolor, cuando
mire a Daniel abrazar a Camilo como si nada mas existiera a su alrededor… solo
ellos y el vinculo que les une; la forma en que le apretaba a su cuerpo para
proporcionar le algo de su calor, por unos momentos desee ser Camilo sentir que
a alguien le interesaba de esa manera, Daniel estaba y está dispuesto a dar la
vida por Camilo mientras a mí su vida me pasaba a segundo rango uno de mis
mejores amigos y me importaba poco lo que le sucediera con tal de que no me
pasara lo mismo a mí.
Si Camilo muere… apreté con
más fuerza la cuchilla; si Camilo muere la culpa no te dejara dormir. No me
dejara hasta que deje de existir.
Por mi cabeza se congelo la
escena cuando retrocedí dos pasos mientras mi garganta era secada por el miedo;
Camilo sangraba el golpe que recibió en la cabeza le había abierto una herida
que por más que Daniel se empeñara en tapar con sus manos el seguía perdiendo
sangre que se mesclaba con la lluvia, seguía palideciendo, estaba muriendo. Y
lo único que pude hacer fue dar media vuelta correr al campus y llorar. Soy un
cobarde.
-¡Mírame cobarde!
Grito un airado Sergio
levante la mirada, sus profundos ojos grises habían perdido parte del brillo
que le caracterizaban; él se acerco despacio y se sentó a mi lado; Observe sus
muñecas marcadas por algunas cortadas. –tú y yo no somos distintos ¿verdad?
-te equivocas
Sergio tomo mi mano con
fuerza obligándome a soltar la cuchilla, que reboto en el suelo; le mire
desconcertado ¿acaso esa no era la salida para mi dolor?
-hace unos años conocí a un
chico, todo un dios griego galante de ojos azules, cabello rubio, un cuerpo muy
bien cuidado… si era todo un dios. Dijo tomándome de las manos
Yo lo daba todo por el… creo
que eso es lo que debe hacerse cuando se ama. Teníamos una vida perfecta en
nuestro propio mundo, ese mundo me duro tres años ¿Cómo puedes desprenderte de
una persona a la que le has dado todo sin esperar nada durante tres años?
…bueno para mí fueron más. Sergio pauso su conversación un momento mientras
tomaba saliva en busca de algo de fuerzas para continuar su historia.
Un día fui a su casa y él me
invito a beber de la gran variedad de licores que su familia mostraba con
orgullo en la sala, ese día me embriague bastante pero no importaba porque
estaba con él; esa tarde fue la última vez que sus manos recorrieron mi cuerpo.
Porque al caer la noche me dijo que tenía que irme a casa que sus padres no me
podían ver y yo le entendía así que me fui.
Cuando llegue a la casa
encontré a mi madre algo enojada, me pregunto insistente donde estaba; la
verdad los efectos del alcohol no los sentía tan fuertes estaba seguro de lo
que le respondería… le dije que estaba con la persona que amaba y que no se
preocupara por que estaba bien.
Pero mi madre no lo tomo de
esa manera sus preguntas se realizaron más insistentes en un tono más alterado,
la conversación se torno en una discusión bastante fuerte y al final le termine
confesado quien era yo y la relación que tenía en esos momentos con él.
Sergio se acerco a mí, tomo
una de mis manos y me pido que le acariciara la muñeca; sentí un poco de
escalofrió al comienzo. Luego el me miro y continuo narrando la historia.
-aquella noche mi madre
quebró en llanto, me dijo que era lo peor que le había pasado que no me quería
ver; no podía estar en una casa donde no era bienvenido esa noche tome mis
pocas cosas. –si te vas no vuelvas. Me repitió mi madre antes de irme.
Salí desconcertado en llanto
de mi casa, me fui a la casa de él toque insistente la puerta cuando él salió
le conté y ¿sabes que me dijo? que no me podía quedar con él, que mirara que
hacia… vague sin rumbo por las calles de la ciudad le lloraba al puto destino
que me pario pero llorar no aliviaba el dolor…Sergio comenzó a llorar delante
de mi no creí que una persona como él se mostrara de esa manera frente a
alguien. Le mire insistente quería saber que había pasado.
Al otro día le busque de
nuevo, había dormido en un parque cercano a su casa… cuando toque de nuevo la
puerta me recibió otro chico que no era mi novio, el dolor se apodero de mi
mente no sabía qué hacer o que decir no tenía nada jamás imagine un momento
como este;…suspiro… tenía una última esperanza pero esta se quebranto cuando él
me recibió en la puerta semidesnudo. No tenía más que hacer en ese lugar.
Volví a mi casa saque todos
los licores que encontré y los tome con desesperación pero no serbia… no me
aliviaba… entre al baño de mi madre me mire en el espejo me repetía una y otra
vez que era una zorra marica, un bastardo, un hijo de puta; abrí el estándar
del lavamanos no paraba de llorar; no tenía nada porque nunca lo tuve por que
las personas que amaban me habían abandonado. Tome la cuchilla me recosté en la
tina deje la botella de vino a mi lado y me dispuse a tomarla… me corte varias
veces pero no era capaz de herirme de forma certera ¿sabes por qué? Porque
creía vanamente que esto cambiaria; pero en el fondo sabía que no sería así.
Ese día no fui capaz de nada,
cuando llego mi mama me encontró en la sala algo pálido le pedí que me dejara
quedarme, las manos de Sergi se apretaron con fuerza cerraba los ojos reflejo
del cansancio de una vida amarga vivida años atrás. Le acaricie el brazo, no sabía
que decirle. Hasta que el continuo.
Mi madre no dijo nada esa
noche, tome eso como un si… pero esos días fue lo que no pude soportar me
partía el alma que me ignorara, cuando me sentaba a su lado en el sofá ella se
iba y me dejaba ahí solo, no le importaba, ¡le busque! Pero ella no quería
saber de mi; cuando ella llegaba yo tan solo esperaba un “hola” un “te quiero
hijo” no pedía una caricia sabía que era difícil para ella, ¿¡pero acaso no lo
era para mí!? Me sentía solo, no lo tenía él no tenía a mi madre. Comencé a
tomar un poco más seguido.
Una tarde tome a mi mama del
brazo y le dije que dejara todo atrás. –suéltame marica. Esa fue su respuesta.
Cuando ella salió azotando la
puerta, yo sentí que no me quedaba nada y realmente era de esa manera, entre al
baño llene la tina ingrese en está con ropa y todo lo que me acompañara en ese
momento, cogí la cuchilla y me corte hasta que sentí que me había herido como
debía, como una persona como yo se lo merecía.
Aun recuerdo como perdía
fuerzas, sonreía al ver la sangre mezclarse con el agua, pronto me iría… pronto
el dolor cesaría. Me rendí, me canse de luchar.
-¿pero estas aquí? Dije
impaciente.
-esa tarde mi madre regreso
tiempo después; dice ella que algo le impidió tomar el auto, cuando regreso y
me vio en ese estado ella se dispuso a llorar frente a mi cuerpo inconsciente
me abrazaba, me pedía que no me fuera, me pedía perdón una y otra vez, ella
dice que no paraba de besarme; que maldecía la forma en que me había tratado.
Cuando llegaron a asistirme me llevaron por urgencias no sé en qué momento
regrese de mi estado pero pude distinguir la silueta de mi madre recostada a un
costado de la cama tomándome de la mano.
No podía hablar, solo se
abalanzo sobre mí en llanto sin dejar de pedirme perdón.
-Anderson, tú eres alguien
con suerte porque tienes amigos como el que jamás te darían la espalda, no
puedes sentirte solo porque hay alguien que desea verte al final del día.
Sergio me acaricio el rostro
y se acerco a mi posando su frente sobre la mía podía sentir su aroma, su
respiración tocar cálida mi rostro congelado bañado a lagrimas y lluvia -¿sabes
por qué mas no puedes rendirte?
Mi corazón palpito con fuerza
a la espera de su respuesta –porque yo te necesito.
Sergio acerco sus labios a
los míos y los fundió en un beso, acaricie su brazo y le presione para que se
recostara en la banca, sus manos atenazaron mi cabellera y guiaron mis
movimientos sentía como me invadía la boca, como su lengua acariciaba la mía
mientras le depositaba gran cantidad de saliva.
Me senté sobre su abdomen me
incline un poco para comerle la oreja, dejaba que mi lengua jugara con su
lóbulo mientras él me besaba el cuello, me senté sobre su miembro él se levanto
sin dejar de apartar sus labios de los míos; me agarro fuertemente la espalda
mientras me levantaba lentamente la camisa que se encontraba pegada a mi cuerpo
debido a la lluvia; solo escuche que cayó al suelo, no podía apartar mi mirada
de sus flamantes ojos.
Le tome de la nuca y guie su
camino de besos a mis tetillas, le sentí mordérmelas con delicadeza dejando un
rastro de saliva en su movimiento, lo aleje un poco para quitarle la camisa
aprecie su velludo pecho desnudo, aquellos potentes pectorales altamente
ejercitados a la espera de mis besos, lo recosté de nuevo en la banca bese su
oreja, sus mejillas probé el sabor cálido de sus lagrimas, me deleite con su
boca, sentí sus dientes apoderarse de mis labios morderlos con pasión; continúe
bajando bese sus pectorales lamí sus tetillas copiando un poco sus movimientos.
Le indique a mi mano que comenzara a moverse baje por sus brazos acaricie su
cintura y finalmente llegue a su paquete.
Le masajeaba con fuerza, a
pesar de lo húmedo que se encontraban sus pantalones sentía en el tacto de mi
mano el calor de su miembro mientras tomaba fuerza; bese su abdomen encontré su
delgada línea de vellos pase mi lengua por ellos continúe bajando hasta que me
tope con su pantalón. Le mire el me tomo del mentón y sonrió me guio a sus
labios mientras sus manos aflojaban el cinturón y los botones.
El sonido del cierre me
obligo abrir los ojos repetí el mismo camino de besos, me acomode mejor para
tener frente a mí un estupendo trozo de carne gruesa tapada por la tela húmeda
de sus bóxer, me abalance sobre su miembro con necesidad le besaba sobre el
bóxer; escuche a Sergio gemir mientras apretaba sus manos en puño.
Introduje mis manos en el
elástico y lo baje sin dejar de besar, cuando mis labios sintieron el tacto del
calor de su carne, deje que mi lengua le lamiera… finalmente con un poco de
ayuda de Sergio me deshice de su pantalón y bóxer, me senté sobre sus gemelos
para apreciar a semejante hombre desnudo, al único hombre que me ha hecho
sentir de esta manera, al que me lleva un límite mas allá de la pasión y el
deseo.
-quiero que seas mío toda una
vida. Dije inconscientemente
Sergio se sentó de golpe me
agarro de la nuca me respiro en el rostro, -así será, luego me beso de nuevo
cada vez con más fuerza, con mucha más pasión; su mano soltó mi nuca para
agarrarme con firmeza del cabello me guio a su polla la tome con una mano y me
la metí centímetro a centímetro en la boca; deleitando mis papilas con el sabor
agridulce de su pre seminal, lamia despacio dejaba que mi lengua le recorriera
la gruesa vena que mis ojos apreciaban con gusto, al llegar al glande apretaba
mis labios en este mientras mi mano le pajeaba. Escuchaba resoplar a Sergio me
sentía bien, sentía que lo necesitaba que nos necesitábamos…
Sergio me detuvo para
levantarse del banco, yo me senté en el borde de este, sentí sus labios
nuevamente –te amo, coloco su frente sobre la mía y continuo -no debería pero
así es.
Sin apartar sus labios de los
míos busco el cinturón de mi pantalón y lo despojo de esté en un tirón de sus
potentes brazos, me piso que me recostara levanto un poco mis piernas y me
quito el pantalón con bóxer y pantalón; tomo mi pene que se encontraba algo
flácido y se lo introdujo a la boca.
-aaah Sergio.
Lo tomo con una mano y
comenzó a descapullarlo mientras se lo introducía poco a poco, sentía como las
venas que surquen mi pene bombeaban sangre con más fuerza logrando que este
cobrara vida; la boca de Sergio me sofocaba, me reducía el espacio me rosaba
con su paladar, su lengua me robaba las primeras gotas de pre seminal no dejaba
de resoplar aire… gemía en un tono bajo lo escuche reír.
Sus potentes brazos
levantaron mis piernas y las dejaron descansar en sus hombros, Sergio volvió a
su posición agacho un poco la cabeza y hizo lo que a mí me pone a mil por
segundo; se introdujo mis huevos en la boca y en su pequeño espacio dejo que su
lengua le acariciara, agarro mi pene con una mano y comenzó a pajearle… estaba
a su merced.
Se monto en la banca aprecie
su ancha espalda pincelada con algunas pecas, terminando en una fina cintura,
baje un poco más la mirada a ese culo grande, duro y parado Sergio se sentó
lentamente sobre mi pene centímetro a centímetro invadía su apretado esfínter;
sentí sus potentes nalgas reposar en mis piernas. Acaricie su espalda mientras
el comenzaba en un lento sube y baja.
De un momento a otro se
detuvo, se saco mi miembro y me clavo sus ojazos grises en los míos, giro de
tal forma que pudiera besarme con comodidad le escuche pedirme saliva un morbo
se apodero de mi, sentía como mi corazón latía con fuerza, nos besamos un largo
rato él se dedico a robarme saliva. Luego volvió a descender en un camino de
besos finalmente su boca encontró mi pene el sexo oral que me propinaba me
obligaba a cerrar las manos en puño… el calor de su boca era algo
indescriptible.
Se coloco nuevamente en su
posición, se la volvió a introducir poco a poco no sentía esa incomodidad del
comienzo, sus cabalgatas volvieron a ser lentas pero poco a poco fueron
adquiriendo velocidad, su esfínter apretaba mi pene, lo sentía palpitar.
Tome sus nalgas y guie sus
envestidas no quería terminar tan pronto, me senté le abrace a mí, mordí su
espalda, el apretó sus manos con las mías, nuestros cuerpos estaban cubiertos
por una pequeña capa de sudor.
-bésame, le implore
Me volví a recostar Sergio se
saco mi miembro por un momento, y me beso amaba el sabor de sus labios,
apreciar sus ojos grises cerquita de los míos.
Nos levantamos, retrocedimos
unos pasos hasta que mi espalda toco los casilleros, sus manos me giraron, abrí
un poco las piernas Sergio acaricio mi culo, mientras me comía el cuello.
-me encantas.
Su mano acaricio mi rostro,
apreté uno de sus dedos con mis labios le humedecí de saliva.
-aaah, gemí producto de la
extraña sensación de sentir como este se abría paso con la poca saliva que le
había proporcionado.
Sergio busco mis labios,
mientras me introducía su pene. Ahogaba mis quejidos me tenía a su merced.
Apoye mis manos al casillero
sus caderas comenzaron a chocar fuertemente con las mías, mi ano se encontraba
sensible ante su huésped invasor, sentía como cada centímetro de piel sudaba,
su mano me agarro del miembro me pajeaba al ritmo de sus envestidas.
Sus labios dejaron los míos y
se posaron cerquita de mi oído –me corro.
Le tome de la cintura en
señal de que no lo sacara, quería sentirlo a dentro cuando esto ocurriera, su
lefa invadió mi cuerpo los gemidos de Sergio cerca a mi oído terminaron
haciéndome correr.
Nos sentamos en la banca
mientras recobrábamos fuerza, el me guio a las duchas cuando terminamos de
ducharnos Sergio se vistió y me miro indeciso.
-jajaja anda ponte esto, dijo
lanzándome ropa seca que tenía en su casillero.
Me quedaba algo grande pero
se sentía bien, me sentía bien; el tomo mi ropa junto con la que tenía puesta
minutos antes y la guardo en su mochila.
-¿nos vamos? Dijo mientras cerraba,
dirigiéndome una bella sonrisa.
Me levante de inmediato y
juntos salimos de los camerinos de vuelta al campus.
Los dos sabíamos a donde
iríamos…
Sergio.
Me daría una nueva
oportunidad, confiaría en Anderson porque de alguna forma se que no me fallará,
jamás me había abierto de esta manera a una persona aun no creía que le fuera
contado tanto… me sentía feliz de poderlo ver a mi lado, el es una persona
valiente tiene sus errores; quien no los comete pero el está dispuesto a darle
la cara todos ellos y yo estaré a su lado.
Salimos de los camerinos al
frio aire del exterior, Anderson se apretó un poco más a mi yo le envolví con
mis brazos mientras le sonreía, sus manos acariciaran la banda de mis muñecas,
no había parado de llover extrañamente cuando estaba en los camerinos no
escuchaba nada.
Le palmee la espalda en señal
de que siguiéramos cerca a la pared para evitar mojarnos, recorrimos la
cafetería le observe mirar con nostalgia uno de los sitios donde él solía sentarse
junto a Camilo y los demás a los cuales no conozco muy bien pero si les
distingo.
A lo lejos se distinguían dos
figuras masculinas uno de los hombres era alto, de cabello castaño oscuro
bastante corto que le daba un aspecto algo rudo, el tío sabía lo que era
mantenerse en forma su cuerpo se veía bastante fibrado aun en la distancia.
Junto a él le seguía como perro fiel un tipo un poco más bajo de cabello negro
su corte era parecido al de su amigo, era un poco más bajo que su compañero
pero no mostraba un aspecto tan rudo como el que pretendía aparentar en su
forma de caminar.
Cuando nos topamos frente a
frente, el más alto de ellos tomo a Anderson de la mano, esté totalmente
desconcertado ante la euforia que le mostraba.
-francisco déjalo, dijo su
compañero algo cansado.
-déjame felicitarlo.
-¿felicitarme como por qué?
Recrimino Anderson en un tono molesto por la forma en que fue abordado.
-te deshiciste del marica.
Sentencio orgulloso. Baje mi mano de la espalda de Anderson cuando la sentí
tensarse Fernando no se había percatado de esto así que continuo.
-adivina quien le dio la
paliza… yo dijo tocándose el pecho con orgullo.
Me aleje de Anderson y me
situé junto al amigo de francisco.
-le partiste la cara por
marica. Al decir esto Anderson empuño su mano y le golpeo fuertemente el rostro
a un desubicado francisco.
Al caer Anderson se le monto
encima y comenzó a golpearle fuertemente el rostro. Francisco intento
quitárselo de encima dándole varios golpes al cuerpo pero mi novio parecía no
sentirlos había perdido el control.
El compañero de francisco se
levanto las mangas en señal que entraría a la batalla, porque extrañamente
estas bestias necesitan pelear en grupo para tener la victoria asegurada.
Apreté mi mano contra su camisa –si lo tocas te parto la cara. Este empujo mi
brazo con un golpe –no quieres apostar contra mí. Dije sereno mientras miraba
la escena.
Anderson le había permitido a
francisco que se levantara, lo tomo de la cabellera y lo golpeo fuertemente
contra la pared. –vamos golpéame a mí también, no eres capaz… eres un poco
hombre. Le escuche decir la verdad el golpe me había dolido hasta a mí.
Le giro con los manos y le
pateo en el estomago, luego se quedo en frente en la espera de que lo poco que
le quedaba de orgullo a francisco se levantara cuando lo tuvo frente a frente
esté le escupió a Anderson, le golpeo ágilmente el rostro y lo lanzo al suelo
pero este contrajo su cuerpo desubicando a francisco; cuando mi novio logro
quitárselo de encima comenzó a patearle con fuerza.
El compañero de francisco se
movió velozmente empujado a Anderson, esa era mi señal lo tome de la camisa y
le golpee fuertemente en el rostro los dos cayeron en el suelo. Mi novio estaba
furioso quería mas y mas.
-¡déjalos ya!
-pero Sergio.
-esto no te hace mejor que
ellos, que ganas alimentado su odio, creándoles miedo hacia ti, eso no cambiara
nada.
-la mujer, la mujer quien
era. Dijo mi novio ignorando lo que le decía.
-esa puta no vale la pena, se
fue la muy cobarde.
Anderson se lanzaría pegarles
-¡que los dejes maldita sea!
Anderson resoplo en el aire y
siguió adelante, camine lentamente mientras los veía señale al amigo de
francisco y le dije algo que para mi parecía bastante real –al final del día
terminaras como el… tú eliges.
Daniel.
Si él se iba no tendera nada,
nada… no podía dejarme así el amor no es como lo pintan pero es así como
debería de ser porque, el amor y la soledad no deben caminar juntas, ¡por que!
El amor no debería ser de esta manera no debería oprimirte hasta dejarte sin aliento,
no debería desangrarte… Cami no me puede dejar le amo y el debe saberlo… ¡debe
saberlo!
Caminaba de un lado a
otro del corredor hace un momento había llegado mi madre junto con Eugenia su
nueva acompañante de negocios y mi tía, las tres me miraban preocupadas, me
insistieron cambiarme la ropa mojada pero no quería irme, no debía hacerlo,
necesitaba estar ahí.
Mire la ventana repose mi
frente en su cristal, aprecie el tono grisáceo del cielo llovería y no pararía,
sería una tormenta incesante las edificaciones pintaban un matiz de miseria
ante el ambiente, mire el parque del hospital totalmente desértico el pasto se
había cansado de recibir agua a tal punto que ya se encharcaba en sus pies, los
arboles perdían poco a poco sus hojas… dicen que si detienes una hoja con tus
manos antes de que esta toque el suelo puedes pedir un deseo yo desearía que
Camilo donde este no me deje, no sin saber que lo amo.
Me acerque a la máquina de
café, alcance uno de los vasos de la repisa note como temblaba no paraba de hacerlo
acomode el vaso como pude debajo de la cafetera. Recordaba cuando le bese
sonreí inesperadamente pero luego el matiz cambio cuando lo vi convulsionando,
mire mis manos aun tenía su sangre en ella mis fallido intento tomándolo de la
cabeza apretándolo a mí, intentando darle todo mi calor pero fue inútil… un
nudo se amarro en mi garganta me ardieron los ojos estaba cansado de llorar
pero este destino de mierda no me dejaba hacer otra cosa.
-¡me siento impotente! Dije
pateando el mueble con fuerza abofetee el vaso de café y lo regué en el suelo.
No puedo ayudarlo –no hice
nada. Dije llorando
Mi madre se levanto junto con
mi tía bastante alteradas, corrieron junto a mi me suplicaron que me levantara.
-hijo intenta calmarte.
-¡no puedo mama! ¿¡Es que no
entiendes!? Dije soltándome de su mano
Mi madre se alejo unos pasos
conmocionada mientras los asistentes se dedicaban a observarme –mi, ma, mama
dije en un suspiro… lo lamento; pero él no puede irse mama, no puede. Me sentí
como un niño otra vez la tome de los brazos y me apreté a su pecho mientras
derramaba lagrimas sin poder hacer algo de diferencia, mi madre no paraba de
acariciarme el cabello –el estará bien.
Junto con mi tía me guiaron a
una de las sillas, Eugenia me trajo algo de agua ella intentaba controlarse
pero se le notaba el sufrimiento el desgaste de emociones en su rostro.
Una enfermera salió de la
sala de urgencias me levante en seguida, la tome del brazo le mire insistente
ella no pudo responderme en la ambulancia pero esta vez era diferente ella no
podía matarme de esta manera no podía. -¿Cómo esta, ya está bien? ¿Puedo verlo?
¡Enfermera diga algo! Grite desconsolado mientras le soltaba el brazo ella tan
solo lo dejo caer.
-el perdió mucha sangre, ya
miraron en el banco de sangre del hospital y no tenemos –AB.
-que quiere decir que lo
dejara morir. Ella giro la mirada –esa no es nuestra intención, solo que tardan
en traerla y el paciente la necesita ahora mismo.
-yo, yo tengo su mismo tipo
de sangre, ¡que espera! Dije colocándole mi brazo en frente.
-la cantidad es alta, no
podemos poner su vida en riesgo.
-señorita, le mire suplicante
-no me importa por favor.
Le solté el brazo dejando
caer los míos –por favor, repetí oprimiendo mis manos en puño –el significa
mucho para mí no sé si pueda entenderme pero yo, yo dije tomando algo de saliva
yo daría mi vida por él.
-no puedo es riesgoso lo
lamento.
-¿usted no entiende? Dije
derramando lagrimas de impotencia –usted no entiende… La mire fijo mientras
nosotros hablamos ahí adentro apunte; ahí adentro el está muriendo, no me
importa, no me importa que me pueda pasar ¡por favor!
Cristian.
Llegamos a toda prisa al
hospital, cuando ingresamos a la sala Diana corrió junto a Eugenia para
realizarle todo tipo de preguntas, Eugenia nos pidió que nos sentáramos, mire a
mi alrededor estaba la madre de Daniel junto con la de Camilo con el corazón en
la mano las dos tenían la mirada perdida mientras lloraban el destino de sus
hijos.
-así que Daniel se arriesgo
de esa manera. Dijo diana mientras me apretaba de la mano.
Eugenia afirmo preocupada –el
hospital, no se hará responsable eso fue lo que le dijeron antes de llevárselo.
… los minutos pasaron…
-enfermera, enfermera grito
la madre de Daniel totalmente preocupada. Corrí junto a las chicas la enfermera
dijo que se encontraba bastante débil pero que estaba bien, que sufriría de
mareos, nauseas o perdida del conocimiento como consecuencias leves. Se hizo un
silencio.
Luego la madre de Dani apretó
a la enfermera del brazo y le sonrió –que espera señorita en esa sala alguien
necesita esa sangre.
Nos sentamos juntos los
minutos pasaban lentos, no sabía que pensar me sentía mal, recordaba cuando
éramos niños que solía acariciarle el cabello y decirle que todo estaría bien, porque
yo estaba con él pero… pero ahora, no lo estaba el estaba solo.
-como esta Camilo, dijo
Anderson agitado sorprendiéndonos por la espalda a su lado se encontraba otro
hombre unos tres años mayor que mostraba la misma preocupación.
-no sabemos. Dije
levantándome para apretarle la mano a mi mejor amigo al final del día aseguraba
que sería de esta manera.
Estreche la mano de mi
compañero guie mi cuerpo a su compañero, le mire insistente y él lo noto
rápidamente.
-Sergio, mucho gusto. Él se
acerco y saludo a todos; muy amigable.
-Sergio es mi novio. Soltó
Anderson de golpe.
Mire a Sergio que giro de
sorpresa, para luego sonreír de forma tan tranquila en sus ojos se podía
apreciar la felicidad inmensa que tenía en esos momentos.
-Los felicito chicos, soltó
Eugenia rompiendo el silencio.
Mi madre asintió con la
cabeza para luego dirigir su vista a la puerta de urgencias, mi tía les observo
un momento
–cuídamelo es como mi
hijo. Dijo dirigiéndose a Sergio para luego sin esperar respuesta girarse de la
misma forma que su hermana.
Camilo.
Estaba en un parque, no
paraba de caminar, pero por alguna razón no me sentía cansado, la luz bañaba
con intensidad la maleza a tal punto que me cegaba; la mucha luz es como la
sombra al final no te permiten ver nada… apreciaba los juegos vacios, los columpios
ladeaban de un lado a otro a merced del viento en un panorama bastante triste.
Seguí caminando sin dirección
pero buscando una salida, visualice un joven frente a un pequeño lago solo lo
podía apreciar de espaldas era bastante alto, su cabello era color castaño que
con la luz del sol daba la impresión de ser dorados. Me acerque un poco, al
escucharme el joven dio unos pasos al frente.
Llego un momento en que él se
encontraba en la orilla y yo a escasos centímetros de él. – ¿me amas? Pregunto.
No comprendía la pregunta
pero mi corazón comenzó a latir con fuerza al escuchar sus palabras, intente
responder pero no sabía que… -porque yo a ti sí. Quede totalmente atónito. El
viento vatio con fuerza los columpios rechinaban cansados, las hojas de los
arboles eran arrastradas con el viento.
El joven levanto su mano y
agarro una de las hojas en el aire, y me dijo –desearía que te quedaras.
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-Cami, despierta vamos amigo,
despierta vales más que esto.
Escuche aquella voz en el
viento, gire para mirar de donde provenía al no encontrar a nadie gire mi vista
al frente pero aquel joven no estaba la voz se hacía insistente su sonido
guardaba notas de melancolía, un dolor desgarrador que llevaba mi nombre.
-Cami, vamos no puedes irte
amigo.
Corrí hacia aquella voz aun
sin saber de dónde provenía, de un momento a otro todo se apago, me sentí
acostado en algún lugar, intente moverme pero mi cuerpo pesaba mucho por más
que lo intentaba sentía como perdía fuerzas y me cansaba, perdía la respiración
con cada intento… –desearía que te quedaras. Recordé aquella voz intente abrir
los ojos.
La luz me cegó los ojos
mientras esta se difuminaba apareció la sombra de una silueta.
-despertaste. Dijo alegre
mientras se abalanzaba sobre mi cuerpo.
Gemí un poco de dolor,
intente mover la cabeza y eso me dolió mas.
-no hagas esfuerzo Cami.
La luz por fin se hacía
parcialmente uniforme logrando visualizar su rostro -¿Cristian? Pregunte.
-sí, soy yo… luego se volvió
a lanzar sobre mi recitando frases de perdón que terminaron en un me alegra que
estés bien.
-Cristian, yo, yo lo lamento.
Termine girando la cabeza.
♫No quiero que dejes que este momento se pase Porque realmente
tengo algo que necesito decir Y me está matando por dentro; Pienso que no me
entiendes…♫ El me tomo de la mano y la llevo a
sus labios, sentí lo cálido de los mismos para luego bajar de nuevo mi
mano y mantenerla en su pecho. –Cami no te lamentes no debí dejarte solo.
-Cristian…
-Camilo uno no elije de quien
enamorarse eso es todo, créeme que si pudiera, dijo girando mi cabeza para
mirarle a los ojos; si pudiera te amaría pero… no puedo.
No puedo. La frase golpeo
constantemente mi cabeza durante varios segundos, sin querer comencé a llorar
frente a él, no sabía que decir no podía hablar mi boca estaba vacía pero a mi
garganta la inundaba un mar de palabras que terminaban por hacerse nudo y no me
dejaban respirar.
-Cami yo estoy enamorado de
otra persona; tu, tu siempre serás mi mejor amigo, mi hermano.
♫Me conseguiste indefenso, intoxicado insensato. Me cortas tan
profundamente, debo confesar♫ Mátame,
mátame de una puta vez pero no me tortures de esta manera. Pensé… mi
respiración comenzó acelerarse de solo imaginarme… -Lorena no es la mujer para
ti. Sentencie.
-no, Cami yo amo a Diana y
eso no cambiara.
Cristian dejo caer mi mano y
se acerco a la ventana –siempre serás mi amigo Cami.
Yo sabía que sería así, me
alegraba en el fondo por el pero me mataba ver como había creado mi propio
cuento y que sus páginas se quemaban con cada lágrima que desprendía…
-Cristian, el giro en torno a mi voz quiero que me beses.
Tenía que saber si él era la
persona, aquel chico por el que mi corazón latió con tanta fuerza, el mismo que
cuyo aroma se impregno en mi piel antes de perder la conciencia, el mismo cuyo
tacto de sus labios no he olvidado, el mismo que lloro y cuyos lamentos escuche
antes de irme… aquel que me apresaba en sus manos con una esperanza tendiente
de un hilo a medio romper.
Cristian se acerco con un
rostro lleno de dolor, -solo te pido eso. Le dije
♫cariño no puedo respirar cuando mis brazos te rodean, cariño eso
me mata porque ahora que te encontré Tu amor es como un arma
masculina, No puedo vivir sin ti…Eres tan hermoso, esto me desgarra♫ Se coloco frente a mi rostro, aprecie sus
bellos ojos celestes bañados por una fina capa de lagrimas que le hacían ver más
claros, dirigí mi mirada a su labios que se acercaban indecisos a mi boca,
inhale su aroma pero no era el mismo que esperaba; mi corazón latió con fuerza,
mi piel comenzó a sudar con el calor de su mano al tocar mi rostro. A
centímetros de mi rostro le mire por última vez mientras él cerraba los ojos al
compas de los míos… finalmente me sentí sus labios posarse en los míos guie su
beso, el no me opuso resistencia. Su respiración golpeaba insistente mi rostro,
el no quería esto pero no se arrepentía… yo por el contrario si quería esto
pero no sentía lo que debía sentir.
…un portazo…
Nuestros labios se separaron
dejando ver a un pálido Daniel frente a nosotros, mire su cuerpo cansado
apoyarse en el marco de la muerta, dirigí mi mirada sus hermosos ojos pardos
inundados por lagrimas que recorrían su mejilla y se desarmaban en el suelo…
intentaba decir algo pero no le salían las palabras.
Comencé a respirar de forma
acelerada, en ese momento solo lo veía a él… a él sufriendo el levanto su mano
la llevo a su pecho y apretó su camisa. Luego dio media vuelta le alcance a
decir –me alegra que te quedaras. Luego su silueta desapareció en el pasillo.
Grite su nombre en un aullido ahogado de un lobo arrepentido.
Escuche como varias voces
intentaron detenerlo… luego no oí más.
-el dio la vida por ti, y la
seguiría dando sabes por qué, por que el te ama entonces que vas hacer ahora
Camilo decide. Dijo Cristian tomándome de los hombros y mirándome intimidante.
-¿qué me ama?
Anderson.
La puerta de urgencias se
abrió de un portazo que estremeció a todos, un pálido Daniel salía llorando
desconsolado detrás de ella… me preocupe bastante pues el acababa de
desmallarse hace poco minutos, y cuando despertó le dimos la noticia de que
Camilo había salido bien de la operación y de inmediato insistió en ir a verlo.
En el estado en el que estaba nos asombro a mi novio y a mí su determinación y
contra las reglas del hospital le ayudamos a entrar.
Pero ahora… salía totalmente
perdido tomándose de donde podía para no caer, el seguía bastante delicado
intente tomarlo del brazo antes de que tomara el acenso pero el repelió mi
intento con un –necesito que me dejes, ¡no entiendes!
Eugenia y Diana se miraron
preocupadas antes de caer desconsoladas a la silla, mire a la madre de Daniel y
Camilo que se miraban igual de desconcertadas una llorando sobre el hombro de
la otra… mire a Sergio que me tomo de la nuca y masajeo en señal de
tranquilidad.
Estaba dispuesto a entrar
para averiguar que paso cuando Cristian salió a toda prisa junto a donde
estaban las chicas, palmee a Sergio para que fuéramos junto a mi mejor amigo.
Todos guardamos silencio ante su breve explicación de lo que había pasado Diana
apretó su cadena en la escena del beso; Cristian acaricio su brazo en señal de
que le entendiera.
-Cami ha tomado una decisión
y vamos a ayudarle los cinco juntos por que somos amigos o no.
Todos asentimos de acuerdo.
Camilo.
Me vestí rápidamente
quitándome la cantidad de cables que surcaban mi cuerpo, me levante de golpe
sentí como me mareaba Cristian me alcanzo antes de caerme, me pregunto que si
estaba seguro solo le mire y este me correspondió con una sonrisa. Me guio a la
puerta de aquella sala donde me tenían apresado.
Salimos con rapidez tras la
puerta de urgencias me esperaban Diana y Eugenia quienes intentaron taparnos
durante el trayecto al ascensor. Ya dentro del mismo les pedí que me dejaran
solo… ya habían hecho suficiente.
-¿adónde vas a buscarlo?
Pregunto Anderson acercándose a mí.
-el debe saberlo amor. Dijo
Sergio tomándolo de la cintura.
Le sonreí a ambos hacían
buena pareja me alegraba por mi mejor amigo –la verdad no se a donde buscarlo.
Dije sincero.
-perdóname. Dijo Anderson
agachando la cabeza observe como su novio se preocupaba me sentí feliz
verdaderamente feliz por mi amigo.
-no seas hijo de puta deja de
pedirme perdón, no hay nada que perdonar amigo. Le dije sonriente.
-eh, Cami yo, es que yo
quería pedirte, no… dijo diana moviendo la cabeza de lado a lado negando.
Quería darte esto… ella abrazo sus manos a su nuca y con un movimiento de dedos
desprendió la cadena que le había acompañado desde la muerte de su madre; se
acerco a mí y me la coloco me encontraba mudo, maravillado, feliz por ella por
Cristian por los dos.
-vamos vete tu madre está
saliendo de la cafetería con tu tía. Dijo advirtiendo Eugenia. –suerte. Dijo
antes de presionar el botón del asesor.
Me apoye en la barra, Salí
algo mareado me dolía la cabeza me dirigí a la avenida, tome un taxi.
-a donde vamos.
-a las afueras del norte de
la ciudad.
Anderson.
-Daniel no está. Nos advirtió
asustada su madre
Nos miramos cómplices, Sergio
respiro profundamente y dijo –salió llorando de aquí.
-¿¡que!? ¿¡Por qué!?
- ¿¡Acaso le paso algo a mi
hijo!? Pregunto alterada la madre de Camilo
-el también acabo de salir en
busca de Daniel. Respondió Sergio tomándome de la mano, las dos mujeres nos
miraron intrigadas; sus ojos fueron cubiertos por capas de lágrimas que
comenzaron a brotar de sus cansados ojos.
-tengo que buscar a mi hijo,
dijo colocándose el bolso en simultanea su hermana hizo lo mismo.
-no lo creo conveniente acaso
no imaginan lo que pasa. Sentencio Sergio tomándola del brazo.
-no, no lo entiendo. Grito
una. Lo lamento, lo lamento quiero que mi hijo sea feliz pero…
Cayó desplomada en una silla
cercana y junto a ella su hermana, mire a los demás les dije que me encargaría
al final del día se lo debía a Camilo y a Daniel… me coloque frente a ellas sin
soltar a mi novio de la mano. No sabía cómo comenzar cuando la mayor de ellas
la madre de Daniel sonrió en un alivio del alma.
-estoy envejeciendo, solo
quiero verlo feliz… se que un día dejare de existir en este mundo y me iré de
aquí a un lugar totalmente desconocido para mi, a reunirme con mi esposo…suspiro…
antes de que muriera me encargo que hiciera de nuestro hijo una persona
valiente, que lo le temiera a nada en este mundo que pensara con la cabeza pero
que de vez en cuando se dejara dominar por su corazón…que fuera feliz… termino
su recuerdo apretando la mano de su hermana.
La madre de Cami agacho la
cabeza sus lagrimas caían en la mano de su hermana –cuando creí que moriría, sabía
que no tenia vida después de él… al decir esto me miro comprensiva; cuando se
debatía entre la vida y las muerte me arrepentí de tantas cosas, me arrepentí
de no apoyarlo más, me arrepentí de las prohibiciones que le hacía pensando que
terminaría como ustedes. …¡que tonta fui! Siempre lo supe…
-yo tenía miedo… dijo
cortando la conversación a su hermana; tenía miedo que ha Daniel le hicieran lo
que les hacen a ustedes que le golpearan, le humillaran, le señalaran… seria
una estúpida si me hago la desentendida ahora… si lo seria… no quería verlo
llorando en un rincón, verlo solo, verlo caer frente a mis ojos sin poder hacer
nada. Temía lo peor por eso siempre ignore lo que le pasaba.
Sergio se agacho hasta quedar
a su altura, le coloco las manos en frente y se despojo las bandas de las
muñecas mostrando sus cortadas ante ellas, confirmando sus miedos… la madre de
Daniel lo tomo del rostro y le beso la frente para luego agrazarlo Sergio lloro
en sus manos como un niño pequeño sin consuelo conmovido por una escena que el
aprecio demasiado tarde. Toque su espalda en señal de consuelo Sergio se
levanto y me tomo de la cintura contemple sus ojos grises por un instante.
-no estoy solo, no como
antes… dijo apretándose a mi sin importar los ojos del resto.
-tal como ellos, dijo
señalando al resto del grupo, ellos padecieron lo mismo que yo a su manera cada
uno busco salir a su manera todos nos equivocamos pero ninguno de nosotros
siete se arrepiente de nada… porque al final de este día encontramos lo que
buscamos…
Las madres se miraron una a
la otra, mientras se sonrieron lamentado sus errores pero sin arrepentirse de
ellos tal como nosotros, las hermanas dejaron reposar sus frentes mientras no
paraban de reírse el dolor causa eso y era comprensible; es mejor reírse de la
realidad cuando te golpea por qué no sirve de nada lamentarse rendirse ante su
presencia, es mejor, reírsele en la cara como un loco al final del día.
Caminamos hacia nuestro grupo
dejándolas solas, frente a la ventana estaba Cristian apoderando con su cuerpo
a Diana ella algo tímida le correspondía a cada beso; mientras una regia
Eugenia les admiraba nos miro para sonreírnos Sergio me detuvo delante de ellos
y me beso, en un beso largo apasionado… feliz.
La mire, -no te preocupes por
mi ya llegara mi hombre y ustedes cuatro me las pagaran jajaja
-no dudo que llegara, y te
ara la mujer más feliz, no te pedirá nada porque él no te vera como un objeto
sino como la mujer que eres. Dijo Cristian sin apartar la vista al parque del
hospital.
-y si no… tienes cinco
hombres para ti… dijo burlón Sergio.
-chicos quiero salir y que la
lluvia me moje, mientras me paro en ese parque. Dijo Cristian levantándose
tomando a su novia.
Nos miramos y asentimos
entusiasmados, de camino al ascensor mire a las madres de mis amigos. Les hice
señal de que bajáramos. -¿A dónde? Dijo una limpiándose las lágrimas para luego
mostrar un semblante tranquilo… a mojarnos conteste.
-aaah. Nos mojábamos mientras
gritábamos desconsolados, felices… diferentes.
-aaah.
Daniel.
Maneje desconsolado, me sentí
mareado a punto de perder el conocimiento, no sé como llegue aquí, la lluvia no
ceso en todo el día ahora golpeaba el pasto con fuerza; la luna ya bañaba de
plata las gotas de agua, me pare en la esquina del lago me gustaba llorar
mientras llovía nadie podía verme, me gustaba gritar en la soledad porque nadie
me oía. Me gusta pararme en la orilla de este lago por qué es lo más cercano
que hay a no existir, porque podría dar un paso he irme de aquí pero no quería…
al final del día le amaba con todo mi ser daría esta vida por él; mi vida no me
pertenece le pertenece a él, por eso no prensare en la muerte por que esta vida
es para cuando él la necesite.
-recuerdo cuando me traías
aquí, hace tiempo no veníamos ¿verdad?
Su vos contrajo mis sentidos,
no le di la cara solo mire el lago mientras sentía su acercamiento. No podía
hablar porque si lo hacía gritaría su nombre.
-cuando compraste este auto…
lo recuerdo bien, me traías después de clases por que este lugar es perfecto…
es verde, es bello, tiene un lago, y a demás nadie viene. Solo nosotros le
frecuentamos. Porque solo nosotros estamos a gusto aquí. Dijo deteniéndose a mi
espalda sin tocarme.
-cuando Cristian me beso…
¿sabes que paso? …suspiro… no fue como lo creí porque mientras lo besaba
pensaba en alguien que no comprendía quien… y fue cuando apareciste y mi
corazón latió con fuerza por que desee que fueras tú. No me justifico ni me
arrepiento de nada porque lo que paso con Anderson o Cristian me llevo a esto,
a estar aquí mientras me golpean con fuerza las gotas de agua, aquí mientras el
viento me congela, aquí con mi cuerpo a medio caerse igual que el tuyo.
-¿pero sabes que quiero hacer
ahora?
Me gire en dirección a él, le
observe sonriente mientras su rostro estaba totalmente cubierto por el agua. Le
tome de la cintura y le pegue a mi… aprecie sus ojazos verdes mientras estos no
paraban de reseguirme. Mi respiración se agito junto con la suya nuestros
cuerpos se tocaban con cada inhalada. Sentía su corazón latir al compas del
mío.
-yo quiero besar, quiero
tocarte, quiero que en estos momentos seas mío. Le dije totalmente seguro de lo
que decía.
Cami me tomo de la nuca y me
guio a su boca, nuestros labios tocaron fuego mientras se acariciaban
mutuamente, su mano me apretó un poco más a él deje que me guiara, sentí su
lengua invadirme acariciaba el interior de mi boca pronto hice lo mismo.
La lluvia no paraba de
golpearnos pero no importaba era mágico, le descendí al pastizal bese su
cuello, guie mi boca su oreja, le escuche gemir mi nombre; mi mano apretó su
camisa le levante un poco para despojársela, el me tomo de la cintura mientras
no paraba de besarme aparto sus labios por un instante y me quito la mía para
luego caer de nuevo al pasto, nuevamente le bese mi pecho sintió su calor
inhalaba aire con fuerza.
Aparte mis labios y mire sus
bellos ojos alumbrados por la luna te amo le dije jadeante mientras los truenos
comenzaban a hacer su aparición, el me giro me comió la oreja, descendió por mi
cuello, apretó mis tetillas con sus labios para luego comenzar a beber el agua
que recorría mi cuerpo, le tome del cabello sin lastimar su curación, le subí
nuevamente deseaba sus labios, deseaba morderlos sentirlos míos. Porque esta
primera vez duraría toda una vida.
Cami se sentó en mi miembro
para desabrochar mi correa, sentí sus dedos desabrochar el botón, guie mis
manos para que hicieran lo mismo, me ofreció su mano para levantarme, de pie
volví a apretarle a mi cuerpo mientras dejábamos que nuestros pantalones
cayeran; su pene entre el bóxer se apretó duro contra el mío mientras nos
abrazábamos… retuve su gemido en mi boca.
Le indique que se acostara,
me arrodille frente a su cuerpo bese sus pies, subí por sus muslos, bebí el
agua de sus gemelos, me entregaba a lo prohibido, acaricie su miembro en
movimientos torpes de primera vez y me alegraba que así fuera por que espere
veinte años para este momento… por este momento.
Le despoje del bóxer aprecie
su polla de dieciocho centímetros totalmente dura, le bese desde la base
mientras una de mis manos le descapullaba apreté mis labios a su glande,
aprecie su sabor mientras le lamia, su mano me acaricio la nuca le mire
mientras me lo introducía poco a poco su sabor era bastante dulce. Cami gimió
de placer no quería descapullarle por completo quería que este momento durara
mas. Subí en un camino de besos hacia si boca le dije que le amaba.
-te amo Daniel. Correspondió
totalmente sincero mientras me miraba; no pude evitar sonreír como un niño
mientras volvía a comerle la boca despacio.
Me despoje del bóxer, el
tacto de su polla con la mía nos excitaba bastante, el me tomo de la cintura y
me apretó a su cuerpo mi pene comenzó a descapullarse en su tableta. Su boca me
beso el cuello mientras la mía hacia lo mismo, las gotas de agua que recorrían
mi espalda eran desplazadas con cada caricia de su mano. Los truenos se hacían
más audibles.
Me giro nuevamente sobre su
cuerpo, se sentó en mi abdomen, estaba embobado con su silueta, sus formados
pectorales, su fina tableta, sus ojos, su boca, sus piernas, su culo apoyado
sobre mi cuerpo, su miembro reposando sobre el mismo. Cami bajo un poco cuando
tuvo su boca frente a mi miembro se lo introdujo poco a poco sentía un poco de
dolor pero el calor de su boca me aliviaba rápidamente, sus labios apretaron mi
glande mientras la punta de su lengua se movía en el mismo robando mi pre
seminal.
Volvió a introducírsela en la
boca me senté de golpe, gemí mientras la lluvia invadía mi boca, comenzó con un
leve sube y baja apretándolo con su lengua.
Al acostarse en el pasto
coloque sus piernas sobre mis hombros y me acerque a su boca, mi pene llego a
su ano sentía como las gotas de agua le recorrían en forma de pequeños
riachuelos, le roce mi glande varias veces Cami gemía mi nombre. Me preocupaba
lastimarle no quería que recordáramos esto como un dolor; estaba nervioso.
-no quiero hacerte daño. Le
dije mientras posaba mi frente sobre la suya y respiraba su aire.
Cami me tomo de la nuca y me
beso, con la mano que tenia libre me indico que continuara, apreté mi pene en
su cerrado ano ejercí un poco de presión el calor que de este emanaba me
excitaba podía sentir como las gotas de pre seminal salían a cumplir su
función, su ano se contraía con mis intentos de invadirle. Cami me cogió la
cintura con amabas manos y apretó hacia él.
Le bese con más fuerza,
presione con más fuerza, Cami apretó mis manos sobre mi piel, gimió un poco
mientras en un ahogo de mis besos me pidió que siguiera le metí lo que faltaba
casi de golpe, los dos gemimos de golpe uno entregado al otro por primera vez
mientras la lluvia nos cubría y los truenos resonaban fuertes con cada uno de
nuestros movimientos.
Comencé a penetrarle despacio
sin sacarla de su esfínter, su calor era muy cálido; deje que una de mis manos
buscara su miembro comencé a pajearle despacio cuando mi cuerpo entro en calor
ejercí más fuerza y velocidad a la paja; Cami gemía en mis labios.
Me arrodille frete a él, le
tome de las caderas y deje que mis envestidas fueran más fuertes, el golpe de
nuestras caderas se hizo constante; mis manos acariciaron sus tetillas deje que
mis dedos tocaran sus labios.
Mi pene vibraba, me correría
caí sobre su cuerpo apoye mi codo al paso y continúe con las envestidas, el
choque se su culo con mi cadera producía un sonido excitante, le mordí la oreja
le avise que me correría el busco mis labios y los beso con fuerza. Mi pene
invadió su esfínter a lefa. Gemía en su boca deje que mi mano le tomara de la
cintura me mente sobre el sacando mi pene d su interior. No pare de besarle.
Baje por su cuello, reseguí
sus rojizos pezones, tome su pene de la base y me lo introduje de golpe a la
boca Cami gimió en un tono audible, sentí como en mi boca algo había cambiado
la tela que me impedía descapullarlo por completo había cedido, apreté su pene
en mi interior le sofocaba con mi lengua. Cami aviso que se correría ejercí
mayor presión sentí como su lefa me invadía la boca. Bebí sorbo a sorbo sentía
su calor bajar por mi garganta… era como me lo imaginaba. Saque su miembro de
mis labios le mire un poco lamí lo que no me había podido beber y caí rendido a
su costado.
Respirábamos de forma agitada
le sonreí mientras él hacía lo mismo y me acariciaba el pecho, -te amo Daniel.
Dijo mirándome fijamente a los ojos.
Camilo.
Me levante al ver que el hacía
lo mismo, me coloque a la orilla del lago sentí como me amarraba a sus brazos…
yo le amaba y eso no cambiaria quería sentir sus labios cerca siempre, quería
tenerlo cerca siempre…
Una fuerte ventisca detuvo mi
monologo, el lago formo ondas mientras la lluvia creaba ondas sobre la misma,
las hojas se desprendían cansadas de los arboles, Daniel tomo mi mano y la
levanto ágilmente; levante la vista observe la luna bañar nuestro lugar de un
fino color plata; mire mi mano atenazaba junto a él una hoja.
Si capere folium dum est in
fuga te potest ordinare PULVINUS et hoc venerunt.
Deje caer la hoja, porque me
canse de pedir deseos… esta fue arrastrada por el viento callo para ondar en
el lago, la lluvia cubrió su superficie y le obligo a hundirse mientras nosotros
observábamos tranquilos la escena. No sé que pasara mañana ni en diez años
mientras tenga a mis amigos y a Daniel… no me importa que pasara.
By. Camilo Andres.
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